Viva Zapata!

“A strong people is the only way to freedom!”

La Revolución Mexicana, fue un conflicto armado, iniciado el 20 de noviembre de 1910, con un levantamiento encabezado por Francisco Ignacio Madero González, contra El Presidente José de la Cruz Porfirio Díaz Mori.
Se caracterizó por varios movimientos socialistas, liberales, anarquistas, populistas y agrarios.
Aunque en principio, era una lucha contra el orden establecido, con el tiempo se transformó en una Guerra Civil; y suele ser considerada, como el acontecimiento político y social, más importante del siglo XX, en México.
Los antecedentes del conflicto, se refieren a la situación de México, bajo El Porfiriato.
Desde 1876, El General oaxaqueño Porfirio Díaz, encabezó el ejercicio del poder en el país, de manera dictatorial.
La situación se prolongó por 30 años, durante los cuales, México experimentó un notable crecimiento económico, y estabilidad política.
Estos logros, se realizaron con altos costos económicos y sociales, que pagaron los estratos menos favorecidos de la sociedad, y la oposición política al régimen de Díaz.
Durante la primera década del siglo XX, estallaron varias crisis en diversas esferas de la vida nacional, que reflejaban el creciente descontento de algunos sectores con El Porfiriato.
Cuando Díaz aseguró en una entrevista, que se retiraría al finalizar su mandato, sin buscar la reelección, la situación política comenzó a agitarse.
La oposición al gobierno cobró relevancia, ante la postura manifestada por Díaz.
En ese contexto, Francisco I. Madero, realizó diversas giras en el país, con miras a formar un partido político, que eligiera a sus candidatos en una asamblea nacional, y compitiera en las elecciones.
Díaz lanzó una nueva candidatura a la presidencia, y Madero fue arrestado en San Luis Potosí, por sedición.
Durante su estancia en la cárcel, se llevaron a cabo las elecciones, que dieron el triunfo a Díaz.
Madero logró escapar de la prisión estatal, y huyó a los Estados Unidos.
Desde San Antonio, proclamó El Plan de San Luis, que llamaba a tomar las armas contra el gobierno de Díaz, el 20 de noviembre de 1910.
El conflicto armado, tuvo lugar en primera instancia, al norte del país, y posteriormente, se expandió a otras partes del territorio nacional.
Una vez que los sublevados ocuparon Ciudad Juárez, Chihuahua; Porfirio Díaz presentó su renuncia, y se exilió en Francia.
En 1911, se realizaron nuevas elecciones, donde resultó electo Madero.
Desde el comienzo de su mandato, tuvo diferencias con otros líderes revolucionarios, que provocaron el levantamiento de Emiliano Zapata, y Pascual Orozco, contra el gobierno maderista.
En 1913, un movimiento contrarrevolucionario, encabezado por Félix Díaz, Bernardo Reyes, y Victoriano Huerta, dio un golpe de Estado.
El levantamiento militar, conocido como Decena Trágica, terminó con el asesinato de Madero, su hermano Gustavo, y el vicepresidente Pino Suárez.
Huerta asumió la presidencia, lo que ocasionó la reacción de varios jefes revolucionarios como:
Venustiano Carranza y Francisco “Pancho” Villa.
Tras poco más de un año de lucha, y después de la ocupación estadounidense de Veracruz, Huerta renunció a la presidencia, y huyó del país.
A partir de ese suceso, se profundizaron las diferencias entre las facciones que habían luchado contra Huerta, lo que desencadenó nuevos conflictos.
Carranza, Jefe de La Revolución, de acuerdo con El Plan de Guadalupe, convocó a todas las fuerzas, a La Convención de Aguascalientes, para nombrar un líder único.
En esa reunión, Eulalio Gutiérrez fue designado presidente del país, pero las hostilidades reiniciaron, cuando Carranza desconoció el acuerdo.
Después de derrotar a La Convención, los constitucionalistas pudieron iniciar trabajos para la redacción de una nueva constitución, y llevar a Carranza a la presidencia en 1917.
La lucha entre facciones estaba lejos de concluir.
En el reacomodo de las fuerzas, fueron asesinados los principales jefes revolucionarios:
Zapata en 1919, Carranza en 1920, Villa en 1923, y Obregón en 1928.
Actualmente, no existe un consenso, sobre cuándo terminó el proceso revolucionario.
Algunas fuentes lo sitúan, en el año de1917, con la proclamación de La Constitución Mexicana, algunas otras en 1920, con la presidencia de Adolfo de la Huerta, o 1924, con la de Plutarco Elías Calles.
Incluso hay algunos que aseguran, que el proceso se extendió hasta los años 1940.
“La tierra es para quien la trabaja”
Emiliano Zapata Salazar fue uno de los líderes militares y campesinos, más importantes de La Revolución Mexicana, y un símbolo de la resistencia campesina en México.
Como parte del movimiento revolucionario, estuvo al mando del Ejército Libertador del Sur, por lo que fue conocido como “El Caudillo del Sur”
Aunque la historia oficial lo presenta como un campesino pobre, que se levantó en armas, lo cierto es que, Zapata era un pequeño propietario, dueño de un pedazo de tierra para cultivar.
Años antes del estallido de La Revolución, Zapata trabajó en una de las haciendas de Ignacio de La Torre, el yerno de Porfirio Díaz, y era en el único en quien confiaba para cuidar sus caballos.
En México, Zapata fue conocido como “El Atila del Sur” pues encabezó la lucha agraria en su Estado natal de Morelos, en el sur del país.
A él se le atribuye el lema:
“La tierra es de quien la trabaja”
Héroe nacional, venerado por el campesinado mexicano; nacido en la población de Anenecuilco, cerca de Villa de Ayala, Morelos, sus padres Gabriel Zapata y Cleofas Salazar, se dedicaban a la producción de sus tierras, y a la venta y compra de animales.
Adquirió una escasa educación, que llego hasta nivel primaria; y con tan solo 16 años, fallece su madre, y 11 meses después, fallece su padre, por lo que Zapata hereda el patrimonio familiar, que le fue suficiente para abstenerse de prestar servicios de peón, en alguna hacienda.
En 1906, se une al movimiento político que busca defender la tierra de los campesinos morelenses, de la codicia de los hacendados porfiristas, y como consecuencia, fue forzado a integrarse al Noveno Regimiento de Cuernavaca, en 1908.
En 1909, Zapata resulta electo Presidente de La Junta de Defensa de Las Tierras de Anenecuilco, cargo que aprovechó para estudiar documentos, que acreditaban los derechos de los campesinos a la tierra.
En 1910, estalla La Revolución Mexicana, y Emiliano se incorpora a las fuerzas maderistas, atraído por las demandas agrarias del Plan de San Luis.
En 1911, protagoniza enfrentamientos para proclamar El Plan de Ayala, que apoyaba los anhelos de los campesinos al llamado de “Tierra y libertad”, y demanda la destitución del presidente Francisco I. Madero.
El movimiento zapatista, logra la resolución de los gobiernos de Madero, Victoriano Huerta, y Venustiano Carranza.
Zapata en su lucha para el desarrollo del pueblo, funda El Banco Agrícola, al mismo tiempo que numerosas escuelas primarias, para menores y adultos.
En esta época, ya se le conocía como “El Caudillo del Sur”, y estaba aliado con Pancho Villa, pero cuando éste rompió relaciones con Venustiano Carranza, su alianza también se acabó.
En 1914, Emiliano Zapata manda una carta al presidente de Estados Unidos, Woodrow Wilson, explicándole que en México, todavía se vive una época feudal, que las autoridades actúan en complicidad con los ricos.
Sostiene argumentos a favor de una reforma agraria, y le comenta la mala relación que sostiene con la prensa mexicana, para finalizar, felicita a Wilson por su política de respeto a la soberanía del pueblo mexicano.
El 17 de marzo de 1919, manda una carta a Venustiano Carranza, donde le habla acerca de la miseria que se encontraba el pueblo, de la dotación de tierras a los hacendados, y del bandolerismo causado por el llamado Ejército Constitucionalista.
Por último, le pide su renuncia, y que deje su puesto a una persona capaz de gobernar con honestidad.
Sus adversarios consideraban, que Emiliano Zapata era simplemente un bandido roba-vacas que, con sus salvajes huestes armadas, amenazaba vidas, honor, propiedades, y a la misma civilización.
Como dato, El Ejército Revolucionario de Emiliano Zapata, conformado por campesinos principalmente, fue el único en que se les permitió a las mujeres, unirse a las filas, y servir como combatientes.
Aunque otros ejércitos revolucionarios tenían muchas mujeres entre sus seguidores, en general, no luchaban, aunque hay excepciones.
Sólo El Ejército Libertador del Sur (ELS) comandado por Emiliano Zapata, tuvo un gran número de mujeres combatientes:
Algunas fueron incluso oficiales.
Algunas feministas mexicanas modernas, apuntan a la importancia histórica de estas “soldaderas, coronelas, vivanderas, o Adelitas” como un hito en los derechos de la mujer.
Se dice que después de los constantes atentados de que era objeto, o se sentía objeto, hicieron que Emiliano Zapata usara a un “doble” para ciertos eventos públicos.
La gente lo identificaba porque, si bien era muy semejante al caudillo, su doble era más bajo de estatura; además, Zapata nunca usaba calzón de manta:
Siempre andaba de traje charro, armado, y acompañado de su caballo.
El 10 de abril de 1919, Zapata llega a una cita con el coronel Guajardo, en una hacienda de Chinameca, acompañado de una pequeña escolta en su arribo, las tropas de Guajardo presentaron armas, simulando rendirle honores, pero cuando el caudillo entró a la hacienda, abrieron fuego dándole muerte en el acto, tenía 39 años.
En lo personal, Josefa Espejo Sánchez conocida como “La Generala” procreó 2 hijos de su matrimonio con Emiliano:
Felipe y Josefa, y cuyo padrino de bodas fue el propio Francisco I. Madero.
Zapata tuvo anteriormente, 2 hijos más:
Nicolás y Elena Zapata Alfaro, con Inés Alfaro Aguilar.
Sin embargo, Zapata tuvo más hijos, como es el caso de Ana María Zapata, hija de Petra P. Torres.
Hasta donde se sabe, Emiliano Zapata Salazar, tuvo 15 hijos con 9 mujeres, pero hay quien habla, de que sostuvo relaciones con 14 mujeres.
El cuerpo del Libertador del Sur fue llevado a su pueblo natal, Anenecuilco, y sus restos reposan actualmente en Cuautla, al pie de la estatua que le fue erigida.
El 16 de julio de 1920, Jesús Guajardo, el hombre que lo asesinó, fue capturado en Monterrey, y fusilado al día siguiente.
Se cuenta que el 02 de julio, se había revelado en la región de La Laguna, en contra del presidente provisional, Adolfo de la Huerta, por esta razón, fue perseguido y aprehendido, y no por el homicidio de “El Caudillo del Sur”
Con el paso del tiempo, Zapata se convirtió en héroe; los defectos del caudillo quedaron difuminados, olvidados, transformados por la pluma del poeta, la mano del muralista, o las elocuentes palabras del político.
Muchas historias comenzaron después de su muerte, algunos campesinos y habitantes de la zona, aseguraban que Zapata no había muerto, y que se le veía montando por los cerros de la región, reflejo quizá de la esperanza perdida de recuperar sus tierras.
Entre la gente común del estado de Morelos, que se negaba a dar crédito a la muerte de Zapata, circulaba la creencia de que no era su caudillo, el que había sido asesinado por Guajardo.
Se decía que le hacía falta un lunar, que si Zapata era más alto, o más moreno.
Se decía, que no era posible que, si Zapata había escapado a tantas emboscadas, y siempre había tenido tan buen olfato para los engaños, hubiera caído de esta manera.
Se decía que Zapata había mandado en su lugar, a uno de sus compadres, con quien compartía un gran parecido.
Desgraciadamente, la identificación del cadáver de Zapata, por parte de antiguos compañeros de armas, y gente cercana, fue contundente:
El cadáver correspondía a “El Caudillo del Sur”
Zapata es, hoy por hoy, el mártir del agrarismo, el símbolo de la redención social en México, Latinoamérica y el mundo.
Zapata es la lucha por la justicia social, la lucha por los más pobres, la lucha por los campesinos, la defensa del ejido, de la comunidad indígena, de la escuela pública, de la salud pública, y la defensa de la soberanía alimentaria, y la soberanía nacional, son los legados que nos dejaron revolucionarios como “El Caudillo del Sur”
En una carta dirigida a Pancho Villa, Zapata escribió:
“La ignorancia y el oscurantismo en todos los tiempos, no han producido más que rebaños de esclavos para la tiranía”
A principios del año 1994, un grupo de guerrilleros armados, atacaron varias poblaciones en el sur de México.
Los rebeldes se hacían llamar El Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN)
Eligieron el nombre, dicen, porque a pesar de La Revolución Mexicana había triunfado, la visión de Emiliano Zapata, todavía no había llegado a ejecutarse.
Esto fue un golpe importante al partido gobernante, El PRI, que tiene sus raíces en La Revolución Mexicana, y se supone, que es el guardián de los ideales de La Revolución.
El EZLN, después de hacer su declaración inicial con armas y la violencia, casi de inmediato, pasó a los campos modernos de batalla como el Internet, y medios mundiales de comunicación.
Quizás, la piedra angular del legado de Zapata, se debe a que se le identifica como un auténtico líder popular, que no traicionó nunca sus ideales, ni al pueblo por el que luchó.
En una historia plagada de políticos y líderes que se levantan con las banderas del pueblo, pero que transan a las primeras de cambio, Zapata escapa a esa regla.
Se conoce de sobra, la anécdota de su charla con Pancho Villa, frente a la silla presidencial, en la cual, se negó a sentarse para tomarse la foto; más allá de la anécdota, da idea de un líder revolucionario, que se negó a tomar el poder para él mismo.
Junto con la idea de luchar por el pueblo, y no por intereses populares, Zapata recogió en su Plan de Ayala, las demandas centrales del pueblo mexicano:
Tierra y libertad.
Bajo este sencillo pero poderoso lema, se sintetizaban las demandas del pueblo.
Zapata jamás transó, a pesar de las ofertas que le hicieron, por eso su legado sigue siendo tan poderoso, a casi 100 años de su muerte, y lo confirman como un referente, no solo del pasado, sino presente en las actuales luchas por el futuro de la nación mexicana.
“Sometimes a dead man can be a terrible enemy”
Viva Zapata! es una película dramática estadounidense, del año 1952, dirigida por Elia Kazan.
Protagonizada por Marlon Brando, Anthony Quinn, Jean Peters, Joseph Wiseman, Arnold Moss, Alan Reed, Margo, Harold Gordon, Lou Gilbert, Mildred Dunnock, Frank Silvera, Nina Varela, entre otros.
Viva Zapata! narra la vida del líder revolucionario mexicano, Emiliano Zapata, según la adaptación que hizo John Steinbeck del libro de Edgcomb Pinchon: “Zapata The Unconquerable”, dato que no es mencionado en los créditos de la misma.
Viva Zapata! es un relato de ficción, que parte narrando los orígenes campesinos de Emiliano Zapata, su llegada al poder, al inicio de 1900, hasta su muerte; y le rinde homenaje, en uno de los acercamientos más notables, que hizo Hollywood al pensamiento libertario, denunciando la capacidad de corrupción del poder, y la lucha del ser humano por conquistar la libertad y la justicia social.
Steinbeck y Kazan, lograron traspasar el género del biopic, para incitarnos a pensar, sobre el peligro de los personalismos, instrumento estratégico para que un pueblo delegue sus responsabilidades, la necesidad de la libertad de crítica, como forma de contra-control sobre el poder, y la legitimidad y peligro del uso de la violencia.
Kazan llegó a declarar, que su intención con Viva Zapata! fue elaborar una metáfora de lo que había sucedido, con los comunistas en la Unión Soviética, y de cómo sus líderes llegaron a ser reaccionarios y represivos, en lugar de avanzados y progresistas.
Viva Zapata! obtuvo un premio Oscar al Mejor Actor Secundario para Anthony Quinn.
Además, obtuvo 4 candidaturas, en los apartados de:
Mejor actor (Marlon Brando), dirección artística en blanco y negro, guion adaptado (John Steinbeck) y banda sonora.
Viva Zapata! obtuvo el Premio a La Mejor Actuación en El Festival Internacional de Cine de Cannes, de 1952, para Marlon Brando.
De entrada, decir que si lo que pretendemos es entender el proceso revolucionario Mexicano en Viva Zapata!, no vale la pena perder el tiempo, ya que no sirve ni como aproximación superficial.
Desde esta óptica, es desastrosamente deslavazada, escasamente rigurosa, con respecto a la explicación del proceso, y como casi siempre, el peso específico de los personajes en el proceso, es más determinante de lo que realmente fue.
De hecho, las películas de Kazan, son películas de actores.
Y Viva Zapata! lo es.
Es una historia bastante esperanzadora, aunque como siempre, hay un judas.
Quizás sea al revés, es bastante desesperanzadora, ya que realmente, se ve que no se ha avanzado nada, si no al revés, hemos ido para atrás...
Estos y muchísimos más detalles, argumentales y visuales, son mostrados por Elia Kazan, mediante una acertadísima planificación, uso del paisaje, e intención filosófica.
Junto a la magistral dirección de Kazan, el elenco de actores en estado de gracia, y la magnífica labor de los técnicos, nos legan para la eternidad, un canto lírico, aventurero, profundo, e impregnado de arena del desierto, que nos enseña la importancia de la responsabilidad personal en la sociedad.
La brecha entre las clases sociales, la brutalidad de la clase opresora hacia las clases oprimidas, es lo que empuja a este hombre corriente, a dirigir un gran movimiento revolucionario, orientado a establecer un sistema más justo de producción, y reparto de la riqueza, producida por el hombre, con su trabajo en la tierra.
Emiliano Zapata no es un hombre con vocación de revolucionario... como ninguno lo ha sido a lo largo de la historia.
En Viva Zapata!, Elia Kazan sigue con la temática preferida:
La de personajes que luchan por cambiar su entorno, a menudo inmovilista y corrupto, en pos de una sociedad idílica y utópica.
Todo ello envuelto en un cine de compromiso, que tantos problemas le acarrearía en el futuro.
En Viva Zapata!, se analiza el lado más humano, heroico, y terrenal del revolucionario Emiliano Zapata.
Para dar una apariencia auténtica, Zanuck y Kazan, estudiaron las numerosas fotografías que se tomaron en los años de La Revolución, entre 1909 y 1919, en que Zapata lideró la lucha por la restitución de las tierras, que habían sido arrebatadas durante la dictadura de Porfirio Díaz.
Kazan quedó impresionado, especialmente con la colección fotográfica de Agustín Casasola, e intentó duplicar su estilo visual en Viva Zapata!
La fotografía, desarrolla una narración de singular belleza, con primeros planos psicológicos, sombras expresionistas, preferencia por los claroscuros, y movimientos de cámara de gran precisión.
El guión resume con brío, una historia compleja y turbulenta, que avanza a un ritmo intenso, y con formas que en ocasiones recuerdan las de un western.
La dirección eleva el relato, al nivel de narración épica, de un personaje mítico, humano, generoso, y noble.
En Viva Zapata!, Elia Kazan retrata el México rural de principios del siglo XX, y la convierte en una obra lírica, tanto a nivel argumental, como a nivel estético.
Viva Zapata! cuenta el drama de un héroe, enfrentado a un destino de lucha sin tregua, y sin fin.
La acción principal, tiene lugar en el Sur de México, entre 1909 y 1919.
Narra la historia de Emiliano Zapata (Marlon Brando) líder del movimiento campesino, que reclama las tierras propias ocupadas por terratenientes.
Ante el fracaso de las gestiones pacíficas, se erige en uno de los cabecillas de la insurgencia, contra El Presidente Porfirio Díaz (Fay Roop), despótico y tiránico.
En marzo de 1911, Zapata se incorpora con los suyos, a las fuerzas maderistas, que junto con las de Pancho Villa (Alan Reed) provocan la caída de Díaz.
El nuevo presidente, Francisco Madero (Harold Gordon), es asesinado en 1913, por El General Victoriano Huerta (Frank Silvera), que se proclama presidente.
El desarrollo de la guerra, lleva Huerta al exilio en 1914; y Venustiano Carranza, Jefe de una facción revolucionaria, ocupa la presidencia, desde la que derrota a Villa en 1915, y busca la muerte de Zapata.
Viva Zapata! exalta la figura de Emiliano, honesto, leal, y sincero, que lucha por los suyos, sin querer nada a cambio.
El propósito de Zapata, de obtener la devolución a los campesinos de las tierras que les fueron arrebatadas, fracasa ante Porfirio Díaz, Madero, y Huerta, por lo que se ve obligado a mantener la lucha.
Viva Zapata! muestra la revolución de Zapata, como una lucha por la libertad y la paz:
La libertad de trabajar las propias tierras, y la paz de vivir sin riesgos de perder la vida a manos de sicarios de los poderosos.
La figura del héroe, sobresale por su valentía, y su amor por Josefa, esposa con la que comparte momentos de gloria y de penuria.
Es importante el personaje enigmático de Fernando Aguirre (Joseph Wiseman), al que siempre acompaña la muerte.
“Mejor morir de pie que vivir toda una vida arrodillado”
Heredero del teatro, Kazan tiene Viva Zapata! llena de largos diálogos, y escenas que contrastan momentos muy íntimos, con grandes espacios abiertos, que apuntan más a la tradición del cine épico.
Después de muchos mexicanos vestidos de blanco, confrontaciones, y celebraciones, Viva Zapata! parece que le falta definir, a nivel de guión, aún más al personaje de Brando, que a pesar de todo, se transforma totalmente en Zapata, aunque ese maquillaje de ojos, francamente es muy extraño.
Es notable la penetración psicológica que consigue de los personajes:
Emiliano Zapata, representado espléndidamente por Marlon Brando, desde un punto de vista histórico y humano, heroico y terrenal, inmerso en una lucha encarnizada por el derecho natural del hombre, con una mirada al idealismo utópico, al poder corrupto y corruptor, a la confianza, la libertad, la avaricia, y la traición, todo ello narrado con un ritmo implacable.
Marlon Brando está imperial, su carisma es un tsunami que arrasa por donde pasa, su mirada penetrante, es el espejo de su alma furiosa de justicia social, emana angustia, dolor, ilusión, pasión, amor, ello con un lenguaje gestual apabullante, evoca por momentos a un “Mesías”, el elegido para guiar a su pueblo, es una luz fulgurante.
Curiosas las opciones del productor Zanuck, su elección era Tyrone Power, y Steinbeck pretendía una estrella mexicana, Pedro Armendáriz.
El Zapata real, se aleja de la imagen de Marlon Brando, era un tipo bajito de ojos oscuros, en Viva Zapata! se sugiere que La Revolución fue por derrocar a Porfirio Díaz, y alcanzar el poder, cuando fue para liberar la tierras de Morelos para los campesinos, e igual para otras provincias, asimismo, Zapata era un tipo sin escrúpulos, que fusilaba en masa a sus enemigos, sin temblarle el pulso.
En este sentido, Kazan dibuja a un Zapata bastante bueno, para amoldarlo a su mensaje paternalista-moralista.
Elia Kazan declaró, que su propósito con el relato, era plasmar una alegoría sobre lo que había ocurrido con los comunistas en la URSS, su utópico discurso degeneró en manos del sanguinario sátrapa Stalin.
Marlon Brando aparece flanqueado por magníficos actores, entre los que destaca su hermano Eufemio, caracterizado por el siempre brioso, Anthony Quinn, quien ganaría el Oscar como Actor Secundario por este papel.
Anthony Quinn, ha contribuido a su manera, a una “mitologización” del “apóstol del agrarismo”, según reza la inscripción inscrita sobre su tumba, en el cementerio de Cuautla.
La bellísima Jean Peters, como su sufrida esposa Josefa, y el periodista insidioso Fernando Aguirre, lúcidamente incorporado por Joseph Wiseman, un tipo de gran ambigüedad, y que representa a los arribistas que se acercan a los carismáticos personajes, para ser unos alteradores “pepitos grillo”, y que desde la sombra, se aprovechan de la sangre de los idealistas.
Mi escena favorita, es cuando Zapata sube al poder, y otro campesino, vivo reflejo de su juventud, le reprocha la falta de agua y víveres para el pueblo.
Él apunta su nombre, y al hacerlo, se da cuenta en que se está convirtiendo, en un dictador, igual al que él tuvo que derrocar.
O al inicio, cuando los campesinos en silencio, van saliendo al camino por donde los esbirros llevan atado a Zapata, o en otra escena, cuando Zapata le pide el reloj a Madero, o al comienzo, cuando el mismo Zapata le dice al presidente, que “con la paciencia no se come”, son sin duda instantes extraordinarios de ese cine con mayúsculas que tanto nos agrada.
Aparte de un magnífico biográfico, Viva Zapata! va más allá del personaje, y pone en situación al espectador, la unión del pueblo contra el temor a la tiranía, centrados en la lucha y la sublevación de un fugitivo desterrado, cabe destacar, que todo está contado con gran naturalidad, sin necesidad de profundizar, o de agotar en la política, o en la filosofía, una historia densa, al estilo de Kazan, que no esconde el vandalismo, ni la necesidad de estar armados, pero tampoco sus costumbres y preocupaciones, eran campesinos analfabetos, que mantuvieron sus ideales, luego también retrata el poder con sus leyes y conspiraciones, un enemigo tras otro, todos caen, y demuestran que es más difícil vivir en paz, que en guerra.
Viva Zapata! está construida a saltos, muchos pasajes están recortados, pero no deja de ser inquietante, plantea el dilema de la violencia y la bondad, de la ira y la dignidad, y mantiene un continuo ciclo en el país, imposible de controlar, ante tanta ambición, de ahí la importancia de Zapata, un hombre que no se separó del pueblo, que siempre defendió su tierra, todos sus enemigos combatían algo más que un hombre, iban contra una idea que se convertiría en la leyenda que es a día de hoy.
Para la música de Viva Zapata!, Kazan contó con un Alex North, que firmó su mejor partitura para el cine, interpretada por The Royal Scottish National Orchestra, dirigida por Jerry Goldsmith.
A nadie resulte extraño, si La Caza de Brujas vio en la historia del revolucionario mexicano, algún detalle de insubordinación a las directrices de Washington, y más aun, cuando en la escena en que escuchábamos “Gathering Forces” se reflejaba la insurrección pacífica de los campesinos para liberar a Emiliano Zapata.
La regrabación de 1998, dirigida por Jerry Goldsmith, incluyó la pista “Foreword” como prólogo al “Main Title”
Se trata de una pieza breve, compuesta en forma de obertura, y que ofrece una mejora en El Tema Inicial, que Alex North escribió, siguiendo la fórmula musical de un corrido mexicano.
“Huerta” y “Morelos” son temas de desarrollo, compuestos a partir de varios de los temas de la partitura.
Para “Huerta” las notas rayan el tenebrismo y el oscurantismo, no en vano El General Huerta era un personaje negativo en Viva Zapata!
“Morelos” por su parte, incorpora la melodía de “Zapata” de la que surge ese tenebrismo.
Llama la atención, el cuidado con el que Alex North eligió los temas folklóricos mexicanos.
La inclusión del corrido “Adelita” en la coda de la obra, es uno de sus mayores aciertos, paralela a la intención de Elia Kazan, de ofrecer un final abierto que acompañara la imagen del caballo de Zapata, hacia los montes de la Chinameca.
Si “End Title / Castes” un tema épico, no digamos de “Gathering Forces”, el tema favorito para Jerry Goldsmith.
Aunque nace de los redobles del tambor, esta pista contiene toda la carga emotiva de la partitura, marcando el nacimiento de Emiliano Zapata, como una leyenda del pueblo.
Alex North no pudo sino darle el mayor énfasis, con una melodía impecable, inspirada en el sustrato folklórico.
“The tiger is dead”
La vigencia del cine es a veces pasmosa, han pasado 100 años de los hechos que nos relata Viva Zapata!, y puede parecernos que están sucediendo ahora, ha cambiado tanto nuestro mundo en este tiempo, y a la vez, ha cambiado tan poco.
Esos campesinos, a los que arrebataban sus tierras, me recuerdan a esos parados a los que arrebatan sus trabajos, o cierran sus empresas, esos campesinos a los que arrojan las migajas, tienen mucha similitud con los trabajos basuras de hoy en día, en estas sociedades nuestras, que tan rimbombantemente se llaman “del bienestar”
Esos campesinos, a los que llaman a luchar para quitar a un amo, y después poner a otro, que seguramente les explotará aún más, me recuerda tanto a esos parados, a los que antes mencionaba, a los que llaman a votar con promesas y expectativas que nunca se cumplen.
Ya sé que es demagógico, y tendencioso en parte lo que estoy diciendo, también es apocalíptico, y sobre todo descorazonador.
Debe de haber algo de esperanza aún, un margen para el optimismo, donde está nuestro Zapata para guiarnos, quizás la respuesta nos la da Viva Zapata!:
“Cada uno hemos de luchar por lo nuestro, no podemos esperar que nadie nos regale nada”
Por raro que parezca, y sí creemos que es, como parte de los festejos del Bicentenario de La Independencia y El Centenario de La Revolución, El Gobierno Federal, creó varias cuentas en Facebook, de héroes nacionales, incluido Emiliano Zapata, con más de 8 mil seguidores, y mensajes sobre su vida, e invitaciones a eventos de 2010.
El último mensaje que publicó en su muro fue el 13 de marzo de 2012, y decía:
“Nuestros pueblos y comunidades, lucharon por la tierra que nos daba de comer, por el agua que hacía crecer las siembras, y que apagaba nuestra sed.
Luchamos por la posesión del suelo en el que enraizaron las almas de nuestros abuelos, las de nuestros padres, las de nosotros mismos, las de nuestras mujeres y nuestros hijos”
Sin duda, Emiliano Zapata es el mejor personaje de Los Corridos de La Revolución.
Generalmente de forma anónima, la voz del pueblo mexicano se caracteriza por recrear en tinta y música, la vida y las hazañas de sus hijos predilectos.
La Bola Revolucionaria, además de suprimir el viejo régimen porfirista, con El Corrido, inscribió en la posterioridad, las figuras épicas y míticas de los caudillos que la comandaban.
Al ser con Pancho Villa, el héroe más popular de aquella etapa de la historia nacional, la vida y la muerte de “El Caudillo del Sur” alcanzó gran dimensión entre “los de abajo”, quienes se dieron a la tarea de esparcirlas por todos los rincones del país en canciones, a veces interpretándolas con alegría, otras con llanto, o rabia, pero siempre con veneración.
94 años después del asesinato de Emiliano Zapata, en una emboscada ordenada por Venustiano Carranza, y ejecutada por el coronel Jesús Guajardo en Chinameca, Morelos; su legado para la defensa de la tierra perduró.
A nombre de la familia Zapata, Albertina Díaz Soto Ugalde, hija de Antonio Díaz Soto y Gama, colaborador del líder revolucionario, destacó la personalidad de este idealista, testigo importante de muchas injusticias en contra de sus hermanos campesinos.
Aseguró, que tras la muerte de Zapata en 1919, su padre se dedicó con sinceridad y dedicación, durante 45 años, a luchar porque no fuera inútil, tanto sacrificio de El General, y el pueblo de México tuviera mejor vida en el campo.
A la fecha, sostuvo, nadie se ha preocupado seriamente, por dar a conocer en detalle, la psicología y el modo peculiar del oriundo de San Miguel Anenecuilco, Morelos.
Uno lo ve como luchador y caudillo, más no como hombre, como ser humano, señaló, al tiempo que recordó que Zapata fue un hombre alto, delgado, de complexión recia, en la que predominaba el nervio y el músculo, un tipo perfecto del charro mexicano; ágil, esbelto, y macizo.
En todos sus actos y gestos, en todos, se asomaba la fuerza irresistible de su carácter, mezcla de bondad ingénita, de idealismo, y satisfecho, de pasiones fogosas, de serenidad rara ininterrumpida, indicó.
También, lo calificó como un hombre que no era de aventurarse, sino que todo lo que externaba, era producto de ondas cavilaciones.
El grito de “Zapata Vive, La Lucha Sigue” se escucha en todas las marchas populares del país.
La frase “Zapata Vive” está escrita también en poblados de todo México.
El ideario de Zapata sigue arraigado fuertemente, en las clases populares mexicanas.

“Libertad, Justicia y Ley”



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