Sophie's Choice

“All these men, these women, these children, would be - vernichtung

En la vida existen decisiones dolorosas y trascendentes, para las cuales, muchas veces no estamos preparados, y que cambian nuestra noción del mundo.
Se han hecho muchas películas sobre las atrocidades de la Segunda Guerra Mundial, y sus consecuencias en las personas que las sufrieron.
Sin embargo, suelen olvidarse de aquellas personas que les tocó estar en el otro lado.
¿Cómo se vive con eso?
La historia de los judíos polacos abarca prácticamente un milenio.
Comenzó con un largo periodo de tolerancia religiosa, y prosperidad para la comunidad judía del país, y acabó, dramáticamente, con la aniquilación de la práctica totalidad de la comunidad en el siglo XX, durante la ocupación nazi de Polonia y el Holocausto.
La Solución final, también conocida como “Solución final al problema judío” o “Endlösung der Judenfrage” en alemán, es el nombre del plan de la Alemania nazi para ejecutar el genocidio sistemático de la población judía europea, durante la Segunda Guerra Mundial.
Su puesta en práctica, conocida posteriormente como Holocausto o “Shoah”, supuso la deportación sistemática, y exterminio posterior, de toda persona clasificada como étnicamente judía, con independencia de su religión.
El término fue acuñado por Adolf Eichmann, un funcionario nazi que supervisó en primera instancia la campaña, a la que antes se denominaba reinstalación.
Seguidamente de la invasión alemana a Polonia en 1939, inicio de la Segunda Guerra Mundial, la política antisemita perpetró un detallado plan para concentrar, y luego aniquilar, a los judíos en Europa.
El campo de concentración de Auschwitz-Birkenau, llamado así por las localidades junto a las que se construyó el campo, fue un complejo formado por diversos campos de concentración, de experimentación médica, y de exterminio en masa de prisioneros, construido por el régimen de la Alemania nazi, tras la invasión de Polonia de 1939, al principio de la Segunda Guerra Mundial.
Situado a unos 43 km al oeste de Cracovia, fue el mayor centro de exterminio de la historia del nazismo, donde se calcula que fueron asesinados entre 1,5 millones y 2,5 millones de personas, la gran mayoría de ellas judías, además de eslavos, prisioneros de guerra, etc., además de medio millón por enfermedades y hambre.
A partir de 1942, los niños procedentes de todas las zonas ocupadas, fueron deportados a Auschwitz.
En general, los niños pequeños eran asesinados inmediatamente por ser demasiado pequeños para trabajar.
Si durante la selección, una madre llevaba a su hijo en brazos, los 2 eran enviados a la cámara de gas, porque en estos casos, se calificaba a la madre de no capacitada para trabajar.
Si era la abuela la que llevaba al niño, era ella la asesinada junto al niño.
Los niños varones, a los que la S.S. perdonaba la vida, se convertían primero en aprendices de albañil en la construcción de los crematorios en Birkenau.
Ya que la alimentación no era suficiente para realizar estos trabajos tan duros, sufrían de desnutrición.
En 1943, concluidos los trabajos en Birkenau, los muchachos de la “escuela de albañilería” fueron trasladados a Auschwitz I, donde fueron asesinados, junto a otros niños, inyectándoles fenol.
Algunos niños se encontraban de continuo en el campo, en los bloques, y en los comandos de trabajo, donde tenían que ejercer de peones.
Algunos kapos alemanes, abusaban de los muchachos para satisfacer sus instintos más perversos, agravados por su larga estancia en el campo.
Sus pequeños cuerpos, débiles y demacrados, estaban expuestos sin protección alguna a todas las enfermedades del campo.
Muy a menudo, como consecuencia de la destrucción total del cuerpo por el hambre, ni siquiera se podía comprobar de qué enfermedad habían muerto.
Algunos niños, cuando eran rubios y de ojos azules, eran arrebatados a sus madres por las S.S. para “germanizarlos”, mientras que a los niños judíos, se les seguía tratando con una increíble crueldad y finalmente se les asesinaba.
Las madres totalmente debilitadas por el hambre, el frío y las enfermedades, muy a menudo, no podían ni siquiera evitar que las ratas mordieran, royeran, o incluso se comieran a sus hijos.
Para los recién nacidos, no había ni medicamentos, ni pañales, ni alimentación adicional.
En medio de tal violencia y terror, las mujeres hallaron la fortaleza mental para seguir solícitas al cuidado de sus hijos hasta el momento de la muerte, y tomando decisiones sobre su suerte, que nunca hasta entonces, habían tenido que encarar.
Algunas madres prefirieron morir con sus hijos, pese a que habrían podido tomar otra decisión.
Nadie escapa a los recuerdos del pasado, ni siquiera la memoria a la que el olvido implacable procura borrar con persistencia.
Hay experiencias personales dolorosas, muy duras, que dejan una huella indeleble en la psique y alma de quienes lo han padecido.
Cuando la vida, o Dios te ponen a prueba ante pérdidas irracionales, dramáticas, y en el fondo, inesperadas, terminamos por dudar de todo.
La vida se convierte en padecimiento, un descenso a los infiernos, donde no hay escapatoria.
Bajo el fiasco, y el aturdimiento de experiencias insanas, desde el punto de vista colectivo, como lo que representó el Holocausto, durante la Segunda Guerra Mundial, el hombre terminó siendo prisionero del horror, y para emanciparse del mismo, no siempre los derroteros fueron naturales y obvios, la tragedia y sólo la tragedia, parecen redimir el amor, un testimonio más de la locura humana en la historia reciente, y nuestra paranoica capacidad de producir, y llevar el mal a todos los rincones de la tierra.
Tito Livio escribió una vez:
“Cuando la situación es adversa y la esperanza poca, las determinaciones drásticas son las más seguras”
“Don't you see, Sophie?
We're dying”
Sophie's Choice es una película británica-estadounidense de 1982, dirigida por Alan J. Pakula.
Protagonizada por Meryl Streep, Kevin Kline, Peter MacNicol, Rita Karin, Stephen D. Newman, Greta Turken, Josh Mostel, John Rothman, Eugene Lipinski, entre otros.
El guión corre a cargo de Pakula sobre la novela homónima de William Styron.
Sophie's Choice obtuvo un premio Oscar a la Mejor Actriz Principal para Meryl Streep, quien tuvo que aprender tanto idioma alemán como polaco; y el film logró ser también candidata en las categorías:
Mejor fotografía, diseño de vestuario, banda sonora original (Marvin Hamlisch) y guion adaptado (Alan J. Pakula)
Muy pocas películas sobre el Holocausto, han dado una visión tan realista y tan dura, como lo ha hecho este film de Pakula.
Excelentemente adaptado del libro de Styron, este fuerte relato nos hace emocionar con un mensaje, para nada positivo, ni menos aún esperanzador.
Jamás he visto una actuación como la de Meryl Streep, quien hace de una madre que ha cargado con una vida tremendamente dolorosa, cosa que no ha dejado de suceder, y que nos hace reflexionar, acerca del tormento que vivieron millones de inocentes.
Sophie's Choice, injustamente olvidada a día de hoy, es un potente y desgarrador retrato del nazismo, pionera en la utilización de la vertiente humana de la historia, y una de las mejores películas de Pakula, que cuenta su historia de un modo clásico, e innovador para entonces, con el uso de los flashbacks, y consigue hacer fluida y emotiva, la excelente y densa prosa de William Styron en la novela.
Sophie's Choice combina los 2 tiempos narrativos con precisión:
El “alegre” devenir de los protagonistas en Nueva York; y el gris pasado de Sophie en Auschwitz, con un diseño de producción tan bueno, que casi se puede oler el humo de los crematorios.
Sophie's Choice es una película delicada, de personajes, una historia de amor, amistad y horror, una buena adaptación literaria, con unos intérpretes de quitarse el sombrero, que emociona en cada visionado, etc.
Sophie's Choice tiene todos los ingredientes necesarios para contar una buena historia en imágenes y las aplica.
Su resultado es evidente.
Desde una banda sonora, para mí, envolvente y nostálgica, la melodía de Marvin Hamlisch, a una fotografía delicada y perfecta, sólo podía ser del maestro Nestor Almendros; y Alan J. Pakula ofrece uno de sus trabajos, en mi opinión, más perfectos.
Pero Sophie's Choice es una historia que avanza por la increíble personalidad de sus personajes, y unos intérpretes que se transforman en ellos.
Sophie's Choice es una película sobre la influencia del pasado en nuestro presente y futuro, y desde luego, es un film nada optimista.
Aquí no veremos esperanzadoras escenas de redención, y de cómo volver a empezar desde cero, sino que seremos testigos directos de la lucha interna, de una mujer atormentada por el dolor, la impotencia y la rabia.
En cuanto a la parte narrativa de Sophie's Choice, es decir que está estructurada en 2 tiempos, y siempre narrada en primera persona por el personaje de “Stingo” y su experiencia personal.
La primera parte se centra en el presente, dentro del pasado del escritor, y la segunda se estructura en forma de flashbacks algo irregulares, y demasiado fragmentados, pero innovadores para la época.
No hay transiciones definidas entre el relato pasado que cuenta Sophie, y el presente del trío de personajes.
De hecho, el primer flashback entra a la hora y cuarto de metraje, lo que estira la innecesariamente.
La trama se desarrolla en 1947, Stingo (Peter MacNicol), un escritor del sur estadounidense, llega a Nueva York, buscando un lugar que le permita escribir su proyecto de novela en tranquilidad.
Encuentra una habitación en una pensión familiar; pronto conoce a una pareja que también habita allí, y hace amistad con ellos.
Ella, Zofia "Sophie" Zawistowski (Meryl Streep), es una inmigrante polaca, y él, Nathan Landau (Kevin Kline), es un joven estadounidense judío.
A medida que aumenta la confianza, Stingo se va enterando del trágico pasado de la bella Sophie, la pérdida de su familia durante la guerra, y se enamora de ella, confesándole su amor.
Nathan es un hombre celoso, con arranques emocionales violentos.
Stingo decide investigar más acerca de ambos, y descubre una realidad distinta.
Cuando le pregunta a Sophie, si lo que él ha averiguado es cierto, ella le relata la verdad de su pasado.
Nathan, a su vez, les cuenta a ambos que está trabajando en una investigación para una compañía farmacéutica, que posiblemente le haga ganar el Premio Nobel.
Stingo investiga a Nathan, y averigua que solo es un asistente en la biblioteca de la compañía, y que sufre de un trastorno psíquico.
Sin embargo, Nathan le propone matrimonio a Sophie, y Stingo se siente desilusionado.
En una ocasión, Nathan sufre uno de sus violentos arranques, y Sophie se refugia junto a Stingo, pero la amenaza de Nathan armado de una pistola, los obliga a huir y alojarse en un hotel.
Allí, Stingo le propone matrimonio, pero Sophie cae en una crisis emocional al verse enfrentada a una decisión, entre una vida junto a Nathan o una vida junto a Stingo, y le es imposible decidirse.
Así, Meryl Streep es una Sophie insustituible, en su retrato de una mujer con el dolor en el rostro, y un alma rota; junto al debutante Kevin Kline, nos desgarra y enamora el alma, cada vez que su atrayente y maravilloso Nathan pierde la cabeza, y de su boca salen las palabras más hirientes, cuando minutos antes le hemos oído las más hermosas; y un jovencísimo Peter MacNicol que enternece en cada una de sus apariciones, con esa mirada entre inocente y reflexiva, y esa sonrisa sencilla.
MacNicol es Stingo, el joven sureño, narrador de esta historia envuelta en nostalgia y cariño hacia Sophie y Nathan, 2 almas rotas que crean un mundo maravilloso a su alrededor para no caer muertos, pero cuando ese mundo se desbarata, o se resquebraja, los 2 se convierten en seres indefensos, que temen más a la vida que a la muerte.
Tanto dolor reúnen ambos, y a todos.
Sophie nos va desgranando, en escenas clave su pasado, unos flash back que reflejan el horror, y la complejidad de una guerra inhumana, deshumanizada, capaz de eliminar a seres humanos por el hecho de ser judíos, polacos, comunistas, gitanos, homosexuales…, y nos vamos acercando a su decisión, a lo que la obligaron.
Sophie es un personaje complicado, que no puede con la culpa de haber sobrevivido a los campos de exterminio.
Sólo el mundo imaginario que construye a su alrededor Nathan, la hace huir del horror.
La complicidad entre los 3 personajes, su amistad, hacen de Sophie's Choice más hermosa y dolorosa.
Así como la admiración que siente Stingo por sus 2 vecinos, que va creciendo a lo largo de toda la historia, a pesar de que, poco a poco, va descubriendo la verdad sobre su dolor, los secretos, y les va quitando sus caretas de defensa.
Y es que son tan hermosas esas escenas de amistad, son tan hermosas las escenas de amor, y es tan delicado el retrato que crea Stingo de sus 2 vecinos, que logra transmitirnos a todos los espectadores su relación con ambos personajes, muchas veces a través de su mirada.
Curiosamente, no es Sophie la primera protagonista de Sophie's Choice, aunque termine siéndolo.
El primer protagonista es Stingo, el joven escritor, que representaría a cada uno de nosotros, como a ese espectador horrorizado que asiste a la revelación de Sophie, una joven polaca a la que Nathan salvó después de la Segunda Guerra Mundial.
Y en el pasado de Sophie, tanto Stingo como nosotros, comprendemos cómo se puede herir de por vida, al alma de un ser humano.
Sophie's Choice nos vuelve a sumergir en un tema bastante recurrente dentro de la cinematografía contemporánea:
La Segunda Guerra Mundial y El Holocausto Nazi, algo que a priori podría reducir el atractivo de Sophie's Choice, pero hay algo que la hace distinta, y es que, lejos de contarnos una historia de supervivencia, nos narra con sutileza y elegancia, la forma en que los duros recuerdos pasados, pueden influir en nuestra vida posterior, manejándola a su antojo, y finalmente, destruyéndola lentamente.
Varias veces había leído que Meryl Streep había dado la mejor actuación en la historia del cine en Sophie's Choice, y que la hizo acreedora del Oscar a Mejor Actriz; puedo decir ahora, que lo que había leído no estaba errado.
Streep logra desde 3 idiomas distintos, conmover hasta las lágrimas, en el papel de Sophie, una mujer que ha sobrevivido el holocausto, y cuyo pasado, y en especial una trascendental decisión que tomó en él, la perseguirá, y la aterrará por siempre.
Más allá de cuestiones técnicas, como el uso de la voz en cuanto a los distintos idiomas que habla, o la vista de su delgado cuerpo en el campo de concentración, su interpretación en Sophie's Choice va más allá de lo calificable.
El personaje de Sophie es uno de los mayores, y mejores personajes que nos ha dado El Séptimo Arte, y Meryl Streep con Sophie's Choice define para siempre lo que significa ser actor; pero sobre todo, por la interpretación de Meryl Streep, que en versión original te deja literalmente boquiabierto.
Sophie's Choice narra una historia post-Segunda Guerra Mundial en Brooklyn, en donde todas las cicatrices siguen abiertas, muchos nazis no han sido juzgados, y se siente la tensión en la vida cotidiana.
Sophie's Choice logra contrastar el espíritu alegre y eufórico de una época que parece tratar de enmascarar los horrores que le precedieron.
Quizás por eso, el personaje de Nathan, el esposo de Sophie, tenga tan abruptos cambios de personalidad.
Un momento después de estar contagiando a todos con su felicidad, puede estar maldiciendo el mundo, y destruyendo todo lo que se pase por su camino.
Las actuaciones de todos son destacables, pero nadie iguala a la espectacular Meryl Streep, que logra a través de su mirada, y de su voz, transmitir el dolor que la ha aquejado toda su vida, y que ha intentado ocultar bajo una máscara de excentricidad.
Una máscara que desaparece en esos primeros planos, en los que sus ojos empiezan a arder y a mojarse, a la par de los nuestros.
El momento de Sophie's Choice:
Toda la película es el momento de Meryl Streep, pero dejaremos este honor a Kevin Kline, sorprendido por Sophie y Stingo en su habitación, simulando ser director de orquesta con la música del gramófono y la Novena Sinfonía de Beethoven.
Es espectacular la imagen de vuelta, multiplicada gracias a los cristales del balcón.
Además, los breves recuerdos de la Polonia ocupada, plasmados en las mejores escenas de Sophie's Choice.
Los recuerdos de una víctima que no debía serlo:
No una semi víctima, sino una por partida doble.
Del enfermizo ambiente familiar, al mortalmente envenenado aire del campo de concentración.
Y ese champan en el puente de Brooklyn, o que las lágrimas caigan de los ojos oyendo un poema de Emily Dickinson…
En general, en los filmes de Alan J. Pakula, el descubrimiento es concebido como un viaje de iniciación que culmina con la pérdida de la inocencia.
Sophie's Choice está narrada desde el punto de vista de un joven e inexperto escritor, que se encuentra con una pareja con un poso vital, bastante más espeso que el suyo.
El encuentro de los 3 personajes está marcado por el contraste:
Stingo tiene 22 años, la pareja en torno a los 30; Stingo procede del Sur tradicional, Sophie y Nathan viven en el cosmopolita Nueva York; Stingo es escritor, Sophie y Nathan personajes de sus propias vidas.
Estas antítesis que tensan el arco dramático, son metáforas de la tesis que subyace, y sobre la que crece el relato:
El abismo entre la verdad y el paraíso que el hombre se construye para sobrevivir.
“Ni siquiera yo sé cuál es la verdad, después de todas aquellas mentiras que conté”, dice Sophie antes de narrar a Stingo, la verdad con la que culminará su viaje de iniciación.
Para dar trascendencia a esa última revelación, Styron y Pakula se deleitan en esbozar una “arcadia feliz”, en la que cada personaje vive sumergido en una burbuja de idealismo y prosperidad.
Stingo escribe convencido de ser la nueva figura de la Literatura norteamericana; Nathan cree haber hecho un descubrimiento por el que le concederán el Premio Nobel; y Sophie vive feliz en la dulzura de una mentira autocomplaciente.
Esta arcadia es amenazada periódicamente por un fantasma invisible, que toma presencia con las constantes disputas de los amantes, y los arrebatados ataques de celos de Nathan.
A cada aparición del fantasma, sucede una revelación que viene a perturbar el idílico equilibrio de la arcadia.
La revelación es narrada en forma de testimonio, con el personaje en pantalla, y después en forma de flashback, con la voz en off del personaje.
Con cada uno de los flashback, uno por acto, el abismo entre la ficticia arcadia del “Palacio Rosa” y la oscura realidad, se va haciendo cada vez más profundo, hasta llegar a la edípica revelación que da título a la película:
La decisión.
Stingo, el joven protagonista, somos todos nosotros.
Espectadores impávidos a los despropósitos del mundo, horrorizados por la capacidad de hacer el mal del ser humano, pero demasiado asustados y pequeños para poder intervenir.
Siempre me pregunto:
¿Cómo se vuelve de ese infierno?
Y admiro, profundamente, a los sobrevivientes del Holocausto.
Sophie's Choice es una muestra de esa lucha por sobrevivir a semejante tragedia, un film hermoso para pensar sobre el genocidio; porque el Siglo XX nos pertenece a todos, y todos hemos hecho de él, que en incontables eones de tiempo, sea el más sanguinario de todos, justo cuando creíamos que los valores sociales, y morales de la raza humana se desarrollaban para un bien común.
Pero es innegable que en ese siglo, que se abrió con una matanza ideológica, La Revolución Rusa, y se cerró con otra como la caída de las Torres Gemelas, ha creado tantas muertes y traumas que nos cuestionemos nuestro gentilicio de “Raza Superior”
La historia de Sophie's Choice pudo pasar, y los dolores de personas como ella sin duda fueron sufridos.
¿La decisión de Sophie fue la de entregar a un hijo, o la de morir?
Sophie, una judía polaca, madre de un niño y una niña de corta edad, es capturada por los nazis durante La Segunda Guerra Mundial.
El oficial de las S.S. se fija en ella y en sus lamentos, cuando están procediendo a separar a las mujeres de sus hijos, y le dice que la autoriza a quedarse con uno de ellos, pero sólo con uno; con lo que el otro hijo es arrojado a una muerte segura.
Este es un supuesto claro de dilema moral.
¿Por qué?
Porque Sophie no puede salvar a los 2 como sería su deber, y su deseo de madre más intenso, pero ha de salvar a uno.
Por otro lado, su decisión comportará, la irremediable muerte inmediata del otro, y esto provocará en Sophie remordimientos perpetuos, que permea la vida posterior de la protagonista.
No obstante, Sophie debió atender algunas consideraciones que pudieran hacer vencer un deber sobre el otro:
Por ejemplo, cuál de los 2 hijos tiene una salud más fuerte y, por lo tanto, más posibilidades de sobrevivir con su madre en el campo de concentración, de hecho, Sophie elige al niño, que muere en el campo.
Y, atendiendo a la fenomenología de la moral, sugieren que aunque a Sophie le queden sentimientos de culpa, es preciso distinguir entre el pesar, el sentimiento que tenemos ante las contrariedades de la vida, que no nos son imputables, la muerte de un ser querido, por ejemplo; y el remordimiento, el sentimiento de culpa por el mal causado, por acciones de las que somos responsables.
Es decir, la culpa que siente Sophie es únicamente pesar, aunque sea de grandísima intensidad, y no remordimiento.
No hay una sola decisión de Sophie en la película de Alan J. Pakula; hay más decisiones:
La tremenda, con una impactante escena que pone los pelos de punta, que tiene que tomar en el campo de concentración con respecto a sus 2 hijos, y que causarán en ella un martirio que no pasará; la que tendrá que tomar con respecto a los 2 pretendientes y que también la marcará, conduciendo a un final muy dramático; la decisión de ayudar o no a la resistencia en Polonia, en el campo de concentración si con ello puede ayudar a sus hijos, aunque tenga que flirtear con un alto mando nazi, y eso conduzca a tener encuentros íntimos con él.
Existen decisiones tan dolorosas, que cualquier intento de comprenderlas resultaría vacuo.
Son decisiones para las cuales no estamos preparados y que, siempre y en todos los casos, confrontarán nuestros principios y nuestra noción del mundo.
Después de ver Sophie's Choice, se reconoce que algo ha cambiado por dentro, ya que si uno se encontrara en la situación de la protagonista:
¿Qué decisión tomaría?
Y después:
¿Qué harías con tu vida?
Paulo Coelho dijo una vez:
“Todos los días, Dios nos da un momento en que es posible cambiar todo lo que nos hace infelices.
El instante mágico es el momento en que un sí, o un no, pueden cambiar toda nuestra existencia”

“Que la cama sea ancha,
que este hecha con cuidado;
esperad en ella que la sentencia
del juicio final, sea serena y perfecta.
Que el colchón sea plano,
que la almohada sea redonda,
y que ningún ruidoso amanecer
perturbe la paz de esta tierra”
Emily Dickinson

“Nehmen Sie mein kleines Mädchen!
Nehmen Sie mein Baby!”



Comentarios

Entradas populares