Der Blaue Engel

“Ich bin von Kopf bis Fuß auf Liebe eingestellt”
(De la cabeza a los pies, estoy hecha para el amor)

En pleno periodo de entreguerras, el paro y la inflación, habían dibujado un paisaje de tintes apocalípticos en Alemania; y se notaba en el arte:
Los cuadros de Georg Grosz, la música de Kurt Weill, las películas expresionistas, y algunas novelas de Hermann Ungar, por poner algunos ejemplos, mostraban signos de descomposición social.
Algo siniestro, comenzaba a incubarse, y bastantes artistas, intentaron expresar un sentimiento de amenaza, entre ellos, el escritor Heinrich Mann… en donde ser un “perdedor” implica muchas cosas;
Puedes perder el dinero, tu casa, tus bienes más preciados, en fin, cosas materiales...
También, puedes perder seres queridos, como la persona a la que amas, un familiar, o un amigo.
Todas estas cosas, obviamente, no en el mismo grado de importancia, duele mucho perderlas, pero la mayoría de las personas, en un momento dado de su vida, se reponen del golpe, y afrontan el futuro con optimismo.
Sin embargo, hay una cosa que podemos perder, y difícilmente podremos recuperar:
La dignidad.
“Por muy gallo que sea un hombre, hay un tipo de mujer que puede hacer de él, una gallina” dice el dicho, donde la perdición, lleva nombre de mujer...
“Ich bin die fesche Lola”
(Soy la sexy Lola)
Der Blaue Engel es un drama de 1930, dirigido por Josef von Sternberg.
Protagonizado por Marlene Dietrich, Emil Jannings, Kurt Gerron, Rosa Valetti, Hans Albers, Eduard von Winterstein, entre otros.
El guión es de Karl Zuckmayer, Karl Vollmuller, y Robert Liebmann, basados en la novela de Luiz “Ludwig” Heinrich Mann:
“Professor Unrat oder das Ende eines Tyrannen” (1905)
Heinrich Mann, hermano mayor de Thomas Mann, fue un escritor alemán, que destacó por sus novelas de temática social, cuyos ataques contra la sociedad, cada vez más autoritaria y militarista, le llevaron al exilio en 1933.
La libre adaptación de la novela de Mann, y la dirección de Sternberg, hacen de Der Blaue Engel, una versión moderna de “Fausto” de Goethe, en la que la mujer, hace las veces de “Mefistófeles”
Por esta vía, Sternberg rinde homenaje de reconocimiento y admiración a F.W. Murnau, y a una de sus películas mudas más prestigiosas; y porque no, al mito de “La Bella y La Bestia”
Der Blaue Engel, fue la primera película sonora, producida en Alemania, y está considerado, como uno de los mejores filmes sonoros alemanes de todos los tiempos; que curiosamente fue prohibida en la Alemania nazi en 1933, así como todas las obras de Heinrich Mann, y Karl Zuckmayer.
Der Blaue Engel, fue la primera de Marlene Dietrich, como actriz principal, y la catapultó hasta el estrellato.
Se dice que Josef von Sternberg, construyó en torno a Marlene Dietrich, el mito de la diva, ya que le rindió devoción al rodar 7 filmes con ella; pero en sus memorias, narra con claridad, todas las dificultades que tuvo para hacer de ella, que no sabía inglés, una gran estrella.
Una vez establecido el mito, La Dietrich quedó en parte atada a esa imagen que le daba fama, y viviría toda su vida en pos del refinamiento continuo de su apariencia enigmática.
Y es que Der Blaue Engel, causó gran revuelo en los años 30, porque Marlene Dietrich apareció con los muslos descubiertos; siendo una de las primeras actrices de cine en hacerlo, pues era considerado “prohibido” y tabú por la osadía.
Der Blaue Engel se rueda en Berliner Union Film Studio, en Tempelhof, Berlín; y en Universum Film Aktengeseelshaft6 en Berlín; siendo producido por Erich Pommer para Universum Film AG (UFA)
Como dato, Der Blaue Engel se rodó simultáneamente, en versiones alemán, y en idioma inglés, aunque esta última versión, se creía perdida desde hace muchos años…
La versión alemana, es mucho más conocida; y la versión en idioma inglés fue descubierta, en un archivo de cine alemán, siendo restaurado.
La versión restaurada en inglés, tuvo su estreno estadounidense, en el teatro de Castro, en San Francisco, el 19 de enero de 2009, como parte de la “Berlin and Beyond” del Festival de Cine de San Francisco.
Der Blaue Engel suma drama, romance, musical, y análisis de situaciones históricas.
La acción transcurre durante los años 1920s, haciendo una similitud de la propia historia, con la de La República de Weimar (1919-1933), donde la personalidad de la gente, se ha vuelto más dura, se han perdido muchos valores, y personas respetables y tradicionales, pueden acabar sucumbiendo en esta locura de sistema.
La actitud de la gente, la forma de actuar, la constante humillación hacia los débiles, como medio de personificación de la fuerza... algo propio del ser humano, pero resaltado con acierto en Der Blaue Engel.
Así pues, en una pequeña ciudad portuaria, el profesor Immanuel Rath (Emil Jannings), es un solterón de 50 años, conservador, sexualmente reprimido, y gran moralista.
Molesto por la llegada de un espectáculo “burlesque”, y la distracción que representa para sus alumnos, Rath se dirige a reprender a sus integrantes.
En especial, a la cantante Lola-Lola (Marlene Dietrich), de quien sus alumnos parecen estar obsesionados…
Pero el profesor, es atrapado por los encantos de la seductora Lola-Lola, ya que en ella late un punzante erotismo, que se da asociado a conductas maliciosas; y empieza a frecuentar el espectáculo, dejando de lado su trabajo, e ideas; y termina casándose con ella…
La luna de miel, dura hasta que la cuenta bancaria de Rath, queda en cero.
A partir de entonces, su vida será un descenso a los infiernos de la humillación, y de la degradación moral y, el profesor, es expulsado de la escuela.
Tras casarse, empieza un largo proceso de envejecimiento, y que comenzará una gira como actor, en compañía de su amada, y otros actores ambulantes.
Lola-Lola, ha hecho trizas la dignidad de Rath, quien ahora viaja con ella como un payaso…
Consumido por el deseo y la desesperación, el pobre hombre, pierde el sentido de la realidad, y cae en profunda depresión.
Lola lo obliga a regresar a su pueblo, poniéndolo en escena, como un payaso.
Sus antiguos discípulos llegan a visitar el local denominado “Der Blaue Engel” o “El Ángel Azul”, y ven a su ex-profesor degradado, y reducido a un escombro de persona.
Desilusionados, le llaman “El Professor Unrat” o “El Profesor Basura”
Desesperado y desquiciado por la humillación, Rath intenta estrangular a Lola-Lola; pues lo abandona por otro hombre…
Sin poder soportar la humillación, Rath regresa a la escuela, entra en el salón de clases, y cae en el piso.
El Profesor Rath, está muerto, abrazado a un pupitre…
Der Blaue Engel es una cruel historia de amor y destrucción, entre un profesor y una artista de varietés.
Ambientada en la Alemania de los años 20, presenta desde una perspectiva marcadamente moralizadora, las dificultades insalvables de una relación tan desigual.
La represión extrema de los instintos, condice a la pérdida de la dignidad.
En efecto, el protagonista es un hombre maduro y culto, de posición acomodada, y que goza de prestigio intelectual entre las personas biempensantes.
Ella, a su juventud y belleza irresistible, añade una buena dosis de coquetería, lo que la convierte a los ojos de los hombres, en una mujer “fácil”
El tránsito desde su frivolidad, a su condición de “femme fatale”, que encarnaría como nadie, la mítica Marlene Dietrich, dirigida por el cineasta que mejor supo entenderla, es descrito a lo largo de los 86 minutos que dura la obra.
Y es que Der Blaue Engel, respira una extraña atmósfera, perniciosa, y asfixiante:
El cabaret, es centro de reunión de maleantes, malhechores, marinos sin rumbo, estibadores dados al robo, noctámbulos, jugadores, proxenetas, y estafadores.
La percepción que llega al espectador, se crea mediante proyección de sombras siniestras, la reiteración de reflejos de rostros en espejos, sonidos ambientales, diseñados con habilidad, imágenes de rostros envejecidos prematuramente, e innumerables detalles bien manejados, y combinados adecuadamente por el realizador.
El mensaje de Der Blaue Engel, es claro y directo:
“Los cuentos de hadas no existen”
En esta genial obra, vemos lo cruel que puede llegar a ser una mujer, y los límites de la humillación a los que puede llegar un hombre.
La bondad y los actos generosos por amor, no sólo no están recompensados, sino que son explotados por otros, con un carácter más perverso y egoísta.
Los temas de la pérdida de estatus social, y el respeto ligado a la clase profesional; lo convierte en una interesante reflexión sobre el poder, el influjo de una mujer sobre un hombre, hasta el punto de llegar a cambiar su vida, de destruirla, y provocarle la locura, y la muerte.
Una obra reflexiva, que escarba en lo más profundo del derrumbe anímico y moral de la dignidad, y la respetabilidad de una persona, que se consume en el fragor de las delicias carnales y mundanas.
Una obra que no envejecerá nunca, por abordar un tópico siempre vigente.
“Kinder, heut abend, da such ich mir was aus”
(Los niños, esta noche, buscan lo que hago)
Josef von Sternberg, es uno de esos directores de origen europeo, más concretamente de origen austríaco, que revolucionaron el mundo del cine en los años 30 y 40, y tomaron una posición fuerte en Hollywood, influenciando a multitud de directores posteriores.
Cabe destacar entre ellos, a 2 mitos del cine, como Billy Wilder y Fritz Lang.
Pionero del cine sonoro, Der Blaue Engel integró de manera excepcional, el sonido en la trama, adelantándose a otros filmes que lograrían lo mismo, años después.
Con Der Blaue Engel, el cine sonoro alcanzó la consolidación que buscaba desde que Al Jolson pronunció las primeras palabras en la pantalla; siendo un filme exitoso, que demostró que el cine alemán, podía explotar hábilmente, elementos como el humor, el melodrama, y los números musicales, y sentar así, las bases para innumerables imitaciones.
Al integrar la herencia expresionista, con las nuevas técnicas sonoras, von Sternberg, creó un balance entre el histrionismo de Jannings, y la frescura de La Dietrich, modelo de vitalidad, y falta de prejuicios.
Es este equilibrio, el causante de la energía, y el atractivo de Der Blaue Engel, que de ninguna manera es parcial hacia la actriz.
De rostro majestuoso, voz rica en matices profundos, personalidad ambigua y sensual, el mito, Marlene Dietrich, nació en medio de la decadencia de una Europa que se caía a pedazos, con el humo de los cigarrillos, y la ruidosa música de jazz, como telones de fondo.
Siguiendo un esquema narrativo clásico, Josef von Sternberg, articula la historia en 3 bloques:
Al proceso de enamoramiento corresponde el primero; a la crisis marital y posterior desencanto, el segundo bloque; y al deterioro de la convivencia conyugal, que culmina con la ruina psíquica y moral del protagonista, el tercero de ellos.
De toda la historia, será testigo mudo un payaso, cuya triste mirada opera como un acta notarial, que registra minuciosamente cuanto sucede en la escena del drama.
A pesar de que su figura, aparece y desaparece continuamente durante el desarrollo del drama, su notoriedad omnipresente, sólo parece pasar desapercibida para un profesor, cuya realidad está absolutamente determinada por un código de valores, incapaz de categorizar aquella triste existencia, novedosa en su vida.
El desprecio de su apariencia tragicómica, se convierte en una cruel venganza del destino, que le hará asumir a Rath, el papel de payaso, y trasunto de aquél:
“Cuando ya no sirva para nada”
La sustitución de su propio papel por Rath en el espectáculo, es uno de los recursos de que se servirá el director, para enfatizar lo triste del profesor humillado.
Un destino que queda perfectamente enmarcado en la secuencia final:
Tras la crisis de explosividad, que ha llevado a Rath, en pleno arrebato de celos y mientras cacarea su canto lastimero de gallo castrado, a intentar el estrangulamiento de Lola-Lola, oímos a ésta cantar de nuevo desde el escenario:
“Ich bin vom Kopf bis Fuss”, como si nada hubiese pasado…
El profesor, con el pánico y la desorientación reflejados en su rostro, aprovecha para coger su sombrero y su abrigo, marchándose del local, con la sola compañía de las sombras, mientras se aleja del Blaue Engel.
El público aplaude la actuación de Lola, que permanece sentada con gesto entre pensativa y satisfecha.
Se oyen unas sirenas al fondo; el profesor consigue llegar a la escuela con dificultad, toca la campanilla, y un hombre provisto de una linterna, le abre la puerta.
Como si fuera un autómata, se dirige escaleras arriba, en busca de su aula.
Cuando el celador lo encuentra dentro, lo enfoca con la linterna, y lo descubre inmóvil, aferrado a su mesa de trabajo.
El hombre intenta soltarlo, pero no puede...
Al final, podemos ver como Rath nunca tuvo nada, siempre fue un perdedor, tanto como profesor, como en la vida cabaretera.
Y la secuencia final, en la que observamos al profesor Rath aferrado a su mesa, su tabla de salvación, que fue el símbolo totémico de su poder, y de autoridad moral, así como la razón de su existencia, y reconocimiento social; mientras esto sucede, se oyen unas campanas como música de fondo…
Lola-Lola concluye su actuación, ostentando con orgullo un sombrero de copa, en abierto desafío al dominio del hombre, que habría de componer para siempre, uno de los iconos más reconocibles de la imaginería cinematográfica, sobre la autoafirmación femenina.
Un “travelling” final, nos aleja hasta el fondo del aula, enmarcando la figura del profesor, en el escenario docente que nunca debió abandonar.
Fundido en negro, único final posible, para una historia tan oscura.
El tratamiento atmosférico, siempre ha sido un aspecto sobresaliente en los trabajos de Josef Von Sternberg, con especial incidencia en los aspectos lumínicos, con huellas del expresionismo, expositores del nocturno ambiente, y el desarrollo de sus personajes.
Y es que Der Blaue Engel, está claramente influenciada por el estilo de F.W. Murnau de los años 20.
Hay una escena, que es todo un homenaje claro, cuando uno de los chicos, está durmiendo, y vemos una sombra amenazadora en la pared, que está a punto de abalanzarse sobre él, que irremediablemente nos recuerdan al “Nosferatu, eine Symphonie des Grauens” (1922)
Pero donde más se ve, es en las tomas exteriores de la ciudad, que son dibujos muy parecidos a los usados en el cine mudo alemán.
Además, el propio profesor Rath, también nos recuerda con su capa, su sombrero, y su bastón, al mismo Doktor Caligari de “Das Cabinet des Dr. Caligari” (1920)
Der Blaue Engel, nos arrastra en todo momento, por un agobiante “tour de forcé”, que nos permite experimentar de primera mano, los sentimientos del profesor, junto a su angustia y agonía; porque ha caído en una tela de araña, de la que no puede escapar, únicamente pegarse más y más, hasta su caída final; gracias a la soberbia interpretación, de ese monstruo de la actuación que fue, Emil Jannings.
Una pareja como la formada por Rath y Lola, ya contenía todos los elementos de fricción, como para convertirse en una situación explosiva.
Mientras que al profesor Rath, se le describe como alguien intransigente con sus alumnos, cariñoso con su pájaro, y depravado con Lola-Lola; de ella se ofrece la misma imagen a lo largo del metraje:
Frente a alguien como él, incapacitado para amar a sus semejantes; ella es una mujer que no puede conformarse jamás, y que ha de entregarse a cuantos se cruzan en su camino.
Y no tanto por la diferencia de edad, de posición social, de nivel cultural…
Experiencias personales tan asimétricas, trayectorias vitales tan distintas, actuaban como factores de riesgo añadidos a los propios condicionamientos de la pareja, y sus diferentes expectativas.
La superioridad intelectual del profesor, ocultaba su inseguridad emocional, y su dependencia afectiva.
La facilidad de comunicación de Lola, y su innegable encanto, ocultaban su dificultad de profundizar en cualquier relación, y su empeño en mantener su independencia, libre de ataduras.
Una relación, que muy pronto habría de desequilibrarse, conforme surgieron las primeras dificultades, al crearse vínculos humillantes de servidumbre y dominio de matiz sadomasoquista.
Los anhelos frustrados del posesivo profesor, darían lugar a una creciente y enfermiza celotipia, sostenida por la provocativa coquetería de Lola, desde su brillo estelar, y sus infidelidades entre bambalinas del cabaret.
La explosión irascible del enajenado Rath, sería no sólo la exigencia de un guión efectista, sino su derivación consecuente, implícita en el principio, por pura “lógica sentimental”, si es que cabe tal arbitrariedad en el mundo irracional de las emociones; lo que todavía hoy, se sigue llamando “locura pasional”
Por supuesto, esa imagen rompía con la idea de posesión exclusiva, que el hombre tenía con respecto a las mujeres.
El cineasta, quiso con sus películas, ayudar a entender, que las mujeres habían cambiado, abandonando la pasividad.
Y hay mucha gente que sigue rechazando sus películas, porque son artificiosas en exceso.
Pero una cosa está clara, la obra de Sternberg, es cine puro, en el que el artificio, pretende conducirnos a la realidad, o al menos, a ayudarnos a entenderla.
Emil Jannings, eligió este papel, para que fuera su primera película hablada, eso se nota en las actuaciones, con muy poco dialogo, y mucha expresividad.
Por otra parte, ésta permitió, que el realizador conociera a su gran musa, Marlene Dietrich, elevada de golpe al rango de estrella, lo que sería el principio de una carrera juntos.
Concebida en un principio como un vehículo destinado al lucimiento de Emil Jannings, Der Blaue Engel es hoy en día, objeto de veneración por ser la primera película que puso de manifiesto, el sofisticado encanto de la leyenda del celuloide, Marlene Dietrich.
Consciente siempre de la imagen que daba en la pantalla, Marlene Dietrich, que tenía ya cerca de 17 películas de poca monta a sus espaldas, cuando interpretó Der Blaue Engel; para el mundo, ella embrujó las pantallas por primera vez en “Morocco” (1930) del mismo von Sternberg, estrenada antes que Der Blaue Engel.
La opulenta y generosa figura de Lola-Lola, había sido estilizada, para adquirir una elegancia “art-déco”, que se convirtió en el sello Dietrich; que cuando vio acercarse la vejez, se alejó de la vida pública, para no romper su imagen legendaria.
Hay varias escenas destacables, que marcan la evolución de los personajes, puesto que Der Blaue Engel, es ante todo visual:
Nos presentan a un profesor solitario, torpe, y despistado; cuando el profesor conoce a Lola en su camerino, y ella, que ya lo ha visto desde el escenario, coquetea, y le deja caer su ropa interior...
Al día siguiente, él ya no simpatiza con el alumno moralmente correcto...
En su siguiente encuentro, ella le dice:
“Sabía que volvería, todos vuelven a mí”, luego se maquilla delante de él, y sigue jugando.
Rath, termina durmiendo en la cama de Lola, y por la mañana, ella le sirve café:
“Si quisieras, podrías tomarlo todos los días”, antesala del despido en el liceo.
La petición de mano, es el principio de las humillaciones que irá soportando en su vida, juntos.
Pasado el tiempo, ella, que le mantiene económicamente, le dice:
“Si no te gusta, puedes irte”
Pero él siempre vuelve, porque la adora, y le ayuda a vestirse para actuar...
En las escenas finales, Lola demuestra una pizca de amor, pero se ha cansado de su juguete…
El profesor, toca fondo, estremecedora la escena del cacareo vestido de payaso, y va a morir a su lugar.
Aquí, se hace uso de una larga sucesión de signos, y símbolos, que alimentan el clima claustrofóbico, como graznidos de gansos que evocan la estupidez y la hipocresía humana; toques fúnebres de campanas, el carillón del reloj de la plaza, las figuras deformes y fantasmagóricas de los apóstoles, que desfilan a las 12; jilgueros enjaulados, el aspecto ruin del local, su abigarrada decoración, el desorden, y la suciedad que soporta, etc.
No son ajenos al fenómeno, las diversas referencias que se proponen del encierro y de la muerte, como el jilguero, los viejos carteles de interior, que recuerdan actores y actrices jubilados, o fallecidos, etc.
Refuerzan las sensaciones citadas, la forma laberíntica del local, la degradación que ostentan personas y objetos, los sonidos engañosos de las sirenas del puerto, etc.
Por contraste, resultan hirientes, los regalos cada vez más ostentosos que exhiben algunas chicas, como abrigos de pieles, joyas...
La historia admite muchas interpretaciones; aún hoy en día, se suele ver como la típica relación, entre un profesor envejecido, y una cabaretera que encarna lo peor de un pueblo en plena decadencia.
También, se ha querido ver en ella, el retrato de los vicios ocultos de los seres humanos, y su floración en los márgenes sociales.
Y, por supuesto, no faltan las lecturas que la definen, como una visionaria metáfora, sobre el advenimiento del nazismo.
Lo cierto es que, con Der Blaue Engel, se fraguó el mito que destruyó a quienes se vieron envueltos en él.
Por otro lado, los números musicales de Frederick Hollander, Robert Liebmann, Richard Rillo, y Franz Waxman, están muy bien integrados.
Como por ejemplo, las 2 interpretaciones de “Falling In Love Again”
La misma canción, suena la primera vez, en sintonía con el ambiente en ese tramo del metraje, como una canción romántica y seductora; mientras que al final, nos deja entrever, el oscuro y revelador mensaje que oculta.
Resume perfectamente, la transformación de la visión que de la propia Marlene/Lola, tiene el profesor, y el público.
“Nimm Dich in Acht vor blonden Frau'n”
(Tenga cuidado frente a la señorita rubia)
Der Blaue Engel es, por encima de todas las consideraciones, un film alemán.
No tanto por la productora UFA, ni por su director, Josef von Sternberg, en realidad austro-estadounidense, ni por sus actores, Emil Jannings, suizo nacionalizado alemán, ni siquiera por Marlene Dietrich, quien por su “pura raza aria”, bien pudo haber sido la súper estrella del régimen nazi, si tras su traslado a EEUU, hubiese atendido las peticiones de regreso del propio Alfred Hitler, a quien no sólo contrarió, sino que además, combatió apoyando a las tropas aliadas…
Tampoco el hecho de ser el primer film sonoro germano, confiere mayores singularidades nacionalistas a Der Blaue Engel.
Der Blaue Engel es alemán, porque refleja una sociedad, la alemana, que tras perder una guerra, tiene “tocadas” sus señas de identidad, y donde la búsqueda del orgullo patrio, acabará germinando en las ideas del régimen nazi.
En la medida en que el cine es el espejo social, el cine de entre guerras, es cine de desencantos, de búsquedas de sentidos, de clases burguesas desacomodadas, y de orgullos heridos… el pueblo busca caminos que les lleven a sus dignidades perdidas, y a esas verdades, propias e indiscutibles, escritorios escolares a los que aferrarse, como tabla de salvación académica en un naufragio de dementes.
La interrelación que tiene lugar, entre el cine y las demás artes, encuentra uno de sus ejemplos más logrados, en Der Blaue Engel.
Por otro lado, el cineasta austríaco, convierte su película, en heredera del mito finisecular de la “mujer fatal”, y recurre a 2 tipos diferentes de fuentes, para crear a su inmortal personaje, Lola-Lola:
De un lado, la literatura, puesto que Sternberg, parte de una novela de Heinrich Mann, para desarrollar su guión; del otro, la iconografía, al aplicar a la protagonista femenina, diversos iconos del imaginario occidental, que quedaron vinculados al arquetipo de “La Femme Fatale” en la segunda mitad del siglo XIX.
Lo que impulso a Josef von Sternberg, a fijar sus ojos en la todavía cantante alemana, Marlene Dietrich, cuando se apoyaba contra los bastidores del “Komodie Theater” una noche de 1929; era su absoluta falta de sentimientos, su impasibilidad.
“Frio desdén”, recordaba von Sternberg, en su autobiografía, 36 años después...
Y es que Marie Magdalene “Marlene” Dietrich, fue una actriz y cantante alemana, que adoptó la nacionalidad estadounidense, que fue considerada posteriormente, como uno de los más evidentes mitos del Séptimo Arte, y también, como la 9ª mejor estrella femenina de todos los tiempos, según el American Film Institute.
Marlene Dietrich, comenzó su fama con el famoso personaje de Lola-Lola.
Allí, su atracción era muy cruda y directa, tenía un físico rollizo, al gusto germano, y desarrollaba la clásica seducción y sometimiento del hombre, con una indiferencia cínica y demoledora, aunque bañado en los claroscuros post expresionistas, que otorgan a su papel, el cariz fatalista e inquietante, de una fuerza ciega de la naturaleza.
Se conocen las reiteradas declaraciones del director, donde se atribuye la creación de Marlene.
Entre ambos, crearon un símbolo mítico, que fue más allá de las elaboraciones publicitarias:
Marlene, era una imagen artificiosa, complicada, casi fantástica, de lo que entonces se llamó “Mujer Fatal”; y sin embargo, esa desenvoltura visual que correspondía, sobre todo a la imaginería visual delirante y barroca de Sternberg, tenía detrás a una mujer de sexualidad muy directa y autentica, sin la cual, seguramente, todo lo demás hubiese sido un decorado inoperante.
Curiosamente, Dietrich nunca se integró realmente en la industria de Hollywood, siendo siempre independiente del gusto general en su país de adopción.
Su fuerte acento alemán, dio un toque extra a sus interpretaciones, pero la etiquetó como “extranjera” a los ojos de los estadounidenses.
La diva, fue además, un icono de la moda para los altos diseñadores, así como para las estrellas que la sucedieron.
Popularizó, entre otras prendas, el uso de pantalones, lo cual, junto con su imagen pública, y las insinuaciones de bisexualidad, en alguna de sus películas, contribuyó a menudo, a crear fuertes rumores, nunca confirmados por ella, sobre su vida sentimental.
Marlene, fue famosa por su pulcra apariencia, su compleja, y estudiada figura, su buen vestir, que impuso la moda del pantalón femenino, y su imagen de “femme fatale” convirtiéndola en un icono de la elegancia y el glamour, que siempre apareció como parte de brillo hollywoodense.

“Ein Mädchen oder Weibchen wünscht Papageno sich!”
(Una niña o las mujeres desean al Papageno!)



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