Gangster Squad

“Every man wears a badge”

Lujosas mansiones, un cuerpo flotando en la piscina, hombres vestidos de negro, armados con rifles; un coche que pasa repleto de agujeros de bala…
Todos estos son elementos tan característicos, y definitorios del cine de gánsteres como lo es:
La intriga en el argumento, la traición, y una agobiante sensación de que el final será dramático; o eso al menos, es a lo que muchos estamos acostumbrados.
Y es que prácticamente, desde su nacimiento y ascenso al poder, al margen de la ley, el cine registró las andaduras del forajido moderno.
Los gánsteres han sido retratados en sus muchas variantes:
Desde el gánster de La Ley Seca al italoamericano en decadencia, pasando por el rural, el yakuza o el callejero, con nostalgia, reprobación, moralismo, velada admiración y, sobre todo, fascinación.
El medio no ha dejado de replicar a las grandes figuras del crimen organizado, como:
Al Capone, John Dillinger, Clyde Barrow, Bonnie Parker, y Mickey Cohen han sido llevados a la ficción, entre otros muchos, y de esa correspondencia han brotado algunas de las mejores películas de todos los tiempos, una lista que hace de este género, uno de los más laureados, celebrados, y citados con diferencia.
Esta vez, Meyer Harris Cohen, más conocido como “Mickey Cohen” fue un célebre gánster de la primera mitad del siglo XX, nacido el 04 de septiembre de 1913, en Brooklyn, Nueva York.
De familia ortodoxa judía, sus padres eran de origen ucraniano, de Kiev.
El pequeño Mickey, no pasaba demasiado tiempo en la escuela, y se dedicaba a vender periódicos en las calles de Brooklyn, aunque no tardó en meterse en líos.
Con 9 años fue detenido por transportar alcohol de forma clandestina, desde una farmacia en la que trabajaba uno de sus hermanos mayores, hasta los vendedores de la zona de Brooklyn, durante los primeros años de La Ley Seca, entre 1920 y 1933.
Durante su adolescencia, Cohen comenzó a practicar boxeo, y logró hacerse un hueco en los combates ilegales que organizaban instituciones clandestinas de la zona de Nueva York.
Su destreza en el boxeo era tal, que le permitió competir por títulos en la categoría de peso pluma, ya que el chico era bajito, 1,65cm; siendo su primer combate a nivel profesional en 1930, a la temprana edad de 17 años, en la ciudad de Cleveland, en el estado de Ohio, al noroeste de Nueva York.
Poco después, se trasladó al estado de California, y se afincó en Los Angeles, con el fin de progresar en su carrera en el boxeo profesional.
Fue en la década de 1930, cuando Mickey comenzó a decaer en el mundo del boxeo, pues éste se le quedó un poco grande, ante verdaderos boxeadores profesionales.
Mickey Cohen volvió a Nueva York, ya curtido en el mundo del crimen, y se asoció con mafiosos y estafadores de la talla de Tommy Dio, hermano del famoso gánster Johnny Dio, u Owney Madden.
Finalmente, Mickey viajó a la ciudad de Chicago, en el estado de Illinois, donde entró en contacto directo con El Sindicato del Crimen de Chicago, llamado “Chicago Outfit” del célebre mafioso Al Capone.
La mafia de Chicago tenía una larga trayectoria, llevando a cabo operaciones y negocios ilícitos, desde 1910.
Al Capone fue sólo uno de sus líderes a lo largo de la historia de esta organización, dedicada a la explotación de la prostitución, el juego ilegal, y el tráfico de alcohol.
Mickey Cohen desempeñó el papel de uno de los matones de la mafia chicagüense, debido a su naturaleza violenta.
Finalmente, tuvo que dejar la ciudad, debido a ciertos problemas con sus rivales en una partida de cartas, así que viajó a Cleveland, donde ya había vivido un tiempo años antes.
En Cleveland, se asoció con el famoso gánster judío Benjamin Siegel, más conocido como Bugsy Siegel, muy relacionado con el desarrollo de Las Vegas en la década de 1940.
Mickey ayudó a Bugsy en la organización de la casa de apuestas del Hotel Flamingo, construido en Las Vegas, estado de Nevada, bajo la supervisión del mismo Bugsy Siegel.
Finalmente, Mickey fue enviado a Los Angeles, esta vez no como boxeador, sino como parte de un grupo mafioso.
En 1947, Bugsy Siegel fue asesinado por un sicario de las familias mafiosas rivales, debido a que su mujer y él, robaban dinero de los beneficios del Hotel Flamingo, al menos, más del que ya tenían permitido sacar, en Las Vegas.
Cohen reaccionó violentamente ante la muerte de su colega, y llevó a cabo un tiroteo en el Hotel Roosevelt, en Hollywood, Los Angeles, donde creía que se encontraba el sicario en cuestión.
No logró su venganza, pues el sicario, no se encontraba en el hotel, en el momento del tiroteo, pero sí logró la atención de las autoridades de Los Angeles, legales e ilegales.
Cohen se ganó enemigos a pulso en Los Angeles, y decidió que era hora de adquirir algo de protección.
Hizo de su casa en el distrito de Brentwood, una fortaleza con sistemas de alarma, guardias, y arsenales, y contrató los servicios de Johnny Stompanato, el que sería su célebre guardaespaldas.
Cohen empezó así, una subida en la escala del crimen organizado en Los Angeles, por el control de la ciudad, con diversos sucesos, como el tiroteo en la entrada del restaurante Sherry’s de Hollywood, en 1949, perpetrado por sí mismo.
En 1950, Cohen fue encarcelado durante 4 años por evasión de impuestos, solamente, aunque cuando fue puesto en libertad, no tuvo reparo alguno en seguir con sus actividades criminales.
Mickey Cohen llegó a aparecer en televisión, en el famoso programa de Mike Wallace, como personaje importante en la vida económica de Los Angeles, pues a inicios de la década de 1950, ya era dueño de toda clase de comercios, clubs nocturnos, casinos, y gasolineras a lo largo y ancho de toda la ciudad.
En 1957, la célebre revista TIME, publicó un artículo acerca de Cohen, lo que ponderó su creciente fama en EEUU, y en el extranjero.
Las autoridades de la policía de Los Angeles (LAPD) que no se encontraban sobornadas por el famoso gánster, se tiraban de los pelos, tratando de encontrar una forma de encontrar un cargo por el que detener a Cohen.
Finalmente, en1961, Mickey Cohen fue detenido de nuevo por evasión de impuestos, y enviado a la prisión de Alcatraz, en la bahía de San Francisco, California.
Fue en “The Rock”, así era conocida la prisión de Alcatraz, donde uno de los presos, trató de asesinarlo con una barra de plomo.
Mickey murió en 1976, tras sobrevivir a varios intentos de asesinato en Los Angeles, en Alcatraz, incluso, a un cáncer de estómago.
Ninguna de sus ex-novias testificó contra él, como la famosa Liz Renay, que llegó a pasar unos meses en la cárcel por negarse a hacerlo.
Actualmente, Cohen se encuentra “descansando en paz” en el cementerio de Hillside Memorial Park, en Culver City, California; mientras su famoso Cadillac blindado, se encuentra expuesto en un museo de Nueva Zelanda.
“Well ya gotta die of somethin'”
Gangster Squad es una película de acción, del año 2013, dirigida por Ruben Fleischer.
Protagonizada por Josh Brolin, Sean Penn, Ryan Gosling, Emma Stone, Robert Patrick, Michael Peña, Giovanni Ribisi, Anthony Mackie, Nick Nolte, Mireille Enos, Holt McCallany, Wade Williams, James Landry Hébert, Ambyr Childers, Jeff Wolfe, Jack McGee, entre otros.
Gangster Squad se basa en el libro homónimo de Paul Lieberman, el anteriormente escritor y editor de Los Angeles Times.
“Gangster Squad” constituye su relato no ficticio, de lo que él llama “La Batalla por Los Angeles” que tuvo lugar entre la policía y los hombres de Cohen, que comenzó a mediados de los 40, y se prolongó durante los 50.
Will Beall, ex detective de homicidios del Departamento de Policía de Los Angeles, fue el encargado de escribir el guión.
Y ésa es precisamente, la seña de identidad de Gangster Squad, un retorno al pasado, un homenaje al cine negro de los días dorados, respaldado por uno de los grandes repartos del año.
Gangster Squad es un filme lleno de acción, una historia de redención, de hacer justicia, de hombres que quieren recuperar lo que es suyo, y de la confianza y el compromiso necesarios para marcar la diferencia, para salvar la ciudad que aman, la ciudad de Los Angeles.
Gangster Squad está inspirado en hechos reales, describe el culmen de la glamurosa Edad de Oro de Hollywood en 1949, también, una época de mucha agitación en Los Angeles.
Cohen gobernaba la ciudad, y tenía en el bolsillo a los funcionarios del gobierno local de las más altas esferas.
Hacían falta muchas agallas, para poner fin a su reinado, y no había ninguna garantía de reconocimiento.
Gangster Squad utiliza la figura de un gánster real, Mickey Cohen, para hilar una trama de, cómo un grupo de agentes secretos de la más diversa procedencia, y con diferentes habilidades, se enfrenta a una peligrosa organización criminal.
Es decir, el guión combina el cine de gánsteres, con su toque “noir”, con el género policíaco donde abundan el humor y los personajes prototípicos.
No obstante, Gangster Squad entretiene a ratos y, para qué negarlo, el ambiente de la mafia de los años 40, siempre resulta atractivo.
Para recrear una ciudad de Los Angeles al borde del caos, infestada de corrupción y gánsteres que campan a sus anchas, Gangster Squad fue enteramente rodado en la propia urbe, y sus alrededores, utilizando algunas localizaciones históricas, y transformando otras, para evocar aquella época.
Gangster Squad es el relato sobre los acontecimientos, en torno a los esfuerzos del Departamento de Policía de Los Angeles, para recuperar su ciudad natal, de las manos de uno de los mafiosos más peligrosos de todos los tiempos.
A finales de la década de los 40, el crimen organizado era dueño y señor de Nueva York y Chicago, aprovechando una coyuntura económica muy favorable tras el final de La Segunda Guerra Mundial.
Y en medio del glamur de La Edad Dorada del Hollywood clásico, Los Angeles estaba a punto de caer también en el saco.
Políticos y policías corruptos, y unas calles donde imperaba la ley del más fuerte, eran el terreno abonado, sobre el que Mickey Cohen, cabecilla del hampa californiana, extendía implacable sus tentáculos.
Hasta que un grupo de agentes honestos del Departamento de Policía de Los Angeles, dispuestos a cruzar la frontera de la legalidad, para luchar contra el diablo, decidió inmolarse para rescatar la ciudad de las garras de su nuevo dueño.
Fue Gangster Squad, un heterogéneo grupo de agentes del orden, prestos a operar en la clandestinidad, para neutralizar de una vez por todas, a Cohen y sus secuaces.
Así las cosas, en Los Angeles de 1949; el mafioso Mickey Cohen (Sean Penn) lleva la batuta en su ciudad, cosechando los sucios beneficios de las drogas, las armas, la prostitución, y de todas las apuestas que se hagan al oeste de Chicago.
Y todo esto lo hace, bajo la protección no sólo de sus matones a sueldo, sino también de la policía, y de los políticos bajo su control.
Es suficiente como para intimidar, incluso al policía más valiente y avezado, pero no al pequeño grupo secreto, de los adjuntos al Departamento de Policía de Los Angeles, encabezado por el sargento John O’Mara (Josh Brolin) y Jerry Wooters (Ryan Gosling), que aunaron sus fuerzas, para intentar descuartizar el mundo de Cohen.
No obstante, si un visitante fanático de la mitología que rodea al “noir” intenta buscar rastros de mafiosos y hampones en los lugares más emblemáticos de Estados Unidos, se encontrará con lugares huecos, sin marcar, embutidos en la rutina urbana.
Únicamente podrá sumarse a algún tour a bordo de un autobús, guiado por personajes sobreactuados, tras un chute de iconos devenidos en estereotipos.
Esa intra/historia de la vergüenza sobre los perímetros de la ley y la moralidad, es tan poco querida por su país, como explotada comercialmente de cara a la galería, y no resulta extraño, pero sí melancólico y desolador, que Gangster Squad corresponda a ese cinismo de fábrica:
El “noir” convertido en espectáculo de parque temático.
A este respecto, resultó llamativo que Warner, la “major” experta en “noir” y parques que ampara Gangster Squad, decidiera suprimir una escena, en la que varios gánsteres ametrallaban la pantalla de una sala de cine, a fin de freír a la audiencia, a través de ella, a raíz del tiroteo masivo en un cine en Aurora, Colorado, EEUU.
Sin embargo, todo nos lleva a un final feliz, por completo:
Cohen encarcelado y ajusticiado por los amigos de Jack Whalen, el amigo de Jerry que Cohen asesinó, en la cárcel; el jefe de la policía manteniendo su puesto, y aumentando su prestigio; la feliz pareja formada por Jerry y Grace viento en popa, además de la entrega de él, al cuerpo de policía, es un romántico; la familia O’Mara unida…
Los títulos de crédito son muy buenos, con estampas clásicas americanas, y es de destacar.
Pero a Gangster Squad le falta algo en todos los sentidos:
En la creación de atmósfera, de personajes, en la acción, la trama…
Quizás, el hecho de que veamos casi todo, desde el punto de vista de los policías, pueda restar cierta fuerza, aunque eso no lo hizo con grandes clásicos, incluso modernos, eso sí, veremos:
Desmembramiento con 2 coches.
Violencia explícita, muy “pulp”...
Aquí el director, parece marcar el tono que llevará Gangster Squad, aunque en realidad, la cosa decaerá pronto en todos los sentidos.
La violencia está bastante calculada, a pesar de empezar con fuerza, luego la cosa se modera mucho, de todas formas, tendremos un desmembramiento, un brazo arrancado, unos sesos taladrados… aunque no todo se verá de forma explícita.
El momento de los sesos, del que sólo veremos el salpicón de sangre, se enlazará mediante el montaje con el plano de una hamburguesa, buen recurso de humor gore.
Se alternarán momentos de acción, con otros íntimos, que desarrollan a los personajes y sus relaciones, así veremos a O’Mara en intimidad con su embarazada mujer Connie (Mireille Enos)
Connie curándose las heridas de su violenta pelea.
Una mujer que recuerda, de alguna forma físicamente, a la Faye Dunaway de “Chinatown” (1974)
El embarazo es un vínculo emotivo, que condiciona de forma evidente, a nuestro protagonista.
El fuego es un elemento con mucha presencia en Gangster Squad, los mecheros por ejemplo.
Pretenden marcar el tono de forma simbólica, aunque la plasmación en la historia, no acabe de homologarse.
En cualquier caso, los aficionados al “noir” siempre podrán disfrutar de la estética maravillosa, la recreación, y las tramas policiacas que ofrece, aunque el conjunto sea discreto y convencional.
“It's not paradise but it is The City Of Angels”
Los diálogos de Gangster Squad no son precisamente su fuerte, al contrario de lo que ocurre con los clásicos el género, que tiene en ellos, uno de sus aspectos más sobresalientes.
Aquí se alargan demasiado, son muy evidentes y explicativos, y el espectador va demasiado por delante, debe esperar a los personajes en sus peroratas que sabe y entiende con mucha anticipación.
John O'Mara (Josh Brolin) encarna al cabecilla de Gangster Squad, un veterano de La Segunda Guerra Mundial, que regresa a casa para comprobar estupefacto, que su ciudad natal se encuentra sumida en el caos, y en manos de un criminal.
Mickey Cohen (Sean Penn) tuvo a su merced a políticos y policías, y controlaba el negocio de las drogas, la prostitución, las armas, y las apuestas.
Mickey Cohen fue, además, un gánster con estrella, un tipo mediático, que buscaba ser noticia a toda costa.
La presentación de Cohen, tendrá continuidad con una cruel escena, la violencia como su argumento de poder.
El sentido de comic, que podría intuirse no será tal, ni siquiera por el look de Sean Penn.
De igual manera, la presentación de O’Mara será contundente, un coloso, violento también, pero en el otro bando, el de los buenos, y honestos.
Jerry Wooters (Ryan Gosling), es también veterano de guerra de regreso a casa; pero a diferencia de O'Mara, él considera que ya libró suficientes batallas en el extranjero, y se limita a sobrevivir en el nuevo escenario, hasta que O'Mara llama a su puerta, y despierta al buen ciudadano que Wooters lleva dentro.
Bill Parker (Nick Nolte) es un “perro viejo” en la lucha contra el crimen organizado, es el jefe de policía, viejo enemigo del legendario Bugsy Siegel.
Parker se enfrenta ahora, sin apenas recursos, a Cohen, una amenaza aún mayor.
El entusiasmo de O'Mara es su única esperanza, de dar caza al enemigo público número uno.
Nick Nolte interpreta al jefe de policía, que activará el grupo que deberá combatir en la sombra a la mafia, la estructura de reclutamiento se apodera de Gangster Squad, cayendo en cierta premiosidad narrativa.
Grace Faraday (Emma Stone) es la chica del gánster, y también el objeto de deseo del sargento Wooters.
Grace es una de esas tantas chicas americanas, que llegaron a Los Angeles soñando con ser una estrella del cine, y acabaron reciclándose como supervivientes en un ambiente hostil.
La presentación de la prostituta al servicio de Mickey Cohen, Grace Faraday, es notable, ya que con una simple línea de guión, nos definen su nivel.
Corregirá a su pareja, el propio Cohen, sobre cómo usar los cubiertos, lo que la define como prostituta de lujo.
Lamentablemente, se hace muy previsible, que mantendrá una relación con el personaje que interpreta Gosling.
El dibujo de Grace tiene todos los tópicos, como dije:
Ella es otra de esas aspirantes a artista, que llega a Hollywood, y ve frustradas sus ilusiones, dedicándose a la prostitución como salida.
Coleman Harris (Anthony Mackie)
O'Mara tiene la intención de cruzar todas las líneas rojas para cazar a Cohen; para eso, no necesita policías modélicos, más bien lo contrario.
Coleman Harris es un agente con un “brillante” historial de abuso de la fuerza, e insubordinación, la clase de hombre que se necesita para el trabajo.
Así, los demás personajes, rondan entre lo cliché y lo humorístico.
Pero, son varios los problemas que impiden que estemos ante una estimulante muestra de cine de gánsteres, pero el mayor de todo, es que Fleischer no sabe, qué tono quiere darle a Gangster Squad.
La secuencia inicial, con Sean Penn y sus secuaces, deshaciéndose de un rival, partiéndolo literalmente en 2, invita a pensar en una aproximación moderna y excesiva, con tics, más propios de un comic, que de alguna de las muchas joyas del cine negro, a las que se quiere homenajear.
Técnicamente, Gangster Squad es una película notable, muy bien ambientada, con una fotografía bastante resultona, y con escenas bien rodadas; pero esa calidad técnica, se queda en pura fachada, el fondo no consigue hacerte partícipe de la trama, ni sentir empatía por los personajes, por lo que se ve sin aburrir, pero sin entusiasmar.
También, me ha gustado mucho la elegancia que desprende todo el diseño de producción, el uso de la cámara lenta, y el contraste entre los modernos movimientos de cámara, en las persecuciones de coches, y ese toque retro que le han dado a las peleas cuerpo a cuerpo, y a las escenas románticas entre Gosling y Stone.
Los toques de humor, vienen de mano de la chulería de Ryan Gosling, y del personaje de Navidad Ramírez, interpretado por Michael Peña, que sólo escuchar su nombre, provoca una sonrisa de ironía racista.
“Two things you can't take back on this job, kid.
Bullets out of your gun, and words out of your mouth”
Gangster Squad muestra el honor y la pasión por el trabajo de los protagonistas.
La intriga es demostrada, hasta que realmente se mueve por lo que todo hombre acaba moviéndose, una mujer, supuestamente.
El ansia de una vida mejor de esa mujer, que se ve truncada por alguien que sólo ve un cuerpo de compañía.
Y ese alguien, jefe de la mafia, que quiere poder y más poder, aglutinar y controlar todo, y que provoca, por cierto, una sublime actuación de Sean Penn.
Gangster Squad pasa rápido, sin tiempo para respirar.
Unos disparos llevan a otros, todo teledirigido, a que cada personaje destaque en lo suyo.
Gangster Squad no deja de ser una película de policías, con derecho a estar fuera de la ley contra la mafia, ya que los medios legales están bastante podridos.
Lo que destaca por encima de todo, es la escena, el ambiente, el detalle visual.
Sin duda, está por encima de todo en Gangster Squad.
La elegancia con la que te muestra una época oscura en la pantalla, sin duda, este apartado tiene la culpa de que te quedes mirando fijamente a la pantalla, durante toda Gangster Squad, no se haga pesada, y si te pierdes en algún momento, te lleva nuevamente, donde tenías que estar.
Gangster Squad es la libre adaptación, de una novela del periodista Paul Lieberman, perfectamente documentada, con entrevistas obtenidas de los propios protagonistas, periódicos de la época, y archivos de hemeroteca, sobre una brigada secreta, con la que la policía de Los Angeles consiguió acabar con el dominio de Mickey Cohen y su banda.
Cohen fue un conocido mafioso, que ya hemos visto en otras películas como:
“Bugsy” (1991) encarnado por Harvey Keitel, o en “L.A. Confidential” (1997) interpretado por Paul Guilfoyle.
No es que Gangster Squad sea una mala película, pero sí, una tremendamente decepcionante, que juega muy mal con una mano, aparentemente ganadora.
Sin un objetivo claro, con un reparto bastante desaprovechado, y un acabado visual impropio de una producción de este calibre, lo que nos queda, es un irregular divertimento, en el que mejor olvidarnos de grandes joyas del género, si no queremos que nos parezca aún peor de lo que realmente es.
Gangster Squad es otra decepción más en este 2013, que tan bien había empezado, en lo referente a estrenos cinematográficos.

“Some symbol of his allegiance.
His were the scars of a boxer who'd used his fists to climb the social ladder of the mob.
A Jew who'd gained the respect of wops through a homicidal lust.
He'd sworn an oath of violence.
And his master?
His own insatiable will to power.
He wanted to own this town.
His name was Mickey Cohen”



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