I Am Legend

“My name is Robert Neville.
I am a survivor living in New York City.
I am broadcasting on all AM frequencies.
I will be at the South Street Seaport everyday at mid-day, when the sun is highest in the sky.
If you are out there...
If anyone is out there...
I can provide food, I can provide shelter, I can provide security.
If there's anybody out there... anybody... please.
You are not alone”

Desde la teoría evolutiva, y en concreto la evolución humana, nuestra especie, el hombre, “Homo sapiens”, comprendida dentro del “Reino Animalia”, del orden de los “Primates”, familia “Hominidae”, del género “Homo”, especie “Homo sapiens”, subespecie “Homo sapiens sapiens”, es un animal más, de los que habita en El Planeta Tierra, que ha estado sujeto a la selección natural.
La evolución humana, con numerosos hitos como la bipedestación, y el lenguaje, habría permitido al homo sapiens, la colonización de prácticamente todo el planeta, consiguiendo los recursos para su supervivencia de la naturaleza, y de otras muchas especies.
Sin embargo, y a pesar del éxito poblacional, seríamos, para algunos autores, el mayor peligro, la mayor amenaza para la vida en La Tierra, y para nuestra vida como individuos, y nuestra supervivencia como especie.
Así lo señalan el antropólogo Marvin Harris, y el socio-biólogo Edward Osborne Wilson; el primero cita:
“La especie humana es única en el reino animal, ya que no hay correspondencia entre su dotación anatómica hereditaria, y sus medios de subsistencia y defensa.
Somos la especie más peligrosa del mundo, no porque tengamos los dientes más grandes, las garras más afiladas, los aguijones más venenosos, o la piel más gruesa; sino porque sabemos cómo proveernos de instrumentos y armas mortíferas, que cumplen la función de dientes, garras, aguijones, y piel, con más eficacia, que cualquier simple mecanismo anatómico.
Nuestra forma principal de adaptación biológica es la cultura, no la anatomía”
El segundo afirma:
“La diversidad terrestre... se reduce a paso acelerado, por efecto de la destrucción de hábitats naturales, destrucción que incluye, el deterioro actual, debido al recalentamiento del clima.
También hay deterioro por la propagación de especies invasoras, por la contaminación ambiental, y la sobreexplotación.
Si no conseguimos reducir esos fenómenos causados por el hombre, podría suceder que, a finales del presente siglo XXI, hayamos perdido la mitad de las especies vegetales y animales de La Tierra”
Pues resulta que muchas actividades humanas, constituyen un peligro, y un horror para sus propios congéneres, y se han llevado a cabo a lo largo de la historia.
Algunas de las que pueden considerarse como tales son las siguientes:
El hombre provoca, dirige, hace, tolera, y permite la guerra, participan directamente como soldados y mercenarios, producen armas, y obtienen enormes beneficios de la industria armamentística.
Matan, violan, roban y expolian.
En la guerra y la postguerra, se suceden las infracciones a Los Derechos Humanos, se intensifica el hambre y las enfermedades.
Las víctimas mortales, y el número de heridos por las guerras, son impresionantes, y supone una de las principales causas de muerte.
Solamente, el número de muertos en La Segunda Guerra Mundial, superó los 50 millones de personas.
Y ahora hay guerras…
Algunas invasiones, conquistas, descubrimientos, y colonizaciones, producen migraciones y éxodos, destrucción, muerte, esclavitud, y exilio.
El hombre practica el exterminio, o eliminación sistemática de un grupo social, por motivos de nacionalidad, etnia, raza, o religión; así como crímenes contra la humanidad, y la limpieza étnica.
Basta recordar el genocidio de Tasmania, Holodomor, y El Holocausto, El Genocidio Armenio, Las Guerras Indias de La Conquista Del Oeste Americano, La Conquista del Desierto de La Patagonia, El Genocidio Selk'nam en Tierra del Fuego, El Genocidio Camboyano, El Genocidio en Bosnia, El Genocidio Gitano, El Genocidio Guatemalteco y El Genocidio Argentino, entre muchos otros.
Los terroristas hacen atentados, y utilizan el asesinato y el secuestro para causar terror, y para coaccionar a sociedades, países, y gobiernos.
El terrorismo es usado por partidos políticos nacionalistas, y no nacionalistas, de derecha y de izquierda, por grupos religiosos, racistas, colonialistas, independentistas, revolucionarios, conservadores, ecologistas, y también por gobiernos que están en el poder.
Las personas que están, y han estado en El Gobierno de una nación, llámese Presidentes, Jefes de Estado, Primeros Ministros, Reyes, Líderes religiosos, amparándose en La Razón de Estado, han utilizado, y utilizan métodos ilegítimos, contrarios al Estado de Derecho, para inducir el miedo en la población, y conseguir el control social, y así, alcanzar sus objetivos sociales, políticos, o militares.
Han usado la coacción, el secuestro, la tortura, el asesinato, o ejecución extrajudicial, las desapariciones, y las desapariciones forzosas, utilizando recursos policiales, militares, y paramilitares para conseguir el control interno del país; han creado organizaciones terroristas clandestinas, y utilizado sus servicios secretos, para perjudicar a otros países, y provocar cambios de gobierno, golpes de estado, y guerras.
El hombre es capaz de someter a otros individuos, a esclavitud, ejercer el tráfico ilegal de personas, la trata de personas tanto de edad adulta, como la prostitución forzada; como de niños, prostitución infantil.
El ser humano es capaz de ejercer el abuso sexual infantil, la violencia doméstica, y la violencia contra la mujer, llegando al homicidio, al asesinato, al infanticidio y el feminicidio, tanto dentro de la familia, como fuera de ella.
En ocasiones el ser humano es autoritario, machista y homófobo, racista, clasista y elitista, y ejerce la violencia simbólica, en el ejercicio del poder, en cualquiera de sus ámbitos
No obstante, existe la posibilidad, de que algunos virus ocupen la parte superior de la “cadena alimentaria” siendo humillante y terrible, ver el impacto duradero y profundo, que puede ocasionar un virus mutado, adivinen hecho por quién...
¿Estamos en vía de ser leyenda?
En la literatura, como en el cine, el tema es harto conocido, por ejemplo:
“The Last Man On Earth” (1964) fue la primera adaptación cinematográfica, de la novela “I Am Legend” de Richard Matheson.
El mismo Matheson participó como guionista; sin embargo, el escritor solicitó, que su nombre fuese cambiado en los créditos, por el seudónimo Logan Swanson, ya que no se encontraba satisfecho, con los cambios que le hicieron al guion, ni con la elección de Vincent Price, como el protagonista de la historia.
Según palabras de Matheson:
“Me decepcionó, a pesar de que más o menos siguió mi historia... creo que Vincent Price, a quien adoro en todas las películas que he escrito, no fue bien seleccionado para el papel.
También sentí, que la dirección era un poco pobre.
Simplemente no me importaba”
Por otra parte y siguiendo a este mismo autor, “The Omega Man” (1971) toma como fuente principal de adaptación, la película anterior, ya que respecto a la novela de Richard Matheson, pierde demasiados elementos que la novela aborda, y crea una versión seriamente descontextualizada del relato original, obviando muchos aspectos de la novela, o reduciendo su expresión, como la soledad, la definición del ser, y de la nueva sociedad, el concepto de vampiro de los “resucitados”, el temor a la cruz, el ajo, y su perspectiva desde otras culturas, así como el cambio, y la desadaptación a un mundo, al que se es ajeno.
“This is Ground Zero.
This is my site.
I can still fix this”
I Am Legend es una película de ciencia ficción, dirigida por Francis Lawrence, en el año 2007.
Protagonizada por Will Smith, Alice Braga, Salli Richardson, Paradox Pollack, Charlie Tahan, Willow Smith, Darrell Foster, Emma Thompson, entre otros.
De entrada decir que la palabra “Leyenda” nos hace pensar en algo memorable, extraordinario, y probablemente admirable; un acontecimiento, o personaje cuya grandeza, o singularidad, no ha podido más que convertirlo en algo legendario.
Y qué mejor género para desarrollar una “leyenda” que la ciencia ficción, sobre todo, si el relato transcurre en un escenario post-apocalíptico, tanto más aterrador por su inquietante verosimilitud.
Y es que no resulta muy difícil situarnos en un mundo que, en su obsesión por encontrar una cura para todos los males, acaba ocasionando su propia destrucción, aún más, si consideramos que la historia tiene lugar en un pasado año, 2012.
El guión de I Am Legend, es de Akiva Goldsman y Mark Protosevich, y es una adaptación de la novela homónima de Richard Matheson, publicada en 1954, en la que un hombre, es el último superviviente de una pandemia mundial, que ha convertido a la humanidad, en vampiros.
I Am Legend es la primera producción en utilizar el título de la novela original; y es la tercera adaptación del clásico libro de Richard Matheson de 1954.
La idea de Matheson era, definir una novela de vampiros moderna, alejada de los estereotipos góticos “a lo Drácula”
Por ello, le dio el formato, de un virus que contaminaba al planeta, y producía una serie de mutaciones similares al vampirismo literario, o sea, que todos los síntomas eran explicados de un modo científico.
Además, la idea de permanecer solo en un mundo infestado de vampiros significaba, para Matheson, el epitome del horror.
I Am Legend muestra reflexiones sobre los totalitarismos, sobre la individualidad, la importancia de la familia, la vida en sociedad, o el contacto humano.
En I Am Legend, se trasladada la acción, de Los Angeles a Nueva York, una distopía de confrontación entre bien-mal, entre luz-oscuridad generada por un experimento científico fallido; que pone de manifiesto la fragilidad del ser humano, quien en breve tiempo, puede pasar de ir a comprar los garbanzos al súper, a desaparecer y/o convertirse en monstruo berreante, a causa de un diminuto microorganismo, encima originado por el propio hombre.
En I Am Legend, se toman elementos esenciales de la historia de pandemia futurista citada, como son el escenario post-apocalíptico, el tono desalentado, y el protagonismo redentor, pero está ausente, entre otras cosas, el vínculo vampírico y de zombies, convertidos los infectados en seres mutantes, muy anodinos que sólo saben abrir la boca para gritar.
Estrepitosos que son...
I Am Legend trae nuevamente, las visiones apocalípticas de una Nueva York desolada...
Robert Neville (Will Smith) es un científico brillante, pero incluso, él no podrá contener el terrible virus, que resulta ser imparable, incurable... y creado por el hombre.
De alguna forma desconocida, inmune, Neville es ahora el único ser humano superviviente, en lo que queda de la ciudad de Nueva York... y quizás, en el mundo entero.
Pero no está solo.
Está rodeado por “los infectados”, por lo visto, algunos, víctimas de la plaga, que se han convertido en seres depredadores, los cuales solo pueden existir en la oscuridad, y devoraran, o infectaran a todos, y todo lo que se cruce en su camino.
Durante 3 años, Neville ha pasado sus días, rebuscando para encontrar comida y suministros, y enviando puntualmente, mensajes por radio, desesperado por encontrar a más supervivientes, que pudieran estar allí fuera.
Mientras tanto, los infectados permanecen en las sombras, vigilando los movimientos de Neville, esperando que cometa un error fatal.
Quizá la última, y mejor, esperanza del ser humano, la única misión que le queda a Neville, sea encontrar un modo de revertir los efectos del virus, utilizando su propia sangre inmune.
Pero es su sangre también lo que persiguen los infectados, y Neville sabe que el enemigo le supera, y que el tiempo se le está acabando rápidamente.
El trabajo que han hecho con I Am Legend es más que correcto, dotando a la historia, de la dosis justa de drama y acción, basándose más que nada, en 2 puntos esenciales y cruciales:
El primero, los problemas psicológicos que le producen al protagonista, la soledad casi absoluta, y digo casi, ya que el segundo punto esencial del guión, es la relación de nuestro héroe con su perra.
Es de destacar también, el acierto de narrar en flashback, la historia de cómo se originó el virus, mediante escenas que transcurren en sueños del protagonista.
Pero en donde I Am Legend se eleva sobre sus predecesoras, es sobre la definición del carácter central.
Will Smith, que por razones obvias, aparece en el 90% de los planos.
Sin llegar a ser unos de mis actores favoritos, ni mucho menos, debo decir que en este proyecto se destaca de manera correcta, cargándosela al hombro, de manera realmente convincente.
Separada diametralmente de los procedimientos del original literario, I Am Legend opta por el obvio escenario neoyorquino, icono de los peligros, y desastres globales tras el 9/11, y lienzo adecuado para asegurar el impacto visual.
Acostumbrados al bullicio de la urbe más famosa del mundo, la primera media hora se decanta de forma estratégica y eficaz, por las estampas inéditas de una ciudad despoblada… o casi, salvo el último hombre vivo, o eso cree él, otro síntoma del egocentrismo humano.
Lo mejor de su breve metraje, se halla en estas primeras imágenes, asombrosas barriadas en las que lo artificial, empieza a entremezclarse con una naturaleza desatada.
Ante este renovado imperio del salvajismo, tras el breve lapso de conquistas de la razón y el orden humanos, sólo el doctor Robert Neville, quien por supuesto tiene reservados esos planos habituales, haciendo ejercicio para lucir su musculatura, encarna la esperanza de una especie en teoría extinta.
Más efectiva resulta, la inquietud causada por esa ciudad dual, que por el día ofrece su refugio bajo la luz del sol, y por la noche en la casa blindada de Neville.
Crear oscuridad, y provocar el asilamiento para huir de la fuente del miedo, despertaría presiones en el hombre solitario, mucho más graves, que la de hablar todas las mañanas con los maniquíes de una tienda.
La paradoja de que en la sombra habite una nueva vida, mientras a la luz no existe nada, sólo es explotada en la composición inicial, aderezada por una estupenda banda sonora de ruidos y efectos naturales, que pueden percibirse ahora, que lo humano se ha detenido.
Aquí, Smith le da profundidad y humanidad a Neville; ya no es el soberbio amante de las armas como la novela, sino que un individuo temeroso, emocionalmente inestable, que sufre el tormento de los aullidos de las criaturas durante la noche, y que se encuentra en pleno deterioro mental, gracias al aislamiento.
Al principio, Sam, su perro ovejero, le provee cierto soporte a su soledad, pero en cuanto sale de escena, la crisis es total.
Neville ve videos como el de “Shrek” (2001) para oír voces humanas, o recordar la monstruosidad del ser, una virtualidad nuevamente, del contacto humano que necesita más que nunca, como es lógico.
Su relación paternal con su perro, en el que proyecta su sentimiento de pérdida, con respecto a su hijo, y demás ejemplos, alcanzan un grado de emotividad, no muy frecuente en este tipo de cintas.
Will Smith, tras su experiencia por su papel de científico solitario, en un mundo apocalíptico en I Am Legend, declaró:
“No sabemos cuál es la línea que separa a los científicos de Dios”
Y es cierto, debido a que el hombre en su afán de crear milagros, creó su propia extinción.
También el perro es un gran personaje, cuya interacción con Neville proporciona el drama más efectivo.
La relación entre los 2 es perfectamente creíble, y durante toda esta primera hora, el público logra una conexión real con Neville.
Como dato, la perra, de raza pastor alemán, de 3 años, que acompaña a Will Smith, en realidad se llama Abby, cuando es cachorra está interpretada por Kona, y fue rescatada de una perrera de california.
Se cuenta que dio bastantes problemas al principio del rodaje, ya que al parecer, ladraba bastante a Will Smith cuando se le acercaba.
Aun así, Smith le cogió mucho cariño, y no sólo él, ya que en EEUU, Sam se convirtió en una auténtica estrella, con cientos de páginas en Internet; siendo su interpretación, muy valorada.
Otro dato, un poco “negro”:
¿Para qué hacer una versión de I Am Legend?
Pues, para ir inculcando el nuevo paradigma, el de que los “negros” sustituyen a los “blancos”, en el proceso de exterminio gradual de la raza blanca, proceso en el cual, el cine sionista juega un papel importantísimo, para acostumbrar a los borregos, a su exterminio gradual y silencioso.
Así, vemos a un presidente yanqui negro en el cine, antes de hacerlo realidad, protagonistas negros en películas, etc.
En I Am Legend, tildada de racista anti blanca, el “negro” hace de intelectual, de científico, para acostumbrar a los borregos “blancos” a ver a los “negros” como intelectuales, incrustando esas imágenes en la mente de la borregada, intentando contrarrestar la realidad de la criminalidad y bruticie negra.
Es la nueva fase de propaganda, después de décadas, en las que los “negros” hacían de víctimas…
Sobre los zombies, de los cuales no sabemos absolutamente nada, que están del todo desaprovechados, y que se usan de forma pueril, solo para intentar conseguir algunas secuencias de acción; no quieren ser curados de su “bestialización”
No se puede ayudar, a quien no quiere ser ayudado.
“Puedo curarlos” dice Neville, pero ellos encuentran compensaciones en su estado infrahumano, probablemente porque, acostumbrados a su nueva naturaleza, no son capaces de mejorar, porque no son capaces de ver que son capaces de mejorar.
Mentes infantiles, dominadas por su ego.
Sobre la evolución zombie:
Estos que pasan por ser los zombies, con capacidades físicas, más sobrehumanas, son quizá los menos “asalvajados” de la historia particular de los zombies.
En ningún momento de I Am Legend se comen a nadie, ni se ve una gota de sangre derramada.
Estos son capaces correr sin agitación, de poner trampas complicadas, y de tener novia…
De esos seres, que no sabemos si son vampiros o zombies, llegan a ser un híbrido extraño con el que sin embargo, conservan su mente, se entienden a gritos, y son capaces de pegar con la cabeza donde sea, y seguir tan tranquilos.
Pero lo más grave del asunto, es que pese a mostrarnos a esos seres de agilidad infinita, que poco tienen que ver con la sociedad vampírica del libro de Matheson, llegamos a un final, que pone los vellos de punta, sobre todo por lo fatídico que resulta.
Da la impresión que querían acabar de algún modo rápido, sin pensar, y por ello, deciden acabar con Neville, de la forma más fácil.
Pero, lo peor de todo es que, inexplicablemente, han decidido mostrarlos, como simples monstruos, completamente desprovistos de humanidad, con lo que directamente, se han cargado el centro temático de la novela de Matheson, a un nivel que ninguna de las otras 2 versiones había alcanzado.
Sobre la mariposa:
Creo que aparece en 4 ocasiones, porque hablo de memoria.
El beso de mariposa con la hija, el dibujo en el vaho del cristal del coche, el tatuaje, el cristal fracturado de la mampara en el laboratorio.
La mariposa representa la transformación.
El paso definitivo a un estadio más maduro, que el anterior de crisálida.
Pasar de arrastrarse a volar.
En este caso, se asocia además, a la idea de la existencia de Dios.
Neville no cree en Dios, en una reacción natural, tras la destrucción total, para él, de la raza humana.
“Antes había demasiado ruido” para escuchar a Dios, le hace ver su salvadora, durante la comida en la casa.
Y esta es, finalmente, la transformación de Neville.
Pasa de sobrevivir sombríamente en una casa-útero-crisálida en soledad, a darse completamente a los demás.
Claro que, su casa-útero, su castillo, ha sido destruida por los zombies, así que eso imagino que también ayuda a su transformación.
El lujo y el precio de la soledad:
“Keep listening.
You are not alone”
Para colmo, el final desprende un giro pseudo-religioso, completamente fuera de lugar, y que en cierta manera, termina alterando incluso, el sentido del título de la novela.
Ese final, en el que meten la religión de por medio, como la guía útil para salvarse, y que cuando llega la mujer al último refugio humano, se oigan el tañido de las campanas de una iglesia... es sencillamente pésimo.
Aunque I Am Legend quedará, como una película que es bien llevada, hasta que la fastidian metiendo la religión de por medio.
También resulta que antes de terminar I Am Legend, fue alterada dramáticamente, con la mayoría de los cambios, realizados en la escena de la lucha entre Neville y los infectados en su laboratorio.
El supervisor de efectos visuales, Janek Sirrs, relata el final original que se daba después de la lucha:
“En ese momento, la hipótesis sobre la naturaleza de estas criaturas de Neville resulta ser incorrecta.
Vemos que se ha conservado algo de su humanidad.
Es un momento muy importante, entre el macho alfa y Neville”
David Schaub dijo:
“Entonces, Neville finalmente cura a la hembra alfa, este momento es de un poco de amor entre los 2”
Los infectados recuperan a la hembra alfa, y la vida de Neville es repuesta.
El final muestra que, Neville, Ana, y Ethan, cruzan los restos del Puente de George Washington, con la esperanza de encontrar otros supervivientes, acompañados de una grabación de Ana, a los supervivientes, diciéndoles que hay una esperanza.
“What the hell...
Fred, if you're real, you better tell me right now!
Dammit Fred...
If you're real, you better tell me right now!”
I Am Legend difiere en muchos aspectos de la novela de Matheson, desde la fisionomía del personaje, Robert Neville en la novela, es caucásico, y en la película afroamericano, hasta la trama, en la novela, Neville, atrincherado en su casa, lucha día a día por sobrevivir ante los constantes acechos de vampiros, mientras que en la película, este acoso sólo se produce al final.
Pero es más llamativo, el contraste en dicho final...
A diferencia del final del estreno, en el cual muere, en un final alternativo sobrevive al ataque de los vampiros, y se va de la ciudad en busca de supervivientes.
El contexto de I Am Legend pasa a ser Nueva York, en vez de Los Ángeles, ubicación original de la novela.
La época en que transcurre el relato, es entre 2009 y 2012 en la película, en vez de 1975 y 1977 en la novela.
En la novela, Neville conoce una mujer llamada Ruth, que había huido de los infectados, tras la muerte de su esposo, lo cual aumenta sospechas de Neville, de que está infectada, y descubre posteriormente, que si está infectada, pero tiene características de un ser humano.
En la película, Neville es salvado por Anna Montez (Alice Braga) y un niño llamado Ethan (Charlie Tahan) y les dice la dirección de su casa, donde en un principio tiene problemas sociales, ya que era la primera vez que veía personas no infectadas en años.
Robert Neville, se nos muestra en la novela, como un hombre desesperado, solo, que se refugia en la bebida; que por el día se dedica a cazar a los vampiros mientras estos duermen.
En la película, Neville va acompañado de su perra Sam, parte de la película, y su adicción al alcohol no existe, más bien como una locura y conversación, tras no tener una conversación con alguien, incluso coloca maniquíes en puestos para “hablar” con ellos.
Tampoco caza a los vampiros durante el día, salvo algún ejemplar vivo, con el que experimentar las curas que va desarrollando.
Los zombies de la novela, conservan la fisonomía humana casi intacta, salvo algunos matices, como la palidez que adquieren.
En el filme se nos muestra unos “zombies” más bien mutantes, mucho más fantásticos y salvajes, aunque si son curados, recuperan la apariencia humana normal.
Además, en la novela se mantiene la mitología original del vampiro, como su temor al ajo, las cruces, y la luz del sol.
En el libro, Neville también encuentra “otros supervivientes”, pero estos son vampiros que han reconocido su situación, y han desarrollado una droga que les permite ver la luz del sol.
En el libro, de hecho no era un virus, era una bacteria la causante del cataclismo, y se transmitía por esporas, y por supuesto, Neville no era médico, si no que se vio “forzado” a adquirir conocimientos en esta materia, tras el apocalipsis.
En la novela, no existe ningún grupo de humanos supervivientes al virus, siendo Neville realmente, el último miembro de la raza humana, en estado puro.
Mientras en el film de Lawrence, Neville se convierte en una leyenda, por su auto sacrificio para salvar la humanidad del virus, en la novela es ejecutado por una raza vampírica, evolutivamente superior.
Neville es leyenda, por haberse convertido en un monstruo para la nueva sociedad, y haber sido el último hombre vivo sobre la tierra.
En cuestiones de fondo, I Am Legend trata sobre la esperanza, y el amor, mientras que en la novela, por el contrario, plantea dilemas morales sobre el bien y el mal, y sobre la sociedad.
En I Am Legend, hay gran influencia del cantante jamaiquino Bob Marley, que se oye en la música de fondo, y en el final, y en la coincidencia del título de la película con el álbum del cantante “Legend”
Sin embargo, I Am Legend ignora un detalle interesante del libro de Richard Matheson, el momento en que la mujer del antihéroe, Neville, regresa de entre los muertos, para enfrentarse a su marido…
El concepto de la novela en sí, se ceñía a la supervivencia de Robert Neville en este mundo de pesadilla, con un estado mental decadente, a causa de la soledad y de las noches infernales, que debía soportar con las criaturas aullando en toda la ciudad.
De día, Neville salía a matar vampiros, sin considerar que existían también personas infectadas, pero con el virus contenido, gracias a la ingesta de una serie de píldoras.
Estos infectados, conservaban características humanas, pero temían a la luz y dormían de día; y en las salidas de cacería, Neville acribillaba indiscriminadamente a unos y otros.
Los infectados terminaban por mandar a una espía, la que provocaba la caída de Neville, y su posterior muerte.
Cabe hacer mención a las locaciones reales, en I Am Legend, y son las siguientes:
Robert Neville vive en el número 11 de Washington Square North.
Allí, en una preciosa casa de puerta blanca, y fachada de color rojo, se refugia todas las noches de los buscadores de sombras.
En la realidad, el edificio es hoy parte de la Universidad de Nueva York, pero a mediados del siglo XIX, alojó a la élite neoyorquina.
La hilera de viviendas de la que forma parte, se conoce como “The Row”, y uno de sus habitantes más ilustres, fue el pintor Edward Hooper, que vivió en el estudio del número 1-3 entre 1917 y 1967.
The Row también destaca, por encontrarse justo en frente, del símbolo de Washington Square Park:
El arco levantado en 1892, para conmemorar El Centenario de La Proclamación de George Washington, como Primer Presidente de Estados Unidos.
El puerto marítimo de South Street, es una zona histórica y turística, situada junto al East River.
Es, también, el lugar donde Robert Neville espera todos los días, a que aparezca otra persona que, como él, haya sobrevivido a la pandemia, que ha acabado con el 99% de la humanidad.
El puerto vivió, en los primeros años de la ciudad de Nueva York, el auge del comercio marítimo.
Hoy amarran en él, algunos veleros, cruceros turísticos, y barcos-museo.
Desde el muelle, como se comprueba en I Am Legend, las vistas de los puentes de Brooklyn y Manhattan, son excelentes.
En I Am Legend, los 2 puentes son destruidos, cuando Nueva York es declarada en cuarentena.
El de Brooklyn es uno de los símbolos de la ciudad.
Construido entre 1870 y 1883, fue en el momento de su inauguración, el puente colgante más grande del mundo, además del primero suspendido mediante cables de acero.
La escena del puente de Brooklyn, llevó 3 meses de preparación, y 6 días de rodaje.
Miles de extras, docenas de vehículos militares, terrestres y aéreos, y más de 150 soldados profesionales participaron en la escena, para la que se creó expresamente, un puerto artificial en la base del puente.
Siendo una de las escenas más caras de la historia del cine.
El Museo Metropolitano de Arte (MET) es el principal museo de Nueva York.
Abierto en 1872, contiene más de 2 millones de obras de todo el mundo.
Destacan sus colecciones de arte egipcio, y pinturas del siglo XIX, entre las que se cuentan, algunas de Velázquez y Picasso.
Todas las obras de arte, que se muestran en la casa del Dr. Neville, fueron prestadas por el Museo de Arte Moderno de Nueva York.
En I Am Legend, Robert Neville pasa parte de su tiempo libre, pescando en las instalaciones del museo.
En concreto, en la piscina situada junto al templo de Dendur, la joya por excelencia del centro, que el gobierno egipcio donó a Estados Unidos en 1965, para salvarlo de una inundación controlada.
La Grand Central Terminal, o Grand Central Station, es uno de los enclaves favoritos de los turistas en Nueva York, ya que ha aparecido en infinidad de películas y series.
Se inauguró en 1913, es la estación más grande del mundo, en número de andenes, recibe medio millón de visitantes diarios, y unos 125.000 pasajeros.
La bóveda del vestíbulo principal, destaca por la pintura que representa las constelaciones al revés, mientras que la fachada sur, la más conocida, incluye una estructura de columnas, y un gran reloj sobre el que figuran Mercurio, Hércules y Minerva.
Son esta fachada, y la pasarela de Park Avenue, que pasa sobre la calle 42, y que lleva a la estación, las que aparecen en I Am Legend.
Allí, Robert Neville se enfrenta a los buscadores de sombras, en una escena clave del argumento.
El USS Intrepid, fue uno de los 24 portaaviones construidos durante La Segunda Guerra Mundial para la Marina estadounidense.
Fue dado de baja en 1974, y en 1982, se convirtió en buque museo, el Intrepid Sea-Air Space Museum.
En I Am Legend, Will Smith aprovecha la cubierta del buque para jugar al golf.
El Centro Neurálgico de Nueva York, hay quien dice, que es incluso del mundo, también tiene presencia, como no podía ser de otro modo, en I Am Legend.
En el filme, la plaza ha perdido su bullicio, para dar paso a la fauna salvaje.
La escena, además, incluye un guiño a uno de los por entonces, proyectos del guionista, Akiva Goldsman, que consistía en unir a Batman y Superman, en una sola película.
La dirección de fotografía en general, está a cargo de Andrew Lesnie, desde la coloración en esos impresionantes planos de la ciudad de Nueva York desolada, como también, lo bien que se manejan las escenas en la oscuridad, donde el peligro acecha en cada instante, dotando a I Am Legend de una calidad estética impecable.
Creo que la escena de Smith en el videoclub, pidiendo a los maniquíes que él colocó allí, buscando una apariencia de normalidad, una naturalidad virtual, que le hablaran, o le dijeran algo, con lágrimas en los ojos, es una de las grandes escenas del género.
Muy interesantes, las imágenes de esa selva de asfalto, que sería Nueva York convertida en selva real, con animales recorriendo avenidas, y donde el cazador no va andando, ni a caballo, sino en un deportivo, como dije improbable, por no decir imposible, pero interesante.
Un contraste muy conseguido y perturbador, lo natural invade la civilización que da sus últimos coletazos, solo quedan restos, casi reliquias que aún tienen su uso. Rascacielos, espectadores inertes que observan cómo crece la vegetación, como invade su terreno, y no pueden hacer nada, coches que antaño eran los que recorrían esas mismas calles, y ahora observan impotentes, cómo son los animales los que caminan y se mueven por ellas.
Ese mismo contraste, en la transmutación del individuo civilizado, vuelto a sus raíces de cazador, un contraste ejemplificado en el personaje de Will Smith, como científico y cazador, es perturbadora.
En el comienzo, al ver como una leona le roba la caza, su sentimiento de pérdida, su necesidad de familia, impide que luche con ella, para que ésta pueda dar de comer a su familia.
Respeta a un animal, respeta a su familia, león y cría, siendo más “humano”
Un bonito contraste nuevamente…
Me ha llamado la atención, la total ausencia de cadáveres humanos, tan presente en cualquier escenario de catástrofe natural, o guerra.
¿Es que acaso se los habían comido todos, los zombies?
Las razones científicas de la inmunidad del protagonista, no están del todo claras.
¿Por qué dormir en la bañera?
Cuando la muchacha rescata al protagonista...
¿Qué hacía en medio de la noche, en un coche con un niño pequeño?
¿Cómo llegó, si los puentes estaban destruidos?
¿Cómo es que escapan?
¿Tenemos que suponer, que ella sale del coche, le saca de los hierros retorcidos del coche destrozado, lo mete en el suyo, y escapa con el niño?
¿Y que todo esto, lo consigue porque tiene luces?
Queda la duda de la viabilidad de la gasolina, la electricidad, y algunos alimentos, como los enlatados, y la potabilidad del agua, recordemos que I Am Legend ocurre 3 años después de los hechos apocalípticos...
Cabe destacar también, la calidad de la banda sonora, de James Newton Howard, dotando a I Am Legend de varios momentos notables con sus melodías.
“I miss my friend, and I'm going to say hello to you today.
Hello.
Hello.
Please say hello to me.
Please say hello to me!”
La novela I Am Legend es la historia por antonomasia, de un hombre contra el mundo, y este es el motivo por el que continúa cautivando la imaginación de las personas, medio siglo después de haber sido escrita.
Pero cabe preguntarse:
¿El hombre será el último superviviente de La Tierra?
Existe un gran número de profecías, acerca de cómo puede acabar la vida en La Tierra, y nuestro planeta mismo, pero la más probable, si es que antes no ocurre alguna otra catástrofe cósmica, es que dentro de unos 2,800 millones de años, el Sol se convierta en un gigante rojo, y decida hacer una barbacoa con nosotros.
No exactamente con nosotros, porque hará mucho tiempo, que ya no estaremos aquí.
Antes de que eso suceda, y a medida que nuestra estrella vaya envejeciendo, irá desapareciendo la vida.
Los últimos en resistir, serán los más pequeños y sencillos, unos organismos unicelulares, capaces de sobrevivir en agua caliente y salada.
Esos microbios, gobernarán el que ahora es nuestro mundo, durante mil millones de años, antes de que ellos también perezcan para siempre.
Este es el panorama que han dibujado científicos de la Universidad de St. Andrews de Escocia, en el Encuentro Nacional de Astronomía, en Reino Unido.
Los investigadores han calculado, las fases de agonía para nuestro planeta, según el Sol vaya expandiéndose, y entrando en La Tercera Edad.
La vida compleja, será la primera en caer:
Plantas, mamíferos, peces, e invertebrados, morirán cuando las temperaturas se disparen.
Los océanos se evaporarán, y la tectónica de placas actual, no funcionará al no existir agua.
Eso ocurrirá dentro de mil millones de años.
Solo microbios extremófilos, capaces de vivir en ambientes con poco, o ningún oxígeno, altas presiones, y salinidad por la evaporación de los océanos, conseguirán sobrevivir en charcas de agua caliente, las que haya quedado de forma aislada, en zonas oscuras y protegidas.
De esa forma, reinarán durante mil millones de años antes de que ellos también digan un adiós definitivo.
Después de aplicar este modelo, a estrellas de varios tamaños, los científicos han llegado a la conclusión, de que si existe vida extraterrestre, lo más probable es que sea microbiana, ya que la vida compleja, solo existe durante períodos relativamente cortos.
Por ese motivo, creen que es de suma importancia, aprender a reconocer la firma de ese tipo de vida, ya que los planetas fuera del Sistema Solar, que parecen inertes, quizás puedan encontrarse en el final de su etapa habitable.
“Si encontráramos un planeta parecido a La Tierra, y pudiéramos ver que tiene vida sobre su superficie, sería más probable que esta fuera bacteriana, en vez de la vida compleja que vemos actualmente en nuestro mundo”, dice a la BBC, Jack O'Malley, de St. Andrews.
Puede parecer un futuro triste, pero quizás sea el mejor que podamos tener, ya que acabar así significará, que ningún otro evento catastrófico, natural, o provocado por el hombre, ha terminado con La Tierra antes de lo previsto.

“In 2009 a deadly virus burned through our civilization, pushing humankind to the edge of extinction.
Dr. Robert Neville dedicated his life to the discovery of a cure, and the restoration of humanity.
On September 9th 2012, at approximately 8:49 PM he discovered that cure; and at 8:52 he gave his life to defend it.
We are his legacy.
This is his legend.
Light up the darkness”



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