The Fifth Element

“Big Badda Boom”

Muchas doctrinas antiguas, usaban un grupo de elementos para explicar los patrones en la naturaleza.
En este contexto, la palabra “elemento” se refiere más al estado de la materia, o sea:
Sólido/tierra, líquido/agua, gas/aire, plasma/fuego; o a las fases de la materia, como en las cinco fases chinas, que a los elementos químicos de la ciencia moderna.
Hacia el 600 a.C. se inicia en Grecia, la ciencia y la filosofía del mundo occidental moderno; todo el conocimiento se englobaba dentro del término filosofía natural.
Los filósofos griegos presocráticos, se enfrentaron a las mismas preguntas eternas y esenciales.
¿De qué está hecho el Universo?
Surge entonces el modelo de los 4 elementos, basado en la lógica y la argumentación.
Aristóteles y Platón reformularon, en parte, el modelo de los 4 elementos, y Anaxágoras lo profundiza, a través de su preocupación por comprender, además, los procesos de cambio de la materia.
Cuatro elementos forman la naturaleza de las cosas, según estas filosofías antiguas, que son:
Tierra, agua, fuego y aire, según los griegos, que se desarrollan sobre una materia original no calificada, o primitiva llamada:
“El Quinto Elemento”
Algunas filosofías como la china, hindú y japonesa, cambian, o le agregan este supuesto “quinto elemento”
En el taoísmo chino, descartan el aire, e incluyen el metal, y agregan la madera.
En el hinduismo agregan el éter, y la filosofía japonesa agrega el vacío a estos 4 elementos, y los llaman 五大 (go dai), los 5 grandes.
Estos elementos fueron conocidos y usados por alquimistas, y ocultistas, de todos los tiempos, y su simbología guardaba el secreto de su conocimiento y descubrimientos.
Los 4 elementos clásicos griegos:
Tierra, agua, fuego y aire, datan de los tiempos presocráticos, y perduraron a través de la Edad Media hasta el Renacimiento, influyendo profundamente en la cultura, y el pensamiento europeo.
Los estados de la materia, según la ciencia moderna y, en menor grado, también la tabla periódica de los elementos, y el concepto de combustión “fuego” pueden ser considerados sucesores de aquellos modelos tempranos.
Los indios y los japoneses, tenían esos mismos 4 elementos, más un 5° elemento invisible, el éter.
Los chinos distinguían una serie de elementos ligeramente diferentes, que todavía se utilizan en la medicina china tradicional, llamados:
Tierra, agua, fuego, metal y madera, y que eran entendidos como diferentes tipos de energía, en un estado de constante interacción y flujo, entre unos y otros, en oposición a la noción occidental, que los relaciona con las diferentes manifestaciones de la materia.
Por otro lado, Tales de Mileto propuso como el principio, o arché, de todas las cosas el agua, después, Anaxímenes consideró el aire, Heráclito el fuego, y Jenófanes la tierra.
Para Aristóteles el “éter” o 5° elemento es la quintaesencia, razonando que el fuego, la tierra, el agua y el aire eran terrenales y corruptibles, y que las estrellas no podían estar hechas de ninguno de estos elementos, sino de uno diferente, incambiable, y de una substancia celestial.
Los pitagóricos también, utilizaban las letras iniciales de los 5 elementos para nombrar los ángulos de su pentagrama, y los identificaban con los sólidos platónicos.
Curiosamente, “La Teoría de Las Cuatro Raíces de Empédocles” cerca del 450 a.C. es mencionada por Aristóteles:
El fuego es a la vez caliente y seco.
La tierra es a la vez seca y fría.
El agua es a la vez fría y húmeda.
El aire es a la vez húmedo y caliente.
De acuerdo con Galeno, los elementos fueron usados por Hipócrates cuando describía el cuerpo humano, asociándolos con los 4 humores:
La bilis amarilla: Fuego.
La bilis negra o melancolía: Tierra.
La flema o pituita: Agua.
La sangre: Aire.
Por otro lado, la palabra “éter” fue recuperada por físicos del siglo XIX, para denominar el medio invisible que llenaba el universo, “el éter luminoso”
Sigo con las curiosidades, en 1987, el compositor Robert Steadman, escribió una sinfonía en la cual, cada movimiento representaba las características de los elementos clásicos de la antigua Grecia:
Aire, agua, tierra y fuego.
De un modo más tópico, se han tratado en corrientes de la música contemporánea, como la música New Age.
Por su parte, la astrología ha usado el concepto de los elementos clásicos, desde la Antigüedad hasta el presente.
Muchos de los astrólogos modernos, usan en sus análisis, los 4 elementos de la antigüedad griega, y además, los consideran una parte importante de la interpretación de la carta astral.
A pesar del periodo de oscuridad y barbarie que sucedió a la caída del Imperio Romano, algunas instituciones conservaron parte del legado filosófico de la antigüedad clásica.
La Iglesia Católica, por ejemplo, apoyaba el concepto aristotélico del éter, porque sustentaba el concepto cristiano de la vida mundana como efímera, y la celestial como eterna.
El tema es aún más amplio, Isidoro de Sevilla en su obra “Etymologiae” explica los temperamentos, indicando que cada humor, imita al elemento correspondiente:
La sangre imita al aire, y predomina en el temperamento sanguíneo.
La bilis amarilla imita al fuego, y predomina en el temperamento colérico.
La bilis negra imita a la tierra, y predomina en el temperamento melancólico.
La flema imita al agua, y predomina en el temperamento flemático.
Tomando algunos aspectos iconográficos de la Cábala, el cristianismo identifica el elemento aire con el arcángel Rafael, y el evangelista San Mateo, con su animal simbólico de aire: “El Alado”; este elemento está presente en todas las religiones y sus rituales, en la filosofía esotérica, en la alquimia, y en la astrología.
Tomando algunos aspectos iconográficos de la Cábala, el cristianismo identifica el elemento fuego con el arcángel Miguel, y el evangelista San Marcos, con su animal simbólico de fuego: “El León”; incontables serían los pequeños, y grandes homenajes, que la pintura Europea le ha dedicado al fuego, su filosofía, y sus simbolismos.
En una galería no representativa, figuran los ejemplos de la salamandra, Arcimboldo, y Jan Lievens.
Tomando algunos aspectos iconográficos de la Cábala, el cristianismo identifica el elemento tierra con el arcángel Uriel, y el evangelista San Lucas, con su animal simbólico de tierra: “El Toro”
Se considera pasivo y femenino, al igual que el elemento agua, frente al aire y el fuego, activos y masculinos.
El cristianismo, tomando algunos aspectos iconográficos de la Cábala, identifica el elemento agua con el arcángel Gabriel, y el evangelista San Juan, con su animal simbólico: “El Águila”
Se le atribuyen caracteres femeninos, pasivos y fecundantes.
“Everything you create, you use to destroy”
En 1915, Albert Einstein postula “La Teoría de La Relatividad General”, pocos meses después, en un muy breve trabajo, demostró la que probablemente es la consecuencia más importante de su teoría, y publica su conocida ecuación, donde dice que la energía es igual a la masa de un cuerpo, por la velocidad de la luz al cuadrado:
E = m x c2
Sin saberlo, Einstein no solo había demostrado su teoría, sino que también había descubierto el secreto alquímico del 5° elemento.
La transmutación de la materia en energía, o viceversa, se llevaba a cabo por medio de una constante universal:
“La luz, el 5° elemento”
La luz, la materia original no calificada, y primitiva donde se desarrollan los otros cuatro, el primer elemento creado.
Para la física tridimensional, la luz siempre fue un misterio, tanto su composición como su propagación, aún en el más absoluto vacío.
Ondas, corpúsculos, fotones, fueron algunos de los intentos para explicar su naturaleza, en ella se guarda toda la gama de colores, frecuencias, energías y sonidos conocidos, y no conocidos, y su comportamiento y características, son tan misteriosas como sorprendentes.
“Life, which you so nobly serve, comes from destruction, disorder, and chaos”
The Fifth Element es una película francesa, con coproducción de EEUU, de 1997, dirigida, escrita, y producida por el prolífico director francés, Luc Besson, y que se encuadra dentro de la ciencia ficción, la acción y la comedia.
Protagonizada por Bruce Willis, Gary Oldman, Milla Jovovich, Luke Perry, Ian Holm, Chris Tucker, Brion James, Maïwenn Le Besco, Tommy “Tiny” Lister, entre otros.
El guión es de Luc Besson y Robert Mark Kamen.
The Fifth Element estuvo nominado a los premios de la Academia de 1998, en el apartado de mejor edición de sonido.
The Fifth Element provoca amores y odios por igual, entre la gente que la ha visto, a mi me parece visualmente estupenda, es una producción europea que a ese nivel, no tiene nada que envidiar a las producciones americanas.
Principalmente situada en una futurista Nueva York, vaya curiosidad, la mayor parte de The Fifth Element fue filmada en los estudios Pinewood de Inglaterra, aunque algunas escenas se rodaron en Mauritania.
La escena del concierto, por ejemplo, fue filmada en The Royal Opera House del Covent Garden de Londres.
El diseño de producción fue desarrollado por 2 grandes autores de comic francés:
Jean Giraud (Moebius) y Jean-Claude Mézières.
El diseño de vestuario a su vez, fue creado por el famoso diseñador de moda Jean-Paul Gaultier.
Curiosamente, The Fifth Element fue denunciada por plagio, ante juzgados de París, por parte del mismo Moebius y Alejandro Jodorowsky, pues el argumento es considerado “un plagio” del célebre comic “El Incal”
“El Incal” también conocida como “La Saga de los Incales” o “Las Aventuras de John Difool” es una historieta de ciencia ficción, realizada desde 1980 a 1988, por el guionista Alejandro Jodorowsky, y el historietista e ilustrador francés, Moebius, en la cual, el protagonista John Difool, es un detective de poca monta, que con la ayuda del extraño pájaro que tiene como compañero, será capaz de moverse en el terreno de la metafísica.
Sus indagaciones les llevarán por un mundo de aventura heroica y símbolos, con el objetivo de alcanzar la realización personal, a través de la iluminación.
En su viaje iniciático, pasará por diferentes etapas:
Primero, deberá encontrar su valor interior, y encontrar a sus aliados, con los que será testigo de una revolución contra la nobleza, “El Incal Luz”, visitará el centro del planeta, lo que está abajo, y seducirá a una reina alienígena, para evitar una Guerra Intergaláctica, lo que está arriba.
Como dato curioso, ciertas escenas, y algunos trajes de los personajes de The Fifth Element, fueron diseñados por el mismo Moebius…
Y es que The Fifth Element es una de las pocas películas, sino la única, en donde el héroe y el villano no tienen contacto de ningún tipo; la exageración llega a no tener límites, y ese es el aspecto más apreciado por los fans al culto, aunque todo tiene que ver con la “forma”
The Fifth Element es una película pop, libre, desenfrenada, y entretenida, que analizada con rigor llega a estratos filosóficos y trascendentales.
Besson nos sitúa entonces, en un momento de la civilización humana, en el que somos como ahora, pero con robots y coches que vuelan.
Nos presenta a los personajes, uno a uno, y nos da pinceladas de sus personalidades para que podamos entender lo que sucede a continuación.
Vale decir que el argumento no es muy elaborado, pero tiene un tono que da a entender, que no se toma en serio a sí misma, lo cual es de agradecer, pues no me gustan esas películas de acción pura y dura, que además, van de transmisoras de un gran mensaje moral.
Yo, casi más que de acción, la veo como una comedia, el planteamiento inicial es serio, pero a partir de ahí, todo se vuelve un disparate, situaciones cada vez más inverosímiles, algunas algo absurdas, y poco a poco, se introducen elementos cada vez más cómicos, el mejor “elemento” de ello es Ruby Rhod, inclusive Bruce Willis parece un papel de duro, que participa de la alocada situación, asumiendo su rol de salvador del mundo, aunque el mundo sea un descontrol absoluto.
Así que, para disfrutar The Fifth Element, hay que verla con humor, sin esperar un gran argumento, ni una gran historia, ya que es una “fábula” con efectos especiales espectaculares.
“You see, Father, by creating a little destruction, I'm actually encouraging life.
In reality, you and I are in the same business.
Cheers”
Trama nos lleva al comienzo del siglo XX, donde un arqueólogo y su aprendiz buscan las riquezas de los faraones, y están por descubrir una información, de que cada 5,000 años, viene a la tierra un ser, quien no por azar, es llamado:
“The Great Evil”
Una raza de guardianes llamados “Mondoshawans” han ocultado en la tierra, partes de un arma capaz de destruir a “The Great Evil”, esta arma funciona con ayuda de “los elementos” tan conocidos en la tierra.
Pero estos seres alienígenos, saben que “The Great Evil” regresa a la tierra para evitarlo, y toman las piedras de los elementos para llevarlos con La Diva Plavalaguna (Maïwenn Le Besco) una figura prominente, y reconocida del espacio, que se encargara de protegerlas.
Los Mondoshawans han dejado tras de sí, a un joven clérigo, quien ha fundado una orden dedicada al resguardo de la información de la visita extraterrestre, y las instalaciones dejadas atrás por ellos.
Luego, en un lejano futuro, en el 2200, en La Tierra, las personas trabajan duro por lograr un humilde sustento.
Tras la llegada de una nave extraterrestre, y su posterior destrucción, el movimiento de clérigos se entera del retorno de “The Great Evil”, y envían al Padre Vito Cornelius (Ian Holm) a conseguir a alguien capaz de recobrar las piedras de los elementos.
El padre elige para la tarea a Korben Dallas (Bruce Willis), un desaliñado y bruto taxista, quien fuera comando del ejército, y quien se ha retirado harto de los manejos corruptos de este, sin fe por las personas, ni amor por el prójimo.
A su vez, también el gobierno persigue a Dallas para reclutarlo en una investigación secreta, ordenada por el Presidente, sobre extraños sucesos relacionados con la destrucción de la nave alienígena.
De la destrucción de la nave, el gobierno recuperó la mano de uno de los seres extraterrestres, y ha decidido utilizar tecnología de punta, para la reproducción y clonación de células, con la intención de ver qué clase de seres tripulaban la nave.
El producto de este experimento, es Leeloominaï Lekatariba Lamina-Tchaï Ekbat De Sebat (Milla Jovovich), un ser de apariencia delicada, y asustadiza escapa producto de su confusión.
Así, el destino ha unido a Korben y a Leeloo, pero “The Great Evil” se ha aliado a Jean-Baptiste Emanuel Zorg (Gary Oldman) un vil empresario que le colabora.
La aventura los lleva a una estación espacial, destinada a la diversión, donde junto al Padre y el presentador de radio Ruby Rhod (Chris Tucker), Dallas deberá:
Proteger a Leeloo, recuperar las piedras, luchar contra Zorg y sus secuaces, y apenas sobrevivir, solo para regresar a La Tierra, y encontrar que será destruida por “The Great Evil”
Una vez en La Tierra, y con ayuda del padre, llegan a las instalaciones construidas por los Mondoshawans, y habiendo encendido el arma, despiertan a la realidad, nadie sabe cómo funciona la tecnología alienígena que utiliza los 4 elementos.
Solo el sarcástico Korben, entenderá que existe un 5° elemento, que es el único con el poder de destruir a “The Great Evil”
“If you want something done, do it yourself!”
The Fifth Element es la película más comercial y también la más impersonal de su director, mantiene el carácter solitario de su personaje principal, cierto idealismo representado en el personaje que interpreta Milla Jovovich, personaje lindante con la pureza y la infancia.
Confieso que nunca me ha convencido Bruce Willis, como siempre teñido y tratando de salvar el mundo.
Gary Oldman sobreactúa, y es una pena, pero lo comprendo, porque el mismo definió su personaje como un cruce entre Hitler y Jerry Lewis.
Milla Jovovich sólo es un cuerpo bonito sin diálogos, y aquí hace el mejor papel de su carrera.
Ian Holm hace lo que puede dentro del personaje, absolutamente ridículo, que le tocara interpretar, y considero que es una mofa inteligente hacia la religión, puesto que lo “New Age” que él representa, deja a las otras religiones sentadas, en el momento en que él mismo propone la solución ante el Presidente.
Y como no, el absolutamente irritante, Chris Tucker.
Tucker le da “color” a The Fifth Element, y curiosamente, reúne la diferencia de raza, ideología, orientación y liberación sexual, y un largo etcétera, él es como el portavoz, que de hecho lo es, de toda la audiencia habitante del planeta Tierra.
Cuestión aparte merece el papel de Luke Perry, que no pasa de meramente testimonial, y cuya participación, evidencia la necesidad de incorporarlo en los créditos, y atraer con ello, al público femenino más bobalicón.
De hecho, The Fifth Element posee muchos de los tópicos, y clichés, que actualmente más debería despreciar:
El héroe ex-militar que salva el mundo tras perder su aburrido empleo, el negro payaso escandaloso, un McGuffin cuádruple, una definición infantilmente maniqueísta del creacionismo, un anciano chino de gran “sabidulía tladizional”, una protagonista guapa, pero muy tonta en calidad de herramienta, antes que de personaje, y un “Te Quiero” final para animarla a que cumpla su función.
Como verán en el departamento actoral, The Fifth Element me resulto un rotundo CERO.
En The Fifth Element vemos políticos tontos, militares inútiles, todo tocado con un toque irónico insuficiente.
Besson no supo decidirse por una película seria, o reírse de sí mismo.
Otra de los fallos de The Fifth Element es la ridiculización de los “malos”, típico error en el que suelen caer algunas de las películas de este tipo.
Tanto Zorg como los monstruos, en vez de crear tensión, dan risa, lo cual no ayuda para nada a The Fifth Element, ya que nunca llegas a temer seriamente, por la vida de los protagonistas.
Sin embargo, la tecnología dio un paso al frente con The Fifth Element, desde mi punto de vista.
La ambientación es inmejorable, desde los coches, hasta la casa del protagonista, nos enseñan un futuro que es igual, pero a la vez muy diferente que la actualidad.
En The Fifth Element hay mucho que es artesanal también, como las caras de los monstruos, los soldados, muy bien hechas, no son digitales, y parecen “reales”
Aunque también hay efectos digitales, que, siendo la época que es, están muy bien realizados.
Lo mejor de The Fifth Element, como apunté, descansa en el diseño conceptual de los dibujantes Méziéres y Moebius, algunos realizados expresamente para The Fifth Element por ellos, y otros tomados libremente por Besson como:
La nave Mondoshawan, La Diva Plavalaguna, el Transatlántico del Paraíso Fhloston, la policía de asalto, la oficina de Zorg, el denso tráfico “aéreo”, la recargada Nueva York... en fin, un mundo futurista de una riqueza visual desbordante.
Ni hablar de los diseños de taxis, y la idea de una urbe con el tráfico aéreo en varios niveles, tomada de un comic de Mezieres, y Christin llamado “Los Círculos del Poder” de la famosa saga Valerian.
The Fifth Element está tan copiado, que hasta encontramos escenas idénticas.
Como curiosidad, el lenguaje divino hablado por Leeloo, de sólo 400 palabras, fue inventado por el director Luc Besson y Milla Jovovich.
Ambos se escribían cartas en dicho lenguaje, como práctica de cara a The Fifth Element.
Por el lado de los intérpretes, tal vez la única convincente, es Inva Mula-Tchako, quien pone la voz a La Diva, el cuerpo en cambio, es de Maïwenn Le Besco.
La mejor escena de The Fifth Element, es obviamente, este momento de La Diva cantando ópera, mientras la protagonista pelea, está todo tan bien montado, que da efecto balancín, más propio de los dibujos animados infantiles. 
Curiosamente, el final de esa pelea, ambas, la guerrera y la divina, terminan sus actos en posición de una cruz simbólica, a manera de su eventual sacrificio por la humanidad...
“Listen lady, I only speak two languages:
English and bad English”
Como curiosidad, al iniciar The Fifth Element, se ve una maquina dispensadora con el nombre de “Quit Smoking” deja de fumar, la maquina permite sacar solo 4 cigarros al día, cada cigarro con filtros tan largos, y con tan poco tabaco, que solo alcanza para un par de bocanadas de humo, estos tipos de cigarros se encuentran en distintas escenas, y con distintos personajes, lo que significa, que el protagonista no estaba necesariamente en un tratamiento para dejar el cigarro, sino que era algo general, puede ser un ejemplo, de hasta donde llegarían las campañas contra el tabaco, que hoy en día, son cada vez más estrictas, pero esto se puede tomar desde cómo eran las cosas al memento de crear The Fifth Element en 1997, ya que no existían las restricciones para fumadores, como existen hoy en día, donde los lugares de fumadores son minoría, esto se nota en The Fifth Element, porque los personajes fuman en espacios públicos, y no se ve restricciones de zona para no fumadores, se puede suponer, que esta máquina puede ser una visión de cómo sería un mundo restringiendo a los fumadores, no como es hoy día, quitando zona de fumadores, o agregando como el caso de Japón, donde hay puestos para fumar, y el resto de la ciudad publica, es zona de no fumadores, sino que atreves de los cigarrillos físicos.
En otro orden, el protagonista, Korben Dallas, es un militar retirado, que conduce un taxi volador en Nueva York, un Nueva York construido sobre basura, con un fondo de smog y contaminación, un ciudad congestionada de autos voladores, con enormes edificaciones que tapan el cielo, con un referente calcado de los edificios que se encuentran en Nueva York actualmente.
Es una clara exageración de cómo era Nueva York, y como empeoraría a futuro.
Por otro lado, al encontrar restos de la nave extraterrestre que fue atacada por Zorg el malo, se logra clonar a una joven perfecta, con miles de cromosomas más que un humano, con un ADN 20 veces más complejo, un ser con capacidades extrahumanas, ella hablaba otro lenguaje, que los científicos y organizaciones del gobierno no comprendían.
Hay una escena, donde el general del ejército se le acerca a la joven, y le muestra una identificación y le dice:
“Vas a necesitar comunicación, si quieres salir de ahí”
Por tanto, tras escaparse de los laboratorios del gobierno, la joven salta al vacío, al ser acorralada por la policía, cayendo dentro del taxi de Korben, ella convence a Korben que no la entregue a la policía, a través obviamente, de una comunicación básica, como es el llanto, y una simple palabra que leyó, de milagro, en un cartel:
“por favor” al ser súper humana, aprende instantáneamente digamos…
Así, conmovido Korben, se enfrasca en una persecución con su taxi, de fondo una música particular, una canción India, no sé si será una sátira a que la mayoría de los conductores de taxi en NYC son indios, o un giño a lo cosmopolita que es “La Gran Manzana” a.k.a. “The Great Evil” para unos.
Korben y la joven, se escapan de una policía controladora y sin escrúpulos, una policía que no le importa parar a comerse una hamburguesa…
Curioso apunte, nada más ni nada menos que McDonald’s, no sé si tomar esto como mera publicidad, pero vale la pena abarcarlo, puede señalar a una crítica a la sociedad de consumo, a la sobreproducción, y consumo de alimento que se muestra en The Fifth Element, como un tren de carga lleno de hamburguesas: “El Pecado de La Gula”, sin dejar por fuera, los demás Pecados Capitales presentes en el film.
Por otro lado, es remarcable, que el medio de comunicación más visto/escuchado en The Fifth Element es la radio.
Hay una escena, donde aparece por única vez una televisión, proyectando un comercial de “Croquetas Geminis” y Korben le dice a su gato:
“No veas eso, te va a pudrir el cerebro”, desde esa escena, no aparece más un televisor en The Fifth Element, y la transmisión de radio pasa ser el protagonista comunicativo, incluso para la misión de infiltración al crucero, el gobierno escucha la transmisión de “Radio Cosmo” para saber sobre la operación, también muestran a Ruby Rhod como un personaje con muchos seguidores, sensual entre las mujeres, aunque el personaje muestre lo contrario, y con mucha fama.
Otro aparato comunicativo, que no presenta cambio, es el teléfono, sigue siendo un aparato con un auricular, y un micrófono que se lleva a la oreja para hablar, aunque ya existían las manos libres en 1997, los teléfonos de The Fifth Element solo son inalámbricos, solo Ruby Rhod, muestra un aparato parecido a un manos libre.
También, para la misión de salvar al mundo, se necesita al mejor soldado que La Tierra puede tener:
El retirado Korben Dallas, a quien le llega un correo del gobierno con pasajes al crucero “Paradise”, es raro que una carta de la milicia, llegue atreves de un buzón automático con forma de tubo.
En 1997, ya existían los mails, y es raro que no se haga ningún giño en The Fifth Element de algún dispositivo de conectividad móvil, o mensajes a través de una red, puede ser una alusión al romanticismo de recibir cartas físicas, y/o una crítica a la impersonalidad de los correos electrónicos y chats…
Además, durante The Fifth Element, todos los robots cumplen una función servicial, se los ve en forma de pequeñas máquinas y humanoides, y no presentan mucho protagonismo; pero en un momento, tanta tecnología se hace inútil al no ser capaz de dar una simple palmada y salvar una vida.
Así pues, tras varios obstáculos, los protagonistas se hacen con las piedras, y con la maza de fuego y maldad, apunto de estrellarse con La Tierra, deben dirigirse a Egipto para hacer el ritual, como requisito, cada piedra necesitaba tocar algo de su respectivo elemento:
Tierra, aire, agua y fuego, este último fue muy difícil de encontrar, ya que durante The Fifth Element, Korben siempre busco fósforos en su departamento para prender sus cigarros, y cuando los encontraba, nunca logro encenderlos, porque algo lo distraía, es interesante como en el futuro, se sigue dependiendo de material primitivo como un fosforo, y la idea de que escaseen, puede ser un reflejo de hacia dónde va el planeta, con la sobreexplotación.
Por milagro, Kolben encuentra una caja de fósforos en su pantalón, y con el último cerillo de la caja, logra prender la piedra y salvar el mundo.
No sería la primera vez, que el fuego cambia la historia.
A modo de curiosidad, cuando son repartidas las piedras:
El Aire le toca al joven aprendiz, como metáfora de cambio.
El Agua de la frente del anciano padre Cornelius.
La Tierra de manos del más corriente de los seres humanos, y quien es el personaje que salva el mundo.
Y la piedra del Fuego, le corresponde al personaje más “hot” de la paleta, que al ser tan caliente, no tiene como encender su elemento.
Quisiera resaltar nuevamente como ponen, en este caso, a un “humano” en apariencia, como “Quinto Elemento”
El humano intenta buscar la tecnología perfecta, o más eficiente, sin perder la humanización de esta, por así decirlo.
Muchas tecnologías refieren a brazos, piernas, cabezas, o partes humanas, y en el caso de “El Quinto Elemento”, la tecnología vuela, y su fuente es un “ser humano” en apariencia, pero con sentimientos 100% característicos de la especie.
La música en The Fifth Element es de Eric Serra, habitual en la filmografía de Besson, y acompaña de manera magistral, nunca se queda corta, y el tema “Protect Life” se convierte en símbolo y bandera de The Fifth Element.
“I... am... very... disappointed!”
Confieso que la historia de The Fifth Element daba para bastante más, de hecho, puede dar la impresión, de que se queda corta en algunas explicaciones, podrían haber contado algo más sobre “The Great Evil” o sobre por qué Zorg lo ayuda, incluso, podrían haber profundizado en la historia del protagonista.
Pero… The Fifth Element es el paradigma de la “space opera pop”
¿Qué es lo principal en una comedia futurista?
Divertir, y eso es lo que hace The Fifth Element.
Es un mundo futuro, donde el creador pone las reglas que se mantienen en todo momento, hasta que acaba.
Por otro lado, The Fifth Element no es una película pesimista sobre la trivialidad del mundo en que vivimos, es una película trivial, fruto del mundo en que vivimos, en la que los personajes se manifiestan ajenos a lo que les ocurre.
Nada más abrirse, en el prólogo situado en el Egipto de 1914, el arqueólogo italiano que se topa de súbito con un Mondoshawan, mantiene la compostura, y le pregunta:
“¿Es usted alemán?”
Para mí, The Fifth Element es uno de los mejores argumentos, subliminales, de ciencia ficción de los últimos años.
The Fifth Element te presenta un futuro no muy lejano, con una forma de vida muy cercana a las verdaderas posibilidades humanas, para dentro de un par de siglos.
Debido a la contaminación, los coches, y la mayor parte de la vida, estarán por las alturas; los pisos serán cada vez más pequeños, y tendrás un botón para que vaya subiendo, o bajando, la bañera o la nevera, dependiendo de lo que necesites.
Aunque la verdadera trama de The Fifth Element es un relato algo filosófico de generaciones muy antiguas.
Es curioso que se remonte The Fifth Element a un futuro, para hablarnos de un mito de filosofía egipcia, como son los 4 elementos:
Agua, fuego, tierra y aire.
Esta mezcla de estilos, la convierte en un film muy interesante, con argumento original, y peculiar a la vez, y con una visión muy acertada de un posible futuro.
En esta producción, podemos ver la presentación en sociedad de Milla Jovovich, aquí todavía una extraña.
En suma, una delicia visual, un comic en movimiento, aparentemente tan superficial como un caramelo.
Tal vez esto último sea cierto, pero, con un poco de esfuerzo, podemos ver también, la proyección de un mundo futuro construido por mentes neuróticas, al que peligrosamente nos acercamos.
“Freeze those knees, my chickadees!”
Y como siempre, Hollywood esconde una verdad dentro de una ficción.
Para el neófito, “El Quinto Elemento” era el personaje de Leeloo, representado por Milla Jovovich, pero en realidad “El Quinto Elemento” era “La Luz” que emanaba de su interior, y transmutaba toda la energía en amor hacia la humanidad, y cuyo poder destruía el mal que se acercaba a La Tierra para su aniquilación.
El que tenga ojos que vea.
Toda materia posee luz, porque de luz está hecha.
Tierra, agua, fuego y aire, son consecuencia de distintas densidades de luz manifestándose.
Dicen que cuando una persona es dichosa, o está sumamente feliz, brilla, y literalmente brilla, porque su vibración molecular aumenta, su estado material se sutiliza, y su composición física se acerca al estado primogénito de luz.
Usted no ve el resplandor por su limitado grado de percepción visual, entre 400 y 780 nanómetros, pero puede captar la vibración que esto produce.
Su centro espiritual, procesa la energía de la luz, que luego es tomada por el centro emocional, y convertida en un sentimiento, que el centro intelectual decodifica en una sensación comprensible para el ego.
Cuantas veces le habrá sucedido que, por un acontecimiento sumamente agradable para usted, por unos instantes, todo lo de su alrededor tiene un brillo diferente, como si los colores fueran más intensos, acorde a sus sentimientos, si pudiera mantener ese estado todo cambiaría, eso es transmutación de la materia, usted tiene en su interior, “La Piedra Filosofal” para convertir el plomo en oro, “El Quinto Elemento”, “La Luz Interior”, el amor por el cual llegar al “ser” y liberarlo de su prisión.
En la dimensión tridimensional de la realidad subjetiva, la luz es usada para modificar la realidad por aquellos que conocen como hacerlo.
La luz no es lo que usted ve como luz, la luz es lo que usted no ve.
Dicen que la oscuridad es la ausencia de luz, pero en realidad la oscuridad es luz no manifestada, espacio estático, sin movimiento.
Dicho de otra forma, la oscuridad contiene, en sí misma, a la luz, y la luz a la oscuridad.
En cuanto el espacio se mueve, la luz se manifiesta.
“El Quinto Elemento”, “La Luz”, es el primer elemento de la voluntad divina, oculto en su propio resplandor, responsable de la vida, y el medio por el cual se manifiesta la creación.
Es tan poderosa su energía, que es usada para manipular la realidad, al darle un falso resplandor a las cosas materiales, personas e instituciones, hasta llegar a encandilar, y lograr que las unidades de carbono vuelen como hipnotizados insectos hacia su destrucción.
Pero también, tiene el poder de transmutar la materia, de convertir cualquier metal en oro, cualquier ego oscuro en “ser” luminoso, cualquier unidad de carbono en un Humano, libre, verdadero, y justo con él y con el prójimo, y llevando consigo al planeta entero a una nueva dimensión, donde la luz no sea solo “El Quinto Elemento”, sino también, el primer y más importante sentimiento, que albergue en su interior, luz, amor y paz; Tierra, Aire, Fuego, Agua...
Amor...

“And now we enter what must be the most beautiful concert hall of all the universe!
A perfect replica of the old opera house!
...But who cares?”



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