Sleepless In Seattle

“Destiny is something we've invented because we can't stand the fact that everything that happens is accidental”

Si bien, el proceso del duelo es un proceso difícil y duro, pero si le añadimos el ingrediente, de que el duelo sea de la pareja, las cosas se complican más.
No es lo lógico, enviudar a una edad temprana, y por tanto, es en estos casos, cuando el duelo se hace más difícil, pues además de la sensación de “no es lo que me tocaba vivir”, después se añade la posibilidad y/o el deseo de rehacer la vida con otra persona.
Es en esos casos, cuando puede aparecer una sensación depresiva, de ansiedad, o incluso de culpa.
Entre las consecuencias que generan la viudedad, como estado emocional, pueden aparecer:
El aislamiento social, el estrés con la asunción de roles nuevos, o la crianza de los hijos, problemas de salud, aumento de consumo de tabaco y alcohol…
Es muy común ver, que después de superar aparentemente, el duelo en los viudos, aparecen sensaciones angustiantes, como cuando la persona comienza a rehacer su vida.
A veces comienzan, cuando de nuevo empieza a quedar con amigos, a veces cuando inicia una relación sentimental.
Esta situación nueva, durante un tiempo, de nuevo, recuerda la muerte del ser querido, y por tanto, las sensaciones del duelo.
A ellos se les suele unir, pensamientos de culpa o torturantes, por iniciar una nueva vida, aunque la persona tenga claro, que no está haciendo nada malo.
No se trata, de que sea pronto o no, para iniciar una nueva relación, sino de cómo te sientes respecto a ello, y de que, al iniciar una nueva relación, es lógico que recuerdes la anterior.
Para ello, es interesante trabajar la relajación, y la parada de pensamiento.
Por otro lado, se puede reflexionar, sobre el tipo de vida que tu pareja hubiera querido para ti, y así, ayudarte a liberarte de la culpa, y a asumir la responsabilidad de querer ser feliz de nuevo.
Y para ello, existen ciertos lugares, que son más románticos que otros, y que ayudan a encontrar de nuevo el amor perdido o el nuevo.
Pero sólo unos pocos, son concebidos para los enamorados, al mezclar magistralmente, todos los elementos que se necesitan para un viaje mágico e inolvidable.
Y es que el amor es la experiencia más tentadora, es una combinación de sentimientos, profundamente entre 2 personas.
Dicen que pasear por el Central Park de New York, es uno de los planes más románticos que se pueden hacer en la ciudad.
Montar en una calesa de caballos, y perderse en una de las barcas ubicadas en los lagos, o recorrer sus puentes más pintorescos.
Todos estos lugares, son testigos de múltiples propuestas matrimoniales; ya que se está rodeado de un entorno bucólico, lleno de flores, árboles, paisajes insólitos, donde cualquier estampa es increíble, para dar rienda suelta al amor… y una de las mejores épocas del año es el otoño.
El paisaje adopta unos colores cálidos, las hojas de los árboles decoran los caminos, y todos los rincones parecen salidos de un cuento.
Y si no te gusta la costa este, pues ve y descubre Seattle.
“People who truly loved once are far more likely to love again”
Sleepless In Seattle es una película comedia con tintes de románticos del año 1993, y está dirigida por Nora Ephron.
Protagonizada por Tom Hanks, Meg Ryan, Bill Pullman, Ross Malinger, Rosie O'Donnell, Gaby Hoffmann, Victor Garber, Rita Wilson, Barbara Garrick, Carey Lowell, Rob Reiner, Caroline Aaron, Dana Ivey, entre otros.
El guión lo firma Jeff Arch, Nora Ephron, y David S. Ward, sobre una historia de Jeff Arch.
Sleepless In Seattle está inspirada en el film “An Affair To Remember” (1957) de Leo McCarey, protagonizada por Cary Grant y Deborah Kerr.
No solamente hay varios guiños, y hasta se muestran partes de esa película, sino que ambas comparten el mismo escenario del final:
La terraza del emblemático edifico Empire State.
Cabe decir, que Sleepless In Seattle fue la 2ª película más taquillera de ese año, tras “Jurassic Park” (1993)
Sleepless In Seattle obtuvo 2 nominaciones al Oscar como:
Mejor guión original y canción original.
Si la comedia es un género difícil, la comedia sentimental lo es aún más, por cuanto tiene el riesgo evidente, de pasarse de rosca y caer en el “ternurismo” y lo lacrimógeno.
Cuando esta directora falleció el año pasado, me dio mucha pena, porque era una de las pocas que dirigían bien una cinta del género de comedia romántica.
Y es que, Ephron no era ni tan exagerada ni tan melodramática.
Ponía los puntos justos, para que uno creyera que la trama podría suceder en la realidad, y no quedarse en la mera ficción.
Su influencia en las películas de los 50s, quedaban notoriamente reflejados en sus tramas, como en esta ocasión, en donde puedo decir con franqueza, que me deja 100% conforme.
Ya había leído y oído, que Sleepless In Seattle era una de las grandes películas del género en los 90s, y vaya que no se equivocaron.
En ella vemos:
Casualidades, circunstancias, obsesiones, y mucho de “destino”, y no duda en poner a cada instante, el nombre de Cary Grant, y toda lo que significó para Ephron, las películas de aquel entonces, en donde no reinaba la exageración, sino una historia bien contada, y con buenas actuaciones.
Para empezar, Sleepless In Seattle no es una película que engañe, me refiero a que sólo con ver el título, la portada, los actores... pues ya te puedes hacer un poco a la idea de lo que vas a ver.
Sleepless In Seattle esta filmada bajo los escenarios de Seattle y un clásico encuentro en el Empire State de la Ciudad que Nunca Duerme.
La trama gira en torno a Annie Reed (Meg Ryan) una joven periodista, a punto de casarse, y que decide investigar, quién es el hombre viudo, Sam Baldwin (Tom Hanks), y con un hijo llamado Jonah (Ross Malinger) que abrió su corazón en un consultorio sentimental radiofónico, que ella escucha todas las noches.
Obsesionada, Annie viaja hasta Seattle, en complicidad con su jefa Becky (Rosie O’Donnell) para conocer al dueño de la voz, que hizo tambalear sus deseos de matrimonio con Walter (Bill Pullman), haciendo que esta increíble historia, que empezó a través de la radio, se convierta para Annie, en una antigua película de antaño, que ella adora.
La manera en como la historia va contándose, sin ver escenas melodramáticas, ni sonseras por el estilo, nos va acercando hacía algo que ambos personajes, quizá sentían en el fondo, y que anhelaban desde mucho:
Encontrar su otra mitad.
Además, para los que no se conforman con el mero entretenimiento, la historia de Sam, Jonah, y Annie, da pie a jugosas reflexiones sobre el valor del matrimonio, el amor auténtico, la familia, la amistad, o el modo de afrontar la muerte de un ser querido.
Sleepless In Seattle suple la melancolía inicial, el torrente de amor, cariño y ternura de una muchacha enamoradiza, y extremadamente romántica y soñadora, que no dudará, en hacerse cargo del alma desnutrida de un hombre que arrastra su taciturna figura, tras la pérdida de su esposa.
La carga emocional es evidente, y está tan bien llevada, que lejos del esperpento vomitivo de las películas mediocres, nos inspira también, esa ternura, ese deseo de conquista, y de que su historia se rubrique con un final feliz, de esos con campanas de boda.
Además, Sleepless In Seattle está cargada de referencias cinéfilas, y por momentos, se auto parodia.
Otro de los motivos, por los que Sleepless In Seattle es interesante, es por el acertado uso del grafismo para contar la historia.
El mapa de los Estados Unidos, es empleado varias veces, para describir la distancia entre los protagonistas, y también para simbolizar sus viajes.
Y deja claro, que las mujeres, que por lo que parece en Sleepless In Seattle, se estimulan más auditiva que visualmente.
Quizás para muchos desencantados de la vida, estas historias de amor son ridículas y abofeteables, pero para mí, son retratos más o menos fidedignos de todo amor en sus comienzos, que depende exclusivamente de nosotros, no dejarlos extinguir, ya que el amor es la única posibilidad de felicidad que tenemos, no existe otra.
Como curiosidad, Hanks y Ryan, ya habían protagonizado anteriormente, otra película, la olvidable “Joe Versus The Volcano” (1990) y en Sleepless In Seattle, apenas aparecen juntos 2 minutos en todo el metraje, y solamente, como en 3 escenas.
Cabe decir, que Meg Ryan y Tom Hanks, conformaron una pareja protagónica, casi perfecta, y dieron a luz, una de las mejores, y más exitosas comedias románticas de la década del 90.
A ellos y al chico personificado por Ross Malinger se debe buena parte del encanto de la película.
Hay una escena maravillosa, donde Suzy (Rita Wilson) narra la romántica historia de Deborah Kerr y Cary Grant entre lágrimas, donde uno no sabe bien, si emocionarse o reír.
Y a continuación, los personajes masculinos, hacen la sátira, narrando escenas de “The Dirty Dozen” (1967)
Los personajes tienen su mejor baza, en que son puros estereotipos.
Desde el perfecto viudo, al novio cuadriculado, la chica alocada, o la “novia” repelente.
Y como curiosidad, todos los personajes femeninos de Sleepless In Seattle, en algún momento, ven o han visto “An Affair To Remember” (1957) y lloran.
Y es que Sleepless In Seattle, es un homenaje a las historias de amor de las películas, en mágica; aunque la trama resulte demasiado rocambolesca, como para ser tenida en serio:
¿Qué niño está despierto a altas horas de la noche, escuchando el típico programa radiofónico terapéutico, para gente adulta que tiene problemas?
¿Qué niño llamaría a ese programa, para pedir una mujer a su padre?
¿Qué programa radiofónico de ese estilo, dejaría entrar en antena, a un niño?
¿Qué mujer, a punto de casarse, lo dejaría todo para irse con un hombre viudo que no conoce?
¿Qué hombre es tan raro y aburrido, como el que interpreta Bill Pullman?
Sin embargo, se mueve bastante bien en ese mundo hipotético, y no llega a cansar.
La pena es que, Sleepless In Seattle contiene partes que no dicen nada nuevo, y que llegan a aburrir un poco.
Pero… interviene esa pequeña magia de los gestos, y los gustos que el otro adoraría si los viera.
Y otra pequeña vuelta de la rueda de la fortuna, un diablillo travieso que se divierte, poniendo en contacto a esas 2 personas que no se conocen.
Es cuestión de dejarse llevar…
La banda sonora de Sleepless In Seattle, es fantástica, y cuenta con canciones como:
“A Kiss To Build A Dream On” de Louis Armstrong, o “When I Fall In Love” de la famosa Céline Dion y Clive Griffin; así como otras con:
Nat King Cole, Carly Simon, Joe Cocker, Harry Connick Jr., entre otros.
Todas esas canciones de amor, dan sentido a esta romántica historia navideña.
“What is “tiramisú”?”
Sleepless In Seattle es una película, que trata fundamentalmente del destino, tantos estados separándoles, y nada impide que se conozcan al final.
Probablemente, Nora Ephron escribió como nadie, argumentos para el alma femenina, que solo las mujeres pueden emotivamente absorber.
Entonces, hay un fluir en Sleepless In Seattle, donde se insinúa, que el amor ocurre como consecuencia del encuentro de 2 almas, que ya se conocieron en vidas pasadas.
Todo es amable.
Ningún personaje desentona especialmente.
Es más, incluso parece dominar una actitud colectiva de comprensión, solidaridad, y respeto hacia los demás.
Los amigos son amigos de verdad, y la familia está para apoyar en los momentos difíciles.
Todo un mensaje de vida optima.
En Sleepless In Seattle, los personajes muestran la cara más amable del ser humano, en donde el entorno tiene un particular atractivo:
Chicago, Seattle, Nueva York, una casa junto al embarcadero, el Empire State, o los bonitos adornos navideños.
Todo, en suma, contribuye a redondear un film, que no busca otra cosa que hacer pasar un buen rato al espectador.
En una película romántica lo que cuenta, es que el amor sea auténticamente retratado, y salga victorioso de los embates de sus peores enemigos:
El escepticismo, el egoísmo, y el individualismo pesimista que, ahora más que nunca, intenta ahogar la mecha de una entrega generosa.
Para disfrutar con una película como Sleepless In Seattle, hay que tener una mirada abierta y esperanzada, convencido de que la vida sin amor, es estéril y vacía; algo parecido a los días lluviosos y grises, en los que transcurre la vida del viudo de Sam en Seattle, por poner un ejemplo.
Al inicio, los personajes de Sleepless In Seattle, se niegan a moverse por los impulsos que reciben de sus sensaciones, del corazón, y en otras ocasiones, ni por las llamadas “señales”
Situaciones o acciones, que de repente aparecen en determinadas circunstancias de nuestra vida, y que denominamos así, porque creemos que cuando aparecen, contienen un mensaje de fondo.
Y es entonces cuando comienza la discordia.
Creer si en realidad existe.
Si las personas nos movemos por el llamado destino, o somos nosotros mismos quienes nos lo hacemos.
Pero ellos prefieren guiarse por la razón, hasta que las señales, las coincidencias, y las sensaciones, acaban siendo cada vez más fuertes.
Sleepless In Seattle muestra 2 vidas distintas:
Una, que no deja de recordar la pérdida de un ser querido, sobre todo, cuando se acercan fechas tan señaladas como la navidad, y su ausencia, cada vez más, comienza a tomar mayor presencia; mientras lucha por encontrar la forma de tirar del hilo de todos los días.
Y al otro lado del abismo, se encuentra una persona con una vida monótona, tranquila, y estable.
Pero sobre todo, monótona en el amor.
Y de repente, una noche, La Nochebuena, en la radio escucha la voz de un niño hablando con ternura de su padre.
Una voz desesperada en busca de auxilio.
Al acabar la conversación, los corazones de los oyentes se encogen, cuando relata su historia de amor.
A partir de entonces, la locutora del programa, lo llamará “Sleepless In Seattle”
A partir de ese momento, comienzan a surgir “las señales” para una de las 2 personas, y acaba por entender el sentido de las cosas.
Pero de las cosas que no le ocurren, y sobre todo, de las que no siente.
De repente, algo más que la curiosidad le despierta, tiene la necesidad de descubrir y conocer, quién es el “Sleepless In Seattle”
Sleepless In Seattle nos muestra que en el amor, nada está decidido.
Que no basta vivir tanto tiempo con una persona, para creer que es la persona de tu vida, cuando en otro lugar del mundo, podría estar la destinada.
Es una historia que podría ser cursi, pero tiene un adjetivo que ya muchos quisieran tener:
Eterna.

“Love is the answer.
Someone to love is the answer.
Make someone happy, make just once someone happy and you will be happy too”



Comentarios

  1. Pos yo vi una estúpida, fantasiosa película de amor, donde debes apagar el cerebro y reirte de las bromas de Tom Hanks (lo único rescatable).

    ResponderBorrar

Publicar un comentario

Entradas populares