Dr. Seuss´ How The Grinch Stole Christmas

“Hate Yooooooooooooooooooooooou!!!”

Esta es la época, donde se conmemora el nacimiento de quien murió luchando por el amor, la austeridad, la humildad, el comunitarismo utópico, y en contra de todo lujo innecesario; paradójicamente, en esta misma época, es donde reina el consumismo desmedido, la avaricia, el interés, y donde se mide el valor del amor con dinero, y objetos de lujo.
Créanlo o no, todo por lo que se celebra, es olvidado por el poder del lado oscuro, es decir:
El Capitalismo.
Por el título del tema, creo que ya sabéis que voy a hablar, si es que a mi edad, esto de la Navidad ya me queda un poco corto, antiguo, triste, hipócrita, nostálgico, etc.
Pero bueno, empecemos por el inicio.
Tranquilos seré breve.
De pequeño, lo ilusionante de esta época se resume en una cosa:
Regalos; además del hecho de no tener que ir a clase y levantarse tarde.
Como adolescente, ya más que recibir regalos, es pedirlos, o directamente ir a comprarlos uno mismo.
Hasta no hace mucho, se trataba de celebrar juntos, y de sentir la magia de la fiesta, pero desde hace unos años, desde que los centros comerciales, empiezan a decorar sus escaparates con motivos navideños en noviembre (!!!!), diciembre se ha convertido en una carrera de comprar sin límite, tanto, que muchísima gente se endeuda por encima de sus posibilidades.
De hecho, durante la última semana de noviembre, los bancos comienzan a ofrecer préstamos especiales, y aparecen tarjetas de crédito en nuestros buzones.
Hemos perdido la cordura.
En esta edad, 40 años, ya se es consciente cuando empiezan y acaban las vacaciones, las cenas de Nochebuena, Navidad y Nochevieja con la familia ya son aburridas, y se convierten en un trámite, antes de salir por ahí con los amigos, si acaso, hecho que dura hasta el sueño o el poder de la billetera, o en la edad, cuando ya se empiezan a hacer cenas de amistades, sin contar a la familia.
Pero centrémonos en el asunto, estoy con el grupo de personas, a las que esta época del año, desde el 20 de Diciembre hasta el 10 de Enero, solo significa una cosa:
Salir; ya sea por la mañana, tarde o, más común, noche.
Puede que diga esto, porque me considero una persona que no sale mucho por ahí, y aún menos de día, bueno, “considerar”, estoy así en la vida y punto, hecho que hace que me sienta un poco desplazado respecto a “la juventud actual”
Muchos padres y madres, sometidos a la presión de sus hijos e hijas, acaban por convencerse, de que para demostrar lo mucho que les quieren, les tienen que comprar más regalos, y terminan sometiéndose a la dictadura de la publicidad, olvidando alternativas de consumo más justas social, y ambientalmente, como pueden ser, buscar juguetes de artesanía local, sin embalajes innecesarios, no sexistas, ni bélicos, que estimulen la creatividad, adecuados a cada tipo de edad, con materiales naturales y biodegradables, juguetes en los que se esté pagando el producto, y no su publicidad.
Además, estamos olvidando incluso, lo más importante:
Que es posible jugar sin juguetes.
Para quiénes no tienen el poder adquisitivo de adquirir presentes, no deben preocuparse, pues cuentan con esa fuente maravillosa que es el amor, que no puede comprarse, especialmente, cuando emana del interior, con pureza, franqueza, buenos deseos, y eso representa un bello presente para muchos seres que lo requieren.
Así que, no duden en proporcionarlo, vale más que lo que el consumismo nos ofrece.
“Santa, what's Christmas really about?”
Creo que desde el origen del cine comercial, se ha vuelto inevitable la llegada de una, o más cintas, de tema navideño al final del año.
Y creo también, que desde el inicio del cine comercial, dichas cintas han propuesto el mismo mensaje:
La navidad no consiste en regalos, sino en la unidad de la gente.
Si realmente consiste en eso, o no, dejando a un lado las connotaciones religiosas, paganas o cristianas, no lo sé.
Lo que sé, es que para los estudios cinematográficos, la Navidad quiere decir vacaciones y consumismo desenfrenado, por lo que no dudan en desempolvar el traje de Santa Claus, y ponérselo a cualquier actor que se deje, para generar una rápida película que explote a la Navidad misma, y a la desesperada necesidad de los padres de familia por entretener a los niños en vacaciones.
“That's what it's all about, isn't it?
That's what it's always been about!
Gifts.
Gifts.
Gifts-gifts-gifts-gifts-gifts-gifts!
Do you know what happens to your gifts?
They all come to me.
In your garbage.
You see what I'm saying?
In, your, garbage!
Dr. Seuss´ How The Grinch Stole Christmas es una película estadounidense del año 2000, del género fantástico-musical, dirigida por Ron Howard.
Protagonizada por Jim Carrey, Rachel Bailit, Jeffrey Tambor, Christine Baranski, Taylor Momsen, Bill Irwin, Molly Shannon, Jeremy Howard, T.J. Thyne, Lacey Kohl, Nadja Pionilla, Clint Howard, Bryce Dallas Howard, Jim Meskimen y Anthony Hopkins, entre otros.
Dr. Seuss´ How The Grinch Stole Christmas obtuvo un Oscar como Mejor Maquillaje y 2 nominaciones para dirección de arte y vestuario.
Dr. Seuss´ How The Grinch Stole Christmas es el primer largometraje basado en una obra del Dr. Seuss; y fue la película que más entradas de cine vendió en el 2000:
50 millones de dólares.
A pesar de su éxito, Dr. Seuss´ How The Grinch Stole Christmas, recibió muchas críticas negativas.
Curiosamente, para interpretar a Max, el perro de Grinch, se utilizaron 6 perros en total.
El principal de ellos, era una perra llamada “Kelly” que fue rescatada de una perrera por Ron Howard.
A los otros perros, se les cortó y tiñó el pelo, de manera que se parecieran a Kelly.
Respecto al film, los mortales, solamente podemos imaginar la verdadera magnitud del cerebro de Theodor Seuss Geisel, irrepetible genio de la literatura y el dibujo, que canalizó su fértil imaginación, a través de más de 50 libros de poemas que, a día de hoy, han modelado el imaginario colectivo de 3 generaciones de norteamericanos.
Bajo el afortunado seudónimo de “Dr. Seuss”, este mago de la métrica alocada, pero ajustadísima, es uno de esos raros autores infantiles, que jamás han menospreciado la inteligencia de su público potencial, sino todo lo contrario.
Por supuesto, sus poemas no estaban exentos de ciertas enseñanzas morales, pero la forma en la que estas eran formuladas, estaba a años luz del didactismo y las aburridas moralejas de los peores autores infantiles.
Lo cual nos lleva a la que, probablemente, sea una de sus más logradas obras maestras:
“How The Grinch Stole Christmas!” (1957), el cual es un libro infantil, escrito en versos, con rima e ilustraciones del mismo autor.
El libro critica la visión de la Navidad como algo comercial, y satiriza a aquellos que obtienen beneficios, explotando la época navideña.
Como Dr. Seuss´ How The Grinch Stole Christmas está basado en un libro infantil, se han añadido más tramas, para convertirla en un largometraje, incluyendo algunas sobre el origen del personaje.
Muchas de las rimas del libro son usadas en Dr. Seuss´ How The Grinch Stole Christmas, aunque algunas algo cambiadas, y también se han añadido otras.
Y es que los guionistas, han tenido el acierto de añadir detalles que sean atractivos para todos, guiños que satisfagan las necesidades de todos los espectadores, de ahí, seguramente, las brutales recaudaciones en medio mundo.
Ron Howard no tiene desperdicio y exagera de modo “Kitsch” y “Camp” hasta el infinito, cada uno de sus tópicos, y toma una estética basada en Tim Burton, que acaba por resultar un fracaso.
El pueblo de Whoville se construyó en un plató de Universal Studios que medía casi 3 kilómetros cuadrados, siendo el mayor decorado, jamás construido en los estudios, y actualmente es uno de los que se pueden ver en el tour de Universal Studios en Hollywood.
De hecho es tan “Camp” que ninguna película había usado tanto maquillaje desde “The Wizard Of Oz” (1939)
Dr. Seuss´ How The Grinch Stole Christmas es una cinta navideña por naturaleza, que posee un bonito mensaje de fondo, que apunta a encontrar el lado espiritual de las fiestas de Navidad, dejando de lado el aspecto materialista en el que todos caemos indefectiblemente.
Enmarcado en la muy anglosajona tradición del personaje arisco, que acaba descubriendo el verdadero significado de la navidad, el Grinch bebe tanto del “Mr. Scrooge” de Charles Dickens como de la propia capacidad del Dr. Seuss para pensar criaturas imaginarias, y convertirlas en personajes fascinantes.
El mérito del libro original, y la razón por la que se ha mantenido fresco todos estos años, es que el lector no puede evitar simpatizar con este auténtico “outsider” que odia a los risueños Whos, y planea robarles las fiestas.
Al final, por pura lógica de cuento de Navidad, el Grinch acaba descubriendo que el sentimiento que impulsa a sus vecinos no es otro que el amor, y que están encantados de compartirlo con él.
Lo cual considero a Dr. Seuss´ How The Grinch Stole Christmas una película, políticamente incorrecta, como si el horrible Código Hays se tratase.
¿Se puede concebir un cuento de Navidad más puro, al tiempo que iconoclasta?
El Grinch es considerado un símbolo de la Navidad, como una parodia de lo que el comercialismo de la fiesta produce.
El personaje hace referencia al consumismo predominante, y la preocupación solo por lo material, dejando de lado el significado espiritual de la Navidad.
Fuera del periodo navideño el término “Grinch” suele ser sinónimo de “grouchy” o “gruñón”
En los EEUU, donde el Grinch es un personaje de animación conocido, puede hacer gracia ver sus estomagantes aventuras en imagen real, pero aquí, donde ya bastante nos han injertado el concepto de Navidad, como diseño de Coca Cola, ver a un tapizado en pelo verde robándola, piensen qué demonios puede significar eso de “robar la navidad”, es un camino directo hacia la vergüenza ajena, y la perversión intelectual.
Icono pop de más de cien mil quilates, El Grinch es una de esas creaciones inmortales, que uno querría que pasaran a la Historia, antes que una buena docena de personas de carne y hueso.
Llegará el día, en que los niños de todo el mundo, asocien la navidad con su verde figura, antes que con la vorágine consumista, las montañas de regalos alienantes, o un icono de medio pelo, creado por alguna multinacional.
Lo mejor de Dr. Seuss´ How The Grinch Stole Christmas es sin lugar a dudas, Max, el perro que acompaña al Grinch.
“Whaddaya Want?!?”
Lo peor:
Después de ver Dr. Seuss´ How The Grinch Stole Christmas, lo único que está claro, es que se le podía haber sacado mucho mas partido, a un personaje con infinitas posibilidades, de haber sido enfocado con un carácter, un poco mas cabrón, manteniéndolo así hasta el final, pero claro, se supone que es una película dirigida a los niños.
Y se supone que Dr. Seuss´ How The Grinch Stole Christmas es una “película infantil” porque no creo que ningún adulto saque nada positivo de su visionado.
En todo caso, sospecho que existirán niños, a los que El Grinch tampoco les haya hecho la más mínima gracia.
Todos los actores están bastante mal, con mención especial a un desesperante y vomitivo Jim Carrey.
No cabe decir que está más insoportable que de costumbre.
Por otro lado, Cindy Lou (Taylor Momsen) es bastante repelente, al igual que todos los vecinos de Whoville, el lugar donde transcurre la acción, y las insoportables canciones que el film nos “regala” de vez en cuando.
Por cierto, aún me estoy preguntando:
¿Por qué todos los habitantes se apellidan “Who”?
¿Quiere esto decir, que todos tiene la misma madre o el mismo padre?
No creo que este sea un buen ejemplo para los niños, pero claro, a la vista de la curiosa forma de reproducción de los habitantes de Whoville... de hecho parecen una reproducción en masa, del personaje “Peter Shepherd” de “Jumanji” (1995)
Y es que, Jim Carrey es uno de los peores actores que jamás se han puesto delante de una cámara.
Sus continuos gestos y muecas, y sus abochornantes sobreactuaciones en todas sus películas, le han convertido en uno de los más odiosos, y odiados actores del panorama actual.
Es imposible ver la mayoría de sus filmes, sin sentir de forma continuada vergüenza ajena, ante tales esperpénticas actuaciones, deformando personajes “a priori” interesantes como en “The Truman Show” (1998) y “Man On The Moon” (1999) en abominables personajes odiosos de principio a fin.
Detesto a Jim Carrey.
Odio sus gestos y exageraciones, me incomodan sus muecas y, salvo excepciones, no tengo un recuerdo muy grato de las películas en las que ha trabajado.
Ahora bien, reconozco que borda los papeles, en los que ha interpretado, a personajes que se asemejan a cualquier arquetipo sacado del cómic, como es el caso.
De ahí que, en esta ocasión, el conocido actor no sea el culpable de que Dr. Seuss´ How The Grinch Stole Christmas, dirigido por Ron Howard, sea mejor o peor.
Y tampoco lo es el hecho, de que se trate de una típica producción navideña, muy familiar e infantil.
No obstante, Dr. Seuss´ How The Grinch Stole Christmas tiene cierta “mala suerte”, y se adivina una leve crítica al consumismo propio de las épocas navideñas, al igual que se hayan presentes los habituales mensajes, acerca de la manipulación de las masas, la diferencia, y la ausencia del verdadero espíritu de la Navidad.
Por tanto, y desde el punto de vista del contenido, habrá opiniones para todos los gustos, tan dispares como, en ocasiones, injustas.
Pero si hay algo que destaca en Dr. Seuss´ How The Grinch Stole Christmas, es el excelente trabajo de todas las personas anónimas, que han colaborado en la construcción de tan fastuoso filme.
Maquilladores, diseñadores de vestuario, decoradores, responsables de efectos visuales...
Todos sacan nota en sus tareas, y es injusto no tenerles en cuenta, a la hora de valorar esta producción de la Universal, desde el punto de vista visual.
Individualmente, los esfuerzos de los equipos de efectos especiales, ambientación y maquillaje, cortesía del decano Rick Baker, son excelentes.
Pero la mezcla de los elementos se vuelve tan caótica y fría, que Dr. Seuss´ How The Grinch Stole Christmas acaba contradiciendo el mensaje que propone. ¿Justicia poética o simple mediocridad hollywoodense?
Lo que sea.
¿Y qué significado tienen hoy estas fechas para la familia?
La navidad no es más que una época imaginaria e hipócrita, de disque buenos deseos, ya que todo el año non las pasamos criticando, envidiando, insultando, odiando, y jodiendo a los demás, luego a fin de año, tratamos de querer limpiar nuestra sucia conciencia, repartiendo felicitaciones hasta a los que nos dan asco, y 5 días después, nos sumimos en farra, diversión, peleas y hasta en orgias...
Y es que más bien, deberíamos felicitar a los comerciantes, por las jugosas ganancias que sacan esa estúpida temporada.
Aquí va otro motivo:
“Reunión familiar obligatoria”, aunque solo sea para aparentar, intercambio de regalos no deseados, intercambio de chismes familiares, a todos les gusta saber las desgracias de otros, y para los que no están de acuerdo con este tipo de comentario, no queda más que comprender su ignorancia y desearles, hipócritamente, costumbre navideña:
“Una Feliz Vanidad y Un Feliz Año Nuevo” de zapatos, ropa, celular, y todo lo que desean tener a la última moda, sin importar cuanta gente muere de hambre en el mundo.
Dr. Seuss´ How The Grinch Stole Christmas tal vez guste a niños pequeños, pero quien busque una película navideña con emociones sinceras... mucha suerte, pues no la van a encontrar aquí, ni en ningún otro lado.
Incluso, los titanes del género como Frank Capra y su “It's A Wonderful Life” pecan de manipulación, y falta de honestidad.
En realidad:
“It's A Wonderful Lie”
En la época Navideña, en lugar de aferrarse tanto en compras, se debería instar en fomentar los valores morales, en compartir con la familia, pero no solo intercambiando regalos, sino enseñando a los demás, a los hijos, que hay cosas más importantes en la vida, y para la vida como:
La benevolencia, la gratitud, la honestidad, la lealtad, el respeto, y lo más importante, el amor al prójimo.
Los valores morales son útiles a lo largo de toda la vida, y se deben fomentar durante cada uno, y todos los días del año, pero que mejor ocasión para afianzarlos que en Navidad, cuando todos se reúnen en paz para compartir.
Si en lugar de comprar tanto para consumo propio, y los de la familia, que probablemente tienen todo, y hasta les sobra, porque no, también compartir y regalar a los necesitados, si es tanto el gusto hacia las compras, y al gasto de dinero, porque no también dar un poco a los que no tienen nada, conjuntamente se estaría practicando valores morales, siendo caritativos y benevolentes con los necesitados, y se estaría siendo feliz con uno mismo.
Y no es que esté mal regalar, está bien, es una manera de compartir, de gratificar, pero todo debe ser a la medida, y ese es el punto, que difícilmente se sabe, cuál es el límite.
¿Que regalar en Navidad?
Regalar amor y paz, a todos los que pasen en nuestro camino, conocidos o no conocidos.
Regalar y brindar felicidad a los que la necesitan, y dar enseñanzas que duran para toda la vida, a los que se aman.
Regalar esperanza a un niño necesitado, o a un anciano que no esperaba un obsequio, regalar brillo de alegría en los ojos de una mujer, o un hombre, por medio de un presente, o un gesto de bondad.
Que mejores regalos, que ver la cara de satisfacción de estas personas, y ver la expresión de orgullo en el rostro de tus hijos, al ver los actos de bondad que se practican, y deseando algún día, poder hacer lo mismo por voluntad propia.
Se debe recordar, que son las acciones y los comportamientos, los que definen la clase de persona que se es, y ese ejemplo es el que se da a las descendencias.
En Navidad, el mejor regalo es dar esperanza a los que la necesitan, y darse esperanza a uno mismo, de que este mundo no es solo consumismo y fachadas, también, es un mundo de espiritualidad, sentimientos y valores.
Que la Navidad sea una época de reflexión, una época de fortalecer los valores morales entre la familia, amigos, conocidos y no conocidos, y no solo de consumismo.
Así que, en esta navidad, hay que esforzarse por ser mejores personas, mejores seres humanos, y ese es el mejor regalo que se puede heredar a este mundo.

“I am the Grinch that stole Christmas... and I'm sorry”



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