Zabriskie Point

“There's a thousand sides to everything, not just heroes and villains”

Zabriskie Point es parte de La Sierra Amargosa, al Este del Valle de La Muerte, en California, Estados Unidos, famoso por su paisaje, altamente erosionado, por su colorido y formaciones, es ideal para apreciar al amanecer, o al atardecer, cuando el sol parece resaltar tonalidades de lo más curiosas.
Está compuesto de sedimentos de un lago que se secó hace 5 millones de años, mucho antes de la formación del Valle de La Muerte.
El sector más cercano, es la comunidad de Los Puentes y Basillas, de manera que, es un territorio aislado de toda civilización, de extrema tranquilidad, que figura entre los destinos turísticos, recreativos, y para la práctica de deportes extremos, preferido por algunos capitalinos.
El lugar, recibió el nombre de Christian Brevoort Zabriskie, Vicepresidente y Administrador General de la Pacific Coast Borax Company, una empresa que a comienzos del Siglo XX, llevaba a cabo operaciones de minería en El Valle de La Muerte.
En la cultura popular, Zabriskie Point es también el título de una película de 1970, realizada por el director italiano, Michelangelo Antonioni, sobre la contracultura, los valores, tendencias, y formas sociales, que chocaron con los establecidos dentro de una sociedad de entonces.
El término “contracultura” fue acuñado por el historiador estadounidense, Theodore Roszak, en su libro de 1968, “El Nacimiento de una Contracultura”
Aunque hay tendencias contraculturales en todas las sociedades, el término “contracultura” se usa especialmente, para referirse a un movimiento organizado y visible, cuya acción afecta a muchas personas, y persiste durante un período considerable.
Así pues, una contracultura es la realización, más o menos plena, de las aspiraciones y sueños de un grupo social marginal.
Podemos considerar ejemplos, como el romanticismo del siglo XIX, la bohemia que se inicia en el siglo XIX, y dura hasta hoy, La Generación Beat estadounidense de los años 50, los movimientos contraculturales de los 60, influidos por La Generación Beat, el movimiento hippie, nacido en los años 60 en Estados Unidos; y el movimiento punk, de finales de los 70 hasta hoy.
La palabra “contracultura”, puede entenderse en 2 sentidos:
Por una parte, constituye una ofensiva contra la cultura predominante; por otra parte, es una “cultura a la contra” que permanece, al menos en un primer momento, al margen del mercado y los medios de formación de masas, en el “underground”
Zabriskie Point, también aparece en la tapa del álbum de U2, “The Joshua Tree”
Por otra parte, el filósofo Michel Foucault, lo llamó “su viaje de ácido” de 1975, a la experiencia más grande de su vida.
Y es que el Zabriskie Point, es un lugar desolado, árido y seco, donde no hay árboles, ni ríos, ni flores, solo polvo, arena y calor.
Las condiciones de vida son extremas.
Es un lugar donde respira la muerte, y donde solo habitan la soledad y el olvido.
El ser humano no está preparado para vivir allí.
Nadie puede vivir allí.
Es un lugar extremo, el punto al que nunca deberíamos llegar.
“Who was that?”
Zabriskie Point es una película dramática, del año 1970, dirigida por el italiano, Michelangelo Antonioni.
Protagonizada por Mark Frechette, Daria Halprin, Rod Taylor, Paul Fix, GD Spradlin, Kathleen Cleaver, entre otros.
El guión es de Michelangelo Antonioni, Tonino Guerra, Clare Peploe, Fred Gardner, y Sam Shepard.
Para cuando Michelangelo Antonioni se decidió a filmar Zabriskie Point en el territorio de los Estados Unidos, ya había construido la mayor parte de su obra simbólica, en los años 60 de Europa.
Fue durante la premiare de “Blowup” en 1966, cuyo éxito fue sorpresivo, que Antonioni vio un pequeño artículo en el diario, hablando de un joven que había robado un avión, y fue asesinado mientras trataba de devolverlo, en Phoenix, EEUU.
Para él, aquella historia podía resumir la contradicción, entre el mundo decadente y previsible del “American Way Of Life” y las ansias de libertad de los jóvenes, que ni querían ni podían vivir en aquella sociedad.
Paralelo a estos fenómenos, se vio surgir al movimiento hippie, sobre todo en California, que hizo visible a la contracultura, como medio de protesta, la búsqueda del amor y la paz, la defensa ecológica, la libertad sexual, el pelo largo, y las “road movies” que enlazaban a los jóvenes de los centros urbanos, con las comunidades hippies, que florecieron en diversos lugares de la superficie de los EEUU.
Antonioni, tomó esto como un hilo conductor para el argumento de Zabriskie Point.
Luego de escribir varios borradores, contrató al escritor Sam Shepard para escribir el guion.
Shepard, Antonioni, el director italiano, Franco Rosetti, Tonino Guerra, y Clare Peploe, esposa de Bernardo Bertolucci; trabajaron juntos en la filmación.
La apuesta de Antonioni por Zabriskie Point también fue enorme:
Contó con la MGM, y la producción de Carlo Ponti, se rodeó de los mejores guionistas, Pink Floyd puso la banda sonora, y eligió para los papeles secundarios, a actores consagrados… pero reservó el papel de los 2 protagonistas, a 2 hippies auténticos, que jamás habían pensado siquiera, que podían hacer una película:
Daria Halprin y Mark Frechette.
Así las cosas, Zabriskie Point fue la segunda de las 3 películas habladas en inglés, para las cuales, Antonioni había sido contratado por el productor Carlo Ponti, y siendo estas posteriormente distribuidas por MGM.
Las otras 2 películas fueron:
“Blowup” (1966) y “The Passenger” (1975)
Si bien, años después de su estreno, Zabriskie Point fue catalogada como película de culto, fue un gigantesco fracaso comercial, y ampliamente descalificada por los críticos de la época; tanto que fue nombrada:
“Uno de los más extraordinarios desastres en la historia del cine moderno”
Seguida de una prolongada publicidad y controversia en Estados Unidos, debido a su producción, Zabriskie Point fue estrenada en Febrero de 1970, casi 4 años después, de que Antonioni hubiere empezado la pre-producción, y más de un año y medio después, de haber empezado la filmación.
Zabriskie Point fue atacada por la mayoría de los críticos, y otros comentaristas de todo color político, sobre todo por las actuaciones de Frechette y Halprin.
Durante la filmación, Antonioni fue citado como “criticando a la industria de películas de Estados Unidos, por sostener prácticas financieras derrochadoras”, lo que él encontró “casi inmoral” comparado con el estilo italiano, más conservador en términos financieros.
Zabriskie Point se rueda en escenarios naturales y abiertos, de la ciudad de Los Angeles, Hawthorne y Northrop, y el Death Valley National Park, en California.
Los exteriores del “art deco” de la Torre Richfield, fueron mostrados en algunas escenas poco antes de su demolición, en Noviembre de 1968.
Varias escenas del campus, salvo la escena de la reunión de estudiantes, fueron filmadas en Contra Costa Community College, en San Pablo, California.
La producción, luego se mudó cerca de Phoenix, y desde ahí, al Valle de La Muerte.
La acción dramática de Zabriskie Point, tiene lugar en la ciudad de Los Angeles y alrededores, y en El Valle de La Muerte, a lo largo de varias horas, de un día de uno de los últimos años de la década de los 60.
Tras un enfrentamiento en un campus universitario, entre estudiantes y policías, un joven llamado Mark (Mark Frechette) de familia acomodada, es un universitario que está cansado de asistir a reuniones, en las que se habla sobre las desigualdades sociales, y la lucha por el cambio, pero no se hace nada.
Él es un idealista radical, y cree en el uso de la violencia para conseguir un buen fin; ha matado a un agente, tras robar una avioneta, como si fuera tan fácil hacerlo, y huye hacia el desierto de Arizona.
Allí, se encuentra casualmente con una muchacha llamada Daria (Daria Halprin) que trabaja para Lee Allen (Rod Taylor), un abogado que dirige un importante proyecto inmobiliario de Sunny Dunes Enterprises, y del que es amante; quien planea urbanizar una amplia extensión del desierto, perturbando con ello, su intrínseca belleza.
Antonioni, logra una buena síntesis de los mundos que se oponen en los años 60, el de los sueños, y el de la riqueza material, con lo que implica de degradación del medio natural.
En Zabriskie Point, quedan al desnudo los pensamientos e ideas de los protagonistas:
Mark es individualista, cree en las protestas y en la revolución, pero no le gusta estar dentro de un grupo.
Por otro lado, Daría es positiva, le gusta ver lo bonito de la vida.
Pasan un día juntos, fumando hierba y disfrutando de la libertad, de la ausencia de ataduras, y de la belleza desnuda del desierto.
Pero después, ambos tienen que volver a la vida real:
Mark tiene que devolver la avioneta, y Daria tiene que ir a ver a su jefe en Phoenix.
Zabriskie Point retoma entonces el ritmo agobiante del principio, desembocando en un brillante final, que representa la venganza utópica contra el capitalismo, venganza que se imagina Daria, haciendo explotar todos los objetos que representan la sociedad capitalista, como una caja de cereales “Kellogs” mientras suena la canción “Come in Number 51, Your Time Is Up” de Pink Floyd.
Con todo, Zabriskie Point suma drama, romance, y documental.
Sobre una base argumental liviana y superficial, explora el movimiento contracultural de la juventud antisistema, de finales de los años 60.
La conciencia de opresión consumista, la glosa mostrando los grandes anuncios de publicidad estática, que pueblan los alrededores de Los Angeles y las proximidades del aeropuerto deportivo.
El nihilismo de la juventud inconformista, se pone de manifiesto en la reunión de líderes, centrada en tratar cuestiones estratégicas, con ausencia de propuestas ideológicas.
El desencanto de los mismos, se refleja en el tono melancólico y triste de sus actitudes personales, y del acompañamiento musical.
El pacifismo que inspira el movimiento, se demuestra con el rechazo de la guerra y las armas, y su sustitución por las flores, símbolos de amor y paz.
La defensa de la libertad de expresión y manifestación que proponen, se muestra, a la inversa, mediante las duras intervenciones, y cargas policiales con heridos de consideración.
La defensa de la igualdad e integración racial, se explica a través de las manifestaciones y preguntas que se oyen en la reunión de líderes, y sugiere la presencia como “criada” de una india en la casa piloto como símbolo del origen machacado.
Más adelante, añade imágenes apocalípticas, repetitivas e insistentes, que simbolizan lo que para los antisistema eran las condiciones finales de su lucha:
La destrucción del capitalismo, y el cese de su contemporáneo.
A modo documental, histórico, Zabriskie Point nos habla del mundo de los 60, del mundo de los EEUU de los años 60, aquel mundo donde todo era posible, donde seres irrepetibles como:
Martin Luther King, El Che Guevara, The Beatles o Elvis, eran los referentes, donde los hippies prefirieron hacer el amor a la guerra, donde La Guerra de Vietnam, marcó a toda una generación, y a todas las que vinieron después, donde la gente pensaba que podía cambiar el mundo, vetusto y caduco que le rodeaba.
Ese mundo reseco y muerto, donde la gente se había olvidado de soñar, es el “Zabriskie Point” en el que Antonioni sitúa a los 2 protagonistas, 2 jóvenes rebeldes, hijos del desencanto, que prefieren vivir en libertad, a la muerte en vida, que es vivir dentro de la sociedad.
Él huye de algo que no sabe bien qué es; ella va atrás algo, que también desconoce.
Lo único que ambos conocen, es que en aquel mundo del consumo, y lo políticamente correcto, no son felices, ni podrán serlo jamás.
Son los tiempos de la contracultura, del movimiento hippie, de las ansias de libertad, y de cambiar el mundo, y ellos personifican aquella forma de ver, y de querer vivir la vida.
Por eso, son capaces de amarse en aquel mundo inhóspito y muerto, que es el desierto, de jugárselo todo en una partida, en la que saben que jamás tendrán buenas cartas, de apostar hasta la vida, para no renunciar a su libertad.
Como dato curioso, el lugar donde concluye la historia, recuerda mucho al Berghof, en una alegoría del lugar de descanso y segunda residencia gubernamental de Adolf Hitler en Obersalzberg, en los Alpes Bávaros, cerca de Berchtesgaden, Alemania; el que fue además, su refugió en 1924, al salir de prisión, inmediatamente después del Putsch de Munich, posteriormente, su lugar de residencia, en la que estuvo durante la mayor parte de La Segunda Guerra Mundial, además de ser uno de los Cuarteles Generales del Führer, más conocidos, que se extendían por toda Europa.
Especial atracción tiene el retrato visual que consigue elaborar del paisaje de los EEUU.
Su cámara capta el escenario iconográfico de las grandes urbes, y de los grandes espacios naturales, y los dota de sentido, gracias al influjo de la trama, y de los personajes en ellos.
Zabriskie Point  es transgresora y militante, en la que el cineasta viajaba al corazón del inconformismo juvenil en Estados Unidos, desde los campus universitarios, hasta El Valle de La Muerte.
Y lo hacía llevando consigo su nihilismo, su desesperación, y su desencanto.
Como su banda sonora, Zabriskie Point resulta una mirada profunda, compleja, y con un punto de misterio, hacía los jóvenes de la contracultura, y al territorio físico y espiritual por el que se movían.
“A girl from my long-gone past”
Zabriskie Point, no es una película histórica, sino más bien una ventana fascinante, hacia un capítulo de la historia cultural y política estadounidense, así como a su música.
Y es que Zabriskie Point, iba a ser el más grande triunfo de Michelangelo Antonioni, la culminación de un trabajo seminal, y su consolidación comercial en Hollywood.
Iba a ser el documento definitivo, que este director de origen italiano, haría sobre una época, un documento sobre la injusticia política, la guerrilla civil, y los extremos morales y políticos que definen el final de los 60.
Zabriskie Point podría parecer demasiado idealista en la actualidad, sobre todo cuando el espectador cae en la cuenta, de que las causas de la inconformidad de los protagonistas, son las mismas que hoy en día experimenta la juventud:
Lo absurdo que resulta la guerra bajo cualquier circunstancia, el abuso de autoridad, y las violaciones al derecho de expresarse, del que frecuentemente son víctimas, quienes están en esta etapa de la vida, el ansia de una libertad en la que se puedan gozar plenamente del sexo, la contemplación y, en sí, tener una auténtica comunión con la naturaleza, con la cual los intereses de unos cuantos, están acabando rápidamente con el deseo de formarse una identidad genuina, y evadirse de la estricta esquematización de roles que marca la tradición, de darse un “gusto” sin molestar a nadie y viceversa, etcétera.
Sin embargo, al reflejar los usos y costumbres de una generación, en la que estos deseos se manifestaron colectivamente, de una manera más generalizada y franca, en un momento histórico decisivo, y sin precedentes, Zabriskie Point ha venido a convertirse, en un estudio sobre lo que es ser parte de una juventud que despierta ante los errores de sus predecesores, y se rebela con justa razón, contra las circunstancias que no eligieron.
Antonioni logra plasmar la esencia de ser joven, no sólo en la teoría, sino, por ejemplo, en las imágenes del desierto californiano, focalizándose en su inmensidad, ante la pequeñez del individuo, aun cuando nuestros protagonistas crucen su vasto cielo, o sus solitarias carreteras, en vehículos motorizados.
Ahí parecen no alcanzarlos las convenciones sociales, ni la arbitrariedad de las autoridades, al hacer de su encuentro sexual, un verdadero acto de comunión, de comunicación no verbal, de amor incondicional, no sólo del uno hacia el otro, sino con todo aquello que les rodea.
Este escenario, tiene un fuerte contraste con aquel retablo de la vida adulta, totalmente artificial, en donde los muñecos de la maqueta del complejo “ultramoderno” en el que ese paraíso se convertirá a futuro, parecen ser guiados por la voz pregrabada de un locutor, quien indica con meticulosidad su razón de ser, como para que, a través de la campaña televisiva donde se les mostrará, se logre el mismo efecto incondicional en la audiencia.
Asimismo, los diversos anuncios publicitarios que saturan las calles de la ciudad, sirven como para dar énfasis al momento del “breve idilio”, tan crucial para Zabriskie Point, como para todos los que anhelamos experimentar ese acto, en medio de la paz y la intimidad que el desierto, tan hueco y abierto, sin embargo, puede brindarnos en comparación con cualquier rincón, entre el hacinamiento de la gran ciudad, por más cerrado que esté.
Zabriskie Point tiene naturalmente puntos débiles.
Es maniquea e ingenua, como lo fue el movimiento contracultural de los 60.
Los actores protagonistas, no son “profesionales”
La autocensura es evidente en el sexo torpe, entre Mark y Daria en el desierto.
Aquí hay que anticiparse al hecho, de que el director italiano descuidó los detalles al punto de casi hacer la historia inverosímil.
Para empezar, no es tan fácil robarse una avioneta en ninguna parte del mundo, tampoco es creíble que un muchacho sepa tripular una aeronave, como si fuera una bicicleta.
Una vez en el aire, el tipo desconecta el radio.
Ya en tierra, con su novia hippie, pinta el avión, al que su dueño le había puesto el nombre “Lilly 7” con colores sicodélicos; luego, regresa al aeropuerto, a fin de devolver el avión, y en la torre de control, anuncian a la policía, la llegada del ratero.
¿Cómo lo supieron, si el radio estaba desconectado?
¿Por qué el especialista de la torre, ubica a la aeronave con el nombre, dado por el dueño, y no por la matrícula oficial?
Lo que se comprueba es que Antonioni, no sabía nada de aviación, y poco le importaba, además.
Sin embargo, contiene momentos de una arrolladora fuerza visual y los problemas que plantea, siguen siendo tan actuales, hoy como entonces.
El punto de partida, es la omnipotencia del capital en la sociedad de consumo.
Hemos sido engullidos por un huracán publicitario, que convierte al deseo, en esclavo, y al ser humano en mercancía.
Antonioni se interroga en Zabriskie Point, por alternativas posibles a la dominación del capital.
La violencia es la primera opción, pero no va más allá de un combate desigual, entre masas desorganizadas, y policía antidisturbios.
La segunda es liberar la imaginación.
Eso sólo es posible, si perdemos de vista la gran ciudad, y viajamos al desierto, en este caso a Zabriskie Point, un hermoso paraje en El Valle de La Muerte, California.
Allí, el sexo entre Daria y Mark, se convierte en una “orgía-ballet” llevada a cabo por la compañía The Open Theater.
El Valle de La Muerte cobra vida en esta escena memorable del cine de Antonioni.
Sobre este tema, los agentes publicitarios, anunciaron que Antonioni debería juntar cerca de 10,000 extras para la escena de la orgía de arena, pero esto jamás sucedió.
El Departamento de Defensa de los Estados Unidos, investigó si esto podría haber llegado a violar el “Mann Act”, que prohibía llevar mujeres, más allá de los límites estatales, para fines sexuales, de todas formas, no se filmó sexo explícito, y ninguna línea divisoria entre estados fue cruzada, en esta parte de la filmación, dado que El Valle de La Muerte está en California.
Al final, la orgía sexual se transforma en una imaginaria orgía de violencia.
Sus 2 protagónicos, auténticos miembros de una comuna y, en al menos el triste caso de Frechette, presumibles víctimas fatales de las contradicciones del “sistema” ya que las circunstancias de su muerte, mientras purgaba una condena por asalto a mano armada, dejan muchos cabos sueltos...
Ni Mark Frechette, ni Daria Halprin, tenían experiencia previa en actuación.
A Daria, la había visto el director, en un documental sobre el movimiento hippie, en el que la entrevistaban, y a Mark, lo encontró en una parada de autobús.
Frechette fue seleccionado de entre los miles que audicionaron durante un proceso que duró casi 1 año.
Fue descubierto en Boston, por Sally Dennison, asistente y directora de casting de Antonioni, en medio de una pelea a gritos violentos, en una parada de autobús.
“Él tiene 20 años y odia” dijo Dennison a Antonioni.
A pesar de que Zabriskie Point fue un fracaso de crítica y taquilla, Frechette disfrutó de un período de considerable publicidad, con su bello rostro adornando las portadas de la revista Look y Vogue, entre otros trabajos como modelo.
Y es que Antonioni, buscaba transmitir la verdad de aquel movimiento, y por eso no quiso que fuesen actores, quienes interpretasen a los protagonistas, sino 2 auténticos hippies.
Trabajó duro con ellos, para que pudiesen expresar frente a una cámara, y con palabras y acciones escritas por otros, lo que ellos verdaderamente eran y sentían.
Muchos de los papeles secundarios, fueron actuados por un reparto profesional, sobre todo Rod Taylor junto con G.D. Spradlin, en uno de sus primeros trabajos principales como actores, seguido de varias apariciones en la televisión nacional de los Estados Unidos.
Paul Fix, un amigo y profesor de actuación de John Wayne, quien había aparecido en muchas de las películas de Wayne, hizo el papel del dueño de la choza del desierto.
Kathleen Cleaver, militante del Partido Pantera Negra, y esposa de Eldrige Cleaver, apareció en la primera escena de Zabriskie Point.
Como dato curioso, Harrison Ford tuvo un desacreditado rol, como uno de los estudiantes arrestados en la estación de policía de Los Angeles.
Asimismo James Anthony Looney, tuvo también un rol desacreditado, como uno de los estudiantes, en la escena del tiroteo en la biblioteca.
La escena más agresiva de Zabriskie Point, es aquella en donde Daria, se le acerca a esos niños vagabundos, que viven en un auto abandonado, y uno de ellos rodeándola en grupo le dice:
“¿Me puedes prestar un pedazo de tu culo?”
Y ella, responde:
“¿En verdad sabes qué hacer con él?”
La secuencia del cortejo en avioneta, es muy bonita y romántica.
El viaje en avión, no deja de ser una metáfora que utiliza Antonioni, como un viaje mental que necesita Mark, para poder huir de un escenario que le destroza espiritualmente; o las múltiples explosiones orgásmicas finales, que en cierto modo, representan la evolución del pensamiento pacifista de Daria, que pasa a convertirse en una revolucionaria, tras enterarse de que Mark ha sido tiroteado, y que simbolizan ese “odio hacia el materialismo de la sociedad contemporánea”, son magistrales.
La explosión de la casa del desierto, con la visión a cámara lenta de todo tipo de objetos de la sociedad de consumo, dando vueltas en el aire, da a Zabriskie Point, todo su sentido, y toda su grandeza; maravillosas explosiones… estilo Salvador Dalí, que se extinguen con el sol naranja, y la palabra “END”
¿Se puede decir tranquilamente, que Zabriskie Point hace apología del terrorismo?
Es una pregunta para todo aquel no-anarquista.
El mayor logro formal, lo logra ese final explosivo, con esa mezcla entre el video art, collage, y videoclip.
Que hila con precisión con “Come In Number 51″ de Pink Floyd, naciendo de esa unión, una secuencia apocalíptica, espectacular, y que en apenas 2 minutos, despedaza a la sociedad de consumo, y a todos sus símbolos.
La música refleja también, las tendencias de la época, en una forma genuina.
Se incluyen en la banda sonora original, los trabajos de Pink Floyd, a veces inspirados en la vertiente “concreta,” y otras desgarradoramente pasionales, en su esencia rockera.
Y es que nada simboliza mejor a Zabriskie Point, que la banda sonora:
Pink Floyd, The Grateful Dead, la sirena de la era Eisenhower, Patti Page, el brillante guitarrista John Fahey, la banda de fusión folk-rock Kaleidoscope, y el cantante country, Roscoe Holcomb, pueden ser escuchados en extraña, pero efectiva yuxtaposición.
“This group I was in had rules against smoking.
They were into a reality trip”
Se afirma habitualmente, que las cintas de Michelangelo Antonioni, rigurosas y modernas como eran, o son, diseccionaron en algún punto, la alienación, la angustia, y el desconcierto del hombre contemporáneo.
Si bien Zabriskie Point podría resumirse como la mirada desencantada, de un europeo sobre unos EEUU en crisis más axiológica que bélica, en el fondo, el tema sigue siendo el mismo:
La condición humana como territorio inabarcable, descrita con menos respuestas que preguntas.
Zabriskie Point es un canto libertario, que se ha convertido en un icono del cine de culto, y que hoy está tan actual, como cuando se rodó.
Aquel mundo caduco y sin sentido, de finales de los 60, se asemeja mucho al del desencanto y los sueños rotos que nos está tocando vivir.
El movimiento hippie que se enfrentó a él, podría estar perfectamente representado hoy, por los movimientos okupas, y antisistema.
La represión de las ideas y de los movimientos de protesta, no ha cambiado tanto, si vemos la impunidad con la que actuaba, y sigue actuando la policía.
La falta de libertad, es cada vez más patente y angustiosa, el seguidismo y la ignorancia de la masa permanece inalterable, y la manipulación informativa, por parte de los medios, no solo se ha mantenido, sino que se ha sofisticado en grado sumo, desde que los Estados Unidos aprendieron el valor de la información, en su derrota en La Guerra de Vietnam…
Los jóvenes de entonces, gritaban que querían cambiar el mundo.
Los de hoy:
“YES WE CAN”
Pero el mundo sigue igual.
Y por último, la realidad supera muchas veces a la ficción, y la historia de amor que vemos en Zabriskie Point, también sucedió en la vida real.
Daria y Mark, fueron la pareja icono del movimiento de la contracultura, a principios de los 70.
Ambos fueron portada de las principales revistas, y el público se enamoró de la historia de amor, de aquellos 2 jóvenes rebeldes.
Pero aquel amor fue pasajero.
Eran demasiado diferentes e independientes, como para ser pareja.
Daria era una mujer muy sensible, y con un profundo sentido espiritual de la vida.
Mark, en cambio, era mucho más agresivo, frío, e inseguro.
Por eso andaba metido en una comuna, que resultó ser una secta, y que marcó su corta vida para siempre.
Tres años después de hacer Zabriskie Point, el 29 de agosto de 1973, él y 2 miembros de la comuna Fort Hill, intentaron robar el Banco de Nueva Inglaterra Mercante, en la sección de Fort Hill de Roxbury, un barrio pobre de Boston, Massachusetts.
Uno de los miembros de la comuna, Christopher “Herc” Thien, fue asesinado por la policía, y Frechette fue detenido y condenado a la prisión de mínima seguridad, del Estado en Norfolk, Massachusetts.
Y el 27 de septiembre de 1975, Mark Frechette murió en el gimnasio de la prisión, aplastado por una barra de pesas de 150 libras, que cayó sobre su cuello, que lo asfixió hasta la muerte.
Los funcionarios de prisiones, no sospecha que fuera dolo; sin embargo, surgieron dudas de si Frechette había estado sufriendo de depresión…
Tenía 27 años.
Las circunstancias de su muerte nunca se aclararon.
Por su parte, Daria se casó años después, con el también actor, director, e icono de la contracultura y la rebeldía, Dennis Hopper, con quien tiene una hija.
Actualmente, Daria dirige el Tampala Institute, una institución sin ánimo de lucro, que enseña la práctica de la danza y el drama, como terapia para problemas físicos, mentales, y emocionales.
En 2008, el cineasta Michael Yaroshevsky, presentó un documental sobre la vida de Mark Frechette, titulado:
“Death Valley Superstar”

“Be Careful With That Axe”



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