Intolerance

“The fragrant mystery of your body is greater than the mystery of life”

La intolerancia se define como la falta de la habilidad, o la voluntad de tolerar algo. 
En un sentido social o político, es la ausencia de tolerancia de los puntos de vista de otras personas. 
Para un principio social, es demasiado abierto para interpretación subjetiva, debido al hecho de que hay una lista de definiciones sin fin, para esta idea.
En este último sentido, la intolerancia resulta ser, cualquier actitud irrespetuosa hacia las opiniones, o características diferentes de las propias. 
En el plano de las ideas, por ejemplo, se caracteriza por la perseverancia en la propia opinión, a pesar de las razones que se puedan esgrimir contra ella. 
Supone, por tanto, cierta dureza y rigidez, en el mantenimiento de las propias ideas, o características, que se tienen como absolutas e inquebrantables.
Tiene por consecuencia, la discriminación dirigida hacia grupos, o personas que pueden llegar a la segregación, o a la agresión, por el hecho de que estos piensen, actúen, o simplemente, sean de manera diferente. 
Las múltiples manifestaciones de este fenómeno, poseen en común, la elevación como valor supremo de la propia identidad, ya sea étnica, sexualidad, ideológica, o religiosa, desde la cual, se justifica el ejercicio de la marginación hacia el otro diferente. 
El intolerante considera, que ser diferentes equivale a no ser iguales, en cuanto a derechos.
Podríamos distinguir también, una doble vertiente en la intolerancia:
Por un lado, estarían los grandes casos de la historia, más o menos conocidos por todos; pero también, es un fenómeno sutil, que puede identificarse continuamente en cualquier entorno. 
La intolerancia, pues, tendría una segunda vertiente más cercana, la cual se halla presente en la vida cotidiana.
La intransigencia para con los demás, para con los diferentes escoge distintos objetos. 
En cualquier caso, siempre supone una diferencia, respecto a lo considerado normal, o correcto, por quienes juzgan. 
Acá esperan ser resueltos y desarrollados muchos conceptos, empezando por aproximarnos a un metalenguaje, en el que cualquier cultura quiera definir los términos o conceptos.
La intransigencia es la diferencia en el prójimo, ya se base ésta en características de género, culturales, ideológicas, o religiosas, contra lo que arremete el intolerante. 
Formas comunes de intolerancia son:
El racismo, el sexismo, homofobia, la intolerancia religiosa, y la intolerancia política.
Lo práctico, acaso sería atacar el problema real, el cual es, identificar y desarrollar la forma de la “intolerancia de la intolerancia” y no atacar a los bandos; pues al tomar partido, se pudiera ser cómplice de los disparos, o de los muertos que se den: 
“Donde no hay coexistencia hay co-destrucción” bien dijo Rabindranath Tagoré, Premio Nobel de la India.
En plano cinematográfico, Los Lumière desarrollaron un  lenguaje más mediático, captador de espectadores, cosa que hizo que el cine se masificara, mientras que el discurso de Georges Méliès era más surrealista, circense, fantástico, dando origen al cine de ciencia ficción. 
El relato cinematográfico, tal como hoy lo conocemos, se lo debemos a David Llewelyn Wark Griffith, quien sentó las bases de lo que hoy es el cine de autor.
“Out of the cradle, endlessly rocking...”
Intolerance es una película dramática de aventuras, de la época muda, escrita y dirigida por David Wark Griffith, en el año 1916.
Protagonizada por Lillian Gish, Mae Marsh, Robert Harron, Constance Talmadge, Miriam Cooper, Alfred Paget, Walter Long, Seena Owen, Elmo Lincoln, Bessie Love, entre miles de otros más.
De entrada hay que decir que esta impresionante y mastodóntica obra de Griffith, permanecerá imperecedera a través de los tiempos; puede que las interpretaciones se vean hoy en día, excesivamente sobreactuadas, o que muchos aspectos de la trama, perdiesen frescura con el paso de los años, pero lo que es incuestionable, es la labor, del considerado por muchos, El Verdadero Padre del Cine, tanto en la labor en la dirección de los actores, con hasta 3 mil extras en algunas tomas, como sobre todo, a la hora del montaje, donde Intolerance se erige, como una verdadera obra maestra. 
De presupuesto y recursos desmesurados para la época, una sola escena reunió a 15.000 extras y 250 carros, aún hoy, Intolerance sigue asombrando por su espectacularidad.
Para los episodios que conforman Intolerance, se reconstruyó Babilonia, el París del siglo XVI y la Jerusalén de tiempos de Cristo. 
Globalmente, se usaron 60 mil figurantes, obreros, actores, ebanistas, técnicos, etc., durante los 22 meses, y 12 días de la producción. 
El resultado fue, 100 mil metros de película, o sea, 76 horas de proyección que, en los 2 meses de montaje, que se redujeron a algo más de 3 horas.
La obra también llamada “Intolerance: Love's Struggle Through The Ages” fue una de las películas más caras de la historia del cine.
Intolerance fue reestrenado tras sus primeras exhibiciones, en forma de 2 películas diferentes: 
“The Fall Of Babylon” y “The Mother And The Law”, ya que era muy pesada para el espectador, por su larga duración.
Cabe señalar que en relación con “la tolerancia”, solo cabe reflexionar si realmente la nueva onda, de ver con buenos ojos, exagerando, de cierta manera, nuestro grado de “civilidad”, y confundiéndola con “permisividad”, la tolerancia “extrema”, es realmente conveniente. 
Producto de “la tolerancia extrema” resultan leyes que protegen los derechos de los victimarios, más que los derechos de las víctimas y de sus deudos, surge un ambiente de anomia social, y lo anormal se institucionaliza por la excesiva permisividad. 
Se ha llegado a la aberración de pagar sueldo a los presos, en una sociedad como la nuestra, donde hay gente pobre, víctima del delito, que sí requiere la ayuda. 
¿Es realmente conveniente la tolerancia extrema? 
El sentido de Intolerance, propiamente se aclara en el epílogo, donde la intolerancia se presenta como el origen de la guerra europea que se estaba desarrollando, y un trasfondo personal del propio realizador, respecto a su producción anterior que fue muy mal recibida.
El argumento de Intolerance, tuvo como núcleo inicial, un caso real que interesó a Griffith; el de un huelguista acusado injustamente del asesinato de su patrón, con este material contemporáneo y periodístico, rodó una historia de salvación en el último minuto con indulto. 
Historia titulada “The Mother And The Law”, que realmente, esto serviría de cierre de trama de Intolerance. 
Así que, son 4 “sketch” unidos en uno.
Cuando ya tenía hecha la idea, pensó integrarla en un paso, en una trama más amplia, con “la intolerancia” como “leitmotiv” y emprendió el rodaje de 3 nuevos episodios, que quedaron de la siguiente manera:
1. La caída de la Babilonia del Príncipe Belshazzar, en el año 539, ante el ataque de Cyrus II El Grande, Rey del Imperio Persa.
2. La pasión y muerte de Jesucristo.
3. Tiempos de Catherine de Médicis, y el odio hacia los hugonotes.
4. Y una huelga de trabajadores contemporánea.
Cuatro historias en épocas distintas, odio e intolerancia; contra amor y caridad, en una obra de equivalencias.
Estamos pues, ante una obra cumbre en la historia cinéfila, que supuso el primer gran desarrollo de una historia, en cuanto a recursos usados, ya sean actores, figurantes, o material utilizado, que resultó revolucionario, sobre todo el guión, escrito casi en exclusiva por David Wark Griffith, quien realizaba constantes cambios a medida que avanzaba la producción, siendo de todo punto sorprendente, que el resultado final, no acusara esa continua improvisación. 
Con un relato complejo que involucraba 4 historias atemporales, Griffith incursiona por primera vez, y bautiza el montaje paralelo, que se diferenciaba del montaje alterno, en que este, el paralelo, contaba 2 o más secuencias sucedidas en tiempo y espacio distintos. 
Cuatro historias independientes en las que la intolerancia racial, religiosa, política, o social del ser humano, es la protagonista, en un guión de complejo, acabado a manos del director, quien recurre una vez más, al melodrama emotivo para expresar sus ideas políticas, al igual que en su film anterior, esta vez en un estudio provocador y visceral sobre la intolerancia.
Este cuento moral, ilustra de manera trágica, suicida, y eterna, el amor y la lucha por el mismo, a través de los tiempos y las circunstancias.
Intolerance es una de las historias que serán recordadas todos los tiempos, y solo pensar que fue rodada, allá por el año 1915, nos da una idea de lo Griffith fue capaz de llevar a la pantalla. 
Me pareció muy curioso, que al principio de Intolerance, el propio director explica a los espectadores lo que va a ocurrir, cómo está montada Intolerance, y cómo se van a entrelazar las 4 historias. 
Hoy en día, a ningún director se le ocurriría explicar el montaje, ni su porqué, porque somos ya un público con 100 años de experiencia en cine, pero claro, en 1916, asistir a la narración de 4 historias simultáneas, era una total novedad. 
En Intolerance, Griffith lo había hecho todo: 
Dirigió a las muchedumbres, ya los actores con asistentes como W.S. Van Dyke, Tod Browing, y Erich von Stroheim, supervisó las escenografías, los vestidos, la fotografía, la música, la edición, y finalmente, escribió un guión que sobre todo, era un esquema; Intolerance no llevaba “corte anterior” y en parte, fue improvisado sobre el terreno, utilizando casi exclusivamente, la luz solar.
Intolerance explora el tema de la intolerancia, por medio de 4 historias localizadas en momentos diversos de la historia; relata alternativamente, historias de injusticia: 
La matanza de los hugonotes en Francia la Bartolomé de 1572, la pasión y muerte de Jesucristo, una huelga de trabajadores contemporánea y la caída de la Babilonia del Príncipe Belshazzar, en el año 539, ante el ataque de Cyrus II El Grande, Rey del Imperio Persa.
Estas 4 tramas, son enlazadas por la imagen de una mujer que mece una cuna. 
A medida que las historias van llegando a su clímax, Griffith hace más rápido el montaje alternado, con secuencias cada vez más cortas, y creando una tensión hacia el desenlace de las 4 historias. 
Pero Intolerance destaca por sus escenas grandilocuentes, que sin embargo, obtuvo grandes pérdidas, pues su éxito no fue el esperado.
Y esto, porque la estructura era demasiado compleja, y la pretensión intelectual y moralizante de crear una reflexión, abarcando toda la historia de la humanidad, fue mal entendida, por quienes pedían al cine entretenimiento, intriga, y emociones, por encima del comentario moral.
En el fondo, Griffith planteó para cada episodio, un estilo estético diferente, que conjugaba las grandes masas y decorados, procedentes del péplum italiano, con las escenas intimistas de la historia, situada en la tragedia familiar de la historia del huelguista acusado injustamente de asesinato.
Por una parte, Intolerance fue alabado por la crítica, aunque su mensaje pacifista fue rechazado en una Europa, inmersa en La Primera Guerra Mundial y por sectores proclives al intervencionismo de la sociedad estadounidense.
Sin embargo, la influencia posterior de esta obra fue enorme, como en los directores:
Erich Von Stroheim y Minoru Murata, pero en particular, para el cine del constructivismo de la Unión Soviética, la escuela del montaje de atracciones del cine soviético de Lev Kuleshov, Dziga Vertov, Eisenstein, Pudovkin o Dovzhenko, que se desarrolló en parte, gracias al estudio de Intolerance, y fueron los primeros en comprender la importancia del mensaje “griffithiano” y le dieron, con sus obras, su verdadero sentido.
Personalmente para Griffith, Intolerance era una respuesta a las acusaciones de racismo, de que fue objeto su anterior película “The Birth Of A Nation” (1915), en cuyo final, unas mujeres a punto de morir, secuestradas por un hombre de raza negra, eran salvadas in extremis, por el Ku Klux Klan. 
Por ello intentó, en un film de mayor envergadura si cabía, lanzar un mensaje humanista y pacifista… atacar a la intolerancia.
“When women cease to attract men, they often turn to reform as a second option”
Inspirada en unos versos de Walt Whitman, extraídos de “Hojas de Hierba”, “Recién Salida de La Cuna, Su Movimiento Nunca Cesa” y “La Cuna Mece Sin Fin, Uniendo El Presente y El Futuro”, Intolerance empieza y termina con la imagen de una mujer meciendo una cuna. 
Esa imagen sirve de eslabón para las 4 historias, cada vez más interrelacionadas, que ilustran la inhumanidad, con que el hombre ha tratado a sus semejantes a lo largo de la historia, y la persistencia en el tiempo de los sentimientos de intolerancia. 
Intolerance está dividida en 4 historias, cada historia tiene su propio matiz de color en la impresión original, las escenas están unidas por tomas de una figura que representa “The Eternal Motherhood” (Lillian Gish), meciendo una cuna.
Las historias se intercalan con mayor frecuencia a medida que avanza la intolerancia persistente hacia un clímax, que demuestra la humanidad a lo largo de los siglos. 
Intolerance establece conexiones morales y psicológicas, entre las diferentes historias. 
La línea de tiempo, abarca aproximadamente, 2,500 años de historia, en 4 capítulos muy alejados temporalmente, sobre la intolerancia, la envidia, y la violencia, enfrentándose al amor y la bondad, dichos episodios son:
1) Un melodrama contemporáneo sobre delincuencia y redención.
El reparto lo conforma:
Mae Marsh (The Dear One), Robert Harron (The Boy), Fred A. Turner (El padre de The Dear One), Sam de Grasse (Arthur Jenkins), Tod Browning (el dueño del carro), etc.
La historia americana “moderna” del año 1914, muestra a unas viejas beatas, amargadas y envidiosas, que se dedican a fastidiar la vida de los que son felices, luchando legalmente, por cerrar los locales de fiestas y de ocio de los obreros, locales que consideran indecentes. 
Pronto estallará la huelga… y con ella, la tragedia. 
Este capítulo demuestra cómo el crimen, el puritanismo moral, y los conflictos entre los capitalistas sin escrúpulos, y los trabajadores en huelga, ayudan a arruinar la vida de los estadounidenses marginales. 
Para obtener más dinero para caridad, a las órdenes dueño del molino, a 10% de reducción salarial sobre los salarios de sus trabajadores, una huelga de los trabajadores se tritura, y The Boy y The Dear One hacen su camino a otra ciudad, vive en la pobreza, y se vuelve a la delincuencia; después de casarse, tratan de liberarse de la delincuencia, pero The Boy es acusado de robo por parte de su ex jefe. 
Mientras que él está en la cárcel, su mujer debe soportar a su hijo, que se lo ha quitado por la misma “sociedad de elevada moral” que instigó la huelga. 
A su salida de prisión, descubre que su ex-jefe, intenta de violar a su esposa. 
En una lucha, viene la confusión,  y la novia del jefe dispara y lo mata. 
Ella se escapa, y The Boy es declarado culpable y condenado a la horca. 
Un policía amable, ayuda a The Dear One a encontrar al verdadero asesino, y juntos tratan de llegar al Gobernador, para evitar la horca de su marido reformado.
Este es un drama social, moderno, y es la más cinematográfica de las 4. 
Es la que tiene un montaje más vivaz, un juego con el tiempo para crear suspense, y un clímax emocionante, propio del cine y no del teatro. 
La película de episodios ya era conocida, y disfrutaba todavía, de cierto auge.
2) Es una historia de Judea, sobre la misión de Cristo (Howard Gaye) y de la muerte, de hecho, el relato sobre Jesucristo, fue uno de los mejor filmados en toda la época muda.
El reparto lo conforma: 
Howard Gaye (The Nazarene), Lillian Langdon (Mary, la madre), Erich Von Stroheim y Gunther Von Ritzau (fariseos), Bessie Love (la esposa de Caná), etc.
Aquí, Jesús de Nazaret llega a Jerusalén, predicando el amor de Dios y la bondad humana. 
Por ello, y por voluntad de su propio pueblo, es entregado a las opresoras autoridades romanas para que sea torturado y crucificado. 
La histórica y bíblica Judea de año 27 d.C., relata cómo, después de las bodas de Caná, y una mujer es sorprendida en adulterio, y la intolerancia que llevó a la crucifixión de Jesús. 
Esta secuencia es la más corta de las 4 historias.
La Pasión de Cristo, aquí, es una de las innumerables pasiones del cine europeo y estadounidense desde el comienzo del cine, y su estilo está dentro del género, a través de estampas animadas, en las que apenas existe la acción, llenas de una cierta solemnidad, que era la que se trataba de transmitir a los espectadores, que conocían de sobra el tema, y esperaban cada movimiento.
3) Es una historia francesa, sobre los acontecimientos que rodearon El Día de La Masacre de San Bartolomé, del año 1572.
El reparto es: 
Margery Wilson (Brown Eyes), Eugene Pallette (Prosper Latour, el amante), Josephine Crowell (Catherine de Médicis), W.E. Lawrence (Henry de Navarra), Morris Levy (el duque de Guisa), etc.
En esta historia, los “despreciables” hugonotes están a punto de ser masacrados, en una de las noches más sangrientas de la historia francesa. 
El caos y la destrucción, están a punto de adueñarse de las calles, y montones de inocentes van a pagar las consecuencias de la intolerancia religiosa. 
La historia del renacimiento francés de 1572, habla de la intolerancia religiosa que condujo a La Masacre del Día de San Bartolomé, de hugonotes protestantes, por miembros de la realeza romana católica.
Era una especie de “filme d’art”, estilo que había introducido en EEUU, Adolph Zuckor en su serie titulada “Famosos Paisajes en Famosos Planos”
Aquí Griffith es profundamente teatral, casi operístico, ya que la mayoría de las escenas, son cuadros de interior, con un eje inmóvil.
4) Es una historia de La Gran Babilonia, su caída como Imperio por los Persas, en el año 539 a.C.
Los actores son:
Constance Talmadge (La Montañesa), Elmer Clifton (el músico), Alfred Paget (El Príncipe Belshazzar), Seena Owen (La Princesa Atarea), Tu II y Marshall (el gran sacerdote de Bel), George Siegmann (Cyrus, El Persa) pero entre los extras, se encontraban actores ya ilustres, o llamados a un gran porvenir como: 
Douglas Fairbanks, Donald Crisp, Noel Coward, Owen Moore, Carol Dempster, Nathalie Talmadge, Mildred Harris, que fue esposa de Charles Chaplin, Coleen Moore, etc. 
Aquí, la antes gloriosa ciudad de Babilonia, entra en decadencia, y se ve amenazada por los invasores persas de Cyrus II, El Grande, desde el exterior, y por traidores desde el interior, que quieren destruirla. 
Un grupo de héroes babilónicos van a intentar, por todos los medios, salvar su cultura. 
La antigua historia de Babilonia representa el conflicto entre El Príncipe Belshazzar de Babilonia, y Cyrus El Grande de Persia, su caída, es el resultado de la intolerancia derivada de un conflicto entre partidarios de 2 dioses babilonios rivales:
Bel-Marduk e Ishtar.
Como dato curioso, desde el punto de vista de la producción, los obreros que construyeron los decorados de Babilonia, especialmente, habían estado edificando los pabellones de la Exposición Universal de San Francisco de 1915; al acabarse, encontraron empleo en los estudios de cine. 
Muchos de ellos eran inmigrantes europeos, que habían llegado a EEUU en búsqueda de un futuro mejor. 
El mal momento por el que estaba pasando el cine europeo, por causa de La Primera Guerra Mundial, favoreció a Hollywood, en cuanto a la mano de obra y especialistas. 
Para el transporte, intendencia, y organización de tantos figurantes, en el caso de Intolerance, cuya paga con frecuencia alcanzaba los $12 mil por día, se tuvieron que levantar líneas de teléfono y de ferrocarril. 
Las fortificaciones babilónicas, eran tan altas como una casa de 4 pisos, eran practicables, y en ellas, podían cruzarse 2 cuadrigas. 
Para su construcción, las murallas fueron copiadas de ilustraciones arqueológicas, y el patio se hizo a partir de una adaptación libre del grabado de John Martin, “El Banquete de Belshazzar” (1821)
A pesar de las fuentes, en los decorados se refleja un eclecticismo arquitectónico; así, los célebres elefantes sobre las columnas, son un toque exótico de los diseñadores.
Los decorados eran tan grandes, que impedían determinadas tomas de cámara, no abarcaba todo, así que se tuvo que inventar soluciones sobre la marcha, como rodar desde un globo cautivo, que fue descartada, a causa del movimiento, y la de construir plataformas, a las que se había que subir con ascensor. 
Hubo días, que se concentraron en el plató 16,000 personas, para lo cual, Griffith contaba con todo un ejército de ayudantes, que luego fueron famosos directores. 
Años más tarde, faltará dinero para demoler su Babilonia de madera y cartón de piedra, cuyas ruinas dominaron simbólicamente a Hollywood durante 10 años, y cuyas ruinas, junto a las de “King Kong” (1933) formaron parte del “Incendio de Atlanta” de “Gone With The Wind” (1939)
Lo verdaderamente revolucionario de Intolerance, es que esas 4 historias, no se presentan en capítulos separados, o con divisiones claras, sino que se van entrecruzando como hilos argumentales paralelos, y temáticamente relacionados entre sí, aportando los sucesos, acontecidos en un capítulo claves, para predecir lo que va a ocurrir en los otros, o mostrando que en diferentes contextos históricos y culturales, muchas veces, las reacciones humanas son puramente instintivas, independientemente del grado cultural o económico alcanzado por cada sociedad.
Con estas 4 historias contadas de forma yuxtapuesta, vale decir, con su tema en común desarrollándose, y no lineal, e introduciendo cortes en el montaje para acentuar la tensión, prolongar el desenlace, y unir argumentativamente dichos relatos; hay un gran trabajo y esmero por parte de Griffith en la puesta en escena, con sus prólogos intercalados casi de forma teatral, desde los inmensos decorados para recrear las historias, pasando por los miles de extras utilizados, y hasta llegar al fastuoso vestuario para los personajes. 
Especial mención merecen las escenas de elegante erotismo, que envuelve al harén de Babilonia, totalmente novedosas para la época; y las del majestuoso palacio con la gigantesca escalinata, donde se celebró el festín. 
No menos, lo son algunos efectos especiales, que al espectador de hoy no le asombrarían, pero que son los “abuelos” de los efectos de hoy.
Lo complejo de la estructura, y del mensaje de Intolerance, dificultó la aceptación por el público, que de nuevo, situado ante una película muda de 3 horas, pero mucho más confusa, se veía incapacitado para aguantarla, con lo que, ni siquiera el nuevo montaje de cada parte del argumento, y sus sucesivos estrenos por separado, sirvió a Griffith para recuperar los casi $2 millones, que en 1916,  se había gastado en levantar el proyecto.
“La verdad os hará libres” decía Griffith de esta forma con Intolerance, en la cual, plantea que hay una posibilidad, de que el Hombre execre la intolerancia de entre sus emociones. 
Con el típico final feliz de Griffith, y del cine posterior a él, para apreciar bien esta obra, el espectador debe intentar ubicarse en el contexto en el que fue hecha, hace ya un siglo: 
Con los victorianos años de inicio del siglo XX; también años de inicio del Cine, y estreno de una nueva forma de narrar el argumento cinematográfico, con la que el público, y también la crítica, no estaban familiarizados.
“Such a wonderful king. 
If only he thought as we do”
Y es que D.W. Griffith es un genio.
Él inventó el plano corto, el plano general, y pensó en crear largometrajes, en una época en la que todavía el cine era un mero entretenimiento social, como el circo; algo inimaginable por aquellos tempranos tiempos cinematográficos.  
Y es que, el rodaje de Intolerance movilizó a una gran parte del Hollywood pionero, acogió como ayudantes de dirección, a futuros cineastas del calibre de Erich von Stroheim o Tod Browning, y provocó que muchas celebridades de la época, se prestaran a aparecer como meros figurantes.
Según Erich von Stroheim, D.W. Griffith:
“Fue el primero en incluir belleza y poesía, en una especie de diversión barata y vulgar, que algunas personas habían aceptado tímidamente, mientras aguardaban la salida del tren, o para protegerse de las inclemencias del tiempo. 
Fue el hombre que inventó el primer plano, para darle al hombre pobre, la íntima visión de un punto interesante en Intolerance”
Mientras Sergei Eisenstein decía:
“No me gustan mucho los filmes de Griffith, o al menos el sentido de su dramaturgia: 
Es la expresión última de una aristocracia burguesa en su apogeo, y ya sobre su declinación. 
Pero es Dios padre. 
Ha creado todo. 
No hay un solo cineasta en el mundo, que no le daba algo. 
En cuanto a mí, se lo debo todo”
La aportación de Intolerance a la técnica cinematográfica es indiscutible, es un intento de profundización en el montaje alterno, y la técnica de la persecución y el rescate en el último minuto, que eran las marcas de fábrica del cine de Griffith, y le habían dado tan buen resultado en anteriores filmes, como “The Birth Of A Nation” (1915)
Así, se podría decir que todos los recursos artísticos y técnicos, que habían sido empleados por el realizador en su obra previa, se encuentran en Intolerance. 
El resultado, es una polifonía con 4 temas intercalados, que van componiendo un trepidante “crescendo” conforme avanza el metraje. 
Entre lo que resulta verdaderamente sobrecogedor de Intolerance, además de adelantarse decenios, a estructuras narrativas más propias de la cinematografía de los ‘90, destacan las magníficas reconstrucciones históricas, las impresionantes murallas, palacios, estatuas, y calles de Babilonia, por ejemplo, entre los que se alojaban a casi 3 mil extras, en las escenas del asedio y los combates, seña de distinción, en la que se inspiraron todas y cada una de las cintas que, ambientadas en la época antigua, procuraban dotarse de recreaciones escenográficas majestuosas, e impactantes.
Todo ello, con una gran puesta en escena, donde grandes masas de actores son dirigidas entre decorados gigantescos, como el de Babilonia, cuyas murallas alcanzaban los 100 metros de altura. 
En la escena del ataque persa, se movilizaron 16,000 figurantes, con un coste de producción que osciló, dependiendo de las fuentes manejadas, entre $1 y $2 millones de la época. 
Para el episodio que transcurre en Babilonia, el director y productor D.W. Griffith, hizo construir unos gigantescos decorados, con pesadas puertas de bronce, muros de 70 metros de alto, elefantes de alabastro de 50 metros, y un corredor que sobrepasaba el kilómetro y medio de longitud…
Pero no sólo la historia que transcurre en Babilonia resulta espectacular; no le va a la zaga, la historia de la Francia de Catherine de Médicis, inspiradora de la matanza de hugonotes, cuya riqueza de decorados, y sobre todo, de vestuarios, a su vez sentó las bases de lo que constituye el cine de época.
Tales gastos, supuso un fiasco financiero, del que Griffith nunca se recuperó totalmente, pues él corría con todos los riesgos de la producción, por lo que siguió endeudado durante el resto de su vida.
De hecho, a partir de Intolerance, serían los productores quienes pasarían a dominar el mundo del cine estadounidense, con la aparición de las grandes productoras de Hollywood y el “star-system”, una vez que la industria cinematográfica europea, había sido reducida a cenizas tras La Gran Guerra.
A pesar de las 22 semanas que estuvo en cartel en Nueva York, tanto en EEUU como fuera, Intolerance fue casi un fracaso total, por su difícil seguimiento para el gran público. 
A ello, se le han de añadir los ataques y censura de todas partes; así, los judíos de EEUU, criticaron el episodio de La Pasión de Cristo, por la imagen tradicional que se daba de ellos como deicidas. 
En el extranjero, Intolerance fue aplaudida por el Rey de Inglaterra, a la vez que era mutilada por la censura británica. 
Por su pacifismo, Intolerance fue prohibida en la Europa continental, mientras duró la guerra, y los franceses no permitieron nunca la proyección del episodio de la matanza de hugonotes. 
Pero:
¿Por qué fracasó Intolerance?
Debido a la extrema complejidad narrativa; en Intolerance, Griffith contaba 4 historias que no son contemporáneas, y la gente estaba acostumbrada al montaje alterno, pero no al montaje paralelo. 
Se trataba de un montaje demasiado vanguardista para ese momento.
Por motivos ideológicos, con Intolerance, Griffith quiso demostrar, que él no era racista tras las acusaciones de su película anterior. 
Pero por aquella época, en 1916, el gobierno de EEUU intentaba convencer a la opinión pública, que merecía la pena luchar, y Europa estaba inmersa en La Primera Guerra Mundial, e Intolerance era antibélica, por lo que fue estrenada en el momento “menos/más” oportuno.
A ello, había que agregar el mensaje pacifista que se manifestaba en las 4 historias, lo cual fue rezado por una Europa ya sumergida en un conflicto mundial, al cual aún no estaba dispuesta a renunciar; los sectores proclives al intervencionismo en Estados Unidos, tampoco gustaron del mensaje que Griffith pretendía inculcar en las mentes de los espectadores.
La intolerancia, cuanta soporta el mundo, existía en la lejana Babilonia, seguramente también mucho antes, también en tiempos de Jesús, en el siglo XVI en Francia, y en la era moderna, lamentablemente existía, existió, existe, y existirá.
Por un lado, es una pena, que pudiendo abrazar otros sentimientos, otras emociones, elijamos estas, o algunas análogas, habiendo como hay otras mucho más edificantes. 
Que poco transigentes somos a veces, siempre queriendo imponer nuestro criterio, dictar nuestras normas, decirles a los demás lo que han de hacer. 
Qué bien lo plasma Griffith, sobre todo en la historia desarrollada en la era moderna, para mí con diferencia la mejor.
Parece ser también, que otro merito de Intolerance, es la de hacer como un efecto de bálsamo, ya que estaba muy reciente la racista y provocadora “The Birth Of A Nation”, de alguna manera, el autor parece querer redimirse, de los nada edificantes calificativos, que con toda razón, algunos le profirieron.
“But touch my skirt and I'll scratch your eyes out!”
Básicamente, Intolerance supuso un salto de calidad, debido a la gran acumulación de recursos técnicos que D.W. utiliza con una gran labor de montaje, y en cantidad, ya que gozó de un presupuesto astronómico para la época. 
Si bien, Intolerance fue la ruina para su productora, y el comienzo del ocaso de Griffin, consiguió abrir las puertas para que el cine en general, fuera tomado como algo más que un mero entretenimiento para las clases “inferiores”, se afianzaran los largometrajes en contraposición a los cortos de 2 rollos, y se aumentaran los presupuestos.
Seis años después, Douglas Fairbanks que aquí trabaja de extra, duplicaría este presupuesto. 
Intolerance tuvo la admiración de crítica y público, aunque este no fuera suficiente para compensar costos, e influenció a casi todos los directores, sobre todo a los rusos que la estudiaron con lupa. 
No sólo es la clara representación del esfuerzo humano y económico, o la visión de un director por darle un empuje y empaque a una pequeña criatura llamada Cine; Intolerance es, en su momento, la afirmación práctica de que las grandes superproducciones son posibles, de que el cine espectáculo, tal y como lo conocemos hoy en día, es una realidad plena. 
La versión original de Intolerance, que quedó inédita, duraba 8 horas, de las cuales, Griffith realizó una reducción comercial, que dejó el resultado final en 3 horas y 56 minutos, aproximadamente. 
Y es que una de las características inusuales de Intolerance, es que muchos de los personajes no tienen nombres. 
Griffith deseó ser emblemático en lo que respecta a los tipos humanos; así, el personaje principal femenino en la historia moderna, se llama “The Dear One”, su joven esposo se llama “The Boy”, y el líder de la mafia local se llama “The Musketeer” de los tugurios. 
Los críticos y los teóricos de cine, dicen que estos nombres indican el sentimentalismo de Griffith, que ya se insinuó en “The Birth Of A Nation” (1915), con nombres como “The Little Colonel”
Vale aclarar, de todas formas, que una vez más, los personajes de Intolerance están idealizados dentro de conflictos folletinescos y elementales, lo que implicaba una psicología muy rudimentaria, alejada de una auténtica caracterización humana.
El resultado de Intolerance, fue otra de las obras cumbre de El Séptimo Arte, la película que confirmó su inmenso talento en la escritura de guiones, con 4 historias independientes, alternadas a lo largo de más de 3 horas sin perder ritmo, para diseñar y rodar tomas, para montar lo rodado, y para levantar escenas de ensueño, de acción, y de batallas, con miles de extras, y en escenarios colosales, como el de Babilonia, que es sin ninguna duda, el más impactante y espectacular de todos, que superando a los de la misma “The Birth Of A Nation”, hasta aquel momento, eran completamente impensables. 
Tremendamente ambiciosa, Intolerance lograba mostrar, con grandes medios materiales, y en los 4 referidos episodios que se entrelazaban, mediante el montaje alternado, surcados con interludios de una 5ª historia simbólica, sobre una mujer que mece una cuna, las funestas consecuencias de la intolerancia racial, social, política, y religiosa, en todas las épocas de la historia de la humanidad: 
La edad contemporánea, y la explotación de los obreros en La Revolución Industrial; la Antigua Babilonia, acosada por los invasores persas; la Edad de Jesucristo, marcada por la dominación romana de la gran mayoría del Mediterráneo y de más allá; y el siglo XVI francés, de las luchas religiosas entre católicos y protestantes. 
Intolerance es una película grandilocuente a más no poder, decimonónica en sus planteamientos, y moralmente conservadora, a pesar de lo que propugna, ya que lo hace de una manera maniquea y simplista, e incluso por momentos rancia. 
Sin embargo, se puede afirmar que el cine, técnicamente, no es nada sin Intolerance, como no es nada sin las también polémicas, a causa de su propaganda política, e ideológica “The Birth Of A Nation” del mismo Griffith, “El Acorazado Potemkin” de Sergei M. Eisenstein o “El Triunfo de La Voluntad” de Leni Riefenstahl. 
Y es que nunca, hasta la llegada de Intolerance, se habían visto unos escenarios tan esplendorosos, como los de este filme. 
Nunca antes, se habían visto tales batallas, nunca antes se habían visto semejantes muchedumbres actuando al unísono, con 3 mil extras en el mencionado escenario de Babilonia, y nunca antes, se había visto tampoco, un montaje tan ágil, tan preciso, con tanto ritmo y potencia. 
En cuanto a la cuestión de fondo, la censura, la intolerancia, se examina a través del prisma del amor, bien a través de la pareja de Babilonia que se suicida para no caer en manos del enemigo, bien con la pareja francesa, uno católico y otra protestante, que sucumben a la matanza sin piedad.
Intolerance es un verdadero ejercicio, de lo que es complejidad narrativa, guión elaborado, montaje soberbio y minucioso, y cuidado diseño de planos, secuencias y tomas.
Intolerance es un paréntesis en la cinematografía, porque la verdad, nunca antes se filmó algo así, ni nunca después se volvió a hacer; marcando ya, el declive de Griffith como autor, Intolerance fue pronto olvidada en los Estados Unidos, y no fue sino el cine soviético, el que adaptó de Griffith, todas esas grandes virtudes suyas, para dar vida a una incipiente cinematografía, que iba a dar en los años siguientes, la verdadera medida de la genialidad de su potencial, produciendo 3 o 4 clásicos imperecederos, y todo ello, gracias a un enfermo de cine, un apasionado de la filmación, de la exploración de vías para la narración de historias, que contribuyeron a expandir el nuevo ideario ruso, surgido de la revolución de 1917, en manos del genial Sergei Eisenstein.

“Para todo hay una estación, tiempo de llorar, y tiempo de bailar, todo lo hace el apropiado a su tiempo” 
Eclesiastés 3:4

“I'll walk like her and maybe everyone will like me too”



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