The Year Of Living Dangerously
“Don't think about the major issues.
You do what you can about the misery in front of you.
You add your light to the sum of all light”
El Partido Comunista de Indonesia, en indonesio, “Partai Komunis Indonesia” (PKI) fue fundado en 1920, en Semarang, surgiendo de La Asociación Socialdemócrata de las Indias, o “Indische Sociaal-Democratische Vereeniging” (ISDV)
El PKI se llamaba inicialmente, Asociación Comunista de las Indias, o “Perserikatan Komunis di Hindia”
El PKI, fue el primer partido comunista de Asia, y se convirtió en sección de La Internacional Comunista, al poco tiempo de su fundación.
Fue ilegalizado, por el gobierno colonial de las Indias Orientales Holandesas, tras su participación en los levantamientos en Banten, y en el oeste de Sumatra, pasando a la clandestinidad, en 1927.
Después de la capitulación japonesa en 1945, el PKI volvió a la vida pública, tomando parte activa en la lucha por la independencia de Indonesia.
El ala izquierda del Partido Socialista de Indonesia, o “Partai Sosialis Indonesia” se integró en el PKI, en 1948.
La transición de Indonesia al “nuevo orden” a mediados de la década de 1960, derrocó al primer presidente del país, Sukarno, después de 22 años en el cargo.
Uno de los períodos más tumultuosos de la historia moderna del país, que fue el inicio de la presidencia de 31 años de Suharto.
Descrito como “El Gran Dhalang” o “Titiritero”, Sukarno atrajo el poder de equilibrar las fuerzas opuestas, y cada vez más antagónicos del ejército, y del Partido Comunista de Indonesia (PKI)
Para 1965, la PKI, ampliamente había penetrado todos los niveles de gobierno, y ganó influencia, a expensas del ejército.
El 30 de septiembre de 1965, 6 de los Mayores Oficiales Superiores de Las Fuerzas Armadas, fueron asesinados en una acción, generalmente marcada como un “intento de golpe de Estado” por el llamado “Movimiento 30 de Septiembre”, un grupo desde dentro de Las Fuerzas Armadas.
A las pocas horas, El General Suharto, movilizó fuerzas bajo su mando, y tomó el control de Yakarta.
Los anti-comunistas, en un principio, siguiendo la guía del ejército, realizaron una violenta purga de comunistas en todo el país, matando a un estimado de medio millón de personas, y la destrucción de la PKI, que se atribuyó oficialmente, a la crisis.
Sukarno, políticamente debilitado, se vio obligado a transferir los poderes claves, políticos y militares, al General Suharto, quien se había convertido en Jefe de Las Fuerzas Armadas.
En marzo de 1967, El Parlamento de Indonesia (MPRS) nombró al General Suharto, presidente interino.
Fue nombrado formalmente Presidente, un año más tarde.
Sukarno vivió prácticamente bajo arresto domiciliario, hasta su muerte en 1970.
En contraste con el nacionalismo de tormenta, la retórica revolucionaria, y la insuficiencia económica que caracterizó a la década de 1960, bajo el izquierdista Sukarno, el prooccidental de Suharto con su “Nuevo Orden” estabilizó la economía, pero continuó las políticas de Pancasila; ideología y filosofía en la que está basado el Estado indonesio.
Se cuenta que El General Suharto, apoyado por Estados Unidos, ante el progresivo crecimiento del Partido Comunista de Indonesia (PKI), que contaba con el apoyo táctico de Sukarno, obligó a éste, a delegarle el poder en marzo de 1966, y le sustituyó como presidente, en 1967.
“We'll make a great team, old man.
You for the words, me for the pictures.
I can be your eyes”
The Year Of Living Dangerously es una película dramática australiana, dirigida por Peter Weir en 1982.
Protagonizada por Mel Gibson, Sigourney Weaver, Linda Hunt, Michael Murphy, Bill Kerr, Noel Ferrier, entre otros.
El guión es de C.J. Koch, David Williamson, y Peter Weir, sobre la novela homónima de C.J. Koch, que se ambienta en la turbulenta Indonesia de 1965, en la cual, desarrolla un coherente discurso político, que encierra una profunda reflexión moral.
La novela, se inspira en la experiencia como periodista en Yakarta, de Michael Koch, hermano del novelista, durante el período al que se refiere el relato.
Fue también la obra que supuso, el lanzamiento internacional de su director Peter Weir.
“El contraste entre la cultura oriental y la occidental, es lo que más me apeteció de The Year Of Living Dangerously”, afirma Weir.
“Soy un europeo, con nacionalidad australiana, que vive en Asia.
La tensión que crea en mí, ese choque entre culturas diferentes, es posiblemente lo que me proporciona la energía para hacer películas”, sentenció.
The Year Of Living Dangerously fue el primer filme, coproducido entre Estados Unidos y Australia, y financiado por completo, con capital estadounidense, a través de la MGM, la cual contaría, con el más alto presupuesto, con el que Weir había trabajado hasta entonces en toda su carrera:
$6 millones.
The Year Of Living Dangerously cuenta con intriga, acción, romance, lucha por la libertad, y denuncia social; que curiosamente, estuvo prohibida en Indonesia, hasta el año 1999, fecha en la que se autorizó en aquel país, su exhibición pública, una vez que el mentado dictador Suharto, abandonara el poder.
Además, el título “The Year Of Living Dangerously” se debe a los discursos que pronunciaba el líder del país, donde cada año, recibía un nombre por parte de Sukarno:
“vivere pericolosamente”
Así, en Agosto de 1964, Sukarno nombró al año venidero:
“The Year Of Living Dangerously”
¿Premonitorio?
Con The Year Of Living Dangerously, se inauguró el subgénero de periodistas en conflictos del tercer mundo; y la actriz Linda Hunt, ganó el único Oscar al que estaba nominada la obra:
Mejor Actriz Secundaria.
The Year Of Living Dangerously se rueda en escenarios naturales de Filipinas y Australia, y en los platós de Artransa Film Studios, en Mobbs Lane, Australia; y de Mort Bay Studios, en Balmann, Australia.
Y es que, del cine, y de la televisión últimamente, viene en gran parte, esa concepción que yace en el subconsciente colectivo, de la profesión periodística, como el último reducto del romanticismo.
Una profesión ejercida por tipos cínicos, pero de gran corazón, por fumadores empedernidos, y dipsómanos incorregibles, que armados de bolígrafo y libreta, se pasean en tirantes, con la corbata mal atada, y el sombrero calado, siendo el azote de los malvados.
La acción dramática de The Year Of Living Dangerously, tiene lugar en Yakarta, Java, Indonesia; entre finales de julio, y primeros de octubre de 1965, durante la insurrección popular contra el presidente Achmed Sukarno, y El Golpe de Estado del General Mohammed Suharto, del 30 de setiembre de 1965, por el que asume el control de Las Fuerzas Armadas, e inicia una durísima represión, entre 1965 y 1967, contra los izquierdistas, con un balance estimado de un millón de muertos.
Ese año, Indonesia vive los últimos momentos del Gobierno de Ahmet Sukarno, Primer Presidente de la República Indonesia, desde 1945, de marcado carácter izquierdista, muy próximo a La República Popular de China.
El ejército, se encuentra dividido en 2 facciones:
La izquierdista, con Generales afines a Sukarno; y derechista, con Generales opuestos a Sukarno, anticomunistas, y entre los que se encuentra Suharto.
Allí vemos a Guy Hamilton (Mel Gibson ), un periodista australiano, que llega a Yakarta, Indonesia, para cubrir la explosiva situación que vive el país, durante el derrocamiento del presidente Sukarno (Mike Emperio)
Y conoce a Billy Kwan (Linda Hunt), un fotógrafo que le introduce en esa cultura, y actúa como su guía.
Kwan le presenta a Jill Bryant (Sigourney Weaver), una funcionaria de La Embajada Británica, con quien Guy mantiene una intensa relación amorosa, mientras el país se debate entre la revolución comunista, o la dictadura militar.
Así pues, The Year Of Living Dangerously, suma drama, aventuras, romance, guerra, y periodismo.
El ambiente de incertidumbre y confusión que domina el clima general del país, está bien construido, y es convincente.
Algunos comentaristas, no distinguen adecuadamente a nuestro entender, entre la confusión de los acontecimientos reales, y la confusión mostrada.
Éste traduce en imágenes, con eficacia y rigor, una situación general, dominada por temores de enfrentamientos cruentos, que se dan asociados a la inminente caída de Sukarno, líder de la independencia del país, entre 1945 y 1949; y de su gobierno durante 20 años, entre 1945 y 1965.
Indonesia, declara la independencia de Holanda, al término de La Segunda Guerra Mundial en 1945, pero ésta no es reconocida oficialmente, por la potencia colonial, hasta 1949.
Se nos introduce aquí, por medio de un juego de marionetas y sombras, en el concepto del “wayangindonesio”, ancestral teatro chinesco del país asiático, sobre él se edifican tanto la novela de Koch, que abandonó la producción por irreconciliables diferencias creativas, con respecto a los cambios en la historia original, introducidos por Weir y Williamson; como en dicha escena, cuando Kwan narra a Hamilton una leyenda, en la que aparecen 4 figuras:
El Dhalang o maestro que maneja los hilos, papel que se asigna a Sukarno como equilibrador de las fuerzas que intentan resquebrajar su país.
El príncipe Arjuna, el héroe de la función, que es Hamilton.
La princesa “orgullosa pero testaruda” que es Srikandi/Jill y, por último, el bufón enano Semar, un dios javanés disfrazado, con el que queda identificado Kwan.
Wayang kulit, es un teatro de sombras, protagonizado por marionetas, tradicional de Indonesia y Malasia.
De hecho, La UNESCO lo declaró Patrimonio Oral e Intangible de La Humanidad, el 7 de noviembre de 2003.
El término “wayang” se emplea a menudo en este contexto, para referirse a las marionetas utilizadas.
El término “wayang” significa “teatro” y “kulit” significa “cuero” en indonesio y malayo.
Este término javanés, se puede interpretar también, como “sombra” o “imaginación”, y tiene además la connotación de “espíritu”
Las representaciones del “wayang kulit” se acompañan tradicionalmente, con un “gamelan” en Java, y por un conjunto musical similar de estilo teatral, en Bali.
Con constantes juegos visuales, que van asimilando y traduciendo el carácter de títeres, y titireto, que Weir asigna a sus personajes, resulta brillante, en la forma en que, a lo largo de The Year Of Living Dangerously, se van distorsionando los roles, que inicialmente han sido descritos por Kwan en el cuento narrado a Hamilton, para ir revelando las auténticas naturalezas del triángulo protagonista:
Y si en los personajes de Gibson y Weaver, dicha transformación comporta el irse apartando de los sutiles mecanismos de control ejercidos por el fotógrafo, para que su amor sirva de ariete, contra las muchas dificultades que se les interpondrán cuando estalle el inevitable conflicto civil que se cuece en el país, es en Kwan, donde la transformación resulta más elocuente.
La erosión que provoca en el personaje, el desengaño que supone la liberación de la pareja de sus maquinaciones, se ve aumentada sobremanera, cuando su idealismo hacia el papel que Sukarno, realmente juega de cara al futuro de Indonesia, y queda demolido tras la muerte de un niño inocente, al que el fotógrafo ayudaba con comida y dinero:
El Gran Dhalang, no es más que un líder político, a la manera de occidente, que sólo mira por sus intereses.
Vencido por tal revelación, el contrapicado en el que Weir muestra a la pequeña actriz que es Linda Hunt, desde la perspectiva del cartel que muestra a Sukarno en una escena, es una metáfora visual espléndida, ya no sobre la pírrica “victoria” del líder político, sino sobre el real protagonismo del individuo en su propio destino.
Y es que The Year Of Living Dangerously, empieza y termina en un aeropuerto, ida y vuelta a Yakarta, del joven e impetuoso periodista, Guy Hamilton.
Lo que The Year Of Living Dangerously nos narra, así establecido, tiene mucho de viaje iniciático, pero también, de ensueño.
O quizá de pesadilla.
The Year Of Living Dangerously narra el romance entre Guy y una funcionaria del Consulado Británico; pero entre ellos, se sitúa un extraño vértice:
Billy Kwan, la pequeña GRAN actriz Linda Hunt, en el único rol masculino de la historia, por el que una mujer ha logrado ganar un Oscar interpretativo, personaje apasionante donde los haya, que canaliza el desarrollo dramático de los acontecimientos:
Fotógrafo colaborador de él, amigo íntimo de ella, hace las veces de sutil celestino entre ellos, pero mucho más que eso, se erige para Guy, pero sobre todo para el espectador; en una puerta de acceso a la cultura indonesa, y a su terrible realidad social, sea como narrador mediato, hábilmente, y The Year Of Living Dangerously utiliza como “voz over” la transcripción de sus anotaciones personales, sea en las lecciones que imparte a Guy, sobre las referencias culturales autóctonas, sea a través de las innumerables fotografías que capturan la esencia de esa realidad, y que Weir, con sumo esmero visual, convierte en icónicas.
Destaca la labor esforzada y decidida del periodista Hamilton, que se enfrenta a las dificultades, trabas, restricciones, y a la agitación general, con riesgo de la vida, a la búsqueda de la noticia.
Se diferencia de sus compañeros de profesión:
Pete Curtis (Michael Murphy), Wally O’Sullivan (Noel Ferrier) y Kevin Condon (Paul Sonkkila), que esperan recibir las noticias oficiales, en un ambiente acomodaticio, alejado de riesgos, y críticos respecto de la manera de proceder de Guy.
The Year Of Living Dangerously muestra brevemente, pero de modo elocuente y conmovedor, las masacres de civiles, a cargo del ejército, tras el golpe de estado, y la toma del poder de hecho por parte de Suharto.
Muestra la escasez de alimentos, y el hambre en la ciudad, con imágenes bien construidas y rápidas.
Muestra la solidaridad de Kwan, con un niño desamparado, que justifica con palabras de Tolstoi y Lucas de Antioquía/San Lucas.
Así, la narración se apoya en la “voz en off” de Billy Kwan, ese fotógrafo, colaborador de Hamilton, que se sirve de un lenguaje artificioso, literario, largo y tedioso, que constituye uno de los puntos débiles de The Year Of Living Dangerously; que aunque obtuvo en su momento, un gran éxito de taquilla, conserva el interés de una historia romántica apasionada, y de intenso dramatismo, enmarcada en un trasfondo de hechos reales, que no conviene olvidar; pues las matanzas de Suharto, han sido las segundas más monstruosas tras La Segunda Guerra Mundial, sólo superadas por El Genocidio Camboyano, entre 1975 y 1979, de Pol Pot.
“What then must we do?
We must give with love to whoever God has placed in our path”
The Year Of Living Dangerously se sitúa en la Indonesia de 1965, en el mes de Junio, un poco antes del Golpe de Estado que tendría lugar.
Sukarno lidera el país, sumido en la pobreza más absoluta, lidiando con Las Fuerzas Comunistas (PKI) y con Las Fuerzas de Derechas, predominantemente musulmanes, bajo el mando de Suharto, en un equilibrio de poder, tendente a una guerra civil inminente.
El choque entre culturas, tema insistente en la filmografía del director australiano, toma forma dentro del ambiente político-social en que se arriesgó; el difícil panorama que se vivía en el asiático archipiélago, a mediados de los 60, como episodio aparte, pero a tener en cuenta frente a la guerra que se desempeñaba en Vietnam.
“El rodaje de The Year Of Living Dangerously fue de lo más accidentado”, recuerda Mel Gibson, “y las condiciones fueron durísimas.
Las amenazas de partidarios del régimen político indonesio, fueron constantes, y bien se puede decir, que “vivimos peligrosamente”, hasta extremos de auténtica psicosis.
Con sólo mencionar, que tuve que utilizar como protección un guardaespaldas, algo que sólo me ha sucedido en esa ocasión...”, dijo.
La hostilidad de ciertos sectores de la población, crece en progresión paralela a la filmación de The Year Of Living Dangerously.
“Uno se acordaba de Libia, de Irán... países tremendamente poderosos, al estar unido el poder político al religioso”, comenta Peter Weir.
“Y era realmente aterrador, porque se tenía la sensación, de que gente con semejantes convicciones, era muy capaz de matar por ellas”
En diversas localizaciones de Filipinas; durante el desarrollo del rodaje, se producirán numerosos incidentes, que enrarecerán el ambiente hasta límites insospechados.
“En Filipinas, los cineastas están muy bien considerados”, recuerda Peter Weir.
“Tienen un status casi aristocrático.
En los pueblos, se les recibe con mucha alegría” dijo.
El equipo, es formidablemente acogido en cada lugar donde coloca una cámara para filmar alguna escena.
Sin embargo, los primeros problemas de gravedad, surgieron cuando deciden rodar en el gueto musulmán.
Los salarios que pagan a los extras son muy altos, y ello va a acrecentar el recelo entre los extremistas.
“Nos dijeron que no podían aceptar dinero imperialista, y que si lo hacían, era sólo en nombre de Alá, El Todopoderoso”, comenta Weir.
“La comunidad iraní, sobre todo, era tremendamente fanática.
Fue muy interesante ver la fe musulmana, conectada a eslóganes socialistas” dijo.
Así se puede ver, una Indonesia de contrastes, dónde mucha parte de la población vive en miseria, con hambre y enfermedades, mientras que a La Embajada Británica, al gobierno de esos momentos en Indonesia, o los propios periodistas, no le falta de nada…
El cineasta, domina sobradamente, eso tan frágil y complicado que llamamos “ritmo”:
Parte de una llana presentación de los personajes, siempre bien dispuestos en el encuadre, esbozados a la perfección, a menudo mediante simples detalles, y despliega la historia, integrando las suaves texturas de lo particular:
La amistad, el amor, las relaciones profesionales entre los protagonistas; en una aguda introspección en lo general, el paisaje histórico, así como del conflicto relacionado con la ética, periodística o de cualquier otra clase, que el personaje de Billy, nos introduce pero que, a poco de pensarlo, se condensa más bien en la apabullante escenografía de The Year Of Living Dangerously, los visos realistas que las imágenes nos conceden de ese entorno tercermundista, y de esa tensión militar latente.
Es por ello que The Year Of Living Dangerously, es más y más fascinante, conforme va acercándose al desenlace.
La relación de Guy con la mujer a la que ama, y con su amigo Billy, se resquebraja a la par que adviene la revolución, de lo particular a lo general; y son 2 pasajes brillantes, que alcanzan ese nudo argumental:
Uno, el viaje de Guy, a aquella mansión colonial, donde descubre que sus socios profesionales, están comprometidos con la causa comunista, y que termina con un mal sueño de Guy, anticipando la pesadilla por venir.
Y dos, la secuencia en la que Billy descubre que el niño indonesio, que había tomado como protegido, ha fallecido, y cuando aporrea la máquina de escribir, cuando se pregunta:
“¿Qué podemos hacer?”
El espectador ya masca la tragedia, ya sabe que Billy, y todo lo que representa, está perdido.
Al final de ese viaje, tan convulso en lo anímico, se produce el reencuentro de la pareja protagonista en el avión, que les evacua del lugar, desenlace que, lejos de ser un “happy end” convencional, resulta coherente con esta historia, sobre las controversias entre la ética y la supervivencia física, y hasta espiritual.
Guy pierde un ojo, detalle simbólico nada baladí, y cuando yace tumbado en cama, con los ojos vendados, diríase que busca el imposible de una redención:
En realidad, nada más que un viaje de vuelta, de la realidad general, a su realidad particular; relacionado con la anterior secuencia en la que le habíamos visto yacer, y tener pesadillas.
Al contrario que a Billy, bien lejos de lo que concierne al pueblo indonesio, a Guy le espera la supervivencia.
Y el amor, es cierto, aunque el reencuentro se encuadra desde lejos, opción más ética que estética, para definir la rúbrica final de The Year Of Living Dangerously; que nos habla de la ambición que puede llegar a traicionar, incluso a las personas que amamos, de la represión que se da en todas las dictaduras, de la soberbia de los occidentales, representados aquí, por ese grupo de periodistas impresentables, de la pobreza, del hambre, pero, sobre todo, de cómo el ideal de humanidad, acaba sucumbiendo a la violencia, al dolor, y al desengaño.
Con este peculiar trasfondo, quizá lo más importante de The Year Of Living Dangerously, es cómo Weir trata el tema con suma objetividad.
Retrata fielmente, una sociedad que se pudre, de pobreza, sin importar a los principales dirigentes del país, ni a los países occidentales.
Turbadoras resultan las escenas, en las que los periodistas extranjeros se adaptan a esta situación, buscando su propio beneficio... incluida la satisfacción homosexual y pedófila.
Con Mel Gibson de nuevo en el papel protagonista, y la garantía de cara al mercado de Hollywood, que suponía la inclusión de una estrella del renombre de Sigourney Weaver, la apuesta más arriesgada de Weir, de cara al preciso reparto, fue la elección de una mujer, para interpretar el papel masculino de Kwan, auténtico motor de la acción, al que le pondría rostro Linda Hunt, una actriz de teatro, cuyo único papel en el cine hasta entonces, había sido “Popeye” (1980) de Robert Altman, y que ganaría el Oscar a La Mejor Actriz de Reparto, paradigma sexual en su personaje, lesbianismo versus heterosexual, que siente fascinación por la pareja formada por Guy y Jill.
Su interpretación te convence, sus miradas te atrapan desde el primer fotograma, su idealismo vital, y su rechazo a todo lo que representan sus compañeros de profesión destinados en Yakarta, a quienes considera, la encarnación de lo peor de Occidente, bien dijo:
“La pobreza es un gran afrodisiaco” que soltará cuando otro periodista, proponga visitar a las prostitutas que trabajan en el cementerio, mercenarios a la caza de cualquier noticia que venga de los círculos del Palacio Presidencial, pero que ignoran intencionadamente, la miseria de las calles que rodean a su propio hotel.
Todo en The Year Of Living Dangerously es una joya, si bien, destacan con mucha diferencia, el personaje tierno y desgarrado de Billy Kwan, y la impresionante interpretación de Linda Hunt, hay una escena preciosa, con las sombras de unos títeres, manejados por Kwan, mientras cuenta una historia a Hamilton.
Se dice que, el bailarín David Atkins, había sido audicionado originalmente como Billy Kwan.
Sin embargo, durante los ensayos, Weir comenzó a sentir, que la relación entre su personaje, y el de Mel Gibson no funcionaba, así que decidió liberarlo.
Varios actores fueron a la audición, incluyendo Bob Balaban y Wallace Shawn, pero fue cuando Weir vio una foto de Linda Hunt; que preguntó por ella para una audición, y decidió contratarla.
Para llevar a cabo el papel durante la producción, Hunt se cortó el pelo y lo tiñó de negro; llevaba un relleno alrededor de la cintura, se afeitó las cejas, y llevaba algo en su bolsillo de la camisa.
En su entrevista 1986, Hunt señaló, que Billy Kwan es suprapersonal con las capas de ambigüedad sexual.
Enamorado de la belleza de las cosas, Kwan vuelca su amor en los demás:
Hace de padre adoptivo, y asiste impotente, a la muerte de su “hijo”, y oficia de celestino entre 2 personas a las que ama, es como dice en una ocasión, “el criado enano del Príncipe Arjuna”, y guarda la silueta de la marioneta del Príncipe, en el “dossier” de Hamilton; sin esperar más recompensa, que el bien de los demás.
Hay cosas, claro está, que escapan a sus pobres poderes:
Sukarno, a quien inicialmente admira, no soluciona el hambre de su pueblo, y ello precipita un suicidio banal y sin fruto.
Weir adoba el relato de reporteros, con curiosas reflexiones, que al atento seguidor de su filmografía, le resultarán conocidas, como:
La fantasmagoría de las sombras, el idealismo, la crueldad, la inanidad del bien… pero que descolocarán a alguien, que se empeñe en ver The Year Of Living Dangerously como una crónica de un periodo histórico concreto.
Y es que con la excusa de los movimientos sociales y políticos en la Indonesia de los últimos días de Sukarno, y los primeros movimientos, y trapicheos del General Suharto, no olvidemos que luchó contra el colonialismo holandés para apoyarse en La CIA, cuando decidió dar El Golpe de Estado militar y genocida, que le mantuvo en el poder más de 30 años; el director, aún bajo pabellón oceánico, nos dibuja la manipulación mediática, y el escarnio que se hace de la verdad, cuando los intereses del mundo rico, están en peligro.
En esta situación pre-bélica, de revoluciones y “manus militaris” surge la pasión entre una funcionaria de la embajada inglesa, y un cándido periodista australiano, dispuesto a perder la inocencia, y pasarse por el forro, cualquier mínimo principio, con tal de triunfar y conseguir una exclusiva.
El contraste de los “amigos de los cocktails” con el idealismo del fotógrafo nativo Billy Kwan, marca el escenario salvaje donde actúan los depredadores, los buitres, el pueblo, y los incorregibles luchadores por un mundo mejor.
¿A que no aciertan, quienes sirven de pasto a las fieras?
Por otra parte, es conocidísimo el tema principal de la banda sonora, obra de Maurice Jarre.
Pues The Year Of Living Dangerously, marcó la primera colaboración de una fructífera relación, entre el compositor Maurice Jarre, y el director Peter Weir, poco antes de que Jarre ganara su último Oscar, por esa maravillosa obra maestra que es “A Passage To India” (1984), última colaboración con el genial David Lean; el fin y el comienzo de 2 épocas complementarias para Jarre, curiosamente; y también, fue uno de sus primeros trabajos, donde el sintetizador cobraba vital importancia, para recrear un ambiente exótico y misterioso, captando perfectamente, la esencia musical de The Year Of Living Dangerously, a través de la combinación de los sintetizadores, con una magnífica percusión, exótica y étnica.
La banda sonora de Maurice Jarre, ofrece melodías indonesias, y composiciones para instrumentos indígenas, combinadas con otras, lideradas por el acordeón, el piano, sopranos, o violines, que enmarcan la acción.
Consigue cortes de gran belleza como:
“Enchantment at Tagui”, “The Death of a Child” y “Kwan’s Sacrifice”
Añade un fragmento de “L’enfant”, de “Opera Sauvage”, de Vangelis, y otro de “Las Cuatro Estaciones”, de Richard Strauss.
“If it's in focus, it's pornography, if it's out of focus, it's art”
Todos los occidentales sabemos de Las Guerras Mundiales, de la invasión a Vietnam por los Estadounidenses, pero este conflicto específico, en Indonesia, tal vez pasa desapercibida, para el que no es un estudioso de la historia mundial, de hecho, trata sobre el gobierno del primer presidente de Indonesia, Sukarno, y los golpes de estado comunistas, duramente sofocados por este gobernante.
Como contraste, en The Year Of Living Dangerously, el PKI se muestra como ser el único responsable del golpe de 1965, a raíz de la versión oficial del gobierno de Suharto, y a diferencia de otras teorías.
Tal vez, The Year Of Living Dangerously resulte algo más esquemática, en la forma de acercarse al complejo conflicto político, que sirve de marco a la historia, pero eso es algo que sucede, con casi todas las películas occidentales, que pretenden dar una visión del asuntos de este tipo desde fuera.
Tienen los medios para hacerlo, pero les falta la perspectiva.
Aun así, The Year Of Living Dangerously mantiene un tono equilibrado, y muy honesto con todo aquello que está narrando, y eso se transmite a la sensación final que deja en el espectador.
Así pues, en la noche del 30 de septiembre de 1965, “El Movimiento del 30 de Septiembre” formado por oficiales medios del ejército, secuestró y asesinó a 6 altos generales, alegando impedir un golpe de Estado de Los Generales Derechistas.
El PKI, fue acusado de instigar un intento de Golpe de Estado, y sirvió de pretexto para El Golpe de Estado del General Suharto.
El PKI, sufrió una durísima represión, en la que más de 500.000 de sus miembros y simpatizantes, fueron asesinados, y más de un millón, fueron detenidos.
Las listas de sospechosos de ser comunistas, fueron supuestamente proporcionadas por La CIA.
En 1966, el PKI y toda su órbita, periódicos, revistas, y demás publicaciones; quedaron totalmente al margen de la ley.
Según Amnistía Internacional, en 1998 aún quedaban 13 ancianos en las cárceles indonesias, acusados de pertenecer al PKI.
Los antiguos miembros del PKI, están en 2004, apartados de determinados trabajos, incluso en La Administración Pública.
Durante la presidencia de Abdurraman Wahid, se planteó la posibilidad, de poner fin a la clandestinidad de los comunistas, lo que provocó una controversia en la sociedad indonesia, que aceleró su destitución.
“Starvation is a great aphrodisiac”
You do what you can about the misery in front of you.
You add your light to the sum of all light”
El Partido Comunista de Indonesia, en indonesio, “Partai Komunis Indonesia” (PKI) fue fundado en 1920, en Semarang, surgiendo de La Asociación Socialdemócrata de las Indias, o “Indische Sociaal-Democratische Vereeniging” (ISDV)
El PKI se llamaba inicialmente, Asociación Comunista de las Indias, o “Perserikatan Komunis di Hindia”
El PKI, fue el primer partido comunista de Asia, y se convirtió en sección de La Internacional Comunista, al poco tiempo de su fundación.
Fue ilegalizado, por el gobierno colonial de las Indias Orientales Holandesas, tras su participación en los levantamientos en Banten, y en el oeste de Sumatra, pasando a la clandestinidad, en 1927.
Después de la capitulación japonesa en 1945, el PKI volvió a la vida pública, tomando parte activa en la lucha por la independencia de Indonesia.
El ala izquierda del Partido Socialista de Indonesia, o “Partai Sosialis Indonesia” se integró en el PKI, en 1948.
La transición de Indonesia al “nuevo orden” a mediados de la década de 1960, derrocó al primer presidente del país, Sukarno, después de 22 años en el cargo.
Uno de los períodos más tumultuosos de la historia moderna del país, que fue el inicio de la presidencia de 31 años de Suharto.
Descrito como “El Gran Dhalang” o “Titiritero”, Sukarno atrajo el poder de equilibrar las fuerzas opuestas, y cada vez más antagónicos del ejército, y del Partido Comunista de Indonesia (PKI)
Para 1965, la PKI, ampliamente había penetrado todos los niveles de gobierno, y ganó influencia, a expensas del ejército.
El 30 de septiembre de 1965, 6 de los Mayores Oficiales Superiores de Las Fuerzas Armadas, fueron asesinados en una acción, generalmente marcada como un “intento de golpe de Estado” por el llamado “Movimiento 30 de Septiembre”, un grupo desde dentro de Las Fuerzas Armadas.
A las pocas horas, El General Suharto, movilizó fuerzas bajo su mando, y tomó el control de Yakarta.
Los anti-comunistas, en un principio, siguiendo la guía del ejército, realizaron una violenta purga de comunistas en todo el país, matando a un estimado de medio millón de personas, y la destrucción de la PKI, que se atribuyó oficialmente, a la crisis.
Sukarno, políticamente debilitado, se vio obligado a transferir los poderes claves, políticos y militares, al General Suharto, quien se había convertido en Jefe de Las Fuerzas Armadas.
En marzo de 1967, El Parlamento de Indonesia (MPRS) nombró al General Suharto, presidente interino.
Fue nombrado formalmente Presidente, un año más tarde.
Sukarno vivió prácticamente bajo arresto domiciliario, hasta su muerte en 1970.
En contraste con el nacionalismo de tormenta, la retórica revolucionaria, y la insuficiencia económica que caracterizó a la década de 1960, bajo el izquierdista Sukarno, el prooccidental de Suharto con su “Nuevo Orden” estabilizó la economía, pero continuó las políticas de Pancasila; ideología y filosofía en la que está basado el Estado indonesio.
Se cuenta que El General Suharto, apoyado por Estados Unidos, ante el progresivo crecimiento del Partido Comunista de Indonesia (PKI), que contaba con el apoyo táctico de Sukarno, obligó a éste, a delegarle el poder en marzo de 1966, y le sustituyó como presidente, en 1967.
“We'll make a great team, old man.
You for the words, me for the pictures.
I can be your eyes”
The Year Of Living Dangerously es una película dramática australiana, dirigida por Peter Weir en 1982.
Protagonizada por Mel Gibson, Sigourney Weaver, Linda Hunt, Michael Murphy, Bill Kerr, Noel Ferrier, entre otros.
El guión es de C.J. Koch, David Williamson, y Peter Weir, sobre la novela homónima de C.J. Koch, que se ambienta en la turbulenta Indonesia de 1965, en la cual, desarrolla un coherente discurso político, que encierra una profunda reflexión moral.
La novela, se inspira en la experiencia como periodista en Yakarta, de Michael Koch, hermano del novelista, durante el período al que se refiere el relato.
Fue también la obra que supuso, el lanzamiento internacional de su director Peter Weir.
“El contraste entre la cultura oriental y la occidental, es lo que más me apeteció de The Year Of Living Dangerously”, afirma Weir.
“Soy un europeo, con nacionalidad australiana, que vive en Asia.
La tensión que crea en mí, ese choque entre culturas diferentes, es posiblemente lo que me proporciona la energía para hacer películas”, sentenció.
The Year Of Living Dangerously fue el primer filme, coproducido entre Estados Unidos y Australia, y financiado por completo, con capital estadounidense, a través de la MGM, la cual contaría, con el más alto presupuesto, con el que Weir había trabajado hasta entonces en toda su carrera:
$6 millones.
The Year Of Living Dangerously cuenta con intriga, acción, romance, lucha por la libertad, y denuncia social; que curiosamente, estuvo prohibida en Indonesia, hasta el año 1999, fecha en la que se autorizó en aquel país, su exhibición pública, una vez que el mentado dictador Suharto, abandonara el poder.
Además, el título “The Year Of Living Dangerously” se debe a los discursos que pronunciaba el líder del país, donde cada año, recibía un nombre por parte de Sukarno:
“vivere pericolosamente”
Así, en Agosto de 1964, Sukarno nombró al año venidero:
“The Year Of Living Dangerously”
¿Premonitorio?
Con The Year Of Living Dangerously, se inauguró el subgénero de periodistas en conflictos del tercer mundo; y la actriz Linda Hunt, ganó el único Oscar al que estaba nominada la obra:
Mejor Actriz Secundaria.
The Year Of Living Dangerously se rueda en escenarios naturales de Filipinas y Australia, y en los platós de Artransa Film Studios, en Mobbs Lane, Australia; y de Mort Bay Studios, en Balmann, Australia.
Y es que, del cine, y de la televisión últimamente, viene en gran parte, esa concepción que yace en el subconsciente colectivo, de la profesión periodística, como el último reducto del romanticismo.
Una profesión ejercida por tipos cínicos, pero de gran corazón, por fumadores empedernidos, y dipsómanos incorregibles, que armados de bolígrafo y libreta, se pasean en tirantes, con la corbata mal atada, y el sombrero calado, siendo el azote de los malvados.
La acción dramática de The Year Of Living Dangerously, tiene lugar en Yakarta, Java, Indonesia; entre finales de julio, y primeros de octubre de 1965, durante la insurrección popular contra el presidente Achmed Sukarno, y El Golpe de Estado del General Mohammed Suharto, del 30 de setiembre de 1965, por el que asume el control de Las Fuerzas Armadas, e inicia una durísima represión, entre 1965 y 1967, contra los izquierdistas, con un balance estimado de un millón de muertos.
Ese año, Indonesia vive los últimos momentos del Gobierno de Ahmet Sukarno, Primer Presidente de la República Indonesia, desde 1945, de marcado carácter izquierdista, muy próximo a La República Popular de China.
El ejército, se encuentra dividido en 2 facciones:
La izquierdista, con Generales afines a Sukarno; y derechista, con Generales opuestos a Sukarno, anticomunistas, y entre los que se encuentra Suharto.
Allí vemos a Guy Hamilton (Mel Gibson ), un periodista australiano, que llega a Yakarta, Indonesia, para cubrir la explosiva situación que vive el país, durante el derrocamiento del presidente Sukarno (Mike Emperio)
Y conoce a Billy Kwan (Linda Hunt), un fotógrafo que le introduce en esa cultura, y actúa como su guía.
Kwan le presenta a Jill Bryant (Sigourney Weaver), una funcionaria de La Embajada Británica, con quien Guy mantiene una intensa relación amorosa, mientras el país se debate entre la revolución comunista, o la dictadura militar.
Así pues, The Year Of Living Dangerously, suma drama, aventuras, romance, guerra, y periodismo.
El ambiente de incertidumbre y confusión que domina el clima general del país, está bien construido, y es convincente.
Algunos comentaristas, no distinguen adecuadamente a nuestro entender, entre la confusión de los acontecimientos reales, y la confusión mostrada.
Éste traduce en imágenes, con eficacia y rigor, una situación general, dominada por temores de enfrentamientos cruentos, que se dan asociados a la inminente caída de Sukarno, líder de la independencia del país, entre 1945 y 1949; y de su gobierno durante 20 años, entre 1945 y 1965.
Indonesia, declara la independencia de Holanda, al término de La Segunda Guerra Mundial en 1945, pero ésta no es reconocida oficialmente, por la potencia colonial, hasta 1949.
Se nos introduce aquí, por medio de un juego de marionetas y sombras, en el concepto del “wayangindonesio”, ancestral teatro chinesco del país asiático, sobre él se edifican tanto la novela de Koch, que abandonó la producción por irreconciliables diferencias creativas, con respecto a los cambios en la historia original, introducidos por Weir y Williamson; como en dicha escena, cuando Kwan narra a Hamilton una leyenda, en la que aparecen 4 figuras:
El Dhalang o maestro que maneja los hilos, papel que se asigna a Sukarno como equilibrador de las fuerzas que intentan resquebrajar su país.
El príncipe Arjuna, el héroe de la función, que es Hamilton.
La princesa “orgullosa pero testaruda” que es Srikandi/Jill y, por último, el bufón enano Semar, un dios javanés disfrazado, con el que queda identificado Kwan.
Wayang kulit, es un teatro de sombras, protagonizado por marionetas, tradicional de Indonesia y Malasia.
De hecho, La UNESCO lo declaró Patrimonio Oral e Intangible de La Humanidad, el 7 de noviembre de 2003.
El término “wayang” se emplea a menudo en este contexto, para referirse a las marionetas utilizadas.
El término “wayang” significa “teatro” y “kulit” significa “cuero” en indonesio y malayo.
Este término javanés, se puede interpretar también, como “sombra” o “imaginación”, y tiene además la connotación de “espíritu”
Las representaciones del “wayang kulit” se acompañan tradicionalmente, con un “gamelan” en Java, y por un conjunto musical similar de estilo teatral, en Bali.
Con constantes juegos visuales, que van asimilando y traduciendo el carácter de títeres, y titireto, que Weir asigna a sus personajes, resulta brillante, en la forma en que, a lo largo de The Year Of Living Dangerously, se van distorsionando los roles, que inicialmente han sido descritos por Kwan en el cuento narrado a Hamilton, para ir revelando las auténticas naturalezas del triángulo protagonista:
Y si en los personajes de Gibson y Weaver, dicha transformación comporta el irse apartando de los sutiles mecanismos de control ejercidos por el fotógrafo, para que su amor sirva de ariete, contra las muchas dificultades que se les interpondrán cuando estalle el inevitable conflicto civil que se cuece en el país, es en Kwan, donde la transformación resulta más elocuente.
La erosión que provoca en el personaje, el desengaño que supone la liberación de la pareja de sus maquinaciones, se ve aumentada sobremanera, cuando su idealismo hacia el papel que Sukarno, realmente juega de cara al futuro de Indonesia, y queda demolido tras la muerte de un niño inocente, al que el fotógrafo ayudaba con comida y dinero:
El Gran Dhalang, no es más que un líder político, a la manera de occidente, que sólo mira por sus intereses.
Vencido por tal revelación, el contrapicado en el que Weir muestra a la pequeña actriz que es Linda Hunt, desde la perspectiva del cartel que muestra a Sukarno en una escena, es una metáfora visual espléndida, ya no sobre la pírrica “victoria” del líder político, sino sobre el real protagonismo del individuo en su propio destino.
Y es que The Year Of Living Dangerously, empieza y termina en un aeropuerto, ida y vuelta a Yakarta, del joven e impetuoso periodista, Guy Hamilton.
Lo que The Year Of Living Dangerously nos narra, así establecido, tiene mucho de viaje iniciático, pero también, de ensueño.
O quizá de pesadilla.
The Year Of Living Dangerously narra el romance entre Guy y una funcionaria del Consulado Británico; pero entre ellos, se sitúa un extraño vértice:
Billy Kwan, la pequeña GRAN actriz Linda Hunt, en el único rol masculino de la historia, por el que una mujer ha logrado ganar un Oscar interpretativo, personaje apasionante donde los haya, que canaliza el desarrollo dramático de los acontecimientos:
Fotógrafo colaborador de él, amigo íntimo de ella, hace las veces de sutil celestino entre ellos, pero mucho más que eso, se erige para Guy, pero sobre todo para el espectador; en una puerta de acceso a la cultura indonesa, y a su terrible realidad social, sea como narrador mediato, hábilmente, y The Year Of Living Dangerously utiliza como “voz over” la transcripción de sus anotaciones personales, sea en las lecciones que imparte a Guy, sobre las referencias culturales autóctonas, sea a través de las innumerables fotografías que capturan la esencia de esa realidad, y que Weir, con sumo esmero visual, convierte en icónicas.
Destaca la labor esforzada y decidida del periodista Hamilton, que se enfrenta a las dificultades, trabas, restricciones, y a la agitación general, con riesgo de la vida, a la búsqueda de la noticia.
Se diferencia de sus compañeros de profesión:
Pete Curtis (Michael Murphy), Wally O’Sullivan (Noel Ferrier) y Kevin Condon (Paul Sonkkila), que esperan recibir las noticias oficiales, en un ambiente acomodaticio, alejado de riesgos, y críticos respecto de la manera de proceder de Guy.
The Year Of Living Dangerously muestra brevemente, pero de modo elocuente y conmovedor, las masacres de civiles, a cargo del ejército, tras el golpe de estado, y la toma del poder de hecho por parte de Suharto.
Muestra la escasez de alimentos, y el hambre en la ciudad, con imágenes bien construidas y rápidas.
Muestra la solidaridad de Kwan, con un niño desamparado, que justifica con palabras de Tolstoi y Lucas de Antioquía/San Lucas.
Así, la narración se apoya en la “voz en off” de Billy Kwan, ese fotógrafo, colaborador de Hamilton, que se sirve de un lenguaje artificioso, literario, largo y tedioso, que constituye uno de los puntos débiles de The Year Of Living Dangerously; que aunque obtuvo en su momento, un gran éxito de taquilla, conserva el interés de una historia romántica apasionada, y de intenso dramatismo, enmarcada en un trasfondo de hechos reales, que no conviene olvidar; pues las matanzas de Suharto, han sido las segundas más monstruosas tras La Segunda Guerra Mundial, sólo superadas por El Genocidio Camboyano, entre 1975 y 1979, de Pol Pot.
“What then must we do?
We must give with love to whoever God has placed in our path”
The Year Of Living Dangerously se sitúa en la Indonesia de 1965, en el mes de Junio, un poco antes del Golpe de Estado que tendría lugar.
Sukarno lidera el país, sumido en la pobreza más absoluta, lidiando con Las Fuerzas Comunistas (PKI) y con Las Fuerzas de Derechas, predominantemente musulmanes, bajo el mando de Suharto, en un equilibrio de poder, tendente a una guerra civil inminente.
El choque entre culturas, tema insistente en la filmografía del director australiano, toma forma dentro del ambiente político-social en que se arriesgó; el difícil panorama que se vivía en el asiático archipiélago, a mediados de los 60, como episodio aparte, pero a tener en cuenta frente a la guerra que se desempeñaba en Vietnam.
“El rodaje de The Year Of Living Dangerously fue de lo más accidentado”, recuerda Mel Gibson, “y las condiciones fueron durísimas.
Las amenazas de partidarios del régimen político indonesio, fueron constantes, y bien se puede decir, que “vivimos peligrosamente”, hasta extremos de auténtica psicosis.
Con sólo mencionar, que tuve que utilizar como protección un guardaespaldas, algo que sólo me ha sucedido en esa ocasión...”, dijo.
La hostilidad de ciertos sectores de la población, crece en progresión paralela a la filmación de The Year Of Living Dangerously.
“Uno se acordaba de Libia, de Irán... países tremendamente poderosos, al estar unido el poder político al religioso”, comenta Peter Weir.
“Y era realmente aterrador, porque se tenía la sensación, de que gente con semejantes convicciones, era muy capaz de matar por ellas”
En diversas localizaciones de Filipinas; durante el desarrollo del rodaje, se producirán numerosos incidentes, que enrarecerán el ambiente hasta límites insospechados.
“En Filipinas, los cineastas están muy bien considerados”, recuerda Peter Weir.
“Tienen un status casi aristocrático.
En los pueblos, se les recibe con mucha alegría” dijo.
El equipo, es formidablemente acogido en cada lugar donde coloca una cámara para filmar alguna escena.
Sin embargo, los primeros problemas de gravedad, surgieron cuando deciden rodar en el gueto musulmán.
Los salarios que pagan a los extras son muy altos, y ello va a acrecentar el recelo entre los extremistas.
“Nos dijeron que no podían aceptar dinero imperialista, y que si lo hacían, era sólo en nombre de Alá, El Todopoderoso”, comenta Weir.
“La comunidad iraní, sobre todo, era tremendamente fanática.
Fue muy interesante ver la fe musulmana, conectada a eslóganes socialistas” dijo.
Así se puede ver, una Indonesia de contrastes, dónde mucha parte de la población vive en miseria, con hambre y enfermedades, mientras que a La Embajada Británica, al gobierno de esos momentos en Indonesia, o los propios periodistas, no le falta de nada…
El cineasta, domina sobradamente, eso tan frágil y complicado que llamamos “ritmo”:
Parte de una llana presentación de los personajes, siempre bien dispuestos en el encuadre, esbozados a la perfección, a menudo mediante simples detalles, y despliega la historia, integrando las suaves texturas de lo particular:
La amistad, el amor, las relaciones profesionales entre los protagonistas; en una aguda introspección en lo general, el paisaje histórico, así como del conflicto relacionado con la ética, periodística o de cualquier otra clase, que el personaje de Billy, nos introduce pero que, a poco de pensarlo, se condensa más bien en la apabullante escenografía de The Year Of Living Dangerously, los visos realistas que las imágenes nos conceden de ese entorno tercermundista, y de esa tensión militar latente.
Es por ello que The Year Of Living Dangerously, es más y más fascinante, conforme va acercándose al desenlace.
La relación de Guy con la mujer a la que ama, y con su amigo Billy, se resquebraja a la par que adviene la revolución, de lo particular a lo general; y son 2 pasajes brillantes, que alcanzan ese nudo argumental:
Uno, el viaje de Guy, a aquella mansión colonial, donde descubre que sus socios profesionales, están comprometidos con la causa comunista, y que termina con un mal sueño de Guy, anticipando la pesadilla por venir.
Y dos, la secuencia en la que Billy descubre que el niño indonesio, que había tomado como protegido, ha fallecido, y cuando aporrea la máquina de escribir, cuando se pregunta:
“¿Qué podemos hacer?”
El espectador ya masca la tragedia, ya sabe que Billy, y todo lo que representa, está perdido.
Al final de ese viaje, tan convulso en lo anímico, se produce el reencuentro de la pareja protagonista en el avión, que les evacua del lugar, desenlace que, lejos de ser un “happy end” convencional, resulta coherente con esta historia, sobre las controversias entre la ética y la supervivencia física, y hasta espiritual.
Guy pierde un ojo, detalle simbólico nada baladí, y cuando yace tumbado en cama, con los ojos vendados, diríase que busca el imposible de una redención:
En realidad, nada más que un viaje de vuelta, de la realidad general, a su realidad particular; relacionado con la anterior secuencia en la que le habíamos visto yacer, y tener pesadillas.
Al contrario que a Billy, bien lejos de lo que concierne al pueblo indonesio, a Guy le espera la supervivencia.
Y el amor, es cierto, aunque el reencuentro se encuadra desde lejos, opción más ética que estética, para definir la rúbrica final de The Year Of Living Dangerously; que nos habla de la ambición que puede llegar a traicionar, incluso a las personas que amamos, de la represión que se da en todas las dictaduras, de la soberbia de los occidentales, representados aquí, por ese grupo de periodistas impresentables, de la pobreza, del hambre, pero, sobre todo, de cómo el ideal de humanidad, acaba sucumbiendo a la violencia, al dolor, y al desengaño.
Con este peculiar trasfondo, quizá lo más importante de The Year Of Living Dangerously, es cómo Weir trata el tema con suma objetividad.
Retrata fielmente, una sociedad que se pudre, de pobreza, sin importar a los principales dirigentes del país, ni a los países occidentales.
Turbadoras resultan las escenas, en las que los periodistas extranjeros se adaptan a esta situación, buscando su propio beneficio... incluida la satisfacción homosexual y pedófila.
Con Mel Gibson de nuevo en el papel protagonista, y la garantía de cara al mercado de Hollywood, que suponía la inclusión de una estrella del renombre de Sigourney Weaver, la apuesta más arriesgada de Weir, de cara al preciso reparto, fue la elección de una mujer, para interpretar el papel masculino de Kwan, auténtico motor de la acción, al que le pondría rostro Linda Hunt, una actriz de teatro, cuyo único papel en el cine hasta entonces, había sido “Popeye” (1980) de Robert Altman, y que ganaría el Oscar a La Mejor Actriz de Reparto, paradigma sexual en su personaje, lesbianismo versus heterosexual, que siente fascinación por la pareja formada por Guy y Jill.
Su interpretación te convence, sus miradas te atrapan desde el primer fotograma, su idealismo vital, y su rechazo a todo lo que representan sus compañeros de profesión destinados en Yakarta, a quienes considera, la encarnación de lo peor de Occidente, bien dijo:
“La pobreza es un gran afrodisiaco” que soltará cuando otro periodista, proponga visitar a las prostitutas que trabajan en el cementerio, mercenarios a la caza de cualquier noticia que venga de los círculos del Palacio Presidencial, pero que ignoran intencionadamente, la miseria de las calles que rodean a su propio hotel.
Todo en The Year Of Living Dangerously es una joya, si bien, destacan con mucha diferencia, el personaje tierno y desgarrado de Billy Kwan, y la impresionante interpretación de Linda Hunt, hay una escena preciosa, con las sombras de unos títeres, manejados por Kwan, mientras cuenta una historia a Hamilton.
Se dice que, el bailarín David Atkins, había sido audicionado originalmente como Billy Kwan.
Sin embargo, durante los ensayos, Weir comenzó a sentir, que la relación entre su personaje, y el de Mel Gibson no funcionaba, así que decidió liberarlo.
Varios actores fueron a la audición, incluyendo Bob Balaban y Wallace Shawn, pero fue cuando Weir vio una foto de Linda Hunt; que preguntó por ella para una audición, y decidió contratarla.
Para llevar a cabo el papel durante la producción, Hunt se cortó el pelo y lo tiñó de negro; llevaba un relleno alrededor de la cintura, se afeitó las cejas, y llevaba algo en su bolsillo de la camisa.
En su entrevista 1986, Hunt señaló, que Billy Kwan es suprapersonal con las capas de ambigüedad sexual.
Enamorado de la belleza de las cosas, Kwan vuelca su amor en los demás:
Hace de padre adoptivo, y asiste impotente, a la muerte de su “hijo”, y oficia de celestino entre 2 personas a las que ama, es como dice en una ocasión, “el criado enano del Príncipe Arjuna”, y guarda la silueta de la marioneta del Príncipe, en el “dossier” de Hamilton; sin esperar más recompensa, que el bien de los demás.
Hay cosas, claro está, que escapan a sus pobres poderes:
Sukarno, a quien inicialmente admira, no soluciona el hambre de su pueblo, y ello precipita un suicidio banal y sin fruto.
Weir adoba el relato de reporteros, con curiosas reflexiones, que al atento seguidor de su filmografía, le resultarán conocidas, como:
La fantasmagoría de las sombras, el idealismo, la crueldad, la inanidad del bien… pero que descolocarán a alguien, que se empeñe en ver The Year Of Living Dangerously como una crónica de un periodo histórico concreto.
Y es que con la excusa de los movimientos sociales y políticos en la Indonesia de los últimos días de Sukarno, y los primeros movimientos, y trapicheos del General Suharto, no olvidemos que luchó contra el colonialismo holandés para apoyarse en La CIA, cuando decidió dar El Golpe de Estado militar y genocida, que le mantuvo en el poder más de 30 años; el director, aún bajo pabellón oceánico, nos dibuja la manipulación mediática, y el escarnio que se hace de la verdad, cuando los intereses del mundo rico, están en peligro.
En esta situación pre-bélica, de revoluciones y “manus militaris” surge la pasión entre una funcionaria de la embajada inglesa, y un cándido periodista australiano, dispuesto a perder la inocencia, y pasarse por el forro, cualquier mínimo principio, con tal de triunfar y conseguir una exclusiva.
El contraste de los “amigos de los cocktails” con el idealismo del fotógrafo nativo Billy Kwan, marca el escenario salvaje donde actúan los depredadores, los buitres, el pueblo, y los incorregibles luchadores por un mundo mejor.
¿A que no aciertan, quienes sirven de pasto a las fieras?
Por otra parte, es conocidísimo el tema principal de la banda sonora, obra de Maurice Jarre.
Pues The Year Of Living Dangerously, marcó la primera colaboración de una fructífera relación, entre el compositor Maurice Jarre, y el director Peter Weir, poco antes de que Jarre ganara su último Oscar, por esa maravillosa obra maestra que es “A Passage To India” (1984), última colaboración con el genial David Lean; el fin y el comienzo de 2 épocas complementarias para Jarre, curiosamente; y también, fue uno de sus primeros trabajos, donde el sintetizador cobraba vital importancia, para recrear un ambiente exótico y misterioso, captando perfectamente, la esencia musical de The Year Of Living Dangerously, a través de la combinación de los sintetizadores, con una magnífica percusión, exótica y étnica.
La banda sonora de Maurice Jarre, ofrece melodías indonesias, y composiciones para instrumentos indígenas, combinadas con otras, lideradas por el acordeón, el piano, sopranos, o violines, que enmarcan la acción.
Consigue cortes de gran belleza como:
“Enchantment at Tagui”, “The Death of a Child” y “Kwan’s Sacrifice”
Añade un fragmento de “L’enfant”, de “Opera Sauvage”, de Vangelis, y otro de “Las Cuatro Estaciones”, de Richard Strauss.
“If it's in focus, it's pornography, if it's out of focus, it's art”
Todos los occidentales sabemos de Las Guerras Mundiales, de la invasión a Vietnam por los Estadounidenses, pero este conflicto específico, en Indonesia, tal vez pasa desapercibida, para el que no es un estudioso de la historia mundial, de hecho, trata sobre el gobierno del primer presidente de Indonesia, Sukarno, y los golpes de estado comunistas, duramente sofocados por este gobernante.
Como contraste, en The Year Of Living Dangerously, el PKI se muestra como ser el único responsable del golpe de 1965, a raíz de la versión oficial del gobierno de Suharto, y a diferencia de otras teorías.
Tal vez, The Year Of Living Dangerously resulte algo más esquemática, en la forma de acercarse al complejo conflicto político, que sirve de marco a la historia, pero eso es algo que sucede, con casi todas las películas occidentales, que pretenden dar una visión del asuntos de este tipo desde fuera.
Tienen los medios para hacerlo, pero les falta la perspectiva.
Aun así, The Year Of Living Dangerously mantiene un tono equilibrado, y muy honesto con todo aquello que está narrando, y eso se transmite a la sensación final que deja en el espectador.
Así pues, en la noche del 30 de septiembre de 1965, “El Movimiento del 30 de Septiembre” formado por oficiales medios del ejército, secuestró y asesinó a 6 altos generales, alegando impedir un golpe de Estado de Los Generales Derechistas.
El PKI, fue acusado de instigar un intento de Golpe de Estado, y sirvió de pretexto para El Golpe de Estado del General Suharto.
El PKI, sufrió una durísima represión, en la que más de 500.000 de sus miembros y simpatizantes, fueron asesinados, y más de un millón, fueron detenidos.
Las listas de sospechosos de ser comunistas, fueron supuestamente proporcionadas por La CIA.
En 1966, el PKI y toda su órbita, periódicos, revistas, y demás publicaciones; quedaron totalmente al margen de la ley.
Según Amnistía Internacional, en 1998 aún quedaban 13 ancianos en las cárceles indonesias, acusados de pertenecer al PKI.
Los antiguos miembros del PKI, están en 2004, apartados de determinados trabajos, incluso en La Administración Pública.
Durante la presidencia de Abdurraman Wahid, se planteó la posibilidad, de poner fin a la clandestinidad de los comunistas, lo que provocó una controversia en la sociedad indonesia, que aceleró su destitución.
“Starvation is a great aphrodisiac”
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