Wall Street

“Every dream has a Price”

Da miedo pensar, que la realidad supera la ficción con creces, la forma en como las grandes fortunas deciden como un movimiento de dedo, al estilo de la antigua Roma, el destino de miles, o millones de personas.
Un corredor o agente, es un individuo o institución, agente de bolsa, que organiza las transacciones entre un comprador y un vendedor, para una comisión, cuando se ejecute la operación.
Un corredor que también actúa como vendedor o como comprador, se convierte en un director de parte en el acuerdo.
Distinguir agente, que actúa en nombre de un principal.
Un corredor es el término en idioma castellano, para definir al “broker” en idioma anglosajón, es decir, el individuo o firma, que actúa como intermediario entre un comprador y un vendedor, usualmente, cobrando una comisión.
Además, se encarga de asesorar y aconsejar sobre temas relacionados con el negocio.
El oficio de agente, normalmente requiere de una licencia para ejercer.
En general, un corredor es un agente independiente, utilizado ampliamente en algunas industrias.
La principal responsabilidad de un corredor, es traer vendedores y compradores, y por tanto, un corredor es el facilitador de tercera persona, entre un comprador y un vendedor.
Corredores pueden representar, ya sea el vendedor, un 90% de las veces; o el comprador, un 10%; pero no ambos al mismo tiempo.
Un ejemplo, podría ser un corredor de bolsa, que hace que la compra o venta de valores en nombre de su cliente.
Los corredores, juegan un papel muy importante en la venta de acciones, bonos, y otros servicios financieros.
Hay ventajas de utilizar un corredor:
En primer lugar, conocen su mercado, y ya se han establecido relaciones con las cuentas potenciales.
Los corredores tienen las herramientas y recursos para llegar a la mayor base posible de compradores.
Un productor individual, por otro lado, especialmente uno nuevo en el mercado, probablemente no tendrá el mismo acceso a los clientes como un corredor.
Otra ventaja de utilizar un corredor, es el costo, que pueden ser más baratos en los mercados más pequeños, con cuentas más pequeñas, o con una línea limitada de productos.
Antes de contratar a un corredor, puede ser considerado prudente, la investigación de los requisitos relativos a alguien que use el título.
Un agente de bolsa, casa de bolsa, o corredor de bolsa, es entonces, una persona jurídica o natural, que previo encargo, tiene autorización para asesorar o realizar directamente, inversiones o transacciones de valores en los mercados financieros.
En los años 80, estamos en la década del capitalismo más salvaje, representado por el ínclito Ronald Reagan.
Esto encuadra lo que Wall Street busca analizar:
El corazón del capitalismo.
“A fisherman always sees another fisherman from afar”
Wall Street es una película dramática, del año 1987, dirigida por Oliver Stone.
Protagonizada por Michael Douglas, Charlie Sheen, Daryl Hannah, Terence Stamp, Martin Sheen, Hal Holbrook, John C. McGinley, Saul Rubinek, Tamara Tunie, Paul Guilfoyle, Sylvia Miles, Richard Dysart, Millie Perkins, Annie McEnroe, Sean Young, Anna Thomson, James Spader, Oliver Stone, entre otros.
El guión es de Stanley Waiser y Oliver Stone, los cuales construyen toda una parábola sobra la avaricia y la ambición, una especie de renovación del mito de “Mefistófeles” a través de una reinterpretación de la historia de “Fausto”
El protagonista, es “el señor” en el mundo tenebroso de las finanzas, cuyo reinado lo ha logrado a base de mentir, engañar, y corromper.
Su “víctima” es un inocentón, con ganas de ganar dinero, como todo el mundo, que cae en las garras de un perfecto manipulador, que lo lleva al reverso tenebroso, por así decirlo.
“Al realizar Wall Street, lo que yo quería reflejar realmente, era la guerra en casa, por así decirlo, la guerra que tiene lugar en la jungla de las finanzas de New York, mi ciudad natal”, dice Stone.
De hecho, el padre de Stone, era broker en New York durante La Gran Depresión, por tanto, el realizador ya estaba muy familiarizado con Wall Street cuando la dirigió.
De hecho, Wall Street está dedicada a su padre, Lou Stone.
Con este tinglado,  Stone compuso una estupenda película de emociones encontradas, denuncia melodramática de la ferocidad del capitalismo, y de lo que es capaz de hacer, detrás de golpes de estado, hambrunas, violaciones, y guerras, con un poco de imaginación, todos podemos ver lo que hay detrás de las pequeñas historias como estas.
Oliver Stone estrenó Wall Street, siguiendo la senda de ambición, y puesta al desnudo de las vergüenzas de la sociedad estadounidense.
En este caso, el punto de mira lo puso en los “brokers” neoyorquinos, como ejemplo de la falta de escrúpulos a la hora de amasar dinero sin sentido.
El relato de Wall Street, es el de un joven inocente, que en sus ansias por ascender en el difícil mundo de las finanzas, se deja tentar por el diablo que los observa a todos desde su altar, y se cree intocable.
Como no podía ser menos en una película ambientada en ese mundillo, la ambición y, sobre todo, la codicia son los temas fundamentales.
Wall Street obtuvo su único Oscar como Mejor Actor (Michael Douglas)
La acción tiene lugar en New York City, en 1987, a lo largo de unos meses.
Bud Fox (Charlie Sheen) es un joven “broker” que intenta abrirse camino en Wall Street.
Durante el día, trabaja en una empresa, y en sus ratos libres, intenta conocer a uno de los grandes magnates de las inversiones a quién admira:
Gordon Gekko (Michael Douglas)
Éste, decide contratarle como agente, y descubre que en este mundo, todo es dinero, lujos, y diversión, pero pronto se da cuenta, que su admirado Gordon Gekko, es un hombre sin escrúpulos, al que únicamente le importa el dinero, y que es capaz de hacer todo lo posible para conseguir su objetivo.
Y es en ese momento, cuando Bud debe decidir si acepta una operación muy atractiva, pero que infringe las reglas de la ética; comprenderá que eso tiene un alto precio con el que no contaba, y es que a veces, el camino hacia la gloria, no siempre está lleno de buenas intenciones, y no todo el mundo sale bien parado.
Finalmente, decide no aceptar esa operación, y actuar de forma honesta, sacando a la luz el engaño que Gordon Gekko utilizaba para conseguir su objetivo, el dinero.
Bud Fox se enfrenta a un dilema ético difícil, cuando sus intereses profesionales se enfrentan contra sus intereses familiares.
El padre de Bud, Carl (Martin Sheen) ha trabajado toda su vida como mecánico para una pequeña compañía aérea, y ahora dirige la unión mecánica.
Bud se entera de que su jefe, Gordon Gekko, tiene previsto hacerse cargo de la compañía aérea, y venderla, dejando a su padre y a muchos otros, sin trabajo.
Bud se enfrenta con el dilema, de si debía hacer lo que es mejor para su carrera, o lo que es mejor para su propio padre.
Wall Street describe la vorágine que se vive en torno a La Bolsa de New York, y de Wall Street, en un mundo dominado por el dinero, la rapidez de las transacciones, la obtención de información solvente, la difusión de información sesgada, la lucha por el poder en las empresas, las batallas para imponerse a los competidores, y el imperio del dinero, como valor central de la actividad humana.
Es un mundo dominado por la especulación, que no conoce principios, y en el que, con frecuencia, se bordea la ilegalidad.
Marca el contrapunto Carl Fox, padre de Bud, mecánico de mantenimiento, y líder del comité de empresa de una compañía aérea.
Su respeto por los valores como la lealtad, la veracidad, y la honradez; le enfrentan a Gordon y, también, a Bud.
En el mundo de Gordon, todo es excesivo, véase el despacho, los beneficios, los gestos.
Refleja la megalomanía de una persona maníaca, poseída por un afán compulsivo e insaciable de amasar dinero.
En Wall Street queda la radiografía del sistema en el que vivimos:
Un castillo de naipes construido por los gurús del capitalismo, que nos sirve para entender mejor, y en consecuencia, reflexionar mejor, sobre los actuales problemas surgidos de una crisis actual.
Una crisis que en su consecuencia negativa, nos estalló siendo toda una lección al bloque capitalista dominante del mundo.
En fin, una interesante película sobre el mundo despiadado de los “brokers” y tiburones que pueblan Wall Street, que nos invita a reflexionar, sobre lo que podría ocasionar en nuestra vida, una codicia extrema, y que nos ayuda a explicar algunos de los porqués de esta tremenda crisis que estamos padeciendo en estos momentos.
“That's the problem with money, it makes you do things you don't want to do”
Wall Street se ha convertido, en la muestra arquetípica de los excesos de la década de 1980, con Douglas defendiendo que “la codicia, a falta de una palabra mejor, es algo bueno”
Wall Street se define a sí misma, mediante una serie de conflictos morales que enfrentan la riqueza y el poder, contra la simplicidad y la honestidad.
Stone expone varios aspectos de la economía moderna, pero íntimamente relacionados con la sociedad:
En primer lugar, la primacía de la economía especulativa, frente a la productiva.
Los protagonistas se dedican a la compraventa de activos financieros.
Es un sector que no produce bienes, sino que canaliza el ahorro hacia la inversión, y por ende, sirve para inyectar liquidez a empresas productoras, y con ello, proseguir el ciclo de producción.
No es sector exento de utilidad, en absoluto.
Sin embargo, no ocurre eso.
A Gekko le da lo mismo la producción.
Él simplemente especula.
En segundo lugar, aborda cuestiones relativas al poder de la información.
Si en una transacción, una de las partes tiene más información que la otra, es evidente que tiene ventaja.
La historia se zambulle en el problema de la asimetría informativa, cuando de él dimana el éxito empresarial.
Cómo obtener la información ventajosa da lo mismo.
No hay límites, salvo los legales, pero eso basta con burlarlos.
En tercer lugar, nos habla de la codicia, de la sed de triunfo, de la falta de un referente ético, y de la inmediatez.
El beneficio a corto plazo, es lo relevante, no en vano, los financieros retratados operan en el intradía.
Tienen un horizonte temporal de minutos, a lo sumo de horas.
Esto contrasta con la paciencia de los veteranos, que enfatizan que lo bueno se hace esperar.
Lo bueno madura con lentitud, pero madura.
Las empresas “chicharreras” ofrecen una rentabilidad muy alta a corto plazo, pero no tienen visos de continuidad.
Nacen y crecen para vivir el “carpe diem” económico.
Por otra parte, la falta de ética se observa en la carencia de límites, en la incapacidad para distinguir lo justo de lo injusto.
Es el “todo vale” en cualquier circunstancia.
Es un mundo de psicópatas.
Es un mundo en el que goza de predicamento “el darwinismo económico” más brutal.
Por último, también expone sin ambages, la influencia que ejercen tipos como Gekko en la política, es decir, la influencia y el poder del dinero.
Nos viene a decir, que los representantes electos, son marionetas en manos de gente como él.
Muy halagüeña realidad...
Wall Street no es una película que cuente una historia agradable.
Cuenta una historia de pugna inmisericorde, en pos de un objetivo efímero, y sin profundidad.
Es la historia de la economía moderna, de la sociedad moderna.
Es, para mí, un retrato muy bueno, pero también muy aciago.
Más de 20 años han pasado, y nada ha cambiado.
Gordon Gekko, es un frío especulador de altos vuelos, sin ningún tipo de impedimento moral, que utiliza cualquier método, incluido el espionaje industrial, para alcanzar a sus objetivos.
Justifica su modo de vida lujoso, y de actuar en los negocios, con varias frases “filosóficas”:
Gordon Gekko, proviene de una familia de New York, de escasos recursos económicos, y bajo estrato social, lo cual lo incentiva a querer ascender económica y socialmente.
Así, comienza a forjar su fortuna en Wall Street, demostrando rápidamente, talento y habilidad para las transacciones financieras, compra y venta de activos, movimientos con capitales de riesgo, bonos, y maniobras económicas sin precedentes.
Ya para entonces, Gekko ha consolidado su reputación de “Tiburón Financiero” y finalmente consolida su fortuna y su posición, al casarse con Kate Federico (Sean Young), la hija y única heredera de Wisher Federico, un multimillonario propietario de hoteles.
A partir de ahí, Gekko acelera aún más su producción económica, al dedicarse a las fusiones entre compañías financieras, a inversiones en bienes raíces, y a consolidar empresas, con él, ocupando los puestos de La Directiva.
Finalmente, ya para mediados de los 80, su fortuna ha ascendido a más de $600 millones, sólo en activo poseídos, y billones en negociaciones y demás propiedades, además de haberse consolidado, como el más poderoso e influyente empresario financiero del país.
Gordon Gekko, es el personaje central en la trama de Wall Street, y viene a representar la ambición desmedida, un ser inteligente, astuto, hábil en todo lo que a finanzas se refiere, pero también calculador, manipulador, inescrupuloso, y dispuesto a todo, con tal de obtener lo que desea, habiendo logrado construir un extraordinario imperio financiero, con base en sus propias capacidades.
Su éxito y obsesión con el poder, y la esencia misma del capitalismo, lo perfilan como un defensor de primer orden, del “Darwinismo Social”, provocando la formación de su filosofía de vida, resumida en su famoso discurso en la Universidad de California en Berkeley:
“La codicia, a falta de una palabra mejor, es buena; es necesaria y funciona.
La codicia clarifica y capta la esencia del espíritu de evolución.
La codicia en todas sus formas:
La codicia de vivir, de saber, de amor, de dinero; es lo que ha marcado la vida de la humanidad”
Gekko es un personaje extremadamente popular, aun cuando hace las veces del personaje que sería convencionalmente considerado como “villano”, pero lo cierto es que presenta un matiz muy humano, al considerarse superior a todo, pero al mismo tiempo, demostrar una vulnerabilidad propia de las personas, como lo sería su desmedida ambición, con la notoria diferencia de que él sabe cómo materializar tales ambiciones, y no teme hacer lo que sea necesario para ello.
Igualmente, ello contribuye a su perfilamiento como “Icono del Darwinismo Social”, siendo su famosa cita, “la codicia es buena”, parte de la cultura popular, no sólo de Estados Unidos, sino a nivel global.
El “darwinismo social” es una teoría social, que propugna por la idea de que La Teoría de La Evolución de Charles Darwin, tiene aplicaciones sociales en instituciones humanas.
Está basado en la idea de la supervivencia del más apto, concebido como mecanismo de evolución social, y la creencia de que el concepto darwiniano de la selección natural, puede ser usado para el manejo de la sociedad humana, insistiendo en la competición racial, nacional, de clase, etc.; por recursos naturales, o diversos puestos sociales.
Además de ser un gran conocedor del “Arte de La Guerra” de Sun Tzu, razón por la cual cita constantemente frases de este libro durante la historia; el aspecto magnético de la esencia del personaje de Gordon Gekko, así como el hecho de ser referencia e inclusive, la representación misma, y más pura del capitalismo, lo que han hecho que sea uno de los más reconocidos, y aclamados personajes del Séptimo Arte.
En 2003, el American Film Institute lo posicionó en el #24, de La Lista de 50 Grandes Villanos de Todos Los Tiempos.
Así mismo, en 2008, Forbes, lo designó en el 4º lugar de su lista de “Los 15 Personajes Ficticios Más Ricos”, con una fortuna estimada en $8,500 millones.
Tras esto, Bud Fox se convence, de que aliarse y aprender del mítico empresario e inversionista, es la mejor manera de alcanzar la riqueza que tanto anhela.
Logra trabajar con él, al proporcionarle información confidencial de una empresa de aerolíneas, y debido a esto, Gekko apuesta por el corredor de bolsa, para encomendarle comprar acciones de dicha empresa.
Éste desconocía las malas intenciones de arruinar la empresa, tras haber ganado una jugosa cantidad de millones de dólares.
Esta ganancia, la pretendía obtener, inflando el valor de las acciones, es decir, cada acción iba a estar sobrevalorada, a diferencia de su valor que era menor en los registros, esto para que los compradores de acciones, confiaran en que la empresa de aerolíneas iba a repuntar dentro de su mercado, y también compraran acciones, y que fuera lo antes posible, ya que iban en cada momento, a un valor mayor.
Así, Gekko se favorece de la transacción, ganando millones, pero conduciendo a la desintegración y caída de la susodicha compañía, algo con lo que Fox, no está de acuerdo, por considerarlo inhumano e inmoral, cosas que para Gekko no son de importancia, por lo cual, no las toma en cuenta, y sigue con el proceso.
Sin embargo, Gekko terminará siendo sometido a una investigación por violación de sistemas de seguridad, y manejo ilícito de capitales, debido a la transacción realizada por él con la aerolínea.
En dicha investigación, colaboran múltiples empresarios y miembros de la comunidad financiera, hartos de la tiranía de Gekko, ente ellos, el que lidera tales colaboraciones es Bretton James (Terence Stamp), quien se beneficia de la caída de Gordon, al crear un vacío de poder en el mundo financiero, vacío que él está listo para llenar.
Al final, Gekko es declarado culpable, y sentenciado a permanecer en prisión, cumpliendo una condena de 14 años.
El personaje de Gekko, se dice, que es un compuesto de varias personas reales, entre ellas:
Owen Morrisey, Dennis Levine, Ivan Boesky, Carl Icahn, Asher Edelman, Michael Ovitz, Michael Milken, y el propio Stone.
El personaje de Sir Lawrence Wildman, por su parte, siguió el modelo del prominente financista británico, y “raider” corporativo, Sir James Goldsmith.
El personaje de Carl Fox, encarnado por Martin Sheen, representa en Wall Street, a la clase trabajadora:
Es el líder del sindicato de los trabajadores de mantenimiento de Bluestar.
En forma permanente, Carl ataca a los grandes negocios, el dinero, las inspecciones obligatorias de drogas, a los fabricantes codiciosos, y toda otra cosa que el percibe como una amenaza contra su sindicato.
El conflicto entre la búsqueda permanente de riqueza por parte de Gekko, y el enfoque de izquierda, por parte de Carl Fox, son la base del trasfondo de Wall Street.
Este trasfondo, puede ser descrito conceptualmente, por los 2 padres que luchan por el control sobre la moral de su hijo, un concepto que Stone ya había utilizado en “Platoon” (1986)
En Wall Street, el trabajador Carl Fox, y el hombre de negocios inescrupuloso, Gordon Gekko, representan a los padres.
Los productores de Wall Street, utilizan a Carl como su voz en la obra, una voz que llama a la razón, en medio de la destrucción creativa que resulta de la filosofía personal, fuera de control de Gekko.
La destrucción creativa en economía, es un concepto ideado por el sociólogo alemán, Werner Sombart, y se popularizado, por el economista austriaco, Joseph Schumpeter, en su libro “Capitalismo, Socialismo y Democracia” (1942)
Con él, describe el proceso de innovación que tiene lugar en una economía de mercado, en el que los nuevos productos destruyen viejas empresas, y modelos de negocio.
Para Schumpeter, las innovaciones de los emprendedores, son la fuerza que hay detrás de un crecimiento económico sostenido a largo plazo, pese a que puedan destruir en el camino, el valor de compañías bien establecidas.
“El Proceso de Destrucción Creadora”, escribe Schumpeter con mayúsculas, “es el hecho esencial del capitalismo”, siendo su protagonista central, el emprendedor innovador.
El tema de la gobernabilidad corporativa, es fundamental en la trama de Wall Street; pues pone de manifiesto un problema fundamental, en la forma en la que las empresas se rigen, y es que ellas están controladas por los administradores y los corredores de bolsa, no los accionistas que realmente poseen las empresas.
Como señala Roger Ebert:
“Los asesinatos de grandes mercados, son hechos por los hombres, como Gekko, que se lanzan en picado, y encajan compañías enteras por debajo de las narices de sus accionistas”
El dilema ético es, si se debe actuar en interés de los accionistas, o en el interés propio.
Para Gordon Gekko, la respuesta es la segunda, pero para Bud Fox, no está tan claro.
Una escena importante en Wall Street, es un discurso de Gekko, en una reunión de accionistas de Teldar Paper, una empresa que está planeando comprar.
Stone utiliza esta escena, para darle a Gekko, y por extensión, a los “riders” de Wall Street que personifica, la oportunidad de justificar sus acciones, lo cual hace en forma memorable, llamando la atención, en cuanto a los desperdicios que las corporaciones de Estados Unidos acumularon durante los años de postguerra, y de lo cual, él se considera un “liberador”
La inspiración para el discurso “la codicia es buena” parecería, o proviene, de 2 fuentes:
La primera parte, en la que Gekko se queja en cuanto a que la dirección de la empresa, solo es dueña de menos del 3% de las acciones, y que posee demasiados vicepresidentes, está tomada de discursos similares y comentarios realizados por Carl Icahn, con respecto a empresas que estaba intentando comprar o controlar.
La defensa de la codicia, está basada en una charla que el agente de bolsa, Ivan Boesky, quien luego fue acusado de prácticas desleales en la bolsa de comercio, dio el 18 de mayo de 1986, en La Escuela de Negocios de la UC Berkeley, cuando expresó:
“No hay nada malo en cuanto a la codicia.
Yo quiero que ustedes sepan esto.
Yo creo que la codicia es sana.
Se puede ser codicioso, y aun así estar bien con uno mismo”
Su perspicacia, a la hora de prever las adquisiciones de unas empresas por otras, lo convirtió en uno de los agentes de bolsa más ricos de New York.
Sin embargo, en 1986, inspectores federales descubrieron, que un empleado de la empresa Drexel Burnham Lambert, Inc., había estado transfiriendo información privilegiada a Boesky, entre otros.
Fue condenado por fraude, por lo que llegó a un acuerdo con El Gobierno, para darle información a cambio de una sentencia de cárcel menor.
Tuvo que pagar una fianza de $100 millones, como garantía por la liquidación de su agencia de cambio y bolsa, se le prohibió el ejercicio de las finanzas para el resto de su vida.
Pasó 2 años encarcelado en Lompoc Federal Prison Camp de California, y después 6 meses más en una cárcel de mínima seguridad.
Fue puesto en libertad en 1990; y actualmente reside en California.
Wall Street no es una crítica englobadora del sistema capitalista, solo de la cultura cínica, y de réditos rápidos de la década de 1980.
Los personajes “buenos” a su vez son capitalistas, pero de una manera más estable, y que reconoce el esfuerzo por ganarse el sustento.
En una escena, Gekko reacciona ante la pregunta de Bud Fox, sobre el valor moral del trabajo duro, citando el ejemplo del propio padre de Gekko, quien trabajo con gran dedicación toda su vida, y falleció en la mediocridad.
Lou Mannheim (Hal Holbrook), como un arquetipo de un hombre de edad sabio, expresa al comienzo de Wall Street, que “a veces toma tiempo lograr buenos resultados”, en referencia a IBM y Hilton, por contraste, el credo de Gekko en cuanto a que “la codicia es buena” tipifica la visión de corto plazo, que prevalecía en la década de 1980.
Bud Fox, el protagonista, es uno de estos seres.
Vive de prestado, y su sueño es conocer a Gordon Gekko, suerte de gurú financiero, que en pocos años ha amasado una enorme fortuna.
La filosofía de Gekko se resume en las enseñanzas de “El Arte de La Guerra” de Sun Tzu, y la agresividad y prepotencia en los negocios, levanta o envía a la quiebra, a empresas por el mero recurso del “spread”, o diferencial de ganancia.
Bud Fox no sabe, que será una víctima más de los tentáculos de Gekko, y que caer en esas redes, puede ser mortal.
También, es el mundo de Gekko, y en él todo es excesivo, desde su despacho hasta sus beneficios.
Retrata la megalomanía de una persona maníaca, poseída por un afán compulsivo e insaciable de amasar dinero, sin más propósito en su existencia.
Frente a este estilo de vida, Carl Fox, padre de Bud, mecánico de mantenimiento, y líder del comité de empresa de una compañía aérea, marca el contrapunto.
Su respeto por los valores, le enfrentarán a Gekko, y también a su propio hijo.
Los personajes están insatisfechos, enfermos, estresados, con deudas, cuentas pendientes, y su única razón de ser, es la esperanza de que el próximo negocio arroje suculentas ganancias.
Los mueve la ambición y el egoísmo, la búsqueda del dinero fácil, vía trampas, desmesura, uso de información privilegiada, chantajes... todo aquello que Bernard Mandeville o Adam Smith intentaron demostrar, y sobre lo cual construyeron sus dogmas.
La elección de Michael Douglas para interpretar, al que sin duda es el papel de su carrera, y que le valió un Oscar, fue tan arriesgada, como acertada.
Douglas supo presentar al malo soñado por todos:
Atractivo y seductor; el típico malo que nos atrae y nos repele a partes iguales.
Esa seducción, es la que provoca Gekko en el personaje interpretado por Charlie Sheen, y en todos nosotros.
Douglas destila un carisma arrollador en todos, y cada uno de los planos en los que sale.
Al igual que su personaje, ensombrece todo aquello que pasa por su lado, y consigue transmitir lo odioso que resulta su Gekko, con el que Stone realiza el mayor acierto en su puesta en escena.
Cuando logra que Fox esté totalmente de su lado, y empezamos a ver el verdadero rostro de Gekko, Stone ensombrece todo lo que rodea al personaje, haciendo que éste brille en la oscuridad, simulando un “rey de las tinieblas”; más adelante, cuando Fox le da la vuelta a la situación, Stone hace todo lo contrario, ensombrece al personaje, y baja la cámara, situando al rey en su trono, pero completamente vencido.
Charlie Sheen, empezó a dar muestras de que su talento era más bien escaso, y solo se salva cuando está bien acompañado por Douglas, o por su inmenso padre, Martin Sheen.
Su partenaire sentimental, Daryl Hannah, no salió mejor parada, y a la pobre se le ve con muy pocas ganas de estar por allí.
De hecho, ambos salieron echando pestes de Stone:
El primero dijo que nunca volvería a trabajar con él, tras 2 películas seguidas, y la segunda, aun a día de hoy, reconoce no haber visto Wall Street.
Dice Douglas:
“La gente disfruta con Gekko, lo cual siempre me ha asombrado, porque realmente es un ser repugnante”
Pero al fin y al cabo, concluye Douglas, Wall Street es cine.
“A la gente le gustan las historias sobre el poder; a la gente le seduce el poder.
Por tanto, pienso que esa es la razón por la cual, Gekko y Wall Street han conseguido perdurar durante todos estos años”
Y es que Wall Street forjó la imagen de la cultura financiera de esta ciudad, en cierto modo, influyó realmente en las personas que trabajan allí, a la hora de comportarse y vestirse.
Efectivamente, el carisma de Gekko, y su actitud de no casarse con nadie, ante la posibilidad de hacer negocio, y adquirir riqueza, es lo que le ha convertido, sorprendentemente, en un héroe para muchos.
Los jóvenes de Wall Street, no sólo imitan a Gekko, llevando su característico pelo engominado y tirantes, sino que también, se han tomado muy en serio su famosa consigna.
“La popularidad de Wall Street ha aumentado con los años”, añade Stone, que inicialmente se sorprendió, de la forma en que el público admitía a Gekko.
“Hice Wall Street en tono de moraleja, y creo que fue malinterpretada por muchos.
Todavía me resulta increíble, el número de personas que se me acercaban durante estos años, y me decían:
Empecé a trabajar en Wall Street debido a su película.
Muchos de ellos tienen ahora unos 30 o 40 años, y lo han hecho bastante bien en Wall Street, son hombres de negocios honestos, debería añadir”
Lo más curioso, y también lo mejor es que Wall Street, no se siente como una película que acabe de cumplir 25 años.
No es solo que los temas de los que hable y reflexione, nos parezcan tremendamente actuales con la que está cayendo, sino que si no fuese por los estilismos, la música, y los teléfonos móviles del tamaño de un ladrillo, podría parecer que la rodaron la semana pasada.
Porque al final, como reconoce el propio Gordon Gekko, él no es un tipo que construya ni fabrique nada, él sólo se dedica a especular, a comprar y vender, intentando sacar tajada del débil, sin ningún escrúpulo, sin mirar los cadáveres que deje por el camino, y mirando sólo la cuenta de resultados.
¿Les suena de algo?
Wall Street posee una dinámica implacable, y la música de Stewart Copeland, ex The Police, aporta las pinceladas precisas a ese oscilar entre el delirio y la frustración.
Algunas memorables perlas de la banda sonora:
Frank Sinatra cantando “Flying to The Moon”, en los créditos iniciales, y Brian Eno y David Byrne con “Americam is Waiting”, 2 de los temas centrales que dan intensidad a este filme-radiografía, sobre la génesis de la codicia, la ambición, y la cultura del saqueo moderno.
Imperdible.
“America, America has become a second-rate power.
Its trade deficit and its fiscal deficit are at nightmare proportions”
Vale la pena ver Wall Street, para reflexionar sobre el mundo que recibimos como herencia, al premio de triunfar, únicamente si sabemos “manejar el dinero”
Pero también, para ver la decadencia del imperio estadounidense, que no pasa por el desplome de las Twin Towers, que en Wall Street tiene 7 planos memorables de Las Torres Gemelas, ni por la caída del Muro de Berlín...
Como muestra Stone, el germen de la putrefacción, venía incubándose de mucho antes.
La caída del muro, y de las Twin Towers, solo aceleraron la debacle de la hegemonía estadounidense.
El 19 de octubre de 1987, una espectacular caída de La Bolsa de New York, hizo temblar a Wall Street.
Entonces, millones de inversores se lanzaron a vender 550 millones de sus acciones en un solo día.
Los resultados:
$850 mil millones en pérdidas.
El llamado “Lunes Negro” superaba incluso el desplome de 1929.
Solo 5 días después de aquella crisis, se analizaban las causas que habían llevado a esta huida masiva de renta variable; y hoy son muchos los expertos que encuentran paralelismos entre lo que sucedió aquel octubre del 87, y la situación actual de los mercados.
Las denominaciones “Lunes Negro” y “Martes Negro” también se utilizan para hacer referencia a las caídas sufridas, el 28 y 29 de octubre de 1929, tras el desplome del “Jueves Negro” el 24 de octubre del mismo año, que marcó el inicio del colapso de los mercados en 1929.
La caída del “Lunes Negro” fue el mayor derrumbe porcentual, sucedido en un mismo día, en la historia de los mercados de valores.
Otras caídas históricas, que tuvieron lugar tras el cierre de varios mercados, fueron el sábado 12 de diciembre  de 1914, cuando el Dow Jones cayó un 24,39 % al cierre del último cuatrimestre, a consecuencia del estallido de La Primera Guerra Mundial; y el lunes 17 de septiembre de 2001, el primer día de apertura de las bolsas, tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, a Las Torres Gemelas del World Trade Center y al Pentágono, en las ciudades de New York y Washington DC, respectivamente.
Debido a los despidos de las firmas financieras, y la inestabilidad de las bolsas, durante la crisis financiera de 2008, dejaron las firmas de Wall Street, 7,700 agentes, y hasta abril del 2009, se fueron 11,600.
Así, Bank of America Merrill Lynch, perdió alrededor de 2,200; Morgan Stanley, 1,200…
Muchas de esas personas, han cambiado de profesión.

“Greed, for lack of a better word, is good”



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