Tomorrowland

“Even the tiniest of actions can change the future”

El cine de estos tiempos, está especialmente obsesionado por el futuro, por futuros distópicos…
El parque temático de Disneyland, llamado “Tomorrowland”, desde su principio, y desde la historia de Estados Unidos y del cine, busca futuros que se soñaban distintos, mejores, más luminosos, más inocentes, y menos desencantados.
En 1955, Walt Disney creó una sección en Disneyland llamada “Tomorrowland” o “El Mundo del Mañana”
En aquella época, los estadounidenses encaraban el futuro con optimismo; pero “Tomorrowland” es más que una colección fascinante de aparatos:
Es un puerto espacial, donde tu imaginación aterriza todos los días, para captar maravillas de otros mundos, lanzarse a viajes fantásticos, y observar las aventuras del espíritu humano en esferas relucientes, esculturas cinéticas, acabados metálicos, y toques mecánicos, que también atraen la vista hacia el cielo, dándole un sentido de otro mundo, a la arquitectura de las atracciones.
El visionario paisaje, funciona también como una granja potencial, que predice un futuro ecológicamente astuto, donde la humanidad aprovecha al máximo sus recursos.
“Tomorrowland” representa así, La Era Espacial, y el avance optimista de la humanidad, con la promesa del día en que tocaremos las estrellas.
Es muy pertinente entonces, situarse en La Feria Mundial de New York de 1964, en la que Walt Disney presentó su atracción “It's a Small World”, actualmente en Magic Kingdom de Orlando, EEUU.
Tanto éxito tuvo La Feria Mundial, que Disney pudo recaudar fondos para echar a andar su siguiente proyecto:
La Comunidad Prototipo Experimental del Mañana, también conocido como EPCOT.
La idea original, era construir una ciudad modelo, que sirviera para realizar prueba sobre organización y desarrollo urbano.
En este “Mundo del Mañana”, se planificaría el sitio perfecto, en el cual podría vivir la humanidad, en un entorno de paz y armonía.
Por desgracia, Walt Disney murió antes de lograr construir EPCOT, y la compañía Disney decidió, que sin su liderazgo, no querían administrar un proyecto de tal magnitud.
Así, la idea original cambió, y se enfocó en levantar una Feria Mundial permanente, que contaría con pequeños distritos residenciales para los empleados del parque, y sus familias.
Ese parque todavía existe bajo el nombre de “EPCOT Center”
Para Disney, su dedicatoria a “Tomorrowland” fue:
“Una vista a un mundo de ideas maravillosas, que significan logros del hombre...
Un paso hacia el futuro, con las predicciones de cosas construidas por venir.
Tomorrowland ofrece nuevas fronteras de la ciencia, la aventura, y los ideales.
La Era Atómica, el reto de exploración del espacio exterior, y la esperanza de un mundo unificado por la paz”
Sin embargo, con el paso de los años, sobre todo en los 70, la gente empezó a ver el futuro, con un creciente pesimismo…
“There are two wolves who are always fighting.
One is darkness and despair.
The other is light and hope.
The question is...
which wolf wins?”
Tomorrowland es una película de ciencia ficción, dirigida en el año 2015, por Brad Bird.
Protagonizada por George Clooney, Hugh Laurie, Britt Robertson, Raffey Cassidy, Judy Greer, Kathryn Hahn, Lochlyn Munro, Chris Bauer, Tim McGraw, Paul McGillion, Raiden Integra, entre otros.
El guión es de Damon Lindelof, Brad Bird, y Jeff Jensen, sobre cómo construimos e imaginamos el futuro.
Bird y Lindelof fueron fuertemente influenciados por la filosofía optimista de Walt Disney, de la innovación y la utopía, como su visión conceptual de la comunidad planificada, conocida como EPCOT.
El proyecto de Tomorrowland, surge tras el hallazgo en los almacenes de Disney, de una caja bajo el nombre “1952”, con un gran número de maquetas, fotos, y dibujos sobre un proyecto llamado “Tomorrowland”, que fueron diseñados por el mismísimo Walt Disney, siendo una de las secciones estrella de Disneyland en los lejanos años 50.
Dicha atracción, consiste en un recorrido por un mundo futurista, actualmente retro futurista, creado durante La Feria Mundial de 1964, cuando todavía se vivía el optimismo de La Era Kennedy, pese a que El Presidente ya había sido asesinado, y “La Carrera Espacial” prometía maravillas sin límite.
Esa fue la coartada que disparó la imaginación de Damon Lindelof, que unió fuerzas con Brad Bird, director franquicia de la casa, y que dijo no a “Star Wars” para trabajar en este proyecto, para viajar a un pasado, en el que el sueño del futuro, no estaba aún cubierto por nubes negras…
El proyecto, fue presentado por Walt Disney Studios, en junio de 2011, cuando Damon Lindelof se anotó para escribir y producir.
Por su parte, Walt Disney Pictures, originalmente anunció la película bajo el nombre “1952”, hasta que se cambió el nombre, compartiendo el nombre con el parque “Tomorrowland”; además, los realizadores también vieron cortometrajes de Disney como:
“Man in Space” (1955) y “Mars and Beyond” (1957), episodios televisivos, creados para inculcar a los jóvenes telespectadores, las maravillas de los viajes espaciales.
Miraron, también, los bocetos de Walt Disney para Prototipo Experimental de La Comunidad de Mañana, o sea EPCOT, que son diferentes a los que finalmente se concretaron en el parque de atracciones.
Y como obra, Tomorrowland representa, la primera vez que una película de Disney, está basada no en un juego, sino en un parque temático entero.
Del rodaje, además de los escenarios en España y Canadá, otras de las localizaciones fueron, la atracción “It's a Small World” del Disneyland Park en Anaheim, California; una playa en Las Bahamas, y una segunda unidad, rodó en París.
En total, Tomorrowland tuvo más de 90 combinaciones diferentes de platós, y localizaciones, y se trasladó 10 veces.
Así pues, Tomorrowland, está situado en un tiempo y espacio que existe en la memoria, una ciudad del futuro que peligra, como peligra el presente de la especie humana, diseñada por Edison, Verne, Eiffel, y Tesla; y que reúne lo mejor del saber y las ciencias humanas.
Arranca así, una aventura de cuyo éxito depende, nada menos, la sostenibilidad del futuro; en el año 1964, contando la historia de Frank Walker (Thomas Robinson), un niño inventor, que se presenta a La Feria de Mundial de New York, con un propulsor-mochila, que no funciona del todo bien, pero que le permite empatizar con Athena (Raffey Cassidy), una chica que le proporciona un pin, que será el pasaporte para ingresar a “Tomorrowland”, un lugar en una dimensión paralela, provista de tecnología y artificios futuristas, donde todo parece funcionar de manera perfecta, y habitado por gente “elegida”
Por otra parte, y de vuelta en el tiempo actual, conocemos a Casey Newton (Britt Robertson), una adolescente, especie de “elegida”, hija de un ingeniero de La NASA llamado Eddie (Tim McGraw), y a quien le será dado también el pin, que le permitirá conocer “Tomorrowland”.
Casey, también conocerá a Athena, y luego de dudas y persecuciones, habrá de contactar a Frank Walker (George Clooney), ya adulto, y juntos deberán intentar volver a “Tomorrowland”, para prevenir una inminente tragedia.
Con un diseño visual apantallante, la primera mitad del metraje se sucede entre revelaciones y persecuciones, a cargo de robots infalibles, todo en el marco de una película de acción, aventuras, y ciencia ficción bastante bien lograda.
¿Qué tendrán que hacer allí, que cambiará el mundo?
Tomorrowland nos habla del “Mundo del Mañana”, pero por esa sobredosis de tecnología, sino por la calidad del joven emprendedor.
Y de eso trata Tomorrowland, cargado de efectos especiales para “un regreso al futuro”
De manera que con unos personajes jóvenes, talentosos, y sobre todo emprendedores, pues sin lugar a dudas, es un filme para compartir entre padres e hijos; muy de esperar de La Casa del Ratón.
“Dreamers need to stick together”
Resulta curioso, que Tomorrowland se estrene casi al mismo tiempo que la última, y muy celebrada entrega de “Mad Max”, una saga que creó su propio modelo de entorno futurista desolador, eso que llaman “distopía”
Y es que nos gustan las películas sobre futuros funestos...
Triunfan tanto, que ya casi nos parece raro ver una película de ciencia ficción optimista.
¿La utopía ha sucumbido al pesimismo, o el cinismo?
Tomorrowland es básicamente, un alegato a favor de la ciencia ficción positiva; y nos muestra la visión del futuro, pensada por el mismo Walt Disney, con aventura, acción, y ciencia ficción familiar, no apocalíptica, y tristemente en desuso.
Ni en el bando de la ciencia ficción chatarrera, hueca, y estruendosa del “blockbuster” estadounidense descerebrado tipo, ni naturalmente en el de la fantasía futurista adulta, existencialista, y distópica, ni tampoco, siquiera, en el de la alucinación visionaria infantil...
Aquí hablamos, en cierto modo, de una entelequia, de una manera de hacer y entender el cine “fantacientífico” que ya no se lleva, o que no vende.
De ahí que Tomorrowland es muy Disney, hasta la médula de hecho, en tanto que raro ejemplar de un cine que causaba furor en los 80, y que tristemente ha caído en desuso; hablamos de esa ciencia ficción festiva para toda clase de públicos, neutra, y felizmente familiar, que maneja destellos de ingenuidad calculada, sazonados con lecturas didácticas sobre futuros que no han de ser forzosamente tan negros.
Es por ello que en La Edad Dorada de la ciencia ficción, ceniza, agorera, y apocalíptica, en un tiempo en el que es difícil, por no decir imposible, proyectar miradas hacia el futuro que excluyan de la ecuación el cambio climático, la superpoblación, el empobrecimiento, la escasez de recursos, y la polarización social, el antropológico optimismo de Brad Bird, que diserta sobre un futuro abierto de posibilidades infinitas, mandando constantes recados a los paladines del futurismo tenebroso, y en crisis perpetua, Tomorrowland es una bocanada de aire fresco, reivindicando esa fe, que cotiza tan bajo en el género humano, y en su capacidad para sobreponerse a los peores males, y escenarios.
Es decir, en un tiempo, en el que triunfa la ciencia ficción distópica, Brad Bird se atreve a imaginar el futuro con ojos Disney, combatiendo el pesimismo antropológico de un género secuestrado por los negros augurios, con el sueño de un mañana bañado de optimismo y esperanza.
La trama entorno a Tomorrowland, surge de la idea de su existencia, una ciudad futurista, desarrollada a partir de las ideas, y la colaboración de las más grandes mentes de la humanidad, no con propósitos bélicos, industriales, o de poder, sino simplemente, para mejorar la vida de los hombres.
Esta idea surgió acerca del mito, de que Walt Disney formaba parte de una sociedad secreta, formada precisamente por optimistas y pensadores, que creían que podía existir una ciudad desarrollada en otra dimensión, donde se aplicaron todas esas ideas futuristas, que este grupo había desarrollado.
En esta leyenda urbana, Gustave Eiffel, el ingeniero francés que diseñó y construyó La Torre Eiffel, ubicó un apartamento privado en el interior de esa torre.
Ahí, llevaba a cabo experimentos científicos, y observaciones meteorológicas.
Se cuenta que una noche de otoño de 1889, Eiffel tuvo una reunión secreta con Thomas Edison, Jules Verne, y Nikola Tesla, quienes formaron una organización hermética, que funcionaría bajo el nombre clave de “Plus Ultra”, cuyo objetivo sería, ir moldeando una ciudad futurista.
Lindelof investigó sobre este mito, y explicó que:
“Estos grandes pensadores, elaboraron un plan para construir una ciudad del futuro, que no pudiera ser controlada, ni por el gobierno, ni por intereses corporativos; sería La Feria de Ciencia Utópica, más maravillosa del mundo.
Pero Las 2 Guerras Mundiales, los hicieron posponer sus planes, y recién en la década de 1960, luego de que Walt Disney se uniera a la organización, este mundo secreto de innovación tecnológica, pudo llevarse a cabo, pero escondido del mundo real”
Sobre este mito, el productor ejecutivo, Jeff Jensen, quien se integró al equipo de Tomorrowland como productor ejecutivo, comentó que:
“Plus Ultra, es una expresión latina que significa “más allá”, y era el lema de los exploradores españoles.
Eiffel y sus colegas, se veían a sí mismos como exploradores; no de tierras nuevas, sino del potencial humano.
Walt Disney, era un candidato perfecto para la organización, y fue reclutado, porque encarnaba esta idea, de que el futuro es algo que luchamos por alcanzar constantemente”
Y Tomorrowland explora este mito, en el que sólo unos cuantos, las personas optimistas, y que anhelan un futuro mejor, podrían acceder a este mundo ideal.
Por ello, la trama trata sobre una adolescente de mente científica, y un adulto que fuera un niño genio, en busca de un mundo, que de alguna amanera “recuerdan”, alterno y feliz, sin avaricia ni problemas, donde sólo caben los soñadores, mientras el planeta Tierra, se encuentra a punto de desaparecer.
Así, Frank y Casey, son 2 elegidos, 2 inteligencias notables, 2 seres perseverantes.
Y está el mundo del futuro, donde hay androides; y como tema principal, están las amenazas actuales de un futuro sombrío, que se repiten una y otra vez en los discursos periodísticos, científicos, y también cinematográficos.
Hay viajes espaciales, en el tiempo, en las dimensiones, hay conjeturas que a veces hay que aceptar velozmente…
Siendo una visión llena de optimismo, de un futuro con estética del pasado.
Hay robots y pistolas espaciales, que no hubieran estado fuera de lugar cuando “Tomorrowland” abrió en 1955, en Disneyland, y un cohete de cómodos asientos de cuero, que evocan un salón victoriano del siglo XIX.
En el horizonte de la ciudad, hay atisbos de “Space Mountain”, el paseo de Disneyland, concebido por primera vez, en 1964; y hay ecos de las estructuras modernistas que Trylon y Perisphere crearon para La Feria Mundial de New York de 1939.
Todos esos toques retro futuristas, plantean la pregunta:
¿Qué le pasó a ese futuro, y cuando nuestra actual idea del porvenir, se puso tan triste?
“En algún momento, en los últimos 30 años, aquella creencia optimista, de que el futuro iba a ser mejor, fue dando paso a la idea de que el futuro iba a ser pésimo”, dice el director, Brad Bird.
“Y nos preguntamos:
¿Por qué ese cambio?
Y al hablar de eso, nos dimos cuenta, de que Las Ferias Mundiales de esa en la época, desparecieron junto a esa idea del futuro”, acotó.
También, una muy buena decisión de Tomorrowland, fue no atarse a su título:
La mayor parte del metraje, no transcurre en “El Mundo del Mañana”, sino en el presente, en donde suceden aventuras especialmente vivaces, con varias secuencias de movimientos, perfectamente coreografiados y montados.
En un momento, pasada la mitad, la acción se traslada a París, donde Tomorrowland parece mejorar aún más, con mayor apertura para la aventura, planos para el asombro, y referencias múltiples a los inventos, y al cine como invento.
Poniéndonos muy básicos, podríamos decir, que hay 2 padres de la ciencia ficción:
H.G. Wells y Jules Verne.
Wells, optó más por la ficción que por la ciencia, y sus obras eran alegorías sobre la realidad de su época, reflexiones sobre el funcionamiento del ser humano, por lo cual, en su obra abundan las fantasías oscuras, aunque no exentas de humor.
Mientras Verne, intentaba ser realista y educativo, respecto a los aspectos científicos, y proponía invenciones, y empresas inspiradoras.
No es casualidad, que el autor francés, junto a Tesla, Gustave Eiffel, y Thomas Edison, aparezca de manera inteligente en Tomorrowland, un film que dice:
“El  mundo apesta, y va a peor:
¿Qué podemos hacer para solucionar eso?”
Como curiosidad, cabe señalar que, en una determinada escena, Brad Bird lanza unos simpáticos auto-homenajes a algunas de sus creaciones:
“The Iron Giant” (1999), “The Incredibles” (2004), “Ratatouille” (2007), “Mission: Impossible – Ghost Protocol” (2011), hasta otras producciones, como las sagas:
“Matrix”, “Terminator” y “Star Wars”
Hay también, varias referencias a la cultura pop, tanto actual como de décadas pasadas, sobre todo, en una escena que tiene lugar en una tienda de memorabilia, y que es una joya por la cantidad de objetos que vemos en pantalla.
Los efectos especiales, fueron buenos, y de buena calidad, salvo algunas escenas completamente hechas con CGI, que si uno veía con cuidado, se notaba que estábamos ante imágenes que no son reales, ni por asomo, demasiado cuidadas y estilizadas, muy pulcras y asépticas, como los buses voladores, y la breve escena en el espacio…
Todo ese futuro, carece de innovación, porque hemos visto esas naves voladoras, jet packs, sistemas de comunicación, y otros artilugios en muchas otras películas.
El futuro aquí, que se entrelaza con el presente, debido a la confusa línea de tiempo, y las fechas sueltas que recibes a lo largo del metraje, llega a confundir un poco, sobre todo por la falta de mostrar las fechas en que toma la acción.
De los aspectos futuristas, cabe destacar, el control circular que permite manipular la interfaz del centro de control de Tomorrowland.
También sobresale la animación, y el diseño de los trenes voladores, y las estaciones de jet packs, dentro de la ciudad.
La moda en Tomorrowland, sigue los mismos diseños que hemos visto dentro de la historia de la ciencia ficción, con colores intensos, trazos angulares, materiales sintéticos, mezclados con telas tradicionales, pero incorporando elementos culturales, que le dan un tono de diversidad a la ciudad futurista.
En cuanto a la evolución de la humanidad como tal, creo que las cosas en este futuro, no han cambiado demasiado.
Tenemos la lucha constante entre el optimismo y el fatalismo, además de retratar una sociedad que termina siendo bastante apática, y que manipulan por medio de mensajes subliminales, que vienen de otra dimensión, literalmente.
Y es precisamente este punto, en el que podemos entrar al tema del argumento de Tomorrowland, ya que mucha de la historia, gira en torno al vaivén entre la apatía, y el “todo es posible”
Es un hecho, por ese detalle, que Tomorrowland es para “todo público”, así que no esperes demasiada acción, balazos, ni explosiones realmente impresionantes, aunque sí tiene momentos tensos y dramáticos, pero no lo suficiente como para hacer llorar...
Es positivo que Tomorrowland, desde el comienzo, desarrolle la necesidad de la curiosidad científica, la “rebeldía” del conocimiento, y también ser propositivo frente a los problemas, y el desenlace, y la película en sí.
Además del mensaje, que en sí es positivo, invita a ser soñador, a seguir innovando, además de un cierto grado de conciencia del medio ambiente, la idea alrededor de la que gira la trama, no puede ser más, por así decirlo, extraña.
“¿Es que tienes qué cuestionar todo?”
Le pregunta George Clooney a Britt Robertson.
La marca Disney, a veces ayuda, pero en ocasiones, también perjudica, sobre todo en películas de acción real.
En primer lugar, un niño de aparentemente 9 años, no puede construir un jet pack, aunque se trate de la reencarnación del propio Nikola Tesla.
Hasta la fecha, los únicos jet packs viables, son caros, y con poca duración de combustible; pero eso no es lo importante.
Ese niño, es transportado a Tomorrowland, por un tobogán, en una atracción de La Feria de 1964, y una vez que llega ahí, no se muestra demasiado asustado...
Simplemente acepta que está en “La Ciudad del Futuro”, en donde un robot de apariencia extraña, le arregla su jet pack para que pueda volar.
No sé pero, creo que a cualquier niño de 9 años, le daría más que nada miedo, si llega a ese lugar…
La historia se corta ahí, pero al parecer, el niño en cuestión, se quedó ahí, sin sentir absolutamente ganas de volver a ver a sus familiares…
Si es que el tipo que sale en el “flashback” es su padre, cosa que en ningún momento especifican…
Después, sale la historia de Casey Newton, ojo  con el apellido que escogieron, para alguien supuestamente “inteligente”, y que no parece serlo, debo agregar.
También, quedaron muchas preguntas sin responder, y que varios datos son difíciles de seguir, especialmente para los más pequeños, y me hubiera gustado escuchar más explicaciones sobre la tecnología utilizada:
¿Qué tipo de robots son los que estamos viendo?
¿Cuál es la fuente de poder de la ciudad llamada “Tomorrowland”?
No sé cuál era el sentido de todo lo que sucedió, ni para qué, exactamente había sido elegida la chica:
Si era para ayudar salvar al mundo de un apocalipsis, aún no sabían qué iba a ocurrir, además de que no fue ella quien lo hizo, solo tenía visiones de esperanza…
Ni cómo se relacionaban los 2 mundos; o al parecer, ese lugar fantástico y futurista, o algo de lo que ahí había, era una amenaza para el que conocemos, ¿o no?
El caso es que tampoco entendí, cómo destruyendo un edificio, ahí nuestro mundo se salvó…
Al final, todos los elegidos que recibían el pin, e iban a ese lugar:
¿Qué era lo que tenían que hacer ahí?
¿Por qué el campo de trigo?
Tendría que verla de nuevo, prestando todavía, mucha más atención a los diálogos, pero tampoco siento gran deseo de verla nuevamente…
Tomorrowland, también posee un trasfondo amargo, más allá de verse sobre cómo esquivar un futuro distópico, nada ajeno tanto a la humanización de las inteligencias artificiales, muy Spielberg, de cómo a las historias de amor de imposible resolución...
Aquí hay algo incómodo:
El robot “infantil”, enamorado de un adulto, o viceversa, es muy pedófilo, ¿no?
Concluyo con el discurso base de la obra:
“Sólo los soñadores, pueden cambiar el mundo”, y acaba trascendiendo y, por ende, contagiando al espectador.
“You've got simultaneous epidemics of obesity and starvation, explain that one.
Bees butterflies start to disappear, the glaciers melt, the algae blooms.
All around you the coal mine canaries are dropping dead and you won't take the hint!
In every moment there's a possibility of a better future, but you people won't believe it.
And because you won't believe it you won't do what is necessary to make it a reality”
Resulta que Thomas Alva Edison, alguna vez sentenció:
“No tendremos mejores condiciones en el futuro, si estamos satisfechos con todo aquello que tenemos en la actualidad”
Por ello, Walt Disney es considerado un futurista, en el verdadero sentido moderno, de mediados de siglo, de la palabra.
Era sumamente optimista; creía que la tecnología, era la clave para poder construir un mundo mejor.
Además, creía que la tecnología era un medio para crear gran entretenimiento.
Por ello, para La Feria Mundial de 1964, Walt Disney Company, creó 3 atracciones, siendo la más recordada:
“It’s a Small World”
Si bien “Carousel of Progress” y “Great Moments with Mr. Lincoln”, hoy pueden parecer pintorescas para los estándares actuales, en 1964, ambas atracciones fueron revolucionarias en el uso de la robótica, y la tecnología para crear una experiencia temática única.
Y, además, había un radical optimismo de fondo.
Esto era en 1964; cuando el mundo acababa de salvarse de una catástrofe termonuclear, como resultado de La Crisis de Los Misiles en Cuba, y la canción:
“It’s a Small World”, fue escrita en respuesta a ese mundo que había llegado al borde de una Guerra Nuclear, había retrocedido, y ahora ansiaba reforzar, que “no debemos destruirnos a nosotros mismos”
La letra dice:
“Es un mundo de esperanzas, y un mundo de temores”, aludía a esa ansiedad.
Como hoy en día, parece tan adorable y sentimental, considero fascinante que la atracción contuviera esa angustia que imperaba en el mundo real.
Encerraba un mensaje político radical, pero uno también muy idealista.
El parque temático, “Tomorrowland” yace en la sección extrema Este del parque temático Disneyland, al sureste de “Fantasyland”, y cruzando a la derecha del “Cinderella Castle” siendo la última atracción en ser construida por Disney Imagineering, de las 5 originales que tenía el parque en su inauguración.
Si bien, su tema es el futuro, varias de sus atracciones, hacen referencia a innovaciones tecnológicas del siglo XX, en particular:
Los viajes espaciales, y algunos progresos científicos que Disney consideró que serían alcanzados en 1986.
Algunas de sus atracciones, incluyen:
“Autopia”, una autopista de circuito cerrado, en la que los visitantes conducen carros.
“Buzz Lightyear Astro Blasters”, inspirada en “Toy Story” (1995); el “Disneyland Monorail”, que recorre el perímetro de Disneyland Resort; “Finding Nemo Submarine Voyage”, inspirada en “Finding Nemo” (2003)
“Innoventions”, donde se muestran, como su nombre lo indica, innovaciones tecnológicas a los visitantes.
“The Space Mountain”, cuyo recorrido está inspirado en un viaje espacial; y “Star Tours”, inspirada en “Star Wars” (1977)
Walt Disney, innovaba en forma constante.
Nunca temía ser el primero en hacer algo.
Le apasionaban ciertos temas, como los viajes al espacio; y basta con ver los especiales que realizó con Ward Kimball, a fines de la década de 1950, para ver lo entusiasmado que estaba Walt, con la idea del progreso.
Tenía una inmensa curiosidad, y “Tomorrowland”, La Feria Mundial, y EPCOT, representan eso.
Así, Tomorrowland nos invita a recobrar la fe en la humanidad como tal, y poner todo el potencial al servicio de la raza humana.

“Every day is the opportunity for a better tomorrow”



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