East Of Eden
“Son, I'd be happy if you'd give me something like your brother's given me.
Something honest and human and good.
Don't be angry, Son.
If you want to give me a present, give me a good life.
That's something I could value”
Cuando un niño comprende por primera vez a los adultos, es decir, cuando se abre paso por primera vez, en su grave cabeza, la idea de que los adultos no están dotados de una inteligencia “divina”, de que sus juicios no son siempre acertados, ni su pensamiento infalible, ni sus sentencias justas, su mundo se desmorona, y la desolación se apodera de él.
Los dioses han caído, y ha desaparecido toda seguridad.
Y además, no caen un poco no, se destrozan y se hacen añicos, o bien, se hunden en las profundidades de la desolación.
Es una tarea muy fatigosa, la de reconstruirlos; ya no vuelven a brillar jamás con su antiguo resplandor.
Y el mundo infantil, ya no vuelve a ser jamás, un mundo seguro.
Es una manera muy dolorosa de crecer.
“East Of Eden” es una novela de 1952, del novelista y premio Nobel estadounidense, John Steinbeck, que narra la historia de 2 familias:
Los Trask y los Hamilton, en el periodo comprendido entre La Guerra de Secesión, y La Primera Guerra Mundial; y sitúa el núcleo de su trama, en el californiano valle de Salinas, lugar de origen del autor.
De carácter tangencialmente autobiográfico, la novela mezcla personajes y situaciones reales, como son los propios Hamilton, que constituyen la familia materna del propio Steinbeck, con otros puramente imaginarios.
La novela, construida a modo de monumental epopeya, de evidentes referentes bíblicos, gira alrededor del problema de la naturaleza del mal, y de su relación con el libre albedrío; y destaca por su magnificencia épica, su profundidad psicológica, la inusual riqueza de los secundarios, y lo extremo de algunos personajes y situaciones.
Estilísticamente, “East Of Eden” representa una evolución en el autor, que sin abandonar el naturalismo de sus obras precedentes, pretende, simultáneamente, dotar de un evidente sentido alegórico a tramas y personajes, lo que confiere a la obra, un sentido idealista.
La novela, arranca en el valle de Salinas, California, y además de ser una preciosa descripción del lugar, también es una rigurosa narración, sobre el proceso de expansión de los estadounidenses, hacia el inhóspito territorio del Oeste, con la ironía y autocrítica que Steinbeck ya plasmó en “The Grapes Of Wrath”
Así las cosas, a finales del siglo XVIII, 2 familias conviven en un paraíso rodeado de soledad:
Los Hamilton y los Trask.
Tras varios episodios violentos, cómicos y dramáticos, y algunas reflexiones filosóficas, sobre el sentido de la vida, y el papel de las religiones, la acción se traslada a la capital.
“East Of Eden” es la obra más compleja y ambiciosa de Steinbeck; siendo considerada por el propio autor, como la más redonda de sus obras, llegando a definir toda su producción anterior, como un simple “entrenamiento” sin más valor que el de servirle como preparación del proyecto:
“Creo que todo lo que he escrito hasta ahora, ha sido, en cierta forma, un ensayo para esto” dijo en su momento.
Los temas principales de “East Of Eden” son el mal, y la cuestión de hasta qué punto, el hombre puede evitar el pecado, o está predestinado al mismo, que son presentados a través de una revisión alegórica del mito de Caín.
Steinbeck, a la hora de abordar estas cuestiones, se muestra ambivalente, y deliberadamente ambiguo.
Si bien es cierto, que su esperanzador final, puede dar a entender que la respuesta del autor es positiva, un análisis más profundo, admite la interpretación contraria.
Así, mientras que el personaje de Caleb, en conformidad con la visión del mundo judeocristiana, demuestra poseer la capacidad de elegir el bien, a pesar de cierta predisposición contraria de su carácter, Cathy Ames es descrita desde su misma presentación, como “un monstruo psíquico” con evidentes tendencias criminales, lo que la haría de ella, un ser completamente predestinado al mal.
Los personajes principales son:
Cathy Ames/Kate Trask:
Es el personaje principal de la trama, y responsable directo de todos los conflictos que se desarrollan a lo largo de lo misma.
Es presentada desde su niñez, como un ser perverso, egoísta, e incapaz de sentir la más mínima empatía, del que Steinbeck llega a afirmar, que nació con el “alma deformada”
Completamente amoral, no duda en utilizar a sus semejantes y, si es necesario, recurrir al crimen para lograr sus objetivos, siendo el primero de ellos, el asesinato a sangre fría de sus padres, a los que quema vivos.
Poseedora de una extraordinaria belleza, la utiliza como medio para obtener la sumisión completa de los hombres, sobre los que posee una especial capacidad de fascinación, y a los que, sin embargo, desprecia.
Capaz también de reconocer las debilidades, y más oscuros deseos de quienes la rodean, lo que no duda en aprovechar en su beneficio, es inmune la inmensa mayoría de éstas, que observa con desdén.
Steinbeck, que dedicó ímprobos esfuerzos a la construcción del personaje, lo consideró como su mayor logro, y el preferido entre sus “hijos” literarios, refiriéndose a ella en ocasiones, como su “querida Cathy”
Recibido en su momento con frialdad por la crítica, por entender que era demasiado perverso y poco verosímil, es hoy en día, celebrado como una de las más tempranas y precisas descripciones literarias, de la personalidad psicopática.
Cathy es, por otro lado, una encarnación simbólica del mal, lo que lleva a Steinbeck a presentarla en ocasiones, a través de clichés más propios de la novela gótica, que de la novela naturalista, otorgándole ciertos atributos y cualidades rallantes en lo sobrenatural.
Adán Trask:
Víctima de una Cathy que lo desprecia, al punto de no sentirse obligada a matarlo, es un hombre inseguro, ingenuo, y esencialmente recto.
Carente de verdadera ambición, y capaz de sacrificar su voluntad al deseo, o el bienestar de los otros, no es, paradójicamente, hasta la llegada de Cathy a su vida, cuando decide luchar por sus propios sueños, mostrando, por única vez en su vida, el deseo de emprender algún proyecto vital.
Caleb Trask:
Hijo de ambos, es un personaje ambivalente, que combina ciertos rasgos de carácter propios de su madre, con otros contrarios.
Por una parte, es astuto, manipulador, y ha heredado de su madre, la capacidad de percibir las debilidades de los demás, y usarlas en su favor.
Por otro lado, es generoso, y víctima fácil de los remordimientos.
Es uno de los personajes más complejos de la trama, por representar la verdadera naturaleza humana, capaz de lo peor, y lo mejor.
Como ha sido corriente con la producción de Steinbeck, la obra fue recibida en su momento, de modo dispar por crítica y público.
Mientras que el academicismo se mostró, por lo general, displicente, considerándola una obra sensacionalista, y destacando supuestos problemas de construcción formal, el gran público lo acogió con entusiasmo, convirtiéndose rápidamente en Best Seller, y siendo desde entonces, una de las obras más populares y apreciadas de la historia de la literatura universal.
Hoy en día, la obra ha sido revindicada, por amplios sectores de la crítica, no faltando quienes consideran a “East Of Eden” la mejor obra del autor.
“The way I figure it out Aron never having had a mother he's made her everything good that he can think of and that's what he thinks I am.
That's who he's in love with.
It's not me at all.
'Cause I'm not a bit like that made-up one.
Not a bit.
I don't mean I think I'm really bad”
East Of Eden es una película dramática estadounidense, del año 1955, dirigida por Elia Kazan.
Protagonizada por James Dean, Raymond Massey, Julie Harris, Richard Davalos, Jo Van Fleet, Burl Ives, Albert Dekker, Lois Smith, Harold Gordon, entre otros.
El guión es de Paul Osborn, basado en la novela homónima de John Steinbeck, un drama familiar, de contexto rural, que se cimenta de un autor caracterizado por la preocupación y conflicto social que exhalan sus textos.
Las relaciones entre padres e hijos, la búsqueda de las raíces, la influencia genética conductual, la apreciación subjetiva de la bondad o maldad, la necedad de la percepción maniquea, y la lucha redentora en un contexto alienado, son algunos asuntos tratados en un título de tonalidad agridulce y lastimera, muy bien realizado, con un excelente manejo del cinemascope, para retratar con eficacia las personalidades, situaciones, y paisajes, que conforman un drama, que a veces, recurre demasiado al subrayado emocional, aunque la búsqueda sensitiva en la plasmación de los temas referidos, sea su esencia como película.
Sobre la obra de Steinbeck, Kazan opinaba, que filmable era solo el tercio final de la obra, y con bastantes licencias, como debe ser, se centró en un personaje llamado Cal, y la relación de este con su padre, todo rectitud, y su hermano, todo bondad, el preferido de su padre.
Como dato preliminar a la producción, Jack Warner, en representación de Warner Bros., le envió una nota al director Elia Kazan, en relación a James Dean, que rezaba lo siguiente:
“En cuanto al chico James Dean, visto que tu impresión sobre él es buena, naturalmente te haremos caso.
Dijiste que es un chico raro.
Espero que no lo sea demasiado, porque estamos llegando a un punto en que, si hacemos películas con gente peculiar, se acaba estropeando toda la maquinaria.
Ya sabes que basta con una bujía defectuosa, para que falle todo el motor”
El director Elia Kazan, por su parte, comentó sobre James Dean que:
“En el momento en el que entró en mi despacho, supe que era perfecto para el papel de Cal Trask.
Era reservado, hosco, receloso, y me pareció que reprimía muchas emociones ocultas.
Tenía toda la pinta, y la manera de hablar del personaje”
James Dean, “el rebelde cinematográfico por excelencia” y espejo de una generación, consiguió su primer papel protagonista en East Of Eden.
Previamente, el papel había sido ofrecido a Montgomery Clift, quien ya había actuado en el teatro con Kazan.
Y el otro hermano, hubiera sido Marlon Brando.
El actor James Dean, con el dinero cobrado por su interpretación, se compraría su primer vehículo deportivo, un MG TA de segunda mano.
Y es que James Dean, se relajaba corriendo en carreras de vehículos deportivos, hasta que tiempo después se toparía con la muerte….
East Of Eden obtuvo un premio Oscar a la Mejor Actriz Secundaria para Jo Van Fleet, en su primer trabajo cinematográfico, de esta actriz de teatro; y 4 nominaciones:
Mejor director, guión adaptado (Steinbeck y Osborn) y actor principal (James Dean); un Oscar que le sería arrebatado por Ernest Borgnine en “Marty” (1955)
La acción de East Of Eden, tiene lugar en Monterrey, Salinas, y alrededores.
El relato se inicia en 1917, antes de la intervención de EEUU, en La Primera Guerra Mundial, en abril de 1917, y finaliza antes de la terminación del conflicto, en noviembre de 1918.
En Salinas, California, vive un taciturno agricultor de lechugas, Adam Trask (Raymond Massey) con sus 2 hijos Cal (James Dean) y Aron (Richard Davalos)
Los nombres, obedecen a la profunda creencia religiosa de su padre, un hombre recto, que siempre ha querido dominar a todos los que le rodeaban.
Primero, lo hizo con su mujer, que hastiada lo abandonó, y después con sus hijos.
Aron ha sido el hijo obediente, el “bueno” y Cal ha sido el hijo errático, la “oveja negra” de la familia.
Estaríamos, por tanto, ante una recreación del pasaje bíblico de “Caín y Abel”, algo que el transcurso de la historia, refrendará posteriormente
El destino lleva a Cal, a descubrir que su madre, Kate (Jo Van Fleet) a quien creía muerta, realmente vive administrando un burdel.
Entre los hermanos, existe una rivalidad por la atención y el afecto del padre.
Cal es rebelde, problemático y travieso; en cambio Aron, es tranquilo y trabajador.
Sin embargo, la novia de Aron, Abra (Julie Harris) y el viejo sheriff local, Sam (Burl Ives) saben que Cal en el fondo, es bueno.
El padre decide un día, invertir todo su capital, en el arriesgado negocio de transportar su producción de lechugas a Nueva York por ferrocarril, en un vagón refrigerado, pero el plan fracasa, y queda en la ruina económica.
En un afán por ayudar a su padre, y ganar su atención, Cal decide invertir en una siembra de frijoles, para ayudarlo, pidiendo ayuda financiera a su madre Kate.
Son los tiempos de La Primera Guerra Mundial, y su negocio resulta exitoso.
Cal le ofrece el dinero ganado a su padre, el cual lo rechaza, desencadenando un trágico final.
El argumento, no exento de los dramáticos “golpes de efecto” muy propios de Kazan, expone el imposible entendimiento entre los miembros de una deshecha familia.
De un lado, un padre conservador, religioso y defensor de la unidad familiar, como base de la sociedad.
Del otro lado, la madre que abandonó el hogar, ahogada por tanto convencionalismo patriarcal, para acabar en la prostitución.
Y en medio, el personaje de James Dean, que se debate entre el rechazo a la educación tradicional y puritana, recibida del padre, y sus instintos de rebeldía y libertad, que parece haber heredado de la madre.
Además del difícil y arriesgado canto a la renovación, y al nuevo concepto de libertad y tolerancia que propugna el director, sutilmente a través del atormentado personaje principal, y no desde la lectura directa del convencional argumento, aprovecha para llamar la atención, sobre algunos aspectos, no tan agradables, del competitivo sistema de las posguerras:
El inevitable enfrentamiento que se iba a iniciar entre los puritanos “padres” conservadores, y la nueva juventud “rebelde”; el desplazamiento de los tradicionales valores religiosos por el culto al dinero; y la muy directa observación, sobre el enriquecimiento, y el predominio político que supusieron las 2 grandes guerras, para la incipiente, y entonces, inestable nación estadounidense.
Elia Kazan, consciente de la historia, se arriesga a deformar los encuadres, la disposición de la cámara, sobre todo, en los planos entre Cal y su padre.
Aparece constantemente inclinada, yendo más allá en la escena del columpio, donde se balancea igual que el protagonista.
Sin duda, reafirma la divergencia absoluta entre uno y otro; y de retorcer las composiciones, maltratar a sus actores, y no se detiene en ser cruel.
Tanto Kazan como Steinbeck, pensaron que James Dean no era un buen actor, pero su aspecto desaliñado, y su actitud desenfadada, le hicieron considerar que era el Cal perfecto.
El trabajo del joven intérprete, está continuamente al borde de la exageración y el histrionismo, pero hay que reconocer, que eso hace que Dean quede perfecto en un personaje, al que se ama a ratos, y en otros, se le odia.
Y si con su hermano se establece la eterna lucha entre el bien y el mal, en la relación de Cal con su padre, se establece el típico conflicto generacional, tanto Steinbeck como Kazan, tenían relaciones “difíciles” con sus respectivos padres.
Cal reclama desesperadamente, el amor de un padre, que siempre le ha ignorado o menospreciado.
La tensión entre ambos personajes, es uno de los puntos más logrados de East Of Eden, y Kazan lo logró de forma muy inteligente.
Por un lado, todas las conversaciones entre Massey y Dean, están planificadas de forma muy concreta.
El cinemascope es utilizado, para resaltar el estado anímico de ambos personajes.
Atención a 2 escenas:
La de la conversación sobre la madre de Cal en una mesa, en la que el plano-contraplano, es una tensión constante; o aquella en la que el recto padre, rechaza el dinero que su hijo le regala por su cumpleaños, y que ganó previamente.
Según el guión, Dean tenía que darse media vuelta y marcharse, pero en un momento de inspiración, logró con la improvisación, uno de los instantes más poderosos de East Of Eden.
Se puede notar incluso, como pilla desprevenido a Massey, quien reacciona a tiempo, gracias a que está casi de espaldas a la cámara, y como resultado, queda uno de los puntos de inflexión de la historia.
Por otro lado, Massey y Dean, se llevaron mal durante el rodaje.
Massey era todo educación y buenos modales mientras que Dean, todo lo contrario.
El veterano actor, se quejaba con el director, pidiéndole que metiera en cintura a su joven estrella, algo que Kazan jamás hizo, para que la tensión de los actores latiese aún con más fuerza en los personajes.
Excelentes interpretaciones de todo el plantel, con un sensacional James Dean al frente, acompañado por Raymond Massey, Julie Harris, Burl Ives, Jo Van Fleet, o Dick Davalos, un actor de gran valía, que sería sumamente desaprovechado en la pantalla grande.
Fruto del trabajo en el Actor’s Studio, del que Elia Kazan fue su fundador, se van han producir, un relevante cambio generacional, en la nómina de actores del cine de Hollywood, a los antiguos ídolos, pues les van a suceder:
Marlon Brando, Montgomery Clift, Paul Newman… y sobre todo, un James Dean convertido en mito, no solo por marcar una forma de actuar, en perpetua rebeldía contra un mundo absurdo, sino también, por su prematura muerte, a los 24 años de edad, en un accidente de coche, que limitó su carrera a 3 únicas películas.
Y es que la virtud de Kazan, a la hora de llevar a cabo el tratamiento de sus personajes, es que nunca cae en el fácil y simplista maniqueísmo.
Los actos de Cal, por ejemplo, se justifican por su tormento interior, que se deriva de una existente falta de amor.
Su personalidad, se ha visto trastocada, como consecuencia de la ausencia de su madre, y de la incomprensión de su padre.
Es un ser perdido, que no halla respuestas en un mundo anquilosado y autodestructivo, recordad que East Of Eden se ubica, justo en el momento en el que los Estados Unidos, decidieron participar en La Primera Guerra Mundial, y fue estrenada cuando aún, coleaban las terribles secuelas de La Segunda Guerra Mundial; que tampoco hace nada por ofrecérselas, de ahí que su personaje se convirtiese, en todo un símbolo, para una generación determinada. ”Your father still thinks he's living in the Bible, huh?”
La novela de John Steinbeck, destila humanidad, y la película también.
Ambas nos enfrentan a lo que busca el ser humano:
Comprensión y cariño.
La relación entre los hermanos, refleja la tensión Caín y Abel, pero acá se quieren pero se distancian, y uno busca la destrucción del otro.
Sin embargo, los 2 hermanos no se odian, como podría creerse, todo lo contrario, se aprecian y quieren mucho.
Por su carácter independiente, Cal se parece más a su madre, de aquí el rechazo al que le tiene sometido su padre, manteniéndole “al este del edén familiar”
La escena, cuando Aron marcha hacia el frente, y Cal se despide de su hermano, agarrado al vagón del tren, con un desconsuelo que hace estremecer, no en vano, su hermano es el único que le ha mostrado cariño.
Lo que encuentro más llamativo de toda la historia, es esa inversión de roles, en la que es Dios, quien pide perdón al pecador, y el pecador le perdona, por no haberle amado en su heredada imperfección.
El juicio divino, sus exigencias, y su extrema e implacable bondad, desamparan al Hombre, le dejan inseguro y a la deriva, en perpetua búsqueda del bien más importante:
El amor.
Otros aspectos tratados en East Of Eden, incluyen la xenofobia anti-alemán, específicamente, como obró en contra de un inmigrante alemán local, el resentimiento por la entrada de Estados Unidos en La Primera Guerra Mundial.
Los temas de amor joven, y la rivalidad entre hermanos, también están presentes en East Of Eden, y como la novia de Aron, encuentra en sí misma, que cada vez se siente más atraída por la más rebelde Cal.
También, se muestra que a menudo, se juzga erróneamente a las personas, y se les plantan etiquetas que las condenan a creerse a sí mismos de una forma, cuando en realidad no son así, y lo único que buscan es la aceptación de los seres a los que aman, los cuales con frecuencia, se ciegan.
Siempre, hay grados en la maldad y en la bondad, y en todas las personas, hay luces y sombras.
El padre es un puritano, incapaz de comprender y perdonar.
No soporta los errores de los demás, en realidad no ama a las personas, sino sólo su valor moral, o más en concreto, se ama a sí mismo, ama su rectitud de conciencia, el hecho de sentirse limpio.
En definitiva, no sabe amar, y por eso lo dejó su mujer.
Nunca ha conocido realmente a sus hijos, porque no los ha amado, ni a Cal, de quien ignora tanto sus problemas, como sus buenas intenciones; ni a Aron, de quien se siente orgulloso, sin darse cuenta de que le está transmitiendo toda su soberbia, y su incapacidad de amar.
Aron crece como su padre, y por eso se escandaliza y enloquece, cuando descubre la verdad sobre su madre.
Cal, sin embargo, no tiene un concepto tan elevado de sí mismo, y por tanto, no tiene problemas en aceptar la verdad, y dar un paso más en la búsqueda de su identidad.
Pero para él, no basta conocer las raíces, debe también aceptarse a sí mismo, y para eso, debe antes ser aceptado por su padre.
El origen de su “maldad, soledad e incomunicabilidad” se debe a que nunca se ha sentido verdaderamente querido, todos lo han rechazado, ninguno ha tenido confianza en él.
Abra, novia de Aron, entiende el problema de Cal, e intenta ayudarlo, ofreciéndole su confianza.
Pero esto, aun siendo mucho, no es suficiente, como ella sabe.
Para tener una vida íntegra y auténtica, para crecer fuerte y seguro, Cal debe reconciliarse con su padre, lo que no quiere decir simplemente ser perdonado, sino ser amado.
De esta manera, Abra hace de puente entre los 2, y consigue lo que quería.
Al final, el padre se da cuenta de su error, aprende a ser padre, lo acepta, y Cal puede iniciar a comportarse como un hijo.
Como muestra la conmovedora última escena, con Cal que, finalmente aceptado por su padre, se acurruca junto a él, como un dócil bebé, que recomienza a vivir.
Evidentemente, un trabajo tan complejo, como el que realiza Elia Kazan, tiene muchas más lecturas, subtramas, y aspectos no comentados.
De todos ellos, me parece francamente interesante, el triángulo entre los 2 hermanos y Abra.
Concretamente, ella estás estupenda, con esas miradas, esos gestos, y esas palabras, que revelan sus verdaderos sentimientos.
Claro que para palabras, prácticamente todos los diálogos son de una importancia mayúscula, para entender qué es lo que está sucediendo en realidad, delante de nuestro ojos.
Sobre lo dicho, las semejanzas con El Génesis, son explícitas, desde el propio nombre de los protagonistas, Aron/Abel y Cal/Caín, hasta la sobrecogedora secuencia en la que Cal se oculta detrás del árbol “del bien y del mal” como si fuera el demonio, mientras que su hermano Aron le habla, sin que le veamos tampoco, porque en primer plano se encuentra Abra, mirando al espectador.
La alegoría cristiana apuntada, se completa con la figura del padre, Adam Trask, que ejerce, ni más ni menos, que de Dios.
Por este motivo, las recriminaciones de Cal, no son sólo las de un hijo, sino la de todo ser humano, que se enfrenta al Creador, por la ausencia del amor/madre.
Al respecto, el planteamiento sobre el que parece girar East Of Eden, sería que la rectitud de Dios-Padre, puede entenderse por una falta de cariño.
Al contrario, querer significa aceptar las imperfecciones de los demás, como puede verse en el momento cumbre de East Of Eden.
Se trata del regalo de Cal a su padre, el dinero fruto de la venta de judías.
El padre, en su deseo de ser honesto y honrado, llega a rechazarlo por ser inmoral, especular aprovechándose de la guerra.
Es decir, rechaza a Cal por el mal que ha hecho, sin entender que lo ha hecho porque lo quiere.
Es una fábula sobre el bien y el mal, sobre cómo se es tratado en la sociedad, y en cómo se afecta en ella.
El mal no es un hecho, sino lo que comporta un acto, igual que el bien.
E East Of Eden cumple en todos los aspectos.
Y el aspecto en que esta adaptación incide más, es en tomar ese conflicto, y convertirlo en una historia, sobre la problemática adolescente.
De esta forma, el conflicto que a Steinbeck, le servía para profundizar temas más complejos, y acaba convertido, en una de las películas por excelencia, sobre la adolescencia, y el enfrentamiento entre padres e hijos.
Esta ingeniosa vuelta de tuerca, permitía que East Of Eden llegara a las jóvenes generaciones, que se sintieran identificadas con el conflictivo Cal, un chico que no encuentra su lugar en el mundo, y que nunca consigue la aprobación paterna.
Un factor fundamental, relacionado con ello, y que ha contribuido decisivamente a la mitificación de East Of Eden fue, obviamente, la elección de James Dean como protagonista.
Ésta sería, una de sus 3 actuaciones cinematográficas, de hecho, la única que se estrenó antes de su muerte, East Of Eden merece ser recordada, como la que inició el mito.
Fue una mezcla de circunstancias, el hecho de que el argumento estuviera tan relacionado con la problemática adolescente, más el impacto que supuso su debut cinematográfico.
Su actuación está tan trabajada, que para algunos llega a ser hasta algo cargante, pero lo cierto es que, dejando de lado la mitología, el joven actor, tenía un don natural para apropiarse de la pantalla, y dotar de vida a su personaje.
Por otra parte, las escenas finales de reencuentro y reconciliación, entre padre e hijo pródigo, son enternecedoras y elocuentes:
Hablan de libertad, de amor, y de arrepentimiento.
La música, extremadamente bonita y eficaz, para remarcar los momentos de tensión emocional, algunos de ellos, se viven cada vez que aparecen los protagonistas, cada uno de los hijos, en el pasillo que va hacia el despacho de la madre, etc., es obra de Leonard Rosenman, en uno de sus primeros y elogiables trabajos.
“You have no repentance!
You're bad!
Through and through, bad!”
East Of Eden es un canto a la libertad, al valor de la diferencia, a la libre autodeterminación, y al derecho a ser.
Extraña descripción de la sociedad, vista desde la juventud, el odio, el comportamiento de un caso imposible, la conducta errática, y la malicia, no hace caso ni escucha, un esfuerzo por entender, la falta de disciplina, y la soledad desde la causa del trauma materno, viajes hacia el este, que generan misterio, y que juegan según el personaje, con el contraste de la maldad y la bondad, East Of Eden cuestiona la existencia de cada uno, en la búsqueda del vacío, busca lo bueno en cada uno, pero consigue lo malo, en ese intento de respirar, de encontrar la paz.
¿Cuántos muchachos, llevan hoy día, una vida de amargura, por la natural razón de haber sido insumisos con sus padres?
Esto les ha merecido repudio, menosprecio, y hasta un callado, o descarnado odio.
¿Y hay tantas razones para ser insumisos?
El deseo ferviente de hacer realidad un sueño o un ideal; la natural adaptación al hoy, y no al ayer de sus padres; la irracional pretensión de los progenitores, de que sus hijos piensen como ellos, sientan como ellos, y hasta que actúen como a ellos se les antoja...
Y cada hijo tiene pleno derecho a ser él, único y auténtico.
El rol como padre, es ser guía, y dar buen ejemplo, pero no ser alfareros, porque los hijos son seres multi sensibles, y no trozos de fría arcilla.
¿Cuántos padres buenos, dignos, trabajadores, cumplidos con las necesidades económicas del hogar… son tan malos padres, porque son incapaces de ver y aceptar la diferencia; porque solo aman abiertamente al hijo que sigue su camino, al sumiso, y al “súper-recto” que jamás se sale de sus sesgados puntos de vista?
¿Y quién asegura, que son estos los mejores puntos de vista, y los que asegurarán un mejor futuro?
Un hijo sumiso, no es un hijo feliz, es un ser humano doblegado.
Pues:
“A nadie le interesa lo que pienso yo, lo que quisiera hacer, y me enferma tener que lucir siempre tan correcto”
Esta confusión, sobre lo que los demás valoran, y la incomprendida necesidad que tenemos del propio reconocimiento de los demás, determinan, como a nuestro protagonista en East Of Eden, nuestras vidas.
“You can make of yourself anything you want.
It's up to you.
A man has a choice.
That's where he's different from an animal”
Something honest and human and good.
Don't be angry, Son.
If you want to give me a present, give me a good life.
That's something I could value”
Cuando un niño comprende por primera vez a los adultos, es decir, cuando se abre paso por primera vez, en su grave cabeza, la idea de que los adultos no están dotados de una inteligencia “divina”, de que sus juicios no son siempre acertados, ni su pensamiento infalible, ni sus sentencias justas, su mundo se desmorona, y la desolación se apodera de él.
Los dioses han caído, y ha desaparecido toda seguridad.
Y además, no caen un poco no, se destrozan y se hacen añicos, o bien, se hunden en las profundidades de la desolación.
Es una tarea muy fatigosa, la de reconstruirlos; ya no vuelven a brillar jamás con su antiguo resplandor.
Y el mundo infantil, ya no vuelve a ser jamás, un mundo seguro.
Es una manera muy dolorosa de crecer.
“East Of Eden” es una novela de 1952, del novelista y premio Nobel estadounidense, John Steinbeck, que narra la historia de 2 familias:
Los Trask y los Hamilton, en el periodo comprendido entre La Guerra de Secesión, y La Primera Guerra Mundial; y sitúa el núcleo de su trama, en el californiano valle de Salinas, lugar de origen del autor.
De carácter tangencialmente autobiográfico, la novela mezcla personajes y situaciones reales, como son los propios Hamilton, que constituyen la familia materna del propio Steinbeck, con otros puramente imaginarios.
La novela, construida a modo de monumental epopeya, de evidentes referentes bíblicos, gira alrededor del problema de la naturaleza del mal, y de su relación con el libre albedrío; y destaca por su magnificencia épica, su profundidad psicológica, la inusual riqueza de los secundarios, y lo extremo de algunos personajes y situaciones.
Estilísticamente, “East Of Eden” representa una evolución en el autor, que sin abandonar el naturalismo de sus obras precedentes, pretende, simultáneamente, dotar de un evidente sentido alegórico a tramas y personajes, lo que confiere a la obra, un sentido idealista.
La novela, arranca en el valle de Salinas, California, y además de ser una preciosa descripción del lugar, también es una rigurosa narración, sobre el proceso de expansión de los estadounidenses, hacia el inhóspito territorio del Oeste, con la ironía y autocrítica que Steinbeck ya plasmó en “The Grapes Of Wrath”
Así las cosas, a finales del siglo XVIII, 2 familias conviven en un paraíso rodeado de soledad:
Los Hamilton y los Trask.
Tras varios episodios violentos, cómicos y dramáticos, y algunas reflexiones filosóficas, sobre el sentido de la vida, y el papel de las religiones, la acción se traslada a la capital.
“East Of Eden” es la obra más compleja y ambiciosa de Steinbeck; siendo considerada por el propio autor, como la más redonda de sus obras, llegando a definir toda su producción anterior, como un simple “entrenamiento” sin más valor que el de servirle como preparación del proyecto:
“Creo que todo lo que he escrito hasta ahora, ha sido, en cierta forma, un ensayo para esto” dijo en su momento.
Los temas principales de “East Of Eden” son el mal, y la cuestión de hasta qué punto, el hombre puede evitar el pecado, o está predestinado al mismo, que son presentados a través de una revisión alegórica del mito de Caín.
Steinbeck, a la hora de abordar estas cuestiones, se muestra ambivalente, y deliberadamente ambiguo.
Si bien es cierto, que su esperanzador final, puede dar a entender que la respuesta del autor es positiva, un análisis más profundo, admite la interpretación contraria.
Así, mientras que el personaje de Caleb, en conformidad con la visión del mundo judeocristiana, demuestra poseer la capacidad de elegir el bien, a pesar de cierta predisposición contraria de su carácter, Cathy Ames es descrita desde su misma presentación, como “un monstruo psíquico” con evidentes tendencias criminales, lo que la haría de ella, un ser completamente predestinado al mal.
Los personajes principales son:
Cathy Ames/Kate Trask:
Es el personaje principal de la trama, y responsable directo de todos los conflictos que se desarrollan a lo largo de lo misma.
Es presentada desde su niñez, como un ser perverso, egoísta, e incapaz de sentir la más mínima empatía, del que Steinbeck llega a afirmar, que nació con el “alma deformada”
Completamente amoral, no duda en utilizar a sus semejantes y, si es necesario, recurrir al crimen para lograr sus objetivos, siendo el primero de ellos, el asesinato a sangre fría de sus padres, a los que quema vivos.
Poseedora de una extraordinaria belleza, la utiliza como medio para obtener la sumisión completa de los hombres, sobre los que posee una especial capacidad de fascinación, y a los que, sin embargo, desprecia.
Capaz también de reconocer las debilidades, y más oscuros deseos de quienes la rodean, lo que no duda en aprovechar en su beneficio, es inmune la inmensa mayoría de éstas, que observa con desdén.
Steinbeck, que dedicó ímprobos esfuerzos a la construcción del personaje, lo consideró como su mayor logro, y el preferido entre sus “hijos” literarios, refiriéndose a ella en ocasiones, como su “querida Cathy”
Recibido en su momento con frialdad por la crítica, por entender que era demasiado perverso y poco verosímil, es hoy en día, celebrado como una de las más tempranas y precisas descripciones literarias, de la personalidad psicopática.
Cathy es, por otro lado, una encarnación simbólica del mal, lo que lleva a Steinbeck a presentarla en ocasiones, a través de clichés más propios de la novela gótica, que de la novela naturalista, otorgándole ciertos atributos y cualidades rallantes en lo sobrenatural.
Adán Trask:
Víctima de una Cathy que lo desprecia, al punto de no sentirse obligada a matarlo, es un hombre inseguro, ingenuo, y esencialmente recto.
Carente de verdadera ambición, y capaz de sacrificar su voluntad al deseo, o el bienestar de los otros, no es, paradójicamente, hasta la llegada de Cathy a su vida, cuando decide luchar por sus propios sueños, mostrando, por única vez en su vida, el deseo de emprender algún proyecto vital.
Caleb Trask:
Hijo de ambos, es un personaje ambivalente, que combina ciertos rasgos de carácter propios de su madre, con otros contrarios.
Por una parte, es astuto, manipulador, y ha heredado de su madre, la capacidad de percibir las debilidades de los demás, y usarlas en su favor.
Por otro lado, es generoso, y víctima fácil de los remordimientos.
Es uno de los personajes más complejos de la trama, por representar la verdadera naturaleza humana, capaz de lo peor, y lo mejor.
Como ha sido corriente con la producción de Steinbeck, la obra fue recibida en su momento, de modo dispar por crítica y público.
Mientras que el academicismo se mostró, por lo general, displicente, considerándola una obra sensacionalista, y destacando supuestos problemas de construcción formal, el gran público lo acogió con entusiasmo, convirtiéndose rápidamente en Best Seller, y siendo desde entonces, una de las obras más populares y apreciadas de la historia de la literatura universal.
Hoy en día, la obra ha sido revindicada, por amplios sectores de la crítica, no faltando quienes consideran a “East Of Eden” la mejor obra del autor.
“The way I figure it out Aron never having had a mother he's made her everything good that he can think of and that's what he thinks I am.
That's who he's in love with.
It's not me at all.
'Cause I'm not a bit like that made-up one.
Not a bit.
I don't mean I think I'm really bad”
East Of Eden es una película dramática estadounidense, del año 1955, dirigida por Elia Kazan.
Protagonizada por James Dean, Raymond Massey, Julie Harris, Richard Davalos, Jo Van Fleet, Burl Ives, Albert Dekker, Lois Smith, Harold Gordon, entre otros.
El guión es de Paul Osborn, basado en la novela homónima de John Steinbeck, un drama familiar, de contexto rural, que se cimenta de un autor caracterizado por la preocupación y conflicto social que exhalan sus textos.
Las relaciones entre padres e hijos, la búsqueda de las raíces, la influencia genética conductual, la apreciación subjetiva de la bondad o maldad, la necedad de la percepción maniquea, y la lucha redentora en un contexto alienado, son algunos asuntos tratados en un título de tonalidad agridulce y lastimera, muy bien realizado, con un excelente manejo del cinemascope, para retratar con eficacia las personalidades, situaciones, y paisajes, que conforman un drama, que a veces, recurre demasiado al subrayado emocional, aunque la búsqueda sensitiva en la plasmación de los temas referidos, sea su esencia como película.
Sobre la obra de Steinbeck, Kazan opinaba, que filmable era solo el tercio final de la obra, y con bastantes licencias, como debe ser, se centró en un personaje llamado Cal, y la relación de este con su padre, todo rectitud, y su hermano, todo bondad, el preferido de su padre.
Como dato preliminar a la producción, Jack Warner, en representación de Warner Bros., le envió una nota al director Elia Kazan, en relación a James Dean, que rezaba lo siguiente:
“En cuanto al chico James Dean, visto que tu impresión sobre él es buena, naturalmente te haremos caso.
Dijiste que es un chico raro.
Espero que no lo sea demasiado, porque estamos llegando a un punto en que, si hacemos películas con gente peculiar, se acaba estropeando toda la maquinaria.
Ya sabes que basta con una bujía defectuosa, para que falle todo el motor”
El director Elia Kazan, por su parte, comentó sobre James Dean que:
“En el momento en el que entró en mi despacho, supe que era perfecto para el papel de Cal Trask.
Era reservado, hosco, receloso, y me pareció que reprimía muchas emociones ocultas.
Tenía toda la pinta, y la manera de hablar del personaje”
James Dean, “el rebelde cinematográfico por excelencia” y espejo de una generación, consiguió su primer papel protagonista en East Of Eden.
Previamente, el papel había sido ofrecido a Montgomery Clift, quien ya había actuado en el teatro con Kazan.
Y el otro hermano, hubiera sido Marlon Brando.
El actor James Dean, con el dinero cobrado por su interpretación, se compraría su primer vehículo deportivo, un MG TA de segunda mano.
Y es que James Dean, se relajaba corriendo en carreras de vehículos deportivos, hasta que tiempo después se toparía con la muerte….
East Of Eden obtuvo un premio Oscar a la Mejor Actriz Secundaria para Jo Van Fleet, en su primer trabajo cinematográfico, de esta actriz de teatro; y 4 nominaciones:
Mejor director, guión adaptado (Steinbeck y Osborn) y actor principal (James Dean); un Oscar que le sería arrebatado por Ernest Borgnine en “Marty” (1955)
La acción de East Of Eden, tiene lugar en Monterrey, Salinas, y alrededores.
El relato se inicia en 1917, antes de la intervención de EEUU, en La Primera Guerra Mundial, en abril de 1917, y finaliza antes de la terminación del conflicto, en noviembre de 1918.
En Salinas, California, vive un taciturno agricultor de lechugas, Adam Trask (Raymond Massey) con sus 2 hijos Cal (James Dean) y Aron (Richard Davalos)
Los nombres, obedecen a la profunda creencia religiosa de su padre, un hombre recto, que siempre ha querido dominar a todos los que le rodeaban.
Primero, lo hizo con su mujer, que hastiada lo abandonó, y después con sus hijos.
Aron ha sido el hijo obediente, el “bueno” y Cal ha sido el hijo errático, la “oveja negra” de la familia.
Estaríamos, por tanto, ante una recreación del pasaje bíblico de “Caín y Abel”, algo que el transcurso de la historia, refrendará posteriormente
El destino lleva a Cal, a descubrir que su madre, Kate (Jo Van Fleet) a quien creía muerta, realmente vive administrando un burdel.
Entre los hermanos, existe una rivalidad por la atención y el afecto del padre.
Cal es rebelde, problemático y travieso; en cambio Aron, es tranquilo y trabajador.
Sin embargo, la novia de Aron, Abra (Julie Harris) y el viejo sheriff local, Sam (Burl Ives) saben que Cal en el fondo, es bueno.
El padre decide un día, invertir todo su capital, en el arriesgado negocio de transportar su producción de lechugas a Nueva York por ferrocarril, en un vagón refrigerado, pero el plan fracasa, y queda en la ruina económica.
En un afán por ayudar a su padre, y ganar su atención, Cal decide invertir en una siembra de frijoles, para ayudarlo, pidiendo ayuda financiera a su madre Kate.
Son los tiempos de La Primera Guerra Mundial, y su negocio resulta exitoso.
Cal le ofrece el dinero ganado a su padre, el cual lo rechaza, desencadenando un trágico final.
El argumento, no exento de los dramáticos “golpes de efecto” muy propios de Kazan, expone el imposible entendimiento entre los miembros de una deshecha familia.
De un lado, un padre conservador, religioso y defensor de la unidad familiar, como base de la sociedad.
Del otro lado, la madre que abandonó el hogar, ahogada por tanto convencionalismo patriarcal, para acabar en la prostitución.
Y en medio, el personaje de James Dean, que se debate entre el rechazo a la educación tradicional y puritana, recibida del padre, y sus instintos de rebeldía y libertad, que parece haber heredado de la madre.
Además del difícil y arriesgado canto a la renovación, y al nuevo concepto de libertad y tolerancia que propugna el director, sutilmente a través del atormentado personaje principal, y no desde la lectura directa del convencional argumento, aprovecha para llamar la atención, sobre algunos aspectos, no tan agradables, del competitivo sistema de las posguerras:
El inevitable enfrentamiento que se iba a iniciar entre los puritanos “padres” conservadores, y la nueva juventud “rebelde”; el desplazamiento de los tradicionales valores religiosos por el culto al dinero; y la muy directa observación, sobre el enriquecimiento, y el predominio político que supusieron las 2 grandes guerras, para la incipiente, y entonces, inestable nación estadounidense.
Elia Kazan, consciente de la historia, se arriesga a deformar los encuadres, la disposición de la cámara, sobre todo, en los planos entre Cal y su padre.
Aparece constantemente inclinada, yendo más allá en la escena del columpio, donde se balancea igual que el protagonista.
Sin duda, reafirma la divergencia absoluta entre uno y otro; y de retorcer las composiciones, maltratar a sus actores, y no se detiene en ser cruel.
Tanto Kazan como Steinbeck, pensaron que James Dean no era un buen actor, pero su aspecto desaliñado, y su actitud desenfadada, le hicieron considerar que era el Cal perfecto.
El trabajo del joven intérprete, está continuamente al borde de la exageración y el histrionismo, pero hay que reconocer, que eso hace que Dean quede perfecto en un personaje, al que se ama a ratos, y en otros, se le odia.
Y si con su hermano se establece la eterna lucha entre el bien y el mal, en la relación de Cal con su padre, se establece el típico conflicto generacional, tanto Steinbeck como Kazan, tenían relaciones “difíciles” con sus respectivos padres.
Cal reclama desesperadamente, el amor de un padre, que siempre le ha ignorado o menospreciado.
La tensión entre ambos personajes, es uno de los puntos más logrados de East Of Eden, y Kazan lo logró de forma muy inteligente.
Por un lado, todas las conversaciones entre Massey y Dean, están planificadas de forma muy concreta.
El cinemascope es utilizado, para resaltar el estado anímico de ambos personajes.
Atención a 2 escenas:
La de la conversación sobre la madre de Cal en una mesa, en la que el plano-contraplano, es una tensión constante; o aquella en la que el recto padre, rechaza el dinero que su hijo le regala por su cumpleaños, y que ganó previamente.
Según el guión, Dean tenía que darse media vuelta y marcharse, pero en un momento de inspiración, logró con la improvisación, uno de los instantes más poderosos de East Of Eden.
Se puede notar incluso, como pilla desprevenido a Massey, quien reacciona a tiempo, gracias a que está casi de espaldas a la cámara, y como resultado, queda uno de los puntos de inflexión de la historia.
Por otro lado, Massey y Dean, se llevaron mal durante el rodaje.
Massey era todo educación y buenos modales mientras que Dean, todo lo contrario.
El veterano actor, se quejaba con el director, pidiéndole que metiera en cintura a su joven estrella, algo que Kazan jamás hizo, para que la tensión de los actores latiese aún con más fuerza en los personajes.
Excelentes interpretaciones de todo el plantel, con un sensacional James Dean al frente, acompañado por Raymond Massey, Julie Harris, Burl Ives, Jo Van Fleet, o Dick Davalos, un actor de gran valía, que sería sumamente desaprovechado en la pantalla grande.
Fruto del trabajo en el Actor’s Studio, del que Elia Kazan fue su fundador, se van han producir, un relevante cambio generacional, en la nómina de actores del cine de Hollywood, a los antiguos ídolos, pues les van a suceder:
Marlon Brando, Montgomery Clift, Paul Newman… y sobre todo, un James Dean convertido en mito, no solo por marcar una forma de actuar, en perpetua rebeldía contra un mundo absurdo, sino también, por su prematura muerte, a los 24 años de edad, en un accidente de coche, que limitó su carrera a 3 únicas películas.
Y es que la virtud de Kazan, a la hora de llevar a cabo el tratamiento de sus personajes, es que nunca cae en el fácil y simplista maniqueísmo.
Los actos de Cal, por ejemplo, se justifican por su tormento interior, que se deriva de una existente falta de amor.
Su personalidad, se ha visto trastocada, como consecuencia de la ausencia de su madre, y de la incomprensión de su padre.
Es un ser perdido, que no halla respuestas en un mundo anquilosado y autodestructivo, recordad que East Of Eden se ubica, justo en el momento en el que los Estados Unidos, decidieron participar en La Primera Guerra Mundial, y fue estrenada cuando aún, coleaban las terribles secuelas de La Segunda Guerra Mundial; que tampoco hace nada por ofrecérselas, de ahí que su personaje se convirtiese, en todo un símbolo, para una generación determinada. ”Your father still thinks he's living in the Bible, huh?”
La novela de John Steinbeck, destila humanidad, y la película también.
Ambas nos enfrentan a lo que busca el ser humano:
Comprensión y cariño.
La relación entre los hermanos, refleja la tensión Caín y Abel, pero acá se quieren pero se distancian, y uno busca la destrucción del otro.
Sin embargo, los 2 hermanos no se odian, como podría creerse, todo lo contrario, se aprecian y quieren mucho.
Por su carácter independiente, Cal se parece más a su madre, de aquí el rechazo al que le tiene sometido su padre, manteniéndole “al este del edén familiar”
La escena, cuando Aron marcha hacia el frente, y Cal se despide de su hermano, agarrado al vagón del tren, con un desconsuelo que hace estremecer, no en vano, su hermano es el único que le ha mostrado cariño.
Lo que encuentro más llamativo de toda la historia, es esa inversión de roles, en la que es Dios, quien pide perdón al pecador, y el pecador le perdona, por no haberle amado en su heredada imperfección.
El juicio divino, sus exigencias, y su extrema e implacable bondad, desamparan al Hombre, le dejan inseguro y a la deriva, en perpetua búsqueda del bien más importante:
El amor.
Otros aspectos tratados en East Of Eden, incluyen la xenofobia anti-alemán, específicamente, como obró en contra de un inmigrante alemán local, el resentimiento por la entrada de Estados Unidos en La Primera Guerra Mundial.
Los temas de amor joven, y la rivalidad entre hermanos, también están presentes en East Of Eden, y como la novia de Aron, encuentra en sí misma, que cada vez se siente más atraída por la más rebelde Cal.
También, se muestra que a menudo, se juzga erróneamente a las personas, y se les plantan etiquetas que las condenan a creerse a sí mismos de una forma, cuando en realidad no son así, y lo único que buscan es la aceptación de los seres a los que aman, los cuales con frecuencia, se ciegan.
Siempre, hay grados en la maldad y en la bondad, y en todas las personas, hay luces y sombras.
El padre es un puritano, incapaz de comprender y perdonar.
No soporta los errores de los demás, en realidad no ama a las personas, sino sólo su valor moral, o más en concreto, se ama a sí mismo, ama su rectitud de conciencia, el hecho de sentirse limpio.
En definitiva, no sabe amar, y por eso lo dejó su mujer.
Nunca ha conocido realmente a sus hijos, porque no los ha amado, ni a Cal, de quien ignora tanto sus problemas, como sus buenas intenciones; ni a Aron, de quien se siente orgulloso, sin darse cuenta de que le está transmitiendo toda su soberbia, y su incapacidad de amar.
Aron crece como su padre, y por eso se escandaliza y enloquece, cuando descubre la verdad sobre su madre.
Cal, sin embargo, no tiene un concepto tan elevado de sí mismo, y por tanto, no tiene problemas en aceptar la verdad, y dar un paso más en la búsqueda de su identidad.
Pero para él, no basta conocer las raíces, debe también aceptarse a sí mismo, y para eso, debe antes ser aceptado por su padre.
El origen de su “maldad, soledad e incomunicabilidad” se debe a que nunca se ha sentido verdaderamente querido, todos lo han rechazado, ninguno ha tenido confianza en él.
Abra, novia de Aron, entiende el problema de Cal, e intenta ayudarlo, ofreciéndole su confianza.
Pero esto, aun siendo mucho, no es suficiente, como ella sabe.
Para tener una vida íntegra y auténtica, para crecer fuerte y seguro, Cal debe reconciliarse con su padre, lo que no quiere decir simplemente ser perdonado, sino ser amado.
De esta manera, Abra hace de puente entre los 2, y consigue lo que quería.
Al final, el padre se da cuenta de su error, aprende a ser padre, lo acepta, y Cal puede iniciar a comportarse como un hijo.
Como muestra la conmovedora última escena, con Cal que, finalmente aceptado por su padre, se acurruca junto a él, como un dócil bebé, que recomienza a vivir.
Evidentemente, un trabajo tan complejo, como el que realiza Elia Kazan, tiene muchas más lecturas, subtramas, y aspectos no comentados.
De todos ellos, me parece francamente interesante, el triángulo entre los 2 hermanos y Abra.
Concretamente, ella estás estupenda, con esas miradas, esos gestos, y esas palabras, que revelan sus verdaderos sentimientos.
Claro que para palabras, prácticamente todos los diálogos son de una importancia mayúscula, para entender qué es lo que está sucediendo en realidad, delante de nuestro ojos.
Sobre lo dicho, las semejanzas con El Génesis, son explícitas, desde el propio nombre de los protagonistas, Aron/Abel y Cal/Caín, hasta la sobrecogedora secuencia en la que Cal se oculta detrás del árbol “del bien y del mal” como si fuera el demonio, mientras que su hermano Aron le habla, sin que le veamos tampoco, porque en primer plano se encuentra Abra, mirando al espectador.
La alegoría cristiana apuntada, se completa con la figura del padre, Adam Trask, que ejerce, ni más ni menos, que de Dios.
Por este motivo, las recriminaciones de Cal, no son sólo las de un hijo, sino la de todo ser humano, que se enfrenta al Creador, por la ausencia del amor/madre.
Al respecto, el planteamiento sobre el que parece girar East Of Eden, sería que la rectitud de Dios-Padre, puede entenderse por una falta de cariño.
Al contrario, querer significa aceptar las imperfecciones de los demás, como puede verse en el momento cumbre de East Of Eden.
Se trata del regalo de Cal a su padre, el dinero fruto de la venta de judías.
El padre, en su deseo de ser honesto y honrado, llega a rechazarlo por ser inmoral, especular aprovechándose de la guerra.
Es decir, rechaza a Cal por el mal que ha hecho, sin entender que lo ha hecho porque lo quiere.
Es una fábula sobre el bien y el mal, sobre cómo se es tratado en la sociedad, y en cómo se afecta en ella.
El mal no es un hecho, sino lo que comporta un acto, igual que el bien.
E East Of Eden cumple en todos los aspectos.
Y el aspecto en que esta adaptación incide más, es en tomar ese conflicto, y convertirlo en una historia, sobre la problemática adolescente.
De esta forma, el conflicto que a Steinbeck, le servía para profundizar temas más complejos, y acaba convertido, en una de las películas por excelencia, sobre la adolescencia, y el enfrentamiento entre padres e hijos.
Esta ingeniosa vuelta de tuerca, permitía que East Of Eden llegara a las jóvenes generaciones, que se sintieran identificadas con el conflictivo Cal, un chico que no encuentra su lugar en el mundo, y que nunca consigue la aprobación paterna.
Un factor fundamental, relacionado con ello, y que ha contribuido decisivamente a la mitificación de East Of Eden fue, obviamente, la elección de James Dean como protagonista.
Ésta sería, una de sus 3 actuaciones cinematográficas, de hecho, la única que se estrenó antes de su muerte, East Of Eden merece ser recordada, como la que inició el mito.
Fue una mezcla de circunstancias, el hecho de que el argumento estuviera tan relacionado con la problemática adolescente, más el impacto que supuso su debut cinematográfico.
Su actuación está tan trabajada, que para algunos llega a ser hasta algo cargante, pero lo cierto es que, dejando de lado la mitología, el joven actor, tenía un don natural para apropiarse de la pantalla, y dotar de vida a su personaje.
Por otra parte, las escenas finales de reencuentro y reconciliación, entre padre e hijo pródigo, son enternecedoras y elocuentes:
Hablan de libertad, de amor, y de arrepentimiento.
La música, extremadamente bonita y eficaz, para remarcar los momentos de tensión emocional, algunos de ellos, se viven cada vez que aparecen los protagonistas, cada uno de los hijos, en el pasillo que va hacia el despacho de la madre, etc., es obra de Leonard Rosenman, en uno de sus primeros y elogiables trabajos.
“You have no repentance!
You're bad!
Through and through, bad!”
East Of Eden es un canto a la libertad, al valor de la diferencia, a la libre autodeterminación, y al derecho a ser.
Extraña descripción de la sociedad, vista desde la juventud, el odio, el comportamiento de un caso imposible, la conducta errática, y la malicia, no hace caso ni escucha, un esfuerzo por entender, la falta de disciplina, y la soledad desde la causa del trauma materno, viajes hacia el este, que generan misterio, y que juegan según el personaje, con el contraste de la maldad y la bondad, East Of Eden cuestiona la existencia de cada uno, en la búsqueda del vacío, busca lo bueno en cada uno, pero consigue lo malo, en ese intento de respirar, de encontrar la paz.
¿Cuántos muchachos, llevan hoy día, una vida de amargura, por la natural razón de haber sido insumisos con sus padres?
Esto les ha merecido repudio, menosprecio, y hasta un callado, o descarnado odio.
¿Y hay tantas razones para ser insumisos?
El deseo ferviente de hacer realidad un sueño o un ideal; la natural adaptación al hoy, y no al ayer de sus padres; la irracional pretensión de los progenitores, de que sus hijos piensen como ellos, sientan como ellos, y hasta que actúen como a ellos se les antoja...
Y cada hijo tiene pleno derecho a ser él, único y auténtico.
El rol como padre, es ser guía, y dar buen ejemplo, pero no ser alfareros, porque los hijos son seres multi sensibles, y no trozos de fría arcilla.
¿Cuántos padres buenos, dignos, trabajadores, cumplidos con las necesidades económicas del hogar… son tan malos padres, porque son incapaces de ver y aceptar la diferencia; porque solo aman abiertamente al hijo que sigue su camino, al sumiso, y al “súper-recto” que jamás se sale de sus sesgados puntos de vista?
¿Y quién asegura, que son estos los mejores puntos de vista, y los que asegurarán un mejor futuro?
Un hijo sumiso, no es un hijo feliz, es un ser humano doblegado.
Pues:
“A nadie le interesa lo que pienso yo, lo que quisiera hacer, y me enferma tener que lucir siempre tan correcto”
Esta confusión, sobre lo que los demás valoran, y la incomprendida necesidad que tenemos del propio reconocimiento de los demás, determinan, como a nuestro protagonista en East Of Eden, nuestras vidas.
“You can make of yourself anything you want.
It's up to you.
A man has a choice.
That's where he's different from an animal”
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