Witness

“8 year old Samuel:
Sole witness to a murder.
Three killers who'll stop at nothing to silence him.
One honest cop who'll give his life to save him...”

El cine Norteamericano siempre ha sido proclive a mostrarnos la forma de vivir, las costumbres, los hábitos, etc., de las minorías religiosas, que residen en su amplia geografía, así hemos podido ver, las interioridades de pueblos como:
Sionistas, Amish, Mormones, y en menor medida, de otros grupos quizás, más desconocidos como los sintoístas, Adventistas, y otros muchos más, que por aquellas tierras residen.
De ésta manera, hemos podido entrar en las vidas de muchos de éstos grupos, pudiendo visionar aspectos de su vida, que si no hubiera sido por el cine, jamás hubiéramos podido conocer.
En particular, los amish, a veces nombrados “menonitas amish” son un grupo etno religioso, cristiano, anabaptista, conocidos principalmente, por su estilo de vida sencilla, vestimenta modesta, tradicional, y su resistencia a adoptar comodidades y tecnologías modernas.
El nombre “anabaptista” o “anabautista” proviene del idioma griego, y se refiere a “rebautizar” o “bautizar de nuevo”
En la actualidad, hay en el mundo, más de 2 millones de anabautistas de las denominaciones menonita, huterita, amish, y la Iglesia de los Hermanos.
Los menonitas son una rama pacifista y trinitaria, del movimiento cristiano anabaptista, originado en el siglo XVI, como expresión radical de La Reforma.
Los amish son reconocidos, por ser una comunidad cultural, fuertemente unida, que proviene de descendientes de inmigrantes germanos, y predominantemente suizos, de habla alemana.
Actualmente, las comunidades amish, comprenden aproximadamente, 22 asentamientos en los Estados Unidos de América, y en Ontario, Canadá.
Por cantidad, en cada estado, la población amish más grande, está en Ohio, y la segunda más grande, en Pennsylvania.
Se piensa que la mayoría de las comunidades amish, que se establecieron en Norteamérica, después de las olas de inmigración, no mantuvieron su identidad original; de hecho, la mayor parte de las comunidades tempranas, decidieron abandonar finalmente su identidad amish, y adquirieron gradualmente, una identidad menonita.
La división más importante, que resultaría en la pérdida de la identidad amish, ocurrió en la década de 1860.
Durante esos años, los amish desarrollaron varias conferencias en Wayne County, Ohio, acerca de la manera en la que debían enfrentarse a las presiones de la sociedad moderna.
La lengua usada en los hogares amish tradicionales, y en muchos hogares Beachy Amish, es el alemán de Pennsylvania, o “Pennsylvania Dutch”
También hablan el inglés, pero éste último se prefiere utilizar con el mundo exterior, esto es, fuera de la comunidad.
Los amish que abandonan sus viejas costumbres, a menudo permanecen cerca de su comunidad, o sus familias; y, en general, hay grupos progresistas más estrictos, que generalmente se pueden establecer como menonitas.
Algunas de las cualidades que caracterizan a los amish, es su creencia en El Nuevo Testamento, su vida desarrollada en asentamientos apartados de la metrópolis, aislándose del mundo exterior, la defensa de valores como el pacifismo, la humildad, la vida sencilla, y el trabajo, y su vestimenta al estilo del siglo XVII o XVIII.
El estilo de vida amish, es dictado por un conjunto estricto de reglas y tradiciones, conocido como la Ordnung, de la comunidad.
Las Ordnung, llegan a diferir entre comunidades, y dentro de una misma comunidad, de distrito a distrito, de modo que, lo que está dictado como norma en una comunidad, puede no estarlo en otra.
Ningún resumen del “estilo de vida” amish puede ser totalmente certero, puesto que hay pocas generalidades que sean ciertas para todos los amish.
Las reglas de la Ordnung, son dictadas por las autoridades de la iglesia Amish, y deben ser observadas por todos los miembros.
Dichas reglas, cubren la mayoría de los aspectos de la vida diaria, incluyendo prohibiciones, o limitaciones sobre el uso de electricidad externa, teléfonos, y automóviles, así como regulaciones en el modo de vestir.
Muchos miembros de la iglesia Amish, no tienen seguros, ni aceptan asistencia gubernamental, tales como la Seguridad Social de EEUU.
Como anabaptistas, los Amish practican la no-resistencia, es decir, una forma de no violencia a ultranza, y tampoco realizarían ningún tipo de servicio militar.
Aquellos miembros que no aceptan estos principios, y no pueden ser convencidos de arrepentirse, son excomulgados.
Adicionalmente, estos miembros son “rechazados” especialmente por las autoridades religiosas, y en general; lo que limita sus contactos sociales para avergonzar al miembro presionando, a que regrese a la iglesia Amish.
Cabe destacar, que el estilo de vida de las diversas comunidades amish, puede llegar a ser ligera, o considerablemente diferente, respecto a otros asentamientos.
Por ello, se sugiere a los investigadores de la vida amish, que al realizar un registro detallado, sean cuidadosos en especificar el nombre de la comunidad a la que se refiere la descripción.
Y es que, como cité, las diferencias pueden llegar a ser visibles, de distrito a distrito, e incluso dentro de una misma comunidad, especialmente sobre los detalles del código de vestimenta, y el uso de tecnologías.
Incluso, trivialidades sobre la ropa como los tirantes, o cuántos pliegues deben tener un gorro, pueden causar desacuerdo, especialmente entre las autoridades religiosas, que dictan el Ordnung.
Los grupos con normas similares, se consideran “en comunión” entre sí, unos a otros, como miembros de la misma iglesia cristiana.
Cuando es así, se permite que los miembros de estos grupos, puedan visitarse y casarse entre sí, siendo ésta, una forma de evitar problemas relacionados con la endogamia.
El código de vestimenta, para algunos grupos, incluye la prohibición de los botones, permitiendo que sólo ganchos y ojales, mantengan la ropa cerrada.
Otros grupos, permiten que sus miembros cosan botones en sus vestiduras.
En algunas comunidades, algunos artículos pueden tener botones, y otros no, la razón para la restricción en el uso de botones, es su original asociación con las fuerzas armadas.
Típicamente, un hombre amish estará siempre bien afeitado durante su soltería, hasta que al casarse, dejará que su barba crezca.
En algunas comunidades, sin embargo, un hombre dejará que su barba crezca después de ser bautizado.
Además, el corte de la barba no debe ser muy corto.
Los hombres generalmente usan sombrero.
Los bigotes generalmente, están prohibidos por ser vistos como símbolos del militarismo.
Esto se debe, muy probablemente, a la persecución política y religiosa que sufrieron en Europa, durante los siglos XVI, XVII y XVIII, época en la que la nobleza, y los miembros de la clase alta alemana que servían como oficiales militares, generalmente se dejaban bigotes pero no barbas.
Los amish también destacan, por su eficiente trabajo en la agricultura.
Ellos procuran producir sus propios alimentos, en la medida de lo posible, aunque esto no signifique, que no lleguen a comprar productos de fuera, incluso, de pequeños almacenes.
Los hombres, generalmente se dedican a la construcción, o al campo.
Si tienen suerte, suelen tener áreas de cultivos fructíferos, de donde obtienen sus productos vegetales.
También, a menudo, hay granjas Amish, de donde obtienen alimentos para elaborar sus propios productos lácteos, tales como leche, queso, helado, etc.
Las mujeres, por su parte, se dedican al hogar, y a la crianza de los hijos, aunque los padres también participan en ésta.
Los artículos decorativos, usualmente no tienen relevancia en la vida de los Amish, por lo cual, no se destaca la artesanía más que a los alrededores externos de sus comunidades, donde también suelen haber actividades turísticas de la gente que van a conocer sobre su estilo de vida.
“A big city cop who knows too much.
His only evidence:
A small boy who's seen too much...”
Witness es una película de suspense estadounidense, del año 1985, dirigida por Peter Weir.
Protagonizada por Harrison Ford, Kelly McGillis, Danny Glover, Josef Sommer, Lukas Haas, Jan Rubes, Alexander Godunov, Patti Lupone, Viggo Mortensen, entre otros.
Witness es más bien un film costumbrista, un drama sobre el conflicto cultural, y una de las películas más hermosas de los 80, siendo el primer film que Peter Weir hizo fuera de su país natal, Australia.
Witness ganó 2 Premios Oscar:
Mejor Guión Original y Mejor Montaje.
Y estuvo nominada como:
Mejor película, director, actor (Harrison Ford), fotografía, dirección artística, y banda sonora (Maurice Jarre)
Como curiosidad, destacar que Witness es la primera película de Viggo Mortensen, que aparece brevemente, como un integrante de los amish.
Por su parte, Harrison Ford, cansado seguramente de tanto Han Solo e Indiana Jones, apostó sin arriesgar por el cine culto, y cuasi-independiente, que a Peter Weir tanto le gusta realizar, y que le produjo, su única nominación al Oscar.
Como dato, dado que la comunidad Amish se negó a estar en Witness, muchos de los extras, fueron interpretados por los menonitas.
El guión de Earl W. Wallace y William Kelley, conjugaba magistralmente, los elementos de suspense y acción necesarios, con aquellos fragmentos más descriptivos de la sociedad amish.
El título original del guión era “Called Home”, que es el término Amish para “la muerte”
El guión original, se centraba principalmente en Rachel, pero el director Peter Weir pidió a los guionistas William Kelley y Earl W. Wallace, volver a escribirlo para centrarse en la comparación del pacifismo y la violencia, como es vista a través de los ojos de John Book.
Aunque a primera vista, Witness podría parecer un simple thriller policiaco, la intención de sus responsables era mucho más compleja.
Disfrazada de tópica historia de corrupción policial, Witness nos sumergía en el desconocido mundo de la comunidad amish, en el estado norteamericano de Pennsylvania.
Una gente, cuya espiritualidad llega tan lejos, que viven aún como si del siglo XIX se tratase, teniendo La Palabra de Dios como máxima ley, y un código de conducta estricto, basado en la erradicación de cualquier forma de violencia.
Weir sabe aprovechar tan jugoso material, para presentarnos un filme que posee notas de interés, para un público muy amplio.
Pues aunque la trama de suspense es bastante obvia, ésta no deja de tener el interés suficiente para mantener la atención del espectador; al mismo tiempo, podemos disfrutar de una historia romántica, contada con gran pulso y, para cerrar el círculo, el director se toma su tiempo, para que conozcamos si quiera un poco, la peculiar gente vestida de negro, que jalonan el paisaje que nos muestran las imágenes, a través de la excepcional fotografía de John Seale.
Filmada en la finca de Pablo Krantz en Strasburg, Pennsylvania, Witness gira en torno a Rachel Lapp (Kelly McGillis), una mujer de la comunidad amish de Pennsylvania que, junto a su pequeño hijo Samuel (Lukas Haas), realiza un viaje en tren para visitar a un pariente.
Durante un transbordo, el niño va al baño de la estación, y allí es testigo de un asesinato.
El inspector al que le es asignado el caso, es John Book (Harrison Ford), y descubre que el niño es el único testigo, algo que también conocen los asesinos, y por lo que planean matar al pequeño, y al policía.
Cuando Book es herido, y se refugia en la comunidad amish donde viven Rachel y Samuel, el policía descubre que no es un lugar tan seguro como pensaba...
En un mundo que no sólo desconoce, sino que además, tiene poco que ver con ése, en el que se desenvuelve su vida cotidiana, Book tendrá que hacer un esfuerzo por hacerse respetar primero, e integrarse después, y en ese proceso, jugará un papel fundamental, su cada vez más fuerte atracción por Rachel , la joven y viuda madre de Samuel, en un afecto correspondido, pero de materialización imposible...
“If we'd made love last night I'd have to stay.
Or you'd have to leave”
Witness aborda un tema habitual en el cine de Weir, como es el choque de culturas, al aproximarse a la extravagante comunidad amish, asentada en Pennsylvania, y alejada, por propio deseo, de las comodidades que proporciona la tecnología moderna.
Witness destaca sobre todo, por su excelente carácter documental, mostrando detalles de la curiosa forma de vida amish, y combina momentos de tensión, con otros de menor ritmo, pero mayor emotividad, como la escena en la que se oye de fondo la canción “Wonderful World” de Sam Cooke, antológica.
Harrison Ford, da la perfecta medida de ese personaje, atrapado entre 2 mundos, y Weir sabe dirigirlo, con la suficiente inteligencia, como para que apenas aflore el amaneramiento que es dable esperar, de tan craso exponente del “star-system”
Me gusta la “fisicalidad” de Ford; siempre he pensado que es de los actores americanos que suelen sudar y jadear cuando están cansados, de manera muy natural.
Pulcro, peinado, y bien afeitado, cuando bebe, la nuez sube y baja sin demasiados gorgoritos, ni se remarca, y por parte de Weir, más masculinidad de la que el personaje, de manera sincera, muestra para sentirse cómodo.
En preparación para su papel, Kelly McGillis vivía con una viuda real Amish, y sus 7 hijos, durante un período de tiempo antes de empezar el rodaje, para conseguir la cadencia del habla, y para observar la vida cotidiana de una madre viuda Amish.
Al igual, pasa con la sutileza del personaje de Kelly McGillis, que se muestra femenina sin cursilería, en una sonrisa que no la regala, en la manera de abrir una puerta, con las 2 manos, cuidando el silencio; cuidando la iluminación, graduando la llave de la lámpara de gas.
Me gusta cómo se muestra dueña de su casa, y me gusta la sensibilidad de Weir al acompañarla.
Excelente la química entre Ford-McGillis, la manera en la que se exterioriza una amenaza exterior, en un entorno completamente aislado del mundo.
Weir sabe llevar, de manera brillante, el cómo es imposible abstraerse de todo aquello que te rodea por mucho que intentes alejarte de ello, el mal es un acto que de por sí, espera en el lugar y el momento más inesperado, y el policía se lo advierte a toda la comunidad.
Book se ve rodeado de un ambiente que le gusta por su humanidad, su compasión y apoyo social, pero le disgusta por su linealidad y sumisión, a causas que no conducen a nada.
Sobre la escena de “Wonderful World” de Sam Cooke; más que esa atinada elección musical, interesa retener, el fervor con el que la cámara retrata el acercamiento entre John y Rachel, entre 2 mundos opuestos, que perecen bajo el peso inaudito de la tensión sexual:
Atiéndase al plano que nos muestra la reacción de Rachel, al hecho de que John se le acerque, en principio bromeando, a costa de la letra de la canción:
Su mirada enardecida, que trasciende con mucho lo concupiscente, la cámara desplazándose con más lentitud, y un fondo de rojo encendido, aprovechado del reflejo de las luces del coche…
En otra secuencia, exquisita, y diría que violenta en su cerrazón sexual, Rachel muestra su cuerpo desnudo a John, quien después, le confesará:
“Si hubiera hecho el amor contigo, no podría irme”
Y aún nos queda el clímax, la formidable secuencia del beso en el crepúsculo, de pasión desatada.
Sin duda que Weir convierte la relación sentimental entre el policía y la viuda amish, en el epítome de esa relación entre polos opuestos que Witness propone, y es por ello, y por la capacidad sugestiva de su cámara, que sin duda, en ese plano narrativo, hallemos los instantes más hermosos.
Realmente impresionante, es como reflejan el asombro del niño, con todo lo que es nuevo para él, el bebedero de agua... y en especial, la tensión que nos ofrece la escena en la que después de presenciar el asesinato del policía, Danny Glover va mirando puerta por puerta.
¡Genial!
La escena final, transcurrida en el propio poblado, entre John Book y todos los policías corruptos implicados en el asesinato, está extraordinariamente desarrollada, mostrando una solidez única en el guión y la dirección, así como cuando el niño señala, con auténtica cara de terror, una foto del culpable, en la propia comisaría, con el consiguiente desconcierto del personaje interpretado por Harrison Ford.
¿Valores humanos?
Muchísimos, y ese es el lado positivo de Witness.
Como el análisis de esta sociedad tan unida, entre ellos, con una auténtica visión de unión y trabajo comunitario, tal como se muestra en la construcción del granero para la pareja recién casados.
Witness tiene momentos muy buenos, si a eso se refiere, pero lo mejor es que, el director se hubiera dedicado a hacer una película costumbrista.
Compara los 2 lados de las diferentes sociedades que aquí trata, la sociedad consumista y la sociedad anclada en las tradiciones de siglos pasados, una comparación donde quizás, a uno le de algo que pensar, sobre las ventajas y desventajas de ambas sociedades.
Excepcional el final, cada uno regresa al mundo que realmente le corresponde, y en el cual se siente cómodo, y en la escena final, ese relevo de pretendientes de Rachel, le parte a uno el corazón.
“This gun of the hand is for the taking of human life.
We believe it is wrong to take a life.
That is only for God.
Many times wars have come and people have said to us:
You must fight, you must kill, it is the only way to preserve the good.
But Samuel, there's never only one way.
Remember that.
Would you kill another man?”
Los amish y menonitas se asemejan, en sus asentamientos americanos, a comunidades anacrónicas por las que apenas parecen haber pasado los siglos.
Fieles seguidores de los preceptos de La Biblia, y con la sencillez por bandera, rechazan casi totalmente los adelantos modernos, y se aferran a su estilo de vida tradicional, pacífico, y comunitario.
Siguen fielmente la máxima que predica, que hace falta muy poco para ser feliz:
Acostumbrarse a lo básico y esencial, y renunciar al resto.
Porque todo lo demás es vanidad, arrogancia, egoísmo, polvo, y humo.
Los amish resisten heroicamente las tentaciones del exterior.
No suelen aventurarse por los terrenos del hombre contemporáneo, y cuando no tienen más remedio, echan mano de sus largos años de aprendizaje en la paciencia, y el estoicismo.
Podrían desarmar a cualquiera, con su digna humildad que no responde a las provocaciones, y que mira con piedad a los arrogantes que se creen superiores a ellos.
Se podría afirmar que, cuando se ven obligados a internarse en la jungla de asfalto, parecen corderos moviéndose, valientemente entre lobos.
El choque entre 2 mundos tan distantes, hace vibrar el aire a su paso.
Algunos investigadores consideran, que la cultura amish se ve presionada continuamente por el mundo moderno.
La introspección en el colectivo, que el éxito de Witness convirtió en célebre, de los amish, agrupación religiosa cristiana de doctrina anabaptista, conformada por descendientes de inmigrantes suizos de habla alemana, notable por sus restricciones al uso de algunas tecnologías modernas, tales como los automóviles o la electricidad; Weir consigue algo tan complicado, como imbuirnos de los ítems de este grupo menonita, y lo logra a merced de una escenografía preciosista, mención especial a la aportación técnica, lumínica, de John Seale, y musical de Maurice Jarre, con el empleo de sintetizadores, que cuida tanto el detalle en la descripción de tales rasgos socio-culturales, ya desde el dialecto alemán, llamado “Swiss”, el código de vestimenta, las construcciones, los medios de transporte… que consigue extraer cabales consideraciones sobre las estructuras y jerarquías familiares, sociales, y sexuales, motivos referidos a la educación, a la sanidad, o en definitiva, a la oposición, o falla cultural existente, entre la civilización visitada, y la que conformamos el grueso de ciudadanos del mundo occidental.
Los amish fueron críticos de Witness.
Ellos sentían, que su interpretación no era correcta.
El Comité Nacional para la Libertad Religiosa Amish, llamo a un boicot de Witness, citando temores de que estas comunidades fueran “invadidas por los turistas”, debido a la popularidad de Witness.
Les preocupaba que “el hacinamiento, la caza de recuerdos, la fotografía, y entrar ilegalmente en propiedades Amish, aumentaría como consecuencia de ello”
Cuando Witness terminó, el gobernador de Pennsylvania, se comprometió, a no promover las comunidades Amish en el cine, como escenarios en el futuro.

“What you take into your hand, you take into your heart”



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