Mr. Deeds Goes To Town

“People here are funny.
They work so hard at living they forget how to live”

El nacimiento del cine sonoro, coincidió en EEUU, con La Crisis de 1929, que hundió al país, en una profunda depresión económica.
Un acontecimiento que desencadenó cambios en la mentalidad del pueblo estadounidense, con la consiguiente pérdida de confianza por parte de muchos, en el sistema capitalista.
Durante los años de pobreza y desempleo, el cine fue un instrumento al que recurrirá el ciudadano, como mecanismo de evasión de su realidad más inmediata, y la administración de Franklin Delano Roosevelt, restó mucha atención al cine dentro de su política de educación y comunicación de masas.
Desde el gobierno, se animó a las grandes productoras a hacer “americanismo”, es decir, fomentar valores como el individualismo, el pragmatismo, y la iniciativa, junto al orgullo nacional; mientras se destinaban grandes subvenciones a filmes “destinados a la juventud y el ejército”
La presión del gobierno, conduce a la asunción por parte de las productoras del célebre “Código Hays” de autocensura, que no sólo abarca el terreno de la moral sexual, sino también la social, la política, y la racial.
A través de este reglamento de autocensura, Hollywood asume su ideología, y se convierte en vehículo de transmisión del “American Way Of Life”
El New Deal, literalmente en castellano, “Nuevo Trato”, es el nombre dado por el presidente estadounidense, Franklin D. Roosevelt a su política intervencionista, puesta en marcha para luchar contra los efectos de La Gran Depresión en Estados Unidos.
Este programa, se desarrolló entre 1933 y 1938, con el objetivo de sostener a las capas más pobres de la población, reformar los mercados financieros, y redinamizar una economía estadounidense, herida desde La Crisis del 29, por el desempleo, y las quiebras en cadena.
No hay ninguna prueba, de que el New Deal tuviera eficacia en la lucha contra la crisis, que perduró hasta que Estados Unidos movilizó su economía con La Segunda Guerra Mundial.
En cambio, su éxito es innegable en el plano social.
La política llevada por el presidente Franklin D. Roosevelt, cambió el país mediante reformas, y no mediante una revolución.
Por otra parte, los programas del New Deal, eran abiertamente experimentales, manifiestamente perfectibles, y dados los costes de este proceso, se podría haber preferido un programa de cambio más completo.
Sin embargo, el carácter imperfecto del New Deal, permitió una crítica constructiva, y una reflexión más pausada, que abrió la vía a un mejoramiento de la democracia estadounidense en los años siguientes, y que perdura hasta la actualidad.
“Cedar, Cedar, Cedar and Budington.
Funny, I can't think of a rhyme for “Budington”
Mr. Deeds Goes To Town es una comedia cinematográfica, del año 1936, dirigida por Frank Capra.
Protagonizada por Gary Cooper, Jean Arthur, George Bancroft, Lionel Stander, Raymond Walburn, H.B. Warner, Douglas Dumbrille, entre otros.
El guion fue escrito por Robert Riskin, en su 5ª colaboración con Capra; el cual se basa en el cuento de 1935, de Clarence Budington Kelland, “Opera Hat”, publicado por entregas, en el periódico The Saturday Evening Post.
Una creencia errónea es, que se dice, es una secuela llamada “Mr. Deeds Goes to Washington” escrita y, finalmente convertida en “Mr. Smith Goes to Washington”
Aunque este último tiene algunas similitudes con Mr. Deeds Goes To Town, incluyendo estar protagonizada por Jean Arthur, y dirigida por Capra, en 1939, su guión estuvo basado en realidad, en una novela fuera de impresión, “The Gentleman From Montana” y era un proyecto totalmente único, y sin relación con Mr. Deeds Goes To Town.
Este, fue el 7º de 12 películas, en las que Capra colaboró con el guionista Robert Riskin, que jugó un papel clave en el desarrollo del estilo de dirección de Capra.
Sus otras colaboraciones incluyen:
“It Happened One Night” (1934), para la que Capra ganó Mejor Director, y Mejor Guión para Riskin; “You Can't Take It With You” (1938), y “Meet John Doe” (1941)
Mr. Deeds Goes To Town obtuvo un Oscar como Mejor director, y 4 nominaciones:
Mejor película, actor (Gary Cooper), guión, y sonido.
Y supone, la primera película de Capra, en la que éste logra poner su nombre, por delante del título, después de obligar a ello, al productor Harry Cohn.
No es de extrañar, que a Capra se le investigara como comunista, cualquiera que haya visto sus películas, encontrará un mensaje bastante socialista o cristiano en su obra.
A partir de un argumento defendido a capa y espada por el propio Capra, frente a algunos de sus colegas, que no dejaban de sincerar sus reticencias respecto a algunos comportamientos algo cándidos del protagonista, el director de origen italiano, vierte su inconfundible estilo, para tejer una historia que rezuma honestidad y coherencia por los 4 costados.
Acercarse al universo “capriano” obliga a soltar siempre todo el lastre de prejuicios, apariencias, y despersonalización, que se adquiere por contagio, para afrontar una fábula que, precisamente, por esa carga pudiera parecernos ingenua, pero que de ninguna manera lo es.
En mitad de La Gran Depresión, Longfellow Deeds (Gary Cooper), poeta de tarjetas de felicitación, y músico que toca la tuba, vive en la aldea Mandrake Falls, de Vermont.
Hereda una enorme fortuna, $20 millones de un tío lejano, llamado Martin Semple.
El abogado de su tío, John Cedar (Douglas Dumbrille), localiza a Deeds, y le lleva a la ciudad de New York.
Cedar, encarga a su mediador, el ex-periodista, Cornelius Cobb (Lionel Stander), la misión de mantener alejados a los periodistas del heredero.
Sin embargo, es esquivado por la periodista estrella, Louise “Babe” Bennett (Jean Arthur), quien intenta aprovecharse de la fantasía romántica de Deeds, de rescatar a una damisela en apuros, y se hace pasar por una pobre trabajadora llamada Mary Dawson.
Ella finge un desmayo, causado por el cansancio “después de caminar todo el día buscando trabajo”, y consigue así, ganarse la confianza de Deeds.
Ella escribe una serie de artículos muy populares, en los que se burla de lo pueblerino que es Longfellow, y de su extraño comportamiento, llamándole “Cinderella Man” o “Ceniciento”
Mientras tanto, Cedar intenta conseguir de Deeds, poderes como su abogado, para poder mantener en secreto sus fechorías financieras.
Deeds, sin embargo, resulta saber juzgar bien a la gente, librándose fácilmente de Cedar, y de otros avariciosos oportunistas.
Se gana el respeto de Cobb, y el amor de Babe.
Sin embargo, cuando Cobb descubre la verdadera identidad de Bennett, el corazón de Deeds queda destrozado.
Justo cuando está listo para regresar a Mandrake Falls, un granjero arruinado (John Wray) irrumpe en su mansión, y le amenaza con una pistola.
Expresa su desdén por el hombre rico, aparentemente sin corazón, que hace nada por ayudar a la multitud de pobres desesperados.
El intruso entonces se calma, pero Deeds se da cuenta, de lo que puede hacer con su problemática herencia:
Decide proporcionar granjas, totalmente equipadas, y con 40,000 m2, a miles de familias sin hogar, si prometen trabajarlas durante varios años.
Preocupado por la pérdida de control sobre la fortuna, Cedar se une en contra de Deeds, con su único familiar, y su dominante esposa.
Los 3, intentan declararle mentalmente incompetente.
Esto, junto con la traición de Babe, hace que se hunda en una profunda depresión.
Mientras él sigue deprimido, todo se pone en contra de Deeds, especialmente cuando se niega a defenderse.
Cuando Babe convence a Deeds de que le quiere de verdad, Deeds comienza a defenderse, antes de pegarle un puñetazo en la cara a Cedar; y el juez lo declara sano.
Como suele suceder en muchas películas del Capra de la mejor época, hay un argumento central, que sigue su estructura:
Cooper, uno de los actores más versátiles de su generación, interpreta al hombre idealista y simple, que descubre el costado de grandeza moral del personaje, antagónico a una sociedad que lo condena, y enamorado de una mujer, Jean Arthur, atrapada entre su deseo y su profesión, en los EEUU del Crack, mientras Europa vive los dramáticos eventos de La Segunda Guerra Mundial.
Es indudable, que buena parte de estos argumentos, obra de Robert Riskin y basado en una historia de Clarence Budington Kelland, pueden parecer cuanto menos pueriles, en unos tiempos como los actuales, incluso sus villanos quizá puedan mostrarse candorosos, para la fauna de sinvergüenzas de toda índole que rodea el mundo de nuestros días.
Sin embargo, lo que no puede negar nadie, es que Frank Capra era un realizador de primera línea, y también en Mr. Deeds Goes To Town, da sobradas pruebas de su categoría en la materia.
Se trata pues, de un largometraje, con un fuerte sentido crítico hacia la hipocresía, la codicia, o la mala praxis periodística.
No obstante, también sirve como una deliciosa y entretenida comedia romántica, alejada de los excesos de las comedias románticas de ahora.
Para ello, hace uso especialmente, de un fantástico e ingenioso guión, que juega extraordinariamente bien con la inteligencia, y la ingenuidad del protagonista.
“Doodlers?”
Frank Capra, es un caso aparte en la historia del cine, sus películas se asemejan a cuentos protagonizados por héroes anónimos, que luchan contra la maldad, y la ruindad de poderosos corruptos y sin escrúpulos, pero es optimista, y suele optar por el triunfo del bien, a pesar de todo.
Mr. Deeds Goes To Town, es una fiel representación de los parámetros, y de las características del cine clásico de Hollywood.
Durante La Época de Oro de este tipo de cine, fueron realizadas muchísimas películas con características similares, y quizás, hasta con argumentos muy parecidos entre sí, o con elementos en común.
Es el caso de Mr. Deeds Goes To Town, por ejemplo, con la conocida película titulada “Meet John Doe” (1941) del mismo realizador.
Como no podría ser de otro modo, y así lo reconoce Capra en su biografía, la interpretación de Longfellow Deeds, no podía recaer en otro actor, que no fuera Gary Cooper, encarnación de todos los valores que transmite Mr. Deeds Goes To Town.
Entre los rasgos que reflejan los parámetros del cine clásico de Hollywood, podemos destacar en primer lugar, los referidos a elementos compositivos de la imagen.
Podemos ver por un lado, que la imagen siempre se compone de manera centrada; es decir, que los personajes, a menos que esté totalmente justificado, casi nunca se encuentran ubicados en un rincón de la imagen, y nuestra mirada siempre está dirigida hacia ellos.
Se respeta la regla de los 180°, y no se salta jamás ese eje, se respeta la ubicación de los elementos, y también la entrada y salida de los personajes en cada toma.
En la mayoría de las tomas, los personajes según su importancia, en el momento, mantienen cierta frontalidad, a pesar de que se utilizan muy pocos primeros planos.
Es una composición muy equilibrada, y con delicados y estables movimientos de cámara.
La misma trata, de ser en muchos casos “invisible” o pasar desapercibida.
Utiliza los créditos del final, y también los títulos, para contribuir en diferente medida a la narración, y esto también es una particularidad de este tipo de cine.
En los títulos, se nos muestra como parte de la narración, la importancia de cada personaje en la historia, a través de, por ejemplo, el orden en que estos van apareciendo en pantalla, el tamaño de la tipografía que se utiliza para cada uno, y el tiempo que los mismos aparecen en dichos títulos.
Por otra parte, si hablamos de las secuencias, podemos decir que Mr. Deeds Goes To Town, comienza con un determinado suceso, que será determinante luego, o que será el inicio de una situación que tendrá repercusiones.
Por otro lado, casi todas las secuencias, comienzan con un plano detalle, de algo en particular, y luego se abre el plano, o sobre ese mismo plano, ocurre algo.
Además, cada secuencia termina y se cambia a la siguiente, marcando una elipsis de tiempo, con un fundido en negro.
Cabe destacar además, que los saltos en el tiempo, no son demasiado utilizados en el cine clásico de Hollywood, pero en Mr. Deeds Goes To Town, están justificadas, por el paso natural del tiempo, que el espectador puede comprender e interpretar perfectamente.
Con respecto a la narración, también se manifiestan características específicas de este tipo de cine.
Por un lado, es una historia de fácil comprensión, sin ambigüedades, y con un mensaje y un objetivo claro.
Esto es fundamental en el cine clásico de Hollywood, porque pretenden historias realistas, que dejen un mensaje, y que sea éste comprensible en su totalidad para el público.
Los personajes se mueven de acuerdo a la línea de causa y efecto, y a la motivación que los impulsa.
No se dan manipulaciones de tiempo; solo pequeñas elipsis que comprimen el tiempo de la historia, para pasar a otro momento y situación, como se dijo anteriormente, y la historia es contada de manera lineal.
El montaje, casi imperceptible, contribuye a que se genere una buena continuidad, y que posea mucho realismo.
Los personajes son claros y definidos, y su motivación y objetivos también.
Por ejemplo:
Periodistas ambiciosos, heredero desinteresado, la periodista desesperada por mantener su trabajo, un hombre pobre, que hará cualquier cosa por dinero, etc.
Se utiliza montaje paralelo en algunas ocasiones.
Existen además, las 2 líneas de acción, descritas en el cine clásico de Hollywood:
El romance como una línea de acción muy importante, que mantiene el hilo del film, y los negocios, salir de la pobreza, hacer el bien, etc., cualquier actividad u objetivo del personaje.
Otro elemento importante a destacar, es la utilización de la música.
En Mr. Deeds Goes To Town, se utiliza música extra diegética, pero en algunas ocasiones, es utilizada música diegética, por ejemplo cuando los personajes tocan diferentes instrumentos; la música posee una función que contribuye a la narración.
La música extra diegética, es ilustrativa de la situación, y lo hace de manera que queda totalmente claro, el sentimiento de cada personaje, en cada momento del film.
Una característica importante del cine clásico de Hollywood, reflejada en Mr. Deeds Goes To Town, es la exaltación de diferentes valores, considerados importantes por la sociedad de los EEUU.
Se resaltan continuamente, los valores del heredero, “Deeds”, y lo buena persona que es, en contraposición con todos los demás, que parece ser lo común en esa sociedad; esta exposición continua de valores, se hace de manera explícita, e incluso, en los mismo diálogos sostenidos por los diferentes personajes durante el film.
Esto, a nivel de la narración es muy importante.
La situación en la que el personaje se ve envuelto, y los valores que posee, provocan un gran revuelo en la sociedad.
Se manifiestan huelgas, y se dan problemas sociales y políticos.
Se resalta que el dinero es ambición, de casi todas las personas, en esa sociedad.
Que todos hacen lo que sea por dinero.
Pueden pasar por encima a otras personas, aprovecharse de ellas, mentir, e incluso, cambiar de parecer, y hacer tratos según conveniencia, de hecho eso es lo que sucede:
Quieren quitarle la herencia a “Deeds”, la periodista miente, e inventa para obtener trabajo y beneficios, se aprovechan del personaje, etc.
Se termina comprendiendo, que el dinero no hace a la felicidad, y que muchas veces, puede traer demasiados problemas.
En Mr. Deeds Goes To Town, “Deeds” termina regalando su fortuna a los campesinos.
Hay que tomar en cuenta el significado de “Deeds” para comprender Mr. Deeds Goes To Town, como escritura, traspaso, o título de propiedad…
Hay en él, un enfrentamiento entre la idea “roostveltiana” de la pureza del individualismo democrático, y su degradación urbana, otra vez se contrapone el campo y la ciudad, una clara toma de partido del cineasta, a favor de los principios proclamados por el presidente Franklin Delano Roosevelt.
Esa pureza emotiva y noble, está representada por el pueblo natal del protagonista, Mandrake Falls, descrito de una manera idílica, en tanto que la degradación tiene a New York como escenario.
La gran ciudad, considerada como una jungla de asfalto, una selva de corrupción, donde aparecen los abogados corruptos, los villanos:
Intelectuales pedantes, y artistas que se miran al ombligo, codiciosos leguleyos, y periodistas sin ética.
¿Cómo van a mirar estas aves rapaces, a un hombre como Deeds, que al heredar una fortuna de un lejano pariente, decide repartir su dinero, entre los campesinos y granjeros arruinados por La Depresión?
Las realidades sociales que presenta, definen una sociedad con grandes diferencias, y la crítica a la alta sociedad es fantástica, como se puede ver en el comité de la ópera...
Por otra parte, se da una marcada importancia a los medios de comunicación, y principalmente a la prensa gráfica.
Se utiliza el recurso de mostrar diferentes sucesos, o sus repercusiones a través de la primera plana del periódico.
Se muestra cómo las personas, dan gran importancia a los medios de comunicación, y cómo la información dada, puede generar diferente impacto y repercusiones en la sociedad.
Esto, en La Época de Oro del cine clásico de Hollywood, era real.
Los medios de comunicación, poseían un papel protagónico en la sociedad, y gozaban de un gran poder por sobre la sociedad.
A su vez, otro rasgo importante, y a destacar en Mr. Deeds Goes To Town, es el reflejo, totalmente explícito de la crisis que se estaba viviendo en ese momento, en los Estados Unidos, y las medidas que desde la política, comenzarían a tomarse, dándoles el nombre de “New Deal”
Mr. Deeds Goes To Town, manifiesta esto entonces, en varias secuencias.
Un ejemplo claro, es el momento en que el granjero entra en escena, y expresa que todas las personas que tienen dinero, no se preocupan por los demás, mientras que él, no tiene dinero para alimentar a su familia.
Que existe mucha gente que se muere de hambre, y que no tiene trabajo, y que a los demás ciudadanos, solo les importa el dinero.
Se remarca que el granjero, hace días que no come.
Además, se explicita que existen miles de personas desempleadas, y sin nada que comer.
Éste es el puntapié que permita que “Deeds” decida donar su fortuna, a la zona agrícola, y equipar diferentes granjas.
Esto revoluciona el aparato financiero, y a los desempleados; que ven en Deeds, una esperanza para recuperarse de la crisis que arrasaba al país.
Esto refleja una de las medidas del “New Deal”, como es reactivar el sector agrícola, realizar obras para generar puestos de trabajo, y activar el sector obrero, etc.
A pesar de lo anteriormente dicho, y de ser Mr. Deeds Goes To Town, un film que refleja una sociedad, y en donde la misma, y las grandes masas tienen una gran participación, no deja de ser una historia entre uno o dos personajes particulares y protagonistas, tal como se manifiesta en el cine clásico de Hollywood.
El bucólico pueblo de Vermont, Mandrake Falls, hogar de Longfellow Deeds, ahora se considera un arquetipo de la pequeña ciudad de América, creando un tipo de vista “cracker-barrel” sobre los valores rurales, en contraste con la de sofisticada “gente de la ciudad”
La palabra “pixilated”, anteriormente limitado a Nueva Inglaterra, y atestiguado desde 1848, “estaba de moda en todo el país en 1936” gracias a su uso prominente en Mr. Deeds Goes To Town, a pesar de su uso en el guión, no se conoce un significado exacto.
“Everybody in Mandrake Falls is pixilated”
Hubo un tiempo, en que la gente asistía al cine, para evadirse de las dificultades, pero también, para reflexionar sobre lo que estaba ocurriendo en la calle, era gente sencilla, que a través del cine, se cuestionaba el sentido de la vida, a través de mensajes sociales, que artistas del pueblo, y para el pueblo, recreaban en fábulas sencillas, pero de gran calado.
En el cine, como en la vida, lo más difícil es conseguir un sello personal, que defina toda una obra propia, con señas de identidad tan precisas, como inequívocas.
“¿Por qué la gente disfruta con herirse mutuamente?” se preguntaba Deeds.
“¿Por qué no aprenden a quererse un poco más?”
¿Por qué tardamos tanto en comprender, que sólo cuando demos lo mejor de nosotros, podremos recibir lo mejor de los demás?
¿Por qué se tacha de ingenuos, a los que promueven la esperanza?
La única meta, es la unión de todos los hombres, para que así volvamos a habitar el paraíso.
¿Por qué es tan difícil hacerlo, si el conocimiento, la voluntad, y el amor, están en cada uno de nosotros?
Este maravilloso filme, es una invaluable lección de dignidad, de humildad, de desapego, y de la más absoluta comprensión de la existencia.
Dará fuerza a tu corazón, y te mostrará una perspectiva de la vida, que los modelos materialistas de la sociedad mantienen muy oculta, pero que es, precisamente, el camino para recuperar la felicidad.
A estas alturas, todos sabemos el tipo de director que fue Frank Capra, un hombre que vivía en un mundo aparte, en una irrealidad, y que con sus películas, usó sus armas para llevarnos con él, a ese mundo donde la gente es noble y bondadosa.
Por tanto, no creo que haya que explicar la inverosimilitud de sus películas, todo sea por darnos la razón, y el secreto de vivir.
¿Puede una persona tener $20 millones, y ser desdichado?
Por supuesto.
La felicidad se compone de detalles.
De cosas elementales que tenemos antes nuestros ojos, pero con el tiempo, se nos olvida que están ahí.
Capra siempre hizo películas, ensalzando al hombre sencillo.
De ahí su vigencia, por los siglos de los siglos.
Porque la obra de Capra, representa como pocas, la lucha por alcanzar “El Sueño Americano” aunque subyace en ella, una crítica al individualismo.
Sus películas, se asemejan a cuentos protagonizados por héroes anónimos, que luchan contra la maldad y la ruindad de poderosos corruptos, y sin escrúpulos, pero es optimista, satírica, y suele optar por el triunfo del bien, a pesar de todo.
El autor, se permite fantasear con los límites de la realidad, sin caer en la moralina, y con el solo propósito de brindarnos un cuento, de un hombre Cenicienta, que permite soñar con un mundo mejor.
Un valor, en definitiva, a considerar en un mundo actual, en el cual, el término se encuentra menospreciado por los eventos cotidianos, donde la realidad triunfa, tristemente, por sobre la ficción.
Naturalmente, este tipo de historias, no refleja de la manera más comprometida, la realidad de por entonces, pero maneja los temas con una técnica excepcional, un dinamismo, y un sentido del ritmo, que las convierte en atrapantes, mágicas, e imposibles de olvidar.
La diferencia de los cineastas de hoy, y los ayer, es que los primeros, tienen un objetivo en la cámara; mientras que los segundos, tenían una mirada en la vida.

“Welcome to Mandrake Falls.
Where the scenery enthralls.
Where no hardship e'er befalls.
Welcome to Mandrake Falls”



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