The Hobbit

“My dear Frodo, you asked me once if I had told you everything there was to know about my adventures.
Well, I can honestly say I've told you the truth, I may not have told you all of it...”

Como en casa en ningún sitio.
Nada puede compararse a la reconfortante seguridad y calidez que ofrece el hogar.
El mundo está lleno de peligros, de obstáculos, de armas afiladísimas esperando a clavarse en lo más hondo de nuestro corazón.
Más allá del umbral de la puerta, hay un mundo tan grande; hay tantos elementos potencialmente dañinos, que cualquier tentativa de control sobre la fatalidad, que presuntamente nos acecha, no hace más que añadir más estrés, si cabe a una existencia ya de por sí estresante, y por ello, patética.
Ante todo esto:
¿Qué puede compararse a la comodidad de nuestro salón, donde la ubicación y la elección de cada mueble, responden sólo a nuestra voluntad?
¿Qué puede haber mejor, que comer hasta reventar a base de nuestros ingredientes favoritos, cocinados como solamente nosotros sabemos, y echando mano de aquellos utensilios que tan bien conocemos?
¿Hay algo mejor, tras una intensa jornada laboral, que desplomarse sobre la cama, que preparamos meticulosamente, a primera hora de la mañana?
Si lo hay, existen unas criaturas que no quieren ni saberlo.
Afincados en un pequeño, discreto, y afortunadamente desconocido paraíso terrenal, los Hobbits viven pacíficamente, y muy alegremente, disfrutando, entre fiestas, comilonas varias, y algunas pocas horas de trabajo, del día a día.
Nadie sabe apreciar, mejor que ellos, el dulce sabor de la rutina; de la impagable certeza de que el mañana será tan plácido como el ahora.
Todas las demás riquezas y placeres del mundo, ya pueden quedárselos los elfos, los enanos, y los hombres.
Peter Jackson, en el sentido artístico, y por mucho que nos pueda engañar su aspecto, no pertenece al último grupo.
Por lo menos, muestra muchos más atributos asociables a los mencionados seres fantásticos.
Su faceta de mediano, irónicamente, es la que a priori sobresale más, porque nadie mejor que él, parece saber aquello de “'como en casa en ningún sitio”
Así lo atestigua su currículum, que fue definitivamente detectado, y de qué manera, por los radares cinéfilos de todo el mundo, con la trilogía de “The Lord Of The Rings”, en lo que sin lugar dudas, fue un acto de justicia divina para una de las obras magnas, en lo que llevamos de siglo XXI, debidamente recompensada, tanto económica como académicamente, pero que al mismo tiempo, dejó en evidencia el terrible menosprecio al que se había sometido a los primeros trabajos de un cineasta, que ya había mostrado muy buenas maneras, tanto en la irreverencia del “mockumentary” y el “splatter” como en la delicadeza del drama con aires de “fantastique”
A través de las últimas entradas en la hoja de servicios, puede detectarse, a simple vista, un evidente, revelador y a la postre, comprensible viaje de ida y vuelta por parte del autor.
El éxito cosechado en Middle-earth no se repitió, ni mucho menos, en los posteriores proyectos de Mr. Jackson, evidenciándose así, la proporcionalidad directa entre el peso, en sentido literal, de dicho director, y el interés que le prestaba el gran público.
Todo parecía dispuesto pues, para el glorioso, más bien vitalmente necesario, regreso del director al universo que lo convirtió en astro de El Séptimo Arte.
Pero antes:
Litigios por derechos de autor, manifestaciones con reivindicaciones laborales, incendios y deserciones.
Lo que fue un espeluznante, sobre todo para los inversores, el cúmulo de maldiciones, que confirmaron que Guillermo del Toro, se ha abonado a los proyectos efectivamente malditos, también supo mantener la temperatura ideal en la incubadora, para que al menos, la criatura se las ingeniara para captar la atención del mundillo, durante su larguísimo y traumático proceso de gestación.
Por si no se había echado suficiente madera, aparecieron los famosos 48 frames por segundo, que por cierto, entre los pocos que los disfruten, de momento no se encuentran los miembros de la prensa especializada de este país, queda dicho, y el fuego ardió con más virulencia.
Sí, nuestro querido Hobbit había regresado por fin a The Shire; a su hábitat natural; allí donde su cuerpo le decía que nunca debería haber dejado atrás.
No obstante, la vuelta a casa no estaba siendo como se había planeado en un principio.
El dulce hogar estaba patas arriba; irreconocible.
Era como si una panda de enanos hambrientos, de buena gastronomía y sedientos de sangre de reptil, hubiera anidado allí durante la ausencia del propietario... o también, era como si alguien hubiera desmontado la choza, y hubiese decidido empezar a construirla por el tejado.
A todos los pedruscos en el camino enumerados, antes cabe añadir el más grande de todos:
El gigantesco “handicap” que supone el ir totalmente en contra de la lógica de J. R. R. Tolkien, en lo referente a la construcción de su macro-retablo épico.
Lo que en la literatura empezó como algo muy cercano a un divertimento dirigido a un público infantil / juvenil, a.k.a. “The Hobbit” mutó definitivamente, y casi 20 años después, en el tono más oscuro y sí, adulto de la faraónica trilogía que aseguraría la inmortalidad de su autor, a.k.a. “The Lord Of The Rings”
Dicha evolución, lógica teniendo en cuenta el proceso de maduración del escritor, sumado a un contexto histórico, que también puso de su parte, se rompió en la gran pantalla, desde el momento en que la industria fílmica decidió apostar, y no sin razón, directamente por el menú más suculento.
Por supuesto, nada que reprochar, mucho menos viendo los excelentes resultados... a no ser que posteriormente, se decidiera hincarle el diente al “segundo plato” en discordia.
Fue entonces, cuando los nubarrones más negros, volvieron a brotar de las tierras de Mordor o de Erebor, lo mismo da.
Habemus problema... y por mucho que el título del filme indique lo contrario, éste era del todo esperable.
Más aún, cuando las lógicas del marketing: precuelas, secuelas... a efectos prácticos, lo mismo son, dictan que las “segundas partes” deben venderse con el más difícil todavía; con una escalada más típica de un espectáculo circense, y que prometa al espectador, llevarlo más allá de la marca registrada por la anterior experiencia.
En este sentido, y antes de que empiecen a erigirse estatuas de mármol, es imperativo dejar claro que “The Hobbit” no ha venido a satisfacer esta necesidad.
No puede, ni quiere.
Juega en una liga totalmente diferente a la de “The Lord Of The Rings”
Hay quien diría, sin pensárselo 2 veces, que lo hace en una categoría inferior, al poder considerarse esta pieza como, y que nadie se ofenda, una “obra menor” dentro del entramado que compone el vasto universo ideado por Tolkien.
Mejor o peor, lo que es innegable, es que ahora estamos ante un producto que, originariamente, tenía muchas menos pretensiones en comparación con sus archifamosos hermanos trillizos.
De hecho, no es casual, que Jackson nos hablara por primera vez, hará ya 11 años, de “The Hobbit” en una escena en la que un anciano Bilbo, narraba sus aventuras ante una audiencia exclusivamente compuesta por niños, entre los cuales, se encontraban los hijos del propio director, por cierto.
Si algo demostró Peter Jackson, antes de atragantarse a base de Oscars, fue un conocimiento científico, y un enamoramiento empedernido hacia el material de base.
Así pues, no cabe preguntarse, si es consciente o no del problema, de encontrarse en un punto de no-retorno, nunca mejor dicho, con el que tiene que lidiar.
Lo es, y es precisamente este nivel de consciencia, el que se descubre como la piedra angular para comprender todo lo que implica “The Hobbit: An Unexpected Journey”
En efecto, ha cambiado el título, usado a modo de particular homenaje al capítulo de apertura del libro... y también lo ha hecho la estructura.
Tiempo para preguntarse:
¿Cómo puede ser, que salgan 3 películas de un tomo más corto que cualquiera de los que componía la trilogía del Anillo Único?
¿Magia?
No, alquimia... algo chapucera.
Al menos controvertida, y por ello ilustrativa, en el plano conceptual, de lo que ha venido siendo, en un sentido estético, la idílica sociedad Tolkien-Jackson.
La sobresaliente apuesta barroca, por parte del neozelandés, derivaba no solamente en la saturación pictórica a base de innumerables detalles, sino en un excelso y continuo juego de luces, y sombras que ahora, funcionando de nuevo a las mil maravillas, sirve para hablar, como se ha dicho, sobre el muy discutido esqueleto del programa, en forma de tríptico.
Por supuesto, para que éste se materialice, más allá de la locura inicial, no es que se haya acortado la duración de cada entrega, hace mucho tiempo que este cineasta renunció a contarnos sus historias en menos de dos horas, sino que se ha optado por inflar cada una de ellas, con más material literario “desaprovechado” siendo “El Silmarillion” y “Los Cuentos Inconclusos” las principales fuentes de inspiración en estos menesteres.
Rememorando el también cuestionado tramo final de “The Lord Of The Rings: The Return Of The King”
¿Podemos hablar del esplendor, de la devoción del romántico, que no quiere abandonar la tierra de sus sueños, sin antes haber cubierto todo el terreno posible?
¿O por el contrario, se trata de la enésima muestra de las tinieblas típicas, de una maquinaria obsesionada, por estrujar a más no poder, a la gallina de los huevos de oro?
La respuesta queda en la penumbra de la duda.
Mientras, siguen los claroscuros.
Tras una genial pirueta narrativa inicial, tan redonda como el círculo de humo en el que se apoya, Jackson se pone a mezclar ingredientes, rescatando del olvido fílmico tramas, y personajes “ajenos”, desatando así, un diálogo entre obras que, aparte de ser necesario para que salgan las cuentas, en ocasiones da mayor consistencia al conjunto, y en otras, hace que la mezcla luzca un sabor no inesperado, sino incorrecto.
Dicho de otra manera, cuando “The Hobbit” es fiel a su naturaleza, hablamos de dinamismo, hablamos de jocosidad, hablamos de un mago contando enanos del mismo modo que un profesor enumeraría a sus alumnos, antes y después, de cada excursión, y desprende el mismo aroma del cine de maestros, la travesía va sobre ruedas, pero cuando éste intenta ponerse al nivel de otros seres que lo superan en altura, el experimento se antoja, casi siempre, como cargante, incluso ridículo.
A su manera, cuando Peter Jackson se vende, que lo hace, a una industria que seguramente, se encargó de recordarle que su crédito se estaba agotando, parece el más débil y corruptible de los hombres.
Aquel que, lejos de querer redefinir, de nuevo, la épica fantástica cinematográfica, se acoge, en el peor de los casos, a la vacuidad de “mainstream” más cobarde, y en el mejor a un ejercicio de auto-nostalgia, marcado por su propio manual, demasiado prematuro.
En cambio, cuando el comandante del barco se destapa, y rompe sus ataduras, se nos muestra como el más elegante de los elfos, a la hora de hacernos volver a soñar con las imágenes más bellas e increíbles, que precisarán de más de un visionado para apreciar todo su esplendor, y como el más curtido de los montaraces, cuando le toca ejercer, una vez más, de cicerone a través de un mundo que conoce como la palma de la mano.
Es entonces cuando, obviamente, se lo pasa, y nos lo pasamos, como un enano. Lo mínimo que cabía esperar de una obra que en un principio, “sólo” pretendía ser un torrente de aventuras, tan contundente como despreocupado, y empujado por la noble e incorruptible voluntad de salir para empaparse del exterior.
Y así, el Maese Jackson, “The Hobbit” que descubrió que no hay hogar sin viaje, emprende su nueva odisea, de momento inconcluso; sin vuelta a corto plazo, para bien o para mal, cumpliendo con las expectativas marcadas por los antecedentes. “The Hobbit: An Unexpected Journey” está lejos de “The Lord of the Rings”, como debe ser.
Peter ya no es el mismo, ni en la ejecución, más subordinada a las modas tecnológicas, ni en la previa toma de decisiones.
Pero sigue siendo The Middle-earth, y ésta sigue estando en buenas manos.
“I am looking for someone to share in an adventure that I am arranging, and it's very difficult to find anyone”
La trilogía de “The Hobbit”, es la adaptación cinematográfica, basada en la novela homónima, publicada en 1937, y escrita por el filólogo británico J. R. R. Tolkien, comprende 3 películas épicas de fantasía, acción y aventuras:
“The Hobbit: An Unexpected Journey” (2012)
“The Hobbit: The Desolation Of Smaug” (2013) y
“The Hobbit: There And Back Again” (2014)
La crisis de la Metro-Goldwyn-Mayer retrasó el proyecto.
Actualmente se encuentran en fase de posproducción y se pretende que se estrenen en 48 fps, IMAX y 3D.
El proyecto fue abordado por el neozelandés Peter Jackson, director de la trilogía cinematográfica basada en la novela “The Lord Of The Rings”, sucesora de “The Hobbit”; actuando desde un primer momento como productor, y principal impulsor de la idea.
Peter Jackson y Fran Walsh, expresaron originalmente su interés por filmar “The Hobbit” en 1995, previendo que sería la primera parte de una trilogía, las otras 2 se habrían basado en “The Lord Of The Rings”
“The Hobbit”, que no llega a las 300 páginas, suena a maniobra suicida de un megalomaníaco, obsesionado con la obra de J.R.R. Tolkien.
¿Nueve 2 más de hobbits, enanos, Orcos, y demás ciudadanía de The Middle-earth?
Así cualquiera se asusta.
“The Hobbit” o “There and Back Again” usualmente abreviado como “The Hobbit” es una novela fantástica del filólogo y escritor británico John Ronald Reuel Tolkien.
Fue escrita por partes, desde finales de los años 1920, hasta principios de los años 1930 y, en un principio, tan sólo tenía el objetivo de divertir a los hijos pequeños de Tolkien.
No obstante, el manuscrito de la obra, aún sin acabar fue prestado por el escritor a varias personas, y finalmente acabó en manos de la editorial George Allen & Unwin.
Dispuestos a publicarla, los editores pidieron a Tolkien que finalizara la obra, y “The Hobbit” fue publicada el 21 de septiembre de 1937, en el Reino Unido.
Y es la primera obra, que explora el universo mitológico creado por Tolkien, y que más tarde, se encargarían de definir “The Lord Of The Rings” y “El Silmarillion”
Dentro de dicha ficción, el argumento de “The Hobbit” se sitúa en el año 2941, de Thrid Age, y narra la historia del hobbit Bilbo Baggins, que junto con el mago Gandalf, y un grupo de enanos, vive una aventura en busca del tesoro custodiado por el dragón Smaug en The Lonely Mountain.
Debido al éxito que tuvo, y a las buenas críticas que recibió, los editores pidieron a Tolkien, una continuación.
Bautizada como “The Lord Of The Rings”, su cambio a un tono alejado del infantil, provocó que “The Hobbit” tuviera que ser modificado, ligeramente, para que ambas historias coincidieran mejor.
El Reino Enano de Erebor, también conocido como The Lonely Mountain, fue fundado en el año 1999, en Third Age, por el Rey Thráin I, quien acababa de huir, con parte de su pueblo de Khazad-dûm, tras la aparición de un balrog.
Siete siglos después, el dragón Smaug llegó a Erebor y, tras expulsar a los enanos, se apoderó del tesoro que éstos habían acumulado.
En 2463, Thrid Age, algunos hobbits de la rama de los Stoors, vivían en Gladden Fields, donde milenios atrás, el Rey Isildur de Arnor fue asesinado por los Orcos, y el Anillo Único del Señor Oscuro, Sauron, se hundió en el río Anduin.
Allí, Sméagol y su primo Déagol se encontraban pescando en el río, cuando éste último, encontró el Anillo.
Su poder despertó la codicia de Sméagol, que asesinó a su primo, para arrebatárselo y, al ser desterrado por su pueblo, vagó hasta llegar a The Misty Mountains.
Allí el poder del Anillo le corrompió, alargando su vida, más allá de lo natural, y convirtiéndole en una criatura que pasó a ser conocida como Gollum.
Cien años antes de los hechos narrados en la novela, el por entonces Rey de los Enanos, Thráin II, decidió regresar a Erebor.
No obstante, fue apresado durante el viaje, por los siervos de Sauron, y le llevaron a la fortaleza de Dol Guldur, donde le arrebataron el último de los 7 Anillos de los Enanos.
Pocos años después, el mago Gandalf entró en Dol Guldur, y descubrió que Sauron había recuperado sus fuerzas de nuevo, y que estaba reuniendo todos los Anillos del Poder.
Encontró también allí, a Thráin, y éste le dio la llave de Erebor antes de morir.
Gandalf se reunió entonces con The White Council, e intentó convencer a los miembros para que atacaran Dol Guldur, pero Saruman, líder del concilio, se opuso y Gandalf comenzó a buscar, por su cuenta, el Anillo Único en Gladden Fields.
La historia comienza un día en el que el Hobbit, Bilbo Baggins, habitante de The Shire, recibe la inesperada visita del mago Gandalf, y de una compañía de 13 enanos, liderada por Thorin Oakenshield, y compuesta por Balin, Gloin, Bifur, Bofur, Bombur, Dwalin, Ori, Dori, Nori, Oin, Kili y Fili.
Los enanos necesitaban un miembro más en el grupo, un saqueador experto, para poder llevar a cabo su plan:
Alcanzar Erebor, derrotar al dragón Smaug, y recuperar el reino, y su tesoro.
Gandalf les había recomendado para esta misión a Bilbo, y de esta forma, el Hobbit se ve envuelto en la aventura.
Bilbo Baggins, nacido en el año 2890, en The Third Age, es hijo de Bungo Baggins, y Belladonna Tuk y es el protagonista de la novela.
Así las cosas, han pasado 9 años, desde que “The Lord Of The Rings: The Return Of The King” (2003) llegara a nuestras pantallas, amasando, no olvidemos, la friolera de 11 Oscars, incluyendo Mejor Película, convirtiéndose en una de las películas favoritas del público, y coronando una trilogía, donde el realizador Peter Jackson, hasta la fecha más conocido por su cine gamberro de alto contenido sanguinolento, y por ser el firmante de la deliciosamente malévola “Heavenly Creatures” (1994), parecía confirmarse como el relevo generacional de los grandes hacedores de cine pop de los 80 y los 90: Lucas, Spielberg, Cameron.
La mecánica, que hacía funcionar la máquina tolkeniana a su perfección, partía de un hecho muy simple:
“La trilogía de Los Anillos” era un producto realizado por un fan entregado, destinado a satisfacer a sus iguales, a Jackson le dieron la oportunidad de crear el juguete más caro de la historia, y lo convirtió en un evento lúdico, de proporciones totémicas.
Un parque de atracciones, donde millones de predicadores confesos, fueron a comulgar con una sonrisa en los labios.
Los planes se frustraron cuando la productora de Jackson, Harvey Weinstein, descubrió que era Saul Zaentz quien tenía los derechos de producción de “The Hobbit”, pero los derechos de distribución todavía pertenecían a United Artists, que había mantenido esos derechos con ánimo de lucro, creyendo que los cineastas preferirían adaptar “The Hobbit” en lugar de “The Lord Of The Rings”
El estudio estaba en el mercado, por lo que Weinstein fracasó en su intento de comprar esos derechos.
Weinstein le preguntó a Jackson, si quería seguir adelante con la adaptación de “The Lord Of The Rings”, la cual fue finalmente producida por New Line Cinema.
En septiembre de 2006, Metro-Goldwyn-Mayer, el actual propietario de la United Artists (UA), expresó su interés en hacer equipo con New Line, y Jackson para hacer “The Hobbit”
Peter Jackson comentó en una entrevista, para Entertainment Weekly, que la productora MGM estaba interesada en realizar 2 películas sobre “The Hobbit” y calificó la propuesta de inteligente porque, además de generar más beneficios, la novela era relativamente ligera, en comparación con “The Lord Of The Rings” y de esta forma, se podría ampliar con escenas que no aparecían en ella, pero sí en otros escritos de J. R. R. Tolkien, como la reunión en “The White Council” que explica el hecho de que Gandalf desaparezca por un tiempo.
Después de su contratación en 2008, Guillermo del Toro confirmó que la secuela trataría sobre estas partes, que no se ven en la primera.
No obstante, el contenido de esa segunda película, se hacía depender de cuántos actores pudieran repetir en los papeles que interpretaron en “The Lord Of The Rings”
Finalmente, una vez finalizado el rodaje de las 2 películas, Jackson confirmó a través de su cuenta en Facebook, que habría una tercera con el fin de contar más sobre la historia.
El 16 de diciembre de 2007, se anunció que Jackson sería el productor ejecutivo de “The Hobbit” y su secuela.
New Line y MGM, cofinanciarían la película, y MGM, vía 20th Century Fox, la distribuiría fuera de América del Norte.
Esa es la primera vez, que New Line, tiene un acuerdo como este, con otro estudio.
El presupuesto de cada película, se estima en 150 millones de dólares, que se compara con el presupuesto de 94 millones de dólares, que Jackson tuvo para cada una de las películas de la trilogía “The Lord Of The Rings”
Después de completar la fusión, entre New Line Cinema y Warner Bros., en febrero de 2008, se anunció que el estreno de las 2 partes estaba previsto para diciembre de 2011 y 2012.
El productor Mark Ordesky, volverá a supervisar las precuelas.
Jackson explicó, que eligió no dirigirla porque hubiese sido insatisfactorio competir con sus películas previas.
En 2008, Guillermo del Toro contactó con Ian McKellen, Andy Serkis y Viggo Mortensen, quienes interpretaron a Gandalf, Gollum/Sméagol y Aragorn, respectivamente, en la trilogía de “The Lord Of The Rings”, para que volvieran a desempeñar sus papeles en las adaptaciones de “The Hobbit”
En junio de ese mismo año, Christopher Lee, quien interpretó al mago Saruman en la trilogía, mostró en una entrevista para la revista “Empire” su interés por recrear la corrupción de su personaje, hasta convertirse en aliado de Sauron; no obstante, durante otra entrevista concedida unos días después, en el Festival Internacional de Cine de Karlovy Vary, el actor declaró, que el viaje a Nueva Zelanda no sería recomendable para alguien de su edad, 88 años en esos momentos, y mostró su resignación ante la posibilidad de que sus escenas fueran cortadas de nuevo, Peter Jackson suprimió su única aparición en la versión estrenada en cines de “The Lord Of The Rings: The Return Of The King”, aunque posteriormente, fue incorporada en la versión extendida lanzada en DVD.
Lee comentó, además, que sí le gustaría prestar su voz al dragón Smaug.
En enero de 2009, Guillermo del Toro comentó en una entrevista para MTV, que los artistas John Howe y Alan Lee, ilustradores de las obras de J. R. R. Tolkien, y colaboradores de Jackson en la trilogía de “The Lord Of The Rings”, ya habían comenzado a dibujar los primeros diseños para la película, y que en breve, se les uniría Mike Mignola, autor del cómic “Hellboy” y colaborador de del Toro.
A pesar de haberse involucrado por más de 2 años en el diseño y producción de las adaptaciones al cine, el 31 de mayo de 2010, el mexicano Guillermo del Toro, renunció a la dirección de las cintas, a causa del retraso en el comienzo de la filmación, debido a los problemas financieros que atravesaba la productora Metro Goldwyn Mayer.
del Toro consideró la posibilidad de que Ian Holm, interpretara de Bilbo Baggins en la trilogía, y fuera el narrador de la película.
En enero de 2009, el cineasta confirmó que tenían en mente alrededor de 4 actores para interpretar a Bilbo, aunque aún no habían contactado con ninguno.
Después de que el proyecto recibiera luz verde, Warner Bros. desveló en un comunicado, a los primeros miembros del reparto:
Martin Freeman como Bilbo Baggins, Richard Armitage como Thorin, Rob Kazinsky como Fili, Aidan Turner como Kili, Graham McTavish como Dwalin, John Callen como Oin, Stephen Hunter como Bombur, Mark Hadlow como Dori y Peter Hambleton como Gloin.
Unos días después, la compañía anunció que James Nesbitt interpretaría a Bofur, y Adam Brown a Ori.
A principios de enero de 2011, Ian McKellen y Andy Serkis, fueron confirmados en sus respectivos papeles, mientras que Christopher Lee, confirmó a través de su página web oficial, que volverá a interpretar a Saruman.
Ya a finales de abril, Peter Jackson comunicó, vía Facebook, que el papel de Fili será interpretado finalmente por Dean O'Gorman, actor neozelandés conocido por su papel en “Young Hercules” sin que trascendiera el motivo del reemplazo de Rob Kazinsky.
En el mismo comunicado, anunció la presencia de Lee Pace como el Rey Thranduil, descartando, por tanto, a Doug Jones.
A finales de mayo, confirmará también Jackson, a través de Facebook, la presencia de Orlando Bloom retomando el papel de Legolas, y ya en junio los siguientes 4 actores:
Evangeline Lilly interpretando a “un personaje nuevo”, una elfa silvana llamada “Tauriel”; Barry Humphries encarnando “The Great Goblin”; Luke Evans como Bardo, y Benedict Cumberbatch como Smaug.
The Hobbit: An Unexpected Journey es la primera película de la historia, rodada en 48 fotogramas por segundo (fps), cuyo formato recibe el nombre de HFR 3D, que hace referencia a un 3D de 48fps, ya que el 3D estándar se emite a 24fps.
Sucede que The Hobbit: An Unexpected Journey, será lanzada en múltiples formatos, entre los que se incluye el nuevo HFR, cuyas iniciales significan: “High Frame Rate” 3D, algo así como “Alta Velocidad de Cuadros”
Con el apoyo de algunas salas de Cine seleccionadas, el HFR 3D, representará un importante avance tecnológico experimentado con películas en movimiento.
Este innovador formato, proyecta la película a 48 cuadros por segundo, velocidad mucho más cercana, a la percibida por los ojos humanos.
Como algunos ya calcularon rápidamente, corresponde al doble de lo que históricamente hemos visto en cine, nuestros gloriosos 24 cuadros por segundo, y que actualmente, impera en los cines de todo el mundo.
De mi parte, estoy ansioso por experimentarlo, ya que yo revisioné The Hobbit: An Unexpected Journey en 3D 24fps.
The Hobbit: An Unexpected Journey por lo demás, también estará disponible en 2D, 3D normal, IMAX e IMAX 3D.
Adicionalmente, podemos decir que The Hobbit: An Unexpected Journey en HFR 3D “se grabó” enteramente en digital, con una cincuentena de cámaras, y sucede que hasta el momento, sólo Peter Jackson trabaja la trilogía “The Hobbit” en este formato.
Aunque como dijo alguien por ahí, finalmente lo que importa son las historias.
Por su parte, Dolby Laboratories anunció hace ya un tiempo, que la película The Hobbit, An Unexpected Journey, se mezclaría bajo los parámetros de “Dolby Atmos”, para ofrecer un aspecto más natural, y una banda sonora más realista, con un sonido que se moverá alrededor, y por sobre el público, ayudando a trasladarlo al mundo de The Middle-earth.
El trío ganador de un Oscar, Christopher Boyes, Michael Hedges, y Michael Semanick por “The Lord Of The Rings: The Return Of The King”, tendrán la tarea de ponerse tras la consola, y realizar la producción, utilizando para ello un sistema “Avid 5”
Para quienes no estén muy familiarizados con “Atmos”, Dolby está planeando que en un futuro no muy lejano, sea la plataforma, por defecto, para todos los trabajos cinematográficos de alto nivel.
En última instancia, también se piensa que podría convertirse en una carta para los sistemas de audio caseros, y las consolas de juego.
Así las cosas, será sólo cuestión de tiempo para que las salas de Cine más prestigiosas, de cada ciudad, se terminen de equipar, para dar soporte al sistema, y nosotros pagar más por el billete de entrada.
La inversión es alta, pero probablemente, sea la última que hagan.
Sé que dijeron lo mismo del 5.1, pero piénsenlo, 64 parlantes debería ser suficiente para detener las inversiones, pero en unos buenos años, de aquí en adelante.
Otro aspecto interesante, es la ingente cantidad de prótesis, maquillaje y complementos con los que se equipó a los intérpretes:
“Con la excepción de Bombur, que utilizaba un prostético de cara completa, casi todos los demás usaban una pieza en “T”, que solo cubría la frente y la nariz, y que se mezclaba con la piel”, explica Richard Taylor, diseñador de vestuario, armaduras, armas, criaturas, y caracterización, y jefe creativo de Weta Workshop.
“Hicimos 7 pelucas para cada enano, un total de 91 pelucas”, comenta por otro lado el diseñador de maquillaje y cabello Peter Swords King.
“Casi todas, eran de cabello de yak, pero Thorin tenía una peluca de cabello humano, para sugerir su condición de realeza”
Otro de los desafíos que presentó la propuesta fue el lingüístico, dado que fue preciso crear una versión oral del “Khuzdul”, la lengua de los enanos, creada por Tolkien.
En el apéndice de “The Lord Of The Rings”, el escritor describía la conexión entre grafías y pronunciación, pero aún así, el lingüista David Salo, se vio obliado a crear nuevas estructuras que apuntalaran la consistencia de esa lengua, así como nuevo vocabulario:
“No se necesita conocer la lengua al detalle, pero sí hay que saber cómo se percibe, en la mente, y en el habla, y hacer lo posible para que lo que inventes sea consistente con esa sensación”


The Hobbit: An Unexpected Journey 

“Bilbo, allow me to introduce:
Fili, Kili; Oin, Gloin; Dwalin, Balin; Bifur, Bofur, Bombur; Dori, Nori, Ori; and the leader of our company, Thorin Oakenshield”

The Hobbit: An Unexpected Journey es la primera de las 3 partes en las que se ha dividido la novela “The Hobbit” del escritor británico J. R. R. Tolkien, para su adaptación al cine.
La idea de realizar la adaptación para la pantalla grande, viene desde 1995, cuando Peter Jackson y Fran Walsh rodaban The Frighteners.
Tras el rotundo éxito de la trilogía cinematográfica de “The Lord Of The Rings” en 2001, 2002, y 2003 respectivamente, Jackson y Walsh volvieron sobre el proyecto de realizar “The Hobbit”, pero esta vez, con el director Guillermo del Toro a la cabeza.
Tras la quiebra de los estudios MGM, del Toro se salió del proyecto, acreditado únicamente como guionista.
Peter Jackson se ocupó entonces, de la dirección, y puso en marcha The Hobbit: An Unexpected Journey en 2010, comenzando el rodaje el 21 de marzo de 2011.
del Toro y Jackson, ya habían contactado, previamente, con algunos de los actores que habían interpretado a alguno de los personajes en la trilogía anterior.
Su preestreno fue el 28 de noviembre de 2012, en Wellington, localidad natal de Peter Jackson y sede de Weta, y el estreno comercial en todo el mundo el 13 de diciembre de 2012.
Protagonizada por Martin Freeman, Ian McKellen, Richard Armitage, James Nesbitt, Aidan Turner, Graham McTavish, Jed Brophy, Stephen Hunter, Ken Stott, John Callen, Adam Brown, Dean O'Gorman, William Kircher, Peter Hambleton, Mark Hadlow, Hugo Weaving, Andy Serkis, Sylvester McCoy, Cate Blanchett, Christopher Lee, Elijah Wood, Ian Holm, Barry Humphries, Jeffrey Thomas, Lee Pace, Conan Stevens, Bret McKenzie, entre otros.
El guión de The Hobbit: An Unexpected Journey es de Fran Walsh, Philippa Boyens, Peter Jackson y Guillermo del Toro sobre la Novela “The Hobbit” de J.R.R. Tolkien.
Nominada al Oscar como: Mejores efectos visuales, maquillaje y peinado; y mejor diseño de producción.
Los enanos son los siguientes actores:
Richard Armitage como el enano Thorin Oakenshield.
Ken Stott como el enano Balin.
Graham McTavish como el enano Dwalin.
William Kircher como el enano Bifur y también como el troll Tom.
James Nesbitt como el enano Bofur.
Stephen Hunter como el enano Bombur.
Dean O'Gorman como el enano Fili.
Aidan Turner como el enano Kili.
John Callen como el enano Oin.
Peter Hambleton como el enano Gloin y también como el troll William “Bill” Huggins.
Jed Brophy como el enano Nori.
Mark Hadlow como el enano Dori y también como el troll Bert.
Adam Brown como el enano Ori.
El argumento de The Hobbit: An Unexpected Journey, se desarrolla 60 años antes, de los acontecimientos descritos en la trilogía de “The Lord Of The Rings”
Narra el viaje de un hobbit llamado Bilbo Baggins (Martin Freeman), hasta The Lonely Mountain, en busca del tesoro robado, años atrás, por el dragón Smaug.
Bilbo Baggins es un hobbit normal, y con buen sentido común, hasta que en el año 2941, de The Third Age, Gandalf y 13 enanos le visitaron.
En aquel momento comenzó su Historia:
“There And Back Again”
The Third Age, o la época de The Rings of Power, es una época en la historia de la Middle-earth, que se caracterizó por la decadencia de los elfos, y la ascensión de los hombres.
Comenzó con “La Última Alianza entre Elfos y Hombres”, y terminó con la destrucción del Anillo Único.
En el año 1.000 de The Third Age, llegaron a las costas de Middle-earth 5 seres venidos del oeste.
Únicamente el elfo Círdan, “El Carpintero de los Barcos”, observó su llegada, y sin embargo, en cuanto llegaron, cada uno se retiró a cumplir la misión que tenían.
Se trataba de los Istari, Los Magos, Maiar enviados por Los Valar, con la misión de ayudar a los pueblos libres de la Middle-earth, a combatir la oscuridad, que aún no había sido vencida.
No se conoce el número exacto de Istari que llegaron a Middle-earth, pero sí se sabe que al norte de esta, llegaron solamente 5:
Saruman:
Llamado también Curunír y en Aman Curúmo, se convirtió en The White Wizard, y jefe de la Orden de los Istari.
Gandalf:
Llamado también Mithrandir, y otros nombres, y en Aman Olórin, se convirtió en The Grey Wizard, el más sabio de todos los Istari.
Radagast:
Llamado en Aman Aiwendil, se convirtió en The Brown Wizard, y es el que tenía mayor contacto con los animales y plantas de Middle-earth.
Alatar:
Se convirtió en uno de The Blue Wizard, se fue al oriente de Middle-earth, y nunca más se volvió a saber de él, aunque según J.R.R. Tolkien, seguramente falló en su misión.
Pallando:
Se convirtió en el otro Blue Wizard, igual que Allatar, se fue al oriente, y nunca más se volvió a saber de él, con lo que seguramente falló en su misión.
Al inicio, Saruman/Curunír acompañó a los Blue Wizard al oriente, pero a diferencia de ellos, volvió, y se estableció en el oeste de Middle-earth.
Terminó por residir en La Torre de Isengard, que los hombres de Gondor le dieron.
Como se dieron cuenta después los elfos, Saruman terminó traicionándolos a todos, buscando para sí mismo, el poder de los anillos, y poseer el Anillo Único, para arrebatarle a Sauron su poder.
Radagast The Brown terminó residiendo en la fortaleza de Rhosgobel, al oriente de The Misty Mountains.
Por su interés extremo en los animales y plantas, perdió su objetivo principal, y aunque no cayó en la oscuridad, sí falló en su misión.
Gandalf The Grey fue el único de los Istari, que no se estableció en ningún lugar fijo.
Se hizo un sabio aliado, y amigo de todas las razas de Middle-earth, aunque llegaban a recelar de él, pues nunca revelaba sus verdaderos propósitos.
Cuando Círdan lo vio llegar a Middle-earth, le concedió “Narya”, El Anillo Rojo, y desde entonces, Gandalf lo portó.
Este anillo tenía el poder de levantar los corazones, y las esperanzas, ante el miedo y la desconfianza, característica que de por sí, tenía Gandalf/Olórin desde que vivía en Aman.
Con la llegada de los Istari, los elfos, en especial Círdan, Elrond y Galadriel, convocaron a un concilio de sabios, que se llegó a conocer como The White Council, del cual, Saruman era el jefe, aunque en la opinión de Galadriel, Gandalf era el que debía presidir.
The White Council tomó muchas resoluciones importantes, relativas a la lucha contra Sauron, en especial, la toma de Dol Guldur, y lo que debía hacerse en cuanto se encontrara El Anillo Único.
Al final, Saruman dejó The White Council, y este dejó de reunirse, aunque el Concilio de Elrond, en el que participaron todos los pueblos libres, tomó su lugar en un momento muy importante.
En el antiguo Greenwood The Great, comenzó a surgir una oscuridad que causaba miedo a los hombres, y de la que los elfos sospechaban.
En ese momento, el bosque fue renombrado como Mirkwood.
En el monte de Dol Guldur, comenzó a habitar un ser que nadie reconocía al principio, y que todos llamaban “El Nigromante”
En Dol Guldur, Sauron recuperó los anillos de los enanos que le faltaban, y el resto fue consumido por dragones.
Su huida posterior, gracias a la intervención de The White Council, fue una mascarada con la que pudo regresar a Mordor.
Sin embargo, pasando The Misty Mountains, en la región de Carn Dûm, surgió un nuevo reino, Angmar, del cual el Rey era conocido como “The Witch-King Of Angmar”
Posteriormente, se supo que este era el principal de los Nazgûl.
“My name is Bilbo Baggins!”
En la época en que Dol Guldur era de temer, comenzaron a intervenir en la historia de Middle-earth unos seres conocidos como hobbits.
Estos están emparentados con los hombres, y se caracterizan por su baja estatura, la abundante vellosidad, que les crece en el empeine de los pies, las orejas algo puntiagudas, y una figura normalmente rolliza.
Antes de llegar a The Shire, a mediados de The Third Age, los hobbits vivían en los valles del río Anduin, y se dividían en 3 ramas:
Fallohides, Stoors y Harfoots.
Fallohides:
Eran el grupo menos numeroso, y se caracterizaban por tener la piel y los cabellos claros, por su mayor altura, y por su delgadez.
Les gustaban mucho los árboles y los bosques, lo que hacía que prefirieran la caza a la agricultura, y que se llevaran bien con los Elfos.
Eran hábiles con el lenguaje, y se les daba bien el canto.
A finales de The Third Age, familias como los Tuk, los Brandigamo y los Bolger, tenían sangre alba.
Harfoots:
Eran el grupo más numeroso, y se caracterizaban por tener la piel más oscura, y un cuerpo más pequeño y delgado.
Les gustaban las tierras altas y las colinas, por lo que siempre vivieron en cuevas y túneles, siendo buenos amigos de los enanos.
Stoors:
Se caracterizaban por ser, como su nombre indica, los más fuertes y de constitución corporal más sólida.
Tenían los pies y las manos más grandes, y eran los únicos que tenían algún rastro de barba, aunque no solía pasar de un poco de pelo en la barbilla.
Les gustaban las llanuras y las orillas de los ríos.
The Shire se dividía en 4 Cuadernas, pero posteriormente fundaron también, pasando el río Brandivino, hacia el este de The Shire, la región de Los Gamos.
El Istar Gandalf les tomó gran cariño, y era el único que recordaba su existencia; los ayudó en múltiples ocasiones, en crudos inviernos, y en una batalla contra los Wargs.
Los hobbits de The Shire, se caracterizaban, especialmente, por su desprecio a las aventuras, aunque reconocían que siempre había algún hobbit extraño, no necesariamente ejemplar, que se embarcaba en ellas.
Ejemplos son Bandobras Tuk, el Gran Tuk, Bilbo Baggins, Frodo Baggins, entre otros.
En el río Anduin, aún llegaron a vivir por un tiempo, hobbits que no emigraron al occidente.
Dos de estos hobbits, que vivían en las orillas del río Anduin, cerca de los antiguos Gladden Fields fueron los llamados Déagol y Sméagol, que descubrieron por fin, El Anillo Único perdido en el río.
Sméagol, codiciándolo, mató a Déagol por el artefacto, y volviéndose invisible con su poder, terminó por huir a las profundidades de The Misty Mountains, donde se escondió por cerca de 500 años, tiempo que sobrevivió, solamente, gracias al poder del Anillo.
Ahí Sméagol cambió su nombre por el de Gollum.
Enamorados de su nueva tierra, los hobbits dieron, cada vez menos importancia, a los asuntos del exterior, y vivieron en paz hasta que durante The War Of The Ring, el mago Saruman invadió The Shire.
La principal característica física, que distingue a los hobbits es su baja estatura, situándose esta entre los 60 y 120cm.
A causa de su talla cercana al metro, aproximadamente la mitad de la estatura de los dúnedain, son llamados también por ellos y por los hombres de Gondor “halfling” u “operiannath” en sindarin.
Otras características físicas peculiares que los distinguen, son la abundante vellosidad que les crece en el empeine de los pies, la carencia de barba, el pelo rizado, y generalmente de color castaño, y las orejas algo puntiagudas, sin llegar a ser como las de los elfos.
Suelen tener, también, una figura rolliza, con la cara redonda y barriga, a causa de su afición a la comida, la bebida, y una vida más bien sedentaria. Su alimentación se basa en 6 comidas diarias, de cantidades abundantes.
Les gusta especialmente la cerveza, y fumar en pipa, un arte que, según “El Legendarium” de Tolkien, ellos mismos crearon, y transmitieron más tarde, a los hombres de Middle-earth.
Los hobbits no necesitan usar zapatos, pues sus fuertes pies tienen una suela de piel natural que les protege.
Son hábiles con las manos, y se dedicaban especialmente, a la agricultura, debido a la abundancia, y fertilidad de The Shire.
Antes de habitar dichas tierras, los hobbits solían hablar las lenguas que usaban los hombres, con los que habían entrado en contacto en algún momento.
Sin embargo, tras iniciar su viaje por Eriador, adoptaron la Lengua Común, aprendida de los dúnedain, aunque conservaron palabras de una lengua anterior que era muy parecida al rohírrico.
Por otra parte, Eriador, que significa “Tierra Solitaria” en la lengua sindarin, es un lugar ficticio perteneciente a “El Legendarium” del escritor británico J. R. R. Tolkien.
Es una gran región situada en la parte noroccidental de Middle-earth, entre The Misty Mountains al este, y Ered Luin o Las Montañas Azules al oeste.
En ella, se encuentran The Shire, Rivendel, Bree y el reino desaparecido de Arnor.
Otros lugares importantes en Eriador, son Rivendel y los reinos desiertos de Eregion y Angmar.
En la época de The War Of The Ring, Eriador estaba significativamente desierta.
Los hobbits, suelen vivir en agujeros que construyen en el suelo, y que equipan como cualquier casa normal.
Dependiendo de la riqueza de la familia, la casa puede tener una, varias, o ninguna ventana, siendo éstas siempre redondas, al igual que la puerta.
Los hobbits más ricos, construyen versiones más lujosas de estos agujeros, llamadas “smials”, que eran como túneles ramificados.
Entre los más importantes están “Bag-End” en Hobbiton.
No obstante, los hobbits también construían casas sobre el nivel del suelo, aunque eran poco usadas, y generalmente servían como cobertizos.
Los hobbits se caracterizan además por su naturaleza amigable, y pacífica, y detestan las guerras.
No suelen usar las armas para sus utilidades normales, ya que las consideran más como adornos para sus casas, o simplemente como “mathoms”, que es como llaman a cualquier objeto inservible que se regalan entre ellos, y tienden a ir acumulando.
El origen de los hobbits se encuentra en los Días Antiguos, aunque se sabe muy poco de su historia hasta The Third Age, salvo que Fallohides, Stoors y Harfoots, convivieron juntos en los valles del río Anduin, y allí entraron en contacto con los éothéod, los antepasados de los rohirrim, adoptando de ellos, algunas costumbres y su lengua.
En el año 1050, Third Age, el aumento en el número de Hombres del Este, que estaban preparando su ataque contra Gondor, y la aparición de una sombra en el Greenwood The Great, que no era otra cosa que Sauron, precipitaron la marcha de los hobbits hacia Eriador, para lo cual atravesaron The Misty Mountains, y allí las distintas ramas se separaron.
Los Harfoots fueron los primeros en llegar a Eriador, estableciéndose en las tierras cercanas a Amon Sûl, La Cima de los Vientos.
Cien años después, lo harían los Fallohides, de los cuales muchos acabaron mezclándose con los Harfoots, y otros llegaron al pueblo de Bree años más tarde.
Los Stoors, que habían vivido muchos años a orillas del río Anduin, llegaron a The Angle y algunos siguieron hasta Dunland, aunque más tarde, regresaron con los demás.
Sin embargo, un pequeño grupo de Stoors se quedó en Gladden Fields y 2 de sus descendientes, tendrían una notable importancia en acontecimientos posteriores de la historia de Middle-earth, Déagol y su amigo Sméagol, más tarde conocido como Gollum, que descubrieron El Anillo Único en las profundidades del Anduin.
“A dark power has found it's way back into the world”
Por otra parte, Erebor, también llamada The Lonely Mountain, es de una elevación aislada, situada al noreste de Rhovanion, que fue arrebatada por un dragón, llamado Smaug, al rey Thrór de los enanos.
Smaug era el último de los grandes dragones que quedaban en Middle-earth, y que expulsó a los enanos de The Lonely Mountain tomando su tesoro.
Smaug fue el dragón más grande de Thrid Age.
Era de gran porte, de color rojo-dorado, con enormes alas de murciélago, una piel de impenetrables escamas de la dureza del acero, y una inteligencia superior a la de la mayoría de dragones en Middle-earth.
Por esos motivos, se considera el dragón más poderoso en la historia de Arda después de Ancalagon.
Su único punto débil, el vientre, estaba protegido casi por completo por una capa de piedras preciosas y oro incrustadas en su piel, tras yacer durante siglos, sobre el tesoro del Reino bajo la Montaña.
Esa protección fallaba, sin embargo, en un único punto desprotegido, que permitía ver la suave piel de debajo.
Rhovanion es una vasta región del continente conocido como Middle-earth, emplazada al este de The Misty Mountains.
En ella habitan buena parte de las razas fantásticas que aparecen en las obras de J. R. R. Tolkien, desde elfos, enanos, hombres del Norte y hobbits, hasta arañas gigantes.
En el idioma élfico sindarin, Rhovanion significa “Tierra del Extravío”, también se la conoce como “Las Tierras Ásperas”
“I would take each and every one of these dwarves over the mightiest army!”
Los enanos, como su nombre indica, son más bajos que los humanos, con una altura de entre 120 y 150 centímetros, pese a ello, son robustos, corpulentos, y más fuertes y recios que el resto de razas.
Todos tienen barba, tanto hombres como mujeres, y el cortársela es la mayor vergüenza y ofensa que se les puede hacer, mereciendo el odio y rencor de toda la raza.
Su carácter es tenaz, indomable, y persistente es el esfuerzo y el trabajo, y, de hecho, son la raza más trabajadora de la obra de Tolkien.
Son valientes en el combate, y su voluntad y orgullo son indoblegables, por lo que rara vez, son engañados, y pocas veces han sido corrompidos por el mal, ni siquiera mediante Los Anillos de Poder.
Aun así, a aquellos a los que no les agrada esta raza, insisten en llamar terquedad a su persistencia y soberbia a su orgullo.
Les desagrada nadar, navegar, volar, y montar bestias mayores que un poni, por lo que estas monturas son las únicas que usan cuando no se puede caminar.
Su ferocidad en combate es legendaria, pero lo es aún más, la maestría de las armas que utilizan.
Es más frecuente verles con martillos y hachas, creadas para el combate que con espadas y arcos, aunque no dudan en usar cualquier tipo de arma, si la situación lo requiere.
También van fuertemente protegidos, pues soportan bien grandes pesos.
Fueron los inventores de las hachas y martillos de combate, las cotas de malla, las más maravillosas gemas, y edificaciones.
La presencia de las mujeres enanas en las historias de Tolkien, si bien existe, queda perfectamente encajada en el terreno de lo anecdótico.
Sólo el nombre de Dís, madre de Fili y Kili, y hermana de Thorin, es conocida, y circulan numerosas leyendas acerca del origen de los enanos, impulsadas por el aparente hecho de que las mujeres enanas existen en muy escaso número, llevan una vida reclusiva, y su apariencia externa no difiere gran cosa, de la de sus compañeros masculinos.
Cuando los Elfos iniciaron “The Sundering Of The Elwes” su gran marcha desde Cuiviénen, en las Edades de los Árboles; los enanos despertaron en el Mount Gundabad.
El Primero en hacerlo fue Durin, y como no tenía pareja, marchó, solo, hacia el sur, caminado paralelo a The Misty Mountains, y al llegar al valle de Azanulbizar, quedó maravillado por la belleza del lugar.
Por ello, decidió fundar su Morada, llamada “Khazad-dûm”
Durin I, El Inmortal, el primer padre, señor y fundador de “Khazad-dûm”
Más tarde, convocó a los Otros Padres de los Enanos, que vivieron un tiempo en Moria, para luego marchar, cada uno con su pueblo, a los lugares donde se instalarían definitivamente.
Thráin I, Último Rey de Moria, que llevo a su pueblo al exilio, y fundó el Reino bajo la Montaña en Erebor.
Thorin I, hijo de Thráin I, y fundador del Reino de Ered Mithrim, poseedor de uno de los Anillos de los Enanos.
Dáin I, sucesor de Náin II, Oin, y de Gloin, este último hijo de Thorin, arriba citado; señor de Ered Mithrim, hasta ser expulsado por los dragones del Desierto del Norte.
Gimli, hijo de Gloin, y descendiente del hermano de Dáin I, Borin, fue uno de los héroes de The War Of The Ring, y fundador del Reino de Aglarond.
Thrór, heredero de Dáin I, que llevó a parte de los supervivientes de Ered Mithrim a Erebor.
Años más tarde, sería expulsado de allí, por el dragón Smaug The Golden o The Magnificent.
Su muerte a manos de Azog The Goblin, líder de los Orcos de Moria, provocó la Guerra de Enanos contra Orcos.
Existen varios tipos distintos de Orcos, y el Goblin es la versión cavernícola de los Orcos, más enclenques que sus parientes de la superficie, y más parecidos por aspecto y actitud, son extremadamente cobardes, a los Goblins de otros universos fantásticos.
Siguiendo con los enanos, el nieto de Thror, Thorin II Oakenshield, (Richard Armitage) lideró una partida formada por el hobbit Bilbo Baggins y otros 12 enanos para recuperar el tesoro.
Thorin II Oakenshield es un enano del linaje de Durin, nacido en The Lonely Mountain en 2746 de Third Age, es hijo de Thráin II, y nieto de Thrór, el último Rey bajo la Montaña, antes del ataque de Smaug The Magnificent.
Siendo menor de edad (26 años) fue expulsado, junto a su abuelo, y a su padre de Erebor, por acción del Smaug, en 2770 Third Age; huyendo hacia el sur con una pequeña compañía, e instalándose en las Dunland.
Al morir su abuelo, a manos de Azog el Orco, en las Puertas de Moria; su padre Thráin II comienza la Guerra entre Enanos y Orcos de 2793 a 2799 Third Age, para vengar la muerte de Thrór; de la que Thorin participa activamente, siendo todavía muy joven y valeroso.
Es en la Batalla de Azanulbizar donde obtiene su apodo “Oakenshield”, puesto que se cuenta que:
“...su escudo se partió, y que él lo arrojó, y con el hacha, cortó una rama de roble que sostuvo en la mano izquierda, para parar los golpes asestados por sus enemigos, o esgrimiéndola como una porra”
En enero de 2941 Third Age, y cuando volvía de un viaje a Rivendel, se encontró en Bree con el Mago Gandalf, y allí tramaron la idea de recuperar Erebor.
Un mes más tarde, contactan a Bilbo Baggins, e inician la travesía hacia The Lonely Mountain junto a una compañía de 12 Enanos, entre los que se encontraban sus sobrinos: Fili y Kili.
Erebor, “The Lonely Mountain”, se encontraba en Rhovanion, al sur de Ered Mithrim, entre Mirkwood y las Iron Hills.
Mirkwood, también llamado Greenwood The Great antes de la Thrid Age, e Eryn Lasgalen tras La Guerra del Anillo, ocupa una buena parte del territorio de Rhovanion.
En la época de La Guerra del Anillo, parece que nada quedaba de esos antiguos reinos, excepto pueblos como los Hombres de Mirkwood, los Beórnidas, los Hombres de Valley, los de Esgaroth.
En estas tierras, cerca del Anduin, habitaron los Éothéod, los antepasados de los Rohirrim.
También, provienen de Rhovanion los antepasados de los hobbits.
Ered Mithrim está situada al norte del gran Mirkwood, y que marca la frontera septentrional de Rhovanion.
Es llamada Ered Mithrim en sindarin porque está compuesto por “Ered”, plural de “orod”, “Montañas”, raíz “Orot” por metafonía, cambia “o” por “e”, y Mithrim, plural de “mithrem”, “Grises”, raíz de “mith”
Las montañas son ricas en minerales, especialmente oro.
Sus laderas septentrionales marcan la frontera con las yermas tierras del Withered Heath, hogar de los Dragones que en The Third Age, asolaron el norte de Rhovanion.
Ered Mithrim fueron, desde tiempos inmemoriales, tradicional hogar de los Enanos.
Los Longbeards de Khazad-dûm las consideraban como parte de su reino desde la First Age, y siempre hubo comunidades de Enanos explotando sus minerales.
Aunque la gran colonización se dio a mediados de Third Age luego de la caída de Moria, cuando los enanos, expulsados por el Balrog, en su gran mayoría, se dirigieron al norte, y las ocuparon.
En 2210 Third Age, Thorin I, hijo de Thráin I, abandona Erebor, y se dirige con su pueblo a engrosar las comunidades enanas de Ered Mithrim, y a partir de ese momento, y por algunos siglos, los Enanos prosperan de nuevo.
Pero los Dragones se enteraron de esta prosperidad y, porque siempre fueron amantes de metales y piedras preciosas cobraron fuerza, y se multiplicaron, e hicieron la guerra a los Enanos, y estropearon sus obras.
Finalmente, Dáin I, junto con su hijo segundo, fue muerto a las puertas de sus estancias por un gran dragón frío.
Mirkwood es el nombre que toma Greenwood The Great, después de la llegada del Nigromante, en el año 1050 Thrid Age.
“Precious”
Sauron, como “El Nigromante” reaparece en el oeste de Middle-earth, aproximadamente, en el año 1000, cuando se escondió en Dol Guldur, en una colina en el sur del Greenwood The Great, llamado en adelante Mirkwood, donde fue conocido como “El Nigromante”, tal y como se narra en “The Hobbit”
En un principio, se creía que El Nigromante era uno de los Nazgûl, hasta que Gandalf entró en secreto en Dol Guldur, y descubrió que no era otro que Sauron.
“Nigromante” es una palabra del oscurantismo en Europa, muy relacionada con la Necromancia, pero con ligeros matices.
“Necromante” designa a un hechicero que tiene tratos con los espíritus de los muertos, con el fin de desvelar el futuro, fundamentalmente, o simplemente servirse de ellos.
El término “Nigromante” se refiere a quien usa la magia negra o diabólica, entendiendo como tal, una fuente de poder maligno.
Esto incluye también la Necromancia dentro del término “Nigromancia”, aunque el área específica de ésta, sea el trato con los muertos, “necro” es un prefijo que significa “muerto”, mientras que “nigro” significa “negro”
De esta forma, Sauron era conocido como “El Nigromante” por sus corruptores poderes de magia negra, capaces de dominar a los espíritus oscuros menores, y atarlos a animales, y hombres para darles terribles poderes.
El fin último de Sauron estaba casi consumado:
Tendría el poder de los Noldor, los clanes elfos, lo que más deseo por toda su existencia.
Ya que éstos habían usado The Rings of Power, atados al suyo, solo tenía que encontrar El Anillo Único y los Elfos caerían bajo su poder.
Durante La Guerra del Anillo en 3019 Third Age, las fuerzas de Sauron salieron en gran número de Dol Guldur para atacar El Reino Élfico del bosque en el norte, y el Reino Dorado de Lothlórien en el sur.
Sin embargo, ambas campañas fracasaron, y los elfos respondieron destruyendo los ejércitos de Mirkwood, echando abajo las murallas de Dol Guldur, y asolando sus pozos y mazmorras.
Finalizada La Guerra del Anillo, y tras la partida de Galadriel Aman, Las Tierras Imperecederas, Celeborn y Thranduil, se encontraron en medio del bosque; y dieron al Mirkwood el nuevo nombre de Eryn Lasgalen, “El Bosque de las Hojas Verdes”
El primero dejó Lórien, y se estableció en la parte sur del Bosque, y llamó a su nueva morada Lórien Oriental.
Mientras que Thranduil reinó sobre el norte, hasta las Emyn Duir.
Thranduil es un elfo de raza sindar, hijo de Oropher y padre de Legolas.
Rey del los elfos silvanos del Eryn Lasgalen desde finales de Second Age.
El Reinado de Thranduil tiene lugar, principalmente, durante Third Age.
Los primeros hechos relevantes se producen sobre el año 1050 Third Age, cuando se detecta la presencia de un nigromante al sur de Eryn Lasgalen.
El reino de Thranduil se empieza a empequeñecer, y a llenar de criaturas malignas que él consigue mantener a raya.
Finalmente el nigromante resulta ser Sauron, y un ataque rápido dirigido por The White Council, consigue ponerlo en fuga durante algunos siglos.
En los lindes del Eryn Lasgalen al sur de la Carroca, y algunas millas al norte del Viejo Camino del Bosque, se encontraba este lugar que era la morada de Radagast The Brown, por el color de sus ropas.
Al poco tiempo de llegar a Middle-earth, este Mago tuvo tratos con animales y pájaros; y abandonó a los Elfos y a los Hombres, y pasó sus días entre las criaturas silvestres, retirándose a vivir en los lindes del Eryn Lasgalen.
Radagast The Brown es el tercero de los 5 magos enviados a Middle-earth.
En “Las cartas” y en “Los Cuentos Inconclusos” se dice que de los 5 Magos, sólo uno permaneció fiel a su misión, y sólo uno regresó a su hogar, en Aman, “Las Tierras Imperecederas” y fue Gandalf.
El destino de Radagast por entonces es desconocido.
De ahí se puede extraer, que todos los Istari, excepto Gandalf, se apartaron del camino por el que habían sido enviados.
Se desconoce en qué consistió la “separación” de Radagast, aunque es colectivamente creído, que su pasividad se debió a que había olvidado su verdadera función, ayudar contra el Enemigo, para centrarse en la defensa de la naturaleza.
Radagast era originariamente un espíritu maia de Yavanna “La Fructífera”, llamado Aiwendil, que significa “Amante de Las Aves”
Radagast tiene la virtud de hablar con los animales, sobre todo con los pájaros.
Según se dice en algunos escritos, Aiwendil fue escogido por Yavanna para acompañar a Curúmo/Saruman a Middle-earth, a la que llegó en el año 1000 Third Age.
Las referencias que Gandalf da sobre Radagast son positivas, describiéndolo como un “mago justo y honesto”
Por último, Iron Hills son un grupo importante de colinas, ubicadas al noreste de Erebor, The Lonely Mountain, y al sur de la cadena montañosa de Ered Mithrim; ricas en hierro, eran la fuente principal de abastecimiento de ese metal para los Enanos.
Habitadas por los Enanos desde First Age, quienes desde su despertar se habían extendido hacia el Sur, hacia el Oeste, y hacia el Este, por lo que consideraban a las Iron Hills, Ered Mithrim, y a los valles orientales de The Misty Mountains como su propia tierra.
Erbor, o The Lonely Mountain contaba con 6 grandes brazos que se abrían a distintas direcciones como una estrella.
Entre los 2 brazos que se extendían hacia el sur y sureste, abrigaban un valle en donde se encontraba la Ciudad de Valle; y en el extremo del primero, se hallaba la Colina del Cuervo y el Puesto de Guardia.
En el interior de Erebor, nacía el Río Celduin, que descendía a la superficie, y volcaba sus aguas hacia el sur, pasando entre estos brazos.
Otras 2 estribaciones se abrían hacia el oeste, en largas crestas de faldas abruptas, que sin interrupción caían hacia el llano.
El nombre Sindarin de la gran montaña está compuesto por la palabra “Ereb”, que significa “Solitaria”, raíz “Ere”; y la palabra “Orod”, plural de “ered”; cuya traducción es “Montaña”, raíz “Orot”; la partícula final “od” se pierde por razones fonológicas.
El nombre Sindarin, dado por los Elfos Silvanos de Thranduil, hace referencia al hecho de que la Montaña se eleva solitaria, en medio de una gran planicie conocida como “La Desolación de Smaug”, teniendo como elevaciones más cercanas a las Iron Hills, al Este y las Ered Mithrim al Norte, pero a muchas millas de distancia.
Si bien Erebor es conocida por los Enanos y por los Hombres del Norte, desde Second Age, no es colonizada hasta el año 1999 Third Age, tras la dispersión provocada por la caída de Moria, a manos del Balrog.
Fue el rey enano Thráin I, apodado “El Viejo”, que era hijo de Náin I, el último Rey de Khazad-dûm, el que empezó allí nuevas obras, y se convirtió en Rey bajo la Montaña.
Durante los trabajos de excavación, encontró lo que sería el símbolo de los Enanos de Erebor, “La Piedra del Arca”, cuyo valor era incalculable.
La Piedra del Arca, también llamada “El Corazón de La Montaña”, es una gran joya blanca, encontrada en Erebor por Thráin I, que era parte del mayor tesoro de los Reyes de Erebor, pero quedó allí, cuando Smaug expulsó a los Enanos en 2770 Third Age.
Pero en el año 2210, Thorin I hijo de Thráin, abandona Erebor para dirigirse a Ered Mithrim, donde se estaban reuniendo los Longbeards, con el fin de explorar y explotar esas montañas.
Pero los dragones fríos comenzaron a atacar, y a destruir las posesiones enanas, lo que los obligó a una nueva dispersión.
Fue así que en el año 2590 Thrór hijo de Dáin I, junto con Borin, hermano de su padre, y el resto del pueblo, regresó a Erebor.
Allí el abuelo de Thorin Oakenshield llevó “La Piedra del Arca” y engrandeció el Reino bajo la Montaña, hasta convertirlo en el principal centro de producción y de comercio de la región, porque no sólo hacían cosas asombrosas y bellas, sino también armas y armaduras de gran valor; y había un gran tráfico de minerales, entre ellos, y sus parientes de las Iron Hills, y los Enanos vivían en la abundancia, y había fiestas, y canciones en las estancias de Erebor.
No habían transcurrido 200 años de la ocupación definitiva en The Lonely Mountain, cuando Smaug The Magnificent, el más grande de los dragones de entonces, se alzó, y sin advertencia alguna, se lanzó contra el Rey Thrór y descendió sobre la Montaña envuelto en llamas, destruyendo todo el reino y la cercana ciudad de Valle, quedó deshecha y abandonada; pero Smaug penetró en la Gran Estancia, y yació allí sobre un lecho de oro.
Los Enanos supervivientes abandonaron Erebor, y se dispersaron nuevamente.
“In a hole in the ground there lived a hobbit.
Not a nasty, dirty, wet hole, filled with the ends of worms and an oozy smell, nor yet a dry, bare, sandy hole with nothing in it to sit down on or to eat:
It was a hobbit-hole, and that means confort”
En el año 2941, y a instancias de Gandalf The Grey, se formó una pequeña compañía de Enanos, encabezada por Thorin “Oakenshield”, nieto de Thrór hijo de la familia poseedora del tesoro robado por Smaug; con la intención de recuperar The Lonely Mountain, y llegaron a la casa de Bilbo en Bag-End al final de Bagshot Row, por este orden:
Dwalin, Balin, Kili y Fili, Dori, Nori, Ori, Oin y Gloin; y más tarde, llegó Gandalf acompañado de Bifur, Bofur, Bombur y Thorin.
Dwalin (Graham McTavish) era hijo de Fundin, hermano de Balin, y primo de Oin y de Gloin.
Nacido en 2772 Third Age, en Erebor, era un enano de barba azul, recogida en un cinturón dorado, y ojos muy brillantes, bajo el capuchón verde oscuro.
Balin de Moria (Ken Stott) es descrito como un enano de avanzada edad, y de barba blanca.
Fue el segundo en llegar a casa de Bilbo después de Dwalin, con su capuchón de color escarlata.
Es tío segundo de Gimli, uno de los protagonistas de “The Lord of the Rings”, Hijo de Fundin, y hermano de Dwalin, nació en el Reino bajo la Montaña, en Erebor, en 2763 Thrid Age, pero en 2770, Smaug expulsó de allí a su pueblo.
Kili (Aidan Turner) es un enano de la Casa de Durin, hijo de Dís, la Hermana de Thorin, y una de las pocas mujeres enanas que se conocen.
Nació en las Ered Luin en el 2864 Third Age.
Fili (Dean O'Gorman) es un enano de la Casa de Durin, hijo de Dís, la Hermana de Thorin, y una de las pocas mujeres enanas que se conocen.
Nació en las Ered Luin en el 2859 Third Age.
Por su juventud, él y su hermano Kili, eran los más ágiles de la expedición, por ello Thorin los mandaba siempre como vanguardia para explorar, además, era hábil con las cuerdas.
Dori (Mark Hadlow) es un enano de la Casa de Durin, nació en las Ered Luin, desconociéndose su año de nacimiento.
Al pobre Dori le tocó cargar a Bilbo Baggins en la huida de la Compañía, por los túneles de los Goblins, perdiéndolo en la oscuridad, cuando el Hobbit chocó su cabeza contra la parte superior de la boca de un túnel, justo en el momento en que un Goblin lo había tomado de un pie.
Más adelante, acudiría otra vez en su ayuda, cuando en el ataque de los Wargs, lo ayudó a subir a la rama de un pino.
Luego sería el “compañero de vuelo” de Bilbo en las garras de una de las águilas de Gwaihir, un águila noble descendiente de Thorondor, y que toma su lugar como Rey de Las Águilas en la Thrid Age.
La primera aparición de Gwaihir, aunque sin ser nombrado explícitamente, en la historia de Middle-earth, fue en el año 2941 Third Age cuando, junto a un grupo de águilas bajo su mando, rescató a la Compañía de Thorin, a Bilbo Baggins y a Gandalf del ataque de los Wargs en El Claro de los Lobos en The Misty Mountains para llevarlos a salvo a “La Gran Repisa”, su morada en aquel entonces, en donde los alimentó, para luego dejarlos en “La Carroca”
Se llamaba así a “La Gran Roca” casi una colina de piedra que estaba emplazada en el curso superior del Río Grande, al sudeste de “La Gran Repisa”
Nori (Jed Brophy) es un enano de la Casa de Durin, nacido en las Ered Luin. Tolkien no precisó su año de nacimiento ni el de su muerte.
Ori (Adam Brown) es un enano de la raza de Durin, nacido en Erebor pero se desconoce en qué año.
Oin, hijo de Groin (John Callen) es un enano de la casa de Durin, es el hijo mayor de Groin, y nació en la Dunland en el año 2777 Thrid Age.
Gloin (Peter Hambleton) es un miembro noble de la raza de los enanos, miembro de la casa de Durin.
Gloin nació en el 2783 Third Age, era hijo de Groin, quien a su vez era nieto de Borin, el hijo más joven del Rey Náin II, y por tanto, de ascendencia directa con el propio Durin I.
Oin, otro de los compañeros de Thorin, era su hermano.
En “The Lord of the Rings” Gloin participó en el Concilio de Elrond como representante de los enanos de The Lonely Mountain.
Su hijo Gimli partiría como representante de los enanos en "The Fellowship of The Ring"
Bifur (William Kircher) es un enano, y aunque desciende de los enanos de Moria, no pertenece a la Casa de Durin. 
Nació en las Dunland desconociéndose su año de nacimiento, y es Primo de Bofur y de Bombur.
Se presentó ante Bilbo Baggins, con una capucha dorada, y tocó el clarinete, amén de comer mucha tarta de manzana, con mermelada de frambuesa.
En el viaje, luchó denodadamente para evitar, junto a Bilbo, que los atraparan los trolls, en el Bosque de los Trolls, pero al final, fue capturado y puesto en un saco, junto al fuego, para ser el primer enano “cenado”
Bofur (James Nesbitt) es un enano, y aunque desciende de los habitantes de Moria, no pertenece a la Casa de Durin.
Nació en las Dunland, desconociéndose su año de nacimiento.
Se presentó ante el hobbit Bilbo Baggins, con una capucha dorada, y tocando el clarinete, junto a Bifur, amén de comer mucha tarta de carne picada, y de queso.
Bombur (Stephen Hunter) es un enano, y aunque desciende de los Enanos de Moria, no pertenece a la Casa de Durin.
Nació en las Dunland desconociéndose su año de nacimiento.
Se presentó ante Bilbo Baggins en la última tanda en llegar a Bag-End cayendo sobre la alfombra de la entrada, cuando el Hobbit abrió, bruscamente la puerta. Tenía un capuchón verde pálido, y se trataba de un enano gordo, y de buen tamaño, para los de su raza, cuyo exceso de peso le trajo más de un problema en el viaje a Erebor.
En el episodio con los Trolls, Tom, Bert, y William “Bill” Huggins, ofreció tanta resistencia a su captura, que los Troll lo amarraron fuertemente, y lo pusieron junto al fuego.
Además, claro, porque representaba un jugoso bocado.
Hacia finales de Thrid Age, el enano Gloin le contaría a Frodo Baggins, en Rivendel, que Bombur era un enano muy rico, pero tan gordo, que hacían falta 4 personas para ayudar a subirlo y bajarlo de la Cama.
Todos los enanos llegaron por medio de una marca que Gandalf hizo en la puerta de la casa de Bilbo, la Cirth nº 19 “G”, empleada por Gandalf como emblema, o marca personal, y todos los enanos y Gandalf se quedaron a cenar, y a dormir allí, y le contaron a Bilbo por lo que habían ido a su casa.
Bilbo, a pesar de pensar que estaban locos, aceptó.
De camino a The Misty Mountains, la compañía entró en el Bosque de los Trolls.
Allí se encontraron con un grupo de 3 trolls:
Tom es uno de los 3 trolls que capturan a Bilbo Baggins, y a la compañía de enanos en el bosque de los Trolls.
Thorin, que es el último enano en ser capturado, y el que más problemas les da, aparte de Bifur y Bombur, le parte un diente con una rama, cuando trata de meterle en un saco como a los demás.
William “Bill” Huggins es el primer troll que atrapa a Bilbo, cuando éste intenta hurgar en su bolsillo, y que por la conversación que mantienen entre ellos, parece el líder de los 3.
Acaba, como sus 2 compañeros, Bert y Tom, convertido en piedra, por culpa del ardid de Bilbo, que les mantiene entretenidos hasta el alba, de los que se libraron gracias a la astucia de Gandalf.
El mago, conociendo el punto débil de estas criaturas, les distrajo hasta el amanecer, momento en el cual, se convirtieron en piedra por el efecto de la luz del sol.
En la guarida de los trolls, la compañía encontró unas espadas del antiguo reino élfico de Gondolin.
Thorin cogió a Orcrist, la espada de Ecthelion, Capitán de la ciudad, y Gandalf a Glamdring, la espada que pertenecía al Rey Turgon.
A Bilbo le dio una daga, aunque él podía usarla como espada por su estatura, a la que llamó Sting.
Poco después, llegaron a Rivendel, la tierra gobernada por el medio elfo Elrond (Hugo Weaving), quien les ayudó a descifrar el mapa del tesoro de Smaug, y las inscripciones de runas que tenían las espadas.
Allí, Gandalf se reúne con la elfa Galadriel (Cate Blanchett) y con el mago Saruman The White (Christopher Lee), donde relata su encuentro con Radagast The Brown (Sylvester McCoy)
Ya en The Misty Mountains, una tormenta les obligó a resguardarse, y fueron a parar a una caverna llena de Goblins comandos por el Gran Goblin (Barry Humphries) que les persiguieron, y que captura a la compañía de Thorin cuando se refugia de la tormenta en la entrada de su caverna.
El Gran Goblin empieza a interrogar a Thorin, y le amenaza con terribles torturas, y al reconocer su espada élfica, apodada “Orcrist”, y que ellos conocen como “La Cortar Orcos”
Sin embargo, en ese momento interviene Gandalf, causando gran confusión entre los Goblins, con un fuego azulado mágico, y atravesando al Gran Goblin, de parte a parte, con Glamdring.
Ni en el Hobbit, ni en ningún otro texto de Tolkien, recibe nombre propio esta criatura: El Gran Goblin.
En la cueva intentaron huir, y los enanos se iban turnando a Bilbo, para llevarlo a la espalda.
Cuando uno de los enanos lo llevaba, se dio un golpe en la cabeza, y se cayó al suelo haciendo que Bilbo se perdiese.
Así, tras encontrar un misterioso anillo, el Hobbit llegó a la orilla de un lago subterráneo, donde vivía una criatura llamada Gollum (Andy Serkis)
Éste le desafió a un juego de acertijos.
En el caso de que Gollum ganara, se comería a Bilbo, y si no, guiaría al hobbit hasta la salida.
Tras perder, Gollum se negó a cumplir su promesa, y fue en busca de su anillo para matar a Bilbo, pero éste, que la tenía en su poder, al caer, se incrusto en su dedo y descubre que la joya le volvía invisible cuando se la ponía, y gracias a ello, logró escapar y reunirse con sus compañeros.
Cuando salió de la cueva, Bilbo estuvo un rato buscando a sus compañeros, hasta que los encontró, y les contó cómo había escapado, pero sin mencionar el anillo.
Sin embargo, la empresa de Gandalf era encontrar el anillo por medio de Bilbo, y no tanto, ayudar a los Enanos.
Por el camino, todos fueron perseguidos por los Goblins, y la compañía de Thorin debió refugiarse en los árboles, porque los lobos los persiguieron.
Desde estos, Gandalf lanzó un ataque con piñas incendiadas que prendieron fuego, no solo a los lobos, sino a parte del bosque; lo que fue advertido por el Señor de las Águilas, quien acudió en rescate da la Compañía, y fueron llevados a La Morada del Rey de las Águilas, ubicada en la ladera oriental de una alta montaña, cuyo nombre se desconoce, cerca de The Misty Mountains, y muy cercana, al oeste, del Vado de la Carroca.
Se trataba de un amplio espacio, ubicado a mucha altura, al que no se podía acceder sino volando; y no había sendero para bajar, excepto saltando a un precipicio.
Desde allí, El Señor de Las Águilas controlaba, y vigilaba todo movimiento de hombres, Goblins, Enanos, Elfos y bestias, que ocurriera en la región de los Valles del Anduin.
En los alrededores, se ubicaban los nidos de las otras grandes águilas, que componían la hueste de Gwaihir.
Allí les dieron cobijo un tiempo, y los llevaron hasta el Mirkwood.
Además, descubrirán que un antiguo y malvado poder, amenaza Middle-earth.
Su viaje les llevará a internarse dentro tierras traicioneras y salvajes, repletas de Goblins y de Orcos, wargs y arañas gigantescas y hechiceros.
Aunque su objetivo se encuentra al Este, y en las regiones de The Lonely Mountain, primero deberán escapar de los túneles de los Goblins, donde Bilbo encontrará a la criatura que cambiará su vida para siempre: Gollum.
A solas con él, en la orilla de un lago subterráneo, Bilbo descubrirá su astucia y su coraje, cualidades desconocidas hasta entonces para él; también conseguirá la posesión más preciada por Gollum, un anillo de oro que posee inesperadas y útiles cualidades.
Un simple anillo de oro, al que está ligado el destino de Middle-earth de una manera que Bilbo comenzará pronto a descubrir.
“I cannot guarantee his safety”
Una cosa se me quedó grabada en mi paso por la escuela, una frase que dijera un recordado profesor:
“Siempre hay que mantener bajas las expectativas” y así he procurado hacerlo, tanto cuando se hace algo, o se espera ver algo de otro.
Sin embargo con The Hobbit: An Unexpected Journey me vi sobrepasado.
Haber seguido los diarios de producción del director a través de facebook, las imágenes que cada tanto, aparecían del equipo y los actores en set, o los mismos afiches, que al momento de aparecer, publiqué en mis redes sociales.
De hecho, algunos críticos americanos se han quejado públicamente de que “The Hobbit” y “The Lord Of The Rings” son diferentes, que no comparten ese gusto por la oscuridad que si poseían las películas protagonizadas por Elijah Wood, Viggo Mortensen y compañía.
La respuesta es bien sencilla:
Mientras que una es un relato épico, lleno de muertes gloriosas y espectaculares batallas, otro es un cuento infantil, que trata sobre el complicado proceso que atraviesa un niño, o adolescente, hasta que se convierte en un hombre.
Las novelas referentes al Anillo Único están repletas de duro belicismo, del triunfo de la oscuridad sobre el bien, en un principio, del esfuerzo sobrehumano que la naturaleza nos exige, para mantener el orden de las cosas.
En cambio, en “The Hobbit” prevalece la aventura, la fantasía y el humor sobre los grandes conflictos armados, ojo que también los hay.
Por tanto, aunque ambas tengan mucho que ver entre sí temáticamente, comparten personajes, tramas y mundos, hay que dejar claro que el tono es algo diferente, cada una en su estilo, aunque nunca olvidando que el director es el mismo, y es justamente eso, es lo que les otorga a ambas, un sabio y justo equilibrio de género.
Sin embargo, habrá discusiones entre los lectores apasionados del libro, y los que no han leído una sola página de la magna obra de Tolkien.
De mi parte, comento que la reunión entre Bilbo y Gollum fue sacada “mentalmente” del libro expuesto en la pantalla de una manera sorprendente, es decir, la vi tal cual la leí que era la escena.
Como fuere, Jackson construye The Hobbit: An Unexpected Journey como un excitado homenaje a sus fans, y a él mismo, cosa que no ocurría, al menos no de forma tan rotunda y descarada, en “The Lord Of The Rings”, mucho más abierta a todo tipo de público.
En The Hobbit: An Unexpected Journey, quien no se haya leído las novelas o, por lo menos, no tenga frescas las 3 películas anteriores, se sentirá perdido por momentos, ante la avalancha de relatos antiguos, fechas, nombres y lugares a los que se hacen referencia.
Por otra parte, los enamorados de las líneas escritas, hace más de 70 años por el autor de “El Silmarillion”, se encontrarán completamente en su elemento, disfrutando cada referencia, broma privada, o detalle como si fuera el último.
Y es que, quien haya leído “The Hobbit” sentirá la misma ilusión, emoción, peligrosidad, riesgo y sensación de aventura en The Hobbit: An Unexpected Journey de Peter Jackson, que ejecuta la novela original a modo de “storyboard” narrativo, convirtiendo la literalidad, en una de sus armas más poderosas.
De nuevo, acierta el orondo realizador, al plasmar su visión poética, preciosista y detallista hasta la extenuación, como ya hiciera años atrás.
Tanto él, como Fran Walsh y Philippa Boyens, dan con la tecla visual adecuada, otorgando a Andrew Lesnie un bello material sobre el que lucirse.
Lesnie vuelve a demostrar un dominio de la luz apabullante, con una combinación de luminosidad, casi cegadora en Rivendel, para contrarrestarlo posteriormente con la oscuridad, y el aire viciado de las montañas de los Orcos.
Ver The Hobbit: An Unexpected Journey guarda cierta similitud, con volver a ver a un viejo y buen amigo, del que hace años que no sabías nada de él, todo resulta familiar pero novedoso a la vez, con esa sonrisa tonta en la boca, reconozco que era la mía durante la proyección, del que no sabe que decir ni qué hacer ante lo que le están mostrando.
Volver a ver a Gandalf, a Bilbo, a Frodo, brevemente, eso sí, a una genial Gollum, como siempre, Middle-earth, The Shire... si hasta produce risa tonta, reencontrarse con el malvado Saruman!
En este aspecto, cabe destacar el gran acierto en la elección de Martin Freeman como Bilbo, sencillamente encantador, y la imponente partitura de Howard Shore, y el buen funcionamiento de las trepidantes “set pieces”, y el apabullante acierto, con precisión quirúrgica, en determinados momentos, como el crucial capítulo de los “acertijos en la oscuridad” no tienen precio.
Freeman dota a su Bilbo de un humor y comicidad británica, muy infantil y desastrosa, dando fe de que para el personaje supondrá un verdadero reto dejar atrás la niñez, para entrar de lleno en la madurez, y el mundo de las responsabilidades individuales.
En este sentido, es interesante el punto de vista que, tanto Tolkien como Jackson, y estoy seguro que del Toro también, comparten sobre la adolescencia, la timidez y el temor patológico al exterior, que roza la agorafobia.
Para Bilbo, The Shire es su hogar, y no ve más allá de ello.
Tiene su vida resuelta. y disfruta de siesta, comida, bebida, libros y buena hierba.
¿Para qué salir al exterior a vivir aventuras, si puedes leerlas cómodamente desde el salón de tu casa, y dejar volar tu imaginación?
Muchos de nosotros nos hemos visto en esa situación a menudo, en otros ámbitos, obviamente, y en un mundo donde una gran parte de la población vive esclavizada por sus consolas, la motivación es un elemento clave.
Nada motiva, nada parece lo suficientemente importante, en un lugar donde se va de mal en peor, donde nunca ocurre nada destacable.
Bilbo experimenta lo mismo, una continúa hibernación casera, en donde corre el riesgo de que un trastorno puntual en su vida, pueda transformarse en una ansiedad, y un malestar crónico de larga duración.
Tolkien nos dice que solo la pura aventura aleatoria, y sin sentido, puede sacarnos de nuestras aletargadas existencias, solo el riesgo, la curiosidad por lo desconocido, un acercamiento a tierras extrañas.
Y Bilbo, como hará Frodo años después, cae en las redes de la locura por el misterio, para introducirse de lleno en ella, y para nuestro total disfrute.
Pero lo que realmente en The Hobbit: An Unexpected Journey es un precioso cuento fantástico, lleno de enigmática magia, impresionantes escenas de acción, persecuciones al límite, valerosos enanos, pérfidos Orcos, enormes bestias, enérgicos magos, gigantes de piedra, y una desbordante inventiva de ensueño, donde todo es posible.
En este caso el “macguffin” no puede partir de una raíz más aventurera y clásica:
La recuperación de un tesoro que un endemoniado dragón robó a los enanos hace años, desterrándolos de su hogar, y despojándolos de su bien más preciado, su dignidad y pertenencia.
The Hobbit: An Unexpected Journey es una historia sencilla, presentada y desarrollada de forma magistral, logrando que volvamos a creer en los cuentos de espada y brujería, en las películas de piratas, en los westerns, en los géneros cinematográficos y literarios más naturales que existen.
Aparte, vuelve a exhibir su pericia como director en espacios abiertos y grandes dimensiones, puliendo un estilo mil veces imitado desde que se estrenó “The Lord Of The Rings: The Fellowship Of The Ring” (2001), destacando unos grandiosos planos aéreos en movimiento, y unos ENORMES travellings, estética y formalmente llamativos.
Porque en The Hobbit: An Unexpected Journey, a pesar de que la comparen, erróneamente en ese sentido, con cualquier film de la trilogía original, hay acción, mucha acción y, lo mejor de todo, muy buena.
Para el recuerdo quedan los enfrentamientos contra el Rey de los Goblins, la pelea de los gigantes de piedra, o las siempre impresionantes acometidas de las águilas invocadas por Gandalf.
En estas escenas, cobra importancia un elemento diferencial en las películas de Jackson:
El montaje.
Y la verdad es que se puede apreciar una mayor precisión narrativa, una agilidad de montaje que cobra tanta importancia, o más, que el propio guión, mezclando con sapiencia planos rápidos y cortos, con otros largos y contemplativos, en el mejor sentido de la palabra, para que la escena en cuestión, adquiera vida propia, y no se note la manipulación del hombre en ella.
Como también, vuelve a sobresalir Howard Shore con una partitura que merece todos los calificativos positivos que se les vengan en mente:
Contundente, bella, lírica, profética, en referencia a “The Lord Of The Rings”, épica... y con un bello tema principal, que si bien no es tan fácil de tararear, como el que todos recordamos, es digno de pertenecer a esta nueva saga.
Cabe destacar la inclusión de las famosas canciones de la novela, tan emblemáticas para los enanos, y que aquí han sido usadas para comprimir ciertos momentos en uno solo, como la sobrecogedora “Misty Mountains” que entonan antes de partir hacia lo desconocido.
Sin embargo, existen ciertos fallos garrafales.
La manera en la que Bilbo encuentra el anillo en The Hobbit: An Unexpected Journey, es diferente a como lo encuentra, cuando lo explican en “The Lord Of The Rings”
Y también hay una toma, en la cual anoche muy rápido y es la ocurrida en el Claro de los Lobos cuando la compañía es atacada, etc.
En lo referente al reparto, me tengo que quitar el sombrero.
TODOS los enanos están elegidos con un gusto supremo, destacando Balin y Thorin Oakenshield, éste último interpretado por el grande y ENORME Richard Armitage en una actuación merecedora de Oscar.
Les va a impactar.
ENORME Ian McKellen, SOBERBIO Martin Freeman, IMPAGABLE Andy Serkis, Hugo Weaving muy correcto, BELLA y ENIGMÁTICA Cate Blanchett, un algo cambiado Elijah Wood, GIGANTE Christopher Lee y el resto de los enanos es como para ponerse de pie... todos conforman un reparto impresionante, y muy acertado.
Técnica y artísticamente, The Hobbit: An Unexpected Journey es, posiblemente, la más brutal de la historia.
Los primeros 10 minutos, muestran que, anteriormente, no se había hecho nada igual.
Alucinante. 
La banda sonora, como siempre, con el gran Howard Shore, no podía fallar.
Se llevará el Oscar sin ninguna duda.
“What have I got in my pocket?”
La música del filme ha sido compuesta por el ganador de un Oscar de la Academia, Howard Shore, y fue grabada, en los famosos estudios Abbey Road de Londres, por la Orquesta Filarmónica de Londres.
Incluye, además, una BELLA canción original titulada “Song Of The Lonely Mountain” escrita e interpretada, por Neil Finn vocalista del grupo Crowded House.
En definitiva, una obra maestra atemporal, que eleva a Peter Jackson al Olimpo de los más grandes directores de todos los tiempos.
El toque de humor me parece necesario, ya que aunque un drama, también es un libro enfocado para un lector más joven, de hecho, el propio Tolkien dijo que estaba destinado a niños de entre 10 y 12 años, creo recordar.
Los flashbacks de la caída de Erebor, y la batalla en las puertas de Moria, espectaculares, y muy, muy emocionantes; es en verdad un regalo verlos en pantalla, así como el encuentro de Radagast con viejos enemigos en Dol Guldur.
The White Council, y el encuentro con Gollum, definitivamente lo mejor de The Hobbit: An Unexpected Journey.
El final, que deja con la miel en los labios en espera de más.
Que largo será el año…
Acaba The Hobbit: An Unexpected Journey y sólo recuerdas la maravilla visual, y narrativa que acabas de disfrutar, tarareas canciones de enanos, te entran ganas de volver a leerte el libro, y sencillamente, vuelves a impregnarte de la magia del cine, de Tolkien y de Middle-earth.
Mientras “The Lord Of The Rings” es una novela de grandes batallas épicas, “The Hobbit” es un cuento de aventuras, con un tono mucho más infantil, y menos serio.
Y esto hay que tenerlo claro, cuando se va a ver The Hobbit: An Unexpected Journey, porque el que no conozca la obra de Tolkien, y espere ver las escenas de acción y las batallas tipo “The Lord Of The Rings” se va a estrellar contra un muro de piedra.
De “The Hobbit” nació “The Lord Of The Rings” y la Middle-earth, como muchos comienzos fue un comienzo modesto pero entrañable, que progresa rápidamente con el libro, el nacimiento de un mundo que Tolkien creó para sus hijos, y que maduró junto a ellos.
Bilbo destaca por su carisma, el carisma de los tipos corrientes que un día sin quererlo, se ven sumidos en actos que no hubieran soñado jamás realizar, el carisma de ser un hobbit, con más dudas que Frodo y compañía, pero que sabe transmutarse en un impresionante guerrero que se enfrenta a un enorme Orco con una pequeña daga.
Y en su evolución está su grandeza.
Armitage está soberbio como Tharin, el nieto del Rey enano desterrado, con su mirada dura y contenida, y sabe darle el tono algo oscuro que precisa, y también carisma.
Es el líder de los enanos, y sabe darle fuerza al personaje, un personaje que cómo se verá más adelante, es bastante complejo.
Mención de honor a un Christopher Lee ETERNO, que a sus 90, rodó The Hobbit: An Unexpected Journey sin perder un ápice de su imponencia, y un Gandalf... es Gandalf no hay más que decir.
Ian Holm lo vuelve a hacer.
Y Gollum que cautiva en los pocos minutos que aparece, que refleja el horror y la soledad, una criatura desdeñable que un día fue un hobbit como Bilbo, no puede evitar jugar con él a los acertijos, en la parte más soberbia de The Hobbit: An Unexpected Journey, incluso, si no supieras que Gollum antes había sido un hobbit, puedes ver en él, la soledad de aquel que habla consigo mismo, que aun tiene recuerdos de un mundo más allá de la oscuridad, donde había viento, huevos y acertijos, antes de que su “Precious” se apoderara de él, tal como hizo el oro al Rey enano.
Y más que nunca, puedes entender que fue lo que movió, primero a Bilbo, y luego a Frodo, a no matarle, la compasión hacía un ser que pese a ser en parte repugnante, no puede dejar de inspirar lástima, en su soledad más escalofriante.
Ah y está el anillo, un objeto mágico que le será muy útil a Bilbo, pero del que no es consciente de su importancia y su poder.
La aparición del Nigromante y la espada del Rey Brujo, sin duda de los momentos más oscuros de The Hobbit: An Unexpected Journey, y que abre muchas sospechas sobre lo que está por llegar.
La fortaleza enana de Erebor durante el prólogo.
Siempre había querido ver cómo serían tales ciudades con enanos viviendo en ellas.
Me pareció maravillosa
La gran fidelidad respecto al libro de determinados capítulos, como el de los 3 trolls, o la interacción de Bilbo con Gollum, sencillamente brutal.
The Hobbit: An Unexpected Journey en ningún momento se me hizo cansina, ni en la casa de Bilbo, tal vez por mi devoción hacia los enanos, esos seres capaces de levantar cualquier estado de ánimo negativo, ni lenta, sino que más bien, todo lo contrario, me pareció interesante, rápido, que no se hace largo, intrigante.
Así como también, noté que The Hobbit: An Unexpected Journey no rellena por rellenar, para lograr hacer 3 películas, sino que realmente nos cuenta lo que quiere contar, de un modo sincero y no expresamente comercial.
A pesar de la multitud de enanos que aparecen, y de la evidente semblanza entre sus nombres, jamás dudé de quién era cuál, y eso es gracias a la dotación de importancia desigual, cosa evidente, siendo una tribu de jerarquía piramidal que nos ayuda a no perdernos, en ningún momento, sin embargo, todos tienen una gracia y un carisma notables.
En conclusión, por el momento, The Hobbit: An Unexpected Journey es una de las mejores películas de aventuras de fantasía que recuerdo, y una maravillosa oportunidad para volver a Middle-earth, que se ve, y se explora mejor que nunca. Veremos que nos ofrecen sus 2 continuaciones.
Por el momento, me siento en casa, he regresado al hogar, he regresado Middle-earth, esta vez, más allá de Hobbiton, Rivendel, he llegado a The Misty Mountains.

“Far over the misty mountains cold
To dungeons deep and caverns old
We must away ere break of day
To seek the pale enchanted gold”

A modo de adenda; acaba de terminar de ver La Versión Extendida de “The Hobbit: An Unexpected Journey” (2012), cuyo metraje añadido fueron 13 minutos, muy bien repartidos en casi 3 horas de película, en donde en forma general, se alargan algunas escenas, y se agregan otras, para dar más argumento a la trama, aunque muchas de ellas, en tono de comedia; específicamente:
Nos enteramos cómo Bilbo conoció a Gandalf, cuando apenas era un pequeño hobbit.
Vemos cuando Thranduil llega a Erebor, y cómo se rompieron las relaciones con los enanos, que impidieron que los elfos fueran en su ayuda, cuando Smaug atacó.
Vemos mucho más de Rivendel, como cuando llegan los enanos, en la comida que les ofrecen los elfos, Kili dice que prefiere a las mujeres barbudas, como los enanos hembra, confundiendo a un elfo con una mujer, y los enanos cantan otra  canción mientras están comiendo.
Se nos hace saber el problema de que los enanos se están acabando toda la comida de los elfos en Rivendel; así como se presenta a toda la compañía de Thorin, en una fuente, divirtiéndose, y bañándose desnudos!!!!!
Se revelan las razones por la cuales, Thorin y Cía., abandonan Rivendel, al escuchar Thorin y Bilbo, una conversación entre Gandalf y Elrond, que el oro, y los tesoros, vuelven locos a los herederos de Erebor; dato que justifican los hechos de la tercera, y última entrega de La Saga.
Se revela el “enamoramiento” que tiene Bilbo con Rivendel, y la oportunidad que le da Elrond, para que se quede a vivir con ellos…
En “El Concilio Blanco”, con Elrond, Galadriel, Gandalf, y Saruman, se revela la desaparición de Los 7 Anillos del Poder de los enanos, y da pie a los hechos de “The Hobbit: The Desolation Of Smaug” (2013), cuando El Necromancer, que Saruman hace creer, es uno de los magos azules, tiene prisionero a Thrain, el padre de Thorin.
Se da por un hecho que Galadriel sabe, y Elrond también, de que Gandalf tiene conocimiento del Anillo Único, probablemente, haciendo uso de un “Palantir”, supongo, porque se revela que Gandalf sabe de ellos, que ven un futuro probable, en la primera entrega del “The Lord Of The Rings” y se sabe que Smaug, al ser el último dragón de su especie, es el único que puede destruir El Anillo Único, y por tanto, Gandalf se da a la tarea de buscarlo; Gandalf sabe de todos los acontecimientos, y Galadriel lo sabe.
Mientras están en Rivendel, Bilbo entra al salón donde están los pedazos de “Narsil”, la espada que cortó el dedo donde Sauron tenía El Anillo Único, y Bilbo conoce de su existencia, mientras ve la pintura que hay en frente, y que sale en “The Lord Of The Rings: The Fellowship Of The Ring” (2001)
Escuchamos una canción del The Great Goblin, que no aparece en la versión estándar, llamada “Down In The Deep Of Goblin Town”; etc.
En lo meramente técnico, y visual, específicamente, el tratamiento de la imagen es simplemente PERFECTO; se destacan los detalles en los trajes, así como los adornos, y demás attrezzo, imposible de apreciar en toda su dimensión, en la versión estándar; como por ejemplo, los bellos fajones de los enanos, o los adornos del vestido de Galadriel; así como las texturas de la piel, y “el cartón piedra” en algunos momentos, etc.
Concluyo que me he divertido como un enano, y que vale la pena comprar esta Edición, pues hay casi 9 horas de material extra, pre y postproducción, así como una gran cantidad de entrevistas, etc.
Es de agradecer, a manera de diferenciar La Saga “The Hobbit”, con la de “The Lord Of The Rings”, que no aparecen aquellos 10 minutos de agradecimientos a los fans de la obra de Tolkien; pues a estas alturas, no hacen falta.

¡¡¡ Hantale,
Tenn'enomentielva !!!



The Hobbit: The Desolation Of Smaug

“Beyond darkness... beyond desolation... lies the greatest danger of all”

Una vez más, volvemos a Middle-earth como enanos, nunca mejor dicho.
Dentro del argot de la crítica literaria, entendemos el concepto “Geografía del Mal” como el conjunto de elementos que ayudan a identificar un espacio físico como propio de seres malvados, o siniestros.
Peter Jackson, hoy un director de primera fila, emergió de entre “los barones del cine de terror gore” en los años 80, y quizás por eso, siempre ha tenido buena mano a la hora de aportar un componente terrorífico impactante a sus películas.
No habría funcionado del todo bien su aproximación a la obra de J.R.R. Tolkien, sin que los aposentos de la villanía en Middle-earth, hubiesen quedado perfectamente ambientados
Cualquiera que haya tenido la fortuna de adentrarse en la prosa de Tolkien, sabrá apreciar mejor que un espectador neutral, la dificultad extrema a la que Jackson y su equipo se enfrentaron a la hora de abordar estas adaptaciones.
El nivel de detallismo del sudafricano es extremo, sus descripciones inabarcables, y su narración vasta.
Es muy fácil para el lector, imaginarse ese mundo, Middle-earth, con tanta cantidad de apoyos y explicaciones precisas.
La fantasía se hizo ficción, y la ficción realidad, hace ya 12 años, con unos resultados sobresalientes; pero imaginar es fácil, lo complicado es crear.
Llevarlo a cabo, ejecutar los planes.
De ahí que la labor del director de Pete Jackson, Philippa Boyens, Fran Walsh, y Guillermo del Toro, sea admirable, brillante, y soberbia.
Middle-earth ha recuperado su encanto.
Una gran mejora respecto a la entrega anterior “The Hobbit: An Unexpected Journey (2012), The Desolation Of Smaug lleva a nuestros aventureros, hacia un territorio desconocido, y ofrece espectáculo a toneladas y mucho fuego.
La travesía de Bilbo Baggins y los 13 enanos a través de Middle-earth, continúa en The Hobbit: The Desolation Of Smaug, el 2º capítulo de la nueva Trilogía del director Peter Jackson, que subsana algunos de los fallos del primer filme, a la vez que evidencia aun más, la desacertada decisión de estirar un cuento para niños de 300 páginas, a lo largo de 3 extensas películas.
Lo que salva a ambas producciones, sin embargo, es el sentido de aventura, mucho más marcado en esta ocasión, y la agradable familiaridad que nos transmite, regresar a este mundo tan perfectamente elaborado, en la fantástica trilogía original, aun cuando su entorno, ahora sea más digital que orgánico.
“Truly songs and tales fall utterly short of your enormity, O Smaug the Stupendous...”
The Hobbit: The Desolation Of Smaug, es la segunda de las tres partes en las que se ha dividido la novela “The Hobbit”, del escritor británico J.R.R. Tolkien, para su adaptación al cine.
Protagonizada por Martin Freeman, Ian McKellen, Richard Armitage, James Nesbitt, Aidan Turner, Graham McTavish, Jed Brophy, Luke Evans, Benedict Cumberbatch, Stephen Hunter, Ken Stott, Evangeline Lilly, Orlando Bloom, John Callen, Adam Brown, Dean O'Gorman, William Kircher, Peter Hambleton, Mark Hadlow, Lee Pace, Sylvester McCoy, Cate Blanchett, Mikael Persbrandt, Stephen Fry, Ryan Gage, entre otros.
El guión es de Philippa Boyens, Peter Jackson, Fran Walsh, y Guillermo del Toro, basados en la novela “The Hobbit” de J.R.R. Tolkien.
The Hobbit: The Desolation Of Smaug obtuvo 3 nominaciones al Oscar:
Edición de sonido, sonido, y efectos especiales.
La 2ª entrega de la saga, “The Hobbit”, titulada “The Desolation Of Smaug”, siguió la pista de su predecesora, en cuanto a ingresos multimillonarios, y debutó en las salas estadounidenses, con una recaudación de $73,7 millones.
La primera parte, “The Hobbit: An Unexpected Journey (2012) estrenada justo en estas fechas, hace un año, barrió la taquilla con $84,6 millones, y se mantiene como el estreno de mayor éxito, en el mes de diciembre.
En el resto del mundo, The Hobbit: The Desolation Of Smaug empezó con buen pie, con $131,2 millones en 49 países.
The Hobbit: The Desolation Of Smaug narra la continuación de la aventura de Bilbo Baggins, en su periplo junto al mago Gandalf, y 13 Enanos liderados por Thorin Oakenshield, en una épica búsqueda para recuperar Lonely Mountain, y El Reino Enano de Erebor.
Tras sobrevivir al inicio de su inesperado viaje, La Compañía sigue hacia el este, y se encuentra por el camino con Beorn, el cambiador de piel, y con un enjambre de Arañas Gigantes en el peligroso Mirkwood.
Tras evitar que los Elfos del Bosque los capturen, los Enanos prosiguen su viaje hacia Lake-town, y finalmente llegan a Lonely Mountain, donde tienen que enfrentarse al mayor de los peligros, una criatura más terrorífica que cualquier otra, que pondrá a prueba no solo lo profundo de su valentía, sino también, los límites de su amistad, y la sabiduría del viaje: el dragón Smaug.
Como todas sus predecesoras, The Hobbit: The Desolation Of Smaug es una película de movimiento, donde la cámara pocas veces reposa, y la apuesta por la actividad, es casi una obligación, no solo estética, sino incluso de guión.
No dejan de suceder acontecimientos, no necesariamente todos relacionados con la acción, pues el interior de los protagonistas, es explorado de manera consecuente.
De esta forma, es fácil mantener la atención del espectador, e introducirlo en un estado casi permanente de tensión, ante la velocidad de los sucesos.
The Hobbit: The Desolation Of Smaug está planteado de forma que aventura, divertimento, y cierto aire dramático, vayan de la mano, logrando Jackson su objetivo, gracias a la ya habitual división de la trama.
Esta segmentación, que afecta no solo a la trama en sí, sino también a determinados personajes, facilita que el posterior clímax final, posea un ritmo endiablado, y que nuestro interés no se ubique solo en un objetivo.
The Hobbit: The Desolation Of Smaug vuelve a ahondar sobre el concepto de amistad y compañerismo, entre individuos de distintas razas y sexos.
La camaradería, juega un factor muy importante entre unos enanos que actúan a modo de vikingos, de bárbaros, siempre brutos, pero también leales a sus compañeros, por encima incluso de la muerte.
Sin embargo, la novela “The Hobbit” también reflexionaba sobre la codicia innata de hombres, y demás seres que habitan en Middle-earth, y de las continuas pruebas a las que son sometidos para probar su resistencia a los vicios.
El valor y el coraje, palabras en desuso en nuestra sociedad moderna, son las cualidades a las que más recurren los personajes del relato, para salir adelante de situaciones imposibles, darse ánimos mutuos, y coger fuerzas para enfrentarse al mal que los combate.
El 25 de marzo de 2013, desde New Zealand, y vía “streaming” para todo el planeta, Peter Jackson presentó en sociedad The Hobbit: The Desolation Of Smaug.
El primer tráiler salió el 11 de junio de 2013, mientras que el segundo, salió el 1 de octubre, y el tercero, el 4 de noviembre.
La mayoría del rodaje, fue terminado en el 2012, terminando en julio; pero durante mayo de 2013, un rodaje adicional para la película, y la secuela comenzó en New Zealand, el cual duró 10 semanas.
El estreno, a nivel mundial, se realizó el 13 de diciembre del 2013.
El estreno, estuvo programado internacionalmente, a partir del 11 de diciembre de 2013, por ejemplo, el 13 de diciembre en España y Estados Unidos.
Como parte de un acuerdo entre la Warner Bros. y New Line Cinema, el estreno mundial, no se celebró en Wellington, New Zealand, como “The Hobbit: An Unexpected Journey (2012), sino en Los Angeles, el 2 de diciembre de 2013.
The Hobbit: The Desolation Of Smaug retoma la historia donde nos dejó la primera entrega, ya habiendo cruzado las montañas, apuntando obviamente, hacia Beorn y luego Mirkwood.
En esta oportunidad, han hecho lo opuesto a “The Lord Of The Rings” donde “borraron” de un plumazo a Tom Bombadil, bueno, Beorn, ya era sabido, aparece en esta oportunidad.
Creo que en ese sentido, The Hobbit: The Desolation Of Smaug agrega pequeños detalles, que si hubiese sido una sola película, las hubiesen pasado de largo.
Hay cambios en muchas cosas, la mayoría, para favorecer las escenas de acción.
“Radagast The Brown, our magic may not defeat Sauron, but it can give us time”
Los enanos Balin (Ken Stott), Bifur (William Kircher), Bofur (James Nesbitt), Bombur (Stephen Hunter), Dori (Mark Hadlow), Dwalin (Graham McTavish), Fíli (Dean O'Gorman), Glóin (Peter Hambleton), Kíli (Aidan Turner), Óin (John Callen), Ori (Adam Brown), Nori (Jed Brophy), y Thorin Oakenshield (Richard Armitage), intentan escapar de los orcos, y se ocultan en la casa de un extraño ser conocido como Beorn (Mikael Persbrandt), el último “cambia pieles” de Middle-earth.
Beorn es un hombre de “forma cambiante”, literalmente, “cambia pieles”, que podía tomar la apariencia de un gran oso negro; aunque no se explica el origen de este poder.
Algunas fuentes entienden, que este poder se extiende a todos los hombres de su clan, los llamados “Beórnidas”, que viven al oeste del Mirkwood.
En literatura, un cambiante, mimetista, transmutador, o metamórfico, es un ser humano, o algún otro tipo de criatura, que pueden cambiar de forma, generalmente adoptando la forma de otro ser vivo, otra persona, o animal.
En la mitología nórdica, la capacidad de cambiar de forma, es usada particularmente por Loki, “dios del engaño”, que se transforma en caballo, salmón, o pulga, por ejemplo.
El mismo Odín, se mezcla habitualmente entre los humanos, bajo disfraz, si bien manteniendo su rasgo distintivo, ser tuerto; también divinidades menores como los enanos, podían cambiar de forma, como Fafnir, que se transformó en dragón, antes de morir a manos de Siegfried.
Los Beórnidas, son una raza ficticia de hombres del “Legendarium” del escritor británico Tolkien.
Los Beórnidas, eran hombres emparentados con los Rohirrim, y los Hombres de Valle; descendían de los Edain, o de sus parientes próximos, y por tanto, hablaban una lengua emparentada con el adûnaico y el rohírrico.
Eran altos y hermosos, y solían vivir en La Carroca, o en zonas próximas.
Durante La Guerra del Anillo, mantuvieron El Paso Alto y El Vado de La Carroca libres de Orcos, a cambio de unos tributos.
Tenían muy buena relación con los animales, y no comían carne.
Después de La Guerra del Anillo, a los Beórnidas y a los Hombres de los bosques, se les dio la parte central de Eryn Lasgalen.
Los únicos Beórnidas que se nombran en los libros de Tolkien son:
Beorn y Grimbeorn.
Además de la capacidad de transformarse a su antojo en oso, Beorn también tenía la habilidad de hablar con los animales.
Era el capitán de los Beórnidas, y único representante de esa raza, que aparece en las novelas del “Legendarium” de Tolkien.
Tolkien describe a Beorn en “The Hobbit” como un hombre de anchos hombros, e inmenso tamaño y fuerza, que retenía en su forma de oso.
Tenía cabellos castaños, y una espesa y larga barba morena.
Odiaba a muerte a los Orcos, y en general, desconfiaba de todos los extraños, mas tenía buen corazón.
Beorn vivía en un robledal, entre Mirkwood y Misty Mountains, cerca de La Carroca, en una casa grande de madera.
Criaba ganado, caballos, y abejas; y se alimentaba de crema de la miel de sus colmenas.
Gandalf (Ian McKellen) consiguió que recibiera a los enanos, y a Bilbo (Martin Freeman), a pesar de su desconfianza hacia los desconocidos, tras ser salvados por las águilas, de las fauces de los Wargs, al salir por la puerta este de Misty Mountains.
Les dio cobijo en su casa, y también armas y víveres.
Beorn expresa su desagrado con los enanos, pero decide ayudarles, cuando se entera de que estos están siendo perseguidos por los orcos, los mismos que exterminaron a su raza.
Bilbo y los enanos, prosiguen su camino, y se adentran en Mirkwood, pues es el camino más directo hacia Erebor.
Gandalf, por su parte, abandona la compañía, para dirigirse a los Páramos de Rhudaur, con la intención de inspeccionar las tumbas de los Nazgûl.
En su travesía por Mirkwood, los enanos comienzan a padecer los efectos del aire tóxico que allí se respira, y pierden el sentido de la orientación, por lo que Bilbo decide subirse a un árbol, para intentar conocer su ubicación actual.
Cuando Bilbo desciende, se percata de que los enanos han desaparecido, y tropieza con una tela de araña, que le hace caer al suelo.
Allí, una araña gigante, intenta envolverle con su tela, pero Bilbo logra zafarse, clavándole su espada, a la cual bautiza, gracias a una araña, como “Sting”
Tras esto, el hobbit decide ponerse el anillo, para así pasar desapercibido entre la multitud de arañas.
Al acercarse a ellas, pudo escuchar sus voces, y como hablaban de comerse a los enanos.
Bilbo, beneficiándose de la invisibilidad que le proporcionaba el anillo, comenzó a atacarlas por sorpresa, mientras estas se veían desconcertadas, por no saber quien les atacaba.
De repente, entraron en escenas los elfos, que derrotaron a las arañas, y capturaron a los enanos.
Mientras, Gandalf, y Radagast The Brown (Sylvester McCoy), descubrieron que los Nazgûl, habían escapado de sus tumbas, y se pusieron en camino hacia la antigua fortaleza de Dol Guldur, donde supuestamente, se escondía el enemigo.
“You have no right to enter that mountain!”
Cuando Greenwood The Great, se convirtió en dominio de Sauron, hasta el punto de ser rebautizado como Mirkwood; éste edificó una fortaleza en Amon Lanc, llamada Dol Guldur.
Ubicada en la región suroccidental de Mirkwood, la colina era denominada por los Elfos Silvanos como Amon Lanc, palabra sindarin que significaba “La Colina Desnuda”; compuesta por el sustantivo “Amon”, plural “Emyn” o “colina”, raíz AM; y lanc o “desnuda”, en el sentido de “despejado” “descubierto”; raíz probable, LAT.
Llamada así, “...porque en su cima, no crecían árboles...”
En Second Age, los Elfos Silvanos de Oropher, padre de Thranduil (Lee Pace), habitaron las tierras altas que rodean a la colina; pero “...Mucho antes de La Guerra de La Última Alianza, Oropher, Rey de los Elfos silvanos al este del Anduin, alarmado por los rumores del creciente poder de Sauron, abandonó sus antiguas moradas en torno a Amon Lanc...”
Dol Guldur es pues un nombre Sindarin que significa “La Colina de La Hechicería”, nombre compuesto por “Dôl” o “cabeza”, que “...a menudo se aplica a colinas y montañas, como en Dol Guldur, Dolmed, Mindolluin...”; raíz NDOL.
Y “Guldur” palabra compuesta por “Gûl” que significa “magia” y “dûr”, que significa “Oscuro”, haciendo referencia al tipo de “magia” de la que era capaz El Señor Oscuro.
La raíz de la que procede la palabra “Gul” o ÑGOL, significa “...conocimiento, sabiduría y tradición...” y definía, originalmente a los Noldor, en Quenya Noldo, y en Sindarin Golodh; pero define, también a Gûl, que “...se empleaba sobre todo, para designar el conocimiento secreto...”
Dol Guldur, es una fortaleza, en la que Sauron se estableció alrededor del año 1100, Third Age, situada en Greenwood The Great, que desde entonces, y debido a ella, pasó a ser conocido como Mirkwood.
Las causas para que Necromancer (Benedict Cumberbatch) se estableciera allí, es que aquella parte de Greenwood The Great, estaba deshabitado, porque los Elfos del Bosque vivían en grandes palacios al norte, y los hombres de Rhovanion, tenían miedo de adentrarse en sus profundidades.
La llegada del Necromancer a Dol Guldur, ensombrece Greenwood The Great, que es desde entonces llamado el Mirkwood.
El poder del Necromancer, atraía criaturas de la oscuridad, como orcos, pero también, otras criaturas de tiempos antiguos, como arañas que provenían de Ephel Dúath, y que probablemente descendían de Ungoliant, y a los Wargs.
Los árboles se corrompieron, y el aire pasó a estar cargado de malicia y maldad.
Todas estas criaturas, poco a poco fueron atacando a los elfos que vivían en el interior del bosque.
Dol Guldur sobrevivió durante años, ya que durante Third Age los pueblos libres recibieron algunos ataques desde el sur, desde el norte, o plagas, lo que hizo que consideraran el problema con el Necromancer, un asunto menor.
Los Elfos del Bosque, solos no podían derrotar al poder del Necromancer, que cada vez iba ganando mayor poder, y The White Council pensó, que el Necromancer era uno de los Nazgûl, que había regresado.
Entonces, Gandalf entró en Dol Guldur disfrazado, y descubrió que el Necromancer era en verdad Sauron, que había hecho prisionero a Thráin II, y le había quitado el último de Los 7 Anillos de Los Enanos.
Entonces, Dol Guldur fue asaltado por los sabios, a finales del segundo milenio de Third Age, y Sauron fue expulsado, pero la fortaleza no fue destruida.
Años después, cuando Sauron reveló su poder en Mordor, envió 3 Nazgûl a recuperarla, uno de los cuales, era Khamûl The Easterling, que a partir de ese momento, sería el lugarteniente de Dol Guldur.
Durante La Guerra del Anillo, Dol Guldur atacó 3 veces el reino de Lorien, así como a los elfos silvanos del Mirkwood, y fue el responsable de La Batalla de Dale.
Ninguno de los ataques tuvo demasiado éxito.
Después de los ataques, los Elfos de Lothlórien, comandados por Celeborn y Galadriel, quienes no presentaban batalla en contra de las fuerzas de Sauron desde la caída de Eregion una edad antes, destruyeron la fortaleza de Dol Guldur.
Galadriel destruyó la torre, y a partir de entonces, el bosque se recuperó de las sombras, y se repartió entre las razas que habitaban los alrededores del bosque, es decir, entre los elfos y la gente de Rhovanion.
Como dato, el título “Hechicero de Dol Guldur”, ostentado por la sombra dirigente de esta fortaleza en Mirkwood, se refiere, por tanto, a 2 antagonistas diferentes de los Elfos y los Hombres durante Third Age:
Uno es Sauron, el maia, y posteriormente, Khamûl The Easterling, uno de los más poderosos entre los Nazgûl, 2° en poder, después de The Witch-King Of Angmar.
En la película “The Hobbit: An Unexpected Journey” (2012), Dol Guldur es representado como un lúgubre castillo en ruinas, en lo alto de una colina.
Radagast The Brown, se desplaza a él, a investigar sobre un misterioso poder oscuro, que está corrompiendo el bosque, y descubre en su interior, a un malvado ser, el Necromancer, cuya presencia comunica luego a Gandalf The Grey.
Esta adaptación, parece sugerir que Dol Guldur es una construcción anterior a la presencia de Sauron allí, ya que el manifiesto estado de ruina del enclave, no concuerda con su homólogo literario, que había sido edificado muy poco tiempo antes.
“It never ceases to amaze me:
The courage of Hobbits...”
Regresando al relato, los elfos llevaron a los enanos ante El Rey Thranduil, que al conocer las intenciones de estos de recuperar Erebor, les exigió una parte del tesoro, a cambio de su liberación, a lo que Thorin se negó en rotundo.
Recordar que Thranduil, es un elfo de raza sindar, hijo de Oropher, y padre de Legolas (Orlando Bloom), Rey del Los Elfos Silvanos de Mirkwood, desde finales de Second Age.
Los elfos silvanos, es una raza fantástica creada por J.R.R. Tolkien para las historias de su “Legendarium”, y son una de las 3 principales ramas de los elfos que habitan Middle-earth, conjuntamente con los noldor, y los sindar.
Su origen, es más difuso, pero es probable que se trate de una mezcla de avari, los que rehuyeron a los valar tras el nacimiento de los elfos, y de nandor, los que, habiendo aceptado a los valar, los abandonaron pronto, y se establecieron a orillas del río Anduin.
Existió pues, un grupo de ellos, que sí realizaron el viaje a Beleriand, que fueron conocidos por los elfos sindar, como los elfos nandor, o laiquendi, es decir, los elfos verdes, que se asentaron en Ossiriand.
Los silvanos, son amantes de la vida sencilla en el interior de profundos bosques, recelosos hasta el extremo de pueblos exteriores, y muy indiferentes al destino de lo que ocurra fuera de sus fronteras.
Sólo se conocen 2 enclaves importantes de elfos silvanos, que perduraron durante las edades Segunda y Tercera:
El bosque de Lothlórien y Mirkwood, anteriormente conocido como “Greenwood The Great”
El enclave en Beleriand de los Laiquendi, no sobrevivió a First Age.
A Comienzos de Second Age, el elfo Sinda Oropher, que vivía en las estribaciones de Amon Lanc, condujo una importante hueste de Silvanos hacia el interior del Mirkwood, esto lo hizo, porque estaba alarmado por el creciente poder de Sauron en la región, y porque quería liberarse de la intrusión de los Enanos de Moria, y de Galadriel y Celeborn en Lothlórien.
Fue así, que se dirigió a habitar los valles que rodeaban las laderas de las Emyn Duir, haciéndose fuertes en esa región, durante el resto de Second Age, y el primer milenio de La Tercera.
Pero Oropher muere en La Guerra de La Última Alianza, y esa comunidad de Silvanos, pasa a ser Gobernada por Thranduil su hijo, y padre de Legolas, en sindarin “Hoja Verde” y extiende su reino hasta los Bosques que rodeaban Erebor, y a los Valles Norteños del Anduin.
La comunidad del Mirkwood, es la más auténticamente silvana de Middle-earth.
Viven muy aislados del exterior, y sólo comercian con los Hombres de Esgaroth, a través del sistema de los Barriles.
A principios de Fourth Age, y luego de la derrota total de Sauron, Mirkwood pasa a llamarse “Eryn Lasgalen”, que traducido significa “El Bosque de Las Hojas Verdes”, y las 2 comunidades silvanas del Este de Misty Mountains, se instalan en el.
Pero Celeborn abandona Lothlórien, y reina con los Galadhrim, la parte sur del Bosque, llamándolo “Lórien Oriental”; y Thranduil gobierna toda la parte norte hasta las Emyn Duir.
Su hijo Legolas, con una parte de los silvanos, se dirigen al sur, e instalan un pequeño reino silvano en Ithilien.
Como dato, Thranduil, El Rey Elfo de la novela “The Hobbit”, Tolkien no menciona su nombre de forma explícita; tanto así, que se ignora si Thranduil abandonó Middle-earth en algún momento de Fourth Age, sin embargo, es el único de los grandes señores élficos, del cual esto no se afirma en los libros de Tolkien.
Solo se sabe de Thranduil aparece retratado, como un rey muy conservador, ajeno a todo lo que concierne a las afueras de Mirkwood, y es ambicioso de riquezas.
El reinado de Thranduil, tiene lugar principalmente en Third Age.
Los primeros hechos relevantes, se producen sobre el año 1050 Third Age, cuando se detecta la presencia de un Necromancer al sur de Greenwood The Great.
El reino de Thranduil, se empieza a empequeñecer, y a llenar de criaturas malignas que él consigue mantener a raya.
Finalmente, el Necromancer resulta ser Sauron, y un ataque rápido dirigido por The White Council, consigue ponerlo en fuga durante algunos siglos.
Fue hasta que Greenwood The Great, pasó a llamarse Mirkwood.
Dos milenios más tarde, Thranduil aparece de nuevo en las historias recogidas por Tolkien, cuando Bilbo Baggins y sus compañeros Enanos, atraviesan sus dominios.
Thranduil retiene a estos extraños, pues su recelo hacia el exterior, le parecía la mejor defensa de su reino.
Ya en las celdas, Balin se quejó de la torpeza de Thorin, a la hora de negociar un acuerdo para liberarles.
Durante el tiempo que los enanos estuvieron encerrados, Kíli se enamoró de la elfa Tauriel (Evangeline Lilly), que a su vez, también se sintió atraída por el enano.
Por fin, Bilbo consiguió las llaves de las celdas, y liberó a los enanos, luego les llevó hasta las bodegas, y les pidió meterse dentro de unos barriles.
Los enanos dudaron al principio, pero al saber que no tenían alternativa, decidieron hacerle caso.
A continuación, el hobbit tiró de una palanca, y los enanos cayeron por una trampilla que iba a parar al río.
Bilbo se quedó unos instantes atrapado en las bodegas, pero finalmente logro deslizarse también por la trampilla.
Los enanos viajaban en los barriles río abajo, pero los elfos les encontraron enseguida, y comenzaron a perseguirles por la orilla del río.
En ese momento, una horda de orcos atacaron a los enanos, y estos se defendieron como pudieron con la ayuda de los elfos.
Finalmente, los enanos lograron escapar, y llegaron hasta la orilla del Lago Largo.
Allí, fueron sorprendidos por Bard The Bowman (Luke Evans), un humilde cazador que residía en Esgaroth, conocida comúnmente como Lake-town.
Cabe señalar que un bardo, en la historia antigua de Europa, era la persona encargada de transmitir las historias, las leyendas, y poemas de forma oral, además de cantar la historia de sus pueblos en largos poemas recitativos.
En “El Silmarillion” de J.R.R. Tolkien, el bardo Daeron, es el poeta de Thingol, y está enamorado de su hija.
Además, es el creador de las runas que aparecen en la tumba de Balin, en “The Lord Of The Rings”
“I am the king under the mountain!”
Esgaroth, conocida como Lake-town, es una ciudad de Hombres, enclavada en las aguas del Long Lake.
El nombre dado a la Ciudad, Esgaroth, es uno de los misterios que Tolkien acostumbraba a dejar a sus lectores, sin brindar muchas explicaciones.
Se trata de una palabra “Ilkorin” que significa “Lago de Juncos”, compuesta por “Esgar” o “lecho de juncos”, raíz ESEK y -oth, que parecería “…es el elemento que se traduce como “lago”
Por su ubicación geográfica, Lake-town era una importante base del comercio regional e interregional.
La cuenca del Río Celduin, le permitía comerciar con el sur, y con las regiones al oeste del mar de Rhûn; a través de The Forest River con, no solo los elfos de Thranduil, sino también con los valles del Noroeste de los lindes de Mirkwood; y los habitantes de la ciudad.
Al igual que Dale, poco se sabe sobre el origen de la ciudad, pero quienes la construyeron, fueron los Hombres del Norte, descendientes de los Edain, que poblaron toda la región en First Age, y que constituyeron innumerables tribus, pueblos y reinos, de los que el Reino de Rhovanion, en Third Age, era una muestra.
Estos pueblos, se asentaron básicamente, en los lindes de Mirkwood, y las orillas de los 2 grandes ríos de la región, el Celduin y el Carnen; o en las vastas llanuras ubicadas entre estos.
Además, las lenguas de los Hombres del Norte, incluida la de los hombres de Esgaroth, “…estaban emparentadas con el Adûnaic, y algunas conservaban todavía cierta semejanza con la Lengua Común…”; lo que parece atestiguar esta procedencia.
Ahora bien, los Hombres del lago, contaban con una inmejorable posición geográfica, para expandirse comercial y económicamente; pero la pregunta que surge es:
¿Desde cuándo?
Suponemos que el asentamiento, probablemente dataría de fines de Second Age, que es el momento en que Sauron, derrotado, deja Middle-earth, lo que trajo una mayor tranquilidad a la región; pero ésta había sido prácticamente devastada, y sobrevivían bolsones de pueblos a lo largo de los lindes de Mirkwood y la cuenca del río Celduin, conocidos como “Los Hombres Libres del Norte”
Los primeros siglos de Third Age, volvieron a la región, formando parte de una especie de protectorado de Gondor, y en especial, luego de la derrota que Rómendacil I propinó a los Hombres del Este.
Este hecho, probablemente, permitió el desarrollo de una poderosa ciudad de comerciantes en Long Lake, puesto que la influencia gondoreana, pudo ser determinante para que este pueblo dejara la vida rural, característica de los Hombres del Norte; aprendiendo de los gondoreanos, a construir barcos; aprovechando las ventajas geográficas de su ubicación.
Ubicada justo al noreste del Mirkwood, y al sur de Erebor, Lonely Mountain, Esgaroth estaba edificada sobre pilares de madera, clavados en el fondo del lago, y se accedía a ella desde tierra, por un puente de madera.
En el centro del rectángulo, que constituía la ciudad, existía “...un amplio círculo de agua tranquila rodeada por altos pilotes…”; a su alrededor “…se levantaban las casas más grandes…”, y más importantes de la ciudad, entre ellas la del Gobernador; en donde Bilbo y los 13 enanos fueron recibidos, luego de su penosa huida del Reino de Thranduil.
Por su parte, el asentamiento del Rey Thranduil en el norte de Mirkwood, 1100 Third Age, contribuyó, también al engrandecimiento de la Ciudad; con el uso de The Forest River como vía de comercio entre los Elfos Silvanos y los Hombres del Lago, y con senderos y caminos que cruzaron el Bosque, y se unieron a Esgaroth.
Es posible, que de esta época datara la antigua y más grande ciudad, de la que solo se veían los restos en tiempos de bajada de las aguas.
Por otro lado, La Gran Peste de 1636, y la sucesiva oleada de ataques de los Aurigas, pusieron en jaque el dominio de Gondor en la región.
Con la muerte de Narmacil II, el Reino del Sur perdió todos sus territorios orientales; dejando a la ciudad aislada y desprotegida; sólo el comercio con los Elfos Silvanos sobrevivió a la catástrofe económica.
La región, prácticamente se despobló, o fue ocupada por los Hombres del Este.
Pero no sería el final del enclave; todavía habría de ver otro momento de esplendor.
Fue durante los años en que los Enanos ocuparon Erebor, que el intenso tráfico comercial con el norte, con el oeste, y con el sur se reanudó, pero quizá no con la fortaleza de antaño.
Ahora bien, en el año 2770, el importante comercio con los Enanos de Erebor llegó a su fin, cuando Smaug (Benedict Cumberbatch) se apoderó de Misty Mountain.
Esgaroth sobrevivió, pero se perdió el contacto con los mercados del norte, en especial con Valle, que fue destruida por el Dragón, y sus sobrevivientes se refugiaron en Lake-town.
Pero en el año 2941, cuando Thorin y compañía llegaron a Erebor, Smaug poseído por la ira, al no poder descubrir el escondite de los Enanos, atacó Esgaroth, destruyéndola.
Esta acción, resultó en el fin del Dragón; puesto que Bard The Bowman, lo atravesó con la Flecha Negra, en el lugar más débil de su coraza, dándole muerte.
“I am fire... I am death!”
Así pues, los enanos acordaron pagarle a Bard The Bowman una buena suma de dinero, a cambio de que les llevase hasta la Lake-town.
Para pasar desapercibidos, Bard The Bowman tuvo la idea, de que los enanos se metieran de nuevo en los barriles, y los llenó de pescado para ocultarlos.
Ya en Lake-town, se refugiaron en la casa de Bard The Bowman, que vivía junto a sus hijas, Sigrid (Peggy Nesbitt) y Tilda (Mary Nesbitt), y su hijo Bain (John Bell)
Allí, Bard The Bowman se enteró, de que los enanos planeaban recuperar Erebor, e intentó impedírselo, ya que temía que el dragón Smaug despertara, y decidiera destruir Esgaroth, al igual que hizo con Valle.
Recordar que Smaug, era el último de los grandes dragones que quedaban en Middle-earth, y que expulsó a los enanos de Misty Mountain, tomando su tesoro.
Pero los habitantes de Lake-town, presenciaron la discusión entre Thorin y Bard The Bowman, cuando el cazador, intentaba hacer entrar en razón al enano, pero este prometió al codicioso Gobernador de Esgaroth (Stephen Fry) y a su gente, una parte del tesoro, si lograban recuperar su reino en Misty Mountain, a lo que estos aceptaron sin dudarlo.
Al día siguiente, Bilbo y una parte de la compañía de enanos, partieron hacia Erebor, dejando atrás a Fíli, Bifur, y Bombur, que se quedaron a cuidar de Kíli, que había sido alcanzado por una flecha, durante la huida en los barriles.
Mientras tanto, Gandalf llegó a la fortaleza de Dol Guldur, y pidió a Radagast The Brown que se marchase, y le dejase sólo.
El Mago Gris, se adentró en la fortaleza, y fue emboscado por Azog y los orcos, contra los que tuvo una feroz pelea.
Cuando parecía que Gandalf había vencido a los orcos, una sombra oscura se abalanzó sobre él, era el Necromancer, que tras intercambiar unas breves palabras con el mago, se descubrió como Sauron.
Gandalf se enfrentó a Sauron, en una espectacular batalla, pero finalmente, el mago fue derrotado, y apresado en una celda.
A continuación, Azog (Manu Bennett) mandó a su hijo Bolg (Lawrence Makoare) y a una horda de orcos a atacar Lake-town, con el propósito de encontrar y eliminar a los enanos.
Bolg es un Gran orco de Misty Mountains, hijo de Azog, y era conocido como “Bolg del Norte”
Bilbo, Thorin, y los otros, llegaron a Misty Mountain, y se dispusieron a buscar la entrada secreta.
Bilbo encontró unas escaleras, que subían a donde supuestamente, estaba la entrada.
Allí, Thorin y los enanos esperaron a que se cumpliese la profecía, y que la última luz del día de Durin, El Solsticio de Invierno; Durin era uno de los 7 padres de los enanos; para que iluminase la cerradura, pero tras una intrigante espera, no ocurrió nada, y la noche cayó sobre ellos.
Fue entonces, cuando Thorin, hundido por la decepción, se rindió, y entregó el mapa y la llave a Bilbo.
Los enanos, comenzaron a descender por las escaleras, pensando que todo había terminado, y que no habían podido cumplir su misión.
Pero Bilbo, negándose a rendirse, intentó descifrar la profecía:
“Estad en la puerta secreta, cuando llame el zorzal, y la última luz del día de Durin, ilumine la cerradura”
De repente, las nubes empezaron a disiparse, y dejaron paso a la luz de la luna, fue entonces cuando Bilbo se percató, de que la última luz se refería, a la luz de la luna, y no a la luz del sol, como pensaban los enanos.
Un zorzal apareció entonces, y golpeó la pared rocosa con una cascara de caracol, y la luz de la luna ilumino el hueco de la cerradura.
Rápidamente, Bilbo llamó a los enanos, y estos subieron corriendo.
Thorin introdujo la llave en la cerradura, y la puerta secreta se abrió.
Tras unos momentos de euforia, los enanos le contaron a Bilbo, la razón para la que le habían traído, que no era otra que encontrar “Arkenstone”
Bilbo se armó de valor, y descendió por el pasadizo él sólo, hasta llegar por fin a los salones donde se encontraba el tesoro.
El hobbit empezó a buscar la piedra, pero pronto, descubriría que no estaba sólo…
De entre los montones de monedas de oro, surgió un dragón, era Smaug.
Bilbo se apresuró a ponerse el anillo para evitar ser visto, pero Smaug fue capaz de oler al hobbit, y comenzó a perseguirlo a ciegas.
Finalmente, Bilbo se vio obligado a quitarse el anillo, y mostrarse ante Smaug.
El dragón y el hobbit, tuvieron una larga conversación, en la que la astuta bestia desenmascaró los planes de Bilbo y los enanos.
Por otra parte, los orcos asaltaron Esgaroth, buscando a los enanos, pero Legolas y Tauriel intervinieron a tiempo para salvar la ciudad.
Recordar que Legolas era un elfo alto, hermoso, y de ojos azules brillantes y agudos, siempre vestido de castaño y verde, un excelente arquero, y de una vista prodigiosa y penetrante, que le permitía ver a grandes distancias, cosa que para el común de los mortales, era imposible, superando incluso, la de muchos elfos.
Legolas caminaba con pasos ágiles, y sus pies prácticamente, no tocaban el suelo.
Parecía no dormir, simplemente, descansaba con los ojos semicerrados, con sus pensamientos perdidos en cosas bellas.
Para la lucha, siempre iba acompañado de un arco y un cuchillo blanco, aunque en las películas, aparecen 2 dagas, armas mortíferas para los orcos, y para el resto de sus enemigos.
Por su parte, Tauriel es La Comandante de La Guardia del Rey Thranduil de los elfos silvanos de Mirkwood.
Tauriel es un nombre formado en sindarin. por los guionistas de “The Hobbit” que pretende significar “Hija de Mirkwood”, y está compuesto por los formantes “taur” o “bosque” + “-iel” o “hija de-”, por lo que literalmente sería “Hija del bosque”
Como Comandante de la Guardia élfica, Tauriel es diestra en el uso de muchas armas, pero principalmente, esgrime un arco y 2 dagas, las mismas armas que usa el personaje de Legolas en la trilogía cinematográfica “The Lord Of The Rings”, y que también aparece en las películas “The Hobbit”, sin relación personal con el personaje de Tauriel.
Así pues, al no encontrar a los enanos, Bolg ordenó la retirada a Dol Guldur, y la ciudad se salvó de momento.
En Erebor, el dragón intentaba atrapar a Bilbo, pero este logró escapar.
Justo en la entrada del pasadizo, Thorin se encontró con Bilbo, y le preguntó con tono amenazante, si había logrado encontrar “Arkenstone”, a lo que Bilbo reconoció que no.
A continuación, el resto de enanos bajaron por el pasadizo, y se reunieron con Thorin y Bilbo, y tras unas palabras, acordaron derrotar al dragón entre todos.
Smaug los encontró, y comenzó a perseguirlos, hasta que los enanos idearon un plan para vencerle.
Así, los enanos llevaron al dragón hasta los hornos, y entre todos lograron echarle un enorme recipiente de oro fundido encima.
Cuando parecía que Smaug había muerto, resurgió de nuevo más enfurecido que nunca, y como venganza, decidió dirigirse a Lake-town para aniquilarla, y matar a sus habitantes.
Thorin y el resto, sintieron que habían fracasado, y se lamentaron por lo que les estaba a punto de ocurrir a los habitantes de Esgaroth.
“We've been blind, and in our blindness, our enemy has returned”
En The Hobbit: The Desolation Of Smaug, el grupo entra de lleno en una huida, que prácticamente se extenderá durante todo el relato, y nos introduce en una sucesión de pasajes, en los que la fantasía lo domina todo, quedándonos absortos al contemplar escenarios como Mirkwood o Lake-town.
Las escenas emotivas se incrementan, mientras que la acción combina tanto fabulosas coreografías, caso del combate en el río, como secuencias con un mayor contenido épico, la aparición de Smaug.
Entretenida durante todo su metraje, The Hobbit: The Desolation Of Smaug nos convierte en un integrante más del grupo formado por Gandalf, Bilbo, y los enanos.
A destacar, lo interesantes que resultan sus nuevos escenarios y personajes, así como el incremento de sus pasajes emotivos.
The Hobbit: The Desolation Of Smaug nos lleva por territorios que no conocíamos, en una entretenida odisea que hará las delicias de los amantes del género, al menos en su vertiente más liviana.
De hecho, reconozco que su metraje se me pasó en un abrir y cerrar de ojos.
Lo que no estoy muy seguro, es que el público haya aceptado, que no pocas películas concluyan de forma abrupta, como si del “cliffhanger” de una serie de televisión se tratara.
Eso es lo que aquí sucede, y justo en un momento verdaderamente interesante...
Aunque me gusta que existan sagas en el cine, entiendo que esta clase de recursos se ha de utilizar con habilidad, para no soliviantar al personal.
De nuevo, lo mejor es la cinematografía; Andrew Lesnie maneja la cámara expertamente, para capturar la belleza de New Zealand, convertida en Middle-earth, aunque en esta ocasión, las escenas son más oscuras, en todos los sentidos, ya que la mayor parte transcurre en la noche, al atardecer, o en interiores.
Claro, sin olvidar la pantalla verde, que sigue siendo otra protagonista de esta saga.
En The Hobbit: The Desolation Of Smaug hay mucha mayor acción, y el ritmo es más acelerado que en su anterior entrega, tanto en lo que vemos, como en diálogos.
Los nuevos personajes, esto es, aquellos que no aparecían en el libro, se integran con bastante naturalidad en la narración, y no llegan a molestar.
Se percibe también, un incremento de los fragmentos oscuros, en comparación con “The Hobbit: An Unexpected Journey” (2012)”
No obstante, que quede claro que esto no es “The Lord Of The Rings” y que, obviamente, The Hobbit: The Desolation Of Smaug no posee su complejidad.
De inicio, Peter Jackson proporcionó los primeros detalles sobre The Hobbit: The Desolation Of Smaug, en un evento en vivo, hecho el 24 de marzo de 2013.
El código de acceso, estaba adjunto a las ediciones de DVD de “The Hobbit: An Unexpected Journey” (2012), y la emisión del evento en vivo, reveló algunos detalles de la trama; cuando Jackson dijo, que el rol de Tauriel, desempeñado por Evangeline Lilly, formaría parte de la guardia élfica, siendo un guardaespaldas del Rey Elfo, Thranduil.
Tauriel, es un personaje ficticio de la trilogía cinematográfica que adapta la novela “The Hobbit” del escritor británico J.R.R. Tolkien, que no aparece en la obra original, si no que fue creado por Jackson y Fran Walsh, para la serie fílmica “The Hobbit”
Tauriel es una elfa silvana de Mirkwood, comandante de su guardia.
Su protagonista, Evangeline Lilly, aficionada a los libros de Tolkien desde los 13 años, expresó algo de turbación ante la reacción de los puristas de Tolkien, ante un personaje inventado, fuera de la obra del autor, pero afirmó, que la creación del personaje para la adaptación, estaba justificada:
“Creo que es auténtica, porque Tolkien se refiere a los elfos silvanos, simplemente no los menciona individualmente...
Peter y Fran conocen ese mundo muy bien.
No crearían un personaje, que no fuera fiel al mundo de Tolkien”
Además de servirse de un entrenador especialista para las escenas de acción, Lilly también precisó la ayuda de un lingüista, para poder pronunciar sus diálogos en lenguas élficas.
Lilly comenzó el rodaje de las películas, el 21 de marzo de 2011, en New Zealand, que concluyó el 6 de julio de 2012, tras 266 días de filmación.
Lilly afirmó, que disfrutó de la relajada atmósfera del plató, y de la familiar experiencia de rodar con un reparto mayoritariamente masculino, lo que la recordó sus trabajos en “Lost” y “The Hurt Locker” (2008), pero notó que la circunstancia de haber tenido su primer hijo en mayo de 2011, hizo que algunos aspectos de la filmación de las escenas de lucha, resultaran más extenuantes de lo que esperaba, comentando que “recuperarse del parto, es como recuperarse de una herida en todo el cuerpo, y yo no me di cuenta de hasta qué punto, eso era verdad hasta que empecé a entrenarme para la lucha élfica.
Mis caderas no se movían, como se solían mover; mi espalda no se movía, como se solía mover; mis hombros están doloridos todo el día; pero fue divertido”
No olvidemos que Tolkien es tenido por misógino, pues no contaba con mujeres para ningún papel relevante, de hecho “The Hobbit” es un ejemplo de esa fijación, pues no existen personajes femeninos, como si en Middle-earth se reprodujeran por esporas.
Resulta irreal ignorar esos personajes, y no olvidemos que Jackson ya metió mano al guión de “The Lord Of The Rings” para dar protagonismo a las Elfas y a las Humanas; y también señalar el mensaje anti autoritarismo “pro democracia” cuando en paralelo, y el corazón de la esencia de la obra de Tolkien, es algo reaccionaria no lo niego, y es la supremacía del linaje, que necesitaría una actualización ideológica...
Así, Tauriel junto a Bard, son de los pocos personajes que tienen algo parecido a un arco de historia desarrollado, pues conocemos su situación, su conflicto, como se desarrolla, y conclusión, bueno, más o menos...
Y fue antes de la decisión de dividir la adaptación en 3 películas en lugar de en dos, que Tauriel fue descrita, como un personaje con un papel sustancial en lo que iba a ser el 2º y último filme de la serie, solo circunstancial; finalmente, y como una de las consecuencias de dividir el argumento en 3 partes, el personaje no aparece en la primera de las películas de la trilogía, “The Hobbit: An Unexpected Journey” (2012)
Además, en su momento, Jackson había revelado una escena, en la que Gandalf The Grey, y Radagast The Brown, buscan a la fortaleza del Necromancer, y descubren que los Nazgûl han sido liberados de sus tumbas, comenzando la liberación de los tráileres.
Los personajes principales, tienen mucho más que hacer en The Hobbit: The Desolation Of Smaug.
Aunque la mayoría todavía son meros adornos, hasta es posible distinguir a algunos de los enanos de entre el montón:
Aidan Turner, como Kíli, tiene un rol más prominente que lo eleva del resto, y le permite desarrollar un poco más su papel.
Mientras que McKellen, como el hechicero Gandalf, cuenta con su propia subtrama, extraída de los apéndices de Tolkien, que lo coloca frente a frente, con un viejo enemigo, en una de las escenas más memorables.
Gandalf, apenas lo vemos pero, al menos, nos presentan su lado de hechicero guerrero, un verdadero “bad-ass” medieval.
De mis escenas preferidas del filme, y me quede con ganas de ver más...
Quien todavía no logra cautivar con su interpretación, es Richard Armitage, como el líder de los enanos, Thorin Oakenshield.
La culpa, no es tanto del actor, sino de la manera tan arrogante como está escrito por Jackson, Fran Walsh, y Philippa Boyens en el guión.
Resulta difícil sentir empatía por él, cuando hasta ahora, luego de 2 películas, todavía sigue siendo un pedante, engreído, y acomplejado heredero al trono.
Esto no sería un problema, de tratarse de un personaje secundario, como lo es en el libro, pero por alguna razón, Jackson lo ha empujado como el protagonista, lo cual nos lleva a la mayor falta de la adaptación:
La marginación de Bilbo Baggins.
Por su parte, Bilbo está más seguro de sí mismo en papel de “ladrón” y vemos el principio de su relación con el anillo de poder, especialmente, la fuerte tentación de usarlo para salir de problemas, o hasta salvar vidas.
El anillo, no solo le proporciona invisibilidad, sino que descubre en él, un principio de egoísmo y maldad.
También, por supuesto, destacar a Bilbo y la antesala de la posesión que el Anillo ejerce sobre él.
Ése momento en Mirkwood, cuando acuchilla a una araña “bebé”, porque se ha acercado al Anillo, y después, se da cuenta de lo que ha hecho, y cómo, te permite ver la corrupción que el arma de Sauron es capaz de llevar sobre alguien tan benévolo como Mr. Baggins; tanto que ya se empieza a escuchar, en ese momento, como Gollum:
“It’s mine!”
El pobre Bilbo, apenas ha sido poco más que una nota al calce en ambos filmes, aunque sigue siendo de lo mejor de ellos, cuando Jackson, Walsh, y Boyens, recuerdan que esta es su historia, y no la de los enanos.
Peor aún, es ver cómo se pierde la oportunidad de resaltar el talento de Martin Freeman, quien con su carisma y un rostro, que denota inteligencia y nobleza, es un estupendo Bilbo cuando lo dejan brillar.
En “The Hobbit: An Unexpected Journey” (2012), fue en su juego de acertijos versus Gollum, y aquí, es en su enfrentamiento contra el apoteósico Smaug, momentos cuando sobresale la magia del texto de Tolkien.
Una curiosidad, la voz de Smaug, rompió uno de los altavoces de un cine de Brasil el día de su estreno, y la verdad es que resuena un montón, incluso en la versión doblada al castellano.
Y aunque el actor Benedict Cumberbatch pone la voz a Smaug y al Necromancer, no son la misma entidad.
Cumberbatch, se ha hecho de fama rápida en Estados Unidos, y su trabajo como la voz de Smaug, lo aumentará más.
La mayor arma de Smaug, es su astucia, y en The Hobbit: The Desolation Of Smaug lo vemos claramente.
Peter Jackson sabe, que la expectativa de los fans es alta, y junto a un buen libreto, logran colocar a Smaug como el peligroso, y casi invencible enemigo que es.
No dejo de mencionar, que esta vez, la historia da más oportunidad a cada uno de los 13 enanos de brillar un poco, y distinguirse individualmente en otras cosas, aparte de comer y cantar.
Resaltar un suceso “anecdótico” que permite ahondar en 3 de los enanos principales:
Esa escapada frenética en barriles, que acaba con el joven Kíli herido en una pierna por una flecha de Morgul.
Con ése simple detalle, consiguen denotar que Thorin, empieza a estar sediento y enfermo del oro, como lo estuviera su abuelo Thrór, ya que insiste en que Kíli se quede en Esgaroth; no porque se preocupe por él, sino porque “le da igual si es familia o no, nadie entorpecerá su misión”
Y ahí también, nos permiten ver que Fíli, aunque está destinado a ser Rey algún día, prefiere dar la espalda a su tío, y quedarse a cuidar de su hermano.
Además, por fin alguien que sale herido después de tanta cabriola.
Al igual que en el primer largometraje de la trilogía, Martin Freeman, Ian McKellen, y Richard Armitage, vuelven a demostrar que saben llevar muy bien el peso de la historia.
No obstante, cabe señalar que los nuevos intérpretes, han sido muy bien elegidos.
Es el caso de Luke Evans, quien da vida a Bard The Bowman, o de Stephen Fry, que se pone en la piel del gobernador de Lake-town.
Evangeline Lilly, sale muy airosa al encarnar a Tauriel, sobre todo, si tenemos en cuenta que dicha elfa, no formaba parte de la obra original.
Respecto a Orlando Bloom, está claro que Legolas es el mejor papel de su carrera, eso sí, lo curioso es que no es capaz de hacerle sombra a Lilly.
Cierto que Legolas no aparece en la novela, pero la “aparición” de Gimli es un tesoro, que me llenó de nostalgia.
Como dato, Peter Jackson, hace un pequeño cameo al comienzo, en una escena que no sale en el libro, en la que Gandalf se encuentra con Thorin, en la famosa posada de Bree; Jackson pasa por delante de la cámara, comiendo, nos mira de manera desafiante, y sigue su camino sin pararse, como diciendo:
“Hola, soy Peter Jackson, y ESTA es mi película.
MI película, justo la que he querido hacer”
Porque el director neozelandés está juguetón, se conoce el material de memoria, y se permite el lujo de divertirse, a costa del espectador, en alguna que otra ocasión.
En las batallas contra los orcos, las muertes cada vez son más imaginativas, más logradas, y pensadas, queriendo ir un poco más allá del género de aventuras, y adentrándose por momentos, en el de terror-gore.
Es cierto que The Hobbit: The Desolation Of Smaug es menos cómica que “The Hobbit: An Unexpected Journey” (2012), debido a un tratamiento dramático prominente, y a la necesidad de ahondar algo más en la relación entre los personajes.
El tiempo que se ahorra en presentarlos, ya no hace falta, pues eso tuvo lugar en la primera parte; y lo emplea en la interacción continua entre ellos, explorando de forma más profunda sus personalidades, sus miedos, y sus valores.
Como dato curioso, la disposición narrativa de las adaptaciones de Jackson, suelen ser similares, comenzando con una cierta calma, y dosificación de escenas puntuales de acción, para encaminar el relato hacía unos 40 o 50 minutos de orgasmo audiovisual y emocional.
Al no necesitar presentación de personajes, como en el anterior film, la relación entre ellos es más fluida y estable, y la incursión de nuevos personajes, se produce de manera más suave y natural.
Originalmente, se suponía que The Hobbit: The Desolation Of Smaug concluyera la historia, pero al convertirla en trilogía, tuvieron que picarla, y así mismo se siente el final:
Como si de pronto, apagaran el proyector, y te pidieran que esperes un año para que lo enciendan de nuevo.
El abrupto final, deja cierto grado de insatisfacción, a la vez que despierta el deseo de que el 2014, se vaya volando para ver el desenlace.
Con todo y sus problemas creativos, ambas entregas de “The Hobbit” han sido capaces de entretener, y más que nada, reforzar la apreciación de la saga cinematográfica de “The Lord Of The Rings” como un hito en la historia del medio.
“There is no King Under the Mountain, nor will there ever be!”
The Hobbit: The Desolation Of Smaug se separa en más oportunidades, que la primera parte de Bilbo, algo que por ahí me restó un poco, porque:
¿Quién es el héroe de la historia?
Pero no hay problema, Jackson apeló a muchos extractos de pequeños textos que Tolkien escribió, pero no publicó junto al libro, cosas que pasaron durante “The Hobbit”, pero que no eran parte de la historia original.
Desde “Los Cuentos Perdidos” a “Los Cuentos Inconclusos” hay siempre pequeños retazos de historia, y Jackson los tomó e incorporó a su estilo, inventándole bastante más, pero más o menos, contando la misma historia.
Hay partes totalmente inventadas, ya hemos visto en los tráileres a Legolas, y Tauriel que tienen mucho protagonismo.
Luego, lo más esperado, Smaug, con un cuarto final de metraje para él, se separa bastante del libro, en el sentido de que han alargado situaciones y escenas de acción, y bueno, el 3D manda, y hay que rellenar...
Fallos, muchos, pero el más importante:
¿Por qué Legolas lleva lentillas de color, diferente a como se ve en “The Lord Of The Rings”?
Legolas, pero como han pasado ya unos años, lo han maquillado para que parezca eternamente joven… curiosamente, se ve más viejo acá, que en la obra posterior “The Lord Of The Rings”
Pensé que lo de Legolas, sería un cameo, y en ese sentido, me parecía correcto, aunque Arwen es hija de Elrond, y no la vimos en Rivendel, y tampoco la echamos de menos; pero el cameo se ha convertido en protagonismo, y el elfo aparece en gran parte del metraje, sin otra función narrativa, que la de asesinar de forma elegante.
¿Cómo es posible que los elfos hayan perdido alguna vez una batalla, si uno sólo de ellos, puede acabar con cuantos orcos se le pongan por delante?
Por otro lado, el intento de romance entre una elfa y un enano, ha resultado un patético intento de reproducir el amor entre Aragorn y Arwen.
Si te das cuenta, curiosamente han cambiado la historia, en la que ningún enano se queda en Esgaroth, para que Kíli pueda reencontrarse con Tauriel, obvio, ella sabrá curarlo, del mismo modo que Arwen cura a Frodo en “The Lord Of The Rings”
Ya sospeché, que algún motivo tendría Peter Jackson, para darle el papel de Kíli, un enano, a un tipo objetivamente guapo como Aidan Turner, además que era joven, en la flor de la vida, por los escritos de Tolkien.
En efecto, Jackson quería meter una historieta de amor, y no se le ocurre otra cosa más que “enamorar” al enano... un enano... con una elfa…
Y es que en toda película comercial, es obligatorio introducir un romance, pero el triángulo de amor bizarro de The Hobbit: The Desolation Of Smaug, no puede estar más cogido por los pelos, según la mayoría de los seguidores de Tolkien.
Además, dudo que a Tolkien le hubiera gustado el romance interracial que aquí se propone… porque los escasísimos amores interraciales que aparecen en sus escritos, se dan entre individuos excelsos de ambas especies, que se unen de forma dramática, porque están predestinados a ello, por un poder divino.
En ningún caso se trata de un calentón, o un encaprichamiento entre 2 personas mediocres.
Además, en toda la obra de Tolkien, no aparece ninguna elfa guerrera, que yo recuerde; y sin embargo, aquí tenemos nada más y nada menos, que a una Capitana de un Rey.
Inclusive, insisto que resulta curioso, que una elfa se enamore del único enano que no lleva prótesis; yo sospecho, que lo han hecho como una especie de imitación de la admiración que Gimli tuvo por Galadriel en su momento.
Me extrañaría mucho que llegase más allá, teniendo en cuenta además, que Legolas anda por ahí cerca...
¿Querían introducir un personaje femenino fuerte y audaz?
Me parece perfecto, pero si querían eso, no lo han conseguido.
¿Querían una excusa para que Legolas saliese de su reino?
Las había mejores.
Aunque, entender que dramáticamente, es la excusa para que Legolas y Tauriel marchen a la ciudad, así ella pueda salvar a los enanos, y él se pueda marchar a perseguir al Orco “que le ha hecho sangrar”, uno de los mejores detalles de The Hobbit: The Desolation Of Smaug.
Por otra parte, se ha inventado una súper batalla entre los enanos y el dragón, que no roza el ridículo, pero se baña a Smaug en oro al estilo “Golden Shower”, oro que en un instante funden, para hacer una estatua gigante, con la que cubren a Smaug.
Supongo que la idea era, que un dragón de oro debía quedar espectacular en la pantalla, y lo cierto es que lo espectacular, es la falta de sentido de toda la escena.
Tanto la estatua, como el dragón, deben ser inmunes a las leyes de la física...
Por otra parte, es notorio que le han quitado protagonismo a Bilbo, para dárselo por ejemplo, a Legolas y Tauriel, que en el libro no pintan nada, pero en parte, es comprensible, puesto que en este tramo del libro, no había mucha “acción” entonces, un par de elfos que batallen un poco, nunca vienen mal.
Recordar que en “The Lord Of The Rings: The Two Towers (2002)” Jackson se sacó del bolsillo, un ejército de elfos que se presentó sin cita previa en el Abismo de Helm, y a la gente no le sentó tan mal…
O que Bard The Bowman, parece una imitación de Aragorn desde el primer momento, y se le da una importancia inusitada, como si un héroe humano importante, fuese un requisito.
A todo esto, puede ser por un capricho de Jackson, o quizá más bien de Warner Bros., ya que la decisión parece puramente comercial, de convertir “The Hobbit” en una trilogía, abre las puertas para añadir personajes que no son originales de la novela, tales como Legolas y Tauriel, que aquí, aparece para introducir un elemento romántico en la trama.
Innecesario, quizás, pero al menos no obstruye.
Lilly y Bloom forman un excelente dúo de guerreros, que le inyecta emoción al largometraje, justo en los momentos cuando más lo necesita.
O como Bilbo habla con el dragón al final, de hecho, a partir del momento en que empiezan a hablar juntos, es la parte que menos sigue el libro, aunque imagino que algo tenían que poner, para darle un final apoteósico a The Hobbit: The Desolation Of Smaug.
Así pues, la cronología de los sucesos, es bastante diferente en el libro.
Cuando Gandalf va a Dol Guldur, y ahí se encuentra con Thráin II, padre de Thorin, quién le da el mapa y la llave para abrir Erebor.
Y después contacta con Thorin, para que empiece la aventura...
En The Hobbit: The Desolation Of Smaug, todo esto se va intercalando con la acción, seguramente en la tercera parte, “The Hobbit: There And Back Again (2014) se vea el encuentro con Thráin II…
La llegada a la casa de Beorn, es totalmente diferente, pero su estancia allí, está llena de detalles a los párrafos de Tolkien.
Ya sean los gigantes abejorros, los enanos durmiendo en el salón todos juntos, Bilbo sin poder dormir, escuchando ruidos extraños fuera de la casa, Beorn reteniendo a los orcos y Wargs, la historia de los hombres oso, las frases de Beorn... no me puedo quejar.
En The Hobbit: The Desolation Of Smaug, van a atravesar Mirkwood, toparán con elfos de los bosques, y otros monstruos varios como las arañas; y seguirán un par de líneas argumentales diferenciadas.
Por una parte, tenemos a los enanos y al hobbit, que van a llegar a Lonely Mountain; por otro, Gandalf acude al llamado de Galadriel, para investigar qué ocurre exactamente en Dol Guldur, explicado en “The Hobbit: An Unexpected Journey (2012)
Mirkwood está idéntico al libro.
Desde Beorn aprovisionando a la tropa de enanos, y guardándoles las espaldas durante el trayecto hacia Mirkwood.
Gandalf dando los mismos consejos que en libro a Bilbo y compañía, sobre como entrar y guiarse por el bosque.
La desorientación de los enanos y su desvarío, Bilbo subiendo a coger aire, las mariposas, la brillante escena las arañas, hablando entre ellas como en el libro… me dejo sin palabras.
En cuanto a los apéndices:
Me ha encantado ver la tumba de El Rey Brujo en las montañas.
La Parte de Dol Guldur, con Bolg el hijo de Azog, y las partidas de orcos persiguiendo a los enanos.
El Nigromante y la lucha con Gandalf.
Tauriel, aunque inventada, es un personaje que aporta mucho, pero lo del romance con Kíli, no me acaba de entrar.
La crítica social actual que hacen, por medio del gobernador de Lago, es interesante.
Las motivaciones de Bard The Bowman y carácter.
Lo dicho, mucho material, pero abordado con profesionalidad y amor incondicional por Middle-earth.
Yo la acabo de ver justo ayer en 3D, a 48 fps, y si te soy sincero, hubiera preferido verla normal, incluso en 35mm, y a 24 fps.
Me sigue sin convencer, eso de verlo todo más oscuro, total, para 4 primeros planos en los que de verdad sí se aprecia:
Como las abejas, las hojas de Mirkwood, una moneda que se desprende de Smaug, y poco más...
Y es que, de qué vale el 3D, en una escena de diálogo entre elfos de 10 minutos, en los que no se aprecia nada...
Y lo de los 48 fps... a veces era ridículo, como ya pasó en “The Hobbit: An Unexpected Journey (2012), pues parecía que la estabas viendo a 2D, la escena de los barriles, o cuando Gandalf ve a Dol Guldur…
Si de algo peca la dirección de Jackson, es de su recurrente dependencia en efectos computarizados.
Es de esperarse, que los utilice para criaturas como Gollum, Smaug, y arañas gigantes, pero su acercamiento esta vez a Middle-earth, contrasta marcadamente con el visto en “The Lord Of The Rings”, donde todo lucía mucho más natural y real.
Aquí, hasta los orcos como Bolg, son creaciones digitales, los paisajes, y sets han sido reemplazados por “green screens”, y en general, todo se siente más artificial.
Gajes de tener un mayor presupuesto, supongo, pero en 10 años, “The Lord Of The Rings” todavía se verá fresca, mientras que “The Hobbit” probablemente envejezca más rápido, habrá que esperar “The Hobbit: There And Back Again” (2014), para que eso quede definido.
Admito que Smaug me recordó a “DragonHeart” (1996), donde Sean Connery hacía la voz de Draco, y aquí, Benedict Cumberbatch, hace su rol bastante bien, increíble, puesto es un personaje irreal, que también me recordó al Gollum de Andy Serkis y a “The Invisible Man” (1933) de Claude Rains.
Como mencione al principio, el problema de The Hobbit: The Desolation Of Smaug, es que sencillamente, debió ser la parte del medio de una sola película, no una segunda parte en una trilogía, y se nota por completo, cuando estamos viendo material de “The Hobbit” y cuando no, porque el ritmo y el tono cambian por completo.
Sin mencionar que, cuando por fin llega el enfrentamiento con Smaug, ya me sentía exhausto de todo lo que había visto...
Pero bueno, es fantasía, y hay que dejar volar la imaginación.
Supongo que esas malas o dudosas críticas, principalmente serán en lo relativo a las “licencias” argumentales que se toma Jackson para “estirar” la adaptación hasta una trilogía.
Y sí hay detalles “cuestionables” y/o algún apunte que chirría, pero a mi modo de ver, son detalles poco relevantes o influyentes, como para ser duros con lo que no deja de ser una adaptación.
Porque por lo demás, el estilo es el mismo, siendo que, eso sí, su tono aventurero está mucho más logrado que en cualquiera, que al fin y al cabo, es el tono del libro, mucho más relajado que el de “The Lord Of The Rings”
El, por momentos, abusivo empleo de los efectos digitales, particularmente en las escenas de acción, y el perpetuo movimiento de una cámara que nunca se está quieta, es un arma de doble filo.
Aún así, hay momentos que ponen “la piel de gallina”, como todo lo que sucede con Gandalf en Dol Guldur, especialmente, su encontronazo con el Necromancer, y esa lucha brutal.
Mi escena preferida, con la que doy saltos de emoción, es esa mítica, del ojo de Sauron, cuya pupila adquiere por momentos, la forma del cuerpo del mismo Sauron.
Brillante visualmente.
Y los enanos en los barriles, luchando contra los orcos, es de las cosas más divertidas, y técnicamente más asombrosas que he visto en la saga hasta el momento, una escena de batalla, una coreografía de movimientos, sencillamente magistral, que ponen a Jackson como “El Rey del Travelling”
Como aspectos positivos, y que disfruté, podría empezar por destacar a un Smaug que resulta terrorífico, y está muy bien hecho, ENORME.
Por otro lado, me gusta la línea argumental de Gandalf, breve y tratada con un poco de prisa, para mi gusto, pero interesante.
Beorn el “cambia-pieles”… me gustaría que hubiera tenido un poco más de presencia, la verdad, en detrimento de otros personajes que tienen una presencia demasiado intensa, como Tauriel.
La aparición del Bard The Bowman es de agradecer, y la interpretación que de él hace Luke Evans, es de lo mejor que nos da The Hobbit: The Desolation Of Smaug.
También, ha sido agradable ver a Stephen Fry, en uno de los papeles más desagradables, el de gobernador de Lake-town.
Y en cuanto a desarrollo de personajes, muy interesante ver, qué cambios se han operado en 2 de los personajes principales:
Thorin y Bilbo, a raíz de sus obsesiones.
La recuperación de su reino perdido, para uno; y el ansia por el Anillo, para el otro.
Relevante, resulta ser la Banda Sonora, pues no se hace notar, una pena, en eso le ganan las otras películas.
En definitiva, para mí, The Hobbit: The Desolation Of Smaug es una película muy superior, como era de esperar, a su antecesora, y que creo que terminará de forma espectacular.
Menos mal, que Peter Jackson ha dirigido finalmente esta nueva trilogía, con otro director, no hubiera sido igual, y ningún otro hubiera sacado la calidad que Jackson logra… creo que Tolkien, estaría orgulloso del trabajo que han hecho; ya que se nota el cariño que Jackson y todas las partes de la producción, al frente y detrás de la cámara, sienten por la historia y por Middle-earth, lo que se traduce a hermosas imágenes, divertidas, y emocionantes secuencias, y personajes muy bien plasmados en pantalla.
“Such is the nature of evil, in time all foul things come forth!”
La banda sonora de The Hobbit: The Desolation Of Smaug fue compuesta por Howard Shore, asociado con el equipo de escritores de New Zealand.
Fue realizada por la Orquesta Sinfónica de New Zealand; y el álbum original de la banda sonora de la película fue lanzada al mercado, a partir del 10 de diciembre de 2013, para coincidir con el estreno de The Hobbit: The Desolation Of Smaug.
Fue anunciado, que el cantante y compositor inglés, Ed Sheeran, escribió y grabó el tema de la película “I See Fire”, la cual sonará durante los créditos finales.
El director, Peter Jackson, conoció a Sheeran cuando se encontraba de gira por New Zealand, a finales de 2013.
Al instante, Jackson contactó al cantante, para pedirle que grabase una canción para The Hobbit: The Desolation Of Smaug.
Sheeran aceptó la propuesta, y comentó a MTV, que estuvo encantado de ayudar a realizar la música, ya que de pequeño, leyó los libros.
Adicionalmente, reveló que tuvo que aprender a tocar violín para grabar la canción, y que solo demoró un día en ambas cosas.
Sobre el proceso, mostró su agrado, dado que el director y los guionistas, no le impusieron ningún tipo de regla.
Si bien, “I See Fire” fue lanzada como sencillo, el cantante explicó, que no formaría parte de su nuevo álbum, el cual sería lanzado a principios de 2014.
“I See Fire” es una canción folk, grabada de manera acústica, y que cuenta con una duración de 5 minutos exactos.
Sheeran la compuso solo, y recibió ayuda de Pete Cobbin para producirla.
Además, también realizó los coros.
De acuerdo con la partitura publicada por Alfred Publishing Co., Inc. en el sitio web Musicnotes, la canción tiene un tempo andante de 84 pulsaciones por minuto, y está compuesta en la tonalidad de si bemol mayor.
El registro vocal de Sheeran, se extiende desde la nota fa menor, hasta la si mayor.
Respecto a la banda sonora en general, lo que más me ha molestado es, que en ningún momento de The Hobbit: The Desolation Of Smaug, sonara la melodía épica de los enanos, que caracterizaba ya al Hobbit por la primera entrega, la canción de los enanos en versión acordes, estuve todo el metraje esperándola, aunque fueran 5 segundos; y la verdad es que, toda la secuencia de Smaug, habría ganado bastante con esa melodía, pero bueno, la verdad es que la canción “I See Fire” tampoco está mal, entonces:
¿Dónde está el problema?
Pues en que The Hobbit: The Desolation Of Smaug, prácticamente no contiene un solo tema que deje huella en el recuerdo inmediato, que nos haga andar tarareando unos días, tras salir del cine, aparte de “I See Fire”
Puede ser, sencillamente, que a Howard Shore se le haya agotado la inspiración, después de los 4 monumentos a la composición fílmica, que son sus anteriores bandas sonoras para “The Lord Of The Rings” y “The Hobbit: An Unexpected Journey” (2012)... o puede ser,, que el canadiense haya planteado una banda sonora, sustentada en conceptos distintos a las anteriores, rebajando el peso de los llamados “leitmotiv” fraseados melódicos que identificamos con personajes, situaciones, o sentimientos; en favor de una composición más incidental y atmosférica.
Yo apuesto por lo segundo, principalmente, porque me resulta evidente que Shore, no tiene nada que demostrar, y puede permitirse giros estilísticos de este tipo; y también, porque The Hobbit: The Desolation Of Smaug, muestra una diferencia evidente en sus planteamientos, que no en su nivel de calidad.
Distinto habría sido, si el músico hubiese repetido la fórmula clásica, y le hubiese salido mal, por ejemplo, con temas principales poco atractivos, y auto referencias constantes.
No, Howard Shore ha compuesto en esta ocasión, una banda sonora densa como el hormigón, infinitamente rica en texturas, y originalísima en el uso de instrumentos inesperados, utilizados casi como efectos sonoros, que aportan sorpresa y profundidad a los temas, enriqueciendo de paso, ese tour por los pueblos y razas del mapa tolkiano, que supone cada trabajo para la franquicia.
Por el largo camino que suponen los 2 CDs, encontramos diversos ambientes élficos, bellísima “Feast of Starlight”; piezas que mueven a lágrima, y algunos pequeños temas que podemos asociar, tímidamente en algún caso, con nuevos personajes como:
La elfa Tauriel, o Bard The Bowman, habitante de Lake-town, aunque mucho de ello es identificable para nosotros, gracias a su propio poder de evocación, y nunca porque se trate de temas ya escuchados en las partituras previas.
Insisto, Howard Shore renuncia por completo al reciclaje de su propio material, cosa que habría sido facilísima, e incluso, habría satisfecho mucho más a algunos fans poco exigentes.
Shore, que parece dispuesto a recrear Middle-earth con la misma originalidad que la primera vez, ni siquiera recurre al pegadizo tema de “Lonely Mountain”, esencial en “The Hobbit: An Unexpected Journey” (2012)
Shore lo utilizó con mesura en el álbum oficial, aunque Jackson quizás, abusó de él  en el montaje de la película, y pues habría sido lícito.
Y aquí estamos, ante uno de los momentos imprescindibles dentro de la saga; todo fan sabrá, que siempre hay una canción cantada al final de cada entrega.
Me alegra poder decir, que nos encontramos ante una canción, “I See Fire” que está a la altura de las expectativas, es cierto que no se trata de la mejor canción cantada de la saga, sin embargo, debido a su tranquilidad, se trata de una canción que suena realmente solemne.
Y pese a que la canción suena muy bien, cuando apenas hay intensidad musical, hay muy pocos instrumentos en la canción, y durante gran parte de ella, apenas tienen intensidad, las partes que más me han gustado, son aquellas donde la intensidad del conjunto se eleva, destacando por encima de todas ellas, la parte final...
Total, me ha encantado.
Como comentábamos, The Hobbit: The Desolation Of Smaug, tanto la película como su banda sonora, es una inmersión cada vez más profunda, en las oscuras geografías del mal, de este universo fantástico, bastante más siniestras que las vistas y escuchadas en “The Hobbit: An Unexpected Journey” (2012), que van desde “Mirkwood” con sus moscas y arañas, hasta el reino perdido y desolado de los enanos, “Erebor”, pasando por la fortaleza “abandonada” de “Dol Guldur”, donde Gandalf se las ve con el misterioso Necromancer.
Las sensaciones de tensión y progreso, van en aumento hasta el tramo final, en el que entra en escena, el dragón Smaug, este sí, con un potente leitmotiv propio, que no deja lugar a dudas sobre su importancia, y todo el poderío orquestal, explota en un gran clímax de acción.
El álbum contiene 2 epílogos:
La canción “I See Fire” del joven cantautor Ed Sheeran, y “Beyond The Forest”, quizás, la única pieza totalmente concertante del álbum.
Brillante, potente, y arriesgada, mucho más jugosa para el experto curtido en bandas sonoras, que para el consumidor ocasional, es la banda sonora de Howard Shore.
Para terminar, solo queda recomendar La Edición Especial, por encima de La Edición Normal, cuya mera existencia se explica, solo por afán de lucro por parte de los productores; y ahora, solo nos queda esperar un año entero, para poder escuchar la última entrega de este “viaje, tan desolado...”
“Where does your journey end?
You seek that which would bestow upon you the right to rule.
A quest to reclaim a homeland, and slay a dragon!”
De la misma manera que ya sucedía con la 2ª entrega de la trilogía de “The Lord Of The Rings”, esta 2ª entrega de La Trilogía de “The Hobbit” supera prácticamente en todo, al filme que la precede; o al menos, transmite esa sensación.
La ventaja de ser el eslabón intermedio, muy posiblemente, ni necesita perder el tiempo con presentaciones, ni su narrativa se ve condicionada por un final que no se produce.
Es ese camino que The Hobbit: The Desolation Of Smaug empieza en ninguna parte, para ir hacia cualquier parte, libre de ser, y para ser disfrutada como un relato de aventuras, muy eficiente además, que no le tiene que rendir cuentas a nadie, siquiera a un espectador al que con un mínimo de conocimiento de causa, no se le pide ni paciencia ni condescendencia... ni tampoco ser fan, si acaso se le hace.
Hay algo muy importante que se produce con The Hobbit: The Desolation Of Smaug, y es que, a través de ella, la futura trilogía “The Hobbit” adquiere sentido, e incluso fundamento.
La fatigosa sensación que desprendía “The Hobbit: An Unexpected Journey” (2012), se ahoga directamente en las bondades de The Hobbit: The Desolation Of Smaug, la quintaesencia del cine de aventuras, en su máxima expresión actual.
Y es que, aun a pesar de seguir cayendo en buena parte de los mismos, y molestos excesos, especialmente a nivel visual, Peter Jackson no cae en el peor de ellos, y que en “The Hobbit: An Unexpected Journey” (2012), vista ahora, hace un año, era particularmente notable:
El exceso de metraje.
The Hobbit: The Desolation Of Smaug dura sólo 2 horas y 30 minutos, sin contar créditos, lo que le permite hacer uso de una cualidad fundamental, más aún en una épica tan retórica y recargada, como esta; el equilibrio.
Esa es sin duda, la principal virtud de The Hobbit: The Desolation Of Smaug, su equilibrio.
Ya no hablamos de una cinta que, en apariencia, gira en torno a enanos que caminan atropelladamente de peligro en peligro, sin más dramatismo que la irrupción siempre mágica de Gollum.
La trama y el argumento, ya sea, con o sin los oportunos añadidos para hacer de ella, 3 en vez de 2, se puebla tanto de personajes, como de distintas subtramas argumentales, que nutren su discurso, más rico en matices, recovecos, momentos, y sobre todo, variedad.
Todo ello apoyado además, con un sentido del ritmo mucho más afinado, trepidante, pero sumamente atlético.
El letárgico ritmo de “The Hobbit: An Unexpected Journey” (2012), es sustituido por un firme galope, que hace que los 161 minutos de esta nueva entrega, transcurran a buen paso, y no haya demasiados baches en la acción, la cual también, mejora considerablemente, no solo en frecuencia, sino en ejecución.
La primera prueba de esto, aparece en la secuencia cuando Bilbo y sus acompañantes, tras ser capturados por los elfos del bosque, escapan por un río a bordo de unos barriles.
En el texto original de J.R.R. Tolkien, este evento es descrito sin mucha fanfarria, pero Jackson, del mismo modo que transformó el cruce del puente de Barad-dûr de un mero pasaje en el libro, a una secuencia emocionante en “The Lord Of The Rings: The Fellowship Of The Ring” (2001), convierte la huída, en una divertida secuencia, en la que los enanos se las tienen que ingeniar, para combatir contra los orcos que los acechan, a veces, compartiendo la misma arma entre todos.
Así, The Hobbit: The Desolation Of Smaug, no sólo gana en eficiencia y profundidad, también lo hace en satisfacción, al hacer de ella, una experiencia más interesante y sensible, e importante, durante la cual, apenas si echamos en falta el mando del Play Station, hay que decirlo todo, pero The Hobbit: The Desolation Of Smaug ha sido parida en tiempos de “wii”, y las comparaciones en ello, suelen ser brutales.
Además, y al igual que ocurría con “The Lord Of The Rings: The Two Towers” (2002), en The Hobbit: The Desolation Of Smaug, no sólo se beneficia de su primera entrega, el peaje necesario para poder pisar el acelerador en esta autopista que es la segunda.
También se vale de la presencia de un secundario que, como Gollum, sin duda, pasará a formar parte de la historia del cine... eso es, el dragón Smaug, un elaborado trucaje visual, muy logrado, que además brilla con cada sílaba que sale de la boca de Benedict Cumberbatch, cuyo trabajo sembrará de nuevo la duda, sobre cómo valorar la aportación de “una voz” sobre un “efecto especial” al que dota de “alma”
Un estupendo acabado audiovisual, extensible a todo el filme, como cabe esperar, más allá de puntuales guiñapos, o enfermizos movimientos de cámara de un Jackson al que, alguien tal vez, debería de regalarle un trípode, para calmar el nervio, pero bueno, si hay Reyes Midas, Jackson es “El Rey del Travelling”, y de todo tipo, desde el lineal, hasta el circular; de picado a contrapicado, etc.
Los aciertos de The Hobbit: The Desolation Of Smaug, ya sea en 2, o en 3 dimensiones muy convincentes, la convierten en una experiencia ágil, sólida, y muy dinámica, que obra el milagro de hacerse corta, y dejar con ganas de más... a pesar y/o gracias al sabor agridulce que supone un final, equiparable a dejar “un polvo a medias”
Se entiende, se respeta.
Aunque se nos quede cara de tonto, y haya que esperar un año para ver un final de verdad, no importa, dado que The Hobbit: The Desolation Of Smaug, invita a ese segundo, o tercer visionado, que “The Hobbit: An Unexpected Journey” (2012) niega a quien no es fan acérrimo de los manuscritos de Tolkien.
Y es que esta nueva incursión en Middle-earth es, con sus pros y sus contras, una auténtica gozada, capaz de provocar que uno se mee encima, antes que perderse un minuto.
Se sepan o no el nombre de los integrantes de la comunidad de los enanos, inclusive.
Por lo demás, The Hobbit: The Desolation Of Smaug es una gran película, que termina a 50 páginas, quizás son unas pocas más, del final del libro, y que se desarrollarán en la tercera entrega, “The Hobbit: There And Back Again” (2014), mezcladas y bien condimentadas con otras historias, que harán de esta saga, algo mucho más interesante que lo que nos presenta el libro.
Ya que si algo demuestra esta continuación que le quedará por demostrar, son las infinitas posibilidades de un mundo, el de Tolkien, más allá de Tolkien.
Y que no se me enfaden los acérrimos, ya que si se sustenta lo logrado, es más a su obra, un halago que un agravio, “El Silmarrillion” sería la base perfecta.

“What have we done?”

Adenda: Peter Jackson, es el director idóneo, y el mejor encargado posible, de ampliar y extender el texto dejado por J.R.R. Tolkien, nadie como él sabe, cómo introducir a los nuevos personajes, y crear todo un trasfondo, para que no parezca una excusa para tener más metraje, por lo que la introducción de estas novedades, es bastante fluida, y hay que recurrir al texto original para apreciarlas.
Una edición extendida de The Hobbit: The Desolation Of Smaug (2013), fue lanzada digitalmente, el 21 de octubre de 2014, y en DVD, Blu-ray, y Blu-ray 3D, el 03 de noviembre 2014, en el Reino Unido, y 4 de noviembre de 2014, en los Estados Unidos, con más de 25 minutos de nuevo material, y música original a cargo de Howard Shore.
Además del material extra, la edición extendida incluye 9 horas con videos especiales, entrevistas, comentarios del director, y la coguionista, Philippa Boyens, y un documental en varias partes, centrado en diversos aspectos de la película, y la saga de “The Hobbit”
La segunda parte de la trilogía dirigida por Peter Jackson, tiene una duración total de 186 minutos en su versión extendida, bastante más tiempo que la primera parte, “The Hobbit: An Unexpected Journey” (2012), que sólo tuvo 13 minutos de material extra, repartidos en todo su metraje.
Hay escenas extendidas, y otras añadidas, no vistas en la versión teatral:
La primera escena ampliada, es la del prólogo, el encuentro entre Gandalf y Thorin en Bree.
Al hablar de su padre, Gandalf suspira, y Thorin le dice que es como los demás, que cree que ha muerto.
Entonces se pasa a un “flashback” de La Batalla de Azanulbizar, aunque en la película la llaman “La Batalla de Moria”
Después de que Azog decapitara a Thrór, se ve a Thorin ir hacia él, pero su padre Thráin se lo impide.
Thráin lidera una carga hacia la puerta del Arroyo Sombrío, pero Thorin dice que jamás regresó.
Thorin cuenta que, al acabar la batalla, buscó a su padre entre los caídos, pues todos le daban por muerto, pero no encontró su cuerpo...
Cuando acaba el “flashback”, Gandalf le pregunta a Thorin por el anillo de Thrór, el último de Los Siete Anillos de Los Enanos, y Thorin le contesta, que su abuelo se lo entregó a su padre, antes de la batalla.
Otro cambio sutil pero significativo, es que Thorin le dice a Gandalf, que sabe que su padre fue a verle antes de “La Batalla de Azanulbizar”, en la versión de cine, simplemente decía “antes de que desapareciera”
A partir de aquí, la escena transcurre como en la versión de cine…
Otra escena es cuando a Bilbo le despiertan las abejas en la casa del cambiapieles, Beorn está fuera cortando leña, mientras los enanos discuten qué hacer.
Entonces, Gandalf les dice que no podrán atravesar Mirkwood, sin la ayuda de Beorn, y que tendrán que hacer esto con mucho tacto.
Gandalf y Bilbo salen primero, y el mago les dice a los enanos, que no salgan hasta oír su señal, y que lo hagan de dos en dos, menos Bombur que cuenta como 2.
Bilbo y Gandalf salen al encuentro de Beorn, que continua cortando leña.
El cambiapieles no se muestra muy amistoso con ellos, hasta que Gandalf le dice que es mago, y amigo de Radagast “The Brown”
Durante la charla, vuelve a quedar patente, lo poco que le gustan a Beorn los enanos.
Beorn les pregunta qué hacen en su casa, y Gandalf empieza a explicarle, que tuvieron un desagradable encuentro con los Wargs en las montañas, y entonces los enanos empiezan a salir de dos en dos…
A medida que salen los enanos, que interrumpen el relato de Gandalf,  va variando la expresión de Beorn.
A diferencia de lo que ocurre en el libro, el último en salir es Thorin, y entonces se pasa a la escena de la comida, que se vio en la versión de cine...
Mientras se ve a Bilbo y a los enanos preparando a los ponis, Beorn y Gandalf hablan en el bosque:
Beorn le pide que liberen a los ponis, antes de entrar en Mirkwood, a lo que Gandalf accede.
Beorn también le advierte, de que los orcos no descansarán hasta matar a todos los enanos, y que hay una alianza entre los orcos de Moria, y el Nigromante de Dol Guldur.
Hablan del Nigromante, y Beorn le dice, que no es lo que parece, que hay seres malignos que están a su servicio, y que Azog le rinde pleitesía.
La conversación parece acabar, cuando Thorin le dice a Gandalf, que no hay tiempo que perder, pero Beorn le dice a Gandalf, que hay más, que se dice que “se ha visto a muertos caminando por Los Altos Páramos de Rhudaur”
Entonces se ve un “flashback” con la voz “en off” de Galadriel, en el que se ve a Los Hombres del Norte, encerrando el cuerpo amortajado y cubierto de cadenas, a uno de los Reyes del Reino de los hombres, que se convirtió en El Rey Brujo de Angmar, en Los Altos Páramos, y se ve cómo uno de ellos, arroja a la tumba el puñal de Morgul, que encontró Radagast, y que Gandalf llevó al Concilio Blanco.
Entonces, Beorn le dice a Gandalf, que recuerda un tiempo en el que un mal poderoso dominaba esa región, un mal capaz de resucitar a los muertos…
También le dice que, si ese enemigo ha regresado, debería decírselo, a lo que Gandalf responde que según Saruman “The White”, ese enemigo fue destruido, y que jamás regresará.
Pero Beorn le pregunta a Gandalf, qué es lo que piensa él, a lo que el mago no sabe qué responder…
La escena termina, al escucharse a lo lejos, ruidos de bestias al servicio de Azog, y la compañía de Thorin, abandona la casa de Beorn.
Entiendo que Jackson eligiese eliminar todo lo de Beorn, porque no tiene relación con el resto de lo que ocurre en The Hobbit: The Desolation Of Smaug, que ya bastante larga es, para ser una versión de cine.
Tras su conversación con Bilbo, Gandalf advierte a los enanos de los peligros que encierra Mirkwood, especialmente de un arroyo, con un oscuro encantamiento, y también les avisa, que el aire está cargado de espejismos, que pueden provocar que se descarríen, algo que ni Bilbo ni los enanos entienden...
Después de algunos planos nuevos, en los que los enanos se quejan de la atmósfera opresiva de Mirkwood, llega la escena del “Arroyo Encantado”
El cual es un arroyo de aguas negras, rápido pero no muy ancho, que nace en las laderas septentrionales de Emyn-nu-Fuin, y atraviesa Mirkwood, de sur a norte.
Quien tomaba contacto con sus aguas, pierde la conciencia, y se le agarrotaban los músculos, quedando como muerto.
Una vez que Bombur cae adormilado sobre una de las lianas, el primero en llegar junto a Bilbo, es Thorin.
Ambos escuchan un crujir de ramas, y aparece ante ellos, el ciervo blanco.
Mientras Bilbo lo mira como hipnotizado, Thorin tensa el arco, y le dispara una flecha, aunque sin alcanzarle, y el ciervo escapa.
Bilbo le dice a Thorin, que no debió hacerlo, que trae mala suerte.
Lo del ciervo blanco, representa al Rey Elfo del Bosque, y Thorin intenta darle caza, representando así, la relación entre Thorin y Thranduil.
Bombur cae entonces al “Arroyo Encantado”, y los enanos lo llevan a cuestas.
Las alucinaciones de Bilbo y los enanos se agudizan, y paran a descansar un rato.
A pesar de todo, Bilbo oye las voces de las arañas por el poder del anillo, aunque cree que se trata de una alucinación más…
Thorin y el resto de los enanos, están cada vez más desorientados, y han perdido la noción del tiempo.
Thorin, totalmente fuera de así, se lanza hacia el interior del bosque, a pesar de las advertencias de Bilbo, que les grita que hay que seguir el camino.
Y así se llega a la escena, en la que los enanos buscan el camino.
En otro escenario, tras realizar el primer hechizo para acabar con el hechizo de ocultamiento de Dol Guldur, Thráin, El Rey Enano, ataca a Gandalf, y este pierde su sombrero, mientras luchan brevemente.
Gandalf empuja a Thráin a un pozo, y después de ir a buscarle a los pasadizos, el enano ataca a Gandalf.
Sin embargo, el mago no tarda en dejar inconsciente a Thráin.
Coloca su mano sobre la frente del enano y “cura” a su viejo amigo.
Curiosamente, volvemos a ver a Gandalf, en el uso del exorcismo, para remover el conjuro al que está sometido El Rey enano.
Thráin dice que lleva una eternidad encerrado en Dol Guldur, y Gandalf lamenta, haberle dado por muerto durante estos años.
Ambos recorren los pasadizos de Dol Guldur, y Thráin empieza a recordar lo sucedido en “La Batalla de Azanulbizar”; entonces se ve el duelo entre Thráin y Azog en la batalla, y cómo Azog lo derrota, y le arranca El Anillo Enano del Poder.
Gandalf dice que deben salir de la fortaleza, pero Thráin dice que es imposible, por las ilusiones causadas por el enemigo.
Cabe destacar este encuentro, de Thráin y Gandalf, pues revela cómo al primero le fue arrebatado el último anillo del poder de los enanos.
Después de que Bilbo entre en Erebor, la acción regresa a Dol Guldur, y Thráin le dice a Gandalf, que los están esperando, y le dice que Smaug y “El Único” están confabulados.
Pero antes de que puedan ir muy lejos, Azog ataca a Gandalf, como en la versión de cine.
Gandalf “ciega” a Azog, y él y Thráin consiguen escapar de los orcos, pero no de Sauron.
Cuando aparece Sauron, Thráin se aferra, aterrado a Gandalf, y le pide que le diga a Thorin que lo quiere.
Finalmente, Sauron atrapa a Thráin, y tira de él, matándolo.
El resto de la secuencia, transcurre como en la versión de cine.
Hay otros pequeños cambios, como algunas mejoras en determinados planos CGI, o planos distintos de alguna de las escenas que se vieron en la versión de cine, que no añaden ni cambian la escena en sí, solo son tomas desde otras perspectivas.
Notar la profundidad de campo, y la iluminación mejorada en esta versión extendida, así como los movimientos de cámara, sobre todo en las escenas añadidas, lo que la hacen muy deleitable, tratándose de 2D, y no de 3D, a como fue montada originalmente, y en mi caso, que es la versión de esta nota.
A destacar con letras mayúsculas, la creación de Smaug, como lo fue Gollum específicamente en “The Two Towers” (2002), de la trilogía “The Lord Of The Rings”; ambos conforman el culmen de los efectos especiales, más realistas vistos jamás, en la creación que seres y monstruos espectaculares.
Ya pronto se viene “The Hobbit: The Battle Of The Five Armies”, el capítulo definitivo.

“Will you follow me, one last time?”



The Hobbit: The Battle Of The Five Armies

“Will you follow me, one last time?”

A John Ronald Reuel Tolkien, debemos buena parte de la concepción de la ficción medieval moderna; pues sin él, los dragones, elfos, enanos, orcos y goblins, no tendrían la preminencia actual en la alta fantasía.
Profundamente católico, el autor sudafricano, concibió un mundo con escasos matices morales; y tal vez, ése es su atractivo mayor.
El estreno de The Hobbit: The Battle Of The Five Armies, que cierra las versiones del director neozelandés, Peter Jackson, en torno a la saga mítica y literaria del famoso escritor, resulta un acontecimiento de esos llamados “socio-culturales”, de un evento que trasciende con largueza los límites del Séptimo Arte.
Y sus méritos artísticos, van de la mano con el esfuerzo de trasladar una pieza de esa naturaleza, hacia un llamativo lenguaje audiovisual, como la novedad de sus ángulos y planos aéreos, los efectos especiales aquí utilizados, y su grabación en 3D, se homologan, en el salto hacia adelante, que significan con la impronta de otros títulos del género, en la historia cinematográfica.
A pesar de que los fans más puristas se quejan, de que toda la historia se terminó desvirtuando, y que cada vez que un libro se adapta a la pantalla grande, pasa lo mismo; la realidad es que la integración de ciertos textos perdidos de Tolkien, hicieron que tuviéramos filmes sólidos, en casi todos sus aspectos.
Al tratarse de una trilogía, que funciona como precuela a “The Lord Of The Rings”, las referencias para conectarlo todo son constantes, pero muy bien logradas.
Contrario a irse por el “fan-service” tradicional, Jackson apostó por un estilo muy sutil, que solo los fanáticos de las películas entenderán.
“The Lord Of The Rings” y “The Hobbit”, son las “únicas obras de Tolkien, de las que se han vendido los derechos, por lo que de momento, no habrá más películas”, indicó Jackson, al ser cuestionado sobre futuros filmes, basados en la obra del autor sudafricano, y poniendo fin así, a los rumores sobre un posible rodaje de “The Silmarillion”; que por cierto, es demasiado complicado de trasladarlo, como una serie de películas, debido a su tipo de narrativa, si se le puede llamar de alguna manera.
“Will you have peace, or war?”
The Hobbit: The Battle Of The Five Armies es la tercera parte de la adaptación cinematográfica de la novela de J.R.R. Tolkien, “The Hobbit”
Las 2 primeras partes, ya estrenadas, y tituladas:
“The Hobbit: An Unexpected Journey” (2012) y “The Hobbit: The Desolation Of Smaug” (2013), tratan específicamente del contenido del libro, mientras que esta 3ª parte, “The Hobbit: The Battle Of The Five Armies”, se centra en los hechos que acontecieron entre el final de “The Hobbit”, y el inicio de “The Lord Of The Rings: The Fellowship Of The Ring” (2001)
Protagonizada por Martin Freeman, Ian McKellen, Richard Armitage, Luke Evans, James Nesbitt, Aidan Turner, Evangeline Lilly, Ken Stott, Graham McTavish, Jed Brophy, Stephen Hunter, John Callen, Adam Brown, Dean O'Gorman, William Kircher, Peter Hambleton, Mark Hadlow, Cate Blanchett, Lee Pace, Orlando Bloom, Hugo Weaving, Billy Connolly, Christopher Lee, Stephen Fry, Ryan Gage, Ian Holm, Sylvester McCoy, Manu Bennett, entre otros.
El presupuesto total del rodaje de las 3 partes, que se llevó a cabo de una sola vez, ronda los $745 millones, con un ingreso en taquilla, hasta este momento, de $1,975,370,423; de hecho, solo con la 1ª película, “The Hobbit: An Unexpected Journey” (2012),  ya se superó esa cifra, siendo un éxito rotundo.
Escrita por Philippa Boyens, Peter Jackson, Fran Walsh, Guillermo del Toro; The Hobbit: The Battle Of The Five Armies está basada en la novela “The Hobbit” de J.R.R. Tolkien.
“Para Tolkien, el libro tal como se publicó, no contaba toda la historia”, dice la productora, que asegura que se inspiró en las notas dejadas por el autor, para sus aportaciones.
Hasta abril de 2014, la película se llamaba “The Hobbit or There And Back Again”, en honor al verdadero título de “The Hobbit” de J.R.R. Tolkien, hasta que Peter Jackson confirmó un nuevo título:
“The Hobbit: The Battle Of The Five Armies”
Este urdido nudo dramático y argumental, fue adaptado en un complejo y logrado guión cinematográfico, por un equipo de 4 autores:
Fran Walsh, Philippa Boyens, el mismo Peter Jackson, y Guillermo del Toro, lo que da cuenta de la dificultad y de la empresa literaria, implicados en llevar a cabo el libreto.
En una manifestación de escenas y de secuencias, que a pesar de su bifurcación en múltiples y paralelas historias, jamás pierde su continuidad, ni su dirección dramática.
Obtuvo una nominación al Oscar como mejor sonido.
Así pues, en The Hobbit: The Battle Of The Five Armies, cuando reclamaron su patria al dragón Smaug, La Compañía de Los Enanos desató sin querer una fuerza malvada en el mundo.
Furioso, Smaug descarga llamaradas de ira sobre los habitantes indefensos de Esgaroth (Lake Town)
Thorin, consumido por la obsesión de reclamar su tesoro, sacrifica la amistad y el honor para conseguirlo, mientras los frenéticos intentos de Bilbo, por hacerle entrar en razón, llevan al Hobbit a tomar una decisión arriesgada y peligrosa; pero las amenazas que les esperan, son aún mayores.
Sauron, el mayor adversario de todos, ha enviado legiones de orcos, a un ataque furtivo en The Lonely Mountain, “Erebor” en Sindarin, sin que nadie se entere, salvo el mago Gandalf.
A medida que el mal se cierne sobre su creciente conflicto, las razas de los enanos, los elfos, y los hombres, tienen que decidir si aúnan sus fuerzas, o se abandonan a la destrucción.
De repente, Bilbo tiene que luchar por su vida y la de sus amigos, en la épica Batalla De Los Cinco Ejércitos, mientras el futuro de Middle-earth pende de un hilo.
Se sabe que con la llegada de los Istari, los elfos, en especial Círdan, Elrond y Galadriel, convocaron a un concilio de sabios, que se llegó a conocer como The White Council, del cual Saruman era el jefe, aunque en la opinión de Galadriel, Gandalf era el que debía presidir...
The White Council, era un consejo presidido por los seres más sabios de Middle-earth:
Gandalf The Grey; Saruman The White; Radagast The Brown; Lady Galadriel de Lothlórien; Elrond, Señor de Rivendel; y Círdan, El Carpintero de Barcos.
The White Council, tomó muchas resoluciones importantes, relativas a la lucha contra Sauron, en especial, la toma de Dol Guldur, y lo que debía hacerse en cuanto se encontrara El Anillo Único.
Ya que en el monte de Dol Guldur, comenzó a habitar un ser que nadie reconocía al principio, y que todos llamaban “The Necromancer”
Más tarde, Gandalf descubrió, que se trataba del mismo Sauron, que había vuelto a cobrar fuerzas desde La Última Alianza, y ahora planeaba retornar a Mordor, su antigua fortaleza.
En Dol Guldur, Sauron recuperó los anillos de los enanos que le faltaban, y el resto fue consumido por dragones...
De ahí la importancia de Gandalf en Smaug y en El Anillo.
La huida posterior de Sauron, gracias a la intervención de The White Council, fue una mascarada con la que pudo regresar a Mordor.
Al final, Elrond cuenta que The White Council, había expulsado, o exiliado al The Necromancer” de Dol Guldur.
Y Saruman dejó El Concilio, dejó de reunirse; aunque El Concilio de Elrond, en el que participaron todos los pueblos libres, tomó su lugar en un momento muy importante, respecto al devenir del Anillo Único.
Así pues, lo que vino después fue La Batalla de Los Cinco Ejércitos; un enfrentamiento bélico, que involucra a 2 bandos rivales:
Uno compuesto por elfos, hombres y enanos; y el otro formado por goblins y jaurías de lobos, y wargs.
Esta batalla sucede en los lindes de “Erebor”, The Lonely Mountain, la entonces vacía morada enana en Third Age, o “Edad de Los Anillos del Poder”
En esta batalla, se produjeron importantes bajas en ambos bandos.
Por parte de las fuerzas del bien, murieron Thorin, y sus sobrinos y herederos directos, Fili y Kili, y muchos otros enanos, elfos, y hombres.
Por parte del ejército Goblin, la baja más importante fue la de su líder, Bolg.
Unas ¾ partes de los Goblins de The Misty Mountains, fueron exterminados en la batalla, junto a la gran mayoría de los Wargs.
Así pues, a diferencia de las otras cintas en esta misma saga, Peter Jackson comentó, que buscó mostrar la batalla más de cerca que nunca, con las historias de los personajes, siendo contadas como parte de, y durante ésta.
Es un cambio que le da un peso importante a esta enorme pelea, pues no sólo es un asombroso espectáculo visual, también sigue avanzando la historia, y muestra las motivaciones de los personajes que, después de 2 películas, ya conocemos bastante bien.
Sin duda alguna, The Hobbit: The Battle Of The Five Armies es la cinta que menos “sobrante” tiene; pues tiene en la novela, unas 40 páginas aproximadas de trama, que el director lleno de otras fuentes, innovando o alargando las escenas; siendo la más corta de la trilogía, y enfocada en cerrar, ya que está editada para contar lo más relevante de una trama, a la que ya le hemos invertido más de 5 horas como trilogía.
Pero como dije, es la que menos tiene, porque al igual que sus predecesoras, The Hobbit: The Battle Of The Five Armies sufre de líneas de historia, que sólo están ahí porque existe el tiempo suficiente.
“You have but one question to answer:
How shall this day end?”
Todo comienza con la aventura de 13 enanos:
Fili, Kili, Balin, Dwalin, Dori, Nori, Ori, Óin, Glóin, Bifur, Bofur, Bombur, y Thorin Oakenshield, líder del grupo; el hobbit, Bilbo Baggins; y Gandalf The Grey, quienes integran una compañía, cuyo propósito es recuperar el antiguo tesoro de La Casa de Los Enanos, que ahora posee el dragón Smaug, en “Erebor”, The Lonely Mountain.
Después de la caída de Smaug, realizada por Bard, en línea con lo que hizo su padre una vez en Dale, un ejército de hombres y elfos, liderados por el mismo Bard The Bowman, quien dio muerte al dragón, y El Rey Thranduil respectivamente, se encaminaron juntos hacia Erebor, para recuperar el legendario tesoro.
El Rey Elfo deseaba lo que le pertenecía, un collar; y los hombres, el tesoro ofrecido por Thorin, si lograban hacer caer a Smaug.
Pero llegaron tarde, pues los 13 enanos, y el hobbit, se habían atrincherado dentro, y levantado un parapeto como método de defensa.
Pero el cuervo llamado Roäc, un cuervo parlante, y jefe de su pueblo, que vive en The Lonely Mountain, llevó la noticia a los aliados y parientes de Thorin Oakenshield, de que Smaug, El Dragón Dorado, había muerto.
Y es que La Compañía de Thorin estaba sola, dentro de la fortaleza, y hambrienta, pues la montaña entera, se hallaba bajo sitio por los hombres y los elfos, quienes reclamaban para sí, un 14% del tesoro como mínimo.
El reclamo era justo, pues Smaug había reunido un tesoro, formado por riquezas tanto enanas como élficas y humanas.
Pero Thorin se negaba a negociar, y había enviado cuervos mensajeros a las Iron Hills, con lo que logró persuadir a su primo Dáin II (Billy Connolly) a que enviara refuerzos a Erebor.
La posibilidad de que estallara una horrible batalla entre elfos, hombres, y enanos, justo allí afuera, impacientó a Bilbo, quien tomó la decisión de ceder The Arkenstone, la joya más preciada de entre los enanos de Erebor; a Bard y a Thranduil, sin el previo consentimiento de los enanos.
Esto le valió al hobbit, el respeto por parte de aquellos, quienes intentarían negociar el cambio de la joya, por una parte del botín de Smaug.
Cuando Bilbo regresó a Erebor, esa noche, apareció Gandalf, quien había abandonado anteriormente el viaje de Thorin, por otras causas urgentes.
Al llegar el ejército de Dáin, los enanos estaban listos para guerrear cuando, repentinamente, y de manera imprevista, las nubes se oscurecieron, y bandadas de murciélagos opacaron el cielo, anunciando la llegada del ejército goblin, desde sus tierras septentrionales, haciendo uso de gusanos.
Los enanos, y el ejército de hombres y elfos, olvidaron sus diferencias con ayuda de las águilas de Gwaihir, y se unieron para combatir juntos a los goblins y lobos que aparecían desde el norte de Carn Dûm, y de The Misty Mountains, que peleaban junto a los wargs.
En esta batalla, participaron también los hombres de Esgaroth, de la región llamada “Valle” y los beórnidas.
Durante largas horas, se libró la batalla en el valle circundante a The Lonely Mountain, hasta que por fin, la victoria de los hombres, enanos, y elfos, era inminente.
Pero por desgracia, una nueva oleada de atacantes goblins y wargs, llega desde el norte una vez más.
Esta vez, los 13 enanos y Bilbo Baggins, abandonan la seguridad de la fortaleza, y entran en batalla, con Thorin al mando.
No sin antes, el líder de la compañía se había repuesto de la locura por el tesoro, que gobernaba La Casa de Durin.
La llegada de Beorn, el cambiapieles, a la batalla, acaece grandes beneficios, pues aniquila a los enemigos con facilidad, y termina matando a Bolg, el capitán del ejército goblin.
Que en The Hobbit: The Battle Of The Five Armies, no sucede así, pues solo se lo presenta batallando, y es Legolas quien aniquila a Bolg, en respuesta a un llamado de auxilio de Tauriel.
Todos; elfos, hombres, y enanos, sufren graves bajas.
En ese momento, desvanecida ya toda esperanza, Bilbo divisa un ejército de Águilas, avanzando desde el poniente al campo de batalla.
Él llega a avisar a su ejército, sobre esta nueva ayuda, pero repentinamente, una piedra le golpea el yelmo, que en The Hobbit: The Battle Of The Five Armies no lleva; y cae desmayado cerca de la montaña.
Mientras Bilbo permanecía inconsciente, los goblins son finalmente derrotados, y quedan aterrorizados, a tal punto que hubo paz en el norte por largos años.
Finalmente, Thorin recibe el impacto de una lanza, y cae en batalla, cosa que en The Hobbit: The Battle Of The Five Armies, es herido a muerte por Bolg; mientras Fili y Kili, sus sobrinos, le sirven como escudo, que en The Hobbit: The Battle Of The Five Armies; Fili es asesinado por Bolg, y lanzado al vacío, y Kili es asesinado también por Bolg, que en la novela, ambos hermanos absorben el impacto de las armas dirigidas a Thorin.
Ambos, perecen en batalla, pero llenos de honor.
El Rey Thorin de los enanos, es enterrado muy hondo, bajo The Lonely Mountain, y sobre su pecho, Bard le coloca The Arkenstone; seguido por Thranduil, quien coloca sobre su tumba la espada Orcrist, la cual había sido arrebatada por los elfos en su anterior encuentro con los mismos, en Mirkwood.
Tanto el tesoro, como el reino de Erebor, quedaron a cargo de Dáin, primo de Thorin, quien administró el oro con justicia, y restableció la fama y riquezas del Reino bajo La Montaña.
A los hombres de Bard, se les fue entregada una 14ª parte del botín, lo que significaba una riqueza excesiva, pues el tesoro era inmenso, tal y como lo había establecido Thorin anteriormente.
Con ese dinero, repararon sus moradas de Esgaroth, y reconstruyeron la ciudad de Valle, Dale, pasando estas ciudades, a formar El Reino de Valle.
Por su parte, los elfos recibieron las esmeraldas de Girion, que antaño fueron suyas, y como obsequio, Bilbo entregó a Thranduil, un collar de plata y perlas, que Dáin le había dado anteriormente, y que fue motivo de disputas en la trilogía, pues Thranduil siempre dijo que le pertenecía.
A su vez, Bilbo recibió 2 pequeñas cajas como recompensa:
Una llena de oro, y la otra llena de plata, suficientes como para volverle rico.
El tesoro, fue desestimado a una importancia menor por los 3 pueblos, ya que aquel comenzó enemistándolos, y terminó demostrándoles que, la amistad de los Pueblos Libres, es muy superior a cualquier riqueza material.
“Leave Sauron to me!”
Como dato final, el devenir de los personajes principales:
Sobre los enanos:
Balin de Moria, Hijo de Fundin, y hermano de Dwalin; entre los enanos de The Hobbit, Balin era, tras Thorin, el 2º más viejo, y de mayor rango, por lo que le sustituía en el liderazgo de manera natural.
En el año 2948, Third Age, Balin regresó junto con Gandalf, a Bag End, a hacerle una visita a su viejo amigo Bilbo.
En el 2989, Balin abandonó Erebor, en un intento de restablecer el reino enano de Moria.
Durante 5 largos años, luchó contra el balrog, y sus hordas orcas; pero él y sus seguidores, fueron vencidos y muertos en el año 2994.
Balin murió por una flecha orca, cuando había salido al exterior, a contemplar el Kheled-zâram.
Fue enterrado por los supervivientes, en La Cámara de Mazarbul, junto al Libro de Los Registros.
Dwalin, era hijo de Fundin, hermano de Balin, y primo de Óin y de Glóin.
Ya en Erebor, Dwalin sobrevive a La Batalla de Los Cinco Ejércitos, y se hace inmensamente rico, tras el reparto del tesoro de Smaug.
Más tarde, en el año 2989, no sigue a su hermano Balin, en su intento de reconquistar Moria.
Antes de La Guerra del Anillo, en el 3018, se sabe que Dwalin sigue vivo…
Pero murió con 320 años de edad, siendo uno de los enanos más longevos de La Compañía de Thorin, y del linaje de Durin I “The Immortal”
Óin, era el hermano mayor de Glóin, primo de Balin y Dwalin, y tío de Gimli.
En el año 2989, Third Age, Óin abandonó Erebor junto a Balin, en un intento de restablecer el reino enano de Moria.
En el 2994, Óin muere, tratando de escapar de la mina por La Puerta Oeste, donde fue llevado por El Guardián del Agua, quien vive al acecho en un lago, junto a las puertas de Moria, creado cuando los enanos represaron el río Sirannon.
Algunos autores, lo han descrito como “un gran calamar” o incluso el legendario “kraken” de la mitología nórdica.
Glóin, murió en el 15 Fourth Age.
En “The Lord Of The Rings”, Glóin participó en El Concilio de Elrond, como representante de los enanos de The Lonely Mountain.
Su hijo Gimli, partiría como representante de los enanos, en La Comunidad del Anillo.
Bifur, se salvó de morir a manos de Smaug cuando este salió enfurecido de Erebor, porque quedó junto a Bombur, atrapado en un acantilado.
Una vez recuperado el reino, se quedó a vivir allí.
Una característica del personaje, inventada originalmente por los guionistas de la trilogía “The Hobbit”, es que tiene los restos de un hacha orco, incrustados en la parte alta de la frente, con lo que el consecuente daño cerebral, sólo le permite hablar en el idioma de los enanos.
Bofur, fue el que resultó menos dañado en el viaje de los barriles, por el río del bosque, aunque estuvo incapacitado de moverse por un largo tiempo, debido al entumecimiento.
Una vez recuperado el reino, se quedó a vivir allí.
Bombur, es uno de los 10 enanos supervivientes a la aventura, por lo que recibe su parte en el tesoro de Smaug, y se queda a vivir en Erebor.
Hacia finales de Third Age, Glóin le contaría a Frodo Baggins en Rivendel, que Bombur era un enano muy rico, pero tan gordo, que hacían falta 6 enanos jóvenes, para ayudarlo a subir y bajar de la cama…
Dori, luchó y sobrevivió en La Batalla de Los Cinco Ejércitos, y volvió a The Lonely Mountain, donde se estableció, y se enriqueció.
Él sobrevivió, hasta la época del Concilio de Elrond, y La Guerra del Anillo.
Su fecha de su muerte es desconocida.
Tolkien menciona, que en el año 3018, Third Age, seguía vivo.
Fili muere, junto a su hermano Kili, en La Batalla de Los Cinco Ejércitos, defendiendo el cuerpo agonizante de su tío, El Rey Thorin II, Oakenshield.
Nori luchó, y sobrevivió en La Batalla de Los Cinco Ejércitos, y volvió al reino de The Lonely Mountain, donde se estableció y se enriqueció junto a sus hermanos.
Sobrevivió hasta la época del Concilio de Elrond, y La Guerra del Anillo.
Durante La Guerra del Anillo, Nori todavía vivía en The Lonely Mountain, y posiblemente luchó en La Batalla de Valle contra los orientales.
Su fecha de su muerte, es desconocida.
Ori, en el año 2989, Third Age, acompañó a Balin a recuperar el reino enano de Khazad-dûm.
La misión resultó un fracaso, porque tras 5 años de luchar contra el Balrog y los orcos, toda la compañía fue muerta a manos de estos.
Ori fue uno de los últimos en morir, defendiendo la tumba de Balin, en La Cámara de Mazarbul, en 2994, Third Age.
Los otros, vivieron el tiempo suficiente para enterrarlo debidamente, antes de morir heroicamente, luchando con los orcos.
Ori recuerda sus últimos momentos en El Libro de Los Registros o “Mazarbul”, que Gandalf lee, cuando La Comunidad del Anillo pasa por la tumba de Balin.
Thorin II, Oakenshield, luchó valientemente con su espada Orcrist, dando muerte a muchas criaturas de la oscuridad.
Sin embargo, en la lucha para conservar lo que había ganado, Thorin es herido de muerte.
Es enterrado en lo más profundo de La Montaña, con The Arkenstone sobre el pecho, y su fiel espada sobre el sepulcro.
Así, su última morada, se convirtió en el punto de aviso de la venida de ejércitos de goblins y orcos, al resplandecer Orcrist, cerca de éstos.
Sobre los hombres:
Bard I “The Bowman”
Ganada la batalla, Dáin entrega a Bard, la parte acordada por Thorin del tesoro, y Bard entrega a Thranduil, las esmeraldas de Girion, su parte más apreciada del tesoro, y socorre a Lake-town, para rehacer los daños del dragón.
Más tarde, Bard es nombrado Rey de la reconstruida Dale o “Ciudad de Valle”
Bard gobernó desde el 2941, Third Age, hasta el 2977.
Se desconoce qué sucedió con Alfrid, en lo personal, como Tauriel, Alfrid es un personaje inventado por los guionistas, incluso para relacionarlo con Grima, el vasallo y consejero de Théoden, Señor de Rohan.
Otros personajes que aparecen en The Hobbit: The Battle Of The Five Armies:
Beorn, el cambiapieles, que en The Hobbit: The Battle Of The Five Armies se dice que es el único de su especie, diferente al libro.
Cuando acabó la batalla frente a Erebor, Gandalf y Bilbo, pasaron un tiempo en su casa, antes de volver a The Shire.
Beorn llegó a gobernar una extensa zona, entre The Misty Mountains y Mirkwood; y solo tuvo un hijo: Grimbeorn.
Sus descendientes, como el resto de los beórnidas, mantuvieron la capacidad de metamorfosearse en osos.
Bolg, hijo de Azog, fue un orco de The Misty Mountains.
Su guardia personal, tiene un gran peso en La Batalla de Los Cinco Ejércitos, pues actúa de fuerza de choque, y se opone a la compañía de enanos de Thorin, matando al propio Thorin, a Fili y a Kili, que le protegen.
Muere más tarde, en la misma batalla, arrojado al suelo, y aplastado por Beorn, en su forma de enorme oso, a diferencia de The Hobbit: The Battle Of The Five Armies, que es muerto por Legolas.
Dáin II “Ironfoot” fue un Rey enano, descendiente del linaje de Durin, hijo de Náin, y bisnieto de Thráin I, el fundador del Reino Bajo La Montaña, en The Lonely Mountain.
Su primera aparición en la historia de Middle-earth, data del año 2799 Third Age, cuando siendo muy joven, vengó la muerte de su padre, matando a Azog el jefe Orco de Moria, en La Batalla de Azanulbizar, la última de la guerra entre Orcos y Enanos, desatada entre los años 2793 y 2799, Third Age; muy diferente a The Hobbit: The Battle Of The Five Armies, respecto a la muerte de Azog.
Al final de La Batalla, Dáin se niega a secundar a Thráin II, en la idea de recuperar Khazad-dûm, y vuelve a gobernar a su pueblo, en las Iron Hills.
No obstante, en The Hobbit: The Battle Of The Five Armies, Dáin conduce un ejército de enanos, montado en un cerdo silvestre de las Iron Hills, en auxilio de Thorin II, Oakenshield, que se encuentra sitiado en Erebor, con el resto de su compañía, por fuerzas combinadas de elfos y hombres de Esgaroth, tratando de obtener parte de las riquezas de la recién recuperada montaña.
Pero al llegar, se encuentra un cuadro bien distinto:
Ambos contrincantes, son atacados por una horda de goblins, al mando de Bolg, el hijo de Azog, al que él mismo mató en Moria; produciéndose lo que se conocería como “La Batalla de Los Cinco Ejércitos”:
Elfos, hombres, enanos, orcos, y goblins.
Al terminar ésta, Dáin se convierte en Rey Bajo La Montaña, puesto que Thorin II muere durante el combate.
En La Guerra del Anillo, Dáin tuvo una activa participación en la defensa de Rhovanion, del ataque de las fuerzas de Sauron, puesto que junto a Brand, Rey de Valle, contienen a los ejércitos de Khamûl.
Brand, fue sucedido luego de su gobierno, iniciado en 3007, Third Age, por su hijo Bard II, en el 3019.
Desafortunadamente, Dáin II muere en esa acción, tratando de defender el cuerpo de Brand, ante las puertas de Erebor.
Al momento de su muerte, contaba con 252 años de edad.
Sobre Thranduil, decir que su nombre no es mencionado de forma explícita en la novela “The Hobbit”
Durante La Guerra del Anillo, Thranduil actuó directamente, ya que luchó junto a los enanos y los hombres de Lake-town, en La Batalla de La Ciudad del Valle.
También, y de modo indirecto, tuvo parte en la destrucción del anillo, pues envió a su hijo Legolas Greenleaf, al Concilio de Elrond, siendo nombrado en el mismo, parte de lo que se llamaría “La Comunidad del Anillo”
De hecho, al abandonar Legolas a su padre, pues su locura por las gemas, le había nublado la razón; El Rey Elfo le pide que vaya al norte, y localice heredero de Isildur, descendiente de los Dúnedain, Aragorn II, Hijo de Arathorn; aunque en The Hobbit: The Battle Of The Five Armies no se le menciona, si lo relaciona con “The Lord Of The Ring”
Se ignora si Thranduil abandonó Middle-earth en algún momento de Fourth Age, pero es el único de los grandes señores élficos, del cual esto no se afirma en los libros de Tolkien, una lástima, pues había luchado con las serpientes y había quedado marcado de por vida.
Por otra parte, se desconoce qué sucedió con Tauriel, al ser invención para The Hobbit: The Battle Of The Five Armies, no se da más información de ella.
A modo paralelo, hay una semejanza a los cuentos de “The Silmarillion” sobre la unión entre razas, y que posteriormente es conocida en “The Lord Of The Rings” como el romance entre un hombre y una elfo; Aragorn y Arwen.
Por último, de Radagast The Brown, se sabe que tenía una especial afinidad con los animales salvajes de Middle-earth, y era más sabio que todos los hombres, en todo lo relacionado con las hierbas, y las bestias.
Se decía que conocía todas las lenguas de los pájaros, y era tenido por un “maestro de formas y tonalidades”
En La Guerra del Anillo, no tuvo mucha influencia, dado que sus dominios, en Rhosgobel, en Mirkwood, no estaban en principio, directamente amenazados.
Radagast sirvió principalmente de aliado, y confidente de Gandalf, a quien le unía una gran amistad.
Gandalf quien se refería a él, en ocasiones como su primo, expresión que en anotaciones posteriores, Tolkien explicaba, no como parentesco real, sino más bien, como camaradería cercana.
En esa época, solía ver a Beorn, el cambiapieles, quien le tenía en alta estima.
Según podemos leer, en “The Lord Of The Rings”, en el verano del año 3018, de Third Age, Saruman le pidió a Radagast, que buscara a Gandalf, y decirle que Los Nueve Nazgûl, estaban buscando noticias de The Shire, para atraerle a Isengard.
De esta forma, y de manera inconsciente, Radagast se convirtió en una herramienta de Saruman, ayudándole a capturar a Gandalf.
Cuando se encontraron cerca de Bree, Gandalf le pidió que mandara mensajes a las bestias y pájaros, para que le avisaran de cualquier novedad.
Fue de esta forma que Gwaihir, El Señor de Las Águilas, llegó a Isengard, enviado por Radagast, para informar a Gandalf, y pudo rescatarle del pináculo de La Torre de Isengard, Orthanc.
Posteriormente, durante El Concilio de Elrond, mensajeros fueron enviados a Rhosgobel, a buscar a Radagast, pero no estaba allí, y no pudieron encontrarlo.
Después de esto, Tolkien escribió poco más acerca de Radagast…
En “Las Cartas”, y en “Los Cuentos Inconclusos”; se dice que de Los 5 Magos, sólo uno permaneció fiel a su misión, y sólo uno regresó a su hogar, en Valinor, Las Tierras Imperecederas:
Gandalf The White.
El destino de Radagast, por entonces, es desconocido…
De ahí, se puede extraer, que todos los Istari, excepto Gandalf, se apartaron del camino por el que habían sido enviados.
Más tarde, Tolkien escribiría, que la separación de Radagast de su misión, se debió a que prefirió dejar su verdadera función, ayudar directamente contra el Enemigo, para defender a la naturaleza de él.
También dijo, que no creía que el fallo de Radagast, hubiera sido tan grave, como el de Saruman, y que al mago pardo, eventualmente, se le había sido permitido volver a Las Tierras Imperecederas.
Más tarde, Christopher Tolkien declaró, que la asunción de que Radagast había fracasado en su tarea, podía no ser del todo cierta, considerando que fue elegido por Yavanna, llamado Aiwendil, que significa “amante de las aves”, y que por tanto, se le habría asignado proteger la flora y la fauna de Middle-earth, una tarea que no terminaría con la derrota de Sauron, o La Guerra del Anillo.
Como dato, por demás curioso, en The Hobbit, generalmente se empleó el término “goblin”, mientras que en “The Lord Of The Rings” prefirió “orco”
Así, a los oponentes de los enanos en “la guerra entre enanos y goblins” de The Hobbit; como Azog o Bolg; los llama “orcos” en “El Apéndice A” de The Lord Of The Rings.
No se hace distinción alguna, por tamaño o por tipo, los grandes seres como los uruk-hai, son tan goblins como orcos los pequeños.
Así las cosas, durante La Guerra del Anillo, las fuerzas de Sauron, atacaron y sitiaron Erebor.
Sin embargo, una vez destruido El Anillo Único, las fuerzas de la oscuridad se disolvieron, y los enanos y sus aliados, los hombres de valle, expulsaron al ejército de orcos y orientales que los sitiaban, pereciendo en esa acción, el ya anciano Dáin.
En Fourth Age, bajo el reinado de Thorin III “Stonehelm”, Erebor siguió prosperando, y enriqueciéndose bajo la tutela del restablecido Reino Unificado de Arnor y Gondor.
La ciudad de Esgaroth, por su parte, fue reconstruida por los sobrevivientes, y recuperó su prosperidad, gracias a las riquezas de Erebor.
La Desolación de Smaug, que eran las tierras yermas de los valles que rodeaban Lonely Mountain, conocida como Dale, que en otros tiempos había sido fértil y pletórico de vida; ahora quedaban restos de árboles quemados, y poca hierba, además de las ruinas de las casas, torreones, y muros.
Pues cuando el dragón se apoderó de la montaña, destruyó con el fuego de sus fauces, todo el territorio de los alrededores.
Pero el valle fue restaurado a su antiguo esplendor por los enanos, luego de la muerte del dragón.
Respecto a The White Council, se disgregó, y sus miembros se separaron:
Gandalf siguió errando, pero preocupado en la defensa de The Shire, porque temía por los Hobbits;  combatiendo el mal allí, donde estuviere.
Saruman, viajó al oeste, y se estableció en Isengard, en donde años después, se alió con Sauron.
Galadriel volvió al bosque de Lothlórien.
Elrond se dirigió al oeste de The Misty Mountains, al valle de Rivendel.
Círdan volvió al oeste, a su hogar en Grey Havens, en élfico, “Mithlond”; y Radagast se estableció en su hogar, al norte de Mirkwood, en el valle llamado Rhosgobel.
Y Bilbo Baggins…
El Hobbit sobrevive a la aventura, y regresa feliz a su agujero, renunciando a la mayor parte del tesoro que le correspondería, en favor de los hombres de Lake-town, destruida por el dragón Smaug.
Sin embargo, lo más importante de The Hobbit: The Battle Of The Five Armies y de la aventura en sí, y que ni siquiera Gandalf lo percató al inicio:
Bilbo se encontró con Gollum, mientras atravesaban The Misty Mountains; y escapando, resultó que había encontrado por casualidad, El Anillo Único, que luego supo que poseía Gollum.
Conforme Gandalf se fue dando cuenta de esto, alertó a los montaraces que comandaba Aragorn, para que cuidaran The Shire a toda costa, mientras Gandalf investigaba por todos los medios, la identidad del misterioso anillo de Bilbo, sobre el alcance de su poder, y lo que representaba su existencia en Middle-earth.
El final de The Hobbit: The Battle Of The Five Armies, recuerda el inicio de la primera parte de la saga “The Lord Of The Rings” con la llegada de Gandalf a Bag End.
Y Bilbo, al final de sus días, decide partir a Rivendel, dejándole todo a su sobrino Frodo Baggins, incluido El Anillo del Poder, que tanta vida le dio.
“One day I'll remember.
Remember everything that happened:
The good, the bad, those who survived... and those that did not”
No hay que ser un devoto de la bibliografía del filólogo sudafricano, J.R.R. Tolkien, ni de la escatología cristiana que esconde su deslumbrante creación novelística, para disfrutar, y sentirse conmovido por una película como The Hobbit: The Battle Of The Five Armies.
Pues en esta oportunidad, además de la simbología inherente a la obra de Tolkien, como (la lucha eterna entre el bien y el mal, lo irremplazable de los vínculos de honor y de lealtad, el encantamiento de las gestas imposibles, y de la valentía para llevarlas a cabo; acá encontramos asimismo, una gran concepción del arte cinematográfico, la que nos mantiene en vilo, y prendados de su fantasía, sin tregua, sin descanso, durante 144 minutos de pura audacia estética, literaria, y audiovisual.
El desarrollo y la maduración del protagonista, Bilbo Baggins, es el tema principal de la historia.
Matthew Grenby, autor de Children's Literature, señala en el libro “The Hobbit” es una novela de desarrollo personal, un “bildungsroman”, una novela de aprendizaje o formación; en lugar de la tradicional aventura fantástica; pues el protagonista, adquiere un sentido más fuerte de su identidad, y una mayor confianza en el mundo exterior, gracias al viaje que realiza.
En su ensayo “The Psychological Journey Of Bilbo Baggins”, recogido en la obra “A Tolkien Compass” de Jared Lobdell; Dorothy Matthews señala, que en varios capítulos, se ve reflejado el concepto “jungiano” de individuación, y describe el viaje de Bilbo, como una búsqueda de madurez, y como una metáfora de este proceso de individuación.
La analogía del “inframundo” y del héroe que regresa de él con un premio, como El Anillo, o las espadas élficas, que lo beneficia, encaja con los arquetipos míticos, relativos a la iniciación y madurez masculina, tal como los describe el mitólogo, Joseph Campbell.
Por otro lado, Jane Chance compara en “Tolkien's Art”, el desarrollo y el crecimiento de Bilbo, en contraste con otros personajes, con los conceptos de mera realeza, versus realeza derivados del Ancrene Wisse, y de una interpretación cristiana de “Beowulf”
Matthew Grenby, también señala en “Children's Literature”, que la superación de la codicia y el egoísmo, es el centro moral de la historia de “The Hobbit”
Además, otro tema de “The Hobbit”, que ha sido tratado por varios autores, es el animismo, un concepto importante en la antropología, y en el desarrollo infantil, basado en la idea de que todas las cosas, incluyendo objetos inanimados, fenómenos naturales, animales, y plantas, poseen una inteligencia humana.
En la historia de “The Hobbit”, John D. Rateliff lo llama, “el tema del Doctor  Dolittle”, y cita la multitud de animales que hablan, como indicativo para confirmar dicho tema, por ejemplo:
El dragón Smaug, los goblins, o el cuervo Roäc.
Patrick Curry señala en “Defending Middle-earth” que el animismo se encuentra activo durante toda la novela, y que también aparece en otras obras de Tolkien; menciona las “raíces de las montañas” y los “pies de los árboles” como cambio de nivel, desde lo inanimado, a lo animado.
El escritor C.S. Lewis, autor de “Narnia”, escribió 2 reseñas anónimas, ambas en el periódico The Times, en las que elogiaba tanto a la novela como a Tolkien, y predecía su futuro éxito, y dijo:
“Debe tenerse en cuenta, que éste es un libro para niños, en el sentido de que la primera de muchas lecturas puede hacerse en la escuela.
Los niños leen con gravedad “Alice In Wonderland”, y los adultos lo leen entre risas.
“The Hobbit”, en cambio, resultará muy gracioso a los lectores más pequeños, y sólo años más tarde, a una décima o vigésima lectura, empezarán a darse cuenta del diestro conocimiento, y la profunda reflexión que fueron necesarios, para que todo en él, pareciera tan maduro, tan amistoso y, a su modo, tan veraz.
Las predicciones son peligrosas, pero es muy posible que “The Hobbit”, se convierta en un clásico”
Y lo es…
Así las cosas, The Hobbit: The Battle Of The Five Armies, funciona como el III Acto de esta trilogía, y como puente a la trilogía original:
“The Lord Of The Rings”
Y es que cuando llegó “The Hobbit: An Unexpected Journey” (2012), todos sabían qué esperar, y nadie sintió el mismo impacto…
Fue emocionante ver ese libro tan entrañado, interpretado de forma inesperada y épica, pero también vinieron algunas decepciones:
Smaug, a pesar de la tremenda voz de Benedict Cumberbatch, no fue el dragón que nos había encantado en sueños, y Jackson metió a personajes nuevos, que nadie entendió muy bien, y todo pasó de ser una serie de 2 películas, a una trilogía que se alargaba, más allá de la querencia íntima del libro.
Pero no fue mala la intención de Jackson.
“The Hobbit” era un libro para niños, que se transformó en sus manos, en el preludio épico para una Obra Maestra.
Y, claro, la relación con la 2ª trilogía, se volvió fundamental.
Al punto en que el director neozelandés, nos trajo retazos de la historia completada por Tolkien en “Los Apéndices”, y en contadas partes de “Los Cuentos Inconclusos”
The Hobbit: The Battle Of The Five Armies está fuertemente enfocada a las escenas de acción y combate, es una película que no se anda con rodeos, va a cerrar, sin embargo, da pie para que se presenten personajes interesantes, llenos de contrastes, que sacan a relucir muchos de los fantasmas que fueron contenidos a lo largo de las entregas pasadas.
Encontramos, de nuevo, excelentes caracterizaciones en Martin Freeman como Bilbo Baggins.
“Bilbo sabe que no hay gloria ni en morir, ni en matar, en la violencia.
Pero en su experiencia, ha visto que a veces es necesaria, pero él nunca jamás tendría una vocación por la guerra, como por ejemplo, los enanos, y particularmente Thorin, una vez que la enfermedad de la codicia se apodera de él, cuando llega a Erebor.
Bilbo quiere evitar la guerra a cualquier costo, y también, la mayor parte de los enanos la quieren evitar, no a cualquier costo, pero a algún costo.
Y Thorin quiere tener guerra, casi a cualquier costo”, explicó Freeman.
Y Bilbo debe tomar muy complicadas decisiones, tanto a nivel moral, y hasta político, en donde su lealtad a La Compañía de Enanos, se ve cuestionada en varios momentos.
Todas estas partes, son increíblemente interesantes, y para mi gusto, debieron haber dado más oportunidad de verlas, en lugar de más escenas de acción, que al final, no aportaban mucho, aunque sean muy esplendorosas.
Entre todos los conflictos que vive el hobbit interpretado por Martin Freeman, hay un momento muy emotivo, y es la charla con Thorin, en Erebor, en donde este personaje, se encuentra en un momento muy oscuro, cuando se da cuenta que el verdadero premio del originario de The Shire, se trata de algo mucho más profundo que todo el oro de Middle-earth.
Es cuando nos enteramos, certeramente, que Thorin ha perdido toda la razón, pues su desconfianza llega hasta su propia compañía.
Por su parte, Gandalf tiene un papel muy importante en The Hobbit: The Battle Of The Five Armies, que principalmente sirve como vínculo a los eventos que vemos más adelante en “The Lord Of The Rings”
A pesar de todo esto, algunos de los fanáticos del maravilloso hechicero, seguramente se quedarán con ganas de ver más, por parte de este personaje.
Por su parte, su actor Ian McKellen, también ha manifestado su opinión respecto a no volver a ponerse el gorro puntiagudo del mago Gandalf, un personaje clave dentro de las 6 películas, y en cierto modo, responsable de los eventos que desataron las mismas.
Para el actor, Middle-earth nunca dirá adiós en realidad:
“Ha sido un periodo definitivo en mi vida, y mi carrera…
Es una mezcla entre decirles adiós a los personajes, y decir adiós a todos esos colegas.
Pero no creo que le esté diciendo adiós a Gandalf, porque constantemente, se me está recordando, por gente que ha disfrutado las películas, que Gandalf está vivo y bien, aunque en verdad, no sé dónde está en este momento”, dijo.
Richard Armitage como Thorin, de quien se retrata con singular inventividad, la locura; este príncipe enano, vive un tiempo de transición muy violento en su personalidad, y en todo lo que lo rodea.
Thorin muestra toda una gama de emociones, que no estamos acostumbrados a ver en un enano…
Armitage es tanto el héroe como el villano en esta ocasión, y se luce en ambas versiones del personaje.
Como objeto inanimado, pero muy presente en toda la saga, The Arkenstone, juega un papel muy importante en la trama de The Hobbit: The Battle Of The Five Armies, pues la marcada personalidad de Thorin, sufre fuertes altibajos, gracias a la codicia por recobrar esta importante pieza.
Armitage, hizo un gran trabajo actoral, para llevar a este personaje, hacia un nivel mucho más humano y sincero, el cual, jamás tuvo ni idea de las consecuencias que tendrían sus acciones, que en un principio, tenían una causa muy justa y honorable.
Del lado “humano”, Luke Evans en el papel de Bard, como el héroe que hacía falta...
Como curiosidad, uno de los muchos talentos de Luke Evans, es disparar con arco y flecha, algo que sabe hacer desde pequeño, y que ayudó en su “performance” en el “casting” como Bard.
Legolas Greenleaf, interpretado por Orlando Bloom, está de vuelta con todo su estilo para matar orcos.
En esta ocasión, se hizo un mucho mejor trabajo con el maquillaje de este personaje, pues si lo recuerdan, en la 2ª entrega, se vía por demás extraño, todo esto en un intento por hacer que el actor luciera más joven...
Eso sí, nos vuelven a recetar esas excelsas escenas masivas de guerra, que encuentran aquí grandes momentos épicos, y si no, basta con la escena del “destierro” de Sauron, no es masiva, pero está tremendamente bien hecha, realizada y presentada.
¿Saben cuánto dura la secuencia de la batalla de The Hobbit: The Battle Of The Five Armies?
45 minutos.
Claro que, si la ponemos en consideración con todo el film, que dura 144 minutos, el más corto de la trilogía, es algo no tan sorprendente.
Las formas de combate, aquí se afianzan, y es un verdadero deleite, encontrar los movimientos sutiles de los elfos, y la tosca efectividad golpeadora de los enanos; contrapunto que cimentarán después, con ternura violenta, las competencias de Gimli y Legolas.
Y con todo esto, la historia se desarrolla en un gran flujo épico, sin perder por eso, la intimidad y cercanía de los personajes:
Reconocemos la nobleza desinteresada de Bard.
La sabiduría previsora de Gandalf.
El ingenio de Bilbo; y la valentía de los enanos que quedan atrapados en Erebor.
Se incluyen, además, a buen tiempo, esos personajes tan queridos, como son Las Águilas, y Beorn.
Técnicamente, The Hobbit: The Battle Of The Five Armies tiene el nivel al que ya estamos acostumbrados, y aunque tiene algunas, muy pocas escenas que hacen mucho uso de CGI, en su mayoría, las secuencias usan efectos prácticos, y ésos son los mejores.
En otras tantas, supera su propio estándar, que de por sí, ya era muy alto.
Lo atractivo de The Hobbit: The Battle Of The Five Armies, dista de ser sólo literaria, sino que también, persuade y seduce por su estilo, y realización audiovisual.
Los ángulos de la cámara, la espectacularidad de los planos aéreos, el nivel de la fotografía, la recreación de los enfrentamientos bélicos, el choque entre bandos, y su mortalidad sangrienta y definitiva, y la sensación de “vívida” realidad que se desprenden del 3D, y su plasticidad en 360º; son comparables, en su significado e importancia para la trayectoria del cine contemporáneo, en el salto que constituyeron en su época, a modo de representar la dificultad escénica de ficcionar un hecho bélico, de magnitudes épicas.
Las maravillosas escenas de guerra, y el balance logrado por su director, Peter Jackson, residen entre delirio épico, e la intimidad envolvente.
Y sí, el final es mucho más corto, y menos emotivo que el de la trilogía de “The Lord Of The Rings”
El final de The Hobbit: The Battle Of The Five Armies, es más conciso, y cierra la historia de la forma más práctica, pero al contrario de “The Lord Of The Rings: The Return Of The King” (2003), pues sentí que faltaron algunas explicaciones.
De la parte inventiva de Peter Jackson, para “The Hobbit”, de nuevo vemos retazos de la historia, que no aparecen en el libro; y que completan todo el esquema político de anticipación que teje Gandalf.
Aquí, en particular, encontramos el muy emocionante destierro de The Necromancer de Dol Guldur a Mordor, y la importancia estratégica de Erebor, en la futura batalla contra las sombras.
Reencontramos a Galadriel, apoyando desde su poderosa postura, a Mithrandir; y una sombra de duda, que se posa ya sobre las intenciones de Saruman…
Se nos presentan además, por primera vez en la cronología de la ficción, a los Nazgûl, en una forma aún más impactante, y visualmente más arrolladora y sublime, que la de la trilogía “The Lord Of The Rings”
La inclusión de una historia de amor entre Kili, y ese personaje inventado, para muchos completamente innecesario, de Tauriel, sólo sirve para volver más trágica, la ya conocida muerte del familiar de Thorin, y regalarle a la audiencia adolescente, algo con lo que soñar.
Una necesidad un poco extraña, de volver políticamente correctas todas las dudas imputadas a Tolkien de racismo.
Es por eso que encontramos a una multitud de extras afroamericanos, entre la población de Lake-town; por lo que vemos estas extrañas relaciones entre elfos y enanos; que en realidad, sólo aparecen en la enorme y legendaria amistad de Gimli y Legolas, y que existe esa inclusión de Azog, como un orco blanco de profundos ojos azules...
Todo para decir, de la manera más torpe y hollywoodense, con una culpa transpuesta en donde no debería estar, que “no todo lo blanco es bueno, y lo negro malo”
Bard, por ejemplo, en el libro “The Hobbit”, es introducido como un “deus ex machina”, apresurado para resolver una importante crisis, mientras que en la obra de Jackson, The Hobbit: The Battle Of The Five Armies, su presencia está más justificada, aunque al final, el director abuse al límite del personaje, e invente roles para él, que no eran necesarios en la trama...
De hecho, no son secretas las declaraciones del hijo de Tolkien, quien señaló que las películas de Jackson, no sólo han difuminado el mensaje original de los libros, sino que los han despojado de todo significado profundo, para convertir la obra de su padre, en “un ardid de la cultura pop”
Si bien pienso que son algo exageradas, puedo notar algo de verdad en la amargura de sus palabras…
El temple severo de los enanos, se degenera en un humor caprichoso.
Cuando Kili es reducido al interés amoroso de una elfo, el personaje se transforma en un extraño galán deforme...
Las gloriosas muertes en batalla del libro, son transformadas en sentimentales momentos que rayan en el cliché más pasteloso, apuntando a la sensiblería y lágrima fácil.
La batalla misma, concisa en el libro; termina por diluirse durante 2 horas en la pantalla.
Para cuando alcanzamos el clímax, la cursilería introducida por las relaciones sentimentales que Jackson se sacó de la manga, ya ha terminado de arruinar cualquier sentimiento épico.
De hecho, cuando a Viggo Mortensen le ofrecieron participar en la trilogía “The Hobbit”, el actor respondió halagado, parafraseo:
“Agradezco mucho que me hayan considerado, pero mi personaje ni siquiera aparece en los libros”
Imaginen sólo introducir personajes, en una historia para que las miopes audiencias, puedan identificar que se trata del mismo universo narrativo”
Y es que si ya iba a adentrarse Peter Jackson en “Los Apéndices”, y en “Los Cuentos Inconclusos”:
¿Por qué no incluir más de los esquemas de Gandalf?
¿El regreso de Sauron a Mordor?
¿La sucesión de Dáin, como Señor de Erebor?
¿Por qué no seguir unos pasos más, las deambulaciones de Gollum, o justamente, las andanzas de Aragorn?
¿Qué pasó con los enanos, Alfrid, Beorn, Radagast, Tauriel, y Thranduil?
¿Cómo cedió Saruman, al lado oscuro de Sauron?
¿Por qué Legolas no recuerda nada de lo sucedido, o no es mencionada su participación, de los eventos de “The Hobbit”, en la trilogía “The Lord Of The Rings?
¿Cómo Gandalf conoció a Legolas, y/o viceversa?
En vez de algo así, tenemos escenas románticas que no vienen al caso, y alargues innecesarios en las batallas, que terminan en poco agraciados “showdowns” al estilo de tantas películas de acción noventera y comiquera.
Los alivios cómicos, no siempre oportunos en personajes secundarios, como Alfrid en particular, que no se supo que fue de él, y que supondré, que tanto en este aspecto, como en muchos que quedaron por fuera, serán, y lo espero, añadidos en la versión extendida definitiva de The Hobbit: The Battle Of The Five Armies.
Por último, las partituras de la trilogía “The Hobbit”, suman casi 11 horas, por las “Ediciones Especiales” a manera de “versiones extendidas”
Aquí, la labor de Howard Shore fue muy dura, trabajando con lingüistas especializados en la obra de Tolkien, para conseguir que cada una de las lenguas sonoras, se escucharán correctamente, en los múltiples coros que acompañan a la música.
Particularmente, “La Edición Especial” de The Hobbit: The Battle Of The Five Armies, con que cierra la trilogía, está compuesto por 2 discos, con un total de 23 temas, uno de ellos, interpretado por el actor Billy Boyd, conocido por su papel de Peregrin Tuk, en las adaptaciones cinematográficas de “The Lord Of The Rings”, que interpretó “Edge Of The Night”
Ahora, en The Hobbit: The Battle Of The Five Armies, Boyd escribió y cantó la canción que se reproducirá en los créditos finales, llamada “The Last Goodbye”, de la cual se dice, que le llevó poco tiempo componerla.
A manera global, no escuche ninguna melodía nueva, salvo el de los créditos en cuestión, eso sí, se repiten los “leitmotiv” de las diferentes razas y alianzas presentadas en “The Lord Of The Rings” para crear cierto “amarre” entre una y otra saga, a menos de manera musical.
El compositor Howard Shore, crea para The Hobbit: The Battle Of The Five Armies, una maravillosa banda sonora, en su mayoría piezas instrumentales, que se funden con las majestuosas imágenes que nos presenta Jackson.
Todas mantienen el matiz trágico, pero vuelven a los ritmos ágiles, y aparentemente alegres.
Composiciones muy completas en todas sus pistas, que ganan fuerza a medida que avanza el metraje.
Como cuestionamiento final:
¿Era necesario dilatar el libro más breve de la saga en 3 partes?
Comercialmente, tal vez, considerando que las 2 primeras, sumaron casi $2 mil millones en recaudación, a nivel internacional.
Negociazo pues.
“Bilbo was right.
You cannot see what you have become”
Así las cosas, 13 años después de estrenar “The Lord Of The Rings”, el director neozelandés, Peter Jackson, concluye con orgullo por su trabajo, la travesía épica por el universo de J.R.R. Tolkien, con la última cinta de la trilogía de “The Hobbit”, “The Battle Of The Five Armies”
“Un día de 20 horas, 771 días de rodaje, y 15 años de Tolkien”
Con esa frase culminó el director, la gran aventura del pequeño hobbit, Bilbo Baggins.
“Ha sido un viaje impredecible.
Algo de lo que estoy muy orgulloso”, aseguró Jackson, director, y productor de The Hobbit: The Battle Of The Five Armies, así como uno de los autores del guión, en la presentación ante medios, en un céntrico hotel de Londres.
Ahora, Jackson de 53 años, “confiado de poder haber inspirado a futuras generaciones de directores”, volverá a Nueva Zelanda “a trabajar en la versión extendida” de The Hobbit: The Battle Of The Five Armies, y a pensar “en nuevos proyectos”
“La idea de rodar un drama, con gente en una casa, me parece especialmente atractiva en este momento”, bromeó recientemente.
Así las cosas, no habrá más Middle-earth por un rato…
Se acabó ahora sí, el legado tolkeniano de Jackson, y empezará en un futuro impreciso, una nueva tradición.
A quien le toque seguir este enorme conjunto de películas, se las tendrá que ver negras con el “Tolkien Estate” y sus acartonados defensores.
Nadie puede ahora prever el futuro resultado que cimentó, con tanta valentía, el gran director neozelandés.
Con todo, The Hobbit: The Battle Of The Five Armies representa el final de una era generacional, que nos marcó a muchos, y que emotivamente recordaremos siempre, con todo el gusto, y por encima de las críticas.
Como siempre lo quiso su director, hay un orden y una coherencia en todo el caos de producción que fue esta larga aventura:
Peter Jackson es, finalmente, como todos nosotros, un fanático de Tolkien, y el Hobbit mismo.
Su legado, será también para la generación que apenas nacía cuando salió la primera película, y que ahora puede ver la saga en el orden cronológico de la ficción.
Para todos los demás, nos queda la excelsa tarea de los maratones, de preferencia una vez que salgan todos los “extended cuts”, de 26  horas de fantasía, emociones, y espléndidas batallas.
Queda solamente flotando esa duda que, al parecer, nos perseguirá siempre, pensando cuándo regresarán estos mundos… y cuántas veces más, nos tendremos que despedir de Middle-earth.

“Yéni únótimë ve rámar aldaron!
Yéni ve lintë yuldar avánier mi oromardi lissë-miruvóreva.
Andúnë pella, Vardo tellumar nu luini yassen tintilar i eleni ómaryo airetári-lírinen.
Sí man i yulma nin enquantuva?
An sí Tintallë Varda Oiolossëo ve fanyar máryat Elentári ortanë ar ilyë tier undulávë lumbulë ar sindanóriello caita mornië i falmalinnar imbë met, ar hísië untúpa Calaciryo míri oialë.
Sí vanwa ná, Rómello vanwa, Valimar!
Namárië!
Nai hiruvalyë Valimar!
Nai elyë hiruva!
Namárië!”
(¡Ah!
¡Como el oro caen las hojas en el viento, e innumerables como las alas de los árboles son los años!
Los años han pasado como sorbos rápidos de dulce hidromiel en las altas salas de más allá del Oeste, bajo las bóvedas azules de Varda, donde las estrellas tiemblan en la voz de su canción sagrada y real.
¿Quién me llenará ahora de nuevo la copa?
Pues ahora la Iluminadora, Varda, la Reina de las Estrellas, desde el Monte Siempre Blanco ha elevado sus manos como nubes y todos los caminos se han ahogado en sombras, y la oscuridad que ha venido de un país gris se extiende sobre las olas espumosas entre nosotros, y la niebla cubre para siempre las joyas de Calacirya.
Ahora se ha perdido.
¡Perdido para aquellos del Este, Valimar!
¡Adiós!
¡Quizá encuentres a Valimar!
¡Quizá tú la encuentres!
¡Adiós!)

“Everything I did, I did for them”

Adenda Final; The Hobbit: The Battle Of The Five Armies, supone el punto y final a La Trilogía The Hobbit; y lo que debía ser un cierre por todo lo alto, no puede evitar terminar dando muestras evidentes del cansancio, de un Peter Jackson que ha dedicado casi 2 décadas, a convertir en imágenes la obra de Tolkien, en el caso de “The Hobbit”, con la dificultad añadida que supone estirar hasta las 3 películas, una obra menor, de apenas 300 páginas.
Aunque es meritorio el material extra sacado de otros libros, y escritos, también obedece a motivos meramente comerciales y económicos.
Así pues, las aventuras de Bilbo Baggins, llegarán a su fin con el estreno de la edición extendida, en Blu-ray, DVD, y Blu-ray 3D, de The Hobbit: The Battle Of The Five Armies.
La épica conclusión de la saga dirigida por Peter Jackson, de la mano de Warner Bros. Entertainment Group., con una producción de New Line Cinema y Metro-Goldwyn-Mayer Pictures (MGM), incluye 20 minutos de metraje adicional, y más de 9 horas de contenidos especiales, con los que los seguidores de “The Hobbit” podrán completar su colección.
Como primer dato, a diferencia de la puntuación “PG-13” de “la versión teatral”, el Extended Edition ha sido clasificada “R” por la Motion Picture Association Of America (MPAA), por sus altas dosis de violencia, siendo esta, la 1ª vez que una película de “The Middle-earth” obtiene una calificación tan alta, todo debido a un final lleno de escenas melancólicas y épicas, que no dejarán indiferentes a los fans que echaron de menos ciertos momentos en la conclusión de la saga.
El capítulo final de “The Hobbit”, ha resultado ser la más corta de La Trilogía, ya que su versión extendida, dura 164 minutos, a diferencia de los 182 de “The Hobbit: An Unexpected Journey” (2012), y los 186 de “The Hobbit: The Desolation Of Smaug” (2013)
Desde un primer momento, las páginas web y foros relacionados con el tema, han estado echando humo, debatiendo acerca de las escenas que se esperaban que aparezcan, las que han aparecido, y las que se han quedado fuera del montaje final.
Las reacciones son diversas, y van desde la satisfacción de aquellos que sentían que los minutos extras sirven para atar partes del guión que muchos fans veían cojo, hasta la más pura decepción de otros, que sienten que la oportunidad de ver escenas que esperaban, y que finalmente no han sido incluidas, ha pasado para siempre.
A partir del material descartado en tráileres, escenas, planos, y frases, descripciones en los volúmenes oficiales de “Las Crónicas de Arte y Diseño”, y declaraciones del equipo artístico y técnico, se ha elaborado una completa lista de las nuevas escenas de la versión extendida de The Hobbit: The Battle Of The Five Armies.
Y resultará sorprendente, estar viendo escenas que en el cine eran de una forma, y que ahora son de otra... empecemos:
Escenas en Esgaroth, Dol Guldur y Erebor, entre otras:
Solo iniciando, veremos en el ataque de Smaug a Esgaroth, que el dragón intentará matar a Bard, cuando lo ve corriendo por los tejados.
El arquero consigue evitar las llamas de Smaug por muy poco…
También hay algunos planos más de la destrucción de la ciudad; y más escenas de Smaug atacando Esgaroth, desatando su furia.
En Dol Guldur, hay más contenido novedoso:
Hay unos minutos de escenas nuevas, y se ha mejorado el montaje de la secuencia.
Recordar que Sauron también quería Los 3 Anillos de los elfos, además del Anillo Único, que encuentra Bilbo al inicio de la saga, y por eso, sus portadores los llevaban ocultos a los ojos de los demás.
También, cambia el diálogo del orco con Galadriel.
“Narya”, El Anillo de Fuego, cuyo poder era el de encender los corazones de las personas para que realizaran actos heroicos, más allá de lo que pudieran alcanzar por sí mismos; era portado por Círdan, “El Carpintero de Barcos”, quien lo cedió a Gandalf después de su llegada a Middle-earth…
Pero esa escena no aparece en The Hobbit: The Battle Of The Five Armies – Extended Edition, por lo que desconocemos cómo “Narya” llegó a parar al dedo de Gandalf.
En la escena, se ve más al carcelero de Gandalf, el antiguo diseño de Bolg, que al ver el anillo de Gandalf, intenta cortarle la mano, hasta que aparece Galadriel.
Hay un breve diálogo entre el Orco y la elfa, que dice:
“He venido a por Mithrandir”
Luego, Galadriel acaba con el orco, igual que en la versión de cine, pero la diferencia es que, en lugar de desvanecerse, el orco “estalla en pedazos”
Es un momento muy rápido, y hay quienes dicen que vieron restos de tejidos y huesos, aunque hay quienes solo vieron piedras...
Posteriormente se sigue la escena en la que se habla de “Los Tres Anillos del Poder”
En la batalla con los 9 Nazgûl, Saruman tiene más presencia, aunque solo tiene momentos de lucha.
En Rhosgobel, el dominio de Radagast, se ve cómo éste le entrega a Gandalf su cayado/bastón de forma “dulce”, y le dice a Gandalf, que él necesitará su vara más que él.
Cuando Gandalf se aleja, Radagast le avisa que su vara es ligeramente defectuosa, pero Gandalf dice algo como:
“Ya me las arreglaré”
Esa será el bastón que utilizará Gandalf posteriormente, hasta cuando es derrotado por el Balrog, y vuelto a la vida en la segunda entrega de “The Lord Of The Rings”
Y es que Gandalf había perdido su vara en la 2ª película, al defenderse del ataque del Necromancer, que se desveló como Sauron.
En Erebor, vemos algunos planos adicionales, muy breves en el interior; hay más planos, pequeños añadidos de los supervivientes de Laketown, mientras son rescatados, y algunos planos nuevos de los Elfos en Dale, inclusive en mayor cantidad de lo que se supone.
Hay una escena importante entre Bofur, cuando sorprende a Bilbo que ata la cuerda, y se prepara para escabullirse de Erebor.
Se ve a Bilbo nervioso, intentando ocultar la cuerda, para que Bofur no la vea; y éste le dice que no pasa nada…
Bilbo dice que “le verá por la mañana”, y Bofur se despide de Bilbo, creyendo que no va a volver.
Es una escena de unos 45 segundos, “muy dulce y divertida”, y que tendrá más peso más adelante.
Al llegar a Dale, Bilbo entrega el Arkenstone, en una escena ligeramente ampliada; y posteriormente ocurre la negociación entre Thorin, Thranduil, Bard, y Gandalf:
Gandalf le pide a Thorin que abra las puertas de Erebor, y que el tesoro será su perdición.
Thorin camina preocupado, y luego amenaza con matarlos a todos.
Thranduil dice que “ya es suficiente”, y Balin le dice a Thorin, que no puede ganar esa lucha.
Y se inicia la batalla.
Los notables cambios en la batalla, comienzan con la nueva llegada de Dáin, que aparece diferente que la vista en los cines; por tanto, esa llegada de los enanos de Dáin a Erebor, es un ejemplo de “escena modificada”
En el cine, no salieron ni los carros que llevan algunos enanos, ni la caballería que los acompaña, y es que muchos guerreros montan carneros, y poseen armas muy complicadas.
Tampoco se vieron las máquinas de guerra, con esas grandes ballestas que han llevado con ellos.
Un cambio importante, respecto a la versión cinematográfica, es que en ésta, enanos y elfos no llegaban a ponerse a pelear entre ellos, porque llegaban los orcos de Azog, y los 2 bandos se unían contra la nueva amenaza; por lo que el diálogo entre Dáin y Thranduil está ampliado, con más insultos del enano hacia el elfo.
En la edición extendida, en cambio, sí se produce el enfrentamiento, y hay muertos en los dos bandos.
Los elfos y los enanos empiezan a luchar; la carnicería de Dáin, ataca a los elfos; y estos disparan sus flechas, que son derribadas por los proyectiles de las balistas de los enanos, que al impactar, lanzan por los aires a muchos elfos, para estupor de Thranduil.
Así veremos esas maravillosas ballestas de los enanos, y toda la artillería de ellos en acción.
Luego aparecen los Wereworms, y todo continúa como en la versión de cine...
Entre la batalla, hay muchos añadidos muy breves, y otros más largos, que muestran la acción de los carros enanos contra los orcos, y cómo éstos acaban con esos carros.
También hay una secuencia de Bifur, Bofur, y Bombur contra el troll ciego, que lleva 2 bolas de hierro gigantes con pinchos, el mismo que más tarde utilizará Legolas para rescatar a Tauriel...
Vemos como Azog ordena que se destruyan las máquinas de guerra de los enanos; aparecen los Trolls que destrozan las balistas, y los carros de los enanos; y más planos de la carnicería de Dáin en batalla, con algunos carneros aplastados por los Trolls, muy violento y gráficamente, con mucha sangre.
Y en especial, hay más momentos de batalla para Thorin, Dáin, Thranduil, Legolas y Bolg.
Hay una conversación ampliada entre Thorin y Dwalin, en Erebor, antes de decidir salir a combatir; y en la escena en la que Thorin recupera el juicio, está ampliada.
Entre tanto y tanto, vemos más planos de los enanos luchando con los orcos; hasta que aparecen los Wargs en la batalla.
Hay mucho más participación de los enanos de La Compañía de Thorin, en la batalla, como la simpática escena de Bofur montando un Troll.
Y entre la batalla, hay un diálogo ampliado entre Dáin y Thorin.
Cuando Thorin dice que va a por Azog, Dáin le responde que no puede ir, que él es su Rey...
Seguramente teme porque el linaje se pierda, cosa que…
Hay una escena de cuando Bifur pierde el hacha de la cabeza, la que tenía incrustada.
En un duelo contra los orcos, Bifur da un cabezazo a uno, y lo mata con la hoja del hacha que llevaba incrustada en la cabeza.
Bofur y Bombur le intentan ayudar, porque el orco está a punto de caer por un precipicio, arrastrando a Bifur con él.
Bombur salta sobre el cuerpo del orco, y ambos caen, y Bifur se queda con un hueco en su cabeza, donde antes estaba el hacha.
Bombur reaparece con el hacha en la mano, y Bofur dice sorprendido:
“Bifur…
¡Tu hacha se ha ido!”
A lo que Bombur dice:
“No, yo la tengo.
Aquí la tienes primo”
Bifur la coge, y la tira, y dice en “inglés”, es decir, lengua común:
“Te voy a decir por dónde te la puedes meter”
Lo gracioso es que cuando Bofur y Bombur le separan del orco, el hacha se desprende, y Bifur ya puede hablar en la lengua común, y no sólo en la lengua enana, hasta ese momento, no se le había entendido una palabra en toda la trilogía...
Luego viene la escena camino de Ravenhill y en Dale.
En la versión cinematográfica, Thorin, Dwalin, Fili, y Kili, iban a Ravenhill para matar a Azog, montados en carneros, que no se sabía de dónde salían…
Ahora, el primero sigue usando esa montura, pero los otros van en un carro tirado por esos animales.
En su camino por el río Celduin, los enanos se encuentran con orcos, trolls, y wargs, a los que eliminan con la ayuda de una ballesta de repetición que tiene el carro.
Al final, Balin se queda protegiendo a sus compañeros en el carro, mientras éstos cogen los carneros con los que llegarán triscando a Ravenhill.
La secuencia del carro, es nueva totalmente y es maravillosa.
En esa escena añadida, Azog ordena que lo destruyan, pero con los “pinchos” de las ruedas, destrozan las cabezas de los trolls, en un momento en el que el carro sale volando por los aires, en una larga escena sangrienta.
Cuando un troll salta para atacar el carro, aparece Bofur montando el otro troll, y los trolls luchan entre sí, hasta que Bofur se cae de la bestia.
Aparecen los Wargs, que atacan a los carneros que tiran del carro…
Mientras Balin conduce el carro, Dwalin dispara a los enemigos, con una especie de “ballesta automática”
Cuando casi todos los carneros han muerto, Balin les dice a Dwalin, Fili, y Kili, que acompañen a Thorin, y él se queda cubriéndoles con la ballesta, y dice:
“Soy demasiado mayor para esto”
Pero en Dale, Gandalf se enfrenta a un troll, pero tiene muchos problemas, porque la vara no funciona bien, como le avisó Radagast.
Por suerte para él, el codicioso Alfrid, intenta escapar por medio de una catapulta, y acaba dentro de la boca de ese troll, que muere atragantado.
Así es el final de ese personaje tan repelente, y que en el cine, su final no se vio.
Por otra parte, Legolas aprovecha su vuelo subido en el enorme murciélago, para matar a unos cuantos orcos de manera muy sangrienta, decapitándolos en muchas ocasiones, y más tarde, en su duelo con Bolg, apuñala a éste en una mano.
Sin embargo, su adversario no se inmuta por ese hecho.
De nuevo en la batalla, vemos más planos de Legolas, hay más de las mujeres de Laketown en batalla; de Hilda, una de las hijas de Bard, que tiene un momento “heroico”
Y lo mejor, hay más escenas de Beorn en batalla, aunque apenas 1 minuto, y no habla... pero igual es grandioso verlo pelear más, al fin.
Hay más planos de las águilas atacando; y más planos de la lucha entre Legolas y Bolg.
Sin embargo, una de las escenas que más se echaron de menos en la versión cinematográfica, fue la del funeral de Thorin, Fili y Kili, que no se vio.
Aquí puede verse en todo su esplendor, de manera muy emotiva, y por fin se conoce, qué pasa con Arkenstone, y quién es el nuevo “Rey bajo La Montaña”, que no es otro que Dáin.
Sin duda, uno de los momentos más esperados.
En la escena, los enanos caminan en una habitación iluminada por velas alrededor de los muertos.
Gandalf y Beorn están presentes.
Hay un plano de Thorin con Arkenstone en sus manos, también tiene a Orcrist a su lado.
Hay un plano de Bilbo, a punto de llorar, realmente conmovedor.
Gandalf dice:
“El Rey ha muerto”
Entonces Balin dice:
“¡Larga vida al Rey!”
Alzando sus espadas, y se ve a Dáin con la corona, en majestad.
Lo que no incluye La Versión Extendida, y que se esperaba siguiendo el libro y alguna trama de las entregas anteriores que estaban en suspenso y que fueron añadidas para las versiones cinematográficas, y son las siguientes escenas:
No está la frase de Thorin:
“Todo lo que he hecho, ha sido por ellos/por mi pueblo”
No están las frases de Gandalf:
“Solo tienen que hacerse una pregunta.
¿Cómo acabará este día?”
“Ha llegado la hora, en la que todos debemos elegir de qué lado estar”
“Escuchadme, la oscuridad caerá sobre nosotros”
No están las frases de Bilbo:
“Cuando nos enfrentamos a la muerte:
¿Qué podemos hacer?”
“Gandalf, lucharé hasta la muerte”
Tampoco no hay ningún tipo de prólogo; no se ve la escena de la visión de Gandalf en El Palantir, ni cómo adquirió “Narya”, El Anillo del Fuego.
No se ve a Beorn en Dol Guldur; no se ve más de Sauron en Dol Guldur; no hay escena de Thráin; no hay escena de tortura de Beorn; no hay escena sobre el paradero de las gemas de Thranduil; no aparece el warg blanco de Azog…
No está la escena en la que Bilbo planta la bellota en Dale; no se ve la coronación de Bard como “Rey de Dale”; no se ve quién deja Arkenstone y a Orcrist, sobre el pecho de Thorin durante el funeral.
No hay discursos ni alabanzas durante el funeral, algo muy raro y poco común en este tipo de películas... tal vez era demasiado ceremonial ante las escenas emotivas.
Thranduil y Tauriel, no están en el funeral...
¿Qué pasó con ellos?
No hay ninguna escena nueva de Tauriel tras Ravenhill.
No se ve el reparto del tesoro; ni se ve la despedida entre Nori, Glóin, y Bofur con Bilbo.
No se ve a Bilbo desenterrando el tesoro de los trolls, que es el tesoro que al final se lleva a The Shire...
Ni tampoco el largo tiempo que pasaron Gandalf y Bilbo con Beorn, de regreso…
Por otra parte, he estado pensando en la despedida de Nori, Bofur y Glóin con Bilbo, y a qué bien podría referirse a los actores, porque me parecía un poco extraña, esta combinación de enanos:
3 enanos escogidos, casi al azar, despidiéndose de Bilbo de forma especial…
Entonces se me ha ocurrido, que estos 3 enanos, son precisamente los 3 enanos que, en la primera entrega, entran en la cueva de los trolls, y entierran el botín, que es el lugar en que descubren Orcrist, y Sting.
En ese momento, Gandalf y Thorin, están ocupados mirando las espadas, y Dwalin está mirando con recelo a los otros 3.
El resto de la compañía, entiendo que se queda fuera...
Al ser el único momento en que están los 3 sospechosos juntos, y “solos”, quizás, esa despedida hacía referencia al botín que habían escondido, y que Bilbo podría haber recogido, como su parte de la aventura.
Podría ser desde luego, que le dijeran a Bilbo, que se sentían mal porque se fuera con las manos vacías, y que le recordaran el botín de la cueva de los trolls.
Pero nada de eso se ve…
Otro dato, aquellos que leyeron el libro de J.R.R. Tolkien, seguramente esperaron que Beorn hiciese estragos en su forma de oso durante la batalla frente a The Lonely Mountain, pero debido a la duración de la película, Peter Jackson decidió acortar lo más posible ese espectacular momento para la edición extendida… y al final, no vemos mucho de este gran personaje; y sí más del personaje de Alfrid, muy cargante y totalmente vacío, como secundario ¿cómico? Homologado, que bien pudo ser recortado sumariamente.
Así las cosas, con esta película, el director neozelandés Peter Jackson, cierra su saga de películas relacionadas con “Middle-earth”, ya que de momento, no hay pensada ninguna adaptación de otras obras de Tolkien, cuyos derechos son propiedad de su hijo Cristopher Tolkien, quien ha expresado en más de una ocasión, la intención de no cederlos para su adecuación al formato cinematográfico.
Insisto que “The Silmarillion” tiene mucha cinta y dinero que sacar.
Estaremos pendientes.

“You are a very fine person, Mr. Baggins, and I am very fond of you; but you are only quite a little fellow in a wide world after all”



The Hobbit (1977)

“I'm Mr. Bilbo Baggins, I've lost my dwarves, my wizard and my way”

The Hobbit es una película animada del año 1977, dirigida por Jules Bass y Arthur Rankin Jr., con un guión de Romeo Muller, basado en la novela “The Hobbit, or There and Back Again” (1937) escrita por J.R.R. Tolkien; y protagonizada por Orson Bean, Richard Boone, Hans Conried, John Huston, Otto Preminger, Cyril Ritchard, Theodore, entre otros; y es además, la primera parte de La Trilogía animada basada en la obra de Tolkien, formada por:
“The Hobbit” (1977), “The Lord Of The Rings” (1978) y “The Return Of The King” (1980)
Desde su publicación, el libro “The Hobbit, or There and Back Again” sigue siendo popular, y es reconocido como un clásico en la literatura infantil; y se encuentra en un tiempo “entre el Amanecer de Færie y El Dominio de Los Hombres”, y sigue la búsqueda del Hobbit hogareño, Bilbo Baggins para ganar una parte del tesoro custodiado por el dragón Smaug; ese viaje lo llevará de un entorno alegre y rural, a un territorio más siniestro; por lo que la historia se cuenta en forma de una búsqueda episódica, y la mayoría de los capítulos presentan una criatura o tipo de criatura específica de la geografía de Tolkien; mientras Bilbo adquiere un nuevo nivel de madurez, competencia y sabiduría, al aceptar los aspectos de su naturaleza desacreditada, romántica, de perspectiva y aventurera; y aplica su ingenio y sentido común; de esa manera, la historia alcanza su clímax en La Batalla de Los 5 Ejércitos, donde muchos de los personajes y criaturas de los capítulos anteriores, resurgen para participar en el conflicto.
El crecimiento personal y las formas de heroísmo, son temas centrales de la historia, junto con motivos de guerra; y estos temas han llevado a los críticos a ver las propias experiencias de Tolkien durante La Primera Guerra Mundial como instrumentos para dar forma a la historia.
El conocimiento erudito del autor de la filología germánica, y el interés en la mitología y los cuentos de hadas, se observan a menudo como influencias; no obstante, su editor se sintió alentado por el éxito crítico y financiero del libro y, por tanto, solicitó una continuación... a medida que progresaba el trabajo de Tolkien sobre el sucesor “The Lord Of The Rings”, realizó adaptaciones retrospectivas para él en The Hobbit; y estos pocos pero significativos cambios, se integraron en la 2ª edición; por lo que en ediciones posteriores siguieron con enmiendas menores, incluso aquellas que reflejaban el concepto cambiante del mundo de Tolkien en el que Bilbo tropezó.
Por tanto, el libro nunca ha estado agotado; y su legado continuo, abarca muchas adaptaciones para el escenario, la pantalla, la radio, los juegos de mesa y los videojuegos; y varias de estas adaptaciones, han recibido reconocimiento crítico por sus propios méritos.
En este caso particular, la película The Hobbit fue emitida por primera vez en la cadena NBC, el 27 de noviembre de 1977, 3 días antes del Día de Acción de Gracias; y la producción corrió a cargo de Rankin/Bass, un estudio conocido por sus especiales navideños, y animado por Topcraft, un precursor de Studio Ghibli, utilizando letras adaptadas del libro.
Rankin/Bass Productions, Inc., también conocida como Rankin/Bass Animated Entertainment o simplemente Rankin/Bass, fue una productora cinematográfica estadounidense, especializada en animación en “stop motion”, particularmente centrada en la creación de especiales televisivos estacionales, como los especiales navideños del reno Rudolph.
La empresa fue creada en 1960 por Arthur Rankin, Jr. y Jules Bass como Videocraft International, Ltd., y fue cerrada en 1987, con un breve intento de recuperación de la marca entre 1999 y 2001.
Arthur Rankin Jr., fue un director, productor y guionista de cine bermudeño, cuyo trabajo se centró en el cine de animación; y era hijo de los actores Arthur Rankin y Marian Manfield; y nieto de Harry Davenport, actor conocido por interpretar al Dr. Meade en “Gone With The Wind” (1939); y como parte de Rankin/Bass Productions, con su amigo Jules Bass, creó animaciones “stop-motion” como:
“Rudolph The Red Nosed Reindeer”, “Frosty The Snowman”, “Santa Claus Is Comin' to Town”, “Jack Frost” y se le acredita en más de 1,000 programas de televisión, incluyendo el último éxito de la marca “Thundercats”
Mientras Jules Bass, todavía vivo, es un director, productor, compositor de bandas sonoras y escritor de literatura infantil estadounidense; que compuso la banda sonora de parte de las películas citadas, en colaboración con Maury Laws, además de hacer de letrista de varias canciones.
Además, fue acreditado como director único de algunas producciones de la Rankin/Bass; pero casi toda la animación del estudio, fue subcontratada, por lo menos a 5 compañías de animación japonesas:
MOM Production, Toei Animation, TCJ (Television Corporation of Japan), Mushi Production, y Topcraft; y el catálogo anterior a 1974, es hoy propiedad de DreamWorks Classics, y el posterior a ese año, de Warner Bros.
Las obras en “stop motion” de Rankin/Bass son fácilmente reconocibles por su estilo visual de personajes, con apariencia de muñecos con miembros esféricos o redondos; y en los años 70, los estudios Warner Bros., se hacen con los derechos de las novelas del escritor británico J.R.R. Tolkien, con el objeto de adaptarlas al cine; y dada la enorme dificultad técnica y de medios que requiere la recreación de las aventuras de Frodo, Gandalf y compañía en La Tierra Media, se opta por poner en marcha un film de animación, con el que adaptar “The Lord Of The Rings”
El resultado, es la película antes mencionada dirigida por Ralph Bakshi, que se estrenó en 1978 con malas críticas, pero con un notable éxito en taquilla.
Además de la mencionada película, los productores Jules Bass y Arthur Rankin, pusieron en marcha otro film de animación, pero basado en la novela anterior, también de Tolkien llamada “The Hobbit”, y se trata de una cinta orientada al público infantil, y pensada para ser estrenada en televisión.
De hecho, Rankin declaró que no agregaría nada a la historia que no estaba en el libro original... aunque eso no es del todo cierto.
Con un costo de $3 millones, la película animada The Hobbit era, hasta ese momento, el film de dibujos animados más costoso realizado para la TV, con una duración aproximada de 1 hora y 15 minutos, durante los cuales asistimos de forma apresurada a las aventuras de Bilbo y los enanos; por lo que la adaptación resulta bastante fidedigna, y muchos diálogos están literalmente tomados del texto de Tolkien.
Obviamente hay alguna omisión notable respecto al libro, con objeto de impedir una excesiva duración del film; y la adaptación al público infantil, obligó a algunos retoques con el fin de aliviar las pinceladas violentas del relato.
La trama de la producción animada es, en muchos aspectos similar a la del libro; pero ciertos puntos de la trama se comprimen o eliminan significativamente, debido a las limitaciones de tiempo del formato; además, ciertas escenas se editan obviamente para pausas comerciales.
En general, las alteraciones se limitan a la simple omisión de detalles, y la trama se adhiere al texto escrito, incluidas las letras adaptadas de las canciones del libro, pero en formatos mucho más largos, y de mayor tamaño.
De esa manera, la película recoge los episodios más importantes, pero esta no es la primera adaptación, pues hay una película de 12 minutos de imágenes fijas de dibujos animados, encargada a Gene Deitch en Checoslovaquia, por William L. Snyder en 1966; pero sí se trata de la primera versión audiovisual más o menos fiel al libro; si obviamos que Beorn no aparece, y que la resolución de la película se liquida en 15 minutos, con una batalla que no dura ni 1 minuto.
Y es que Jules Bass y  Arthur Rankin Jr., sus directores, lo tenían muy claro:
No pretendían innovar para nada; y su plan pasaba por ceñirse todo lo posible al libro original, tal y como se entendía su lectura en aquella época, adaptándolo al público infantil; y de los personajes no puedo decir lo mismo:
Gandalf no resulta nada carismático, se le muestra como un anciano malhumorado y algo ido; los elfos del bosque parecen más bien duendes anoréxicos; Gollum es una especie de sapo humanoide; y el dragón Smaug carga con un aspecto felino que le favorece más bien poco.
Mientras que Bard y los demás personajes humanos, aparecen dotados de un muy reconocible aspecto propio de los films de animación nipones.
Esto da como resultado, que los elfos de Mirkwood parezcan unos duendes feos y de piel gris; muy a diferencia de los Elfos descritos en las obras de Tolkien; mientras que los goblins de las montañas sean unas monstruos mutantes; o que Smaug sea una suerte de rata voladora sobredimensionada, con cara de perro y ojos con faros…
Todo esto, que horrorizará al tolkeniano moderno, no es ni más ni menos que la representación clásica que se tenía del trabajo de Tolkien, y como se entendía originalmente entre el público, mucho antes de creernos que los Elfos eran sofisticados y elegantes, y no hadas de grandes narices y orejas.
De ahí que la película sea un correcto producto de su época, y que en consecuencia, a día de hoy haya envejecido mal.
Aunque también hay algunas invenciones tan interesantes como surrealistas a tener en cuenta, como cuando Bilbo se pone a contar los ejércitos que participan en la batalla final, y tras ello se va a dormir un rato la siesta, porque está aburrido/superado por tanto ejército…
Un detalle que ayuda a compensar el diseño de personajes y las limitaciones de la animación, son las voces, y en este punto sí que hay un trabajo remarcable:
El héroe de la historia, Bilbo Baggins, es interpretado por Orson Bean, respaldado por el conocido director de Hollywood y actor, John Huston como la voz de Gandalf.
En papeles secundarios, el comediante Brother Theodore, fue elegido para la voz de Gollum, y Thurl Ravenscroft interpretó el barítono cantando las voces de los duendes.
La voz grave del dragón Smaug, fue proporcionada por Richard Boone, con Hans Conried como Thorin Oakensheild, redondeando el elenco de actores de voz principalmente estadounidenses.
John Stephenson interpretó a Bard y Don Messick da la voz a Balin; además, muchos de los actores de voz hacen las voces de varios personajes a la misma vez, como es el caso de Jack DeLeon que hace de Dwalin, Fíli, Kíli, Óin, Glóin, Ori, Nori, Bifur, Bofur y del Troll #2; además, eso significa que muchos ni siquiera tienen líneas de dialogo o protagonismo individual.
Como curiosidad, Cyril Ritchard que hizo de Elrond, murió pocas semanas después de la emisión de esta película; y 1 año después, André Morell que interpretó a Elrond en “The Lord Of The Rings” (1978), también murió unas semanas después de que la película fuera estrenada.
Y al igual que la versión de acción real de Peter Jackson, “The Hobbit: An Unexpected Journey” (2012), los trolls de esta película, son interpretados por 3 actores que también hacen parte de la compañía de enanos de Thorin.
Pero en general, todos los actores de voz cumplen con excelencia la tarea de dotar de alma a estos dibujos animados; y recurriendo a la eterna pregunta:
¿Es The Hobbit una mala película?
La respuesta es un tibio depende…
Como trabajo de dibujos animados, es una pasada para la época.
Nos guste o no admitirlo, los diseños de los personajes son muy originales, y están muy trabajados gracias a Topcraft, el estudio de animación japonés ahora extinto, cuyo equipo de animación se volvería a formar como Studio Ghibli bajo Hayao Miyazaki.
Mientras que Topcraft produjo la animación, la obra de arte conceptual se completó en los EEUU bajo la dirección de Arthur Rankin; con Lester Abrams haciendo los diseños iniciales para la mayoría de los personajes; y los artistas principales incluyeron al animador coordinador Toru Hara; animador supervisor/diseñador de personajes, Tsuguyuki Kubo; animadores de personajes y efectos Hidetoshi Kaneko y Kazuko Ito; y el diseñador de fondo, Minoru Nishida.
El mismo estudio y miembros del equipo, también fueron utilizados para “The Return Of The King” (1980)
Pero el diseño de producción del filme está acreditado para Arthur Rankin Jr., quien ha declarado que su parte gráfica es tributaria de las primeras ilustraciones de Arthur Rackham; que era un ilustrador de libros inglés, ampliamente considerado como uno de los principales ilustradores de La Edad de Oro de la ilustración de libros británica, que abarca aproximadamente los años desde 1890 hasta el final de La Primera Guerra Mundial.
Y es que durante ese período, había un mercado fuerte para libros ilustrados de alta calidad, que generalmente se entregaban como regalos de Navidad; y las ilustraciones de Rackham se basaban principalmente en dibujos robustos de tinta china y pluma; que gradualmente perfeccionó su propia línea expresiva única de su experiencia en la ilustración periodística, junto con el uso sutil de la acuarela, una técnica que pudo explotar debido a los avances tecnológicos en la reproducción fotográfica; por ello, el grafismo de The Hobbit es bastante peculiar, y por desgracia no es uno de sus puntos fuertes.
Para mi gusto, lo más acertado es la ambientación, los fondos y los escenarios; la representación de La Tierra Media de esta película, no desmerece a la imaginada por Tolkien, porque es rica en detalles sin resultar cargante, y posee un estilo cercano a las ilustraciones de los cuentos infantiles muy a ese estilo de las acuarelas de Rackham haciéndola muy atractivo.
Pero The Hobbit fue mal acogida por la crítica, y la película no está exenta de detalles de interés que la hacen recomendable, cuando menos para el aficionado al universo de Tolkien y de La Tierra Media, además de para los niños, y muy probablemente se deba a que contiene muchos errores, por ejemplo:
El “Arkenstone”, una reliquia de La Dinastía de Thorin, y el tesoro más importante que se desea recuperar en la aventura, pero aquí no está incluido, así como tampoco la historia circundante de Bilbo robando el “Arkenstone” y dárselo a los elfos.
Este evento causa una fricción notable entre los 2 en el libro que se explica en la película como la irritación de Thorin por la falta de comprensión de guerra de Bilbo, algo que no sucede en absoluto en el libro.
Aquí no están todos los enigmas o acertijos entre Bilbo y Gollum.
Cuando Bilbo encuentra El Anillo, se muestra con un diseño elaborado… pero en el libro, El Anillo era sencillo y sin adornos, aunque cuando lo pones en el fuego, aparece escrito en “Black Speech”
El mapa y las runas de los enanos, son una copia exacta de la versión incluida en el libro, aunque la frase indicada como está escrita en las runas lunares es incorrecta; y la parte del mapa con la mano y el dedo apuntando es visible, por tanto, el comentario de Gandalf sobre la existencia de una puerta demasiado pequeña para que Smaug lo notara, es absurda.
Cuando Smaug ataca Lake-town, aparece La Luna Llena; sin embargo, como este es El Día de Durin, La Luna debería ser una fina media Luna, justo después de la fase de Luna Nueva.
En el libro, Bilbo es golpeado por una roca que cae durante La Batalla de Los 5 Ejércitos, inmediatamente después de ver que las águilas llegan para ayudar... pero en esta película, quizás debido a un prejuicio contra la guerra en el momento de la filmación, Bilbo afirma que “simplemente no entiende la guerra”, y luego se esconde detrás de una piedra, usando El Anillo para volverse invisible, y viendo la batalla completa; más tarde, cuando se le preguntó sobre su paradero, Bilbo miente y dice que “tenía un golpe en la cabeza” y que estuvo “inconsciente por horas”
Aunque Gandalf dice que 7 enanos mueren durante o después de La Batalla de Los 5 Ejércitos, en el libro solo mueren 3:
Thorin, Fíli y Kíli.
Como dato, aquí no hay personajes femeninos representados en ninguna parte de la película, a excepción de las arañas que son femeninas; incluso las escenas de multitudes en Lake-town, consisten enteramente en hombres.
Viendo esta versión del Gollum, noto que la versión más moderna tiene muchas semejanzas, sobre todo en la voz; que no para de decir “My Precious”, y cuando tose dice “¡Gollum!”; algo que no está especificado en el libro; pero un detalle que cambia bastante en su personaje son los ojos, que esta vez parecen ciegos de tanto haber vivido en la oscuridad, que fue considerado por Jackson y visto así en la transformación de Gollum en la última entrega de La Saga del Anillo de Jackson.
Si algo se le puede achacar a The Hobbit es que en ambas versiones, animada y de acción real, es el espacio temporal que transcurre desde que salen de The Shire hasta que llegan a los diferentes sitios, y el tiempo que permanecen en dichos sitios; por ejemplo:
En su primera parada con los elfos, Gandalf, Bilbo y los enanos se quedan unos 15 días según el libro, y en ambas películas da la impresión que paran para cenar y se van; y aunque incluye la mayoría de los personajes, aquí borran el encuentro con Beorn, antes de entrar en Mirkwood.
Al final, Gandalf dice que los miembros de la familia de Bilbo que todavía no han nacido, algún día comprenderán la importancia del Anillo; y que la historia no está realmente concluida, sino que está comenzando.
Estas líneas no estaban en el libro, ni había ninguna indicación de que hubiera una continuación; pues en el momento en que se escribió el libro original, no había intención de conectar The Hobbit con el “Legendarium” de Tolkien que incluye “El Silmarillion” y “The Lord Of The Rings”, que aún no se había escrito.
Sin embargo, en 1977, era bien sabido que El Anillo que Bilbo encontró, y los eventos en los que participó, fueron el preludio de una historia mucho más grande.
En definitiva, The Hobbit se destaca por su acción resumida y por el uso de fondos inspirados en los cuadros y en el estilo del pintor fantástico, Arthur Rackham, que dotan a la película de una atmosfera única, que llegará a repetirse con el mismo nivel en su secuela, la película animada “The Return Of The King” (1980); esto aunado al trabajo de animación del estudio Topcraft, la cinta goza de un acabado muy curioso y efectivo a tener en cuenta; y resulta interesante mencionar la existencia de la película animada de 1980, que se presentó en su momento como continuación de ésta bajo el subtítulo “The Hobbit 2”, donde se narran los hechos de “The Return Of The King” tras un resumen ultracorto de los 2 primeros tomos de “The Lord Of The Rings”:
“The Fellowship Of The Ring” y “The Two Towers”, todo ello desde la particular óptica de Frodo Baggins.
No obstante señalar que los derechos de animación de los 2 primeros volúmenes, fueron llevados a cabo por Saul Zaentz, productor de la adaptación animada de Ralph Bakshi, llamada “The Lord of the Rings”
Posteriormente se planeó una secuela de United Artists, pero fue cancelada después de un desacuerdo con Bakshi, y Rankin/Bass procedió a producir una serie de televisión de “The Lord Of The Rings”, trayendo de vuelta a la mayoría del equipo de animación y el reparto de voces; y tomando elementos del último volumen de “The Lord Of The Rings” que no había sido usado por Bakshi, y en vez desarrollaron el musical “The Return Of The King” (1980); y como no pudieron darle continuidad a los segmentos que faltaban, desarrollaron en su lugar un dispositivo de encuadre, en el que ambas películas comienzan y terminan con la estancia de Bilbo en Rivendell, conectando la película posterior, directamente con The Hobbit; parecido a lo que hizo Peter Jackson con ambas Trilogías.
Por contra, el principal obstáculo que encontrará el espectador al ver esta película, es lo precipitada que resulta la narración, impidiendo que se pueda apreciar, disfrutar o simplemente comprender lo que se está viendo.
El tono de carácter infantil con el que Rankin y Bass crearon el film, puede ser una ventaja como un inconveniente, pero no olvidemos que Tolkien escribió el relato pensando en los niños.
En cualquier caso, el exceso de dulcificación termina por generar algún momento algo ridículo, como enemigos abatidos que desaparecen como por encanto; y la repetición de las canciones pueden llegar a agotar; pero siendo justos, al final podemos decir que muy a pesar de sus pecados, The Hobbit, de Bass y Rankin, tiene una fuerte influencia en el mundo de la cultura friki y cinematográfica; de hecho, tanto es así, que Peter Jackson incluso le rinde un homenaje calcando, prácticamente de la secuencia del relato de la caída de Erebor, con imágenes de la vida en el interior de La Montaña, la fuente de su riqueza, y la llegada del dragón.
Por eso, como obra merece ser tenida en consideración, aunque la edad no perdone, y reconocerla como referente cultural que supuso en su momento.
Además considerar la condensación del relato de un libro de 300 páginas, a 1 hora y 20 minutos de película animada; posteriormente convertida en casi 6 horas de duración en La Trilogía Extendida de Peter Jackson, este filme tiene mucho mérito, como algo suave, relajado, y meramente entretenido, que pudo haberse hecho mejor, pero bueno, es interesante ver por cultura general tolkeniana.
Además recordar que en 1969, más de 30 años después de la primera publicación del libro, Tolkien vendió los derechos de comercialización de The Hobbit a United Artists, en virtud de un acuerdo que estipulaba un pago único de £10,000, más una regalía del 7.5% después de los costos, pagadero a Allen & Unwin y al autor; y en 1976, 3 años después de la muerte de Tolkien, United Artists vendió los derechos a la empresa Saul Zaentz, que opera como Tolkien Enterprises.
Desde entonces, todas las adaptaciones “autorizadas” han sido firmadas por Tolkien Enterprises; y en 1997, licenció los derechos cinematográficos de Miramax, que los asignó en 1998 a New Line Cinema.
Pero los herederos de Tolkien, incluido su hijo Christopher Tolkien, entablaron una demanda contra New Line Cinema en febrero de 2008, para solicitar el pago de las ganancias y para “tener derecho a cancelar... todos los derechos futuros de New Line de producir, distribuir y/o explotar futuras películas basadas en La Trilogía y/o películas basadas en The Hobbit.
En septiembre de 2009, él y New Line llegaron a un acuerdo no revelado, y él ha retirado su objeción legal.
Tras la muerte de Saul Zaentz en 2014, se desconoce el paradero de los derechos de la demás obras de Tolkien.
Por último, la banda sonora del filme, fue compuesta por Maury Laws, y Jules Bass actuó como letrista, adaptando los textos de la novela.
La pieza principal, titulada “The Greatest Adventure” o “The Ballad of The Hobbit”, fue interpretada por Glenn Yarbrough, que puso voz a Bilbo en los fragmentos musicalizados.

“Surely you don't disbelieve the prophecies because you helped bring them about?
You don't really suppose, do you, that all your adventures and escapes were managed by mere luck, just for your sole benefit?
You're a very fine person, Mr. Baggins, and I'm very fond of you; but you are only quite a little fellow in a wide world after all”



The Return Of The King (1980)

“A Story of Hobbits”

The Return Of The King es una película animada del año 1980, dirigida por Jules Bass y Arthur Rankin Jr., y protagonizada por Orson Bean, Theodore Bikel, William Conrad, John Huston, Roddy McDowall, Brother Theodore y Paul Frees entre otros.
El guión es de Romeo Muller, y es una adaptación musical animada del 3° libro de la saga “The Lord Of The Rings” de J.R.R. Tolkien; pero aquí los productores se permiten adaptarlo libremente, y muy por encima de algunos hechos de los libros anteriores:
“The Fellowship Of The Ring” y “The Two Towers”
El filme también es conocido como “The Return Of The King: A Story Of The Hobbits” y fue estrenada por Rankin/Bass como un especial de televisión de la cadena ABC, trasmitida el domingo 11 de mayo de 1980; pero la reacción de la crítica y de los fanáticos de Tolkien fue muy tibia.
Y es que la película fue creada por el mismo equipo que había trabajado en la versión animada de 1977, “The Hobbit”; y en lugar de retomar desde donde se quedó la adaptación animada de “The Lord Of The Rings” de Ralph Bakshi en 1978, Rankin/Bass presentó The Return Of The King como una secuela de su propia película “The Hobbit” (1977), dando de esa manera a la audiencia, una recapitulación ultra-corta de los eventos de “The Fellowship Of The Ring” y “The Two Towers”, mientras que dejaron por fuera algunos detalles importantes.
Así la historia resulta muy extraña, aunque singular para los conocedores del mundo tolkeniano:
Celebrando el 129º aniversario de Bilbo Baggins (Orson Bean), Gandalf (John Huston), Elrond (Paul Frees) y los 4 hobbits se encuentran en una mesa, y empiezan a recordar los hechos de La Guerra del Anillo y la destrucción del mismo que dio pie al final de Sauron; así ellos recordaran las penurias de Frodo y Sam (Roddy McDowall) en Mordor, y el sitio de Minas Tirith que serán los hechos que marcan este final de La Tercera Edad.
Todos ellos ahora están en Rivendell, y comienza la historia cuando Bilbo le pregunta a Frodo por qué le falta un dedo… a lo que un juglar (Glenn Yarbrough) comienza una canción que será la que cuente toda la historia:
Inicia con Sam, mientras Frodo está capturado en Mordor, en la fortaleza de Cirith Ungol; y durante su viaje, Sam reflexiona e imagina lo que sería si se deja para sí El Anillo Único; pero rechaza la idea, y va en rescate de Frodo.
Mientras tanto, el mago Gandalf “El Blanco” y el hobbit Pippin (Sonny Melendrez) llegan a Minas Tirith para advertir a Denethor (William Conrad), Senescal del Trono, sobre la guerra que se aproxima, solo para descubrir que él se ha vuelto loco, y quiere quitarse la vida…
Por otro lado, Frodo y Sam continúan hacia El Monte del Destino, eludiendo a Los Espectros del Anillo, e infiltrándose en un batallón de orcos en el proceso; solo para ser atacados por Gollum (Brother Theodore)
Y mientras Sam detiene a Gollum, Frodo alcanza “La Grieta de La Muerte”; pero es subvertido por El Anillo... pues aquí, como que El Anillo tiene el don de comunicarse con el portador, que de manera extraña, en “The Hobbit” el mismo Gandalf lo tuvo, es decir, lo agarró con sus propias manos, cuando se supone que no lo puede hacer…
Al mismo tiempo, en el reino vecino de Gondor, Rohan, lo ayuda a reclamar la victoria en La Batalla del Campo Pelennor, donde El Rey Théoden (Don Messik) y El Rey Brujo de Angmar (John Stephenson) son asesinados.
A su llegada, Aragorn (Theodore Bikel) planea enfrentarse a Sauron a las puertas de Mordor; y aquí, él se pelea con La Boca de Sauron (Don Messik), y los 2 ejércitos se preparan para la batalla.
Después de días buscando a Frodo en La Montaña del Destino, Sam descubre a Gollum y Frodo peleando por El Anillo, lo que hace que Gollum muerda el dedo de Frodo para reclamarlo; y mientras baila con alegría en la recuperación de su “Precioso”, Gollum cae en la cámara de magma del Monte, llevándose El Anillo con él, y Sauron es destruido.
Sam y Frodo son rescatados por las águilas de la erupción del Monte; y unos meses más tarde, Aragorn es coronado Rey de Gondor.
La historia concluye con Frodo, acordando acompañar a Bilbo, Gandalf y Elrond cuando abandonan La Tierra Media; y le da El Libro Rojo, que consiste en las memorias de Bilbo con algunas páginas adicionales a Sam, asegurándole que una buena vida todavía le está reservada…
Gandalf les asegura que los hobbits, algún día tendrán descendientes entre los humanos, para preservar su propia existencia; y la película termina en la partida de Frodo de Los Puertos Grises.
La película es muy rara, extraña, pues tiene un arranque bastante lento, y se tira unos 10 minutos haciendo una recopilación de todo lo acontecido hasta el principio del tercer libro; por lo que coge algunas escenas de la versión de “The Hobbit” (1977), y añade algunas nuevas para rellenar los huecos; pero no solo eso, sino que la manera en que expone todo el relato es realmente extraño para todo aquel que conoce la historia, y sería una pérdida total para quien la desconozca, por lo que el filme no es eficaz para quien nunca haya tenido la idea de la historia completa, es decir, las 2 aventuras, la de Bilbo y la de Frodo.
Y es que  aquí, los encargados de hacer esta película fueron los mismos que los de “The Hobbit” (1977), por lo que de nuevo vuelven a llenar la película de canciones, y en esta ocasión se van las allá con el exceso en las repeticiones a modo de mantra… y aunque la historia en si empieza un poco después de “The Lord Of The Rings” (1978), la historia de Frodo, Sam y El Anillo, se había quedado justo cuando Gollum les lleva en dirección a Cirith Ungol, y aquí empieza justo después del encuentro con la araña, con Frodo atrapado en la fortaleza y Sam buscando la manera de rescatarle.
Pero curiosamente, del encuentro con la araña nada se relata, y de un sopetón, nos encontramos con la escena de uno buscando a otro…
¿A cuenta de qué?, preguntaría un espectador que no conoce la historia y eso haría parar el filme para explicarle al menos 30 minutos….
Porque el principio resulta curioso cuanto menos, ya ha ocurrido de todo, y ya han destruido El Anillo, y se encuentran en el cumpleaños de Bilbo; es ahí cuando el anciano hobbit pregunta por su Anillo, y un trovador de Gondor que han traído los hobbits y a Gandalf, les cuenta, “cantando” la historia de la destrucción del Anillo.
Es una pérdida narrativa absoluta, sin una línea coherente o lógica para un desconocido de la obra de Tolkien; pues aquí, Sam posee un largo debate interno entre el bien y el mal, con la tentación del poder al cargar El Anillo mientras Frodo está apresado por los orcos, incluso se imagina como un guerrero líder de ejércitos que viene a restaurar la paz en La Tierra Media… pero “la razón” termina por ganar, y Sam regresa a liberar a Frodo.
El relato hace fuerte hincapié en la historia de los hobbits mientras que todo el segmento épico, lo que es el asedio a Minas Tirith, va a los saltos, al tiempo que aquí no vemos nada de los muertos, y solo los “Blackships” son nombrados de pasada, pero cómo llegó Aragorn allí, así como otros hechos del relato son inexplicables, o mejor dicho, no son explicados, ni narrados ni mostrados.
Por ejemplo:
Faramir, Gimli y Legolas han sido borrados de un plumazo; Gandalf es más un espectador de la batalla, que un General que asumió el comando de las fuerzas en plena desesperación; Aragorn hace un cameo extendido, a cuenta gotas, aquí muchos mejor dibujado como Rey, y no como un indio como fue en “The Lord of The Rings”, y eso que el film se llama “The Return Of The King” su papel es casi inexistente; y algunas escenas esenciales han sido re-imaginadas para que no resulten sangrientas para un público infantil, o bien han sido cambiadas totalmente.
Por ejemplo, a Théoden le da un ataque al corazón debido a la abrumadora presencia del mal… y Éowyn (Nellie Bellflower) mata muy asépticamente al Rey Nazgul, amén de que ella es un personaje que surge de la nada…
Todas las secuencias de guerra entre humanos y fuerzas de Sauron, son preferible obviarlas, ya que no tienen ni la profundidad dramática ni la continuidad que debieran tener, ni siquiera lo épico de una gran batalla, ni nada que logre llamarse como tal; y además agrega otras circunstancias que pueden resultar interesantes, como la puerta invisible que permite el acceso a Cirith Ungol; la trifulca entre los mercenarios humanos y los orcos provocada por Frodo, o el largo peregrinaje al Monte del Destino, que está narrado de modo muy diferente a lo que vimos de Peter Jackson.
Además, aquí aparece Gollum, esta vez concebido como si fuera un sapo mutante al igual que en “The Hobbit” (1977), que le brinda tensión y culminación a la historia.
Quizás, a veces los tiempos y las canciones parezcan largos, pero le dan fluidez y atmósfera a la trama, en un tono de leyenda o cuento medieval, lo que compensa bastante al film por las obvias complicaciones de adaptación que presenta, pues “se quiso hacer una culminación” aunque de manera muy deshonrosa para Tolkien; y ya que no es una continuación oficial, no tenía por qué rellenar ese hueco que queda; y al ser ambas películas de Warner Bros., fueron distribuidas como un todo, lo cual creo yo que es un gran error, no ya por el enorme cambio estético, sino porque también cambia el tono, la narración y el relato.
Para ser sincero, The Return Of The King se hace pesada por los continuos parones que hacen en la historia para narrar hechos del pasado o del futuro, estos son especialmente molestos, porque adelantan acontecimientos, o porque mete canciones, las mismas una y otra vez hasta el cansancio… y quitando la paja de los 90 minutos que dura, yo creo que se quedaría por debajo de 60.
Pero también cabe señalar que la película tenía un metraje original de 2 horas, para ser proyectadas en el otoño de 1979, pero se retrasó hasta mayo de 1980, y el tiempo de ejecución se cambió a 1 hora y 38 minutos.
¿Las razones?
¡Desconocidas!
Además, el título original de la película era “Frodo, The Hobbit II”, pero todo esto cambió, por los pleitos con Saul Zaentz y para no darle continuidad al despropósito hecho por la productora, y dejar todo en el aire; pero fue por Tolkien, que este filme fue escrito por Romeo Muller, con Rankin haciendo el guión, los diseños para los personajes y guiones gráficos; para darle al público la oportunidad de “cerrar” una historia que mereció que Peter Jackson metiera cuchara años después.
Pero aquí, esta película tuvo un presupuesto mucho más modesto que su predecesora, “The Hobbit” , ya que se pensó para ser emitida directamente en televisión, y nunca fue distribuida en cines; al tiempo que el estilo de la animación no tenía nada que ver con “The Lord Of The Rings” y la rotoscopia; y los personajes eran mucho más infantiles y rechonchos, en la línea de “The Hobbit” (1977), por lo que la elección de ese estilo no fue un capricho de Bass y Rankin.
Así que en lugar de usar la técnica del “rotoscope”, como hizo Ralph Bakshi, optaron por seguir la línea trazada tras-anterior, y tratar de ir sobre seguro; por lo que el resultado fue mucho más satisfactorio en “The Hobbit”, siendo The Return Of The King excesivamente cantarina y mucho más infantil, pues el tema no lo merece, sino un tratamiento mucho más adulto; por ello, el estilo visual se muestra “familiar” en la representación de la batalla como un enjambre de puntos negros pululando sin rumbo, y rápidamente cubiertos por enormes nubes de polvo… y la apariencia de los hobbits, en especial de Pippin, el que solo le hace falta algo más de pelo para ser directamente una especie de simio parlante…
¿En qué pensaban?
O la aparición de La Boca de Sauron, como un guerrero con exceso de labia enfrentándose a Gandalf más por dialéctica, que a espadazo limpio; o los escenarios tanto de castillos y paisajes como del vestuario, lo más conseguido de su metraje, con matices; Denethor, que es evidentemente malo, vestido de negro y nada agraciado... pero apenas sale.
Los Nazgul son bastante destacables también, no los esperaba así para nada, y lo de las monturas aladas... curioso, pues aquí son caballos la mayoría…
Y es que a falta de una secuela oficial de “The Lord Of The Rings”, The Return Of The King ha llegado a ser comercializada como “la parte final de la trilogía animada de Tolkien”, con “The Hobbit” como parte I, y “The Lord Of The Rings” de Bakshi como parte II; incluso a pesar de que las 2 películas no se unían de manera perfecta, ya que ambas omitían varios fragmentos del libro “The Two Towers”, particularmente la guarida de She-Lob; y otras omisiones en la versión de Rankin/Bass, incluyen a los personajes de Gimli, Legolas y Saruman.
Aragorn aparece, pero como se citó, tiene muy poco diálogo y tiempo en pantalla, trágico hecho al saber que es el protagonista del título.
La presencia de Sauron como un ojo animado, muy curiosamente fue de alguna manera similar a su aparición de las películas de Peter Jackson, aunque limitada por la animación de los años 1980.
Así, para más INRI, muchos nombres de lugares y personajes son mal pronunciados:
Gorgoroth como “Gorogoroth”; Minas Tirith como “Mine-as Tirith” en lugar de “Mi-nas”; Cirith Ungol como “Sirith Ungol” en lugar de “Kirith”; se habla de Smaug como “Smog”, en lugar de “Sma-ug”; Sauron como “Soron” en lugar de “Sow-ron”, Lebennin como “LebEnnin” en lugar de “LEbennin”
Para ir concluyendo se puede decir que esta película constituye una pieza interesante de cine de animación, de poca ambición, no tanto por su sofisticación y buen hacer, como por la forma de resolver algo que ya de por sí estaba acabado, y complicado como lo es narrar los libros de Tolkien, y dotarse para ello incluso de piezas musicales en un muy corto periodo de tiempo donde muchas cosas suceden, y a la misma vez…
Vista pues la dificultad, no es extraño que el resultado depare tanto momentos logrados como recreaciones bochornosas, que sin embargo, no deslucen del todo un retrato muy personal de la epopeya “anillística”, en un visión que evidentemente haría retorcerse al mismo Tolkien en su tumba.
Del reparto de voz, el elenco original de la película anterior, volvió a repetir las voces de los personajes con nuevos actores uniéndose a ellos:
Orson Bean volvió como la voz de un Bilbo Baggins más viejo, así como la del héroe de la historia, Frodo Baggins.
John Huston también regresó como el mago Gandalf, y coprotagonizada por:
William Conrad como Denethor, Roddy McDowall como Sam, Theodore Bikel como el propio Rey Aragorn, y repitiendo en su papel de Gollum, Brother Theodore.
El incondicional de Rankin/Bass, Paul Frees, reemplazó a Cyril Ritchard como la voz de Elrond; el famoso Casey Kasem fue Merry, con Sonny Melendrez como Pippin; Nellie Bellflower como Éowyn; y Glenn Yarbrough volvió como vocalista principal, contratado aquí simplemente como “el trovador de Gondor” que narra todo el despropósito.
Como dato, Thurl Ravenscroft también sirvió en el coro; y una vez grabadas las voces de los personajes, junto con música de fondo de Maury Laws con canciones y letras de Jules Bass; la producción de animación fue realizada nuevamente por Topcraft en Japón, bajo la supervisión de Toru Hara, Tsuguyuki Kubo, Kazuyuki Kobayashi, y otros miembros del departamento de animación que luego formarán parte del famoso Estudio Ghibli.
Otro dato es que Paul Frees tuvo que reemplazar a Cyril Richard, que había muerto poco después de que “The Hobbit” se transmitiera en 1977; y a André Morell, quien interpretó a Elrond en “The Lord Of The Rings” (1978), también murió poco después del estreno.
Llamemos a este filme “The Hobbit II: The Return Of The King”, una obra realmente críptica para el neófito en el universo de Tolkien; porque su problema viene de la inmensidad que es “The Lord Of The Rings”, que resulta imposible de adaptar en una hora y media, y más cuando lo que se adapta es el 3° libro de una saga épica, y prácticamente se precisaría una hora de prólogo para establecer quién es quién, y qué es lo que está pasando para el espectador común.
Y aquí hay una breve introducción, que no es muy eficaz, y que incluso se remonta hasta la época en que Bilbo Baggins le quita el anillo a Gollum…
Todo lo que sigue es “chino básico” si usted no tiene idea de lo que estaba pasando en ese momento en La Tierra Media… o que no sabe qué es eso… o qué demonios está viendo.
Pero si obviamos ese enorme problema inicial, y conocemos algo de la historia de Tolkien; “The Hobbit II: The Return Of The King” es un film curioso.
Diferente en todo sentido, aun cuando es una continuación de “The Hobbit” y finalización forzada de “The Lord Of The Rings”; pero ninguna de las 3 películas animadas que se han realizado entorno a los relatos de J.R.R. Tolkien, son dignas del recuerdo, ya que por un motivo u otro, son aburridas, pesadas y un poco sosas, además de lo primordial, no muestran la esencia de la historia de Tolkien.
Si bien tienen un punto positivo, que es una buena forma de acercar estos magníficos relatos a quienes gustan leer, como películas son un lamentable fracaso; máxime si en las historias hay crudeza y dureza en muchas situaciones que son eliminadas para “ser proyectadas como filmes para niños”
Craso error.
Ni esta ni ninguna de las anteriores películas animadas son buenas cintas, al contrario, le quitan valor a los relatos de Tolkien, llevando a lo que era evidente que pasaría, que nadie se atrevió a adaptar los libros de Tolkien hasta que Peter Jackson hizo lo mejor que sabe hacer:
Obras de Arte.

“Fine time to fall asleep!”



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