The Assassination Of Jesse James by The Coward Robert Ford

“He was ashamed of his persiflage, his boasting, his pretensions of courage and ruthlessness; he was sorry about his cold-bloodedness, his dispassion, his inability to express what he now believed was the case, that he truly regretted killing Jesse, that he missed the man as much as anybody and wished his murder hadn't been necessary”

Es curioso... más de 100 años después de su muerte, el nombre de Jesse James, un inestable ladrón y desalmado asesino, sigue evocando el idealizado rigor y romance del viejo oeste norteamericano, mientras que el nombre del individuo que lo mató, aparentemente en aras de “la justicia” es virtualmente desconocido.
Jesse James, empezó a ser conocido en la época en que el concepto de la imagen en los medios, empezaba a desarrollarse.
Los editores de los periódicos y de novelas, alimentaban a un público hambriento de un entretenimiento excitante, y Jesse James estaba hecho a la medida.
Los relatos de sus delitos, eran a menudo aumentados y, cuando eso no era suficiente, se lo inventaban de la nada, haciendo énfasis en su audacia y en su carisma.
Ese era la clase de material escrito, con el que creció Robert Ford, y que le inspiró sus propios y grandiosos sueños.
Jesse Woodson James, fue un forajido estadounidense, y el integrante más famoso de la banda de asaltantes “James-Younger”
Asesinado a traición, se convirtió en una figura legendaria del Viejo Oeste.
La banda de James-Younger, fue una de las pandillas criminales más reconocidas en los Estados Unidos, durante el siglo XIX.
La mayoría de sus miembros, realizaron actividades guerrilleras en La Guerra de Secesión del lado confederado, e iniciaron sus fechorías, el año de 1866.
Los integrantes principales, incluían a los hermanos James, Jesse y Frank; y los hermanos Younger:
Cole, Jim, John, y Bob.
En total, en la banda pudieron haber participado, hasta 34 individuos, a través de los años.
El último atraco, fue realizado en la localidad de Northfield, Minnesota.
Posteriormente, los hermanos James, formaron un nuevo grupo delictivo, conocido como “La Banda de los James”
Jesse James, nació en el condado de Clay, en un pueblo cercano a lo que hoy se conoce como Kearney.
Tuvo 2 hermanos; el mayor era Alexander Franklin “Frank” James, y una hermana pequeña, llamada Susan Lavenia James.
Su padre, Robert James, fue un comerciante de cáñamo, y ministro de la Iglesia Bautista de Kentucky.
Robert James, viajó a California, con la ilusión de alcanzar fortuna durante la denominada “Fiebre del Oro”, y murió allí, cuando Jesse tenía sólo 3 años.
Tras la muerte de su marido, la madre de Jesse, volvió a casarse en 2 ocasiones.
Producto de esto, Jesse tuvo 4 hermanastros:
Sarah Louisa Samuel, John Thomas Samuel, Fannie Quantrell Samuel, y Archie Peyton Samuel.
La proximidad de La Guerra Civil estadounidense, pronto ensombreció la vida de los James.
Misuri era en ese momento, un Estado de frontera, entre el Norte y el Sur de los Estados Unidos.
Desatada la guerra, Jesse James y su hermano Frank, se unieron en 1862, a la guerrilla sudista de William C. Quantrill.
La guerra civil, devastó Misuri, y fue determinante en la vida posterior de Jesse James.
Acabada La Guerra Civil estadounidense, James se rindió a los soldados de La Unión, pero retomó las armas en 1866.
La Banda James-Younger, formada por él, su hermano Frank, los 3 hermanos Younger, Cole, Jim, y Bob; y los Miller, Clell y Ed; adquirió notoriedad, por la audacia de sus asaltos a bancos y a trenes.
Desde la formación de la banda, Jesse James asumió el rol de jefe del grupo.
La banda, pronto se hizo muy conocida en Estados Unidos.
Hasta tal punto llegó su fama, que el gobierno estadounidense, llegó a contratar una agencia de detectives, La Agencia Pinkerton, con el único fin de capturarlos.
La Agencia Nacional de Detectives Pinkerton, fue un servicio de seguridad privada de los Estados Unidos, y una agencia de detectives, fundada por Allan Pinkerton, en 1850.
En 1875, varios hombres de Pinkerton, tiraron una bomba en su casa, pero no estaban ahí Jesse, ni su hermano Frank, pero la explosión, terminó matando a un hermanastro.
Un año después del incidente de la bomba, la banda protagonizó un ataque durísimo contra Northfield, otro pequeño pueblo del Lejano Oeste, habitado por descendientes de inmigrantes suecos.
Pero las cosas no salieron bien para los forajidos, que fueron repelidos a tiros por la población.
La banda, no pudo recuperarse del golpe, pues, salvo Jesse y Frank, que lograron huir a Nashville, Tennessee; todos murieron, o fueron apresados por las autoridades, y enviados a presidio.
Jesse y su hermano, formaron una nueva banda, mientras su cabeza era tasada en $10,000.
Los hijos de Jesse, no sabían cómo se ganaba la vida su padre, ni porque se mudaban tanto, no sabían ni siquiera, su auténtico nombre, aunque en el “ayuntamiento” constara como “Thomas Howard”
Jesse, se relacionaba con todo el mundo, bajo la apariencia de un ganadero o inversor local.
Tenía 2 orificios de bala en el pecho, sin cicatrizar, y otro en el muslo; además le faltaba la primera falange del dedo corazón, cosa que el procuraba que no se notara.
También, padecía una enfermedad llamada “blefaritis” que le hacía parpadear más de lo habitual, como si la realidad, le resultara inconcebible.
Se consideraba leal al sur, y combatiente de una guerra interminable.
No se arrepentía de sus robos, ni de los asesinatos que había cometido.
Finalmente, el 3 de abril de 1882, a la edad de 34 años, Jesse James fue asesinado de un tiro por la espalda, a manos de Robert Ford, un miembro de su banda, quien junto a su hermano Charlie, había pactado con el gobernador, el cobro de la recompensa, a cambio de entregar o matar al conocido forajido.
Por su parte, Robert Ford, fue un bandido estadounidense, de finales del siglo XIX, famoso por haber dado muerte a traición, al jefe de su banda, el legendario Jesse James.
Robert Newton “Bob” Ford nació en 1861, en Ray County, Missouri, hijo de James Thomas Ford, y Mary Bruin.
Desde pequeño, sentía una profunda admiración por Jesse James, y por la vida de los forajidos.
En 1880, por mediación de su hermano Charlie, cumple su sueño de conocer a James, uniéndose a su banda poco después, y participando en el asalto de un ferrocarril en Blue Cut, Missouri, el 7 de septiembre de 1881.
En 1882, casi todos los miembros de la banda estaban muertos, detenidos, o retirados de la vida de forajido, excepto los hermanos Ford.
Robert y Charlie, se fueron a vivir a casa de James, en St. Joseph, junto a su esposa y sus 2 hijos, para preparar su siguiente robo en Platte City, Missouri.
Pero Robert tenía un acuerdo con el gobernador Thomas T. Critteden, que le había prometido un indulto total, y una recompensa de $10,000, a cambio de que entregara, o matara a Jesse James, en aquellos momentos, el criminal más buscado.
El 3 de abril de 1882, Robert Ford dio muerte al famoso forajido, disparándole en la parte posterior de la cabeza, mientras se encontraba colocando un cuadro.
Robert y Charlie, se entregaron inmediatamente a las autoridades, pero para su sorpresa, fueron condenados a muerte.
El gobernador les indultó pocas horas después, aunque solo le entregaron una fracción de la suma prometida.
Los hermanos Ford, se vieron entonces obligados a malvivir, posando en fotos, y haciendo representaciones teatrales de escaso éxito, en las que recreaban el asesinato de James.
En 1884, Charlie, enfermo terminal de tuberculosis, y adicto a la morfina, se suicidó.
Robert abrió un bar en Las Vegas, llegando a desempeñar un cargo policial, pero escapó, supuestamente, tras ser retado a duelo por José Chávez y Chávez, un ex-socio de Billy The Kid.
Posteriormente, se instaló en Kansas City, y allí sobrevivió a un intento de asesinato en 1889, tras lo cual, emigró a Colorado.
En 1892, se trasladó a la próspera ciudad de Creede, donde abrió una cantina.
Se produjo un nuevo atentado contra su vida, del que salió ileso, y poco después, su negocio se incendió misteriosamente.
El 8 de junio de 1892, 3 días después del incendio, un hombre llamado Edward Capehart O'Kelley, ferviente admirador de Jesse James, entró en su local, armado con una escopeta, y le saludó.
Robert se volvió a ver quién era, y recibió un disparo en la cabeza, que le causó la muerte instantánea.
Ford murió a la edad de 30 años, y fue enterrado en Creede, pero luego se le trasladó al cementerio de Sunny Slope, en Richmond, Missouri.
En su lápida se puede leer:
“El hombre que disparó a Jesse James”
O'Kelley fue condenado a cadena perpetua, pero se le acabó liberando en 1902, por sus problemas de su salud, y apenas 2 años más tarde, murió a manos de un policía, que trataba de arrestarle.
Los grabados resultantes de la muerte de Jesse James, se vendieron a $2 la unidad, y fueron modelo para las portadas litografiadas, de numerosas publicaciones.
Pronto, miles de forasteros, emprenderían fervorosos peregrinajes a la casa, o venerarían sus restos mortales, conservados en hielo, en la cámara refrigerante de Siden Faden.
El hombre que ofreció $30,000 por el cadáver del asesino del presidente Garfield, envió un telegrama al alguacil de la ciudad, ofreciendo $50,000 por el cadáver de Jesse Woodson James, para poder recorrer el condado con él, o al menos, venderlo para el mayor espectáculo del mundo de P.T. Barnum.
Se hizo otro retrato del legendario bandido americano, yaciendo sobre un lecho de hielo, y fue precisamente ese el más solicitado en colmados y boticas, para ser visto por el estereoscopio, junto a La Esfinge, El Taj Mahal, y las catacumbas de Roma.
“I ain't never seen you without your guns, neither”
The Assassination Of Jesse James by The Coward Robert Ford es un western del año 2007, dirigido por el cineasta neozelandés, Andrew Dominik.
Protagonizado por Brad Pitt, Casey Affleck, Sam Rockwell, Sam Shepard, Mary-Louise Parker, Jeremy Renner, Zooey Deschanel, Ted Levine, Paul Schneider, Alison Elliott, Kailin See, Michael Parks, Nick Cave, Pat Healy, entre otros.
El guión es de Andrew Dominik, basado en la novela de Ron Hansen del mismo nombre, publicada en 1983.
The Assassination Of Jesse James by The Coward Robert Ford está considerada, como una de las que más se ajustan a los hechos reales, y a la descripción de Jesse James y Robert Ford, reconocido incluso, por los descendientes de James, quienes encontraron las representaciones más realistas, y la historia más verídica de las que se habían hecho hasta el momento.
Aunque está basada en una exhaustiva investigación de los protagonistas, de su historia, y de la época en que vivieron, la relación entre Jesse James y Robert Ford en The Assassination Of Jesse James by The Coward Robert Ford, es especulativa, y está pensada para avivar la imaginación, más que para imponer un punto de vista.
¿Por qué Jesse James, un forajido, se le recuerda como héroe?
¿Y por qué Robert Ford, que puso fin a este malhechor, es considerado un cobarde?
En contraste, Ford fue olvidado por la historia y los medios, su existencia quedó reducida a un solo propósito, como haciéndose eco del sentimiento de la lápida de Jesse:
“En memoria de mi amado hijo, asesinado por un traidor y cobarde, cuyo nombre no es digno de ser mencionado aquí”
Su título original:
“The Assassination Of Jesse James by The Coward Robert Ford” desestima cualquier pretensión por crear alguna intriga o “suspenso”, puesto que sabemos, desde un principio, quién morirá, y quién será el asesino.
Sin embargo, además de hacer una declaración de principios, en cuanto a los fines del cine, el título pone en primer plano, a un personaje denostado por la historia, y reúne todas las características de un Judas:
Discípulo y fervoroso admirador, a la vez traidor, y victimario.
Dominik confecciona, cuidadosamente, los hilos invisibles que se tienden entre la pareja estelar:
El héroe fascinante, frente al tonto patético; el vaquero temible, frente al perdedor desencajado; personajes que se vampirizan mutuamente:
El primero utiliza al segundo como servidor, mientras el último, estudia a su modelo, para eventualmente convertirse en él, y terminarán siendo ultimados, el uno por el otro.
El productor, Dede Gardner añade:
“La historia es auténtica, en lo que se refiere al estudio de la conducta, la adoración, el ego, y el resentimiento humano.
Lo que ocurrió entre esos 2 hombres, podría aplicarse a innumerables historias, a lo largo de los tiempos.
La relación entre Jesse James y Robert Ford, es sobre las consecuencias y los deseos cumplidos.
Es sobre cómo la adoración de alguien hacia otro, tiene que ser examinada dentro del contexto de ambos, de sus vidas, y necesidades individuales.
La adoración del héroe, no puede existir puramente.
Entran en juego, influencias exteriores, mucho antes de que los 2 personajes en cuestión se encontraran”, concluye.
“Es más un drama psicológico, que un Western”, dice Brad Pitt.
“Tiene que ver con la anatomía de un asesinato, y de sus consecuencias”, agrega.
Y es la perspectiva de esta naturaleza, lo que marca la diferencia de The Assassination Of Jesse James by The Coward Robert Ford, de otras muchas dramatizaciones, sobre el famoso fuera de la ley, y de su poco conocido asesino.
The Assassination Of Jesse James by The Coward Robert Ford obtuvo 2 nominaciones al Oscar:
Mejor actor de reparto (Casey Affleck), y fotografía.
El rodaje, tuvo lugar en Calgary, Edmonton, y Winnipeg.
The Assassination Of Jesse James by The Coward Robert Ford es un relato que ha sido denominado por parte de la crítica, como western crepuscular, y que a nuestro entender, es una balada que ronda la soledad y la obsesión, y que rompe con el arquetipo del héroe silente, y seguro de sí mismo, y que nos lleva a través del caos de un hombre enfrentado a su pasado, y a la soledad de su presente.
Un western crepuscular, la reciben aquellos films que centran su mirada en las historias de guerreros agotados, hastiados de todo, y de todos.
Pero que aún logran encontrar una razón, o alguna causa que los reencuentre con sus armas, y que de algún extraño modo, le den sentido tanto a su vida, como a su lucha.
The Assassination Of Jesse James by The Coward Robert Ford narra la historia del más famoso forajido del oeste de EEUU, el carismático e impredecible pistolero, Jesse James (Brad Pitt), un bandolero sudista, hijo de un predicador.
Mientras Jesse planea su próximo gran robo, declara la guerra a sus enemigos, quienes intentan hacerse con la recompensa, y la gloria, que implicaría su captura.
Pero la amenaza más importante a su vida, puede que venga de aquellos en quienes más confía...
Supongo que el extenso título, The Assassination Of Jesse James by The Coward Robert Ford, resume eficientemente la obra entera, por no mencionar que nos revela su histórico final, pero la trama ofrece mayor profundidad, pues en realidad, examina la voluble relación entre Jesse James, y algunos miembros de su banda, incluyendo a Robert Ford, quien creció adorando a James, gracias a los exagerados, y probablemente apócrifos pasquines, publicados a fines del siglo XIX, en los que las supuestas hazañas del popular forajido, eran romantizadas, creando una figura de culto, muy distinta al hombre real.
Así, seguimos a James y su banda, mientras realizan un par de “trabajos”, y eventualmente presenciamos, la inevitable deterioración de su relación, ocasionada por la inestabilidad emocional de James, y por el rencor que se genera, cuando la persona real, no está a la altura de su propia leyenda.
Los participantes de esta tragedia, viven en un marco frío y desolado, un momento histórico, en el que la nación americana, todavía daba sus primeros pasos, apenas una centuria después de haber nacido de La Guerra de Independencia; la violencia, intuida o explícita, así como el vacío espiritual, envuelven su existencias, más allá de las riquezas de que puedan o no disponer.
“By his own approximation, Bob assassinated Jesse James over 800 times.
He suspected no one in history had ever so often or so publicly recapitulated an act of betrayal”
El tema de la traición, la desigualdad del honor en los hombres de avería, parecían ser monopolio de Jorge L. Borges, pero todo esto subyace en la magnífica narración de los hechos reales, sobre los últimos días del célebre pistolero Jesse James, y su ultimador, el pusilánime y a la vez fascinado admirador de James:
Bob Ford.
El transcurrir de los acontecimientos, sorprende al espectador, con una continua maraña de crueldades, muertes por la espalda, y el presagio terminante, que el miedo nos lleva a cualquiera.
El centro de todas las miradas es, indudablemente, el legendario Jesse James.
Llegamos a su vida, en plena decadencia del mito, a pesar de lo cual, se muestra magnético e irresistiblemente atractivo, atrayendo el interés de todos los que pululan a su alrededor, despertando envidias y recelos, por su carisma y encanto.
Pero también, es impredecible, cruel, e implacable, con una veta psicópata que cuando se despliega, aterra por la fuerza de su ira desatada.
Así pues, los que le acompañan en este viaje le admiran, pero también le temen, una mezcla de miedo y respeto, que se refleja cada segundo, en todos los que le rodean en la pantalla.
De esta mezcla de sentimientos hacia su persona, derivan los acontecimientos; Ford le observa embelesado, pero no recibe nada a cambio, salvo brusquedad y reprimendas, que alimentan su odio hacia el que fuera “un héroe” para él.
Y es que James y Ford, son la cara y la cruz de una misma moneda.
El primero, endiosado por la gente y por su leyenda, de la que parece intentar huir, debido a la paranoia que le provoca, y de la que él mismo se da cuenta.
Pitt, que, casualmente, creció en Springfield, Missouri, a menos de 322 kilómetros del lugar de nacimiento de Jesse James, y de su casa, cuando era niño en Kearney, Missouri, basó su caracterización, en una mezcla de instinto y de la investigación de Hansen.
“Era inestable,” dice Pitt, considerando algunos de los asuntos que arrastraban a Jesse en esa época.
“Se sentía acorralado, cansado de su persecución, y de tener que vivir una vida bajo un alias” concluye.
Pitt trabaja sobre todo con los ojos, en un trabajo de una fisicidad admirable.
Hay una melancolía, un hartazgo en su composición, indescriptibles.
Cuando hace una cosa, se nota que quiere hacer la contraria, y que piensa otra, y que dice otra.
Es un enigma disfrazado de un engaño, aupado en una leyenda mentirosa.
Para Dominik, es un Cristo cruel, venerado y temido por sus hombres, sus apóstoles.
Los que le traicionan, mueren de una forma espantosa, crudísima violencia, y otorga su halo a quienes pueden servirle.
El segundo, un pobre diablo que ha crecido idolatrando la figura de Jesse James de los libros y los periódicos, al que nunca nadie ha tomado en serio, y cuyo más ferviente deseo, es dejar de ser un don nadie.
Ford, que desciende del legado de Bruto, vive en constante cambio entre la fascinación por su ídolo, y el pavor que este origina en él, pues la figura del héroe, vista de cerca, se diluye de tal modo que solo queda el hombre.
Bruto se creía merecedor de elogio por matar a un tirano, por lo que la historia, le ha legado el papel de un cobarde traidor.
Los actores, contribuyen en gran medida a ese logro, y aunque Brad Pitt tiene ostensiblemente el papel estelar, el auténtico protagonista es Casey Affleck, quien representa con igual intensidad e ingenuidad, el proceso que fermenta su admiración, transformándola en odio y miedo hacia su previo ídolo.
Es presentado, como un joven donnadie, que busca ser aceptado y tratado como un igual, por su ídolo de la infancia, pero será rechazado una y otra vez.
Y es que cuando conoces a tus ídolos, te das cuenta que no son tan inalcanzables, y que quizás, no sean dignos de tanta devoción.
Ya sabemos que del amor al odio, hay sólo un pequeño paso.
Tampoco, todo el mundo sirve para ser un famoso forajido.
Ford ansiaba la fama, pero le faltaban agallas, sus asesinatos se producen todos por la espalda, de ahí lo de “cobarde”, e intentó hacerse un hueco entre los forajidos, pero distaba mucho de ser uno de ellos.
No todos estamos hechos para ser leyendas, ni estamos dispuestos a pagar el precio.
Nos sentimos perturbadoramente identificados con su patetismo.
Bellísima la secuencia en que le obligan a enumerar las razones por las que James, ya desde su niñez, era un ídolo para Robert.
Es una verdadera declaración de amor desesperada, frustrada por James en su, creo yo, fingimiento de la humillación hacia Robert.
El resto del elenco, es igualmente perfecto, destacando:
Sam Rockwell como el nervioso hermano de Robert Ford, siempre sonriente, pero interiormente angustiado.
El único punto débil del elenco, es Mary-Louise Parker, quien es una excelente actriz, pero no tiene casi nada que hacer a lo largo del metraje, excepto llorar al final.
Entiendo que su personaje, representando la vida familiar de James, debe estar al margen de los crímenes y conflictos de la banda, pero me decepcionó verla en la periferia de muchas escenas, sin material apropiado para explotar su talento.
Aquí, las miradas matan.
Nadie dice nada, pero no hace falta.
No importa tanto lo que sucede, los hechos, o la acción, sino cómo sucede, cómo se escenifican los acontecimientos, y cómo se filma el relato.
Todo es aquí, puesta en escena.
Los modos y las formas no envuelven la acción, sino que son el discurso.
El tiempo del mito, deja paso al tiempo de la representación:
El ocaso del pistolero, la decadencia de la leyenda, los últimos días de Jesse James, los que todavía ofrecen algo de materia narrativa para la primera parte del film, son sustituidos por la representación de la traición, por la puesta en escena del crimen, Robert Ford se interpreta a sí mismo en los teatros, el asesinato busca su legitimación en la proyección mediática, etc.
The Assassination Of Jesse James by The Coward Robert Ford se centra más en la vida cotidiana de los protagonistas, que en cómo llevan a cabo sus delitos, deslizándose el tiempo, sin que apenas acontezca nada.
Los personajes son demasiado reflexivos, restándole verosimilitud a la historia, y otorgándoles una desmedida inteligencia, y una vehemente complejidad interna, especialmente en el caso de Jesse James, y Robert Ford.
Desafortunadamente, The Assassination Of Jesse James by The Coward Robert Ford nos deja una sensación agridulce, porque, a pesar de contener algunos elementos de evidente calidad, se torna excesivamente contemplativa, adueñándose la morosidad de la narración, y provocando con ello, que el espectador no se sumerja plenamente en el relato.
Es inevitable comparar The Assassination Of Jesse James by The Coward Robert Ford, con las películas de Terrence Malick, por su metódico desarrollo, su tono contemplativo, y sus impresionantes vistas de un agreste paisaje, maravillosamente fotografiado.
La repetición de la escena de una mano por el trigo, como en “Gladiator” (2000) y “300” (2007), es cansina.
Pero, escenas como el clímax final, están rodadas de manera excelente.
La fotografía, de un estilo poco habitual en los western, es otro de sus puntos fuertes, y se aprecia en todo el metraje; también hay que destacar el fantástico vestuario.
Pero surgen las interrogantes:
¿Por qué James confía en un tipo como Robert Ford?
¿Por qué se deja asesinar tan vilmente?
¿Acaso decide dejarse matar?
¿Qué le empujaría a ello?
Dominik deja muchas preguntas sin responder...
“También es posible,” postula Pitt, “que estuviera mofándose de Ford.
Ciertamente, es curioso que se quitara la pistolera, y le diera la espalda.
Esta acción, ha suscitado un gran debate histórico, y de especulación, pero sigue siendo ambiguo.
Con toda su investigación, incluso Ron Hansen diría, que hay preguntas que continúan sin respuestas”
Como:
¿Hasta qué punto, el cobarde de Robert Ford, no estaba enamorado de Jesse James?
Hay muchas miradas, que son evidentes de un claro enamoramiento, o la simbólica o metafórica escena, de cuando Ford ve una pistola en una mesa de noche, en un cuarto donde duerme con James, y este se levanta para cogerla, mientras James se lo impide, al tocarse la pistola que descansa sobre su propio cuerpo.
The Assassination Of Jesse James by The Coward Robert Ford no es una película fácil, o amena, pero merece una ferviente recomendación, acompañada con la obligatoria advertencia, de que funcionará mejor, si se toma como un metódico estudio psicológico de 2 personajes cegados, de manera muy distinta, por la fama, y no como un western convencional de vaqueros contra indios.
En The Assassination Of Jesse James by The Coward Robert Ford, lo importante no son los balazos, sino sus causas, y sus consecuencias.
Todo es tan bonito como triste, tan hermoso como implacable, dejando un sabor agridulce en el observador.
Saber lo que va a suceder, no evita la incomodidad y la tensión en este western grandioso, inapelable, desolador, un film bipolar, que presenta una misma figura desde 2 prismas diferentes; todo un sereno homenaje, a un icono que vivirá siempre en el recuerdo de la imaginería popular, que supo ganarse de un modo extraño, a una sociedad que, si le rechazó en vida, no hay que olvidar que era un violento asesino y ladrón; le beatificó una vez muerto, sepultando el recuerdo de su carrera criminal, para centrar sus iras en quien acabó con él, tratando con un acto cobarde y vil, de convertirse en alguien especial, alguien que, paradójicamente, hubiese sido considerado digno de su amistad.
Robert Ford fue un cobarde, pero no menos que Jesse James, obsesionado con su muerte, hasta tal punto que llegó a torcer todo, para provocar el último y letal disparo, justo como lo quería.
“He's just a human being”
El forajido Jesse James, es sin duda, una de las personalidades más importantes de la historia americana, y uno de los personajes más importantes de la historia del cine, ya que sobre su vida, hay más de 35 películas, y está indexado, como el personaje #1 del cine en muchas páginas del Séptimo Arte.
Hay que decir, que este asesinato de Jesse James, juega en contra de la mayoría de los elementos del western clásico.
Aquí, los tipos duros no son tan duros, ni tan mugrientos, ni tan hábiles.
Y los buenos, tampoco son tan buenos, ni los mitos tan mitos.
Al principio tenemos a ese Jesse James, radiante, afable, tendiendo la mano a un joven y entregado Robert Ford.
Roban trenes, se reparten el botín, se despiden.
Pero las cosas empiezan a cambiar...
Y va siendo más palpable, la decadencia de un oeste devorado por su propia naturaleza.
Y ya nada pinta tan bonito.
El idealizado Jesse James, se va mostrando poco a poco, como poco más que un criminal violento y cruel, alguien que no duda en disparar por la espalda a sus compañeros, para salvaguardarse a sí mismo.
Alguien que trae inquietud, a todo lugar donde esté, alguien temido, y ya nada afable, una persona que poco a poco va dándose cuenta, de la degradación de la vida que ha elegido, y de sus actos, y que se ve consumido, al ser consciente de su forma de ser, y deseando huir de sí mismo, constantemente.
El director, prefiere contar la historia, como un recuerdo borroso, de ahí el trabajo en halo fotográfico, o fantasmagórico, y no como un hecho histórico claro, igual que como se conoce la historia de Jesse James, por recuerdos vagamente perdidos en el tiempo, y por relatos cargados de mitos exagerados, y héroes irreales.
The Assassination Of Jesse James by The Coward Robert Ford es un viejo cuadro, cuyo polvo acumulado por el paso del tiempo, no nos permite ver con claridad, lo que hay en él, e imposible de limpiar, por culpa de la dura realidad.
Lo más probable es que el tiempo para el western, fue el que fue, y hoy en día, desenterrarlo no tiene sentido.
Puede que su revisión en los tiempos que corren, signifique no retomar el camino donde se dejó, un género explotado hasta la saciedad, en todas y cada una de sus vertientes:
Clásico, crepuscular, spaguetti, chilli, etc., sino explorar nuevas vías narrativas, y experimentar con el resultado; pero también, es posible que nuestro contexto actual cambie totalmente el mensaje, e impida su clásica lectura, de forma que volver al punto de vista del pasado, se nos presenta imposible, y eso hace que nos encontremos siempre, ante algo nuevo.

“Can't figure it out:
Do you want to be like me or do you want to be me?”



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