Gremlins

“With mogwai comes much responsibility”

Un gremlin es una criatura mitológica, de naturaleza malévola, popular en la tradición de países de habla inglesa, y surgida probablemente, a comienzos del siglo XX.
La historia popular, describe a los gremlins, como capaces de sabotear todo tipo de maquinaria.
Esta percepción de las criaturas dio origen, por ejemplo, a que los pilotos ingleses de la Royal Air Force (RAF) de servicio en Oriente Medio durante La Segunda Guerra Mundial, narraran un cuento que intentaba atribuir los accidentes frecuentes que sucedían en sus vuelos, a la acción de estos seres fabulosos.
Se comentaba que, debido a que los gremlins eran animales que destruían todo, su existencia podía explicar las caídas de aviones, sin necesidad de fuesen atacados.
Aludiendo a la misma historia, pero con signo exactamente inverso, también se utilizó como mascota, para traer buena suerte a la tripulación de la fuerza aérea, en sus misiones sobre Alemania
Existen narraciones de gremlins, que son previas a La Segunda Guerra Mundial, y algunas datan por ejemplo, de los años '20, tras La Primera Guerra Mundial.
Sin embargo, se atribuye al autor Roald Dahl, quien estuvo en la RAF en el Oriente Medio durante la guerra, la responsabilidad de la popularización del gremlin, al haber escrito sobre estas criaturas, en su primer libro infantil, titulado precisamente “Los Gremlins” (1943), y que fue publicado por Walt Disney Productions.
Por extensión, el término “gremlin” se ha incorporado, asimismo, a la jerga de las editoriales e imprentas, y de los correctores de textos, sobre todo para referirse a aquellas faltas de ortografía, de gramática, o errores tipográficos y similares, que aparecen en un texto publicado, aun después de haberlo repasado en varias ocasiones, antes de su publicación.
Se supone que dichos “gremlins” aparecen en el camino, entre el corrector de textos y la imprenta.
“Good old WWII.
Y'know their still shippin them over here.
They put em in cars, they put em in yer TV.
They put em in stereos and those little radios you stick in your ears.
They even put em in watches, they have teeny gremlins for our watches!”
Gremlins es una película estadounidense de fantasía con tintes de comedia-terror, del año 1984, dirigida por Joe Dante.
Protagonizada por Zach Galligan, Phoebe Cates, Hoyt Axton, Polly Holliday, Frances Lee McCain, Dick Miller, Keye Luke, Scott Brady, Corey Feldman, entre otros.
Gremlins fue producida por Kathleen Kennedy, Frank Marshall, y Steven Spielberg, por entonces, Jefes de Amblin Entertainment.
El guion de Gremlins, fue escrito por Chris Columbus, y la música compuesta por Jerry Goldsmith.
Como dato, Gremlins fue la primera película en años, que usó el logo del escudo de la Warner Bros.
Gremlins fue un éxito comercial, y recibió buena acogida de la crítica.
Sin embargo, también fue duramente criticada, por algunas de las escenas más violentas.
Los críticos argumentaron, que esas escenas hacían que Gremlins no fuese apropiada para la audiencia más joven, que de todas formas, podía ir a verla, ya que estaba catalogada para todos los públicos.
Dos meses después del estreno de Gremlins, y a consecuencia de denuncias similares respecto a otras, la MPAA (Asociación Americana de Cineastas) modificó su sistema de calificación por edades.
Merece especial mención, el trabajo artístico en la creación de los Gremlins; la crítica alabó el trabajo del equipo encabezado por Chriss Wallas, creador, y en el diseño de Gizmo, a quien puso voz Howie Mandel.
Unos monstruos con tanto encanto como gracia, los Gremlins marcaron una época, que vendría precedida por “Critters”, “Ghoulies”, “Hobgoblins” y otro puñado de terroríficos bicharracos, despilfarrados entre las más míticas sagas de serie B, e incluso Z, con un simple cometido:
Divertir.
En definitiva, al igual que el diseño sorpresivo de la carátula del film, “Gremlins” (1984) se nos ofrece como un misterioso regalo, del que no sabes qué puedes esperar.
La historia es narrada, en forma de cuento con moraleja, por el padre de un adolescente, al que regalan por Navidad, una extraña mascota llamada “Gizmo”
La criatura pertenece a una especie animal, que bajo determinadas circunstancias, se transforma en un pequeño monstruo muy destructivo.
Sólo hay 3 reglas sagradas que hay que respetar:
1- No le puede dar la luz, especialmente la del sol, lo mataría.
2- Nunca jamás le debe tocar el agua, se multiplicaría.
3- Jamás darle de comer después de medianoche, cambiaría...
Por tanto, la mascota exige de su cuidador, una gran responsabilidad, moraleja final de la historia.
Gremlins fue también, la base para una novela con el mismo nombre, de George Gipe, publicado por Avon Books, en Junio de 1984.
La novela ofrecía un origen para “Mogwai” en el lenguaje Cantonés, significa “demonio” o “duende” y los gremlins como prólogo.
Supuestamente, los “mogwai” fueron creados como criaturas apacibles y contemplativas, por un científico en un mundo alienígena.
Sin embargo, se descubre que su fisiología es inestable, y bajo ciertas circunstancias, refiriéndose a las 3 reglas que se dan, un “mogwai” se transformaría en una criatura, que en la novela definen como travieso.
También en la novela, se indica que por alguna razón, los “mogwai” nacen casi siempre traviesos, o simplemente malvados, con un porcentaje muy bajo de 1 en mil de que salga apacible, como:
Gizmo, Earl y Greta, la gremlin femenina de “Gremlins 2: The New Batch″ (1990), a los que ven como anómalos y odian.
“I don't know, maybe thousands.
Look, I know it sounds crazy.
I know it does, but in a matter of hours, this town's going to become a major disaster area and now you have got to warn people!”
El trabajo del gran Joe Dante en la dirección es excelente.
Fanático de las historietas, seriales, ciencia ficción, y terror clase B de los 50', combina una estética de horror y dibujos animados, que es signo fundamental de la transformación, y mezcla del cine de los 80, en una multiplicidad simultánea de géneros.
Por su parte, el malogrado actor Zach Galligan como William “Billy” Peltzer, nos ofrece una interpretación virtuosa, compartiendo con nosotros, la incredulidad ante lo ocurre con las criaturas.
Es una lástima que el actor, no haya tenido muchas más oportunidades en Hollywood.
Mientras que Phoebe Cates como Kate Beringer, prácticamente desapareció del panorama cinematográfico durante los 90, y Corey Feldman como Pete Fountain, a pesar de ser una de las jóvenes promesas de entonces, ha acabado reconvertido en actor de serie Z.
Gremlins está llena de referencias, guiños, y homenajes a otras películas de Spielberg, de Disney, o cinéfilas en general.
Los continuos homenajes al cine de serie B, son muy oportunos y logrados, destacando el robot de “Forbidden Planet” (1956) o “The Time Machine” de H.G. Wells en “Time After Time” (1979), desapareciendo de manera muy divertida, mientras Randall “Rand” Peltzer (Hoyt Axton), está hablando por teléfono en la convención de inventores.
Ciertos homenajes son gratuitos del doblaje ibérico, ya que ni el gremlin pronuncia las palabras “Teléfono... Mi casa...” aludiendo a “E.T. The Extra-Terrestrial” (1982), ni el personaje del mítico, Murray Futterman (Dick Miller) se refiere al héroe de cómic que dice, sino a otros muy distintos.
En su apartado más cercano al terror, nos encontramos con un guiño a “The Texas Chain Saw Massacre” (1974) en el momento dónde el Gremlin punk “Stripe” ataca con una sierra mecánica, a nuestro protagonista, o incluso, al género vampírico, con esa muerte calcinada por la luz solar.
Momentos como la carnaza sanguinaria de la madre de Billy, Lynn (Frances Lee McCain) continúan siendo de contenido muy fuerte, con decapitaciones, desmembramientos en batidoras, apuñaladas a los Gremlins, o achicharrándolos en el microondas, convirtiendo a esta señora, en la más sádica de Gremlins.
Las transformaciones al estilo “Invasion Of The Body Snatchers” (1978) y “Alien” (1979) son guiños.
Las continuas gamberradas de los diablillos son históricas, con esos villancicos insoportables, o su visionado de “Snow White And The Seven Dwarfs” (1937) en un cine atestado de Gremlins, cantando como los 7 enanitos, posteriormente homenajeada por Quentin Tarantino, en su “Inglourious Basterds” (2009) pero sin la fábula de Disney.
Puedo confesar, que Gremlins mantiene la magia de antaño, una atmósfera muy atractiva, que actualmente ya no se consigue, y unos personajes tan míticos, que merecen el máximo respeto y admiración, sobre todo el padre inventor, todo un referente.
Por otra parte, los gremlins mismos, representan una serie de estereotipos de lo que en ese entonces, era la cultura de esos años, incluyendo elementos afro y gangsta Harlem a tope, incluyendo un gremlin que baila el breakdance...
Curiosamente, del guión, fueron eliminados:
La muerte del perro Barney, devorado por los gremlins, la muerte de la madre de Billy, con su cabeza cayendo por las escaleras de la casa; un grupo de gremlins devorando a los clientes de un McDonalds, y el que fue el mayor cambio de todos:
“Stripe” el gremlin/Mogwai con una cresta blanca, era el alter ego malvado de Gizmo, es decir, se transformaba en él durante Gremlins.
Todos los cambios, fueron supervisados por el productor Steven Spielberg, en la que fue la versión definitiva a cargo de Chris Columbus.
Estos detalles, fueron desechados en favor de un Gizmo heroico, que sin querer, daba origen a un montón de desalmados enanos verdes, quienes no solamente se regodeaban con la destrucción y el caos, sino que además, tenían gran afición a los productos de consumo, como:
La cerveza, la ropa, los juguetes, los coches, y las golosinas, además del cine.
No es casualidad, siguiendo este orden de ideas, que la confrontación final, tenga lugar en los pasillos de una tienda por departamentos.
No obstante, y teniendo en cuenta que Gremlins tiene la friolera de 29 años, el aspecto más destacable, es la animación de los gremlins.
El equipo capitaneado por Chriss Wallas, consiguió dar un aspecto totalmente creíble a los monstruitos, dotándolos de unos movimientos tan suaves, que en ningún momento parecen animatronics.
La gran expresividad de sus caras, y la gracia en sus movimientos, sumado a la pericia de Dante a la dirección, hacen que realmente creamos que los gremlins corren, bailan, cantan, e incluso conducen.
Otro aspecto a destacar, es la música compuesta por Jerry Goldsmith, haciendo uso tanto de instrumentos tradicionales, como de sintetizadores, crea una partitura con melodías que todavía hoy en día suenan frescas.
“I think the kid is drunk”
Gremlins es sin dudas, uno de los grandes clásicos del cine fantástico, que alimentaron la cinefilia de muchos.
Volver a verla, es como regresar a la propia infancia.
No obstante, Gremlins es un perfecto ejemplo, de cómo el cine puede hablarnos de ciertos temas subyacentes a nuestros tiempos, sin llegar a un burdo subrayado de los mismos.
Gremlins es una fábula anti-consumismo, en donde el terror de la locura de las ventas, en Navidad, y la búsqueda incansable de los regalos especiales, pueden transformarse en una verdadera pesadilla verde.
Aún cuando los regalos vienen con una apariencia tierna, como la de Gizmo, la esencia maléfica de regalar para demostrar cariño, es un acto de codicia a la hora de esperar jodida retribución.
El gran legado de Gremlins, y del cine de los 80' en general, es precisamente que nos entretiene como niños, pero también, nos remite a cuestiones y temas adultos, no sólo referidos al cine mismo, sino también al mundo que nos rodea.
Gremlins es una insólita excusa para desligar responsabilidades.
Este concepto es el elemento primordial que explica la idea subyacente de Gremlins:
Algo anda mal en estos tiempos en los que vivimos.
Si bien podría pensarse que los causantes, son esas endemoniadas criaturas verdes, esto es cierto sólo en parte.
Gizmo representa el equilibrio, la infancia soñada, el peluche deseado por todos.
Pero este peluche no puede mojarse, porque se reproduce, y sus hermanos ya no son dulces cositas, son verdaderos adolescentes:
Rebeldes sin causa, que deben ser aleccionados por la sociedad, demasiado distraída en cantar villancicos, y armar el arbolito de navidad.
“Stripe” lleva una cresta, por tanto, es un monstruo inadaptado, el cual representa esa vertiente “punk” rebelde, aún vigente a principios de los 80.
Ni hablar si estos perversos peludos comen después de medianoche, cuando ya la sociedad duerme, para levantarse al día siguiente en busca del capital:
El desequilibrio está garantizado, sobre todo, si estas cosas verdes se reproducen, multiplicando las malas costumbres... eso que la sociedad se encarga de reprimir.
En Gremlins, lo horroroso surge de un adorable “bicho peludo” de ojos grandes y encantadores llamado Gizmo.
La ternura es el disfraz del mal; el pueblo paradisíaco es el refugio de lo demoníaco.
Kingston Falls, bien podría ser, la sociedad de consumo estadounidense de los 80' con fuerte presencia de la comida rápida como “Burger King”
No es casualidad que la historia esté ambientada en Navidad, época en que una infinidad de juguetes de fabricación asiática, desborda los árboles de millones de hogares americanos, y no americanos; precisamente durante la década de los 80, cuando la cultura del “YO” imperaba, la economía Reagan estaba de moda, y el temor a la auténtica invasión asiática, aquella de las corporaciones japonesas que compraban acciones de empresas americanas como si fueran mazapán, aterrorizaba al hombre de a pie.
Creo que es más que evidente, la relación que hay entre el término, y el filme en sí.
Gremlins incluso, encarna este concepto en el personaje del señor Futterman, un hombre obsesionado con la tecnología de factura nacional, que continuamente recomienda aquello “Made In America”
La acusación de “malditos extranjeros” del Sr. Futterman, bien podría ser los políticos acusando a los comunistas, a los japoneses, o a los árabes, por los males del país.
O bien, pensemos en los propios Gremlins:
¿No son acaso, la caricaturización de todos los vicios y males de los seres humanos?
Como por ejemplo, el personaje Futterman, aparece justo después de los créditos iniciales junto a Billy, que no logra poner su coche en marcha, diciendo:
“Estos coches extranjeros siempre se congelan.
A los americanos no les pasa.
¿Ves la excavadora?
No me ha dado un problema en 15 años.
¿Por qué?
Kentucky Harvester.
No es una basura extranjera.
Es una Kentucky Harvester”
Es así como aparece uno de los temas que va a planear sobre todo Gremlins.
El de “lo extranjero”
Y es que en Gremlins, lo siniestro va de la mano de este concepto.
De nuevo, en una escena protagonizada por Futterman, nos hallamos ante otro componente esencial de Gremlins, y de gran parte de su poética:
La sátira.
La figura de lo siniestro, está acompañada de una alta dosis de humor, e incluso ironía.
En Gremlins lo siniestro va de la mano de lo cómico, un cómico no exento de un intenso componente crítico.
Los gremlins se plantean, como la encarnación de una absurda construcción paranoica, respecto al mundo exterior, en torno al miedo a lo extranjero, de tal modo que se entrevé una posible lectura política de Gremlins.
Un film de un realizador que ha crecido en los EEUU de La Guerra Fría, y que en plena era Reagan, no duda en bromear sobre la mirada al “Otro” de un país con una mentalidad, en algunos casos, extremamente conservadora, que en Gremlins es satirizada a través de Futterman.
Los gremlins reflejan además, estereotipos afroamericanos negativos, en su forma de vestir, y el comportamiento, inclusive en su lenguaje que no se entiende.
Se muestran “devorando pollo frito con las manos”, escuchan música de “negros”, bailan “breakdance”, y usan gafas de sol de noche y gorras, un estilo común entre los hombres afroamericanos, en la década de 1980.
Sin necesidad de apelar a reflexiones metafísicas profundas, Gremlins nos regala entonces, una inquietante idea, tan cara a los mejores filmes de terror:
Los verdaderos responsables del caos y lo macabro, son los propios habitantes de Kingston Falls, es decir, nosotros mismos.
No estamos frente a una comunidad bajo amenaza, porque sean buena gente, y sus atacantes odien “The American Way Of Life”, como en el cine de los '50s, sino una que no habría pasado por ningún problema, si los indolentes y autoindulgentes suburbitas, se hubieran limitado a ser cuidadosos y responsables, siguiendo tres jodidas simples reglas.
El mensaje final pareciera ser, que tenemos la juventud que nos merecemos, porque nosotros la criamos.
Y sin olvidar, una frase del anciano chino, vendedor de Gizmo, que encierra un bonito mensaje ecológico:
“Ustedes han hecho con “mogwai” lo que su sociedad ha hecho con los demás dones de la naturaleza”

“Well, that's the story.
So, if your air-conditioner goes on the fritz, or your washing machine blows up, or your video recorder conks out, before you call the repairman, turn on all the lights.
Check all the closets and cupboards.
Look under all the beds.
'Cause you never can tell.
There just might be a gremlin in your house”



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