Good Will Hunting

“Wildly charismatic.
Impossibly brilliant.
Totally rebellious.
For the first 20 years of his life, Will Hunting has called the shots.
Now he's about to meet his match”

La memoria eidética, también llamada fotográfica, o memoria absoluta, más técnicamente denominada, hipermnesia, es la capacidad de recordar cosas oídas y vistas con un nivel de detalle perfecto.
La palabra “eidética” trata de un tipo de memoria de carácter, casi sensorial, cuyo tiempo de permanencia, ronda los 20 milisegundos; y es la que precede a la memoria a corto plazo.
En psicología, las personas con hipertrofia de la memoria eidética, pueden recordar cualquier cosa que hayan visto, u oído, incluso, aunque lo hayan percibido una sola vez, y de forma fugaz, aunque en general, los recuerdos son menos claros y detallados que las percepciones.
A veces, una imagen memorizada, es completa en cada detalle.
Este fenómeno se da con frecuencia en los niños, quienes ocasionalmente son capaces de reconstruir una imagen tan completa, que pueden llegar a deletrear una página entera, escrita en un idioma desconocido, que apenas han visto durante unos momentos.
El paciente recordará cosas que la gente a su alrededor creerá imaginadas por él.
Aunque no es hereditario, esta cualidad se puede perder si no es diagnosticada, y el paciente ignora que posee dicha habilidad, ya que no pone empeño en usarla.
Esto es solo en casos leves.
Los casos leves ocurren en 1 de cada 4 personas, y solo alguno es capaz de guardarlo por siempre.
Como antes mencionamos, el paciente recordará cosas que la gente no, además, siempre trata de aprender cosas nuevas, suelen tener conocimientos triviales fascinantes para otras personas.
¿Qué hacer con los pacientes, que por distintas circunstancias, no vienen con una demanda expresa?
Esta pregunta se puede responder, a través de las escenas con los primeros analistas, que intentaron iniciar un tratamiento con él, y fracasaron estrepitosamente, porque más allá del marco teórico al cual adscriben, no pudieron apartarse de la rigurosidad dogmática, considerándolo no analizable, al no ajustarse al método, olvidaron que frente a ellos, había un sujeto “singular”, ya que un paciente no es igual a otro, y perdieron la oportunidad de trasponer las fronteras de sus “egos”, y encontrar a ese sujeto que se escabulle detrás de una postura “hermética”
Podría decir que, estos terapeutas no estuvieron a la altura de una actitud “empática”, entendiendo por empatía:
“….El intento de una persona de vivenciar la vida interior de otra, pero manteniendo simultáneamente, la postura de observador objetivo”
Freud, también sostendrá esto, afirmando que el único camino que permite tener una idea general, acerca de la vida mental de otro, es la “comprensión empática”
Los analistas, lo único que hicieron fue juzgar su conducta externa, calificándolo de “lunático delirante”, y considerando, que era una pérdida de tiempo intentar tratarlo.
Me pregunto:
¿Cómo se puede considerar una pérdida de tiempo, intentar aliviar el sufrimiento de otro, acaso?
¿No es eso, de lo que trata el oficio de psicólogo?
Hace 10 años, todos los niños nerviosos y traviesos, eran hiperactivos:
“Venga, démosles anfetaminas, droguémoslos para que sean otra cosa”
A mucha gente le hacía falta un peluche, un pájaro, o solamente, una colección de DVDs de porno, para matar el aburrimiento.
Ahora, todos los niños repelentes son Asperger.
Aquellos, que en el colegio daban ganas de agarrarlos de los pelos, y colgarlos del perchero.
Ahora son un síndrome.
El sujeto, la mayoría de las veces, queda en posición de objeto, en nombre de éste poder, que es el “Saber Profesional”, donde la singularidad del individuo, no es tomada en cuenta.
Esto, me permitió comprender, que no tengo ante mí un objeto de estudio simple, que por ciertas respuestas dadas, va a encajar según sus características, en una determinada teoría, y listo, aquí lo importante es, la singularidad del sujeto, su contexto, si detrás de él, hay una familia que lo acompañe, que contenga su estilo de vida, etc.
En una palabra:
“Contención”, porque es nada más y nada menos, que un ser humano.
“Some people can never believe in themselves, until someone believes in them”
Good Will Hunting es una película dramática, del año 1997, dirigida por Gus Van Sant.
Protagonizada por Matt Damon, Robin Williams, Minnie Driver, Ben Affleck, Stellan Skarsgård, Casey Affleck, Cole Hauser, Philip Williams, John Mighton, Rachel Majorowski, Colleen McCauley, Matt Mercier, Richard Fitzpatrick, entre otros.
El guión, es original de Matt Damon y Ben Affleck.
Curiosamente, todos los personajes secundarios, y lugares mostrados, están basados en lugares reales de la juventud de Matt Damon y Ben Affleck.
Good Will Hunting obtuvo 9 nominaciones a los Oscar, ganando 2 de ellos:
Mejor Guión Original (Matt Damon y Ben Affleck) y Mejor Actor de Reparto (Robin Williams)
Las nominaciones fueron por:
Mejor película, director, actor (Matt Damon), actriz de reparto (Minnie Driver), edición, banda sonora y canción original “Miss Misery”
Ben Affleck y Matt Damon, originalmente escribieron el guión de Good Will Hunting como un thriller:
“Un hombre joven, en las rudas y violentas calles del Sur de Boston, quien posee una inteligencia superior, es elegido por el FBI para trabajar para el gobierno”
Sin embargo, el presidente de Castle Rock Entertainment, Rob Reiner, más tarde les recomendó, abandonar el lado thriller de la historia, para concentrarse en la relación entre Will Hunting y su psicólogo.
A pedido de Reiner, el destacado guionista William Goldman, leyó el guión, y sugirió que el clímax de la historia, fuera la decisión de Will, de seguir a su novia Skylar a California.
Goldman ha negado, en reiteradas ocasiones, el persistente rumor de que él escribió Good Will Hunting, o que haya sido el encargado de revisar el guión.
En su libro, “Which Lie Did I Tell?”, Goldman escribe, que luego de haber leído el guión, y pasado un día con los escritores, su única contribución fue, haber estado de acuerdo con los comentarios que Rob Reiner había hecho.
Él escribe:
“Creo que la razón, por la que el mundo tan ansiosamente cree, que Matt Damon y Ben Affleck, no escribieron el guión son simples celos.
Ellos eran jóvenes, guapos, y famosos; maten a los hijos de puta”
Castle Rock compró el guión por $675,000, contra $775,000; lo cual significaba, que Affleck y Damon podrían ganar unos $100,000 adicionales, si Good Will Hunting era producida, y ellos hubieran recibido crédito, sólo como guionistas.
Sin embargo, el estudio se resistió a la idea, de que Affleck y Damon tuvieran los roles protagónicos, y muchos ejecutivos del estudio, afirman que querían en su lugar,  a Brad Pitt y Leonardo DiCaprio.
Viendo que ambos estaban teniendo problemas con Castle Rock, Smith y su productor en socio Scott Mosier, le llevaron el guión a Miramax, lo que llevó a que, eventualmente, ambos recibieran crédito como productores co-ejecutivos por Good Will Hunting.
Eventualmente, Miramax le compró el guión a Castle Rock; luego de haber adquirido los derechos de Castle Rock, Miramax dio luz verde, para poner a Good Will Hunting en producción; la cual fue rodada, en su mayoría, en Boston, Estados Unidos.
En ella, aparecen la famosa Universidad de Harvard, y diversos rincones del bello Estado de Massachusetts.
Los interiores, y algunos exteriores, fueron rodados en Toronto, Canadá.
Good Will Hunting explora temas como:
El éxito en la vida, la superdotación intelectual, la orfandad, la figura del psicólogo, la figura del profesor, la comunicación: verbal y gestual; el absentismo escolar, la amistad, la soledad, el miedo, la inseguridad, la violencia, la humildad, la sinceridad, la autenticidad, y la autoestima, entre otros.
La trama gira en torno a Will Hunting (Matt Damon) es un muchacho que trabaja como misceláneo en el prestigioso Massachusets Institute Of Technology (MIT) de Boston.
En sus ratos libres, sale con una conflictiva pandilla de chicos del barrio, con los que frecuenta borracheras y palizas.
Pero Will es un auténtico genio autodidacta, capaz de leer y pensar por su cuenta, a muy alto nivel.
Will tiene unos amigos que, como él, proceden de los barrios pobres, y cuya única filosofía en la vida, es tener un trabajo sencillo, que les permita ir por las tardes a emborracharse a los bares, y después, buscar pelea.
Con esta forma de vida, Will es feliz, y no quiere otra cosa.
El profesor Gerard Lambeau (Stellan Skarsgård) del MIT, un famoso matemático, reta a sus estudiantes, con un problema en la pizarra del pasillo.
Mientras está fregando, Will lee el problema, y es capaz de resolverlo.
Cuando en clase, Lambeau reclama la identidad del autor de la solución, éste no aparece, y lo reta nuevamente, con otro problema más difícil:
“Tardamos 2 años en resolverlo” dice.
Will también lo resuelve, y es sorprendido accidentalmente por Lambeau, mientras lo hace.
A partir de los intentos de Lambeau, por encauzar hacia la ciencia oficial, el genio de Will, llega su encuentro con el psicólogo Sean Mcguire (Robin Williams)
Aquí arranca la trama principal de Good Will Hunting:
La pugna entre las presiones externas, para que Will discipline y aproveche su talento científico, y sus deseos de felicidad inmediata, vinculados a su nueva novia.
¿Qué camino elegir, para romper con su pasado, y encarar el futuro, abriéndose a los demás?
Paralelamente a esto, Will conoce a Skylar (Minnie Driver), una chica en un bar de Harvard, con la que inicia una relación amorosa, a la par que Gerard Lambeau, le presenta a su amigo y psicólogo, quien realizará con él, la terapia necesaria para hacer frente a la rebeldía y rechazo que tiene hacia los demás, a quienes menosprecia.
Mcguire le enseñará lo esencial de la vida:
Aprender a seguir los dictados del corazón.
Will debe aprender a dejar atrás el pasado, y poder seguir adelante con su vida.
Es un joven que debe luchar consigo mismo, y con sus relaciones personales, intentando solucionar sus problemas, paso a paso, de tal modo que pueda abrirse a los demás, y empezar a poner su inmensurable potencial intelectual a trabajar.
Aquí llega el aspecto fundamental de Good Will Hunting, que es la carencia afectiva que sufre Will desde niño, por culpa de los malos tratos sufridos.
Es incapaz de pasar a un mayor grado de confianza en sus relaciones, por miedo al dolor, y le impide que ponga en práctica sus ideas e iniciativas por sí mismo.
Este, bajo mi punto de vista, es el momento más importante de Good Will Hunting, donde el profesor Sean Mcguire, tiene un gran protagonismo.
El es el único, que consigue que Will se libere de su pasado de malos tratos, que le impide acercarse a las personas por miedo a que le hagan daño, que deje ya su mundo de ficción, y empiece a tomar sus propias iniciativas, y decisiones.
Enseña a Will, que el amor es algo maravilloso, y que en la vida, debe seguir siempre lo que le diga su corazón.
Además, su mejor amigo, Chuckie Sullivan (Ben Affleck) también le invita a que se vaya de allí, porque él no es como ellos, y afuera le aguarda un gran futuro.
Así, debe aceptar que tiene una capacidad excepcional, un talento insuperable, y que debe hacer aquello que más quiere.
Good Will Hunting es una de esas películas, en la que el guión lo es todo.
No hay nada más, ni efectos especiales, ni acción, ni nada de eso, solo grandes diálogos, interpretados por grandes actores; y es por eso, que merece mucho la pena verla.
Personalmente, las ideas más importantes que nos aporta son:
Que debemos formar nuestra personalidad por nosotros mismos, no por lo que diga un libro, o profesor... para desarrollar nuestras propias ideas e iniciativas, y que siempre, debemos hacerlo obedeciendo las pautas que nos dicte nuestro corazón.
Will nos manda así un mensaje:
¿De qué sirve tener un don, si no somos capaces de convivir con los demás, de manera tal, que el don en vez de generar un acercamiento a la felicidad, lo veamos como un castigo, porque los demás lo envidien, nos quieran aprisionar, se quieran aprovechar de él, o porque, al negarnos utilizarlo, los demás nos reclamen cual si fueras seres egoístas?
Es claro entonces, que el poseer un “don” no es sinónimo de felicidad, y de realización personal, si el mismo no está bajo el control de nuestras emociones y sentimientos.
Un don aceptado, apreciado, y aprovechado por los demás, puede convertirnos en un instrumento de éstos, si no somos capaces de valorarlo, como una parte más de nuestra propia existencia.
Robin Williams en su papel de psicólogo terapeuta, que le ha valido para ganar un Oscar como Mejor Actor Secundario, y por algo será, tiene que lidiar con un muchacho, con gran inteligencia, pero con ciertos problemas emocionales, aun así, será capaz de contrarrestar todas los dardos envenados, que el chico lanza hacia él, para evitar que lo conozca más en profundidad.
Porque es eso a lo que tiene miedo Will, a pesar de ser una persona con respuestas para todo, se verá incapaz de responder, a algunas de las preguntas más sencillas, que le lanza Williams, y por eso, mantendrán un pulso durante el transcurso del metraje.
“But at least I won't be unoriginal”
En Good Will Hunting, un prodigioso pero oculto genio de las matemáticas, esconde su talento, protegiéndose del dolor que produce, el no ser querido, fruto de sus experiencias anteriores, como niño institucionalizado.
Esta interpretación de Matt Damon, está muy bien caracterizada, mostrando un Will adolescente, decidido a no expandir su potencialidad.
Pero:
¿En qué piensa Will?
Porque no es precisamente, en desarrollar su “don”
Su afectividad se encuentra tan golpeada y cercada, que para él, las relaciones afectivas, son como aventurarse en un laberinto al que le teme, porque las referencias de su pasado están cargadas de angustia, dolor, y ansiedad.
Los sentimientos que afloran en él, de odio y venganza, son el resultado de esa infancia, a la que apenas se hace referencia en Good Will Hunting, pero que contienen la llave de la comprensión de la misma.
Will le teme al mundo, le teme a mostrar sus sentimientos, le teme al amor, y no cree en la felicidad, solo cree, en que el conocimiento, es un recurso a través del cual, puede librarse de la persecución de los demás, y en tanto esto le ha resultado relativamente exitoso, se aferra a este “instrumento” para escabullirse y escaparse de sus actos vandálicos.
Este temor, incluso le presenta relaciones ambiguas, donde mezcla la esperanza con el odio, donde las personas son objetivizadas para poder ser manipuladas, donde no acepta que se introduzcan en su vida, aunque clama con gritos sordos que le escuchen.
De esta manera, Will, utiliza su “don” para protegerse del mundo, pero a la vez, para decirle a ese mismo mundo, que él está ahí, que es una persona, que tiene sentimientos, que sabe llorar, y sabe reír, que tiene esperanzas, aunque no quiere tener sueños, ese don no quiere compartirlo con los demás, porque constituye el pilar, o base de su mundo, y el compartirlo, lo dejaría en una posición de debilidad, en tanto los demás podrían aprovecharse de él, y hacerle tanto o más daño, del que sufrió siendo niño, ese don es entonces, una bendición y una maldición a la vez, una vez que ha sido descubierto por Lambeau.
El compartir su don, le obliga a tener que relacionarse con los demás, y las relaciones que no sean estrictamente superficiales, son peligrosas, las relaciones en las que él no tenga el control total de su situación, le causan terror.
El es consciente, de hasta dónde puede llegar, y no quiere que su don se vuelva contra él, no quiere que su mundo, luego se le vuelva encima, y le haga sufrir aún más.
De esta manera, el conocimiento es para él, un recurso para esconderse del resto de la humanidad, y tiene claro, que si lo pone en las manos incorrectas, se convertirá en un títere, y esto solo le traerá infelicidad.
El psicólogo Sean Mcguire, es un terapeuta freudiano, con infancia de malos tratos, enamorado de su trabajo, y viudo de un gran amor.
Sean es el opuesto de Lambeau, prefirió al ser humano, que a la disciplina académica, para el éxito en la vida, se mide en cuanto has vivido, me recuerda el viejo principio, que “al morir solo nos llevaremos lo comido, lo viajado, y lo bailado”, y no en cuánta fama tienes.
Mcguire es el hombre, en toda su dimensión, lo que realmente vale la pena, por eso, cree en el don de Will, pero sobre todo, cree en su persona, y acepta el reto de indagar, el por qué de su comportamiento.
El Profesor Gerald Lambeau, ahora eminente profesor, antes eminente estudiante, ganador de La Medalla Fill, llamada “Nobel de Las Matemáticas”, está interesado por los estudiantes brillantes.
Lambeau, es el típico profesor de Matemáticas, más interesado en los productos que en los productores, es decir, más interesado en lo que se hace en la disciplina, que en quienes la hacen, y porqué; deja de lado las motivaciones de la vida, y supedita esta al intelecto.
La importancia social, solo pesa, si implica fama y prestigio, los sentimientos son algo así como, un accesorio del cual, se puede prescindir.
Lambeau es el prototipo del hombre racional “costo-beneficio”, quien valora a Will por lo que se le puede “sacar”, por lo que éste puede producir, no por la persona que es.
Para Lambeau, Will es como una máquina, que reflejaría el potencial que él no tiene:
La capacidad de generar matemáticas, más allá de que ordinariamente se produce.
Para Lambeau, el sujeto que siente, que piensa en otras cosas, que no sean sobre su “don”, que sufre, no es importante, desde esta perspectiva, no ve a un ser humano en Will, ve a un matemático, que tiene la obligación de aportar lo que él mismo no es capaz de aportar, por ello, cuando Will rechaza la figura que Lambeau ha “creado” para él, éste entra en crisis, e incluso adopta una actitud denigrante, cuando Will ridiculiza sus esfuerzos y capacidades, y como muestra de desprecio a ese mundo, quema uno de sus trabajos, lanzándose al suelo a recoger, las cenizas, elemento simbólico con el que los guionistas nos quiere trasladar, la imagen de la humillación, y del desprecio hacia aquello, y aquellos, que menos valoran al ser humano.
Chuckie Sullivan (Ben Affleck) es el mejor amigo de Will, obrero, sensato, consciente de las capacidades de Will.
Chuckie, tan solo vive, reflexiona sobre su vida, y la de los demás, en particular sobre Will, pero frente al portento que le conoce, se siente minimizado, y por eso, no ve en sí mismo un proyecto de vida, más bien, se proyecta a través de Will, y por eso, sus sueños son, no volver a encontrarlo en la casa, no volver a tenerlo como compañero de trabajo.
Esto no es un desprendimiento altruista, es un reconocimiento, a que Will puede salir del “barrio”, porque sus dotes, su “don” se lo permite, en tanto marca la diferencia entre ambos, y lo acepta con madurez, es más, reclama que Will realice los sueños, que solo serán para él sueños, y aunque dice esperar el momento de que Will se vaya, como uno de los mejores momentos de su vida, cuando esto acontece, deja su mirada perdida en el vacio por un momento, pero retoma su vida, esa que no se reclama a sí mismo, y valora con una sonrisa triunfal, la esperanza de que su amigo, se logre al fin “despegar”
Otros personajes amigos de Will y Chuckie son:
Morgan O'Mally (Casey Affleck) y Billy McBride (Cole Hauser), ellos son obreros, primarios, elementales.
Por otra parte, Skylar, es una estudiante de medicina, huérfana, con una infancia feliz, inteligente, atractiva, vitalista, totalmente enamorada de Will.
Skylar es una chica decidida, y clara de lo que quiere, es honesta, y no guarda secretos, refleja una mezcla de intelecto, y sentimiento en cantidades proporcionales, gusta de la vida, tanto como gusta de su aprendizaje, y es capaz de entregarse a ambos sin temores, de ahí, que el choque que tiene con Will, eleva su figura dentro de Good Will Hunting, y la deja, en el ideal papel de la mujer decidida, pero no obsesionada, libre, sin ser libertina, tan llena de sentimientos, como de proyectos, vive la vida, aprovechando el momento, pero sin dejar de lado, el proyectar su futuro.
La actuación de Minnie Driver, enfoca a los espectadores a la relación de amor, la universidad, la academia, el establecimiento de pareja, haciendo de Good Will Hunting, un tema de reflexión, sobre las relaciones humanas, el valor de la confianza, y el valor propio, sobre las decisiones en la vida.
Pero también hay otros estudiantes como el estudiante pedante, que es arrogante, y que trata de ligar a las chicas, presumiendo de lo que sabe, y razona.
Así las cosas, cada uno de los personajes, revela una de las partes de la vida y la intimidad de Will, cada uno es un pasado y un futuro, al que Will se tiene que enfrentar.
Cada uno revela una faceta, entre el suelo y el cielo, y nos deja claro, que en esta historia, no hay buenos o malos, solo hay posiciones ante la vida, posiciones que demandan una toma de decisiones, a las que Will se ha resistido, pero que se le evidencian como una necesidad, puede escoger para cualquiera de los 4 lados, y singularmente, toma partido el correr tras un sueño, que deja de lado el intelecto, prefiriendo optar por hacer uso de lo aprendido para vivir, dejando de lado lo que ha sido su vida, el vivir para aprender.
Las interpretaciones de Damon y de Williams, son principalmente el peso de Good Will Hunting.
El conseguido dramatismo, la acertada forma de observar los comportamientos humanos, y la belleza de la superación de los problemas, son algunas de las claves que hacen el resto.
También, es cierto que se deben destacar, los más que correctos papeles de sus actores de reparto:
Minnie Driver, que fue novia de Damon por un tiempo desde entonces, Ben Affleck, y el soberbio Stellan Skarsgård.
Como curiosidad, Good Will Hunting es la primera película, en la cual, Robin Williams interpreta a un personaje adulto, y con lenguaje ofensivo.
Este argumento, si bien es sencillo, se desarrolla en el marco de una serie de planos contradictorios, con el ánimo de destacar distintos conflictos, o relaciones contradictorias, entre las que destacan:
Las capacidad para determinadas manifestaciones de la inteligencia, valoradas o sobrevaloradas por algunos personajes, como el caso del pensamiento lógico-matemático, valorado por el Profesor Lambeau, contra la inteligencia intrapersonal e interpersonal, valorada por el Psicólogo.
Sin embargo, no es esta la única gran contradicción, y tal vez no es la más significativa, porque subyace en Good Will Hunting, otra de más valor e impacto, cual es la contradicción a la que nos sumergen el joven Will, y el Psicólogo Sean, para quienes inicialmente, por razones que vernos más adelante, el mundo se aprecia desde planos totalmente diferentes.
El mundo del Will, más allá de su respuesta a la sociedad, nos presenta un mundo creado a través del aprendizaje y la lectura, el cual, está bajo su dominio y control, y se puede extender, en razón de sus deseos.
Frente a este mundo creado, Sean propone un mundo real, un mundo donde el aprendizaje, se obtiene para vivir en él, no para vivir por encima de él.
Este dilema, sobre el vivir aprendiendo, frente al aprendiendo a vivir; el vivir para aprender, frente al aprender para vivir; nos lleva a cuestionarnos, como debemos asumir el aprendizaje en nuestras vidas.
Se manifiestan valores, uno en particular, que denota la capacidad del ser humano, para creer en los demás:
La lealtad, y esta se enfrenta de nuevo desde 2 planos.
La lealtad de los jóvenes, que viviendo en un mundo casi miserable, se tiene a sí mismos, para las buenas y para las malas; frente a un mundo sin lealtad, manifestado por el profesor de Matemáticas, para quien este asunto no es importante, lo importante es que la persona desarrolle sus capacidades, por encima de sus sentimientos.
De ahí que le falta en lealtad a su “amigo” el Psicólogo, ya que más importante que el “nosotros” estuvo para él, el Yo reconocido, y magnificado socialmente.
Esta lealtad entre los “pobres”, los incultos, lleva al mejor amigo de Will, a reconocer sus limitaciones frente al “don” que éste posee, e incluso, le insta a ir más allá de ese mundillo del que irremediablemente él no podrá salir, pero que Will si podrá superar, la lealtad le lleva entonces al sacrificio, a aceptar la pérdida del amigo, como una necesidad, para que Will pueda encontrar en la vida, un mejor sitio que el de ellos.
Good Will Hunting cuenta igualmente, con una buena banda sonora, cargo del compositor Danny Elfman.
“I could be elected president”
¡Qué poco atrevimiento tenemos aquellos, que intentamos controlar hasta los detalles más nimios, de nuestras insignificantes vidas!
Intentamos dar sentido a la existencia, a través de la rutina de lo supuestamente lógico, de lo hogareño, de lo “normal”
No queremos saber nada de futuros inciertos, con posibles zonas oscuras.
¡No!
Pero... he aquí, que algo nos separa de los demás, una característica que podría hacernos volar muy lejos, aunque con destino desconocido.
Aún así, no queremos aprovecharla, por miedo a separarnos de todo aquello que ha dado sentido a nuestra existencia, hasta el momento presente.
He aquí, que alguien descubre nuestra característica especial y, de paso, nuestra humanidad, penetra en el fondo de nuestra alma, y toca el aldabón de entrada a nuestras entrañas, a nuestro verdadero yo.
Sólo esa persona es capaz.
Eso nos aterra y nos fascina al mismo tiempo.
Sentimos una atracción arcana hacia esa persona, pero no queremos salir de nuestro bucle vital, premeditado hasta la extenuación.
El podría conocer toda nuestra luz pero también, toda nuestra oscuridad.
La abandonamos con mucho miedo.
Sin embargo, el castillo de naipes ya cayó sobre nuestros restos mortales.
Las situaciones deben tornarse extremas, y nosotros debemos llegar al límite vital, para darnos cuenta de que, una vez perdamos a esa persona, es prácticamente imposible, encontrar otra que nos haga sentir lo mismo.
Acabamos sabiendo, que lo que no intentamos, lo perdemos en el camino, y nunca jamás, podremos volver a encontrarlo.
Que es preferible morir, “metafóricamente” en el intento de conocimiento de esa persona especial, que arrastrarnos por una vida repleta de costumbres.
Así que, al final, dejamos nuestra mente, y hacemos caso de nuestro corazón.
Dejamos todo, y vamos a buscar a esa persona, que sabe quiénes somos y, además, está deseosa de conocernos a fondo, y compartir todo su interior con nosotros.
Porque sin ella, nosotros nunca sabremos quiénes somos, y nuestra vida, nunca valdrá la pena ser vivida.
Cuando un intelecto superior, se une a una personalidad con serios problemas psicológicos, a causa de traumas de diversos orígenes, nace todo lo que Matt Damon representa en Good Will Hunting:
Una problemática que quizás, no es tan común, teniendo en cuenta toda la extremidad que se plantea, a partir de las extraordinarias habilidades matemáticas de Hunting, pero si sucede muy a menudo en jóvenes, que aún con un gran potencial, no pueden, o no quieren en algunos casos, desarrollarlo plenamente, a causa de sus dudas, temores, su entorno social, y cultural, y hasta su propia negación, de querer ser para lo que su don les ha sido otorgado, por el simple hecho, de poder hacerlo naturalmente, sin razonarlo, y por ende, no representar ningún tipo de reto.
Afortunadamente para Hunting, luego de un tiempo en la cárcel, aparece la protección de Lambeau, una eminencia matemática, ganador del máximo galardón en esta especialidad, quien lo descubre como un posible genio, capaz de servir a la humanidad.
Pero sobre todo, el consejo paterno de Sean Mcguire, un psicólogo poco reconocido, quien le enseña que, no siempre no ser el mejor, significa fracasar, y que el camino correcto, es aquel que tomemos de acuerdo a nuestras convicciones y nuestros deseos, de que queremos ser realmente en esta vida.
Lástima que en no todos los casos de la realidad, haya guías tan acertadas para muchos de los jóvenes que no encuentran su propia identidad, en un mundo con demasiadas opciones, pero pocas, ciertamente beneficiosas.

“Sorry guys, I gotta see about a girl”



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