On The Road

“The best teacher is experience”

El “Beat Generation”, se refiere a un grupo de escritores estadounidenses de la década de los 50, así como al fenómeno cultural sobre el cual escribieron.
Algunos elementos definitorios, son:
El rechazo a los valores estadounidenses clásicos, el uso de drogas, una gran libertad sexual, lo que incluye superar los prejuicios sobre la homosexualidad, y el estudio de la filosofía oriental; o fuentes de inspiración similares, tales como el jazz.
La palabra “beat” entre la comunidad afroamericana, tenía el significado previo de “cansado”, o “abatido”, “beat down”; pero la propuesta de su uso, para denominar esta comunidad de amigos y escritores, surge durante una conversación entre Jean-Louis “Jack” Kerouac, y John Clellon Holmes, en 1948, en la que Kerouac recuerda, haber oído la expresión de Herbert Huncke, un conocido personaje de la época de vida marginal.
La intención de sus miembros, no era la de nombrarla, sino la de “desnombrarla”
A la difusión del término, también contribuyó que, a finales de 1952, apareciera en el New York Times, un artículo de John Clellon Holmes titulado:
“This is the Beat Generation”
Pero el término comenzó a utilizarse de tal manera, que en 1959, Kerouac consideró necesario, sugerir otro sentido a la palabra “beat”, indicando sus relaciones con “beatitud/upbeat”, y “beatífico”
Según el autor, el movimiento estaba atraído por la naturaleza de la conciencia, orientada a la comprensión del pensamiento oriental, prácticas de meditación, etc.
Esta nueva forma de ver las cosas, dejó su principal influencia y legado, en la posterior contracultura, o movimiento hippie.
Las principales obras literarias de esta corriente “beat”, son:
“Howl” (1956) de Allen Ginsberg; “On The Road” (1957) de Jack Kerouac; y “Naked Lunch” (1959) de William S. Burroughs.
No obstante, los escritos de Kerouac, reflejan la firme voluntad de liberarse de las asfixiantes convenciones sociales de su época, así como la búsqueda de un sentido a la existencia.
Compañeros de esta búsqueda, fueron:
Las drogas, como la marihuana o la bencedrina, y el alcohol.
La búsqueda existencial, lo lleva también a la religión, y la espiritualidad, especialmente al zen...
Todo ello, en un continuo reanudarse de viajes, a lo largo y ancho de EEUU.
“On The Road” es la novela más conocida de Kerouac, y una oda a los grandes espacios, a la epopeya hacia el oeste, al descubrimiento de un nuevo mundo, que se convirtió en una obra de culto de la juventud; siendo escrita en su mayor parte, entre 1948 y 1949, terminada en 1951, y publicada por primera vez, en 1957, en la editorial estadounidense, Viking Press.
La novela es en parte autobiográfica, escrita como un monólogo interior, y está basada en los viajes que Kerouac y sus amigos hicieron por los Estados Unidos y México, entre 1947 y 1950; y contribuyó a la mitificación de la ruta 66.
También, está considerada como la obra definitiva de La Generación Beat, y recibe su inspiración del jazz, la poesía, y las drogas, describiendo un modo romántico y bohemio de vida.
El libro, “On The Road”, es uno de los clásicos más influyentes del siglo XX, y aún hoy, se sigue reeditando a un ritmo de 100,000 copias anuales, siendo considerado por la revista Time, como una de las 100 mejores novelas en idioma inglés, editadas desde el nacimiento de la revista, en 1923, hasta la actualidad.
Con esta novela, Kerouac fue calificado como el nuevo Charlie Parker, y su estilo fue denominado como prosa espontánea, y comparado con el “Be Bop” debido a su ritmo frenético e improvisado.
“On The Road”, fue escrita en sólo 3 semanas, mientras Kerouac vivía con su 2ª esposa, Jane Haverty, en un apartamento en el #454 de la calle 20, oeste de Manhattan; y fue mecanografiada sin márgenes ni párrafos diferenciados, en un largo rollo de papel, al que Kerouac llamaba simplemente “el rollo”
Contrariamente a la leyenda, Kerouac no utilizó más drogas que el café, para escribir la novela.
El rollo original, actualmente es propiedad de James Isray, el propietario del equipo de fútbol americano Indianapolis Colts, quien lo compró por una elevada suma de dinero, y permite su exposición en universidades, museos, y centros culturales.
En 2007, se descubrió que Kerouac, empezó a escribir “On The Road” en francés, lengua materna, en la que escribió además, 2 novelas no publicadas.
La legendaria historia sobre cómo escribió Kerouac “On The Road”, pasa por alto la tediosa organización y preparación previa, antes de su explosión creativa.
Kerouac, llevaba pequeños cuadernos, en los que escribía notas para preparar la novela durante sus ratos libres, algunas de las cuales, fueron incluidas en el libro, pese a haberlas escrito como notas sin ordenar, 7 años antes de sus viajes.
De hecho, él mismo corrigió la novela varias veces, antes de que el escritor y asesor de la editorial Viking Press, decidiera publicarla.
El libro, comienza presentando al impulsor de la mayoría de las aventuras, que tienen lugar a lo largo de la novela:
Dean Moriarty, pseudónimo de Neal Cassady, quien fuera el alocado “hipster” que se convirtió en héroe de todos los “beats”
El narrador, es Sal Paradise, álter ego de Kerouac, fascinado por su ecléctico grupo de amigos, por el jazz, por los paisajes de EEUU, y por las mujeres.
En el primer párrafo de la novela, se puede leer:
“Con la aparición de Dean Moriarty, comenzó la parte de mi vida, que podría llamarse mi vida en la carretera”, en el que Moriarty ya es presentado como el instigador e inspirador de muchos de los viajes de Sal.
La ciudad de New York, es el punto de partida de la aventura, donde poco antes de la llegada de Moriarty, Kerouac/Paradise, conocería a Carlo Marx, sobrenombre de Allen Ginsberg, quien pronto se convertiría en su mejor amigo en la ciudad.
Sal, define a Dean, como el estafador, santo, de mente brillante; y a Carlo como el estafador, poético, y doloroso, de mente oscura.
Carlo y Dean, hablan de sus experiencias con sus amigos por todo el país, y Sal se queda fascinado con ellos, y con otros que irá conociendo más tarde en sus viajes.
Pensando en el cine, la adaptación de “On The Road”, había estado en espera por años…
En 1957, el mismo Jack Kerouac, le escribió una carta de una página, al actor Marlon Brando, sugiriéndole que interprete a Dean Moriarty, mientras que Kerouac interpretaría a Sal Paradise.
En la carta, Kerouac se imaginaba la película, siendo filmada “con la cámara en el asiento delantero del auto, mostrando la carretera, día y noche”
Brando, nunca respondió la carta, y más tarde, Warner Bros., ofreció $110,000 por los derechos de libro de Kerouac, pero su representante, Sterling Lord, no aceptó.
Lord, esperaba $150,000 de Paramount Pictures, quienes querían a Brando en la película.
El acuerdo no se concretó, y a Kerouac le molestó, que su representante pidiera tanto dinero.
Fue hasta que el cineasta, Francis Ford Coppola, compró los derechos en 1979, cuando nacieron otras posibilidades, pero Kerouac ya llevaba 10 años de muerto por un derrame interno a los 47 años de edad.
Su canto a la liberación espiritual, derivó hacia una liberación sexual, que hizo de catalizador en los movimientos de liberación de la mujer y de los negros, el ascenso de la contracultura hippie, e indirectamente, a la liberación de los homosexuales.
También, su libro influyó a un gran número de personajes de la cultura de EEUU, en especial, a músicos como:
Bob Dylan, Tom Waits, Tuli Kupferberg, The 1975, Jim Morrison, Arthur Lee, y Janis Joplin, entre otros.
El género cinematográfico del “road movie”, recibe una influencia directa de las novelas de Kerouac, especialmente en el ámbito de la técnica narrativa.
“I'd gotten so crazy over Dean”
On The Road es un drama, dirigido por Walter Salles, en 2012.
Protagonizado por Garrett Hedlund, Sam Riley, Kristen Stewart, Amy Adams, Tom Sturridge, Danny Morgan, Viggo Mortensen, Alice Braga, Elisabeth Moss, Kirsten Dunst, Terrence Howard, Steve Buscemi, Madison Wolfe, entre otros.
El guión es de José Rivera, y es una adaptación al cine, de la novela de Jack Kerouac del mismo nombre.
La historia, está basada en los años que Kerouac pasó viajando por EEUU, en la década de 1940, junto a su amigo, Neal Cassady, y otras figuras, como:
William S. Burroughs, y Allen Ginsberg.
Los personajes, están basados en personas de la vida real, Jack Kerouac explicó en su momento:
“Debido a las objeciones de mis primeros editores, no pude usar los nombres verdaderos de cada persona”
Como anticipo de la película, Salles realizó el documental:
“Searching for On The Road”, en donde hizo el mismo viaje por carretera que el protagonista de la novela, Sal Paradise, y habló con poetas “beat”, que conocieron a Kerouac.
Lo hizo para entender “la complejidad de la prosa jazzística, y el clima sociopolítico de ese periodo”
Salles, estuvo a veces, acompañado por el guionista de la película, José Rivera, además de pasar 6 meses leyendo a Kerouac.
A continuación, Rivera comenzó a escribir el guión, produciendo aproximadamente 20 borradores.
Los últimos borradores, se alejaban más del libro, y se acercaban al manuscrito original, que había sido mecanografiado en un rollo de papel de más de 35 metros, que tenía todos los nombres reales.
Así pues, después de la muerte de su padre, Sal Paradise (Sam Riley), un neoyorquino aspirante a escritor, conoce a Dean Moriarty (Garrett Hedlund), un encantador ex convicto, casado con la muy libre y seductora Marylou (Kristen Stewart)
Sal y Dean, se afianzan instantáneamente; decididos a no quedar atrapados en una vida limitada, cortan sus respectivos lazos, y se dirigen a la carretera con Marylou.
Sedientos de libertad, los 3 jóvenes salen en busca del mundo, de otros encuentros, y de ellos mismos.
Son el retrato de La Generación Beat, viviendo el aquí y ahora, durante los años 1940.
Su búsqueda de “eso”, resulta en un energético, y acelerado viaje, con altos y bajos, a lo largo de los Estados Unidos.
La particular odisea de este grupo de personajes, voluntariamente inadaptados, tiene un atractivo inmediato, a pesar de sus excesos, porque resultan muy humanos y cercanos, por diferentes que sean sus vidas de las nuestras, y eso ocurre, porque les motivan las mismas cosas que al espectador:
El amor, el desamor, la amistad, y sentirse libres.
On The Road es un canto a la vida, y un retrato de un momento histórico de cambio, y de confusión, en el que la juventud buscaba la desinhibición y la libertad, representadas por el sexo desmedido, y el consumo de drogas.
Es, en pocas palabras, la voz de La Generación Beat de posguerra, hambrienta de ver mundo, y de huir de las preocupaciones adultas, en una suerte de viaje iniciático, romántico, literario, y visionario.
“This is the first time actual sex has been part of my relationship with a man.
And this is how you love”
El novelista y poeta Jean-Louis Kerouac, está considerado uno de los autores estadounidenses, más importantes y relevantes del siglo XX, una leyenda, a la que ayudó, como suele ocurrir, una muerte “antes de lo previsto”
Conocido como el “King of the Beats” por la comunidad “beat”, su influencia se extiende por entre otros, y cómo no, el género cinematográfico de la “road movie”, siendo su obra más conocida y representativa, esta, “On The road” (1957), que vendría a ser algo así como, “La Biblia de la Beat Generation”
“On The Road” es una novela, durante muchos años considerada como inadaptable, porque buena parte de la fuerza de Kerouac, está en el lenguaje, en la retórica, algo extremadamente difícil y complejo de plasmar con éxito, en una pantalla de cine.
Entiéndaseme bien, que han habido adaptaciones muy buenas, y últimamente, se ha convertido en un filón, sobre todo, porque muchos escritores ahora escriben ya pensando en la película que se va a hacer de su libro, que más que un libro, parece un guión.
Así pues, Salles ha elaborado cuidadosamente, una versión delicada, poética, y dolorosamente romántica del libro de Kerouac, que capta la fugacidad de la existencia de sus personajes, y la pureza de sus rebeldes ganas de encontrar la esencia de la vida.
Aquí no hay una trama como tal, y nadie debe buscarla en esta historia...
Salles se confiesa, como un gran admirador del libro “On The Road”, y ha tratado de ser lo más fiel posible, buscando las localizaciones auténticas, e incluyendo líneas escritas por Kerouac, tanto con voz “en off”, como escritas en la pantalla.
On The Road, es un relato de carácter episódico, donde nunca está claro, qué lugar ocupan cada una de esas puntuales vivencias, en la experiencia vital de sus protagonistas.
Los personajes viajan, beben, follan, y hablan, se juntan y se separan, entran y salen de la historia, pero es muy difícil encontrar cierto grado de empatía, con las sensaciones que transmiten.
Esta incapacidad, ya estaba en el libro, y On The Road solo la consigue acentuar.
El resultado, es una adaptación plana y superficial, que no se adentra en las emociones, y el punto de vista poético de las vivencias de Sal.
No explota la imagen, no busca metáforas, y opta por lo fácil, agarrarse al texto.
Así que cuenta lo que ocurre, expone lo exterior, y lo hace con delicadeza, y corrección, pero no consigue plasmar el espíritu, el interior.
Y el caso es que On The Road, se queda a medio camino en muchos de sus elementos.
Las peripecias de un joven aspirante a escritor, con el alias de Sal Paradise, marcado por la forma despreocupada de vivir de otro joven, Dean Moriarty, están narradas con un estilo fragmentado, y a menudo, sin un rumbo claro.
A falta de un desarrollo gratificante, desde un punto de vista convencional, sí asistimos a una auténtica aventura, en el que los personajes se la juegan en todo momento.
Si les falta dinero o gasolina, deben robar para comer, o realizar cualquier trabajo diurno que surja.
Si su pareja, o sus familiares les abandonan, buscan la excitación o el consuelo en otra parte.
En gran parte del metraje, tanto Sal como Dean, luchan por su supervivencia, en el sentido más esencial de la palabra.
Pero esta existencia, en los márgenes de la legalidad y la seguridad, no aparece retratada mediante un gris realismo que nos transmita pena, o desconsuelo.
Al contrario, todo ello está rodado con una gran luminosidad, cercana a un tono de fábula, casi con superficialidad, sin que a los personajes les desanime lo más mínimo, el camino que toma su vida.
En ella, hay mucha sangre de la que corre por las venas, no de la que mancha; mucho sudor, pero pocas lágrimas, al menos hasta el último acto, y en concreto, hasta una corta escena, donde el optimismo cede en parte a cierto grado de pesimismo.
Pero si a lo anterior unimos la agilidad de la puesta en escena, una banda sonora donde predomina el jazz, y un ritmo que deja poco tiempo para el respiro, aunque el metraje se alargue por encima de las 2 horas, queda una sensación de perpetua vitalidad, que consigue dar relevancia a la historia.
Algo que llama la atención, de manera positiva, es el tratamiento de las escenas sexuales.
Están filmadas con sensibilidad, e interpretadas de manera honesta, y atrevida; sorprende ver a Kristen Stewart desnuda, en varias ocasiones, o protagonizando una morbosa escena de masturbación doble, en la que no creo que muchas actrices con su edad, y su “estatus estelar” aceptaran cruzar ese umbral...
Sobre Sam Riley, no me convence como Sal/Jack, está algo desconectado, y posa demasiado.
Riley como Kerouac, no está mal, pero el escritor era más varonil y extrovertido, y On The Road nos presenta un Kerouac/Paradise, demasiado sensible y cortado.
Pero con Garrett Hedlund, fue una muy buena decisión de “casting”, su interpretación es entregada y auténtica, se harta la pantalla en cada presencia suya.
Este actor, es todo un descubrimiento, principalmente por el extraordinario magnetismo que transmite.
Cada vez que Dean entra en escena, On The Road cobra una fuerza, que la impulsa hacia adelante, por muchos vaivenes que tenga.
La relación que se va estableciendo entre él y Sal, culmina en un último acto que, aunque de un convencionalismo un poco decepcionante, teniendo en cuenta lo que hemos visto hasta entonces, conmueve con una facilidad y sinceridad pasmosas, y dota de coherencia, a ese metraje anterior.
Ambos personajes, parecen haber cambiado, pero en el fondo, su naturaleza rebelde sigue indeleble, como evidencia, una escena postrera, que nos remite al inicio de la aventura.
Y entonces comprendemos, que lo memorable o trascendental de la misma, no ha sido la búsqueda existencial, que en un principio tenían pensado llevar a cabo estos personajes, ya fuese para encontrar a Dios, ya fuese simplemente para pasárselo mejor que el resto de las personas.
Es en los detalles de la cotidianeidad, y en la cercanía de una amistad, donde termina y acaba teniendo sentido esa búsqueda.
Del resto del reparto:
Terrence Howard como Walter; Kirsten Dunst como Camille Moriarty, Amy Adams como Jane, Steve Buscemi como el vendedor homosexual, que tiene una de esas escenas que se quedan grabadas; Alice Braga como Terry; y Viggo Mortensen en la piel de William S. Burroughs; se dejan ver brevemente por la pantalla, enriqueciendo con su presencia y talento, en una película con mucho esfuerzo, y muy buenas intenciones, pero carente de coraje, e ingenio.
Lo mejor de On The Road es la utilización de los grandes planos generales, hermosa fotografía de espacios abiertos y luminosos, y la interpretación de Garrett Hedlund.
Lo peor, es la desigualdad de interés de las distintas historias, y encuentros; y la duración del metraje.
On The Road no hace honor a La Generación Beat; y está ausente de poesía, el “look” propio de los años 40 como la ropa, el pelo... están ausentes.
Hay diferentes cosas del guión, que quedan incompletas, y pienso que lo adecuado es que no hubieran aparecido en la película, los personajes de Terry y Bull Lee:
El personaje de Carlo, está perdido, y no sabemos muchas veces, qué es de su vida, y aquí no hubiera pasado nada, si se hubiera omitido.
No sabemos qué pasa con el personaje de Terry, ya que conoce a Sal en California, trabajando en una plantación de algodón, y quedan para verse en New York, cosa que no sabemos si sucede, suponemos que no…
¿Está enamorado Dean de Sal, realmente, o simplemente dice que “le quiere”, refiriéndose a la amistad?
“Hey Sal... I love you as ever”
Cuando Jack Kerouac emprendió una serie de viajes iniciáticos en los años 40, ya fuese recorriendo el paisaje de EEUU, ya fuese filosofando entre alcohol y humo con sus amigos, probablemente, no sospechaba que la novela, en que quedarían grabadas esas experiencias, sería tan trascendental.
O sí, pues al fin y al cabo, de eso se trataba:
Alcanzar algo más allá de lo terrenal y lo cotidiano.
Con tal espíritu nació La Generación Beat, que agitó la sociedad estadounidense de los años 50, al tiempo que sus mandatarios se envolvían en La Guerra Fría, y la clase media, empezaba a disfrutar de un incipiente “Estado de Bienestar”
Pero ello no ahuyentó al porcentaje de marginados, ansiosos de que se les escuchase.
Novelas como “On The Road”, publicada en 1957, cumplieron tal propósito con creces, superando las expectativas de un grupo que había nacido para ser menor, y que fue extendiéndose, hasta manifestarse en los movimientos contraculturales de los años 60.
Con todo, su reclamo seguía siendo el mismo:
La búsqueda espiritual, de un significado vital, que el sistema les negaba.
En la novela queda claro, aunque nunca se diga directamente, que los viajes son una manera de huir de una sociedad monolítica, una forma de aprendizaje, y de conocimiento, una actualización de la idea, en que lo importante no es a donde te diriges, sino las experiencias que vives mientras llegas a tu destino.
En la última página, Kerouac identificaba el alma del libro con ese eterno vagabundo, que unas páginas antes, mostraba su derrota ante el paso del tiempo, en su último encuentro con Sal Paradise.
Al mismo tiempo, la victoria dolorosa, de una larga resistencia a ser como los demás, amar como los demás, a vivir como los demás.

“The only people for me are the mad ones, the ones who are mad to live, mad to talk, mad to be saved, desirous of everything at the same time, the ones who never yawn or say a commonplace thing, but burn, burn, burn like fabulous yellow roman candles exploding like spiders across the stars”



Comentarios

  1. Es imposible comentar la pelicula sin tener como primer referente al libro, bueno porque por el libro llegue a la pelicula. Y aun cuando este faltando al proposito principal de este blog que es comentar y ubicarme exclusivamente en el mundo de lo cinematografico creo que para este caso resulta vital opinar sobre estas dos obras que tienen como nombre en comun Jack Kerouac.
    Aunque para honrar a Jack lo hare asi como el...de la mejor manera prosa espontanea.
    Siento que el libro y la pelicula tienen en comun la narracion de un momento en la vida del autor, así de corrido, sin detenerse a explicar o comprender cada pequeño episodio que compone el resultado final. Porque al final y al cabo lo que vale para esta historia en particular es el resultado finalcomo la suma de episodios: viajar, ver, conocer, beber, tener relaciones abierats y/o superficiales (carnales o no), dormir y volver otra vez al ruedo.
    Aunque he de ser sincero tenia una expectativa aun mayor con el libro. ¿Porque? Porque estas "road movies" o "road books" tienen momentos de metamorfosis, de momentos en que algun personaje cambia, evoluciona o involuciona, abre los ojos, se revelan relaciones añejas o nuevas y el libro (y por ende la palicula) no lo tienen.
    Jack decia que la Beat Generation era una generacion esencialmente espititual, de busqueda de nuevos estadios de felicidad, de realizacion personal...me parece que al final y al cabo son los mismos tipos hablando de las mismas cosas, emborrachandose y follando en otros lugares...nada mas.
    Si Neal Cassady (Dean Moriarty en la pelicula) era el catalizador de nuevas experiencias, la carreta que jala a este grupo de instatisfechos el alcohol es el bateria. No quiero sonar conservador o remilgado pero si se comprende porque esta generacion fue importante para el posterior movimiento Hippie: la experiencia por sobre el conocimiento racional, las NUEVAS experiencias que venian a "retar" la sociedad estadunidense de la posguerra. Caracterizada por el truinfo del "american way of life" con todo lo que eso conlleva: una confianza absoluta en el capitalismo gringo de fuerte industria manufacturera e agricola local y valores conservadores. Aunque el relato demuestra que tal periodo de la historia gringa no era tan asi, no toda su poblacion vivia bajo una estricta moral conservadora. Es decir el proposito del relato NO es de descubrimiento interno y/o externo...es vivencial, es la vivencia por la vivencia.
    De ahi la fugacidad con que se nos presentan todos estos personajes que aparecen principalmente en la vida Dean, Sal y en menor medida Carlo. Porque todos son anecdotas en la odisea vivencial de estos tipos.
    Sin embargo el libro como la pelicula si me dejan principalmente una cosa:
    El papel crucial que tuvo y tiene, lo que en la literatura social critica se llama ejercito industrial de reserva. Como ese grupo poblacional que funje como mano de obra barata, estacional y nomada dentro de un mismo pais. Retratado de gran manera en la pelicula y libro "Las uvas de la Ira".
    Aunque Jack lo hace por la necesidad que su vida bohemia demanda porque es sabido que Jack y Carlo (Allen Ginsberg) no eran individuos venidos de sectores excluidos sino muchachos que entraban y salian de la universidad a gusto (Dean es otra historia), si nos da una imagen del Estados Unidos de la decada de los cincuentas principalmente en las escenas de recoleccion de algodon, o la vida en California que no detallan en la pelicula.
    Algo q me gusto de la pelicula por sobre el libro fueron las breves interrupciones radiales haciendo referencia a la Union Sovietica...como para situarnos en el momento historico.
    Tambien concuerdo con el dueño de este blog en que Dean Moriarty era quien le da razon de vida a un grupo de peronas o a una generacion....nose como el Syd Barret para Pink Floyd o el Kurt Cobain para generacion X

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  2. Gracias Arturo por tan completa exposición. Se nota que disfruta de la obra de Jack Kerouac, espero también que haya disfrutado de la película y de la lectura de esta nota, que son 3 cosas diferentes, las 2 últimas, como formas de ver el universo del autor. Me agrada sobremanera el tiempo y el esmero que dedicó para montar su comentario, que bien estructurado deja el panorama del libro. Un viaje también introspectivo en la mente del escritor, y el relato de todo lo que vivió durante su viaje.
    Gracias por compartir su nota.

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