Staying Alive

“You know a woman's career as a dancer is half as long as a man's?
So that means I have half as many chances of making it, right?”

Por asombroso que pueda resultar en los 80s, filmes como:
“Flashdance” (1983), “Footloose” (1984), “Beat Street” (1984), o la ya tardía, “Dirty Dancing” (1987)… películas apoyadas por la irrupción en la televisión de la serie, más tomada en serio, “Fame”, inspirada en el mismo título de un film que Alan Parker rodó en 1980, el buen humorado Sylvester Stallone, con 3 “Rockys” y un “Rambo” a sus espaldas, sin olvidar de una nada desdeñable interpretación en títulos como “F.I.S.T.” (1978) de Norman Jewison, se apuntó a la moda de los filmes de baile, con la intención de encabezar, el que sea uno de los musicales, o tal vez, proyectos de musical coreográfico, más ignorados por el mal de ojo que producía ver, ya demasiado sudor, poca garra, piernas de aeróbic embutidas en malla, al son de la música de radio casete.
¿En qué pensaban, durante esos años, los actores y directores propensos a la comercialidad, y expansión de sus productos, destinados exclusivamente, al entretenimiento de entrar y salir de la sala, con el fin de haber pasado una buena tarde sábado?
“Last time I came over, I almost got brain damaged.
You guys party too hard; you ought to be a tag team”
Staying Alive es un film musical, dirigido y escrito por Sylvester Stallone, en el año 1983.
Protagonizada por John Travolta, Cynthia Rhodes, Finola Hughes, Steve Inwood, Julie Bovasso, Charles Ward, Patrick Swayze, entre otros.
El guión es del mismo Stallone y Norman Wexler.
La música corre a cargo de Johnny Mandel y Robin Gibb con canciones del grupo Bee Gees.
Staying Alive es la secuela del film “Saturday Night Fever” (1977), estrenada 6 años después de esta, y protagonizada por un John Travolta en su salsa, que había rechazado protagonizar la secuela de “Grease” (1978)
Staying Alive salió de la cabeza de Robert Stigwood, productor de “Saturday Night Fever” (1977), y de otros éxitos musicales como:
“Tommy”, “Jesuscristo Superstar”, “Grease” o “Evita”, y que además, era mánager de los Bee Gees; que a saber cómo contactó con Sly, y este se prestó, a incluso producir y escribir el guión de Staying Alive.
El culmen de toda una época; en Staying Alive se mezclan varias tendencias muy de moda en su momento:
Música disco, aeróbic y “body building”, pero sobre todo, se lleva al límite la fórmula que, increíblemente, funcionó en “Saturday Night Fever” (1977); estamos en el momento ideal de los bailones de discoteca, y Staying Alive quería ser su referente máximo.
Lamentablemente, la estética disco desapareció rápidamente, una vez entrados en los 80, si antes los plataformones, y los pantalones de campana, eran pasado en la nueva década, eran simplemente horteras.
Todo eso se había cambiado por los calentadores, la estética gay, y la música new wave.
Con todo eso, parecía lógico sacar al personaje de las discotecas, y meterlo como “bailarín” en una producción de Broadway, donde busca la oportunidad de subir peldaños, y ser el protagonista de la función.
Aunque nos parezca mentira, Staying Alive no fue ni mucho menos un fracaso.
En EEUU tuvo bastante éxito, no recaudó tanto como “Saturday Night Fever” (1977), pero los $60 millones cosechados, la auparon entre las más taquilleras de 1983.
En el fondo, Staying Alive no tuvo tanto éxito, quizá debido al flojo guión, y pobre dirección de un Sylvester Stallone, que no demostró talento alguno en la creación de las secuencias de baile, que bien podía haber pedido un asesor de baile para la coreografía, demostrando que la coreográfica utilizada, solo le valía para sus Rockys.
En Staying Alive, vemos el baile moderno, envuelto en un perfume de superación, que el protagonista Tony Manero (John Travolta) se marca como “leitmotiv” en su vida.
Ensayos, sudores, lesiones, y escarceos amorosos; agregando una ración de celos, y un poquito de música, por parte del hermano de Stallone, Frank Stallone.
Sin embargo, uno no puede dejar de pensar, que esto sólo fue un ambicioso cambio de tornas, para un personaje como Manero, que no debió de avanzar más de lo que hizo en “Saturday Night Fever” (1977)
Yo pienso, que el mayor error, ya desde el comienzo, fue que en vez de pedirle al anterior guionista Norman Wexler, el cual basó la historia en el artículo de Nik Cohn, llamado “Ritos Tribales del Nuevo Sábado por La Noche” que fue publicado en New York Magazine en 1975, que continuase la historia, o que hubiese al menos, una “continuidad lógica” de la historia, y no en este caso, llamaron a un fantástico guionista, director, productor, y mejor bailarín dónde va a parar, Sylvester Stallone, que trabajó con Norman Wexler, para crear una especie de “digievolución” de Toni Manero, pero de manera drástica, y totalmente increíble.
Si en “Saturday Night Fever” (1977) se cuenta la historia de Tony Manero, un joven de  Nueva York, que después de trabajar toda la semana en una tienda de pinturas de Brooklyn, se prepara esmeradamente para disfrutar de la noche del sábado:
Se empapa en colonia Brut, se pone una camisa de flores ajustada, pantalones de tela de gabardina, y zapatos de plataforma.
En la discoteca de moda, Tony deslumbra a todos, con lo que mejor sabe hacer:
Bailar.
Por el camino, Tony ligará con cientos de chicas, irá de juerga con los amigos, y se peleará con otros chicos.
En el caso de Staying Alive, avanzamos 5 años, y en este caso, Tony se ha convertido en un hombre, que lucha a brazo partido, entre el pluriempleo y su vocación de bailarín.
Ahora su prioridad, ya no es salir a bailar, amigos, y chicas, sino triunfar en su ansiado y dorado Broadway.
Si algo se echa aquí de menos, es a algunos personajes de la original, cosa que Stallone hizo a propósito, porque quería hacer ver, que ya la vida de Tony había cambiado, y que aquella gente, no tenía que ver en su historia, con lo cual, el único personaje que aparece es su madre.
Pero aún así:
¿Donde está la hermana de Tony, que aquí sería una adolescente, y que parece ya no vivir con mamá?
En fin...
Los tiempos de la música Disco, de las camisas de flores, pantalones de tela de gabardina, y zapatos de plataforma acabaron, y aquí debía ser así, y en vez de eso, tenemos pechos depilados embadurnados en aceite, mucha carne expuesta.
Como curiosidad, viene a ser habitual en el cine de Stallone, Staying Alive se desarrolla bajo las galas de la Navidad; en un buen intento de darle un giro diferente a la historia.
En Staying Alive, se intentó mostrar a un Tony Manero, un poco más maduro, y con muchas ganas de dedicarse con seriedad a lo suyo, el baile, incluso ya de forma profesional.
Desafortunadamente, nada es fácil en la vida, y aún en Manhattan, las oportunidades son escasas, por si fuera poco, además a nuestro amigo Tony, aún le cuesta controlar su genio, pues todavía “sobreviven” en él, tendencias egocéntricas y mujeriegas, muy a pesar de su esfuerzo.
Sin duda, lo mejor para mí, fueron las secuencias de baile, y la buena preparación física de los protagonistas, en donde vemos un sorprendente lucimiento físico del otrora John Travolta.
Como dato, tal vez “psicología del personaje” lejos de reflejar la arrogancia que caracteriza a Tony, Travolta aparece riendo en casi todo el metraje, como burlándose del pobre filme que acaba de realizar…
No es precisamente, por esa “fiebre” que creó “Saturday Night Fever” (1977), puedo decir, que definitivamente, que a pesar de que Staying Alive ha “sofisticado sus bailes” al ritmo de las nuevas canciones de Bee Gees; las coreografías, los efectos de luces y de música, son espectaculares, pero aún así, Staying Alive no tiene el atractivo de “Saturday Night Fever” (1977), así que en todo, caso hablamos de una “muerte tras la fiebre”
Y es que Silvestre Stalone, su director, supo imprimirle a Staying Alive, el mismo estilo motivador que “Rocky” y si se fijan bien, de hecho, en una escena, aparece Stallone como extra, caminando por la ciudad.
A destacar, en Staying Alive, la belleza de Cynthia Rhodes; el cameo del choque en la calle con Stallone; Frank Stallone, hermano de Sly, que baila y hace alguna que otra piecilla de música ambiental; y desde luego, no se puede olvidar una aparición estelar del jovencito Patrick Swayze como extra, en la pista de baile.
A nivel musical, Staying Alive no tiene nada que envidiar a su predecesora.
Por un lado, los números musicales son espectaculares, a nivel visual y los amantes de la música disco, disfrutarán de nuevo con los temas de Bee Gees.
Y estos están reforzados por una banda sonora, compuesta por Frank Stallone, el hermano del director, por cuyo trabajo estuvo nominado a un Globo de Oro, y a un Grammy.
Por otra parte, la musical, “Stayin' Alive” es una exitosa canción disco, de Bee Gees, compuesta para la banda sonora de la película “Saturday Night Fever” (1977) y lanzada como 2° sencillo, el 13 de septiembre de 1977; alcanzando el Top 5 de todas las listas de éxitos, de los países donde fue lanzada, y dio título, en 1983, a una secuela de la citada película, Staying Alive.
La canción emblema, es una de las canciones más populares, y reconocibles de Bee Gees; puede ser aún escuchada en una variedad de lugares, desde salones de bailes, a eventos deportivos.
La revista especializada, Rolling Stone, la incluyó en su lista de Las 500 Mejores Canciones de Todos Los Tiempos, en el puesto 189º, junto a “How Deep Is Your Love”, también de Bee Gees.
Y es todo eso, es lo que le da un aire extraño, nostálgico, y de cariño a Staying Alive.
Porque si el protagonista no se llamase “Tony Manero” nadie, absolutamente nadie, pensaría que estamos ante una secuela de “Saturday Night Fever” (1977)
Ni siquiera por su banda sonora…
Así las cosas, se puede apreciar que a Stallone, poco o nada le importaban Bee Gees.
Si en “Saturday Night Fever” (1977) emplearon la clásica estratagema de usar una banda sonora, para arrastrar al público a los cines, en Staying Alive pasó lo mismo, pero en cambio, las canciones poco fueron aprovechadas, donde apenas se dejan escuchar.

“Everybody uses everybody, don't they?”



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