Horror Of Dracula

“Τοῖος Γὰρ Νόος ἐστὶν ἐπιχθονίων ἀνθρώπων Οἷον ἐπ᾽ ἦμαρ ἄγησι Πατὴρ ἀνδρῶν Τε Θεῶν Τε”
(The mind of men who live on the earth is such as the day the father of gods and men [Zeus] brings upon them)
Homer's Odyssey
Book 18.136-7

Las irracionales supercherías, fueron disminuyendo a medida que La Revolución Industrial modificaba la forma de vida europea.
La realidad tenía otros planes...
Hacia fines del siglo XVIII, El Romanticismo intentó recuperar la emoción y la nostalgia perdidas durante La Ilustración y La Revolución Industrial, nacida en tierras inglesas.
Pero el período romántico, impulsó el renacimiento de la novela gótica.
Johann von Göethe escribió la novela “Die Braut von Corinth” precedida por la obra “Leonore” de Gottfried August Buerger.
Estas historias, así como varios poemas de vampiros escritos durante el siglo XIX por Keats, Coleridge y Baudelaire, incluyeron un elemento de seducción puramente “vampiresco”:
El placer otorgado por la muerte.
Luego sobrevino la publicación del famoso texto de “El Vampiro” de John William Polidori, aunque a decir verdad, la historia original, la reelaboró de un predecesor, Lord Byron.
También tuvo gran prestigio “Carmilla” de Sheridan LeFanu.
Por otra parte, “Varney El Vampiro”, escrito en 1847 por Prest y Rymer, se convirtió en la novela más extensa, escrita sobre estos seres fabulosos.
La fantasía y el horror, fueron elementos muy demandados en la prosa y la poesía de mitad del siglo XIX; pero luego de un largo tiempo de auge, disminuyó la calidad de las ficciones, como consecuencia de los clichés, y las repeticiones del género gótico.
Y es que los vampiros son el mayor mito del terror, en casi todas las culturas, y es el que mejor ha soportado el paso del tiempo, por su fascinante mezcla de terror y seducción.
Por otra parte, la presencia de los vampiros en el cine, puede remontarse a los primeros años del género cinematográfico, desde la época del cine mudo, y ha evolucionado de tal forma, que la perspectiva popular de los vampiros, se basa sobre todo, en las sucesivas descripciones cinematográficas.
Las adaptaciones más populares y frecuentes, han sido las del personaje de “Dracula” de Bram Stoker, y las de “Carmilla” de Sheridan Le Fanu.
El personaje creado por Bram Stoker, inspirado inicialmente en Vlad, El Empalador, ha permitido a muchos directores, poner su huella en el personaje.
La palabra “Dracula” aparece en el título de más de 100 películas, aunque muchas más son en las que aparece, o se le nombra.
No en vano, Dracula es el personaje de ficción con más adaptaciones en el cine, seguido de Sherlock Holmes.
De ahí que el vampirismo, ha sido utilizado profusamente en el cine de terror, llegando a convertirse en uno de los temas recurrentes de numerosos directores, e incluso, algunos de los más galardonados, han realizado incursiones ocasionales en el género.
Ya en 1896, en los primeros días del cine, el famoso director George Méliès, inventor de casi todos los trucos y efectos cinematográficos del período, realizó una historia de vampiros, estrenada con el nombre de “La Manoir du Diable”
Esta película, antecede de hecho, a la primera publicación de la novela de Stoker:
“Dracula” (1897)
Luego vinieron tiempos oscuros…
El género de horror había decaído, y por él pululaban a sus anchas:
Mutantes, engendros gigantes, y extraterrestres.
Lejanos estaban los días del horror sutil pero estremecedor, de las películas clásicas de la Universal.
Una productora inglesa, “Hammer Films”, decidió recrear en plan gótico, a los grandes mitos del terror sobrenatural, con énfasis en los decorados y la fotografía.
Es entonces, en 1932, cuando el español Enrique Carreras, y el inglés William Hinds, crearon una compañía cinematográfica en Inglaterra, que se convirtió en una empresa familiar, a la que se unieron sus hijos:
James Carreras y Anthony Hinds, y que realizarían películas de diversos géneros, introduciéndose en el género de terror, durante la década de 1950.
Hammer era célebre por la realización de una serie de films de terror gótico, producidas entre los años 1955 y1979.
Esta productora se especializó en historias de ciencia ficción, suspense, y terror, con la participación de actores del género como:
Christopher Lee y Peter Cushing.
La época de esplendor de la Hammer Productions, se sitúa en los años 60, donde realizó una serie de películas sobre Dracula, Frankenstein y La Momia.
Hay que reconocer que parte del éxito de la productora, fue debido a la colaboración de la importante empresa norteamericana, Warner Brothers.
Durante 15 años, Hammer impondría su marca en el género del terror, y tendría un dominio casi absoluto, siendo seguida, de cerca, por estudios menores como:
Amicus, AIP, etc., que copiarían su estilo, pero que no podrían obtener la misma resonancia del estudio inglés.
En un caso concreto, los vampiros de Hammer Films, se caracterizan especialmente por la abundancia de sangre, y efectos derivados, decorados góticos y coloridos, ambiente macabro, y sexualidad explícita, elementos que la convirtieron, en la mayor productora de películas de terror de su época.
También contaba con grandilocuentes y espeluznantes bandas sonoras, destacando el trabajo musical de David Whitaker, y Christopher Gunning.
A destacar la interpretación del actor inglés Christopher Lee, el cual tuvo tanto éxito, que se convirtió en el actor que más veces ha interpretado al Conde Dracula en la historia del cine.
Dracula es una obra maestra incontestable, que vista hoy, puede parecer anticuada o de poco interés, pero por todos es sabido que:
“No está la hecha la miel, para la boca del asno”
Si Hollywood fue la fábrica de sueños, Hammer fue la de las más deliciosas pesadillas.
Vida eterna al “Martillo del Terror”, y al Gran Christopher Lee.
“I am Dracula and I welcome you to my house.
I must apologize for not being here to greet you personally, but I trust you've found everything you needed”
Horror Of Dracula es una película de terror británica, del año 1958, dirigida por Terence Fisher.
Protagonizada por Christopher Lee, Peter Cushing, Michael Gough, Melissa Stribling, Valerie Gaunt, Carol Marsh, Olga Dickie, John Van Eyssen, Janina Faye, Barbara Archer, Charles Lloyd Pack, entre otros.
El guión corre a cargo de Jimmy Sangster, siendo la primera de una serie de películas de terror de la Hammer, basadas en la novela de Bram Stoker “Dracula”
En 1958, una película impulsada por una pequeña productora inglesa, y dirigida por un director, por aquel entonces casi desconocido, revolucionó las bases del cine fantástico, en una época en la que las fórmulas hollywoodienses de género comenzaban a agotarse.
Horror Of Dracula, la obra maestra de Terence Fisher, amparada bajo la tutela de la mítica Hammer Films, supuso un antes y un después en el cine de terror, y motivó una inagotable serie de películas de Serie B, basadas en mitos clásicos, como ya hizo anteriormente la Universal.
Horror Of Dracula supuso una renovación no solo formal, sino también de los cánones clásicos, a la hora de abordar el mito del vampiro.
Hammer había obtenido los derechos para adaptar la novela; pero la Universal tenía los derechos sobre su versión de 1931, con lo cual, debía encarar las cosas de un modo muy diferente, para no sufrir un juicio por violación de derechos.
Así las cosas, lo más evidente fue cambiar las parejas de los protagonistas:
Arthur, que estaba casado con Lucy, ahora es su hermana, quien está casada con Jonathan, y que Arthur con Mina.
Así es que, este Dracula, no es un remake de la versión de Bela Lugosi, sino que funciona como una re-imaginación de la historia, donde algunas cosas y personajes coinciden, pero el enfoque es diferente…
Además, hay una gran economía de medios, que provoca que porciones enteras del relato clásico desaparezcan:
No está el personaje de Reinfeld; el supuesto viaje de Dracula a Inglaterra en el Demeter, se resuelve expeditivamente con un ataúd montado en una carroza fúnebre sin conductor; pero en cuanto a terror, hay poco, y nada.
Horror Of Dracula es menos teatral que la versión protagonizada por Lugosi, y más fiel a la novela original, impuso los colmillos al “prêt-à-porter” del vampiro, y la colorida sangre, como elemento esencial de sus fechorías.
Al contrario de versiones anteriores, el primer vampiro que vemos, no es el propio conde, sino una voluptuosa vampiresa que marca la tendencia a la exhibición erótica, tan frecuente en las películas producidas por la Hammer.
El otro elemento destacado de Horror Of Dracula, es el juego con los decorados interiores, auténticos laberintos por los que evoluciona una cámara, aparentemente empeñada en encerrarnos en una tela de araña, manipulando así la sensación de inquietud del espectador.
Cabe informar que en los Estados Unidos, el título del film se cambió por “Horror Of Dracula” para evitar confusiones, y evitar problemas legales con la película homónima “Dracula” (1931) dirigida por Tod Browning, y con Bela Lugosi en el papel de Dracula.
La producción empezó en los Bray Studios, el 17 de noviembre de 1957, con un presupuesto de £ 81,000, siendo muy famosa, por su innovadora combinación de fantasía, romance, y sexualidad, además, de sus escenas sangrientas explícitas.
En su estreno, Horror Of Dracula fue lapidada y tachada de nauseabunda, con un Certificado X.
Se dijo que en Japón, se había estrenado una versión más larga y violenta, con montones de escenas que la censura de otros países no había dejado pasar, entre las que se encontraba:
Un ataque explícito a Mina, y la escabrosa desintegración completa del vampiro.
Esto fue considerado “Leyenda Urbana” hasta que en 2011, la renacida Hammer, logró localizar una copia con 36 minutos extra, en un museo de Tokio, en la que se encuentran las escenas descritas.
Esta copia se encuentra en proceso de restauración, para su emisión en HD, y próximamente será estrenada en televisión y vídeo doméstico, a día de hoy, no hay fecha concreta para su estreno.
La trama de Horror Of Dracula, gira en torno al Conde Dracula (Christopher Lee), Rey de Los Vampiros, y ha llegado en secreto a Londres, tras asesinar en su castillo de los Cárpatos, a Jonathan Harker (John Van Eyssen), quien había albergado ilusorias intenciones de destruirle, y acabar con el mal del vampirismo.
Al mismo tiempo, a Londres ha llegado también, el científico y médico, Van Helsing (Peter Cushing), quien trae el desagradable cometido de informar a la familia de Harker de su fallecimiento.
Van Helsing, mentor de Harker, es un estudioso y experimentado caza vampiros, que no tarda en adivinar la proximidad de Dracula, a partir de los síntomas claros de la prometida de su discípulo, postrada sin fuerzas en cama, con marcas de colmillos en el cuello.
Van Helsing comprende que Dracula, no contento con haber acabado con Harker, ahora pretende vampirizar a su novia, y que todos los que la rodean están en peligro...
“Sleep well, Mr. Harker”
Desde su comienzo, ya se percibe que Horror Of Dracula no es la misma película del mítico vampiro.
Comenzando por Harker, que de un simple bibliotecario, víctima de Dracula, se transforma en un caza vampiros, cuyo único fin, es destruir al conde, una aparición corta que da comienzo a la verdadera historia.
Por otro lado, Van Helsing pasa a convertirse en uno de los personajes principales, construyendo teorías acerca del vampirismo, que van alimentando cada vez al legendario conde, además de su rol de héroe, tratando de salvar a la familia Harker.
La escasa aparición de Dracula, fue uno de los puntos que suscitó diversas opiniones:
Algunos la vieron como algo pobre y sin sentido, mientras que para otros, fue uno de los mejores aciertos.
La incertidumbre que se crea saber cuándo irrumpirá en escena, es algo que se disfruta, suspenso que crece a cada instante.
Otra de las innovaciones que incluye Horror Of Dracula, es la introducción del símil “droga y vampirismo”, atribuyendo el síndrome de abstinencia, a todos aquellos que son atacados por los colmillos del vampiro.
El cuerpo del atacado, cuando cae la noche, necesita volver a ser consumido por el vampiro, que succiona su sangre, creando una relación de interdependencia similar a la que presentan los drogadictos.
Esta comparación que sale de la boca del propio Van Helsing, tampoco es casual, ya que la contextualización victoriana de Horror Of Dracula, está ubicada en una época, en la que el opio y la heroína, eran drogas comunes en la alta sociedad inglesa.
Curiosamente, en este castillo no hay polvo, ni grandes telarañas, como en el de la película de 1931.
Aquí todo está en orden, limpio, con lujo, y relativamente acogedor, dadas las enormes dimensiones del lugar, inclusive “iluminado”
Y desde el primer momento, sin que en realidad se nos muestre nada terrorífico, se crea una gran atmósfera de inquietud en la trama.
Aunque lo cierto es, que Horror Of Dracula es muy luminosa y colorida, que justamente, eso es lo que uno menos espera encontrar en una película de Dracula.
Además, incluye por primera vez, el componente erótico del mordisco en el cuello, que era algo totalmente ausente, en la versión del 31.
Y no es que las mujeres, las víctimas favoritas de Dracula, caigan rendidas ante él, por su atractivo porque, francamente, Lee es bastante feo, sino, que él consigue dominar sus mentes, y apoderarse totalmente de ellas, con esa mirada hipnótica y su mayor poderío mental.
Y por fin, le vemos morder, y lucir los colmillos chorreando sangre, al fin vemos esos ojos rojo profundo que imaginó Stoker, que además, calza a la perfección, con el mensaje de la novela según, el cual, la figura de Dracula representa los mayores temores ocultos de la sociedad victoriana, que invade con su presencia.
Así, Horror Of Dracula atacará a la sociedad victoriana, aun que no queda claro, dónde se desarrolla, lo más seguro que en la Europa central, pero sus creadores son ingleses, y al público inglés, en primera instancia, es a quien va dirigido:
Desde sus valores más tradicionales como la familia, el matrimonio, la pureza, y la castidad.
Respecto a los personajes principales:
Van Helsing es una fuerza implacable, simboliza al bien, es un héroe sagaz, que no se anda con medias tintas, y que se encuentra totalmente convencido de conseguir sus objetivos.
El Van Helsing de Cushing, es un personaje inteligente, estoico frente a la adversidad.
Cuando él ingresa al relato, es cuando Horror Of Dracula eleva su calidad.
Peter Cushing, por su parte, interpreta a un hombre de ciencia, y también de acción, estudioso de los fenómenos sobrenaturales, capaz de involucrarse en una feroz lucha, para acabar con una criatura de las sombras.
Es un hombre frío, pero humanitario, cuya labor le ha alejado de sus semejantes, todos le toman por loco, y le desprecian por sus teorías, pero irónicamente, lleva a cabo esta labor, para salvar a esa humanidad que tanto le desprecia, Arthur, el personaje de Michael Gough, es un ejemplo perfecto de ello.
Por el contrario, Dracula es la encarnación del mal, un animal sediento de sangre, decidido a castigar a sus cazadores.
Christopher Lee es un Dracula poderoso, mayestático y cruel, atractivo y repulsivo a un tiempo.
Lee presentó una nueva imagen del conde vampiro, mucho más dinámica y colorida, con colmillos y ojos inyectados en sangre, y que curiosamente, sólo tiene 13 líneas de diálogo.
Cabe decir que, para las escenas finales, se aplicaron sobre Christopher Lee, 2 capas de maquillaje:
Una rojo carne, y otra de cera para pompas fúnebres, que le devolvía el color y aspecto natural a su cara.
Lee solo tuvo que pasarse las manos por la cara, retirando la cera para “disolverse” a su gusto.
En las escenas donde usaba lentillas rojas, muy dolorosas de llevar, Lee actuaba técnicamente a ciegas, hasta el punto de que, en una escena donde tenía que correr y agarrar a una mujer, pasó corriendo de largo, bien lejos de su objetivo ante el presumible pitorreo general.
En posproducción, se eliminó el ruido de los pasos del conde, para acrecentar su aura sobrenatural; también se comenta que, cuando la mujer de Christopher Lee la vio, se quedó tan sorprendida, que no quiso acostarse con él esa noche.
Christopher Lee encarna a un vampiro físico, que constituye una amenaza física real, más allá de la sombra que era “Nosferatu”, o que el decadente noble interpretado por Bela Lugosi.
Lee interpreta a un vampiro realmente brutal, primitivo en sus actos, y a la vez, capaz de mostrarse civilizado, cordial, y extremadamente aristocrático, cuando la ocasión así lo requiere.
Dracula se nos muestra en su muerte, como un ser que no pertenece a este mundo, se impone el mito frente a la realidad, su carne se pudre, y se deshace como polvo de cenizas.
Carol Marsh por su parte, es una Lucy dulce y débil durante la enfermedad, que tras la vampirización, dará rienda suelta a su carnalidad, a su fisicidad, seduciendo de manera asombrosa, a su sobrina de 10 años, rompiendo muchos tabúes, sexuales y cinematográficos para su época.
“It only remains for me now to await the daylight hours where I will with God's help forever end this man's reign of terror”
Técnica y artísticamente, sobresalen tanto el trabajo del director, mezclando clasicismo y vanguardia, con todo tipo de tomas estáticas, alternadas con travellings y picados, que a día de hoy, aún sorprenden al más escéptico, la exquisita dirección artística de Bernard Robinson, sabiamente reciclada a lo largo de la historia de la productora para reducir costes, y dar a todas su películas, una estética semejante reconocible al primer vistazo de sus imágenes, la música de James Bernard, y el trabajo glorioso de Jack Asher con la fotografía y la iluminación, expresionista en algunos momentos, gótica en otros, es lo remarcable.
Obviamente, en los años 50, los códigos cinematográficos eran distintos, y para su época, Horror Of Dracula era una película shockeante.
Este Dracula es un distinguido aristócrata, que se transforma en una bestia demoníaca, con enormes colmillos, y sus ojos inyectados en sangre.
Es también una figura distinguida, que destila sex appeal, y ataques como el que ocurre en la alcoba de Lucy, o al comienzo, con la compañera del vampiro exhibiéndose en sensuales gasas transparentes, dejan traslucir el erotismo del carácter.
Uno supone como esto pudo haber caído en el conservadurismo de la época, sumándole además, un par de escenas de violencia explícita, como cuando Van Helsing estaquea a Lucy en la cripta, que sin duda, deben haber tenido un fuerte impacto.
Horror Of Dracula trata de un Dracula más sanguinario, esos rojos intensos, y mucho más sexual.
A pesar de ser muy poco fiel a la novela original de Stoker, el Dracula de la Hammer sí que responde con mucha fidelidad, a uno de los temas más importantes del escritor inglés, el vampiro, y su fuerte acento en lo sexual, que se comprende en una novela escrita en la puritana sociedad victoriana de finales del XIX.
Lo mejor de este Dracula, está en sus “escenas de cama”, una mezcla entre deseo y repulsión, lujuria y violencia, que impactaron y crearon escuela.
Así pues, el aspecto sexual, nos es mostrado explícitamente, y podemos presenciar, por primera vez, aspectos tan esenciales de la relación vampírica, como el que el mordisco del no-muerto, produce en la mujer, un placer cercano al orgasmo, además de una fortísima sumisión.
Dracula es un monstruo asesino, pero al mismo tiempo, posee un poderoso atractivo sexual, frente al cual, las inocentes mujeres de la época victoriana, están totalmente indefensas.
Pero Horror Of Dracula, no es un filme que haya resistido muy bien el paso del tiempo.
En todo caso, queda como una adaptación muy digna, seria, y bien interpretada, pero hoy carece de efecto de shock, y bien podría ser exhibida en una matiné sin corte alguno.
El problema pasa por la cuestión de cómo ha evolucionado el lenguaje cinematográfico del terror.
Comparada con la versión de la Universal de 1931, Horror Of Dracula es superior; es una película mucho más explícita, en cuanto a violencia, sangre, y sexo.
Pero a los estándares de hoy, se ve rutinaria.
Uno podría decir, que la versión 1931 es muy teatral, inmóvil, y con escaso horror, a lo sumo algo de misterio sobre el personaje; y la versión de Fisher, es en todo caso más operística:
Hay escenarios enormes, mayor lujo, brillantes colores, y un sentido del destino mucho mayor en los personajes.
El problema es que hay poca acción, y eso que el enfoque de que Harker y Van Helsing ya son cazadores de vampiros, lo que debería sumergir al espectador inmediatamente en una aventura trepidante, y la que hay, está filmada sin mucho nervio.
Los ataques de Dracula son expeditivos, pero carecen de shock.
A lo sumo, la única escena bien filmada en tal sentido, es el enfrentamiento final entre Van Helsing y Dracula, que es original y disfrutable.
Pero el resto termina por resultar anodino.
El otro problema pasa por la familiaridad con la historia:
Hammer se dedicaría a canibalizar a Dracula en 8 filmes más, cada vez de peor calidad, intentando seguir haciendo caja con el personaje.
Todas inferiores, algunas incluso mediocres, a las primeras entregas pero cada una de ellas, poseedora de algún punto de interés, que las vuelve memorables y “revisionables”, más que nada, por su fallido pero encomiable intento de aunar clasicismo y modernidad “new age”
Lo que hizo Hammer de Dracula, fue explotar una marca, es cierto, pero también uno se pregunta, si no se puede crear otra mitología relacionada con un vampiro, algo que resulte fresco y original, y no, un filme sin atmósfera, sin suspenso, y sin capacidad de impacto.
No hay demasiada evolución en su enfoque del terror en sus films de Dracula, terminan siendo obras serias, con un estilo propio, pero con una muy diluida capacidad de shock, y tal vez, todo esto lo digo porque es un análisis desde el punto de vista del año 2013, un poco injusto; mea culpa.
Eso sí, medio siglo después, Horror Of Dracula se conserva a la perfección, y supone una de las cumbres, no solo de Hammer Films, sino del cine fantástico de todos los tiempos.
“Since the death of Jonathan Harker Count Dracula the propagator of this unspeakable evil has disappeared he must found and destroyed!”
Horror Of Dracula supuso una renovación, no solo del mito del vampiro, si no del género de terror de los años 50.
Sus formulas fueron adaptadas, y el triunfo de La Serie B de calidad, llegó a los dominios de Hollywood, que nunca supo recuperar esa imagen de marca que produciría Hammer Films.
Si la fantasía y lo grotesco era “Nosferatu” de Murnau; el misterio era Lugosi en 1931; la sexualidad es con Lee, y ya para terminar, diría que la de Coppola, sí que toca el tema de la demolición de la moralidad victoriana, sólo que lo hace a través de una historia de amor, y tomando partido por el “monstruo”
Y es que el único poder “sobrenatural” que posee el Dracula de Fisher, y aquí es donde entra el papel de su guionista Jimmy Sangster, es aquel por el cual, en parte, se popularizó el cine de la Hammer, en una época de puritanismo y falsas conciencias de corrección política.
Dracula es un animal sexual, que ataca allí donde más le duele a una sociedad dominada por los hombres, y donde las mujeres no son meros objetos sexuales de deseo.
El ataque a la figura femenina, los debilita, haciendo que los personajes de Harker y Arthur, aparezcan como meros pasmarotes indefensos.
No es casual, que Van Helsing no posea pareja reconocida en la ficción, ya que no está dispuesto a mostrar semejante punto de flaqueza, ante un Christopher Lee que durante toda la película, no hace otra cosa que seducir a las mujeres de los hombres que aparecen en la misma.
El personaje de Mina, cae ante sus encantos, y es seducido por los colmillos de un Dracula, que entra todas las noches a la alcoba de una joven “pura y virginal”
La analogía “sexo y vampirismo” es evidente en una película que introduce una baza, hasta ahora inédita en el cine de terror de la época:
El erotismo, y que con los años, se convirtió en el sello de marca de Hammer Films, y de multitud de productos de Serie B.
Dracula es una figura que hace tambalear los pilares de una sociedad puritana y conservadora, el personaje de Christopher Lee, pone en peligro los votos del matrimonio de los hombres cristianos de bien.
Una vez más, se produce la oposición “vampirismo-pecado” y “cristianismo-castidad”
Fisher juega con los elementos del cristianismo, como clave para acabar con la figura de Dracula, de igual forma que la cruz quema la mano de la mujer de Arthur, cuando estos descubren que está siendo “asaltada” por el vampiro.
¿Quién no ha querido ser un vampiro alguna vez?
El mito del vampiro está impreso en el cine, en la mitología, en el cómic, en la televisión, en la gastronomía, y por supuesto, en la literatura, pero sin olvidarnos de esas curiosidades, de esa parcela desconocida del vampiro que más nos atrae, como pueden ser, los asesinos en serie, que se han inspirado en él, técnicas de erosión del cuerpo, que se utilizan para parecerse al mito, festivales, y “performances” alrededor del mundo, dedicadas a Dracula, y un largo etcétera.
Los vampiros son sin duda, los gentleman del horror; o al menos esa es la imagen que nos ha comercializado el cine; pero la realidad es otra, mucho más cruda y horripilante.
Supongo que la idea que más atrae del personaje, es la inmortalidad, el no morir siempre es atractivo y fascinante.
Dracula sigue vivo como leyenda verídica, como inmortal en el celuloide, y como eterno demonio en las páginas del ávido lector, amante de las historias de terror clásicas.
Un personaje que embrujó, y persiguió hasta la muerte, a Bela Lugosi, y que encandiló a Francis Ford Coppola, para concebir su particular, y fidedigno punto de vista, al noble rumano con una sorprendente y abrumadora interpretación de Gary Oldman, ayudado por la estupenda ambientación Romántico-Gótica.
El clásico chupasangre, ha vuelto recientemente, en una estupenda novela escrita por un familiar de Stoker, Dacre Stoker, llamada:
“Dracula, El No Muerto” de la que espero ansioso su adaptación cinematográfica.
Y es que han pasado más de 100 años, y Dracula sigue vivo.

“Tellus vero primum siquidem genuit parem sibi coelum stellis ornatum, ut ipsam totam obtegat, utque esset beatis Diis sedes tuta Semper”
(And Earth first bare starry Heaven, equal to herself, to cover her on every side, and to be an ever-sure abiding-place for the blessed gods)
Bartolomeo Anglico.
De proprietatibus rerum.
Book 8, Chapter 2



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