Snatch

“Stealin' Stones and Breakin' Bones”

Se denominan gitanos, romaníes, zíngaros, o pueblo gitano a una comunidad, o etnia, originaria del Subcontinente Indio, que data de los Reinos medios de la India, con rasgos culturales comunes, aunque con enormes diferencias, entre sus subgrupos.
De acuerdo con modernas investigaciones lingüísticas y genéticas, los gitanos tienen sus orígenes en el noroeste de la India; sus ancestros habrían pertenecido a la casta “dom”
Esto se puede observar en ciertas palabras de su idioma, muy similares al sánscrito y al hindi.
Sus trabajos tradicionales eran el canto, la música, la danza y el entretenimiento.
Se encuentran asentados principalmente en Europa, ya que de hecho, son la mayor minoría étnica de la Unión Europea, aunque están presentes también, pero en menor proporción, en el resto del mundo.
El Día Internacional del Pueblo Gitano se celebra el 8 de abril, recordando aquel día de 1971, en Londres donde se instituyó la bandera y el himno de la Comunidad.
No hay leyes gitanas escritas, por tanto, tan sólo existen ciertos tipos de códigos culturales.
El término “gitano” es mayoritario en español, y se recogen significados positivos, aunque también connotaciones peyorativas.
Esta circunstancia ha originado en España por ejemplo, una propuesta reciente para sustituir este término por “romaní” o simplemente “rom” en romaní: “hombre” o “marido”
A nivel internacional, existe también una propuesta común para utilizar “rrom”, tanto como nombre del pueblo, como del idioma, si bien, no hay todavía acuerdo acerca de la existencia, o no, del doble fonema “r-r” en las lenguas gitanas centroeuropeas.
Los gitanos han tenido, desde antiguo, un estilo de vida parcialmente nómada que les ha influido notablemente.
El nomadismo, en cierta medida, no es una causa, sino una consecuencia de la persecución y la marginación.
Pero qué pasa cuando, los gitanos no parecen gitanos, ni los judíos, judíos, ni los matones, matones...
“It had previously occurred to me that the pikey had taken the demise of his mother rather lightly.
For every action, there is a reaction.
And a pikey reaction… is quite a fucking thing”
Snatch es una película del director y guionista británico Guy Ritchie.
Protagonizada por Benicio Del Toro, Dennis Farina, Vinnie Jones, Brad Pitt, Rade Šerbedžija, Jason Statham, Alan Ford, Mike Reid, Robbie Gee, Lennie James, Ewen Bremner, Jason Flemyng, Stephen Graham, entre otros.
De entrada diremos que “Snatch” significa “arrebato”, “robo” y… “coño” (vagina)
Hay películas a montones sobre los bajos fondos de New York, de Los Angeles o de Chicago, pero, la verdad, nos quedamos con los bajos fondos de Londres.
Tal vez, sea por el típico humor inglés, o por la niebla persistente, pero las casas de apuestas ilegales, los gimnasios escondidos, las peleas clandestinas, y los gánsteres judíos, resultan mucho más divertidos en Inglaterra, que en cualquier otra parte del mundo.
Así vemos promotores de boxeo ilegal, ladrones de joyas adictos a las apuestas, gánsteres, mafiosos, un ratero ruso, un boxeador gitano, e incluso un perro indomable, se ven unidos en esta historia, por culpa de un diamante valiosísimo que parece que no quiere tener dueño.
Snatch es una de las películas más divertidas que he visto, con una historia que toma elementos ya vistos, pero que los fusiona creando una trama fresca, nueva, entretenidísima, con mucho sentido del humor, desenfadada, y compleja; y a pesar de su gran complejidad, no se hace pesada ni difícil de seguir.
Snatch tiene todo, una trama liosa, y muy entretenida, personajes carismáticos, diálogos ingeniosos, buena música, ritmo alocado, y mucho humor negro.
Un film donde todo gira en torno a variopintos negocios turbios, con una “baja” mafia inglesa, que se entrelaza con coletazos de mafia rusa, tramas que acaban por entrelazarse, dejando al espectador con una mezcla de sorpresa y un morboso agrado.
Un diamante es el objeto de deseo de varios ladrones, que planean estrategias de cómo conseguirlo, e involucran para ello a mucha gente.
Y aparece un gitano, que esconde tras de sí un gran luchador, y además, un pillo de mucho cuidado.
Las apariencias no son lo que parece, con un final sorprendente.
Para la realización de la obra, se utilizan varios gags que hacen del thriller, una auténtica parodia.
El supuesto éxito de Snatch como comedia negra, es su tono delirante e irreverente, y de humor morboso, lo cual, junto con un gran elenco de actores componiendo estrambóticos personajes, sus disparatados entrecruzamientos de circunstancias, y sus desvergonzados enredos, hacen una amalgama bastante peculiar, no fácil de digerir para todos los públicos.
Y es en Snatch, donde se empieza a ver el estilo estético de este director:
Ángulos de cámara poco comunes, planos aberrantes, y un montaje lineal cronológico y paralelo, de acciones simultáneas.
También, se distingue por una dirección cinética, y el estilo de edición, una parcela circular que presenta numerosos giros irónicos de la casualidad, y la causalidad, y un ritmo rápido.
Se podría considerar, que Snatch tiene un estilo muy parecido al de Quentin Tarantino para narrar y mostrar las historias.
Snatch es una película de crimen, que presenta un reparto coral.
Los personajes son, a cada cual más especial, cada uno en su estilo entrañable, y sus actores, tanto lo más conocidos, como los anónimos, están estupendos.
Pero no solo de personajes curiosos, y un magnífico guión vive Snatch, la técnica y el montaje son fantásticos.
Las transiciones entre escenas son magníficas, encajan perfectamente, y aportan aire fresco por lo originales y sencillas que son en el fondo.
La presentación de los personajes, a modo casi de comic, se ajusta totalmente al estilo de Snatch, y también sorprende por su sencillez.
Los continuos primeros planos, remarcan y apoyan perfectamente al guión, sin llegar a ser pesados.
Las paradas de imagen o cámaras lentas, ayudan a prestar más atención al narrador, y no perdernos información “importante” para entender el devenir de Snatch.
También, el apartado sonoro está a muy bien nivel, no solo las canciones que inundan Snatch, y añaden mayor ritmo, sino también los fragmentos que encuadran y apoyan la narración.
“Yes, London.
You know, fish, chips, cup o' tea, bad food, worse weather, Mary fucking Poppins…
London!”
Snatch inicia presentándonos a Franky (Benicio Del Toro) un ladrón de diamantes, que tiene que entregar una enorme pieza a su jefe Avi (Dennis Farina), pero en el camino es tentado por Boris “The Blade” Yurinov (Rade Šerbedžija) para apostar en un combate ilegal de boxeo.
En realidad, es una trampa para atracarle por lo que, cuando Avi se entera, contrata a “Bullet Tooth” Tony (Vinnie Jones) para encontrar, tanto a Franky como el diamante.
Pronto, se descubre el triste destino de Franky, y la caza y captura de la gema desaparecida, lleva a todo el mundo a un juego de locos que corre el riesgo de descontrolarse, donde el engaño, el chantaje, y el fraude, se mezclan de forma sangrienta con gánsteres, un “tinker” (Brad Pitt) que pelea para poder comprarle una caravana a su madre, combates de boxeo amañados, un perro hambriento, y gran variedad de armas en una caótica merienda de negros... y en medio de todo ello, un gran diamante.
Snatch es una película, que además de su complejidad en cuanto a continuas traiciones, también posee un buen toque de humor, sobre todo, cuando con los gitanos, en especial a Mickey, cuya forma de hablar tiene tan poco articulación que no entendemos la mitad.
A destacar la labor interpretativa de Alan Ford, que encarna en su brillante papel, a un sádico mafioso, alimentador de cerdos, y un formidable Vinnie Jones, que interpreta a un asesino a sueldo.
“In the quiet words of the Virgin Mary… come again?”
Los personajes son categóricamente frenéticos, humor negro devastador, con algunos retoques violentos, y una trama fabulosamente desenfrenada, repleta de giros bastante listos; que dado la combinación de todos ellos juntos, forman la marca contundente que definen el estilo visual del director, convirtiéndolo en un excelente ejercicio criminal.
Situada en los bajos fondos criminales de Londres, Snatch contiene 2 tramas entrelazadas:
Una, relativa a la búsqueda de un diamante robado, y el otro con un promotor de boxeo de poca monta llamado “Turkish” (Jason Statham) que se encuentra bajo el yugo de un gánster despiadado conocido como “Brick Top” (ENORME Alan Ford)
Snatch cuenta con una variedad de coloridos personajes:
El irlandés gitano Mickey O'Neil (Brad Pitt); el ex agente de la KGB, y distribuidor de armas de Rusia y Uzbekistán, Boris “The Blade” Yurinov (Rade Šerbedžija); un ladrón profesional, y adicto a los juegos de azar, Franky “Four-Fingers” (Benicio Del Toro); el gánster-joyero judío norteamericano, Abraham “Cousin Avi” Denovitz (Dennis Farina); y el cazar recompensas “Bullet Tooth” Tony (ENORME Vinnie Jones)
No está demás un grupo de torpes ladrones de color formado por Sol (Lennie James), Vinny (Robbie Gee) y Tyrone (Ade)
Y no podía faltar, el perro, el mejor amigo del hombre, pero puede ser su gran amor si lleva una piedra preciosa de muchos quilates en el estómago.
El amor no entiende de edad, sexo, raza o condición, pero el amor interesado, ese sí que puede llegar a mover montañas, y hacer que estemos dispuestos a pasar por el altar con un canino pretendiente.
Jamás se habrá visto a un diamante, uno enorme, por cierto, dar tantas vueltas, generar tantos malentendidos, provocar tantos disparates, golpes y peleas, y tener tantos pretendientes, como el que pone en danza a todos los protagonistas de Snatch.
Curiosamente, no hay ninguna mujer en el reparto a excepción de la madre del gitano luchador y de la recepcionista de la casa de joyería.
Por otro lado, no me viene a la cabeza otro actor que pelee mejor que Brad Pitt.
El Brangelino tiene algo más que pasta, que la tiene y la luce en Snatch, y en las peleas, en esos combates a puños descubiertos, sus tics, sus manierismos, sus saltitos, y sus muecas, encuentran su razón de ser.
Eso está ahí, a la vista de todos, y por algo lo han puesto ya a pelear en tantas películas.
Nunca está de más, ver como al guapísimo de turno, en este caso Brad Pitt, le parten la cara en varias ocasiones.
Estamos ya aburridos de protagonistas, que ni se despeinan, tras caer de un helicóptero, y atravesar una tormenta de arena en tierras australianas, que parece que tienen firmado por contrato que no pueden salir mal en un solo plano...
Señores, sí que se puede, y eso no les hace perder glamur, sex appeal, o espacio en las carpetas de las adolescentes.
También, parecerá imposible, ver a Jason Statham estar toda una película con las manos en el bolsillo de su abrigo, sin repartir golpes a diestro y siniestro como nos tiene acostumbrados; pero así es.
El bueno de Statham no tira de bofetadas y disparos, sino de una mueca, continua que dice “están a punto de joderme” con la que, la verdad, supera por mucho el mejor de sus puñetazos.
Snatch, con sus “Cerdos y Diamante” supone un soplo de aire fresco al “enredado cine de enredo”
“Do you know what "nemesis" means?
A righteous infliction of retribution manifested by an appropriate agent.
Personified in this case by an 'orrible cunt... me”
El trabajo de todos los actores es magnífico, y nos reiremos continuamente por lo absurdo de las situaciones, paradigmas todas ellas, de un buen “facepalm” o un “WTF?”
Vas a tener que concentrarte mucho, y agudizar bien el oído, para entender qué demonios dicen esos “tinker” o “chatarreros” que sería la traducción literal, aunque en la versión española optan por “gitanos” encabezados por Brad Pitt y su familia.
De hecho, para el efecto cómico de Snatch, todas las líneas de estos personajes, hablan con un grueso acento gitano-irlandés, arrastrando las palabras juntas, y lo hablan muy rápido.
Impagables las caras de Statham y su compañero, son todo un poema cada vez que tienen que tratar con ellos, porque no hay quien pueda entenderles.
Por cierto, hay que verla en idioma original.
En Snatch, el saber no ocupa lugar, y nunca está de más, tener claro cuál es el mejor método para deshacerse de un cadáver.
Yo tampoco tengo pensado cargarme a alguien, pero esas cosas, como vemos en Snatch, a veces pasan, y a lo mejor nos resulta útil tener claro, que no hay mejor método que dárselo de comer a los cerdos; sucedió después en “Hannibal” (2001)
¿Será por eso, que está tan bueno el jamón?
Snatch posee un buen cierre, con su tensión, su incertidumbre, su momento de clímax, y la conclusión de las diferentes tramas abiertas.
Eso es lo que te mereces, tras haber estado un par de horas delante de la pantalla, y eso es lo que obtienes.
Parece sencillo, pero, como ya sabes, no es una fórmula tan habitual, como debería ser en la industria cinematográfica.
La banda sonora de Snatch, hecha por encargo, por diferentes músicos conforme a instrucciones específicas del propio Guy Ritchie, cuenta con la participación de distintos artistas, y bandas de la escena musical inglesa.
Junto a algunos diálogos selectos de Snatch, se encuentran temas de:
Massive Attack, Oasis, Mirwais y Madonna (ex esposa de Ritchie), entre otros.
“So, you're obviously the big dick.
And there on either side of you are your balls.
There are two types of balls.
There are big, brave balls, and there are little, mincy faggot balls”
Una pega de Snatch, quizás sea, que si no se está bien atentos al principio, cuando se presentan los personajes, en algún momento del metraje, nos podremos descolocar levemente; sin querer decir esto, que sea importantísimo permanecer muy atentos, pero nos ayudará a saber, perfectamente dónde estamos, y que es lo que puede ocurrir.
De la misma manera, se hace un poco desconcertante, no entender a “los tirados”, aunque nos produzcan más de una risa.
A pesar de todo el ruido, de los golpes, de las distracciones, Snatch cuenta una historia, y lo hace maravillosamente.
No quedan detalles sueltos, no hay secuencias al azar, no se pasa por alto nada, se avanza linealmente, y en paralelo, se atan cabos, y los giros de guión están perfectamente colocados.
Sí, ya sé que es fácil quedarse con las risas, con las frases malsonantes, y con los puñetazos, pero como siempre decimos:
“Sin historia no hay nada”
Y en Snatch la hay; y de las buenas.
Un apunte interesante, el cine actual le debe mucho a los videoclips, por supuesto no hablamos de esas secuencias en “slow motion”, dedicadas a destacar los atributos, habitualmente femeninos, de un personaje, o a plagar de efectos especiales, secuencias intrascendentes.
Hablamos de arriesgar con el enfoque, a dotar de dinamismo cada escena, porque cada plano cuenta.
Ahí se nota para bien ese bagaje de Guy Ritchie, una experiencia que sabe aprovechar para redondear su producto.
“You can call me Susan if it makes you happy”
Por último, la imagen social negativa de la comunidad gitana es muy clara y mayoritaria, casi prácticamente desde su concepción terminológica, como se puede observar en muchos idiomas.
En inglés la palabra “gyp” de “gypsy”, (gitano) significa “estafa” o “engaño”, y una etimología popular alemana, hace creer que “Zigeuner” (gitano) procede de “Ziehende Gauner” (ladrón itinerante)
Lo mismo ocurre con el húngaro, donde la creencia popular relaciona “cigány” con la palabra "szegény" (pobre)
Incluso, en el actual diccionario de la RAE, se recoge la siguiente acepción coloquial para gitano:
“Que estafa u obra con engaño”
Las acusaciones contra los gitanos se repiten de una u otra forma, sin cambiar de manera esencial a lo largo de los siglos.
Se les relaciona con la delincuencia, se les acusa de promiscuidad, o por el contrario, de un conservadurismo extremo; al ocultismo y las artes paganas, por ejemplo, de robar o forjar los clavos de Cristo, de echar mal de ojo, o de ser los importadores del Tarot en Europa; se les acusa de explotación infantil, de raptar niños, de oficios deshonrosos, de vagancia:
“Una raza indomable, inescrutable, infatigable, inasimilable e inexterminable, tan temida como odiada”, según dicen las peores lenguas.
Todo esto, venía dado por el no conocimiento de las otras personas.
Y los gitanos no hacían mucho por desmentirlo, ya que en cierta manera, eso le hacía salvaguardarse un poco, ya que aunque los demás, por esas leyendas les pudieran temer a ellos, ellos (los gitanos) si que tenían verdaderos motivos para temerle a los demás.
Eran tiempos en los que en algunos lugares eran perseguidos, incluso hasta casi querer su exterminio, y era lógico que hicieran lo que fuera por tal de sobrevivir.
Se denuncia así, que la criminalidad entre los gitanos no es una causa de su exclusión, sino una consecuencia, así como según dicen:
“La existencia de prejuicios arraigados, y de una profunda discriminación hacia la comunidad gitana en nuestra sociedad… y… la negación de la importancia y gravedad de estos prejuicios, aún más cuando se trata de reconocer los nuestros personales”

“Now… we are fucked”



Comentarios

  1. eh , me gusta tu pagina te invito a la mia que es :http://thameanmachine.blogspot.com/
    see you :)

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  2. Muchas gracias por tu comentario, pondré tu página como amigos bloggers en mi blog.
    Nuevamente, Gracias por seguir las notas de cine.
    Saludos !!!!

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