Cantinflas

“Hay momentos en la vida, que son verdaderamente momentáneos”

Mario Fortino Alfonso Moreno Reyes, mejor conocido como “Cantinflas”, fue un actor y comediante mexicano; cuyo aporte a la cultura universal, en los ámbitos de la cinematografía y del humorismo, resulta extraordinario, y constituye una de las más acabadas expresiones del arte, del genio, y del talento popular latinoamericano.
Mario Moreno “Cantinflas”, nació el 12 de agosto de 1911, en La Ciudad de México, hace ya 104 años; y después de un intento fallido de entrar a los Estados Unidos por California, se convirtió en boxeador para ganarse la vida.
Su personalidad cómica, lo llevó a las carpas de los circos, y de ahí, pasó al teatro y al cine.
“Cantinflas”, es un nombre sin significado alguno, que fue inventado a fin de evitar que sus padres se enteraran que trabajaba en el negocio del espectáculo, al que consideraban una ocupación vergonzosa.
De acuerdo a una leyenda con la que él está de acuerdo, el joven Mario Moreno, intimidado por el pánico escénico, una vez en La Carpa Ofelia, olvidó su monólogo original.
Comenzó a decir lo primero que le viene a la mente, en una completa emancipación de palabras y frases, y lo que sale, es una brillante incoherencia.
Los asistentes lo atacan con la sintaxis, y él se da cuenta:
El destino, ha puesto en sus manos, la característica distintiva, el estilo que es, la manipulación del caos.
Semanas después, se inventa el nombre que marcará la invención; pues alguien molesto por las frases sin sentido le grita:
“Cuánto inflas” que quiere decir, “en la cantina bebes”, la contracción se crea, y se convierte en la prueba del bautismo que el personaje necesita.
Mario Moreno, ganó una enorme popularidad con la interpretación de su personaje “Cantinflas”, un hombre salido de los barrios pobres, que se originó del típico “pelado”, y se asoció con parte de la identidad nacional de México, y le permitió a Moreno, establecer una larga y exitosa carrera cinematográfica, que incluyó una participación en Hollywood.
Pero Cantinflas, había hecho su debut en 1936, en la película “No Te Engañes Corazón”, pero recibió poca atención, y fue en 1940, cuando finalmente se convirtió en una estrella, después de rodar:
“Ahí Está El Detalle”
La frase que le dio su nombre a la película, se convirtió en su principal frase, por el resto de su carrera.
En 1941, Mario Moreno “Cantinflas”, hizo primero el papel de un oficial de policía en la película, “El Gendarme Desconocido”, para entonces, ya se había distinguido bastante del típico “peladito” de la década de 1920, y su personaje pasaba cómodamente de ser el hombre marginado de clase baja, a poderoso servidor público; y la naturaleza política de la retórica del “cantinflismo”, facilitó esta fluidez.
Volvería a tomar el papel del “Agente 777”, y sería homenajeado por las fuerzas policíacas en toda América Latina, por su imagen positiva de la aplicación de la ley.
En 1956, “Around The World In 80 Days” resultó ser el debut estadounidense de Cantinflas, y lo hizo ganar una nominación al premio Globo de Oro, en la categoría de Mejor Actor De Musical O Comedia, que finalmente ganó.
Mientras que David Niven, fue el principal actor de esta película en los países de habla inglesa, Cantinflas lo fue en el resto de los países.
Como resultado, Cantinflas se convirtió en el actor mejor pagado del mundo.
En 1992, durante una entrevista estadounidense, Mario Moreno “Cantinflas” confesó, que el principal impedimento para su éxito en los Estados Unidos, era la barrera de la lengua.
Después de regresar a México, Cantinflas creó su propia compañía, Cantinflas Films, y continuó haciendo películas hasta su última, que fue “El Barrendero”, realizada en 1981.
Y es que Cantinflas arremetió con singular hincapié, contra “la aristocracia desnaturalizada”, haciendo que triunfara lo auténtico, sobre lo falso.
Se constituyó en el hombre que siempre decía la verdad, aunque en forma sarcástica, y sufrió las consecuencias de esa fidelidad a sí mismo.
Su personaje, basó su comicidad en unas reacciones ingenuas, en su asombrosa naturalidad, y en sus personalísimos y desvariados monólogos, continuos, embarullados, inagotables, auténtico flujo del más delirante verbalismo que empezaba con inusitada fluidez, y terminaban en balbuceos y galimatías ininteligibles, en interminable verborrea, mientras movía incansablemente su mano izquierda, para acompañar la insólita proliferación de sus muecas.
Su actuación era, ante todo, fruto de la soltura y la agilidad; las situaciones más disparatadas y extraordinarias, brotaban con maravillosa sencillez.
Mario Moreno, ha sido referido como el “Charlie Chaplin de México”, incluso el mismo Chaplin, lo consideró “El Mejor Cómico del Mundo”
Como pionero del cine mexicano, Mario Moreno “Cantinflas”, ayudó a su crecimiento en La Época de Oro.
Además de ser un líder en los negocios, también llegó a involucrarse en la política de México.
Aunque fue conservador, su reputación como portavoz de los desprotegidos, le dio a sus acciones autenticidad, y se convirtió en alguien importante en la lucha contra “el charrismo sindical”, que es la práctica del gobierno de un solo partido, para manejar, y controlar los sindicatos.
Por otro lado, su personaje, Cantinflas, cuya identidad se mezcló con la de sí mismo, ha sido analizado desde la década de los 50, por numerosos críticos de los medios de comunicación, filósofos, antropólogos, y lingüistas.
Y sus películas, forman parte del patrimonio espiritual del siglo XX, en el cual, la humanidad enfrentó grandes adversidades, y el arte se constituyó en una respuesta de liberación del hombre, y de reivindicación de sus derechos ante el totalitarismo amenazante, y destructor.
Además de su gracia, su ingenuidad, y su forma peculiar de expresarse, en apariencia contradictoria, abigarrada e incoherente, sus parlamentos fueron críticos y reflexivos frente la sociedad, como parte de una postura necesaria para abordar sus vicios e injusticias, y procurar mejorar la condición humana.
Entre las cosas que lo hicieron querido por el público, estaba el uso cómico del lenguaje en sus películas; sus personajes, los cuales casi todos era una variación del mismo personaje, pero en diferentes papeles y situaciones, entablaban una conversación normal, para después complicarla al punto de que nadie entendía lo que estaba diciendo.
El personaje de Cantinflas, era particularmente adepto para ofuscar la conversación, cuando le debía dinero a alguien, al cortejar señoritas, o al tratar de salir de problemas con las autoridades, arreglándoselas para humillarlas, sin que se dieran cuenta.
A esta forma de hablar, se le llamó “cantinflada”, y se convirtió en español, en una forma de decir:
“¡Estás cantinfleando!”, cada vez que a alguien le era difícil entender la conversación.
De hecho, La Real Academia Española, incluyó el verbo “cantinflear”, y las palabras “Cantinflas”, y “cantinflada”, en su diccionario, en 1992; porque la grandeza de Cantinflas, radicaba en su capacidad para:
“Hablar mucho, y no decir nada”
Por su parte, Columbia Pictures Industries, Inc., es el poseedor de los derechos de las 34 películas de Cantinflas, y ha generado, al año 2000, $4,000.000,00 en ganancias, por la distribución en otros países.
Un dato poco conocido sobre Moreno, fue su pertenencia a La Masonería Mexicana; y fue iniciado en La Logia Valle de México, en El Rito Escocés, alcanzando en ella, el grado de Maestro Masón.
Después de retirarse, Mario Moreno dedicó su vida a ayudar a los demás, a través de la caridad, y de organizaciones humanitarias, sobre todo, las que se dedicaban a ayudar a los niños.
En lo personal, se casó con Valentina Ivanova, originaria de Moscú, el 27 de octubre de 1934, y permaneció con ella hasta la muerte de la misma, en 1966.
En 1961, Moreno e Ivanova, adoptaron un niño, y fue llamado:
Mario Arturo Moreno Ivanova.
Sin embargo, lejos de las luces del escenario, Mario Moreno era otra persona, tal cual relatan varios de sus familiares, amigos, y antiguos compañeros de trabajo.
Fuera de los cámaras, relata su hijo, “fue un hombre de temperamento fuerte, muy perfeccionista, comprensivo, detallista, y leal con sus amigos”
Sus mayores aficiones eran el toreo y la ganadería, y siempre separó su trabajo, de su vida personal.
Cuentan que Mario Moreno “Cantinflas”, era un hombre solitario, introvertido, que no soportaba las mentiras, y que se llevó muchas decepciones, sobre todo en el ámbito familiar.
El actor y comediante, murió a causa de cáncer de pulmón, el 20 de abril de 1993, y miles de personas se reunieron en un día lluvioso para su funeral.
La ceremonia, fue un evento nacional que duró 3 días; y sus cenizas yacen en la cripta familiar de la familia Moreno Reyes, en El Panteón Español de La Ciudad de México.
Mario Moreno “Cantinflas”, fue homenajeado por muchos Jefes de Estado, y por El Congreso de los Estados Unidos, que mantuvo un minuto de silencio por él.
Sin embargo, Cantinflas no murió...
El hombre de la gabardina, sigue arrancando carcajadas, ha perdurado y resistido el juicio implacable del tiempo.
De Mario Moreno, no pasarán a la historia del arte cinematográfico, unas películas que no tienen, a decir verdad, nada de extraordinario, pero en cambio, su personaje, su figura, su personalísimo estilo interpretativo, y su singular sentido del humor, ocupan ya, por méritos propios, un lugar relevante en el firmamento del Séptimo Arte; porque para él:
“La primera obligación del hombre, es ser feliz; y la segunda, hacer feliz a los demás”
Cantinflas es un drama y comedia del año 2014, dirigido por Sebastián del Amo.
Protagonizada por Óscar Jaenada, Michael Imperioli, Ilse Salas, Luis Gerardo Méndez, Ximena González Rubio, Ana Layevska, Gabriela de la Garza, Teresa Ruiz, Rodrigo Murray, Bárbara Mori, Diana Lein, Joaquín Cosío, Julian Sedgwick, Mario Zaragoza, Carlos Aragón, Roberto Sosa, Eduardo España, Adal Ramones, Julio Bracho, Mario Iván Martínez, Javier Gurruchaga, Juan Carlos Colombo, Cassandra Cianguerotti, Alejandro Calva, Dagoberto Gama, Luis Arrieta, Jorge Zárate, Moisés Arizmendi, Humberto Busto, Hector Kotsifakis, Carlos Corona, Flor Payán, Otto Sirgo, Roger Cudney, entre otros.
El guión es de Edui Tijerina y Sebastián del Amo; y tuvo un con un coste de producción de $3 millones, y más de 1.500 extras, para la reconstrucción de la vida del comediante.
La ambición es que Cantinflas conecte con el público estadounidense, más allá de los 52 millones de hispanos que viven allí; por eso se optó por hacer un híbrido bilingüe para contar su historia; además, el género es una combinación de filme biográfico, drama, y de comedia; que narra la vida del cómico, pero desde un punto de vista dramático, siendo una crestomatía, es decir, una selección de los mejores fragmentos de su vida.
Así, Cantinflas cuenta la historia de Mario Moreno, desde el comienzo en las carpas de su personaje, el más célebre, y el que lo acompañaría por el resto de su vida, hasta su reconocimiento en Los Globos de Oro, por su participación en la película hollywoodense:
“Around The World In Eighty Days”
Cantinflas fue elegida por La Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMACC), para representar a México en Los Premios Oscar de 2015, en su entrega 87°, en la categoría de Mejor Película Extranjera, contienda en la cual, no logró clasificar entre las 9 precandidatas.
La acción inicia cuando Michael Todd (Michael Imperioli), el extravagante productor reconocido en Broadway, aspira sorprender ahora a Hollywood.
Para ello, pretende realizar “Around The World In Eighty Days”, un proyecto que en su época, sonaba muy descabellado; y se encuentra en una encrucijada, donde su idea corre peligro.
En otras latitudes, en México, se encontraba Mario Moreno (Óscar Jaenada), tratando de ganarse la vida, y el respeto de los demás, como el comediante que accidentalmente era; y empieza a desarrollar su personaje “Cantinflas”, el cual enamoraría a Todd.
El destino, cruzó sus caminos, en el momento exacto para los proyectos de ambos; en una aventura de victorias y derrotas, logrando terminar una película, que los haría ganar 5 Premios Oscar, un Globo de Oro; y el reconocimiento mundial.
También, veremos un recorrido de los más importantes clásicos cinematográficos de Cantinflas en blanco y negro, como:
“Ahí Está El Detalle” (1940), “Ni Sangre Ni Arena” (1941), “El Gendarme Desconocido” (1941), “Un Día Con El Diablo” (1945), “Si Yo Fuera Diputado” (1952), entre otras.
Y como resultado de este suceso, se crea uno de los personajes más icónicos del cine mexicano, y uno de los más importantes a nivel mundial; y si había un comediante que el gran Charlie Chaplin disfrutara, tendría que ser Cantinflas.
Cantinflas, no es una biografía de Mario Moreno, sino el proceso de creación de su álter ego, a modo de “historia jamás contada”; en la cual es visto más allá de un personaje, sino como una persona que se enamora y sufre; desde su camino de carpas, a las luces de Hollywood.
Cantinflas, es entonces un retrato de época superficial, pero entretenida; un recuento demasiado optimista de la vida de uno de nuestros más grandes y queridos comediantes; donde se hace énfasis en historia del “don nadie”, que pasó de boxeador a torero, a cómico de carpa a estrella internacional del cine, y se resalta su carácter luchador y nada agachado, basado en la convicción de su talento.
Al mismo tiempo, Cantinflas nos presenta la vida del cómico, casi como fruto de la casualidad, pues todas las decisiones tomadas al principio de su carrera, o carreras, eran fruto de la epifanía, o el impulso.
Entrañable, conmovedora, y sobre todo una historia del personaje que libraba sus propios demonios, ya que la insalvable situación de no poder tener hijos con su esposa, Valentina Ivanova (Ilse Salas), fue un asunto que lo marco definitivamente, y es probable que incluso, su personalidad alterna, Cantinflas, fuera también afectado; pero lo mismo era un actor que tenía la capacidad de moverse entre el cielo y el infierno, y aun así, salir a repartir carcajadas sin sentido, a ricos y a pobres.
Y vemos a ese México, que presentan lleno de inocencia generalizada, ese México que pareciera que tiene más color, esos actores del cine nacional, que verdaderamente influían en positivo a la sociedad, y ese cine mexicano que por pobre, simple, y novato, era fantástico; es el México que transporta Cantinflas; el que ya no existe.
“¡No que no, chato!”
Cantinflas, es una suerte de homenaje en toda regla, la historia de su grandeza, de los inicios de un cómico que iba para boxeador, y que supo convertir su inocencia y su miedo escénico, en una carrera formidable, con más de 40 películas a cuestas, y el reconocimiento de Hollywood, en una época en la que los hispanos no eran, ni mucho menos, un elemento exótico, ni una etnia de moda.
Técnicamente Cantinflas está bien elaborada:
Vestida y ambientada en una magnifica cinematografía de Carlos Hidalgo; los visuales y la atmósfera de La Época Dorada del Cine Mexicano, saltan de la pantalla, haciendo de la obra, historia viva del cine, tanto de Hollywood como de México.
El guión, escrito por Edui Tijerina y el director Sebastián del Amo, ofrece información detallada sobre el origen del nombre “Cantinflas”, los datos angustiosos, de porque no pudo tener hijos con su esposa Valentina, y como la fama lo cambió…
La parte sentimental, más íntima, en la que vemos sus problemas en el matrimonio, y sus complicaciones para tener hijos, es exacerbada por la producción, con plastas de tintes melodramáticos, en lo que no sabemos si es también un homenaje al tono imperante en el cine de la época, o simplemente parte de esos residuos, que siguen presentes y crecientes, principalmente en la telenovela nacional.
Lo desafortunado, es que el abuso de este tono da pie a secuencias, cuyo exceso termina en humor involuntario, como cuando Cantinflas, en una terrible noche de sufrimiento, sale al jardín de su casona en una noche lluviosa, con una iluminación falsa, con césped refalso, pero preciosista, como de comercial, mientras una grúa aleja la cámara de él, para mostrarnos lo pequeño que se siente…
Por otro lado, Cantinflas utiliza un recurso, que lo lleva por el camino más seguro al humor, al mostrarnos a Cantinflas en el set de filmación, donde del Amo aprovecha para repetir algunas de las escenas más representativas de sus cintas, y eso por supuesto, nos arranca algunas risas de añoranza y nostalgia.
Pero en fin, por unas o por otras, Cantinflas hace reír, y cualquiera que conozca su filmografía, sabe que al actor, también le gustaba aquello de arrancar lágrimas traidoras.
La historia del surgimiento de Cantinflas, y su crecimiento, desde el lodo hasta el éxito incuestionable, se narra en paralelo a otro eje narrativo, que se concentra en las travesías del productor estadounidense, Michael Todd, para sacar adelante, en gran parte gracias a Cantinflas, el proyecto de su vida:
“Around The World In Eighty Days” (1956)
Aquí, del Amo maneja, cómo la cumbre de la carrera de Cantinflas, los reconocimientos que obtuvo, al otro lado de la frontera por su participación en esa película; a pesar de que en el resto de Latinoamérica, ese filme esté lejos de ser considerado “su mejor trabajo”; aunque los realizadores han enfatizado, que la inclusión de ese capítulo, que incluye la aventura hollywoodense en el guión, fue un recurso para darle un mejor armado, y para inyectar mayor dramatismo a la historia, por lo que hacen hincapié en lo rico y poderoso que era Cantinflas, antes de triunfar en EEUU; y no es descabellado concluir, que este episodio se basa en una tesis, que en buena medida, permea el imaginario popular, y los anhelos de muchos realizadores y actores mexicanos:
La idea de que uno verdaderamente triunfa en el cine, sólo cuando conquista Hollywood.
“El Sueño Americano”
Este sesgo narrativo, tiene también su lado a favor del delineamiento del cómico, pues conforme la fama y el reconocimiento mundial le llegan, comienza su alejamiento del pueblo mexicano; hasta que descubre que ése, es su auténtico público, al que debe su carrera, y decide esforzarse en pos de la recuperación del íntimo vínculo, a partir del que todo surgió, que era la sangre que nutría a su idiosincrásico personaje del “peladito”
Y es que Mario Moreno, fue un hombre calificado por Charles Chaplin, como “el mejor comediante del mundo”, pero para sus fanáticos, deslumbrados por su personaje de Cantinflas, fue un gran desconocido.
En ese aspecto, del Amo admitió sus reticencias iniciales, y que tenía en mente para el papel, a un actor mexicano, poco conocido, pero el español Óscar Jaenada, supo ganarse el lugar; y hacerse con el doble personaje de Cantinflas y Mario Moreno, que le tomó después, casi medio año; porque el mayor reto que se le presentó al actor, fue toparse con la exigencia de interpretar al icónico personaje cómico, como también a su creador, Mario Moreno, quienes son “diametralmente opuestos”, así lo consideró el actor español en entrevista.
“Se habla mucho de Cantinflas, y poco de Mario Moreno, y como actor, me interesaba reivindicar la figura del creador de Cantinflas, me parecía muy interesante”, indicó el histrión, nacido en Barcelona.
De hecho, el propio Cantinflas señaló en su última entrevista, antes de fallecer, que los 2 personajes habían convivido en su interior, durante gran parte de su existencia:
“Es un personaje que fui construyendo con el tiempo, aunque yo creo que en esencia, siempre estuvo dentro de mí, y nunca terminó de salirse” dijo Moreno.
Pero:
¿Cuáles son esas diferencias que encontró Óscar Jaenada, entre Cantinflas y Mario Moreno, y cómo se preparó para cada uno de los personajes?
“La independencia que tenía Cantinflas, dista mucho de la de Mario Moreno.
Mario se sabía sujetado a una industria, a muchas cosas, no sólo políticas o gubernamentales; y Cantinflas era un tipo que no estaba sujeto a nada, expresaba todo lo que quería, pero era una creación, un personaje.
En realidad, Mario era un tipo mucho más reservado, y más maduro.
Añadió el acento y la rapidez al hablar, como características de Cantinflas; mientras que Mario Moreno era más reservado.
Cantinflas fue la parte fácil, el personaje estaba perfectamente documentado, y era cuestión de tiempo dominarlo.
Lo difícil, era entender a Mario Moreno, el actor, la persona privada, y eso fue lo que más le atraía del papel”, admitió el actor.
Además, Jaenada descubrió la turbulenta relación que Moreno mantuvo con Cantinflas, que se apoderó de la vida del artista, y llegó a hacerle sombra...
“De ese hombre, no tenía nada.
Un par de entrevistas…
Me interesaba el artista.
Ese trabajo fue duro, porque tuve que hacer preguntas incómodas, a gente muy cercana, lo que duro fueron los 4 segundos que dura una pregunta, un poco maleducada.
En cuanto al acento, a lo mejor, como mexicanos es más difícil verlo, pero como español, sí se notaba mucho la diferencia del acento entre Mario Moreno y Cantinflas, era otra melodía, tenía otra sintonía.
También, la forma de andar y demás”, sostuvo Jaenada.
Para poder desarrollar estas personalidades, el español se acercó a las películas realizadas por el mexicano, y se estableció en el país azteca, 4 meses antes del rodaje, contratando a un foniatra, para aprender hablar como un mexicano, a una profesora de danza, para dominar el arte de bailar con los pies cruzados, y al imitador, Celedonio Núñez, para aprender los trucos que cuajan un buen Cantinflas.
Y vemos la dualidad, entre Moreno y Cantinflas, cómo afectó principalmente la vida matrimonial del actor con su esposa, Valentina Ivanova, quien se vio relegada a un segundo plano, ante el carisma que despertaba el personaje.
Jaenada, conversó con el hijo adoptivo de Mario Moreno, Mario Arturo Moreno Ivanova, sobre su padre, para conocer de primera mano, detalles que le ayudaran a dar forma al personaje, aunque en ese sentido, Cantinflas se tomó licencias creativas, para llenar las lagunas existentes sobre la vida íntima del actor y su esposa:
“Hay un drama ahí, que se ve representado en Cantinflas, pero que fue un trabajo de imaginación, entre el director, Óscar, y yo”, declaró Ilse Salas, actriz que encarnó a Ivanova.
Por otro lado:
“Había que comer como él, respirar como él.
Llevaba un tiempo ponerse en sus zapatos”, explicó el actor, que vio cada una de las más de 60 películas de Mario Moreno, al menos 10 veces, hasta quemar 3 reproductores de DVD.
“Si tocaba un mismo día, hacer una escena de Cantinflas y Mario Moreno, pues había que hacer un poquito más de trabajo de concentración, y estar más atento, y preocuparse de que no se mezclaran los personajes.
Pero ha sido un trabajo gratificante.
Espero que conozcan un poco más de Mario, porque creo que hay 54 películas de Cantinflas, y esta va a ser la primera de Mario Moreno; es interesante conocer al creador”, dijo.
Y ante la polémica que surgió desde el anuncio, de que un actor español interpretaría al cómico mexicano, a unos días del estreno, Jaenada asegura estar “tranquilo” por su trabajo.
Cuenta el reparto de Cantinflas, que el día que Óscar Jaenada hizo su primer monólogo, caracterizado como el álter ego de Mario Moreno, emocionó al reparto, e hizo llorar a un extra, ya veterano, que por un momento, revivió su juventud, cuando trabajó con el célebre actor mexicano…
Aquel instante, fue para el equipo, la constatación de que Jaenada, español nacido en Barcelona, de carácter y origen gitano, había sido la elección correcta para el papel, a pesar de la controversia pública que generó su designación en México, donde muchos no se hacían a la idea, de que un “gachupín”, como se describió a Jaenada, fuera a resucitar a Cantinflas.
Los responsables de la producción, no tenían dudas al respecto, pero ver al catalán “cantinfleando”, ayudó a tranquilizar al más incrédulo.
Tanto que su hijo, Mario Arturo Moreno Ivanova, aplaudió la biografía cinematográfica con entusiasmo:
“Me parece una gran película; Óscar captó la esencia de Cantinflas, y de Mario Moreno, que es lo más difícil, porque no hay mucho material de donde estudiar a Mario Moreno como persona”, dijo.
Sin embargo, Cantinflas pasa de puntillas, sobre temas como:
Las infidelidades del actor, aborda la infertilidad de la pareja, sin profundizar y, en general, evita abordar polémicas.
Esto, seguramente por decisión del productor ejecutivo, Mario Moreno Ivanova, quien cuida la imagen de su padre; pero que, al igual que en la película que dirigió Michael Anderson, se convierte sólo en un desfile de luminarias, que bien pudo llamarse:
“Cantinflas, o Cómo se contrató a Mario Moreno, para la realización de “Around The World In Eighty Days”
Dejando también el conflicto con Estanislao Shilinsky (Luis Gerardo Méndez); el cómico que protagonizó sus propias películas junto a Manolín, fue quien, como dice literalmente el filme: “sacó a Cantinflas del lodo”, y fue rápidamente olvidado por quien escaló los peldaños a la fama colosal.
Cantinflas, apenas lo aborda, y lo hace de manera tangencial, y superficial.
Una secuencia muestra a Shilinsky, en estado de ebriedad, reclamándoselo al ya entonces poderoso amigo; y el conflicto intenta ser mitigado, de alguna manera, cuando ya acabada, previo a los créditos finales, acompañados de música edificante, cuando se repasa, qué fue de la vida posterior de los involucrados, y se señala que el también concuño de Mario Moreno, pasó sus últimos días en La Casa del Actor, creada gracias al trabajo sindical de éste, sin aclarar que se trata de un asilo para ancianos…
Es decir, que en Cantinflas, Cantinflas siempre saldrá bien librado.
Si bien el filme no trata de proponer un contenido con preocupaciones político-sociales, o establecer un mensaje con respecto a la situación que el cine juega en el mundo del poder y viceversa, Cantinflas se toma la molestia de retratar la grilla entre sindicatos, de la que este personaje formó parte importante, de la mano de Figueroa y Jorge Negrete, teniendo las agallas para plantarse firme, frente a personajes oscurísimos de la historia del sindicalismo mexicano, como el propio Fidel Velázquez, y haciéndolo, no sólo para alardear de su hombría, sino como reflejo de su preocupación por los derechos de los agremiados que Moreno representaba como líder de los actores.
Esto, que por un lado es parte del esfuerzo de los encargados del homenaje por exaltar a un hombre, dispuesto a luchar por causas justas, siempre cercano al pueblo, también le da, es verdad, un cierto valor histórico al filme.
Resulta interesante ver, que muchas de las grandes estrellas de aquella época glamurosa, se plantaron, con todo y pancartas, en los linderos del Palacio de Bellas Artes, para que el presidente, Ávila Camacho, les concediera el derecho a dividir la fuerza sindical, y distanciarse del corrupto Sindicato de Trabajadores de La Industria Cinematográfica (STIC), para levantar El Sindicato de Trabajadores de La Producción Cinematográfica (STPC)
Atractivo igualmente resulta, por otra parte, que Cantinflas nos permita echar un vistazo a los procesos de rodaje de aquellos filmes, pues en el caso de los que involucraban a Cantinflas, tenían la particularidad de tener que sobrellevar su afición por improvisar, proclividad que solía exasperar a sus directores.
Los valores de producción desplegados en el filme, son incuestionables, aunque el realizador no pudo evitar la tentación de adoptar recursos televisivos, que parecen innecesarios, acaso como guiños para atraer a ese público que vive hipnotizado por la televisión…
Que le falte tanto como para llevar el “Cantinflas” como título, no la hace película definitiva ni siquiera “biografía”, todavía se le debe, pero el trabajo de encomio lo carga el actor principal.
Ante los cuestionamientos:
“No estábamos para hacer una película de chismes”, apuntó el productor Vidal Cantú, para quien no se recuerda a Moreno, como una persona que dejara “esqueletos en el armario”
“El problema llegó cuando murió, con sus herederos”, añadió el productor en referencia a la disputa sobre las regalías de las producciones de Cantinflas, que mantuvieron el hijo y el sobrino del actor...
Pero esa es otra historia.
“¡Ahí está el detalle!”
Cantinflas pugna por la nostalgia de los mexicanos, que vieron y disfrutaron el cine de Mario Moreno, y es muy probable, que los más jóvenes no reconozcan más que a Cantinflas, por lo que es recomendable verla con alguien que te guíe a identificar a los personajes que acompañan al protagonista, y no te pierdas entre algunos cuantos nombres, o sucesos importantes, a los cuales, lamentablemente no se les da continuidad.
Cantinflas está dirigida a audiencias mayores, hay que recordar, que la gran mayoría de las producciones actuales, son dirigidas a públicos juveniles, quienes son los que van con más regularidad al cine, y Cantinflas precisamente voltea al otro lado, y busca llevar a los adultos a las salas, lo que me parece excelente, de entrada, porque ellos fueron quienes disfrutaron de las películas clásicas de Mario Moreno, pero además, también son quienes gozan esta producción ampliamente, y en momentos diseñados para ello, con profunda emoción en los espectadores.
Por otro lado, éste tipo de películas, generan algo muy importante que es la convivencia familiar, ya que si te acompañas de gente mayor, servirán como diccionarios vivientes, porque ellos vivieron eso que la historia cuenta, pero de igual manera, si un papá joven se acompaña de sus hijos, lograría el maridaje perfecto, para que los más pequeños se interesen por el cómico mexicano que rompió las fronteras, y en sí, por el momento fuera el más famoso del mundo.
En otros aspectos, el fenómeno de Cantinflas, permeo en todas las clases sociales de México, y Latinoamérica, obviamente, un personaje salido del barrio, “el peladito” como muchos lo llamaban, fue capaz de unir a ricos y a pobres, en un “lenguaje” común:
“El de hablar mucho, sin decir nada”, que igual podía caer perfectamente bien en un párroco, que un barrendero, y obviamente, en un político como los actuales.
Y es que Cantinflas no sólo fue un cómico más, fue un innovador, un líder, y un político cómo pocos, pero es real que, con el paso del tiempo, lo que quedan son sus películas, y olvidamos por completo, lo que Cantinflas hacia como “Mario Moreno”, como impulsor del cine nacional, defendiendo a los actores de la época, y marcando la pauta para los actores que incursionarían a la política.
Es a través de esos momentos, y personas, que el reparto tiene una variedad envidiable, que idealmente quienes desconozcan nombres, como los de:
Manuel Medel, Miroslava, Fernando Soto “Mantequilla”, Emilio “El Indio” Fernández, Alejandro Galindo, Estanislao Shilinsky, Lupita Tovar, Gloria Marín, puedan revisar ahora su importancia.
Y curioso viene la dualidad de la producción, pues bien podría ser:
“Alrededor del Mundo de Cantinflas”
De la misma manera, Cantinflas servirá con el juicio que da el tiempo, para ver reunido al equipo que ahora, en la segunda década del siglo XXI, trabaja en el cine mexicano, un cine mucho más sano, que el que había en 1982, cuando Cantinflas estrenó su última película, “El Barrendero”, dejemos los simbolismos aparte…
Además, es muy probable que, sin pensarlo así, Mario Moreno hizo un efectivísimo trabajo de “marketing”, porque entro con todo a los mexicanos de más bajos recursos, “viniendo desde abajo”, llevando por carretadas a sus seguidores, en ese tiempo donde aún no eran “fans” a las carpas, y posteriormente a los teatros, pero también a los mexicanos con poder adquisitivo mayor, que podían ir al cine a ver sus películas, en pocas palabras, no había distingo, porque finalmente, unos y otros, se identificaban con esa caricatura del ciudadano promedio, que por más pobre que fuera, siempre tenía sueños y aspiraciones, pero sobre todo, porque las lograba en la ficción, y en la vida real; hay que recordar, que Mario Moreno prácticamente se convirtió en un magnate en muchos aspectos, desde un ciudadano del mundo, hasta poliglota.

“O actuamos como caballeros, o como lo que somos”



Comentarios

Entradas populares