A Fish Called Wanda
“You English!
You think you're so superior, don't you?
Well you're the filth of the planet!
A bunch of pompous, badly dressed, poverty stricken, sexually repressed football hooligans!”
Censurados, alabados por la crítica, y favorecidos por el público, los británicos Monty Python, fueron los exponentes del más absurdo, ácido, irónico, y surrealista humor de los últimos 30 años.
Los Python supieron retratar magistralmente en su programa de televisión “Monty Python’s Flying Circus” los aspectos más relevantes de la idiosincrasia inglesa de los años 60.
No hubo que esperar demasiado, para que estos desenfadados comediantes pasaran al cine, logrando una breve pero exitosa carrera, que aportó ingenio, creatividad, y una manera inteligente de reírse de todo, de todos, y con todos.
Luego de terminar “Monty Python's The Meaning Of Life” (1983), su último largometraje, filme que obtuvo el Premio Especial del Jurado en El Festival Internacional de Cine de Cannes de 1983, los Python se disolvieron.
Pero por separado, los miembros de Monty Python continuaron trabajando, siempre ligados al cine:
Terry Gilliam y Terry Jones, se han dedicado a dirigir películas; John Cleese y Michale Palin, son reconocidos actores; y Eric Idle se robó los aplausos, en el cierre de Los Juegos Olímpicos 2012, con su presentación “A Symphony Of British Music”
“A tale of murder, lust, greed, revenge, and seafood”
A Fish Called Wanda es una comedia británica-estadounidense del año 1988, dirigida por Charles Crichton.
Protagonizado por John Cleese, Kevin Kline, Jamie Lee Curtis, Michael Palin, Maria Aitken, Tom Georgeson, Patricia Hayes, Stephen Fry, Geoffrey Palmer, entre otros.
El guión es de John Cleese; a modo de mecanismo de relojería, en el que se van acumulando situaciones llevadas al límite, traiciones entre sus personajes, y todo tipo de ocurrencias.
A Fish Called Wanda es un buen ejemplo de colaboración entre estadounidenses e ingleses; ya que en el momento de su estreno, fue un gran éxito comercial.
Mucha gente piensa, que A Fish Called Wanda es una película de los Monty Python, pero no lo es, aunque tenga a 2 de sus actores, aunque si bien es verdad, la comedia tiene situaciones tan descabelladas, y tan surrealistas, que bien podría haber sido del mejor grupo humorístico del cine británico; muchos de nosotros, podremos conocer el estilo de los Python, gracias a, A Fish Called Wanda.
Como ha reseñado algún colega:
“A Fish Called Wanda ostenta un récord que ejemplifica el poder de su recomendación “boca a boca”, pues es la película que más tiempo tardó en llegar al #1 de taquilla en EEUU, tras llevar 10 semanas en cartel, empezó poco a poco, y a los 2 meses y medio, llenaba más cines que cualquier otra de la cartelera”
A Fish Called Wanda se hizo acreedora del Premio Oscar, Al Mejor Actor De Reparto (Kevin Kline) y 2 nominaciones:
Mejor director, y guión original.
Fue una de las grandes comedias de los años 80, década en la que el humor juvenil, se erigió como el sinónimo de comedia, y en la que una película como A Fish Called Wanda, destaca muy por encima del resto; una comedia con humor inglés, irónico, sarcástico, y con situaciones rayando el surrealismo; humor corrosivo, negro, y socarrón, sátira tan demoledora como divertida del sexo y de la corrección inglesas en particular, así como de la condición humana globalmente considerada.
Es una sátira venenosa y magnífica, a veces hiperbólica y gruesa, pero muy bien trabada, ingeniosa, e imaginativa.
Con el tiempo, A Fish Called Wanda se ha convertido en un clásico de este estilo de comedia, que luego muchas otras copiaron.
La historia en sí, es bastante simple, aunque vive más de los momentos, que de sus 3 actos, y se permite la licencia de crear una subtrama, la de Michael Palin, que es, simplemente, magistral.
A Fish Called Wanda gira en torno al robo a una joyería, planeado por George Thomason (Tom Georgeson), y las consecuencias que esto trae.
La persona de confianza de George, es Ken Pile (Michael Palin), un amante de los animales, que además, sufre de tartamudez.
Junto con ellos, vienen 2 estadounidenses:
La sensual estafadora Wanda Gershwitz (Jamie Lee Curtis), y el sicario y algo torpe Otto West (Kevin Kline); éste último, suele presumir de ser un intelectual, aunque el resto del grupo suele ratificarle su ignorancia, llamándolo estúpido, calificativo que él detesta.
El robo se logra realizar a la perfección.
Sin embargo, después del hecho, Wanda y Otto traicionan a George, reportándolo con la policía.
Tardíamente descubren, que George había escondido el botín en un nuevo escondite, en un casillero, y no planeaba revelarles cuál específicamente.
Wanda decide, que la mejor forma de obtener información, es seducir al abogado de George, Archibald Leach (John Cleese), un hombre atrapado en un matrimonio sin amor, con una mujer rica y de mal carácter llamada Wendy (Maria Aitken)
Mientras tanto, Otto decide que el mejor método es hablar con Ken, primero pretendiendo estar enamorado de él, y luego atándolo y amenazándolo con comerse su pez tropical, uno de los cuales, es un pez ángel llamado “Wanda”
Por otro lado, George encarga a Ken, que asesine a una testigo, una mujer de edad avanzada, Mrs. Coady (Patricia Hayes), dueña de 3 Yorkshire Terriers.
En sus intentos por asesinarla, Ken termina matando accidentalmente, a cada uno de los perros.
A continuación de la muerte del último perro, la mujer muere de un ataque al corazón…
Después de varias traiciones entre el equipo, y de que la llave del casillero cambiara varias veces de manos, todos corren al aeropuerto, en un intento de huir con el dinero.
Ken logra vengarse de Otto, lo que provoca que supere sus problemas de tartamudez.
Mientras tanto, Wanda y Archibald, que se habían enamorado, y logran huir.
Y George finalmente queda preso.
Un texto de cierre, explica lo que ocurre con los miembros de la banda, después de los acontecimientos:
Archie y Wanda se van a Río, a iniciar una colonia de leprosos, y tienen muchos hijos.
Ken, pierde su tartamudez, y se convierte en el presentador en Sea World.
El inmoral Otto, se traslada a África del Sur, y se convierte en Ministro de Justicia, en el momento de la filmación de A Fish Called Wanda, Sudáfrica todavía estaba gobernada bajo el Apartheid…
A Fish Called Wanda, sorprendió porque era una película refractaria a las comedias de la época; la mayoría llevaban implícita la fecha de caducidad, o eran autoconscientes de su propia estupidez.
He aquí un trabajo que, décadas después de su estreno, sigue sorprendiendo por su energía y su generosa ración de humor, tan intemporal como delirante.
Con elementos tan serios como la ambición y la traición, serán el común denominador, donde los proyectos nunca salen tal como son planificados, y es allí donde A Fish Called Wanda, encuentra el principal atractivo.
“You pompous, stuck-up, snot-nosed, English, giant, twerp, scumbag, fuck-face, dickhead, asshole!”
En 1988, con 78 años, el veterano y excelente director inglés, Charles Crichton, regresó al cine, tras 28 de años de ostracismo, recluido intermitente en la televisión de su país, con esta absoluta genialidad de la comedia.
En la que mezcla un trazo grueso, “gags” en la mejor tradición del “slapstick” como el de los peces, o el más truculento de los perritos, resultan memorables; y un original y corrosivo sentido del humor.
Recurriendo a varios de los componentes de los extintos Monty Python, como John Cleese o Michael Palin, y a 2 magníficos comediantes estadounidenses, 2 grandes actores en suma, como la escultural “Reina del Grito” Jamie Lee Curtis; y una aquí, atractivo y torpe Kevin Kline, más una buena legión de magníficos secundarios, no demasiados conocidos por el gran público entonces, pero reconocibles por sus rostros como Stephen Fry, Tom Georgeson todos sin acreditar, ofreció un disparatado y divertidísimo ejercicio de enredos y ladrones, repleto de dinamismo.
El libreto, escrito por el ex Monty Python John Cleese, felizmente recuperado también como actor, junto a su compañero de este grupo británico de humoristas, que satirizaba la idiosincrasia del país de las décadas de los 60 y 70, Michael Palin, alumbra una continua sucesión de gags, cada cual más gracioso que el anterior, configurando un engranaje perfecto, a la hora de producir la carcajada.
Ridiculizando los prototipos de la figura del gánster para producir gracia, con cierto ánimo también de capturar la disparidad cultural entre estadounidenses e ingleses, sin llegar a ser virulenta, tan sólo mordaz, la obra crea situaciones tan cómicas, como:
Los intentos de Ken por fulminar a una anciana, que puede dar al traste con sus planes; la del striptease del personaje de John Cleese, y la posterior visita de los dueños de la casa; o la del aeropuerto, final absolutamente insuperable.
Quizá fuesen alguno de estos instantes, deudores del subgénero del “slapstick”, los que, según narra la leyenda, o el marketing, ocasionaron la muerte del otorrinolaringólogo danés, Ole Bentzen, quien murió de un ataque de risa viendo A Fish Called Wanda, pues su corazón, dicen, alcanzó un ritmo de 250 a 500 latidos por minuto.
Como otros datos curiosos de A Fish Called Wanda:
El abogado defensor, magníficamente interpretado por John Cleese, se llama Archibald “Archi” Leach, que era el nombre verdadero del gran actor Cary Grant.
Además, Archibald Leitch, es el nombre de un famoso arquitecto escocés, que diseño varios estadios de fútbol en El Reino Unido.
En la misma línea de bromas con los nombres, el actor Tom Georgeson, representa un personaje llamado, George Thomason.
En un momento de A Fish Called Wanda, Otto se ofrece para asesinar a Kevin Delaney, presuntamente otro mafioso.
El segundo nombre de Kevin Kline, es Delaney.
En la escena del robo, el encapuchado que atina al botón con la ballesta, es realmente Kevin Kline, que lo consiguió al 2º intento.
Durante el segundo intento de asesinato por parte de Ken a la anciana, cuando aparece disfrazado como un rastafari, el auto que maneja, tiene la palabra “sin semilla” pintada en uno de sus lados, la cual era una broma sobre el cultivo de marihuana.
Los peces que se come Kevin Kline, estaban hechos de gelatina.
A pesar de que él mismo se ofreció a comérselos vivos, no le dejaron.
En algunos montajes preliminares, las muertes de los perros, eran más truculentas.
Llegaron a emplearse vísceras reales.
En las audiciones de prueba anteriores al estreno, el público reaccionó negativamente, por lo que se volvieron a rodar las escenas, para que se notara que los cadáveres caninos, eran falsos.
Cuando se estrenó A Fish Called Wanda, 20 miembros de La Organización en Favor de Los Derechos de Los Tartamudos, National Stuttering Project, se manifestaron en Los Angeles.
Se oponían a la “imagen negativa” que daba Michael Palin en su papel de Ken, un ladrón de joyas, con un grave caso de tartamudez.
Por otra parte, las joyas, objeto de deseo de la banda, pensé que se iría a alojar precisamente, dentro del pez llamado Wanda, que se acabaría extraviando...
Y que a partir de ahí, habría una loca carrera, llena de ingenio y contrariedades, para recuperarlo.
Lamentablemente, Charles Crichton decidió echar por otro lado, hasta el punto de que no entiendo que protagonismo tiene en esta historia el dichoso pez.
Para mí, ninguno.
“Don't call me stupid”
Ha pasado casi un lustro, desde la última vez que aparecieron juntos en público, para celebrar su 40 aniversario en New York Los Monty Python.
A los 70 años, el paso del tiempo se ralentiza, pero nadie puede obviar, que la vida se agota.
Quizá por ello, los 5 septuagenarios integrantes del grupo cómico británico, Monty Python, han decidido volver a reunirse el próximo 1 de julio de 2014, en un único espectáculo en Londres, a modo de colofón, de una carrera dedicada al humor absurdo e irreverente, que marcó a toda una generación.
En medio de una gran expectación mediática, y con 20 minutos de retraso, John Cleese, Terry Gilliam, Terry Jones, Eric Idle y Michael Palin, volvieron a pisar las tablas del Playhouse Theatre en el West End londinense, para dar comienzo a una caótica rueda de prensa, hablando todos a la vez, respondiendo a las preguntas de los otros, y mofándose una y otra vez, de todo a su alrededor.
“Uno ya caído, cinco por caer”, puede leerse en el cartel que anticipa el esperadísimo regreso, y que sin duda, avanza la temática funesta, y el aciago guiño a la muerte, a la que ya se entregó Graham Chapman, en 1989.
Y es que John Cleese, de 74 años; Terry Gilliam, de 72; Eric Idle, de 70 años; Terry Jones, de 71; y Michael Palin, de 70; los 5 suman 357 años, pero lejos de un tono melancólico, nostálgico, y agorero, el grupo encara el capítulo final de la vida, con el mismo sarcasmo, acidez, y brillantez, que rezumaron todos sus discursos.
Porque ya han honrado durante más de 20 años, la muerte de Graham Chapman.
Esta era una de las razones principales, que daba el quinteto, para no volver, que ya no son un sexteto.
De hecho, en el funeral de Graham, en 1989, las lágrimas y lamentos, quedaron desplazados por las carcajadas de los asistentes, en uno de las celebraciones fúnebres, más divertidas de la historia.
Y si existe Dios, también estará Chapman, puntualiza el mordaz Idle.
“Haremos los gags de toda la vida, y algunos nuevos”, explicó Terry Gilliam.
“No mientas; nunca hemos hecho nada nuevo”, añadió John Cleese.
“Será lo de siempre, unas cuantas bromas, algo de música, y un poco de sexo”
Terry Jones, convertido en auténtico experto medieval, desde que dejó el grupo, anticipó que habrá referencias muy claras a “las torturas y las muertes, a manos de La Santa Inquisición”
Michael Palin admitió que fue, de los 5, el que más reacio fue a la reunión:
“Pero al final pensé:
Si esperamos más, tal vez será demasiado tarde”
Palin reconoció, que la razón real de la vuelta de los Monty Python, es que Terry Jones “pueda finalmente, pagarse la hipoteca, y nos podamos mudar todos a su casa”
“To call you stupid would be an insult to stupid people.
I've known sheep that could outwit you.
I've worn dresses with higher IQs!”
You think you're so superior, don't you?
Well you're the filth of the planet!
A bunch of pompous, badly dressed, poverty stricken, sexually repressed football hooligans!”
Censurados, alabados por la crítica, y favorecidos por el público, los británicos Monty Python, fueron los exponentes del más absurdo, ácido, irónico, y surrealista humor de los últimos 30 años.
Los Python supieron retratar magistralmente en su programa de televisión “Monty Python’s Flying Circus” los aspectos más relevantes de la idiosincrasia inglesa de los años 60.
No hubo que esperar demasiado, para que estos desenfadados comediantes pasaran al cine, logrando una breve pero exitosa carrera, que aportó ingenio, creatividad, y una manera inteligente de reírse de todo, de todos, y con todos.
Luego de terminar “Monty Python's The Meaning Of Life” (1983), su último largometraje, filme que obtuvo el Premio Especial del Jurado en El Festival Internacional de Cine de Cannes de 1983, los Python se disolvieron.
Pero por separado, los miembros de Monty Python continuaron trabajando, siempre ligados al cine:
Terry Gilliam y Terry Jones, se han dedicado a dirigir películas; John Cleese y Michale Palin, son reconocidos actores; y Eric Idle se robó los aplausos, en el cierre de Los Juegos Olímpicos 2012, con su presentación “A Symphony Of British Music”
“A tale of murder, lust, greed, revenge, and seafood”
A Fish Called Wanda es una comedia británica-estadounidense del año 1988, dirigida por Charles Crichton.
Protagonizado por John Cleese, Kevin Kline, Jamie Lee Curtis, Michael Palin, Maria Aitken, Tom Georgeson, Patricia Hayes, Stephen Fry, Geoffrey Palmer, entre otros.
El guión es de John Cleese; a modo de mecanismo de relojería, en el que se van acumulando situaciones llevadas al límite, traiciones entre sus personajes, y todo tipo de ocurrencias.
A Fish Called Wanda es un buen ejemplo de colaboración entre estadounidenses e ingleses; ya que en el momento de su estreno, fue un gran éxito comercial.
Mucha gente piensa, que A Fish Called Wanda es una película de los Monty Python, pero no lo es, aunque tenga a 2 de sus actores, aunque si bien es verdad, la comedia tiene situaciones tan descabelladas, y tan surrealistas, que bien podría haber sido del mejor grupo humorístico del cine británico; muchos de nosotros, podremos conocer el estilo de los Python, gracias a, A Fish Called Wanda.
Como ha reseñado algún colega:
“A Fish Called Wanda ostenta un récord que ejemplifica el poder de su recomendación “boca a boca”, pues es la película que más tiempo tardó en llegar al #1 de taquilla en EEUU, tras llevar 10 semanas en cartel, empezó poco a poco, y a los 2 meses y medio, llenaba más cines que cualquier otra de la cartelera”
A Fish Called Wanda se hizo acreedora del Premio Oscar, Al Mejor Actor De Reparto (Kevin Kline) y 2 nominaciones:
Mejor director, y guión original.
Fue una de las grandes comedias de los años 80, década en la que el humor juvenil, se erigió como el sinónimo de comedia, y en la que una película como A Fish Called Wanda, destaca muy por encima del resto; una comedia con humor inglés, irónico, sarcástico, y con situaciones rayando el surrealismo; humor corrosivo, negro, y socarrón, sátira tan demoledora como divertida del sexo y de la corrección inglesas en particular, así como de la condición humana globalmente considerada.
Es una sátira venenosa y magnífica, a veces hiperbólica y gruesa, pero muy bien trabada, ingeniosa, e imaginativa.
Con el tiempo, A Fish Called Wanda se ha convertido en un clásico de este estilo de comedia, que luego muchas otras copiaron.
La historia en sí, es bastante simple, aunque vive más de los momentos, que de sus 3 actos, y se permite la licencia de crear una subtrama, la de Michael Palin, que es, simplemente, magistral.
A Fish Called Wanda gira en torno al robo a una joyería, planeado por George Thomason (Tom Georgeson), y las consecuencias que esto trae.
La persona de confianza de George, es Ken Pile (Michael Palin), un amante de los animales, que además, sufre de tartamudez.
Junto con ellos, vienen 2 estadounidenses:
La sensual estafadora Wanda Gershwitz (Jamie Lee Curtis), y el sicario y algo torpe Otto West (Kevin Kline); éste último, suele presumir de ser un intelectual, aunque el resto del grupo suele ratificarle su ignorancia, llamándolo estúpido, calificativo que él detesta.
El robo se logra realizar a la perfección.
Sin embargo, después del hecho, Wanda y Otto traicionan a George, reportándolo con la policía.
Tardíamente descubren, que George había escondido el botín en un nuevo escondite, en un casillero, y no planeaba revelarles cuál específicamente.
Wanda decide, que la mejor forma de obtener información, es seducir al abogado de George, Archibald Leach (John Cleese), un hombre atrapado en un matrimonio sin amor, con una mujer rica y de mal carácter llamada Wendy (Maria Aitken)
Mientras tanto, Otto decide que el mejor método es hablar con Ken, primero pretendiendo estar enamorado de él, y luego atándolo y amenazándolo con comerse su pez tropical, uno de los cuales, es un pez ángel llamado “Wanda”
Por otro lado, George encarga a Ken, que asesine a una testigo, una mujer de edad avanzada, Mrs. Coady (Patricia Hayes), dueña de 3 Yorkshire Terriers.
En sus intentos por asesinarla, Ken termina matando accidentalmente, a cada uno de los perros.
A continuación de la muerte del último perro, la mujer muere de un ataque al corazón…
Después de varias traiciones entre el equipo, y de que la llave del casillero cambiara varias veces de manos, todos corren al aeropuerto, en un intento de huir con el dinero.
Ken logra vengarse de Otto, lo que provoca que supere sus problemas de tartamudez.
Mientras tanto, Wanda y Archibald, que se habían enamorado, y logran huir.
Y George finalmente queda preso.
Un texto de cierre, explica lo que ocurre con los miembros de la banda, después de los acontecimientos:
Archie y Wanda se van a Río, a iniciar una colonia de leprosos, y tienen muchos hijos.
Ken, pierde su tartamudez, y se convierte en el presentador en Sea World.
El inmoral Otto, se traslada a África del Sur, y se convierte en Ministro de Justicia, en el momento de la filmación de A Fish Called Wanda, Sudáfrica todavía estaba gobernada bajo el Apartheid…
A Fish Called Wanda, sorprendió porque era una película refractaria a las comedias de la época; la mayoría llevaban implícita la fecha de caducidad, o eran autoconscientes de su propia estupidez.
He aquí un trabajo que, décadas después de su estreno, sigue sorprendiendo por su energía y su generosa ración de humor, tan intemporal como delirante.
Con elementos tan serios como la ambición y la traición, serán el común denominador, donde los proyectos nunca salen tal como son planificados, y es allí donde A Fish Called Wanda, encuentra el principal atractivo.
“You pompous, stuck-up, snot-nosed, English, giant, twerp, scumbag, fuck-face, dickhead, asshole!”
En 1988, con 78 años, el veterano y excelente director inglés, Charles Crichton, regresó al cine, tras 28 de años de ostracismo, recluido intermitente en la televisión de su país, con esta absoluta genialidad de la comedia.
En la que mezcla un trazo grueso, “gags” en la mejor tradición del “slapstick” como el de los peces, o el más truculento de los perritos, resultan memorables; y un original y corrosivo sentido del humor.
Recurriendo a varios de los componentes de los extintos Monty Python, como John Cleese o Michael Palin, y a 2 magníficos comediantes estadounidenses, 2 grandes actores en suma, como la escultural “Reina del Grito” Jamie Lee Curtis; y una aquí, atractivo y torpe Kevin Kline, más una buena legión de magníficos secundarios, no demasiados conocidos por el gran público entonces, pero reconocibles por sus rostros como Stephen Fry, Tom Georgeson todos sin acreditar, ofreció un disparatado y divertidísimo ejercicio de enredos y ladrones, repleto de dinamismo.
El libreto, escrito por el ex Monty Python John Cleese, felizmente recuperado también como actor, junto a su compañero de este grupo británico de humoristas, que satirizaba la idiosincrasia del país de las décadas de los 60 y 70, Michael Palin, alumbra una continua sucesión de gags, cada cual más gracioso que el anterior, configurando un engranaje perfecto, a la hora de producir la carcajada.
Ridiculizando los prototipos de la figura del gánster para producir gracia, con cierto ánimo también de capturar la disparidad cultural entre estadounidenses e ingleses, sin llegar a ser virulenta, tan sólo mordaz, la obra crea situaciones tan cómicas, como:
Los intentos de Ken por fulminar a una anciana, que puede dar al traste con sus planes; la del striptease del personaje de John Cleese, y la posterior visita de los dueños de la casa; o la del aeropuerto, final absolutamente insuperable.
Quizá fuesen alguno de estos instantes, deudores del subgénero del “slapstick”, los que, según narra la leyenda, o el marketing, ocasionaron la muerte del otorrinolaringólogo danés, Ole Bentzen, quien murió de un ataque de risa viendo A Fish Called Wanda, pues su corazón, dicen, alcanzó un ritmo de 250 a 500 latidos por minuto.
Como otros datos curiosos de A Fish Called Wanda:
El abogado defensor, magníficamente interpretado por John Cleese, se llama Archibald “Archi” Leach, que era el nombre verdadero del gran actor Cary Grant.
Además, Archibald Leitch, es el nombre de un famoso arquitecto escocés, que diseño varios estadios de fútbol en El Reino Unido.
En la misma línea de bromas con los nombres, el actor Tom Georgeson, representa un personaje llamado, George Thomason.
En un momento de A Fish Called Wanda, Otto se ofrece para asesinar a Kevin Delaney, presuntamente otro mafioso.
El segundo nombre de Kevin Kline, es Delaney.
En la escena del robo, el encapuchado que atina al botón con la ballesta, es realmente Kevin Kline, que lo consiguió al 2º intento.
Durante el segundo intento de asesinato por parte de Ken a la anciana, cuando aparece disfrazado como un rastafari, el auto que maneja, tiene la palabra “sin semilla” pintada en uno de sus lados, la cual era una broma sobre el cultivo de marihuana.
Los peces que se come Kevin Kline, estaban hechos de gelatina.
A pesar de que él mismo se ofreció a comérselos vivos, no le dejaron.
En algunos montajes preliminares, las muertes de los perros, eran más truculentas.
Llegaron a emplearse vísceras reales.
En las audiciones de prueba anteriores al estreno, el público reaccionó negativamente, por lo que se volvieron a rodar las escenas, para que se notara que los cadáveres caninos, eran falsos.
Cuando se estrenó A Fish Called Wanda, 20 miembros de La Organización en Favor de Los Derechos de Los Tartamudos, National Stuttering Project, se manifestaron en Los Angeles.
Se oponían a la “imagen negativa” que daba Michael Palin en su papel de Ken, un ladrón de joyas, con un grave caso de tartamudez.
Por otra parte, las joyas, objeto de deseo de la banda, pensé que se iría a alojar precisamente, dentro del pez llamado Wanda, que se acabaría extraviando...
Y que a partir de ahí, habría una loca carrera, llena de ingenio y contrariedades, para recuperarlo.
Lamentablemente, Charles Crichton decidió echar por otro lado, hasta el punto de que no entiendo que protagonismo tiene en esta historia el dichoso pez.
Para mí, ninguno.
“Don't call me stupid”
Ha pasado casi un lustro, desde la última vez que aparecieron juntos en público, para celebrar su 40 aniversario en New York Los Monty Python.
A los 70 años, el paso del tiempo se ralentiza, pero nadie puede obviar, que la vida se agota.
Quizá por ello, los 5 septuagenarios integrantes del grupo cómico británico, Monty Python, han decidido volver a reunirse el próximo 1 de julio de 2014, en un único espectáculo en Londres, a modo de colofón, de una carrera dedicada al humor absurdo e irreverente, que marcó a toda una generación.
En medio de una gran expectación mediática, y con 20 minutos de retraso, John Cleese, Terry Gilliam, Terry Jones, Eric Idle y Michael Palin, volvieron a pisar las tablas del Playhouse Theatre en el West End londinense, para dar comienzo a una caótica rueda de prensa, hablando todos a la vez, respondiendo a las preguntas de los otros, y mofándose una y otra vez, de todo a su alrededor.
“Uno ya caído, cinco por caer”, puede leerse en el cartel que anticipa el esperadísimo regreso, y que sin duda, avanza la temática funesta, y el aciago guiño a la muerte, a la que ya se entregó Graham Chapman, en 1989.
Y es que John Cleese, de 74 años; Terry Gilliam, de 72; Eric Idle, de 70 años; Terry Jones, de 71; y Michael Palin, de 70; los 5 suman 357 años, pero lejos de un tono melancólico, nostálgico, y agorero, el grupo encara el capítulo final de la vida, con el mismo sarcasmo, acidez, y brillantez, que rezumaron todos sus discursos.
Porque ya han honrado durante más de 20 años, la muerte de Graham Chapman.
Esta era una de las razones principales, que daba el quinteto, para no volver, que ya no son un sexteto.
De hecho, en el funeral de Graham, en 1989, las lágrimas y lamentos, quedaron desplazados por las carcajadas de los asistentes, en uno de las celebraciones fúnebres, más divertidas de la historia.
Y si existe Dios, también estará Chapman, puntualiza el mordaz Idle.
“Haremos los gags de toda la vida, y algunos nuevos”, explicó Terry Gilliam.
“No mientas; nunca hemos hecho nada nuevo”, añadió John Cleese.
“Será lo de siempre, unas cuantas bromas, algo de música, y un poco de sexo”
Terry Jones, convertido en auténtico experto medieval, desde que dejó el grupo, anticipó que habrá referencias muy claras a “las torturas y las muertes, a manos de La Santa Inquisición”
Michael Palin admitió que fue, de los 5, el que más reacio fue a la reunión:
“Pero al final pensé:
Si esperamos más, tal vez será demasiado tarde”
Palin reconoció, que la razón real de la vuelta de los Monty Python, es que Terry Jones “pueda finalmente, pagarse la hipoteca, y nos podamos mudar todos a su casa”
“To call you stupid would be an insult to stupid people.
I've known sheep that could outwit you.
I've worn dresses with higher IQs!”
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