Destino

“A magical exposition on the problem of life in the labyrinth of time”

Si la significación del término “genio”, se le puede aplicar a alguien, uno de los candidatos que más justificadamente lo merece, es Salvador Dalí, dado lo exclusivo de su personalidad, creatividad e imaginería artísticas.
Aquello del genial Salvador Dalí… es moneda corriente desde las primeras décadas del Siglo XX, tanto en el mundo periodístico, como en cualquier tipo de ensayo sobre arte en general; siempre iba un paso más allá del mundo que nos rodea, tanto en lo social, como en lo ético, y estético; pues nunca cayó en la trampa virtual que nos ofrecen los sentidos.
Las relaciones con el cine de Salvador Dalí, fueron esporádicas, pero siempre con el sello, personal y contundente, de su exclusiva mirada a la realidad consciente e inconsciente.
Dalí mantuvo con el cine, una intensa relación, de ello son muestra, colaboraciones con Alfred Hitchcock, Luis Buñuel… ¡y Walt Disney!
A pesar de que llevó a cabo pinturas, dibujos, guiones, y algunos ensayos relacionados con la cinematografía, muchos de sus trabajos, fueron una decepción para el autor, como expuso en su obra “Dalí y El Cine”, en la que describió el Séptimo Arte como
“Un sueño itinerante, capaz de ofrecer nuevas posibilidades”
Seamos realistas, si Dalí se embarcaba en experimentos de este tipo, era por razones bien distintas a las que le llevaron a ser un reconocido artista...
Cuando quiso construir algo, con cierto valor cinematográfico, eligió a otros arquitectos de mucho mayor peso, como su amigo y compañero de juventud, Luís Buñuel.
Por otra parte, Dalí y Disney se conocieron durante el rodaje de la película de Alfred Hitchcock “Spellbound” (1945), para la que el artista había dibujado los fondos de la secuencia onírica.
En aquella época, Dalí y Disney cruzaron varias cartas, que intercambiaban en diferentes lenguas, francés e inglés, y requerían traducción; y la colaboración entre ellos se formaliza, en un contrato de trabajo, que se firma el 14 de enero de 1946, y que tenía una duración de 2 meses.
La directora del Centro de Estudios Dalinianos, Montse Aguer cuenta que “se quedaron impresionados, el uno con el otro”
Y aquí se fraguó el proyecto de Destino.
La colaboración, tenía más visos de amistad, que de relación laboral; tanto que en 1957, el matrimonio Disney viajó a la casa de los Dalí en Portlligat, Cadaqués, Girona, en España.
Pero lamentablemente, el proyecto no llegó a buen puerto.
“He de seguir, seguir, seguir mi Destino...”
Destino es un cortometraje animado de fantasía, lanzado en 2003, y dirigido por Monfréy Dominique.
Protagonizado por Jennifer Esposito y Dora Luz.
El guión es de Salvador Dalí, John Hench, y Donald W. Ernst, que Walt Disney le encargó a Salvador Dalí, y que está basado en la canción “Destino”, del mexicano Armando Domínguez; en la que tenía que combinar ballet y dibujos, y debía formar parte de un largometraje de relatos breves, pero el proyecto quedó inconcluso, tras 20 segundos realizados...
Y es que Destino, es único, porque su producción comenzó originalmente en 1945, 58 años antes de su conclusión final.
De inicio, el proyecto fue una colaboración entre el cineasta estadounidense, Walt Disney, y el pintor español Salvador Dalí; la idea detrás de la película, fue descrita por Disney como:
“Una simple historia de amor:
Chico conoce a chica”
Mientras que Dalí lo llamó:
“Una exposición mágica del problema de la vida, en el laberinto del tiempo” que cuenta los amores de una bailarina por un jugador de béisbol.
Se conocen, se gustan, pero el tiempo, representado por el dios griego Cronos, se impone.
“No se puede escapar al destino”, y concluye el cuento animado.
La fuente de inspiración para el proyecto de Dalí y Disney, era la canción de Domínguez, cuya letra da cuerpo al argumento de la película, y cuya música acompaña las imágenes en todo momento.
A través del dibujo animado, Destino quiere explicar y remarcar, la importancia del tiempo, mientras esperamos a que el destino actúe en nuestras vidas.
La historia de amor entre una bailarina y el jugador de béisbol/dios Cronos, es el hilo conductor, a través del cual, se nos muestran las múltiples peripecias que sucederán antes de que el destino haga su aparición.
Y se trabajó en él, durante 8 meses, desde finales de 1945, hasta 1946.
Sin embargo, las preocupaciones financieras, llevaron a Disney a abandonar la producción.
Y es que The Walt Disney Company, a continuación, Walt Disney Studios, tuvo muchos problemas financieros en La Segunda Guerra Mundial.
Por su parte, John Hench, compiló una prueba del corto de animación de unos 18 segundos, con la esperanza de reavivar el interés de Disney en el proyecto, pero la producción ya no se consideró económicamente viable, y se puso en pausa indefinida…
Posteriormente, en 1999, el sobrino de Walt Disney, Roy E. Disney, último miembro de la familia Disney, en participar activamente en la compañía, mientras trabajaba en el filme “Fantasía 2000” (2000), desenterró el proyecto latente, y decidió traerlo de vuelta a la vida.
Destino, se estrenó el 2 de junio de 2003, en El Festival Internacional de Cine de Animación de Annecy, en Annecy, Francia; y fue muy bien recibido, tanto que fue nominado para el premio de La Academia, al mejor cortometraje animado; premio que se acabó llevando otra joya, “Harvie Krumpet”
Destino, se estrenó en los cines, en una versión muy limitada, junto con la película “Calendar Girls” (2003); y fue incluido en el Animation Show of Shows, en 2003.
El corto de 6 minutos, sigue la historia de amor entre Cronos, y el amor desafortunado que siente por una mujer mortal, llamada Dahlia (Jennifer Esposito)
Un rostro parecido al de Gala Éluard Dalí, esposa de Salvador, se anima con rasgos de las princesas de Disney, y baila con un vestido de ensueño, mientras el mundo se destruye a su alrededor, en pesadillas dalinianas…
El tema de Destino, es el deseo, la imaginación, imágenes, y lucha.
En el ballet como la gracia, a una mujer, quien se conecta con la sombra de una campana, se embelese con un hombre que emerge de una roca.
En la danza, luchan tanto con imágenes, como unas hormigas que se convierten en hombres, globos oculares en trajes de esmoquin, y en un momento dado, muy inteligente en el fondo, una Luna, caminando con las patas de una araña.
La historia continúa, a medida que las danzas femeninas se mueven a través de un paisaje surrealista, inspirado en las pinturas de Dalí.
El resultado final, es una tierna, hermosa, triste, y encantadora historia de amor, ya que sólo Dalí podía imaginar que, con las imágenes, como sólo él podía crear por el poder de su imaginación, fusión de relojes, globos oculares, esmoquin sin rostros, bailarinas, hormigas que se convierten en bicicletas, y pelotas de béisbol, sorprendentes.
En Destino no hay diálogo, pero la banda sonora incluye la canción homónima del compositor mexicano, Armando Domínguez.
Porque en realidad, Destino, no es más que un videoclip, uno de los más antiguos de la historia; concebido por Dalí, como una serie de imágenes basadas en las emociones que inspira la dichosa canción.
Por tanto, no esperes encontrar la típica historia de Disney, con un final entrañable, o uno de los cortos pseudo cómicos de Pixar… esto es otra cosa, es arte, un arte al que sólo se puede llegar, mediante el surrealismo de Dalí, y la elegancia de Walt Disney.
“This heart of mine is thrilled now.
My empty arms are filled now as they were meant to be for you.
Came along out of a dream I recall.
Yes, you came along to answer my call.
I know now, that you are my destino.
We'll be as one for we know our destiny of love”
Destino es un ejemplo fantástico, de lo bueno que la tecnología puede ofrecer.
Salvador Dalí, como todo bicho viviente sobre el planeta sabe, fue un famoso pintor surrealista, pero también destacó como escultor, colaboró en múltiples producciones cinematográficas, y hasta escribió una novela.
Pues bien, aún le quedaba tiempo para ejercer de “showman” en los ratos libres que le permitía su vocación artística, una virtud que no podía pasar desapercibida en EEUU, la nación que le recogió en el exilio con los brazos abiertos.
En “el país del dinero”, Dalí era una mina de oro, que no pasaban por alto, buscadores experimentados como Walt Disney, pero en este caso en particular, la colaboración no llegó a buen puerto, y el trabajo cayó en el olvido, apenas comenzado…
Y es que la historia de la producción de Destino, tiene su lado fatídico.
Si nos ceñimos estrictamente al argumento de este cortometraje, después de calentarnos mucho la cabeza, y verlo un par de veces, podemos sentenciar, que se trata de una historia de amor entre 2 seres imposibilitada por el caprichoso destino.
Y así, como los amantes que no pueden consumar su amor, Dalí y Disney, nunca pudieron materializar en forma de corto, su admiración mutua, al menos al principio.
La historia oficial, no dice nada de una muy probable disensión artística, y “los hados” nos despojaron la oportunidad de asistir a una pieza de arte única.
Descifrando el “storyboard” original, del que podemos ver algunas imágenes en los créditos, nos da una visión muy cercana, a lo que por interferencias del destino, nos perdimos tiempo atrás.
En Destino, Dalí recurre una vez más, a la iconografía más propia y personal, y hace uso del paisaje ampurdanés, y del recurso de las dobles imágenes, para transportarlos y trabajarlos en el lenguaje nuevo de los dibujos animados.
La combinación de las dobles imágenes, con las transformaciones de objetos, y las constantes referencias a sus obras, ilustra un mundo de sueños, en el que se mezclan los dibujos llenos de personalidad de Disney, y el imaginario surrealista daliniano.
Con un equipo de 25 animadores, se descifraron los guiones crípticos de Dalí y Hench, con un poco de ayuda de revistas de la esposa de Dalí, Gala Dalí, y la orientación del mismo Hench, y terminando la producción de Destino.
El resultado final, es sobre todo, animación tradicional, incluyendo material de archivo original de Hench, pero también contiene algunos momentos de animación por computadora.
Las 18 tomas de segundo originales, que se incluyen en el producto acabado, son el segmento con las 2 tortugas.
Este material original, se refiere a la secuencia del “Concierto para piano Nº 2, Op.102: Allegro” de Dmitri Shostakovich, sobre la base del cuento de Hans Christian Andersen:
“The Steadfast Tin Soldier” en “Fantasía 2000” (2000), incluyendo una “idea que se consideró al béisbol, como metáfora de la vida”
Y se nos muestra una historia que sólo es capaz de comprenderse, mediante el mundo de los sueños:
Cuando te despiertas, te das cuenta de que no tiene ningún sentido, pero mientras lo vives, no hay nada más coherente, ni más importante que eso.
El propio Dalí explica, que con Destino, trata de reflejar una “mágica exposición de los problemas de la vida, en el laberinto del tiempo”, y describe, muy explícitamente, alguna secuencia:
“...la sombra de la campana, se confunde con la silueta de la joven, y ambas se ponen a bailar.
La cabeza de Cronos, esculpida sobre la pirámide, se libera de la piedra, y comienza también a bailar, intentando ahuyentar una lluvia de monstruos que caen del cielo.
Cronos aparta a los monstruos de su cuerpo, y cada vez que se quita uno de encima, se le hace un agujero”
De hecho, si consideramos que una de las constantes dalinianas, es el acercamiento de la idea artística elitista, a la cultura de masas, o viceversa, la colaboración que Dalí establece con Disney, hace que 2 lenguajes con grandes inquietudes, se encuentren.
Y Destino se convierte así, en un producto artístico único, donde la expresividad daliniana, se alía con la fantasía y la sonoridad de Disney, una película en la que las imágenes de Dalí adquieren movimiento, y las figuras de Disney… se “dalinizan”
Dentro de Destino, encontramos guiños a obras surrealistas anteriores de Dalí, como por ejemplo:
“La Persistencia de La Memoria”, la famosa pintura de Dalí, con los relojes de fusión.
Y las hormigas saliendo de la mano, en referencia a las arañas en el filme “Un Chien Andalou” (1929) de Buñuel; e incluso, la cara de Dalí, deformada hasta adquirir una forma abstracta, sólo caracterizada por su curioso bigote…
Y es que poco después de sus colaboraciones con el director Luis Buñuel, Salvador Dalí publicó “Babaouo”, donde reitera animales muertos o decapitados, de ojos vendados, y un gran pan sobre la cabeza...
Eran macro estructuras, elementos gigantescos, que fueron una constante de su plástica, es decir, camas de quince metros, con cipreses yacentes; cucharas gigantescas, grandísimas sábanas colgantes de las fachadas, etc.
Estos elementos, suelen ser recurrentes en numerosos guiones cinematográficos surrealistas; y si la obra “El Alma”, se hubiera filmado, habría sido un precedente al “film neo-místico”, en la historia del cine español, con personajes como Santa Teresa, y el gusano convertido en mariposa...
Pero eso nunca fue…
Lo único que se puede hacer, sencillamente, es disfrutar del ágil ritmo narrativo de la sucesión de escenas, de la recreación irreal de espacios tremendos, y arquitecturas imposibles, de los símbolos, por llamarlos de alguna manera, sobre el paso del tiempo, del sinfín de detalles agolpados en estos 6 minutos, inundados de música memorable.
Una vez más, me pregunté, si la película hubiera sido tan Disney, si se hubiera hecho en 1946, con el hombre a sí mismo, directamente involucrados, a veces me sentía que yo estaba viendo “Pocahontas” (1995), y le quita a la experiencia un poco.
Afortunadamente, los “storyboards” impiden ir demasiado lejos de las imágenes originales, y como tal, es interesante e imaginativa; aunque se mezcle con una protagonista femenina, con la cara familiar al estilo Disney.
De hecho, hay quién la crítica, por no encontrarle lógica, porque no hay modo humano de entenderla…
No creo que eso sea un punto negativo.
¿Acaso encuentras lógica, a la obra de Dalí?
Supongo que no, no obstante, lo comprendas o no, te vas de allí, con la sensación de haber contemplado un espectáculo visual perfecto.
A fin de cuentas, no es otra cosa que un cuadro de Dalí en movimiento.
Por tanto, la interpretación es infinita, y se requiere de mucha atención para descubrir las imágenes y su simbología.
La banda sonora, única canción, fue compuesta por el compositor mexicano, Armando Domínguez, e interpretada por Dora Luz.
Todo ello hace de Destino, una fantasía en el sentido en que se acuñó el término para el espectáculo creado para la película “Fantasía” (1940):
Una obra musical ya existente, que es ilustrada mediante animación.
La canción “Destino”, evoca un amor imposible, entre 2 personajes que interactúan en una sucesión de pesadillas dalinianas, animadas tanto con animación tradicional como digital.
Todo un videoclip… gritará alguno.
Pues sí, pero es que eso era “Fantasía” (1940), aunque con un fin solamente artístico, y un nombre mucho más evocador… pero, sí, prácticamente, Walt Disney es el inventor del videoclip, y nadie se lo dijo.
Y lo cierto es que esta melodía engancha a la primera, e invita a perderse por la obsesiones de Dalí, como si cruzáramos el lienzo de una de sus pinturas, y estas cobraran movimiento, a ritmo de bolero.
“Mi corazón estaba triste y solitario, en saber que sólo podía llevar mi amor para mí”
Destino, se proyectó como parte de la exposición “Dalí & Film” en el Tate Modern, nombre por el que se conoce al Museo Nacional Británico de Arte Moderno, de junio a septiembre de 2007, como parte de la exposición Dalí, en el Museo del Condado de Los Angeles, de octubre 2007 a enero de 2008; y en una exposición en El Museo de New York de Arte Moderno, llamado:
“Dalí: Pintura y Cine” de junio a septiembre de 2008; así como en una exposición en El Museo Dalí, en St. Petersburg, Florida, en 2008.
A mediados del 2009, tuvo lugar su exposición en Melbourne, Australia, en la Galería Nacional de Victoria, a través de la exposición “Dalí, Deseo líquido”; y desde finales de 2009, hasta abril de 2010, se expuso en el Dayton Art Institute, en Dayton, Ohio, en una exposición titulada:
“Dalí y Disney: El Arte y La Animación de Destino”
Desde el 27 de abril, al 2 de septiembre de 2013, se pudo ver Destino, en la exposición Dalí:
“Todas las sugestiones poéticas, y todas las posibilidades plásticas”, en El Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, en Madrid, España.
Aunque Disney posee la mayoría de los dibujos que fueron usados para crear Destino, e incluso 5 pinturas, que Dalí y sus colaboradores de la factoría Disney, realizaron para el cortometraje, la Fundació Gala-Salvador Dalí, conserva diversos bocetos y croquis para las imágenes de la película, que el artista guardó para él.
Se trata principalmente, de estudios preparatorios, hechos a lápiz y tinta sobre papel vegetal, muy poco conocidos, procedentes de los cuadernos en que Dalí dibujaba, y volvía a dibujar las imágenes que tenía en la cabeza, en un proceso creativo, concentrado y apasionado, que refleja su entusiasmo por el proyecto.
La muestra total, expone 27 piezas:
1 óleo, 1 acuarela, 15 dibujos preparatorios, 10 de ellos inéditos, y 9 fotografías de Dalí, en el proceso creativo de este material, del matrimonio Disney en Portlligat en 1957, y de los Dalí en Burbank, California, EEUU.
También, se ha editado un folleto divulgativo, dirigido a todos los públicos, sobre los contenidos de la exposición, en 4 idiomas.
La presentación, ha sido responsabilidad de Joan Manuel Sevillano, Gerente de La Fundación Dalí, Montse Aguer, Directora del Centro de Estudios Dalinianos; y de David A. Bossert, Director Creativo, y Jefe de Proyectos Especiales, de Walt Disney Animation Studios.

“Now I can smile and say…”



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