Song Of The Sea

“Where the ocean meets the sky
And as the clouds roll by
We'll sing the song of the sea”

El ser humano, siempre ha gustado de contar historias, de ahí que todavía contemos con el amplio repertorio de leyendas, que compone la mitología de cualquier cultura.
Uno de los aspectos principales de las leyendas, son sus protagonistas, pues en la mayoría de las narraciones, nos encontramos con historias, cuyos personajes son seres que parecen venidos de otros mundos, tan fantásticos, que parecen romper las barreras de la imaginación de los seres humanos.
En este caso, nos vamos a centrar en unos personajes que, aunque poco conocidos, resultan habituales en las leyendas del folklore de Irlanda, Escocia, Las Islas Feroe, e Islandia.
Estos personajes son las selkie o “selchidh” en irlandés/gaélico, una criatura mitológica, proveniente del folclore feroés, islandés, irlandés, y escocés.
Las selkies, eran grandes focas; y no existe un consenso con respecto a ellas:
Hay quienes piensan que son las almas de los ahogados, y otros sencillamente que son ángeles caídos, que en vez de caer en La Tierra como los duendes, cayeron en el mar.
Una teoría folclorista, sobre el origen de la creencia, dice que los selkies eran en realidad finlandeses, que viajaban en kayaks, y cubiertos en pieles.
Otra es que los españoles náufragos, arrojados a la costa, y su pelo negro azabache, se parecían a las focas.
El antropólogo A. Asbjorn Jon dice que “se formaron sobrenaturalmente, a partir de las almas de personas que se ahogaron”
Dentro del folclore, los selkies pertenecen al grupo de “los cambiantes”, seres que mudan su piel para adoptar otra forma.
Estas criaturas, tenían el extraño don de poder deshacerse de su piel de foca, y transformarse en mujeres u hombres, de belleza inigualable.
Una vez que un selkie tomaba forma humana, ocultaba su piel de foca cerca del mar, entre las rocas, de manera que nadie pudiese hallarla…
La leyenda cuenta que, si un humano encuentra la piel de foca, puede someter al selkie, quien obedecerá fielmente al que posea su piel.
No obstante, si la selkie llegara a encontrar su piel, huirá de regreso al mar.
Algunas veces, cuando un selkie recupera su piel, si el humano que lo sometió fue cruel con la criatura, ésta se vengará ferozmente.
Muchas hembras selkies, abandonan el mar durante la noche de Luna Llena, o días de fiesta.
Si encuentran un hombre que les haga gracia, bailarán y beberán con él toda la noche.
Pero cuando el sol vuelva a salir, regresará al mar…
Si el hombre la espera fiel, a la vera del mar durante las siguientes Lunas Llenas, puede que conmueva a la selkie, quien abandonará el mar para unirse a él.
Las doncellas selkies, son famosas por convertirse en excelentes esposas de los hombres que conserven su piel de foca, aunque siempre melancólicas, echaran de menos el mar.
Normalmente, las historias tienen un final trágico, que se suele dar cuando los hijos del matrimonio humano-selkie, casualmente encuentran la piel selkie de su progenitor, normalmente la madre, y ella no puede evitar la llamada del mar, por lo que abandona a su familia, para volver con su pueblo, dejándolos descorazonados.
Afortunadamente, también existen narraciones con un desenlace más alentador, en los que, por ejemplo, después de varios años de matrimonio, cuando el selkie encuentra su piel, y puede volver al mar, no quiere separarse de su pareja humana, por lo que la convierte en selkie también, y ambos desaparecen en el mar.
Los selkies machos, por su parte, son descritos como de una belleza inaudita en su forma humana, con grandes poderes de seducción sobre las mujeres humanas.
Por lo general, buscan aquellas que no están satisfechas con su vida, como las mujeres casadas, en espera de sus maridos pescadores…
Si una mujer desea hacer contacto con un macho selkie, debe arrojar 7 lágrimas al mar.
Como dato curioso, existe documentación de familias, que orgullosamente decían ser descendientes de alguna de estas criaturas, tras su encuentro con algún humano.
“To this day, all the fairies are afraid to come out on Halloween night because if they do, Macha's owls will find them and take their feelings and turn them to stone”
Song Of The Sea es una película animada irlandesa, del año 2014, dirigida por Tomm Moore.
Protagonizada por David Rawle, Brendan Gleeson, Fionnula Flanagan, Lisa Hannigan, Lucy O'Connell, Jon Kenny, Pat Shortt, Colm Ó Snodaigh, Liam Hourican, Kevin Swierszcz, entre otros.
El guión es de Will Collins, inspirado en el folclore irlandés, en particular, en la mitología de los Selkies, criaturas con apariencia de grandes focas, que tenían el extraño don de poder deshacerse de su piel, y transformarse en mujeres u hombres de belleza inigualable; y Song Of The Sea nos habla sobre la última niña foca, y una “malvada” bruja que actúa con buenas intenciones para salvaguardar al mundo del sufrimiento, encerrando los sentimientos en tarros.
Una historia tradicional, sobre la pérdida, y sus consecuencias.
Song Of The Sea estuvo nominada a mejor película de animación en Los Premios Oscar; y ofrece al espectador, momentos de enorme belleza, que se quedan en la retina, llegan al corazón, y dejan sin habla.
Es el retorno a lo artesanal, lo que ofrece Tomm Moore, a manera de una reivindicación convincente, de un modo de contar historias que, aún no ha dicho su última palabra, a pesar de los cambios irrevocables que se han producido en la industria del cine animado.
Así pues, tras la desaparición de Bronagh (Lisa Hannigan) su madre, Ben (David Rawle) y Saoirse (Lucy O’Connell), son enviados a vivir con su abuela (Fionnula Flanagan) a la ciudad.
Pero cuando deciden volver a su casa, junto al mar, donde viven con su padre Conor (Brendan Gleeson), su viaje se convierte en una carrera contra el tiempo, a medida que se internan en un mundo que Ben sólo conoce a través de las leyendas que le narraba su madre.
Pero éste, no es un cuento para dormir; estas criaturas llevan en nuestro mundo demasiado tiempo.
Y Ben pronto se da cuenta, de que Saoirse será la clave para su supervivencia, que tiene poderes sobrenaturales, y ambos se embarcan en una aventura para proteger el mundo de los espíritus.
Ambos, emprenderán un viaje épico, donde se enfrentarán a sus más profundos miedos, y a una serie de peligros.
Persuadidos por la bruja del búho, Macha (Fionnula Flanagan), y un sinfín número de míticas y antiguas criaturas.
Song Of The Sea, nos traslada a un mundo que creíamos olvidado, el cálido regreso al hogar; crea un hermoso nexo entre las generaciones que crecimos con la animación de siempre, y las que lo hacen con los potentes espectáculos 3D, gracias al perfecto equilibrio de su propuesta, sofisticado y exquisito para el adulto, sin olvidar su esencia de cuento infantil; y ambos se dejaran llevar por la aventura, y la preciosista animación.
Realmente, Song Of The Sea es para toda la familia, en una mezcla de amor paternal y fraternal, de ira, de esperanza, de diversión... y todo ello con un toque mágico.
“You know the island out at sea?
It's called Mac Lir.
It's called that because it's not an island at all, it's a huge giant.
Macha's owls took all the giant's feelings and turned him to Stone”
Producida por el estudio irlandés Cartoon Saloon, Song Of The Sea cuenta una historia que has escuchado mil veces:
Esos relatos que han alimentado la fantasía de millones de personas, generación tras generación, y que son el combustible de nuestros mitos y leyendas.
La clase de narración relatada a la luz de una hoguera, mucho antes de que los cuentos fuesen cuentos; la semilla de todos nuestros mundos de ficción, en su esencia más pura.
Y el director, realiza un estudio exhaustivo del folklore irlandés, recuperando mitología y canciones antiguas, para elevarlos a la animación de historias sutiles, de diseño único, y con un concepto artístico personal, y sin concesiones.
Hay una búsqueda, claro, anclada en los principios del viaje del héroe, destinado a una aventura más grande que la vida, aún sin quererlo.
Tenemos secretos, por supuesto, y objetos mágicos, seres fantásticos, extirpados del folclore y la tradición, o lúgubres personajes que parecen un mal sueño olvidado.
Y Song Of The Sea aprovecha el folklore de Irlanda, especialmente sus mitos, para darle una atmósfera muy particular a su historia.
Hay referencias a gigantes que se convierten en piedra, espíritus, brujas, y hadas, pero el punto de partida, son unas figuras llamadas selkies, que en la tradición irlandesa, son representadas como criaturas marinas, con apariencia de foca, que podían transformarse en humanos.
En el mundo contemporáneo, donde está ambientada Song Of The Sea, los elementos fantásticos todavía existen, aunque se encuentran restringidos.
La principal forma en la que logran sobrevivir, es a través de las historias que se transmiten por generaciones, como las que la madre de Ben le contaba cuando era pequeño.
Song Of The Sea, no solo reconoce las raíces culturales de su país, sino que llama a recuperarlas, para evitar que caigan en el olvido.
Que el mundo fantástico mostrado, se encuentre en su ocaso, no es mera coincidencia.
Comprender nuestros mitos, es importante para saber desde dónde venimos, y quiénes somos.
Son parte fundamental de la identidad de nuestros pueblos; por ello, Song Of The Sea además, es capaz de explorar ideas más generales, que permiten que cualquier persona, sea del país que sea, pueda sentir una conexión con lo que se está contando.
El núcleo emocional, está conformado por la familia protagonista, y la relación que tienen sus miembros.
El viaje de Ben y Saoirse, no es solo físico, sino también personal, hasta espiritual, ya que el débil vínculo afectivo que existía entre ambos, termina reforzándose.
Otro de los temas tocados, es la manera en que lidiamos con la pérdida de un ser querido, que en el caso de Song Of The Sea, es la madre de los niños.
En el centro de esto, se encuentra Saoirse, quien despierta una especie de rencor en su hermano, ya que la ve como la responsable de que su madre no esté a su lado, mientras que su padre la sobreprotege, para evitar perderla, como ocurrió con su pareja.
El relato, es atravesado por un tono melancólico, que no termina siendo miserable, sino que transmite una especie de dulzura y belleza, sobre todo, hacia el final del metraje.
Desde lo técnico:
Ni superordenadores, ni hiperrealismos ni movimientos al detalle, sólo pinceladas de color, texturas, y acuarelas.
Puro arte.
Cada fotograma bien podría ser un cuadro, una pintura realizada con un cuidado extremo.
El uso de acuarelas, para la creación de los fondos, le otorga un aspecto suave, casi de ensueño a las escenas.
En este sentido, Song Of The Sea se transforma en un verdadero espectáculo visual, que ayuda a sumergirnos en su mundo.
Visualmente, priman los contornos redondeados, en una animación bidimensional, que de forma progresiva te va ganando, por lo que bien se comienza escéptico, y se termina rindiendo pleitesía.
El grupo de personajes, es variado, y cada uno posee sus propios trazos, llenos de personalidad, pero es en su fondo, donde realmente fascina, difusamente coloreados, son una auténtica delicia.
Termina de dibujar la atmósfera, con un acompañamiento musical de sonidos locales, de ensueño, de los que trasladan a un mundo de leyenda, la hace impagable.
Y Moore ha establecido en el dibujo, hecho a mano, su particular campo de batalla artística, y ha adoptado como elementos esenciales y vertebradores de sus relatos, como:
La naturaleza, la fantasía, la inocencia y, por encima de todo, la más pura emoción, pero todo esto bajo una marcada e insobornable personalidad, que ya mismo podría definirse como única en el mundo.
Y, en efecto, Song Of The Sea no se parece a nada que jamás se haya visto.
No solo impregna un estilo artesanal exquisito, pretende abrir al mundo, una cultura poco conocida, mientras comunica temas universales, y vuelve a unificarse, al utilizar para ello, elementos como la emoción, la importancia de la naturaleza, el ecologismo, y su fauna, la inocencia como virtud, o la magia como fábula.
Un punto interesante, es que algunos de los personajes humanos, tienen sus propias versiones en el mundo de fantasía presentado por la historia, lo que sirve para acentuar sus personalidades y roles.
Esto se puede ver, en el caso del padre, que es asimilado a la figura del gigante Mac Lir, que queda inmovilizado por su propia pena, y también en el caso de la abuela paterna, que cree que lo mejor es dejar las emociones de lado, ahogándolas en vez de expresarlas, lo que la asemeja a la bruja lechuza Macha, que aparece en su momento.
Y Song Of The Sea no está exenta de reflexión, tiene mucha:
La naturaleza, es algo que lo mismo nos da algo que nos lo arrebata, y sus intereses, están envueltos en un aura de misterio, como el que envuelve a Saoirse, y a su relación con el mar.
Es significativo, que los duendes, entidades, y criaturas con las que Ben se encuentra para ayudar a su hermana a concretar su destino, tienen un marcado cinismo respecto a su función:
Nadie cree en la magia ya, por lo que hasta la propia magia, ha dejado de creer en sí misma.
La bruja búho, Macha, se ha dedicado a extraer los sentimientos de las criaturas mágicas, en un intento desesperado, de paliar la pérdida y el dolor, transformándolos en rocas inmutables y frías, sin problemas de que alguna vez vayan a sufrir por un ser querido.
¿Sería mejor vivir rodeado de represiones autoimpuestas, en forma de tarros, prisioneros, para no sufrir, que exponerse a sufrir, pero también a amar sin limitaciones, querer y aceptar ser queridos, pese a todo lo que pueda pasar?
Song Of The Sea es la historia de un último despertar, de almas rotas y separadas, que aprenden a aceptar la pérdida como algo necesario, no bueno, sino inevitable.
No podemos detener el tiempo, y evitar querer.
Si podemos cuidar el recuerdo tras una despedida, contra viento y marea, haciendo de él, algo que ni la muerte podrá borrar de nuestras vidas.
Y Saoirse, muda aún a sus 10 años, quizás porque está destinada a cantar, más que hablar la lengua de los recuerdos, de la reconciliación, y de la vida, hablará para que todos sigan viviendo.
Mención especial para la banda sonora compuesta por Bruno Coulais, con la colaboración del grupo Kíla, en un recorrido por la música tradicional de aires celtas, que sirve de acompañamiento excepcional, para el mágico ambiente creado por Moore.
“Between the here
Between the now
Between the north
Between the south
I am a selkie
A selkie of the sea”
No deja de ser inquietante, el gran número de personajes metamórficos que podemos encontrar en las historias de diferentes culturas, alrededor de todo el globo, e interesante es en concreto, el hecho de que las Selkies, aunque capaces de cambiar de forma, dependían para ello enteramente de un objeto:
Su piel.
Nos encontramos ante un ser mitológico, que en lugar de ser aterrador y tremendamente poderoso, como suele ocurrir, es en la mayoría de ocasiones sumiso a los designios del ser humano.
El mar, siempre ha infundido atracción y respeto en el ser humano, tal vez por lo ignoto de lo que alberga…
Quizás, el inconsciente colectivo albergue recuerdos de seres que emergían de él, ya que no son pocas las historias que hablan de seres apareciendo del mar.
Lástima que al despertar, descubramos que no es suficiente soplar una caracola, para alejar los males de este mundo, sin duda, sería un lugar más bello para vivir.
Pero tenemos la voz para cantar y seguir viviendo en base a nuestros recuerdos, aunque estos sean muy dolorosos.

“My son, remember me in your stories and in your songs.
Know that I will always love you, always”



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