Third Person

“Life can change at the turn of a page”

No deja de llamar la atención, que el tipo de “historias cruzadas”, ese dispositivo argumental tan abrasador en los años 90, que se convertiría luego en una perezosa herramienta para realizadores noveles, encuentre aquí, 2 décadas después, y con la fórmula del todo agotada, un intento frustrado por repetir éxitos de épocas pasadas.
“Watch me”
Third Person es un drama del año 2013, escrito y dirigido por Paul Haggis.
Protagonizado por Liam Neeson, Mila Kunis, Adrien Brody, Olivia Wilde, James Franco, Moran Atias, Maria Bello, Kim Basinger, Riccardo Scamarcio, Caroline Goodall, David Harewood, Loan Chabanol, entre otros.
Paul Haggis, buscar rodar películas que cuenten historias dramáticas, de esas que narran experiencias duras, en personajes lastrados por su pasado, o por sus circunstancias, y todo ello, para mostrar, cómo cada persona, reacciona en esos momentos, y cómo se relacionan entre sí.
“Third Person es una historia increíblemente personal, del modo que “Crash” (2004), fue una historia increíblemente personal.
Me planteé varias preguntas en el proceso, y todas trataban sobre estar enamorado de alguien imposible”, dijo Haggis.
Aquí, lo que ves, no es lo que parece:
Habrá sexo culpable, romances instantáneos, pérdidas irreparables, encuentros, y desencuentros, sordidez del pasado que se mantiene en el presente, engaño, mucho engaño, y mucha mentira, con un toque de “qualité”
El tema de padres e hijos, domina todo el metraje, y los personales centrales, tratan de lidiar con relaciones familiares dañadas.
Son 3 historias de amor, que tienen lugar simultáneamente, en 3 ciudades:
New York, París, y Roma.
Un escritor neoyorquino, Michael (Liam Neeson), acaba de separarse de su esposa, Elaine (Kim Basinger), y se encuentra en París; pero mantiene una relación más bien problemática con su amante, Anna (Olivia Wilde)
Por otro lado, una madre neoyorquina, Julia (Mila Kunis), niega tajantemente, ser la responsable de un accidente, que casi le cuesta la vida a su hijo.
El padre del niño, Rick (James Franco), intenta que culpen a su mujer de negligencia, para conseguir la custodia del niño.
Y por último, en Roma, un “empresario” estadounidense, Scott (Adrien Brody), se enamora hasta tal punto de una gitana, Monika (Moran Atias), que participa en la liberación de la hija de su amante, a la que ha secuestrado un mafioso…
Estas 3 historias que nos propone Haggis, nos hablan de:
La infidelidad, del amor, de las diferencias sociales, y hasta de las mafias que trafican con seres humanos...
Una amalgama demasiado variada, que da la impresión al espectador, de estar viendo 3 películas diferentes, a pesar de sus grandes intentos de cohesionarlas; aunque reconocemos su gran labor a la hora de dosificar la información, que irá desvelando los entresijos de las 3 historias, gracias a la utilización de un excelente montaje.
Third Person muestra pues, cuánto puede absorber un reto sentimental, si se toma en serio:
Las parejas se consumen, se rebajan, se usan, se disfrutan, y son ocasionalmente felices, muy felices...
Las intermitencias afectivas son tan fuertes, que la mayoría de los implicados, camina hacia la destrucción.
“There will be someone among us, always”
Paul Haggis, decide retomar el origen de su éxito inicial como director, “Crash” (2004), pensando que usar una fórmula exitosa, le garantizaba otro bombazo, aun a costa de vender un género caducado…
Resulta indisputable, la recurrencia de ciertos automatismos, en especial, su tendencia hacia la presentación meticulosa de las distintas capas de los protagonistas, el truco de apelar a esquemas clasicistas, que esconden datos de seres, un tanto misteriosos; pero igual de innegable es su eficacia y serenidad, en lo referido al empleo de dichos recursos narrativos.
Es cierto, que Third Person no es una película perfecta…
Las 3 historias que nos cuenta, parecen no tener relación entre sí, y tarda mucho en confirmarse, que es lo que tienen en común, con el riesgo de confundir a la audiencia por el camino.
La acción es pausada y cansina, y su extensa duración, no ayuda a que el espectador deje de mirar el reloj desde el ecuador; y es que hablamos de más de 2 horas, de varios artistas, en un drama tipo “laberinto”, a veces soso, pero intrigante.
Si bien, durante la primera mitad, sobreabundan los ingredientes melosos, algunos clichés de las parejas desquebrajadas, y un puñado de escenas que no agregan demasiado al desarrollo; la segunda parte del convite, balancea el devenir, volcando el tono hacia una exploración muy inteligente de los costados más miserables del amor conyugal, metiendo el dedo en la llaga de la sequedad anímica, el sadismo, los reproches inconducentes, las tragedias, y el fantasma de la pérdida total de la confianza en el prójimo.
Puede que ese sea el principal obstáculo, a la hora de entender:
¿Qué se nos están contando?
La mayor parte del metraje, te la pasas buscando el nexo de unión entre las 3 historias, algo que el director podía haber adelantado, y no guardárselo hasta los últimos 10 minutos de metraje, aunque si estás atento a las señales, puedes intuir pronto, por dónde van los tiros...  y el resultado final, es lo suficientemente entretenido y sorprendente, como para compensar la espera.
El título, “Third Person”, probablemente alude a ese “tercer ser humano”, que suele intervenir en toda relación, iniciada entre 2 personas, para bien o para mal, porque la tríada es la suerte de ley con la que se activa y fluye inagotable el universo.
La “tercera persona”, es también el narrador, y el fruto de la unión/separación entre las personas.
Third Person es historia de literatura, dentro del cine, que recrea la crisis de creatividad de un escritor, o de un pintor, a través de imágenes oníricas, y sufrimientos interiores.
Se cruzan sentimientos de culpa, por exceso de profesionalismo, y desgracias familiares:
Madres que luchan por recuperar la custodia de sus hijos, y padres infieles, en una triple acción que transcurre en Londres, Roma, o New York.
Las historias van y vienen, intercambiando ciudades y hoteles, pero sólo existe el autor, y su drama de la pérdida de su hijo, y la novela que escribe, a la que su editor le reclama personajes más impactantes...
Y es que el personaje de Liam Neeson, Michael, que se muestra totalmente enamorado de su nuevo amor, y no es para menos, Olivia Wilde, hace todo lo posible para contentarla; convirtiéndose en un ser romántico, que la lleva de un sitio a otro, por restaurantes, discotecas, y le llena su habitación de rosas blancas…
Toda esa ternura que manifiesta, acaba por ser una fría estrategia para escribir su libro más visceral, pudiendo tener el reconocimiento que tuvo en su primer trabajo...
Algo con lo que Paul Haggis se identifica, al compararla con “Crash” (2004)
Para ello, Michael escribe sobre Anna, utilizándola, sin que ella lo sepa, y destrozándole la vida; siendo un ser despreciable, después de haberse ganado el cariño, y hundiéndola en el lodo más pantanoso, ante la mirada de todo el mundo, que sabe quién es ella, y lo que ha “pasado” con su padre…
Todo ello hace de Third Person, un reflejo vital algo pesimista sobre la culpabilidad, y el culto a lo efímero, que denuncia el desgaste de manidas peticiones de perdón.
Y que contiene una escena muy lograda, en la que alguien escucha repetidamente el mensaje grabado, tiempo atrás en su contestador, por un ser querido.
Third Person, es metafórica, dolorosa, y se trata de un vía crucis arriesgado y poético, para quienes no se manejan muy bien en las películas de drama y psicológicas.
Por otra parte, el elenco puede llamar a engaño, y es una lástima; porque tiene mucho de innecesario, y eso le resta crédito a un fondo que explota la sensibilidad y la emoción.
Es inevitable, que una de las historias, termine por imponerse sobre las otras, en gran parte, porque el ejercicio cruzado, tiene mucho que ver, con no haber sabido introducir ciertas cuestiones en esa historia principal, de ahí que hayan cuestiones inconclusas, injustificadas, o en desconocimiento motivacional.
Tal vez por sus intérpretes, tal vez por ser la más intensa en el plano dramático, o por conjunción de ambas, la historia es de Michael y como siendo “Tercera Persona” narrativa, nos cuenta lo que puede ser su exitoso libro.
El relato, se centra en torno a la cuestión:
¿Qué significa el amor?
Amor desesperado, furtivo, inesperado, doloroso, ruin, egoísta, deudor, imperdonable, merecido, desagradecido, obsesivo, disculpado, superado... condena de amor, por el que se mueven los diferentes personajes, encabezado por Liam Neeson, que vuelve a demostrar lo buen actor que es, si le permiten hacer algo más que pegar tiros.
Adrien Brody, es el estadounidense antipático, que finalmente tiene buen corazón.
Mila Kunis, es una madre torturada por errores del pasado.
Olivia Wilde, es una escritora ambiciosa, que guarda oscuros secretos.
James Franco, es un reconocido artista, que debe mejorar la relación con su hijo; y Maria Bello, es Theresa, una abogada, cansada de las escusas de su cliente… Mención especial, para la reaparición de la bellísima Kim Basinger, que a sus 62 años, sigue espléndida, a pesar del poco metraje.
Lo malo de Third Person, es que no hay en su narrativa, claras resoluciones, no están todas las respuestas, y hay un pretendido rompimiento con las coordenadas espacio/tiempo que, quizás te descabelles pensando:
¿Cómo es que este “post-it” donde alguien escribió un dato en New York, ahora lo toma otra persona que está en París?
¿Qué hace esta chica en París, si trabaja en New York?
¿Cómo es que 3 mujeres, que se supone estaban en las diferentes ciudades cada una, ahora lucen huyendo por una misma calle?
¿Todo está en la mente del narrador, la tercera persona, Michael…?
Esa frase del personaje de Adrien Brody, al conserje del hotel, que dice:
“No se enfrente a un estadounidense, cuando ofenden a su mujer”, es para salir corriendo del cine, entre gritos e insultos…
Por último, y siendo dócil, si la coreografía propuesta por el dispositivo argumental, sigue funcionando, aun cuando Third Person se alarga, más allá de las 2 horas, es en parte, por el triunfo narrativo del irregular Dario Marianelli, que ofrece aquí, uno de sus mejores trabajos como compositor.
La banda sonora, no sólo sirve de nexo entre historias, y de paréntesis entre escenas de diálogo abusivo, sino que construye un auténtico discurso sonoro que, en ocasiones, supera al que propone el propio relato.
Tal vez sea el trabajo musical que acompaña a Third Person, lo que invite a pensar que en el engranaje, funciona mucho mejor de lo que en realidad lo está haciendo.
Con ella, Third Person se eleva, trasciende las limitaciones de sus argumentos, y arroja luz, sobre las intenciones de una película que no ha sabido ponerlas en juego, más que mediante el uso de la palabra.
Puede que, escuchando la música, uno recuerde lo mucho que le queda aún a Paul Haggis, para depositar por fin su confianza en las imágenes, y en los sonidos; en aquello que hace cine, al cine.
“You love love”
Así las cosas, Third Person es obligatoria para la mente en blanco del espectador paciente, que logre sobrellevar las horas del metraje pausado, para ir desentrañando lo que se le pone en pantalla.
En Third Person, es el narrador, la voz que cuenta y relata los sucesos, las historias o las anécdotas, en cierto orden, y con una determinada presentación.
Dicen los mayas que “No existe el tú, pues tú eres yo, y yo soy tú.
Respetándote a ti, me respeto yo.
Amándote a ti, me amo yo.
Si te hago daño a ti, me hago daño a mí mismo”
Qué gran mensaje, que Third Person quiere transmitir, aun cuando las oportunidades ya se hayan acabado.

“It's people you don't have time for”



Comentarios

Entradas populares