Pollock

“If people would just look at the paintings, I don't think they would have any trouble enjoying them.
It's like looking at a bed of flowers, you don't tear your hair out over what it means”

Hay momentos, delante de un cuadro, que uno puede pensar, que ese artista es de una raza superior, alejada del común de los mortales.
Que no puede existir un vínculo humano, entre ese visitante, y pintores como:
Claude Monet, Kandinsky, Mark Rothko, y Jackson Pollock.
Paul Jackson Pollock, fue un influyente artista estadounidense, y un referente en el movimiento del expresionismo abstracto.
El expresionismo abstracto de Pollock, supuso una ruptura con la pintura tradicional, que recurría a imágenes y temas, para poder expresar sentimientos.
La pintura, se convirtió en abstracción, y ya no requirió de la necesidad de explicar algo, simplemente, se convirtió en furia y pasión.
Considerado uno de los pintores más importantes de los Estados Unidos en el siglo XX, el pintor se casó con la pintora Lee Krasner, en 1945, la cual le brindó todo su apoyo siempre, a pesar de las adversidades, y de los múltiples vicios de Pollock.
La obra pictórica de Pollock, se basa en el “automatismo”, en una escritura automática, que pretende reflejar los fenómenos psíquicos, que tienen lugar en el interior del artista.
Pintó bajo la influencia de Picasso y del surrealismo, y en 1936, tuvo ocasión de trabajar en el taller experimental del muralista Sequeiros, usando pintura con bomba de aire, y aerógrafo.
Se inspiró también, en los indios norteamericanos, y en sus pinturas de arena.
Pollock se distanció del arte figurativo, y desarrolló técnicas como el “splashing” o el “dripping”, consistentes en lanzar pintura al lienzo, o dejarla gotear encima de este, sin utilizar dibujos ni bocetos.
Pollock extendía la tela, normalmente sin tratar, sobre el suelo, y corría o danzaba a su alrededor, y dentro de ella, derramando la pintura de manera uniforme.
Pero la carrera de Pollock, se vio súbitamente interrumpida, cuando falleció en un accidente de coche, a la edad de 44 años, en 1956.
Poco antes, en agosto de 1949, la revista Life, publicaba el siguiente titular:
“Jackson Pollock:
¿El mejor pintor vivo de los EEUU?”
El artículo incluía fotografías de Pollock en su famosa pose:
Chaqueta negra y vaqueros azules, brazos cruzados sobre el pecho, y uno de sus lienzos detrás de él.
Conocido por entonces en el círculo artístico de New York, Pollock se convirtió a partir de entonces, en una de las primeras estrellas del arte en EEUU, y su estilo radical de pintura, consiguió cambiar el rumbo del arte moderno.
De su corta vida, se dice que los únicos años destacables, fueron aquellos en que logró controlar su alcoholismo, es decir, el período entre 1949 y 1950.
Peggy Guggenheim fue su mecenas, quien le entregaba una mensualidad.
Durante la década de los años 1950, Pollock recibió apoyo de la CIA, por medio del Congress for Cultural Freedom (CCFl)
Y es que Pollock, es mucho más que un pintor, también representa para la cultura de EEUU, la superación en contra del arte soviético, demostrando que los Estados Unidos, era un país donde al artista, no se le ponía límites, sino que era capaz de ser totalmente creativo.
O así es como ellos mismos lo han intentado vender, claro.
Jackson Pollock se caracteriza en su dimensión artística, entre otras cosas, por ser uno de los renovadores del concepto de la plasmación gráfica, a través de una serie de técnicas de tratamiento de la pintura, no experimentadas hasta entonces, y la teorización fundamentada y racional que conlleva la explicación del desarrollo de la abstracción, en la realización de sus trabajos.
Toda esta dimensión creada por Pollock, fue la precursora del nacimiento del Expresionismo Abstracto, como rama artística de gran peso, entre la década de los 40 y 60.
En esa época, Pollock también conoce el célebre pintor mexicano, David Alfaro Siqueiros, de quien aprende mucho por sus nuevas técnicas para pintar, y después de esa época, siendo una de las vanguardias contemporáneas, con uno de los grandes trasfondos teóricos existente en este tiempo.
La creación de este estilo, se daba porque la acción de pintar, se producía de una forma subconsciente en sí mismo, trabajando de una forma autómata, que será lo que se denominará “automatismo”
Buscaba la representación dramática e irrefrenable del subconsciente.
Todo esto, estaba condicionado por la búsqueda de levantar emociones sobre el público expectante, por lo que ante los nuevos acontecimientos sociales producidos en el siglo XX, que no podrían ser representados a modo tradicional, realista; ya que conducía una serie de sentimientos tan radicales y desconocidos.
Para ello, debían surgir nuevas técnicas, y maneras de tratar la pintura y el concepto artístico.
Esto es lo que finalmente se dará a conocer como “Action painting”
Como puntos a tener en cuenta de su trayectoria artística, desde la visión plástica y física de la realización de la obra, es la creación novedosa del término mencionado antes llamado “Action painting”, que consistía en posicionar el lienzo, siempre de grandes dimensiones, a ras del suelo, y utilizar los pinceles de forma rígida, contundente, y con movimientos rápidos, bruscos, y autómatas.
Busca el desplazamiento del propio artista, alrededor del lienzo, para sincronizar ese movimiento.
Esto es la clave que representa el carácter marcado de su obra, que está impregnada de movilidad, y un caos con un cierto orden en sí mismo.
De esta gran concepción de la pintura, se desata otra de las técnicas creadas por este gran genio; el “dripping”
Esto consiste en la utilización de la pintura, con toda su propia vitalidad y dinamismo puro, usaba los botes de pintura con una perforación en su parte inferior, para que la pintura se aplicara sobre el lienzo goteando, con movimientos bruscos y de dirección cambiante.
También, se lanzaba la pintura contra el lienzo, y el uso de aerosoles.
Solía ser siempre pintura acrílica con la que trabajaría sus obras.
Otro de los grandes términos que marcaran su trabajo artístico, es el “all-over” que consiste en no dejar espacio alguno sin cubrir, buscando crear una atmósfera completa, y sin limitaciones de marcos.
A causa de esta forma de pintar, Pollock fue apodado “Jack The Dripper”, juego de palabras con “Jack The Ripper”, y que podría traducirse como “Jack El Goteador”
Pollock, comenzó a usar esta técnica, en el año 1947, año en el que precisamente participó en la última exposición en la galería Art Of This Century.
Como punto final, para poder comprender la dimensión psicológica del autor, ante la creación de la obra, y la explicación de los términos anteriores, el siguiente testimonio del propio Pollock, consigue aclararnos esta dimensión:
“Mi pintura no procede del caballete.
Por lo general, apenas tenso la tela antes de empezar, y, en su lugar, prefiero colocarla directamente en la pared, o encima del suelo.
Necesito la resistencia de una superficie dura.
En el suelo, es donde me siento más cómodo, más cercano a la pintura, y con mayor capacidad para participar en ella, ya que puedo caminar alrededor de la tela, trabajar desde cualquiera de sus 4 lados, e introducirme literalmente dentro del cuadro.
Se trata de un método similar, al de los pintores de arena de los pueblos indios del oeste.
Por eso, intento mantenerme al margen de los instrumentos tradicionales, como el caballete, la paleta, y los pinceles.
Prefiero los palos, las espátulas, y la pintura fluida que gotea y se escurre, e incluso, un empaste espeso a base de arena, vidrio molido, u otros materiales inusuales adicionados.
Cuando estoy en la pintura, no me doy cuenta de lo que estoy haciendo.
Sólo después de una especie de período “de acostumbramiento” ver, en lo que he estado.
No tengo miedo de hacer cambios, destruir la imagen, etc., pues la pintura tiene una vida en sí misma.
Trato de que ésta surja.
Sólo cuando pierdo el contacto con la pintura, el resultado es una confusión.
Si no, es pura armonía, un fácil dar y tomar, y la pintura sale muy bien” dijo en su momento, el artista.
De esta manera, lo que Pollock plasma en la tela “no era una imagen, sino un hecho, una acción”
Paralelamente, la vida de los 2 pintores, Pollock y Krasner, tuvo sus altibajos, mientras que su esposa Lee Krasner, deja a un lado su trabajo, para impulsar la carrera de Pollock, él comienza a revelarse emocionalmente, pues los tormentos que marcaron la vida del artista, quizás los mismos que lo llevaron a pintar desde el principio, continuaron persiguiéndole.
Mientras lucha contra su falta de confianza en sí mismo, en una batalla entre la necesidad de expresarse, y el deseo de silencio, Pollock comienza a recorrer una espiral hacia abajo, que lo llevará a destruir los fundamentos de su matrimonio, y su carrera.
Lee Krasner murió tiempo después que Pollock, a la edad de 75 años, en 1984.
En recientes estudios, se ha hecho la hipótesis de que Pollock sufría de un trastorno afectivo bipolar.
Y es que Pollock, que sufría de alcoholismo, murió en un accidente automovilístico a los 44 años.
Fue un artista controvertido, criticado por unos, y halagado por otros.
Sus obras más conocidas, son salpicaduras de pintura, que parecen caprichosas, sobre lienzos grandes y pequeños.
Algunas, presentan brillantes colores, mientras que otras son en blanco y negro.
“Fuck Picasso”
Pollock es una película dramática estadounidense, del año 2000, producida y dirigida por Ed Harris.
Protagonizada por Ed Harris, Marcia Gay Harden, Tom Bower, Jennifer Connelly, Bud Cort, John Heard, Val Kilmer, Robert Knott, David Leary, Amy Madigan, Sally Murphy, Molly Regan, Stephanie Seymour, Matthew Sussman, Jeffrey Tambor, Sada Thompson, Norbert Weisser, entre otros.
El guión es de Barbara Turner y Susan J. Emshwiller, basados en la novela “Jackson Pollock: An American Saga” de Steven Naifeh y Gregory White Smith; y basados también, en la vida del pintor abstracto estadounidense, Jackson Pollock.
Jackson Pollock fue el representante más destacado del denominado informalismo sígnico-gestual, una de las diversas subtendencias integradas en el informalismo pictórico, junto a lo matérico, lo tachista, y lo espacialista, que llegó a desarrollar una técnica, el “dripping” que consiste en derramar pintura, directamente sobre la tela, produciéndose en dicha operación “goteos”
Pues bien, la figura de este pintor, como de casi todo artista plasmada en pantalla, controvertido, alcohólico, y con ciertas tendencias autodestructivas, le ha servido al exitoso actor, Ed Harris, para dar su salto a la realización, en un film anclado en la ya más que manoseada estética del cine independiente de Hollywood.
Pollock es la prueba del gran amor que siente Harris por el sensacional pintor, y en consecuencia, es un claro ejemplo de, cómo la más ferviente de las voluntades, no tiene mucho que hacer, contra la ausencia de talento.
El rodaje de Pollock, sin embargo, tuvo 50 días de descanso, para que Harris ganara 30 libras, y dejarse crecer la barba para caracterizar su personaje.
De hecho, el propio Harris, hizo toda la pintura se ve en Pollock.
Pollock obtuvo para Marcia Gay Harden, un Premio Oscar como Mejor Actriz de Reparto; y una nominación para Ed Harris como mejor actor.
Y es que una vida tan convulsa, y un arte tan rompedor, exigía ser trasladado al cine.
El actor Ed Harris, obsesionado durante años, con el hombre atormentado, y el artista excepcional que fue Jackson Pollock, se ha colocado por primera vez, detrás de la cámara, para ofrecernos una película admirable; una obsesión personal de Ed Harris, en la que ha invertido 15 años de su vida, desde que leyó la biografía del popular pintor, escrita por Steven Naifeh.
Así pues, Harris consiguió el dinero, supervisó el guión, protagonizó la obra y, por supuesto, la dirigió.
Pollock inicia en el New York de los años 40.
Jackson Pollock (Ed Harris) y Lee Krasner (Marcia Gay Harden), pintores y amantes, se encuentran en el centro del mundo artístico neoyorquino.
Cuando contraen matrimonio, se trasladan al campo; ella abandona su trabajo, para entregarse en cuerpo y alma al arte de Pollock, que empieza a crear una obra extraordinariamente original, que lo convierte en el primer pintor moderno de los Estados Unidos.
Pero la fama y la fortuna, llegan acompañadas de dudas existenciales, y episodios violentos.
Pollock narra la vida artística de Jackson Pollock, pintor estadounidense de compleja personalidad, y adicto al alcohol, desde que busca el éxito entre el mundillo artístico en la década de 1940, hasta su muerte en 1956.
Junto a él, aparecen en la pantalla, tanto su familia, como nombres relevantes de la cultura estadounidense de la posguerra:
La pintora Lee Krasner, con quien acaba casándose; el pintor de origen neerlandés, Willem de Kooning (Val Kilmer); su mecenas Peggy Guggenheim (Amy Madigan), etc.
La historia de Pollock pasa en muy pocos años, de ser un completo desconocido, a convertirse en el artista estadounidense, más relevante de su tiempo.
Además del relato de la relación entre Pollock y su esposa, se debe prestar atención, a la visión que Pollock nos da, de la evolución en la obra, y la creatividad del artista, durante los años comprendidos entre 1941 y 1956.
Destacan sus opiniones sobre el arte, los artistas que le influyeron, y sus problemas con el alcoholismo, y su inadaptación social, que de alguna manera, mitificaron su figura.
Hay muchas referencias culturales durante todo el metraje, ya que se hace presente todo el entorno artístico del pintor, se aprecia la cultura artística y visual de la época, y se hace un recorrido por toda la obra del autor, que se acerca al espectador.
Pollock es un genio inadaptado e incomprendido, que en un principio, no se puede clasificar en ninguna corriente, su concepción de la realidad y de la vida tan distinta a la de los demás, hace que caiga en el alcoholismo, hecho que a pesar de sus logros, enturbia su imagen, y a la vez, es una parte necesaria para que desarrolle toda su creatividad, y consiga expresar todos esos sentimientos de angustia, oscuridad, etc.
A través de sus composiciones enrevesadas y complejas, descarga la tensión y las utiliza como terapia.
Su principal apoyo es su mujer.
La también pintora, Lee Krasner, que se preocupa de él durante toda su vida, incluso cuando dejan la relación, hasta que fallece en un accidente de tráfico.
Finalmente, Pollock se convierte, en un interesante testimonio de lo que fue el arte neoyorquino, en el momento en el que la ciudad, se convertía en el centro del arte mundial.
También, asistimos a momentos fundamentales del arte de la época, como la inauguración en 1942, del Art Of This Century, la mítica galería de la calle 57 de New York, propiedad de Peggy Guggenheim.
Porque en Pollock, se relata la vida del famoso pintor expresionista, desde sus comienzos como pintor hasta su muerte.
Lo que me ha llevado a analizar, es la visión del arte que aparece en ella, lo que me lleva a darme cuenta, de lo que ha cambiado el concepto en las últimas décadas.
En Pollock, se tratan varios temas en torno al arte, el concepto de originalidad, de plasticidad, de emociones reflejadas en la pintura, etc.
Jackson Pollock, como pintor expresionista, refleja sus emociones en sus cuadros, estos son una muestra pura de su interior.
Esto me lleva a hacer una comparación, con que hoy en día es el arte contemporáneo, una herramienta que intenta reflejar el mundo, e impactar al espectador, por encima del bombardeo del resto de medio visuales.
En Pollock, el arte se contempla ya, como algo no figurativo, pero la habilidad manual, todavía sigue siendo bastante importante.
Más que la habilidad manual, es el resultado plástico, lo que sigue imperando en un cuadro, dado que a los medios de comunicación, no habían empezado todavía a hacer competencia al arte.
En Pollock, las formas y los colores, simbolizan sensaciones y sentimientos del pintor, el espectador ya ejerce un papel clave, e interpreta la obra desde su punto de vista, pero no hay un discurso libre, como algunas obras contemporáneas actuales.
El concepto de originalidad, es uno de los más importantes tratados en Pollock; el lenguaje ha de ser original, para que el arte triunfe.
De esta forma, Pollock va adquiriendo éxito, a medida que su lenguaje va cambiando; comienza siendo semifigurativo, por influencia del surrealismo, y acaba produciendo un expresionismo puro, a través de la técnica “dripping”
Así nos damos cuenta de la evolución del arte, hacia la abstracción total, y actualmente, a lo conceptual y al “des-arte”
En Pollock, se demuestra la necesidad de renovación permanente del arte, de sus técnicas, de su estética, y del concepto en sí.
En Pollock nos damos cuenta, de que su verdadero éxito, se consagra cuando pierde la figuración, cambia el formato de sus obras, y comienza a utilizar esmaltes industriales, algo que anteriormente no se había hecho.
En Pollock, también se observa claramente, el proceso de consenso de un artista, sobretodo el carácter comercial del arte, el mundo de la galería, y la figura del comisario.
Se muestra al artista, como una máquina de producir obras, alguien que trabaja bajo la presión que supone la fragilidad de su éxito, y de las exigencias del galerista o comisario.
En resumen, a lo largo de Pollock, se pueden observar con total claridad, los 3 requisitos necesarios, para que una obra sea considerada como arte:
En primer lugar, generar un conocimiento crítico; aunque las obras de Pollock, no tenían un contenido excesivamente explícito, sí que está claro, que invitaban a la reflexión, a preguntarse el porqué de sus cuadros.
En segundo lugar, el uso de un lenguaje original; esto se visualiza claramente a lo largo del metraje, Pollock ve la necesidad de renovarse continuamente, para continuar con su éxito, y su manera de expresarse, cambia radicalmente desde sus comienzos, hasta su última época.
Y por último, el estar consensuado como tal, por la figura del comisario, está claramente representado, a través de la figura de Peggy Guggenheim, que es la comisaría que lanza a Pollock a la fama.
Por tanto, me ha parecido interesante analizar Pollock, como ejemplo de los 3 conceptos fundamentales, que caracterizan a las obras de arte, y como muestra de la evolución que ha sufrido el arte, en los últimos tiempos.
“Modern art, to me, is nothing more than the expression of the contemporary aims of the age that we're living in”
La historia de Pollock se desarrolla en la ciudad de New York de los años 50, donde era muy difícil que alguien tome en cuenta las pinturas de un pintor novato.
Estos años, fueron muy duros para esa sociedad, porque estaban en posguerra, y todos todavía estaban reprimidos y atormentados, por todo lo que había pasado.
A este contexto, hay que sumarle que Pollock es una película estadounidense, con actores y directores de Hollywood que, pese a todos los estereotipos, han logrado una historia bien trabajada, que en verdad, despierte los sentimientos del espectador, y no una pieza más de chatarra hollywoodense.
Salta a la vista, el increíble parecido físico de este eterno e imprescindible secundario, Ed Harris, con el pintor que inventó la técnica del “dripping” y cambió el curso del arte moderno.
Pero Harris, por fin como protagonista indiscutible, no se queda en el parecido físico.
Su memorable interpretación, que realmente parece habitar el cuerpo y la torturada mente de Pollock, nos dice:
“He estado durante 10 años leyendo, pensando, y sintiendo como él”, afirma el actor, se ha empapado de los demonios maníaco-depresivos del artista, hasta el punto de que cuando pinta, porque más que tratar sobre el arte, Pollock trata sobre el acto físico del artista en su trabajo, se torna claramente visible, que la tan frecuentemente denigrada técnica del goteo, no es algo que esté al alcance de cualquiera.
“No creo en las casualidades, porque niego las casualidades”, decía el pintor norteamericano, quien vivió y murió bajo el yugo del alcohol y, tal como sostiene el pintor y director estadounidense, Julian Schnabel, sólo era libre cuando pintaba.
Esta idea, la creación como libertad, es precisamente la que Harris comunica con Pollock.
El personaje de Marcia Gay Harden, por su parte, tiene una mirada muy fuerte, reprochante, y dura.
Esa mujer, Lee Krasner, después de todo lo que vivió con Pollock, terminó siendo infeliz y amargada, y cada vez que él hacía algo incorrecto, ella lo soportaba, y solo miraba a algún rincón, decepcionada.
Finalmente, con respecto a la belleza de este objeto cultural, radica en las tomas de las ejecuciones de las obras de Pollock.
Creo que uno de los momentos más sublimes, es cuando, mediante diferentes planos, y captando la acción desde distintos ángulos, se logra registrar la concentración y la pasión del artista, creando su obra.
En los gestos del actor, se nota cuando se le acaba de ocurrir una idea, y de hecho, todo ser humano se puede identificar con él, porque no necesariamente hay que ser un artista para ser muy creativo, o tener ideas que fluyen por tu mente, y al final, pueden convertirse en ideas ejecutable y/o rentables.
“My God and you're drunk”
Es típico oír que “todos somos especiales en algo”, realmente yo así lo creo, y dentro de la gran variedad que dibujamos sobre el planeta, existe una faceta que nos distingue a todos; la capacidad de transmitir nuestros pensamientos, nuestras sensaciones, nuestros miedos, y frustraciones, con la cual nos informan de toda clase de acontecimientos.
Sacado de la miseria misma, y de las ruinosas calles de los barrios viejos de New York, Jackson Pollock cayó en la historia del arte, como una mancha, salpicando de rumbos nuevos, la estética en ese entonces, dominada por los cubistas y surrealistas europeos.
Sin embargo, nada de esto pudo haber ocurrido, sin la ayuda de un entorno opresivo, y una personalidad psicótica, capaz de arrumbar la vida contra una pared sucia de una calle olvidada.
Pollock era enemigo de sí mismo, y la guerra que sostuvo, sin cuartel, contra sus vicios y miedos, determinó el lenguaje de texturas, que lo haría grande en la pintura contemporánea.
Y es que íntimamente, Pollock no fue una gran persona; su temperamento difícil y explosivo, lo emparenta con muchas figuras históricas del arte, pero de ello obtenemos rutas para pensar, en cómo se insertan obra y vida, y cómo una no va desligada de la otra.
Arte como institución imaginaria de la sociedad, que va cambiando como un lenguaje que se transforma con la percepción de la vida íntimamente experimentada.
Y Pollock muestra como una salpicadura deliberada, y no caótica, va generando las capas de lo que hoy en día es el arte moderno.
Vida infeliz, para una feliz obra.

“I thought I knew all the outstanding artists in New York and I don't know Jackson Pollock”



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