The Forgotten

“Everything you've experienced, everything you've known, never happened”

La realidad que vivimos, es un concepto difícil de comprender, pues:
¿Quién nos asegura, que lo que vivimos, no es más que un holograma creado por la mente?
Sin meternos a rasgos idealistas, o materialistas; pues en muchas ocasiones, vivimos la realidad que queremos vivir, o tal vez, sólo vivimos la realidad que se nos presenta…
El instinto maternal, es un impulso que empuja a una madre, a actuar por su bebé, a ocuparse de él, sin reflexionar, sin abandonarlo, e incluso, sacrificándose por él.
¡Así que es muy útil para preservar la especie humana!
Porque no paras de pensar en tu bebé, te preocupas por su bienestar continuamente, y sientes que algo los une, buscas su mirada, cuando no está contigo…
Una vez con el niño “real” en brazos, existe la capacidad o incapacidad de cuidarlo, según nuestra historia emocional pasada, de la que generalmente no hay un claro registro.
De todas maneras, la función materna, se puede aprender, buscando referentes externos, siempre y cuando reconozcamos, que resulta difícil responder a las demandas de un niño pequeño.
Siempre ha sido un misterio, en especial para el hombre, el lazo que une a la madre con su hijo:
Lazo alimentario, lazo de cuidados, instinto maternal…
Muchos hombres, han intentado develar esa trama, pero sin éxito alguno.
¿De qué debe olvidarse una madre, para olvidar a su hijo?
Las películas, pueden transportar al espectador, a un estado alterado con esa pregunta, aun sin respuesta clara, aunque mucho lo llamen “concepción”
“Remember”
The Forgotten es una película de ciencia ficción, del año 2004, dirigido por Joseph Ruben.
Protagonizado por Julianne Moore, Dominic West, Gary Sinise, Anthony Edwards, Alfre Woodard, Kathryn Faughnan, Tim Kang, Christopher Kovaleski, Kathrina Miccio, Linus Roache, Ken Abraham, Jessica Hecht, Lee Tergesen, entre otros.
El guión es de Gerald DiPego; que según cuenta, se inspiró en un sueño que tuvo; aunque más que un sueño, lo que tuvo fue una pesadilla:
En éste, había una foto de familia, una madre, un padre, un niño pequeño.
Poco a poco, la imagen del niño empieza a desvanecerse, y al final desaparece.
DiPego se despertó sobresaltado.
Miró el reloj, eran las 06:30 de la mañana.
Permaneció concentrado en la penosa imagen del sueño, y empezó a pensar en ello…
Tiempo después recuerda, despertó a su mujer, y le dijo:
“Creo que tengo una buena historia”
Dice el director, Joseph Ruben:
“The Forgotten es la lucha de una madre, por salvar a su hijo.
Está dirigida por esa clase de sentimientos primarios, que inmediatamente cautivan y tocan emocionalmente al público, porque se trata de una mujer que puede o no, haber tenido un hijo, o quizás, esté teniendo un problema psicótico…
De cualquier manera, está viviendo una pesadilla, pero no se sabe si la pesadilla está en su cabeza, o es real”
El productor, Bruce Cohen añade:
“Una grave situación, es la que todo el mundo puede identificarse.
Es la peor pesadilla de todo el mundo:
Levantarse un día, y encontrarse con que el mundo te dice, que todo lo que crees, no es verdad, y no estás seguro de si te estás volviendo loco.
Todos hemos tenido momentos, donde hemos estado seguros, de que nuestra interpretación de la verdad, es correcta, aunque otras personas tengan una idea completamente diferente de lo sucedido.
Imagina que no seas capaz de encontrar a nadie que apoye tu punto de vista.
Ese es un momento muy aterrador, que induce a la paranoia”
The Forgotten se rodó principalmente en New York; y sigue a Telly Paretta (Julianne Moore), una mujer que lucha por superar la pérdida de su hijo de 8 años, llamado Sam (Christopher Kovaleski), y el consiguiente alejamiento de su marido, Jim (Anthony Edwards)
Pero, de repente, su psicoterapeuta le dice, que su hijo no es más que un producto de su imaginación…
Confusa, intenta encontrar evidencias de la existencia de Sam:
Fotos, videos, libros de recuerdos…
Pero todo ha desaparecido.
Telly está convencida, de que se está volviendo loca, hasta que conoce a Ash Correll (Dominic West), el padre de otra de las víctimas del accidente de aviación.
Juntos, se embarcan en una búsqueda para probar la existencia de sus hijos, y demostrar su salud mental; su propia cordura.
¿Está volviéndose loca, o existe una explicación para todo ello?
Luego aparece La Agencia de Inteligencia del Gobierno, y queda claro que algo sucede, aunque no se sabe muy bien el qué.
Este acontecimiento, elimina gran parte del juego que hubiera podido dar, el no saber si Telly tiene razón, o se está inventando todo, pero al menos contribuye a aumentar la paranoia de la protagonista.
El discurso es claro y conciso, revalorizar los vínculos imborrables de una madre para con su hijo, pase lo que pase, sea de la naturaleza que fuere, hay lazos que están muy íntimamente ligados, a tal punto de ser un fuerza que todo lo puede.
No es fácil, en la mayoría de los casos, desvincular afectivamente una relación familiar de este grado, y Joseph Ruben lo lleva a la práctica, con un filme de suspense, de índole sobrenatural.
“You erased our son!”
La idea original de la que parte este “thriller” es conmocionante, porque poco puede resultar más aterrador, que dudar sobre vínculos esenciales de nuestra propia vida, y considerar la posibilidad de que éstos, nunca existieron.
The Forgotten es un filme original y valiente, que no reserva su sorpresa para el típico final efectista, y que incluye 3 o 4 escenas de impacto que, literalmente, levantarán al espectador de su asiento; y nos traslada paulatinamente, del drama a la paranoia, convirtiendo la realidad, en algo amenazante, en lo que no se puede confiar.
The Forgotten recuerda gratamente, a los argumentos de Philip K. Dick, e incluso, a las primeras etapas de “The X-Files” donde el protagonista, parece vivir en una realidad diferente al del resto del mundo, y durante bastante tiempo, el espectador no puede estar seguro, de cuál de las 2 versiones, es la correcta.
La trama, parece detenerse en la imposibilidad materna, de olvidar a su hijo:
Sam, de 8 años, supuestamente fallecido en un accidente de avión hace 14 meses, y los intentos fallidos que su madre labra para soportar su falta.
A partir de allí, la historia vira...
Psiquiatra y marido, coinciden en la versión de la inexistencia del niño.
La triangulación edípica, la foto familiar, se desvanece, el padre no oficia de padre, y olvida su paternidad.
Se intenta confundir a Telly, con el nacimiento de un niño muerto, de allí su existencia, el nombre asignado, y su recuerdo, pretendido artilugio para conservarlo en la memoria.
Sin embargo, hay algo en ella que no puede ser borrado.
Su cuerpo lleva la marca de haberlo alojado.
Ella misma es cifra de ello.
Signo de un deseo materno, metaforizado por la ley paterna, pero sobre todo, signo de amor, “el gran olvidado”
Y es que Sam ha sido abducido por alienígenas, dedicados puntualmente a experimentar un programa para borrar de la memoria de las féminas humanas, los sentimientos generados por la maternidad.
Raptaron a Sam, y al grupo de niños de la excursión escolar.
Todas las madres sometidas al programa de anulación de recuerdos, han respondido satisfactoriamente, no recuerdan, no tienen conciencia en absoluto de haber tenido hijo alguno, y el más profundo de los sentimientos, ha sido borrado total, y absolutamente.
Efectivamente, de qué trata The Forgotten, sino de un amor ejercitable para el sujeto.
Y vaya ejercicio que esta madre hace, para no olvidarlo.
Ejercicio que no hace sola, sino con un padre que la acompaña en esa empresa.
Un padre que, aunque no sea el padre biológico de su hijo, no haya olvidado su función.
Pero, no perdamos de vista que su existencia es posible, sólo si es sostenida en la palabra de la madre; él mismo puede ser abducido, desaparecido, pero no olvidado.
Su triunfo, es resistirse al olvido, precisamente, una palabra ligada al título original del filme, que plantea la persistencia de la memoria humana.
La cosa va de la fe, de la fuerza del amor, del instinto maternal, capaz de rescatar del olvido, a aquellos que más queremos.
Ella, es sólo una madre que cree en su perseguidor:
Un ser de otro mundo, Robert Shinner (Linus Roache) Presidente de Air Quest, de allí su búsqueda en el aire desde el comienzo de la búsqueda/persecución.
Entre la selección de instantáneas imborrables que sobreviven en la cabeza de Telly Paretta, imágenes que vivifican la fe en la existencia de su hijo, una de ellas, consiste en Sam, jugando en la bañera.
Es precisamente aquí, en donde se explica el fallo del experimento alienígena, en no haber previsto y calculado los efectos sentimentales creados por el embarazo de Telly.
La fuerza de la unidad dual, en la situación intrauterina, entre madre y feto.
Una fuerza tan  poderosa, como la del nacimiento, pero más misteriosa, más íntima, más perdurable, más imposible de borrar, imposible de hacer desaparecer, por inteligencia alienígena alguna.
La escena que precipita el desenlace:
El extraño encuentro entre Telly y el ser extraterrestre, nos permite recortar, en el último y desesperado intento que pretende borrar a Sam, un lugar para el amor.
El recuerdo elegido, será el del parto, momento supuesto por aquél, como fundante del lazo.
Sin embargo, no logra arrebatarlo, queda de ello, una marca sin rostro sostenida del amor:
La imagen de Telly, acariciando su panza, nombrando a su hijo, tejiendo ese lazo aún antes de nacido.
Una madre que, en ese último reducto, sostendrá un “¡No!”
Un último cabeceo, que le permitirá retenerlo y sujetarlo.
La estancia del Sam, jugando feliz en la bañera, viene a ser la prueba irrevocable, de que la bañera reproduce el cuerpo de la madre.
Y que el niño, dentro del agua amniótica, resulta ser la representación de la estancia del feto, en el seno materno, resultando, por tanto, imposible separarlos, borrarlos, pues son consustanciales.
Ya no son recuerdo, sino carne en la carne, cuerpo de la madre, prolongado en el hijo.
No se trata de recuerdos, sino de sustancia, de que ella está en él, y él en la bañera del cuerpo materno que lo contiene.
Efectivamente, tal como Telly lo intuye, la desaparición de los niños, no tenía como fin su robo, sino dilucidar el lazo que une a la madre con su hijo, en una suerte de experimento, ideado por Robert Shinner, el extraterrestre que busca comprender el misterio de la función materna…
De ahí lo mejor de The Forgotten, el suspense psicológico, que se acerca al ámbito sobrenatural, y a la ciencia-ficción, sin perder el primordial enfoque psicológico, para exhibir la angustia y la paranoia de su carácter central.
Hay ciertos rasgos de The Forgotten, que hacen que el espectador conjeture, desarrolle de todo tipo de hipótesis, y creo que allí está explícito el objetivo del director:
Mantener atrapado al espectador, en un mundo de suspicacias, donde cada uno irá construyendo su película en particular, hasta ese punto clave, donde pega un giro, y ya sabemos hacia dónde apunta la estética, y el planteo general.
Con el propósito de mostrar tal zozobra, Ruben acera todos los mecanismos narrativos, que sirven para acentuar ese tono paranoico y sombrío, al que dota The Forgotten, junto a sus técnicos, entre ellos:
El diseñador Bill Groom, el compositor James Horner, y el fotógrafo Anastas Michos, quien en su afán de enfatizar el estado emocional de Moore, emplea un antojadizo, e iterativo trabajo de cámara.
Como curiosidad, no hay color rojo en la película, más que el pelo de Julianne Moore.
Ruben dice, que el personaje de Telly Paretta “es un papel “tour de role”, que requiere de una actriz, que pueda desarrollar la posibilidad de que el personaje pueda haber tenido una crisis psicótica, y al mismo tiempo, que el público se identifique con ella, y la apoye completamente.
Como madre real de 2 niños, sientes que en su interpretación, Moore toca el lazo único que existe entre una madre y su hijo”, acotó el director.
De Julianne Moore, solo queda decir, que nadie sino ella, podía convertir a esa Telly Paretta, en un personaje con algo de interés.
Dibujada en el guión como otra madre coraje más, una mujer que combina los estados de deprimida y eufórica, entre escena y escena, Moore hace de ese personaje, algo mucho más fuerte y llamativo de lo que venía a ser, y eso que no estamos ante una de sus mejores interpretaciones.
Del resto del reparto:
Anthony Edwards, por su parte, se limita a cumplir el expediente, con ese personaje de una sola nota; pero Dominic West ofrece una buena interpretación, en la piel de ese hombre, que ha olvidado el porqué de su alcoholismo.
Se sabe que éste último, ha cumplido correctamente su cometido, cuando en una escena, a Telly le cuesta demasiado despertarle tras una noche de borrachera.
La tensión que se respira en el ambiente, por si el personaje está más que dormido, indica que de alguna forma, West ha conseguido despertar una simpatía compasiva en el espectador, que es más de lo que parecía posible lograr con un personaje tan plano.
Peor parados salen, Gary Sinise y Alfre Woodard, en unos papeles diseñados para “decir y desaparecer”
Pero si algo le tengo que reconocer a The Forgotten, es una escena, una de las mejores que he visto en el cine, y que impactó porque no se ve venir:
Telly está en el coche, conducido por Ash, que le ayuda en sus propósitos, y vemos cómo va avanzando por una carretera en la ciudad; se ven unas luces por la ventanilla del copiloto, y un coche acercándose, y en décimas de segundo, se produce un choque espectacular, totalmente inesperado y resuelto con maña.
Tal vez, lo único destacable, técnicamente de The Forgotten.
Lo peor, es la forma en que resuelven el final, típicamente Hollywoodiense; hace de The Forgotten, una película incompleta, que deja al espectador, con una molesta pregunta:
¿Esto es todo?
Del factor fantástico, no me cabe en la cabeza, que una raza “supuestamente evolucionada” y más inteligente, y todo eso, se deje engañar y vencer por la protagonista; o de verdad, los extraterrestres querían saber porque tanto la conexión de una madre hacia su hijo, el extraterrestre le quiso quitar el primer día de su hijo, desde que nace, pero ella aun así, recuerda a su hijo, porque sabe que vive…
Y es que todo hacía pensar, al principio, que la protagonista está bien loca, y todo lo que le ocurre, es parte del camino para comprender su falta de cordura.
Desde un punto de vista, la protagonista principal, está loca, y en su locura, ve a personas que no existen, se imagina que tiene un hijo, aunque en principio deambula más por el lado real de la propuesta, mostrándose a personajes que en teoría, son “reales”, tales como:
El psicólogo, el marido, la pareja etc.
Sin embargo, Joseph Ruben se pasa de rosca en su ficción, y crea momentos que bien podrían ser tomados a risa, como las típicas escenas en que las personas desaparecen de buenas a primeras, volando por los aires...
Además, un fallo bien comentado por alguien, con quién coincido, es el hecho de que, el director y el guionista, no se atreven a explicar, cómo la protagonista, se imagina al niño, y a los demás personajes, por no ahondar, no ahonda tan siquiera en un personaje que debería haber estado ahí, como es la pareja de Julianne.
Sí creo que, definitivamente, The Forgotten se pierde en su ficción, algo que el espectador puede llegar a lamentar.
Aunque se explique, que el experimento en particular, tiene un tiempo estipulado, y si la protagonista no olvida a su hijo en ese tiempo, pues todo el experimento fallará, y se deberá dar marcha atrás, que en definitiva es lo que sucede…
A ratos, resulta incluso pesado seguir la trama, al no tener la intriga, otra base sobre la que sostenerse, que es la convicción de la protagonista, de que su hijo no fue una invención.
No sabemos si se investiga algo, si las persecuciones de las que escapan, arrojarán algo de luz sobre el asunto, o si solo se trata de llegar con vida a los últimos minutos del metraje, donde la policía es inoperante, y los extraterrestres, no tienen recursos…
Y es que desde el inicio, muy bien planteado, se enfoca al concepto de que el niño está muerto; después de esto, como a los 10 o 15 minutos, el niño no estaba muerto, sino que nunca existió, transformando el contexto de negación, a una de persecución, que intenta mantener al espectador al borde, lo cual se logra paulatinamente, cuando los federales empiezan a buscar a Julianne Moore.
Aquí se bifurca en gustos, pues si al espectador le atrae en los asuntos federales como:
Mutación, comunicación con aliens, armas nucleares, etc., estará entretenido al ver este asunto de la corrediza sin sopor; pero si esperaba algún delirio de la mujer, un drama familiar… digamos algo más apegado a la realidad, pues no creo que le atraiga este giro de trama, y yo prefiero esta 2ª opción, pues es menos imaginaria, que implica meditación, o algún mensaje trascendente, no juegos pirotécnicos, volando por el aire…
Esto de los federales, es para que te prepares para el anacrónico desenlace, el cual es para 2 gustos muy diferentes, pues depende si degusta que el “villano”, por así decirle, gane; y el final abra paso a una posible secuela; o simplemente demuestre un pesimismo insano; o que el final, sea muy “Happy Ende Made in Hollywood” y todo sea hojuelas sobre miel, el cual es el caso de The Forgotten.
Insostenible es que para el final, y estando en lo que debería ser el aeropuerto, la  Moore se enfrenta al extraterrestre en 2 ocasiones, pero su cuerpo repele los cristales rotos, y sale ilesa, sin un rasguño:
La 1ª vez, es cuando el tipo la sopla y arrastra por varios metros, en medio de una destrucción tumultuosa de cristales, que vuelan con ella, pero nada le ocurre, ni sangre en la cara; luego, cuando abducen al marciano, luego de reconocido su fracaso, su vuelo hacia el cielo, destroza el techo del ¿hangar?, de forma estrepitosa, pero a ella no le cae ni polvo en los ojos...
Luego, si Ash “muere”, cuando el extraterrestre cae con él por la ventana...
¿Cómo es que después está vivo y coleando, sentado en el columpio?
Seguramente, para cualquier director de cine, le es difícil crear una trama psicológica, envuelta en un drama que de un “twist” al final, con intenciones de que el espectador diga:
“Lo sabía” o “como no se me ocurrió”
Pero el hecho de trabajar con un guión psicológico, que estudia la mente y la reacción humana, ante alguna situación, tiene una desventaja enorme, “el prestigio”, si alguien trabaja con este tipo de trama, el espectador está acostumbrado a un “twist”, que no transforme el entretenimiento y disfrute, en algo tedioso, pues esperas encontrar el final, antes de cualquier otro, o simplemente te mata la ansiedad por saber cuál será el desenlace; además, en las tramas en las que se maneja, que en la mente todo es posible, es fácil esperar un final muy irreal, y si a esto le agregamos un toque de ciencia ficción, la trama se puede salir de las manos, creando un enfoque surrealista, que termina decepcionando al espectador; tal es el caso de The Forgotten, y la verdad esto es una vil falacia, si bien es un excelente tema, pero mal explotado, pues se descuida de forma infame el transcurrir el tempo, pues al parecer, el director confundió ritmo con aceleración, lo cual afecta el desarrollo del film.
Como curiosidades, The Forgotten es una película que, para sus pases en televisión, cambió parte del argumento:
El accidente aéreo, se torna en otro de autobús, para no herir susceptibilidades post 9/11, y que fruto del delirio que es ese cierre, el final es otra tontería, que además, ni se entiende demasiado bien, que suena más a excusa, o a un descarte metido de clavo, para justificarse un poco, otro fin alternativo, a la historia en el DVD.
“Sometimes people go around and invent alternate lives, with imagined friends, and imagined families”
No existe como tal, “el instinto maternal” dicen los hombres psicólogos/psiquiatras, lo que sí hay, es “el instinto de supervivencia”, no solo individual, sino colectivo.
Los seres humanos, compartimos con otras especies, este instinto, somos seres sociales, vivimos en sociedad, de la que formamos parte, y dependemos.
El instinto de supervivencia, va más allá de lo individual, y se relaciona con lo colectivo.
La protección en este caso, ya no depende de la especie, sino del entorno, de la familia, de las amistades, y de las creencias.
Hay algunos expertos, que ya relacionan el instinto maternal, con el hombre…
Para unos, esta idea es destacable, por el importante papel que juega el hombre como padre.
Hace 40 años, un buen padre era el que llevaba dinero a casa; sencillamente no se estilaba, que el padre se ocupara de la educación, cuidado, nutrición, o salud de la prole; eso eran cosas de mujeres…
Hoy, muchísimos hombres se ocupan de todo eso, desde la responsabilidad, y desde el derecho que el hecho de ser padre les confiere.
Esto no es instinto, es evolución, según alegan.
Pero yendo más allá…
The Forgotten es una película de gran voltaje metafórico, pues viene a evidenciar lo que sucede ahora mismo en muchos países; y me refiero a la desaparición sistemática de todos, y cada uno de los beneficios públicos que gozaba la sociedad, especialmente los concernientes a:
Sanidad, educación, justicia, bienestar social, etc., que han sido dinamitados, o están en proceso de ser borrados de la memoria, por una casta de terrícolas incompetentes, dedicados a delinquir, a apropiarse de lo ajeno, copiando mal las impresentables conductas neoliberales, que están demoliendo el estado del bienestar, ganado palmo a palmo por aquella miope, lamentable, sociedad, que bajó la guardia con el espejismo del bienestar falsificado, creado por los descendientes directos de las dictaduras, que luego, la miopía de demasiados, ha llevado y confirmado en el poder.
Léase, Cuba y Venezuela.

“You'll Never Forget The Ones You Love”



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