The Big Lebowski

“Look, let me explain something to you.
I'm not Mr. Lebowski.
You're Mr. Lebowski.
I'm the Dude.
So that's what you call me.
That, or His Dudeness… Duder… or El Duderino, if, you know, you're not into the whole brevity thing”

El ridículo gracioso de la existencia dilatada, de la falta de posibilidades, de andar drogado todo el día…
La incongruencia más disfrutable, porque así es uno, y los demás…
El tomarse algo en serio, no porque importe en verdad, sino porque no hay otra cosa que hacer…
Saber “qué es lo que pasa cuando encuentras a un extraño en los Alpes” versión censurada de:
“This is what happens when you fuck a stranger in the ass!” para la trasmisión al público más amplio.
Todo eso es el dudeísmo.
El dudeísmo, es una religión cuyo objetivo principal es, promover un estilo de vida coherente con el taoísmo, con influencias de la filosofía de Epicuro.
El periodista establecido en Chiang Mai, Tailandia; Oliver Benjamin la fundó en el año 2005; el cual se hace llamar así mismo “El Dudely Lama”
El nombre oficial del dudeísmo es “The Church Of The Latter-Day Dude”
Para el año 2010, más de 70,000 fieles, habían formalizado oficialmente su adhesión al dudeísmo; el cual cuenta con su publicación oficial llamada “The Dudespapper”
En 2011, se lanzó el “Dudeist Self-Help Book”, algo así como el libro de auto- ayuda para “dudeístas” que recrea consejos, teorías, y lecciones de vida.
“The Church Of The Latter-Day Dude” alusión irónica a la comunidad mormona, también conocida como Iglesia de Jesucristo de Los Santos de Los Últimos Días; en la que todos sus mandamientos, se pueden resumir en uno:
“Take it easy” o “tranqui”
Es el lema con el que Lebowski, un parado envuelto en una nube de marihuana, se enfrentaba a las vicisitudes de la vida.
Sin ambiciones, sin prisas.
Su gran pasión, es jugar a los bolos con los amigos.
Olivier Benjamin, compara esta actitud con Heráclito, Snoopy, Lao Tse, Gandhi, o Walt Whitman, a los que tilda de “grandes maestros de la historia”
Cualquiera que siga esta “religión”, debe saber algunos preceptos del Dude:
El Dude, sabe de actividades recreativas, desde simples como ir a jugar boliche, como manejar libremente el automóvil, o un poco más estimulantes de la mente.
El Dude puede discernir, cuando hay que quedarse, y cuando es necesario retirarse.
El Dude sabe, que la simpatía no es tan importante, como lo que te cuelga entre las piernas.
El Dude sabe, que aquello que hace a un hombre ser lo que es, es tener la fortaleza de conseguir lo que se propone a toda costa, y un buen par de huevos bien puestos.
No requieres saber qué demonios es el “Shabbos” para poder seguir esta “religión”
Nunca, pero nunca, debes dejar que otro sujeto mee en tu alfombra.
El Dude sabe, que hay que llevarse la situación tranquilo y suave.
El Dude sabe de las delicias y el placer que se obtiene del simple auto placer manual…
En cualquier situación extraña, o fuera de lugar, debes seguir la frase de Lenin:
“Siempre busca a quien se beneficia con todo lo que está pasando”
Puedes odiar The Eagles, siempre que ames Creedence Clearwater Revival…
“Creemos que la tradición Dudeísta, comenzó como una respuesta a los excesos de la civilización.
Ese fue el acuerdo de Lao Tzu de todos modos.
Un montón de tradiciones similares, trataron temas de trabajo y el estado, la ansiedad y la naturaleza de la misma manera.
Pero todos ellos eran, más o menos, a lo largo, fascistas y reaccionarios reales.
Incluso, el taoísmo fue asumido por charlatanes y farsantes.
Pero el centro es no dogmático puro, es un montón de tradiciones, como el Cristianismo, vedismo, budismo, etc., es todo lo mismo.
Y eso es el Dudeísmo” dijo Olivier Benjamin, que ha escrito 3 libros sobre el tema:
“The Outsider's Guide to Thailand” (2006), “The Abide Guide” (2011) y “Holy Shit!” (2012)
El Dudeísmo predica el no-predicado, practica lo menos posible, y asegura que si necesitas paz, te ayudara a encontrarla, pero después una siestita.
Básicamente, su filosofía es que, la vida es corta y complicada, y nadie sabe qué hacer, por tanto, las ideas es que no hagas nada al respecto:
“Just take it easy man…”
Y, aunque las altas esferas de la sociedad pacata, lo vean como un perdedor, un don nadie, es él, The Dude, quien les da vuelta el espejo, y les muestra su propia pobreza, a esos ricos miserables y acartonados.
¿Quién es el parásito?
Un pobre tipo que no le importa nada, y hasta se enorgullece de eso, pero que se complace con sus actos cotidianos, o aquellos que viven de las apariencias, aprovechándose de la riqueza ajena.
Cualquier extraño puede contar su historia, porque él no es sólo un hombre, sino todos.
“The Chinaman is not the issue here, Dude”
The Big Lebowski es una película cómica, del año 1998, escrita y dirigida por los hermanos Joel & Ethan Coen.
Protagonizada por Jeff Bridges, John Goodman, Julianne Moore, Steve Buscemi, David Huddleston, Philip Seymour Hoffman, Sam Elliott, John Turturro, Tara Reid, Ben Gazzara, Peter Stormare, Mark Pellegrino, Jon Polito, David Thewlis, Flea, entre otros.
Al momento de su estreno, The Big Lebowski fue una decepción en la taquilla estadounidense, y recibió críticas variadas.
Con el paso del tiempo, las críticas tendieron a ser positivas, y se ha transformado en una clásica película de culto, célebre por sus idiosincráticos personajes, las secuencias de sueño surreales, los diálogos no convencionales, y su ecléctica música.
Como consecuencia de su éxito, los fieles fanáticos, organizan la “Lebowski Fest”, un festival anual que comenzó en Louisville, Kentucky, en 2002, y se ha ido expandiendo hacia varias ciudades más.
El Dudeísmo, fundado en 2005, es una religión en línea dedicada a extender la filosofía, y el estilo de vida del personaje principal de The Big Lebowski.
También conocida como “The Church Of The Latter-Day Dude”, la organización ha ordenado 50,000 “sacerdotes dudeístas” en todo el mundo, mediante su sitio web.
Además, The Big Lebowski fue nombrada como “la primera película de culto, de La Era de Internet”
Narrada por un vaquero conocido como “Stranger” (Sam Elliott), en los inicios de la década de 1990, en plena Guerra del Golfo, viven en Los Angeles, 3 amigos muy disímiles pero inseparables:
Jeffrey “The Dude” Lebowski (Jeff Bridges), es un vago desempleado, que pasa sus días fumando marihuana, y tomando rusos blancos.
Walter Sobchak (John Goodman), es veterano de Vietnam, y un hombre de carácter huraño y explosivo.
Y el frágil Theodore Donald “Donny” Kerabatsos (Steve Buscemi), opacado por sus compañeros.
Todos comparten la pasión del “bowling”, afición que los une.
Un día, The Dude queda involucrado en un asunto ajeno, al ser confundido por 2 matones, con un millonario paralítico, con quien comparte el nombre, quiénes asaltan su casa, y orinan en su alfombra, reclamando una deuda que la esposa de éste, Bunny (Tara Reid), mantiene con el jefe de ambos, el empresario pornográfico, Jackie Treehorn (Ben Gazzara)
Entonces, The Dude visita a su homónimo, para reclamar una compensación, pero al no recibir respuesta, decide llevarse consigo una alfombra de la casa.
Días más tarde, The Dude es llamado a casa del Sr. Lebowski (David Huddleston) y es informado de que Bunny ha sido secuestrada, y que, sospechando que los secuestradores son los matones que atacaron su casa, a The Dude le es ofrecida una sustancial recompensa monetaria, si entrega personalmente el dinero.
Walter, quien cree que Bunny se auto secuestró, se involucra en la operación, planeando lanzar un maletín con ropa sucia a los secuestradores, y retener para sí y The Dude, el dinero del rescate.
Luego de que su nueva alfombra es robada, The Dude recibe la llamada de Maude Lebowski (Julianne Moore), la hija del millonario Lebowski, quién le comenta que su padre, es en realidad un hombre pobre, y sus bienes económicos, provienen de la herencia de su finada esposa; además, le ofrece una parte del dinero del rescate, si The Dude lo recupera, con excepción de la alfombra, la cual Maude se llevó, ya que la misma, es un regalo de su madre.
Con Walter, intentando colaborar con él, The Dude tratará de dar con la pista de los secuestradores de Bunny, sufriendo amenazas de un grupo de nihilistas, quienes lo amenazan de muerte, si no les entrega el dinero del rescate.
Al final, conocerán la verdad del asunto, al precio de sufrir una tragedia muy cercana.
¿Qué tiene de especial The Big Lebowski, que hace que a muchos les guste tanto?
Pues que es divertidísima.
Nada de tomársela en serio, con esos personajes que siempre nos recuerdan a algún tirado que conocemos, o situaciones y conversaciones absurdas, que todos hemos tenido, sobrios o no, y de las que con razón nos avergonzamos.
La verdad es que, todos hemos sido un poco como The Dude, mal que nos pese, o lo que es peor, le hemos tenido como modelo.
Por su parte, el Dudeísmo se puede resumir en una de sus frases:
“The Dude abides” o “El Amigo se atiene” o “El Amigo cumple”, lo cual se expresaría en un estilo de vida lejano del “Sueño Americano”:
El personaje es un ex hippie, aficionado a la marihuana, el yoga, y los bolos, desempleado por convicción, y ex activista en las revueltas de Seattle, quien es percibido desde el sector integrado al sistema como un “vago”:
“You're a burn, a deadbeat!”, le grita en una escena, su homónimo millonario.
Como contrapartida, su mejor amigo, Walter, es un ex marine combatiente en Vietnam, y converso al judaísmo, quien en pensamiento y acción, se ubica en las antípodas de todos los valores, o antivalores, de The Dude.
En medio de ambos, el despistado Donny, solo destaca cuando debe demostrar sus habilidades en el juego de bolos.
Pero si hay un elemento que homogeniza a este peculiar trío, es la carencia de dinero.
Por eso, más que en la historia o en su narrativa, entretenida en su laberinto de escenas aleatorias, la fuerza de The Big Lebowski reside en su caracterología:
Personajes indemostrables, cuya existencia solo puede ser posible dentro de los límites del pastiche, o el comic, pero que se realizan en la pantalla, en la medida en que ironizan algunos aspectos de muchos espectadores, en un ámbito inter, o extra generacional.
Por eso también, puede haber lecturas contrapuestas:
Habrá quien vea en The Dude, un pretexto para la comedia negra, cuyas víctimas propicias, serían los nostálgicos de La Era del Hippismo y el activismo político; pero habrá igualmente, quien pueda descubrir en el subtexto, una crítica antiglobalización, a modo de parodia.
“Careful, man, there's a beverage here!”
Verdaderos críticos y conocedores del arte de la filmación, podrían hacerse un festín, estudiando los elementos de filmación estrambóticos, radicales, y bizarros que los Coen aplican a sus obras:
Nihilistas, un director de cine porno, una artista conceptual, con ganas de quedar preñada; un pederasta llamado Jesús...
Lo vulgar en esta comedia, ya tiene su lugar, y no está en el humor que maneja, lo cual se agradece.
El tono serio y melancólico de “The Stranger”, el narrador que da introducción a esta historia, nos dice que todo esto puede pasar, que tiene aires de realidad, de graciosa realidad.
Uno de los aspectos más interesantes, es el repaso que da a la sociedad de EEUU, llena de vacío y superficialidad.
Parodiando y exagerando, ataca a los pseudo-intelectuales, pedantes y engreídos como Maude; a los ricos hechos a sí mismos, que desprecian a cualquiera que no esté a su altura; o a los currantes de a pie, cuyo mayor interés, es perder el tiempo en un país en el que cada uno va a lo suyo, y pasa de lo que ocurre alrededor, salvo 11 de septiembres, y acontecimientos similares, que unen a todos en patriotismos de libro de divulgación, o adoctrinamiento.
Pero si por algo The Big Lebowski es recordada, es por sus personajes, únicos, la brillantez de sus ingeniosos diálogos, y sus situaciones de enredo, deudoras de la “screwball comedy” más inspirada.
The Big Lebowski es un verdadero carrusel de personajes inolvidables, gracias también a las estupendas interpretaciones.
Desde el malhumorado y malhablado John Goodman, hasta el descacharrante aunque episódico personaje de Jesús Quintana, interpretado por un perfecto John Turturro, que cuenta con una de las introducciones más desternillantes que se recuerdan, al ritmo del “Hotel California” de los Eagles, versionada por los Gipsy Kings.
Una secuencia que ya forma parte del patrimonio de la cultura pop.
The Dude, está en su mayoría, inspirado por Jeff Dowd, un hombre que conocieron los hermanos Coen, mientras trataban de encontrar una distribuidora para su primera película, “Blood Simple” (1984)
Dowd, ha sido miembro de los “Seattle Seven”, le gusta beber Rusos Blancos, y fue conocido como “The Dude”
The Dude, también estuvo en parte, basado en un amigo de los Coen, Pete Exline, un veterano de La Guerra de Vietnam, que vivía en una pocilga, y estaba orgulloso de una pequeña alfombra que “combinaba con la habitación”
Exline conoció a Barry Sonnenfeld en la Universidad de Nueva York, y Sonnenfeld fue quién se lo presentó a los hermanos Coen, quienes en ese momento, intentaban conseguir dinero para “Blood Simple”
Exline se hizo amigo de los Coen y, en 1989, les contó toda clase de historias de su propia vida, incluyendo, algunas de su amigo Lew Abernathy, uno de los modelos para Walter, un compañero excombatiente de Vietnam, que luego se dedicó a ser investigador privado, y que lo ayudó a ubicar y enfrentar a un chico de secundaria, que le había robado su automóvil.
Al igual que en The Big Lebowski, el coche de Exline fue incautado por el Departamento de Policía de Los Angeles, y Abernathy encontró la tarea de un chico de 8°, debajo del asiento del acompañante.
Exline también integraba una liga de softball, pero los Coen lo cambiaron por la de bolos en The Big Lebowski porque “es un deporte muy social, donde puedes sentarte, beber, y fumar, mientras participas de conversaciones estúpidas”, dijo Ethan en una entrevista.
Los Coen, conocieron al cineasta John Milius, cuando se encontraban en Los Angeles haciendo “Barton Fink” (1991) e incorporaron el amor de este por las armas y el ejército, dentro del personaje de Walter.
Según Julianne Moore, el personaje de Maude, estaba basado en la artista Carolee Schneemann “quien trabajó desnuda desde un columpio” y Yōko Ono.
El personaje de Jesus Quintana, estuvo en parte, inspirado por una actuación de John Turturro que los Coen vieron en 1988, en el Public Theater, en una obra llamada “Mi Puta Vida”, en la cual Turturro interpretaba a un pederasta, “así que pensamos, hagamos de Turturro un pederasta.
Será algo que realmente puede hacer muy bien”, dijo Joel en una entrevista.
La estructura de The Big Lebowski en general, fue influenciada por las historias de detectives de Raymond Chandler.
Ethan dijo:
“Queríamos algo que generara cierta sensación narrativa, como una historia moderna de Raymond Chandler, y por eso, tenía que estar ambientada en Los Angeles...
Queríamos tener una corriente narrativa, una historia que se desplazara como un libro de Chandler, a través de diferentes partes de la ciudad, y diferentes clases sociales” dijo.
La utilización de la voz “en off” de “The Stranger” también viene de Chandler, como indica Joel:
“Él es en parte, un sustituto del espectador.
En la adaptación al cine de Chandler, es el personaje principal, quien hace “la voz en off”, pero nosotros no queríamos reproducir eso, aunque obviamente, tiene ecos.
Es como si alguien estuviese comentando sobre la historia, desde un punto de vista desde donde se ve todo.
Y al mismo tiempo, redescubriendo la vieja textura de un Mark Twain”
El significado de la cultura de los bolos fue, según Joel, “importante para reflejar ese período a finales de los 60.
Eso sirvió para el lado retro de The Big Lebowski, ligeramente anacrónico, el cual nos envió devuelta, a una era no tan lejana, pero que sin embargo, fue buena”
Así vemos a los personajes:
Jeff Bridges es Jeff “The Dude” Lebowski, un soltero, desempleado y vago, que vive en Venice, California, que disfruta de la marihuana, la música de Creedence Clearwater Revival, beber rusos blancos, y el bowling.
Lleva una vida muy relajada, y parece despreocupado por el dinero.
El actor Jeff Bridges, investigó en su propio armario, junto al vestuarista de The Big Lebowski, y eligieron la ropa que The Dude podría utilizar.
La mayoría de la ropa que usó su personaje, era suya propia.
También, adoptó la misma postura física que Dowd, incluyendo el encorvamiento, y su barriga.
Un ENORME John Goodman es Walter Sobchak, un excombatiente de La Guerra de Vietnam, y el mejor amigo y compañero de bowling, de The Dude.
Walter dirige su propia empresa de seguridad, “Sobchak Security”, y sigue estrictamente las reglas del bowling, tanto como las del judaísmo, la religión que ha adoptado.
Parece estar dominado por su ex esposa, y suele hacer lo que sea que ella le pide.
Es inestable, tiene un carácter violento, y no duda en sacar su arma para resolver disputas.
The Dude y Walter, íntimos amigos, son el ying y el yang particulares de The Big Lebowski.
El primero es un pacifista pasota, mientras que el otro es un ex combatiente del Vietnam, con tendencia a la ira.
Si uno se calma, el otro se cabrea, y viceversa.
Tal es el grado de inmersión en los personajes de esta genial pareja cómica, que cualquiera diría, que nacieron sólo para dar vida a tan atípicos y complejos héroes.
Steve Buscemi es Theodore Donald “Donny” Kerabatsos, un miembro del equipo de bolos de Walter y The Dude.
Encantadoramente ingenuo, Donny es un ávido jugador de bolos, y frecuentemente interrumpe a Walter, para preguntar cosas que se ha perdido de la conversación, o que no ha entendido, provocando una violenta respuesta frecuente:
“Shut the fuck up, Donny!”
David Huddleston es Jeffrey Lebowski, “El Gran Lebowski” al que se refiere el título.
Es un multimillonario paralítico, casado con Bunny, y es el padre de Maude, a quien tuvo con su difunta esposa.
Quedó inválido en La Guerra de Corea, y parece sentir desprecio por The Dude, a quien llama “vago”
Julianne Moore es Maude Lebowski, la hija de “El Gran Lebowski”
Es feminista y artista avant-garde, cuyo trabajo “ha sido elogiado por ser fuertemente vaginal”
Buena amiga del video artista, Knox Harrington (David Thewlis), es posiblemente, quien presentó a Bunny a Uli Kunkel (Peter Stormare), el nihilista, estrella porno, músico new wave, y supuesto secuestrador.
Tara Reid es Bunny Lebowski, la esposa joven y atrayente de “El Gran Lebowski”
Escapó de la granja de su familia en Minnesota, y pronto comenzó a hacer videos pornográficos, como “Logjammin”, bajo el pseudónimo “Bunny LaJoya”
Ben Gazzara es Jackie Treehorn, un adinerado productor de cine porno, y prestamista que vive en Malibú.
Él es quien contrata a los 2 matones que atacan a The Dude en su casa, al comienzo de The Big Lebowski.
Peter Stormare, Torsten Voges y Flea interpretan a Los Nihilistas, compuestos por Uli Kunkel “Karl Hungus”, Franz, y Dieter respectivamente.
Son alemanes que dicen ser nihilistas.
Junto a la exnovia de Kunkel (Aimee Mann) pretenden ser los secuestradores de Bunny.
John Turturro, de antología, es Jesus Quintana, un oponente del equipo de The Dude, de la semifinal de La Liga de Bolos.
Este latino excéntrico e insultante, habla con un fuerte acento cubano-estadounidense, y a menudo se refiere a él mismo en tercera persona, insistiendo con la pronunciación en inglés de su nombre:
“Hey, Zeus!”
“The Jesus”, como se llama a él mismo, es un pederasta y pervertido, que pasó 6 meses en prisión por “exponerse ante un niño de 8 años”, según dice Walter.
Pero The Big Lebowski, es también un irónico retrato, una sátira de la desquiciada sociedad estadounidense post Vietnam.
No en vano, cuenta con un sin fin de referencias de contextualización política e histórica, situada a principios de los 90, y puntualizadas con el extremo pasotismo de su protagonista, y su espíritu anti-belicista.
En The Big Lebowski, brillan las oníricas secuencias de fantasías alucinatorias, todas ellas protagonizadas por un exageradísimo Jeff Bridges, y rodadas con un sano sentido de la estética más hipnótica, por parte de Joel Coen.
Como dato muy curioso, The Big Lebowski es la película de la historia, en la que más veces se repite la palabra “fuck”
The Dude, se pasa gran parte del metraje, diciendo “fuck” y todas sus variantes; y su compinche Walter no se queda atrás, ni mucho menos.
En total, la dichosa palabra, se repite 292 veces.
Todo un récord entonces.
Otros vocablos que son dichos hasta la saciedad en The Big Lebowski son:
Dude, que se pronuncia 160 veces, y “Man” que aparece en 147 ocasiones.
Antológicas son las escenas cuando muere Donny, y están esparciendo las cenizas, y le caen todas a The Dude.
IMPAGABLE…
Eso no tiene nombre.
Y Jesus Quintana, el número alucinógeno de Sadam y las valkirias, la aparición estelar de la versión de “Hotel California” de los Gipsy Kings…
Queda la duda:
¿Quién gana en La Liga de los Bolos?
The Big Lebowski también destaca por una acertadísima banda sonora, completada con una selección musical, que abarca desde Kenny Rogers hasta Henri Mancini, pasando por Bob Dylan, o los ya mencionados Gipsy Kings.
Una gran variedad de estilos musicales, que define las distintas personalidades de sus excéntricos personajes.
“Shut the fuck up, Donny”
A veces, hay un hombre perfecto para su época y sitio.
Ese hombre es The Dude, que se define por su modo de pararse ante la vida, capaz de reflejar la escena de una parte de la sociedad estadounidense, a finales de los 90.
Una sociedad apática, rutinaria, aunque excéntrica, que vive del pasado, y sin un futuro en mente.
Un simulacro de aquello que alguna vez fue glorioso, en un país que para finales del siglo XX, y que ya mostraba, cuán oxidados estaban los brillos de sus medallas.
Los productos de supermercados, el consumo, la mala alimentación, la vestimenta de casa, los suburbios, el desempleo, los subsidios, el tiempo de ocio, se conjugan con las estrellas porno, los millonarios no tan caritativos, los artistas con talentos vacuos, las bandas techno de los 80s venidas a menos...
Las evasiones del alcohol, las drogas y el “flower power”... se contrastan con la ostentación de armas, la disciplina de las viejas glorias de un Vietnam que no fue, la falta de certeza en las estrategias, y una alta carga de violencia contenida.
Un cóctel de anhelos mezquinos, objetivos individualistas, y amistades no tan sinceras, que se disputan solidaridades, mientras se distraen en los juegos de boliche.
Una y otra vez, corre la bola por la pista, pero no siempre se hace un “strike” pleno.
Vive y deja vivir sin prisa, y en armonía con el mundo, es el lema de una excéntrica religión, inspirada por el protagonista de The Big Lebowski, y fundada por un relajado “lama” en Tailandia, que ha reclutado adeptos en todo el mundo.
“En el mundo moderno, la mayoría de la gente quiere llenar su tiempo con objetos materiales, pero no tienen tiempo para tomar un respiro”, reflexiona Oliver Benjamin, un experiodista y escritor sin éxito literario, estadounidense, afincado desde 2005, en la ciudad tailandesa de Chiang Mai.
Al igual que el personaje de The Dude, que encarna Jeff Bridges en The Big Lebowski, quienes abrazan el dudeísmo, son “bastante vagos, pero viven en armonía con su espacio natural, y se toman la vida siempre con calma”, explica Benjamin.
“Juegan a los bolos, y fuman algún canuto”, detalla el “Dudely Lama”, quien recibe a la prensa, en su casa particular en calzoncillos, bata marrón, gafas de sol, y un cóctel de vodka en mano, emulando al Dude.
En 6 años, Benjamin ha ordenado a muchos “pastores” en todo el mundo, fundamentalmente en Estados Unidos, pero “la religión” también ha suscitado interés en América Latina, y la revista mensual “Dudespaper” tiene “corresponsales” en Chile y México.
Un aspirante a ser miembro de la “Church Of The Latter-Day Dude” no tiene que hacer absolutamente nada, salvo pagar $30, si desea que se le envíe un pequeño estuche con abalorios, y el diploma acreditativo.
Benjamin, también comercializa en su página web, dudeism.com, parches, camisetas, y otros artículos, con la imagen de The Dude, o frases de los personajes de The Big Lebowski, que goza de estatus de culto en EEUU, donde cada año se celebra el “Lebowski Fest” para los más entusiastas.
Según el “Dudely Lama”, “el dudeísmo” es una corriente de pensamiento, encaminada a buscar el equilibrio espiritual, y purificar el alma, a través de encontrar la felicidad en las cosas sencillas de la vida, no acumular poder y riqueza, como defienden los neoconservadores en Estados Unidos.

“Fuck it, Dude.
Let's go bowling”



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