J'Adore Dior – Le Parfum

“Le parfum est magique, il n'y a pas de recettes”
(La perfumería es magia, aquí no hay recetas)

Christian Dior, fue un influyente diseñador de moda, fundador de la firma de moda que lleva su nombre, “Dior”, y una de las marcas de artículos de lujo, más representativas del último siglo.
Christian Dior, S.A., más conocida como simplemente “Dior”, es un minorista de ropa francés, bajo control del grupo LVMH Moët Hennessy • Louis Vuitton (LVMH), un conglomerado multinacional francés, dueño de más de 60 marcas de renombre alrededor del mundo; presidido por Bernard Arnault, quien es el 13° hombre más rico del mundo.
Pero Christian Dior, S.A., en sí, controla el 42% de los activos de LVMH, que lleva otras marcas de ropa como Kenzo, Givenchy, y Louis Vuitton.
Desde sus inicios, Christian Dior no fue solo modista, fue un gran perfumista; y la casa que lleva su nombre, escribe nuevas páginas con los tejidos y olores de su legado; algunas, están tan unidas a la firma parisiense, que parecen haber existido siempre.
La sociedad Dior, enumera la fundación de Christian Dior Parfums, en 1947, con el lanzamiento de su primer perfume:
“Miss Dior”
Dior, revolucionó la industria de la perfumería, con ese lanzamiento, que lleva el nombre de Catalina Dior, la hermana de Christian.
Pero quizás, una de las más logradas fragancias de la marca, sea:
“J'Adore”
La fragancia, se creó en 1999, de la nariz Calice Becker, y Ann Gottlieb, dirigido por Sabina Belli, mientras era gerente del producto internacional de perfumes Dior.
El “nariz” es un especialista del olfato, y puede discernir entre cientos de fragancias distintas.
Los más expertos aseguran, que crear un perfume, es un proceso similar a hacer música, pero con cientos de notas olfativas que se combinan en acordes que dan cuerpo a una fragancia.
Normalmente, se pueden distinguir 3 fases en el desarrollo del olor de un perfume, y dicho fenómeno se representa gráficamente en forma de pirámide:
En la cima de esta figura geométrica, están las llamadas “notas de salida” o de cabeza; en el centro, las de cuerpo, o corazón; y en la base, las de base o fondo.
La fase 1ª, corresponde al olor del perfume en los primeros instantes tras aplicarlo sobre la piel.
La 2ª fase, es su olor a las pocas horas de llevarlo.
La 3ª fase, son sus notas al final del día.
Existen, sin embargo, otras “estructuras” olfativas válidas.
La nota de salida, es fundamental, porque delata su personalidad, pero también porque es la más determinante en la decisión de comprarla.
La nota corazón, es la mezcla de “acordes” que determinan la familia olfativa, sea florales, orientales...
Por último, está la nota de fondo, formada por los “tonos” más persistentes, porque puede perdurar hasta 24 horas.
La botella de vidrio, en forma de un ánfora, fue creada por Hervé van der Straeten, un ex joyero, que había trabajado anteriormente para Dior, recordando la fragancia “Miss Dior”
Como musas del diseño, y de la marca del perfume, se utilizaros las modelos:
Carmen Kass, Tiiu Kuik, y Charlize Theron.
Como perfume, J'Adore, se ha convertido en la principal competencia de “Chanel Nº5” a nivel de ventas, emblema francés, etc.
Cuando Dior lanza en el 99, en plena era minimalista, de olor a limpio, el concepto “opulento” que muchas querrían tener, pero pocas podrían apreciar; en un perfume fácil de llevar, suave, gentil; en un frasco curvilíneo, y de cuello dorado; bajo un apetecible anuncio con la top del momento, Carmen Kass, sentada en un trono moderno, como “Reina del Mundo”, y bañándose sensualmente en una minimalista piscina de oro, en clara analogía con El Mito de Cleopatra y su baño con leche de burra; bajo el ingenioso nombre en francés de “J'Adore” que significa “Te Amo”, que contiene la palabra “or” que viene a ser “oro”, y se asemeja al nombre del diseñador “Dior”… resulta en un nombre redondo, para el nuevo perfume emblema de la marca, listo para competir con “Chanel Nº5”
Y es que “J’Adore”, resulta un nombre curioso, para un perfume que reúne en su nube olfativa, las notas dulzonas de 2 épocas:
Christian Dior, solía repetir dicha expresión, cada vez que elegía un boceto entre decenas, o cuando se rendía ante el buen diseño de cualquier prenda de su atelier.
En un tiempo más reciente, el otrora director creativo de la marca, John Galliano, también la hizo propia, entre otras pocas frases que en sus comienzos parisinos manejaba con dificultad.
Un año después de su lanzamiento, el perfume J’Adore, se lanza en una edición limitada de 500 copias, con una botella de cristal y oro, producido por Baccarat.
Y en su esencia, el ramo de flores, a menudo forma parte de ritos ceremoniales, como la boda o el bautizo en la vida de las mujeres; por esta misma razón, Dior ha creado J'Adore, como si de un gran ramo de flores se tratara.
Además, esta sofisticación de notas florales, contribuye a la imagen de la “Diorness”, ese espíritu característico de la alta costura de Dior, hecha de elegancia y esmero, hasta en el último detalle.
El perfume J’Adore, ha sido considerado el más vendido en Francia, en 2013, y el 2º mejor perfume más vendido en 2014; aunque algunos críticos de perfumes, han detectado un cambio en la receta, desde el lanzamiento de 1999.
“Dans le milieu de cette décennie n'a pas été de réaffirmer la féminité, mais de rompre avec les clichés qui maintiennent les femmes”
(A mediados de esta década, no se trataba de reafirmar la feminidad, sino de romper con los clichés que encierran a la mujer)
J'Adore Dior – Le Parfum es un cortometraje documental, del año 2012, dirigido por Frédéric Guelaff.
Protagonizado por François Demachy, Carola Biancalana, Philippe Maubert, Julianne Maubert, Robert Sinigaglia, Rajat Palaniswamy, Dario Stellon Giorgio Tozzo, Alberto Conserotti Memo, Pasqualino Adriano Zanellaet, Jean-Michel Othoniel, entre otros.
J'Adore Dior – Le Parfum tiene 2 versiones:
Una más “inspiracional” y breve de 60 segundos; y otra de 22 minutos, que explora a conciencia, el proceso de creación, y los secretos de los perfumes Dior.
Son eternas imágenes que proyectan las técnicas expertas de los que cultivan y cosechan, acompañan los asombrosos momentos que revelan el saber hacer de los que obtienen las esencias y absolutos de las flores más peculiares.
Esta fascinante aventura, nos lleva al máximo esplendor de una naturaleza real, generosa, y respetada.
Desde Grasse, hasta mil rincones del mundo:
Francia, India, Italia…
El área de Grasse, llamado “El Santo Grial de los perfumistas”, es uno de los protagonistas de J'Adore Dior – Le Parfum, un lugar único, donde las condiciones climáticas y geográficas, se combinan con conocimientos excepcionales, transmitidos de generación en generación.  
El corto documental de 22 minutos de duración, muestra detalladamente, dónde la firma francesa tiene sus materias primas, con una producción de bella factura, que se centra en 2 de los aspectos fundamentales de la mítica fragancia J'Adore:
El aroma y el envase.
Así pues, inicia con François Demachy, de 62 años, quien es nada menos que El Director del área de fragancias, perfumes y cosméticos del grupo LVMH, desde 2006, y el creador, de otras fragancias Dior; el cual se declara un apasionado de la naturaleza, y hace suya la famosa frase de Christian Dior:
“Las flores son la creación más divina, después de las mujeres”
J'Adore Dior – Le Parfum, muestra el escrupuloso proceso de elaboración de este emblemático perfume, desde el cultivo de las exclusivas flores que lo componen, a su recolección, pasando por la magia de los vidrieros, que elaboran con esmero y tradición, las curvas de su reconocible frasco, a los talleres de la firma, encargados de vestir el estilizado cuello de J’Adore, al más puro estilo masai.
Ahora, El Perfumista-Creador de Dior, ha asumido el reto de trasladar el aroma de los pétalos de las flores más exclusivas, a la piel, sin que éstas pierdan ni una de sus propiedades.
Para conseguir su propósito, Demachy se ha encargado de supervisar todo el proceso, viajando a Turquía, Calabria, y a la mismísima Toscana, y visitando el Domaine de Manon en Grasse, cuna de la perfumería, y también su ciudad natal.
Esa finca, ha sabido conservar las tradiciones de un cultivo de calidad, en el que se respeta la tierra, y en el que las flores del jazmín y de la rosa, se cosechan y recolectan tradicionalmente a mano.
François Demachy, descubrió Le Domaine de Manon, a través de su joven propietaria, Carola Biancalana; quienes intercambiaron sus diferentes perspectivas profesionales, durante un congreso en Los Alpes Marítimos.
El Perfumista de Dior, y la heredera de Grasse, coincidieron en su pasión por el cuidado de la naturaleza, y decidieron firmar un acuerdo de interés común, para potenciar la calidad de las flores cultivadas.
En Le Domaine de Manon, el consumo de agua está controlado, no hay irrigación masiva, sino un sistema calculado de riego por goteo, para evitar el desperdicio de un bien tan valioso.
En todos los cultivos de esta finca, se utilizan abonos orgánicos, para preservar el medio ambiente.
Y es que allí, 3 generaciones de la misma familia, han cultivado durante décadas, y sólo para Dior, las flores más bellas y olfativas de J’Adore:
La Rosa Centifolia, también conocida como “Rosa de Cien Hojas” o “Rosa de Mayo”; y El Jazmín Grandiflorum.
Los pétalos, son recogidos, uno por uno, con sumo cuidado para no dañarlos, al igual que otras variedades de rosa, jazmín, azahar, bergamota, y lirio.
Esta carga portentosa,  es destilada, y sí se obtiene la esencia.
Un característico tratamiento, que permite una genuina inmersión en el corazón de cada flor.
Lo primero, se consigue, entre otras esencias, mediante las flores “Rosa de Mayo” y “Jazmín de Grasse”, cultivadas en Francia; con el “Jazmín Sambac” que proviene de la India, como nota floral.
La opulenta “Rosa de Cien Hojas”, llamada “Centifolia” o “Rosa de Mayo”, debe naturalmente su bonito nombre, a su periodo de floración, entre mayo y junio; y es el símbolo de la región de Grasse.
Su fragancia es exquisita, incomparable, e inimitable.
Se poda a mano en febrero, para hacerla crecer más enérgicamente.
La cosecha dura de 4 a 6 semanas, desde mayo a principios de junio, dependiendo de la cantidad de luz del sol.
Para conservar la frescura de las flores, y su fragancia, son escogidas y transportadas a diario, comenzando la recolecta a mediodía, y se transforman inmediatamente para la elaboración del perfume.
“La Centifolia” tiene tallos poco resistentes, aunque una práctica de injerto, permite remediar esta debilidad.
Cuando los tallos se deterioran, una plantación tiene una longevidad de 12 a 15 años, se les retira del terreno, que queda en barbecho orgánico, durante 2 años.
Esta manipulación natural, permite que “Las Rosas de Mayo” florezcan sobre un tallo más resistente, frente a las enfermedades, y a los riesgos del clima, manteniendo sus ejemplares cualidades.
El aspecto de los primeros brotes, da un toque de luz a la temporada primaveral, y es una dulce recompensa por los esfuerzos de los cultivadores.
Mientras “El Jazmín Grandiflorum”, originario de la India, florece desde agosto a finales de octubre.
Responde a una técnica de cosecha matinal, ya que las flores se abren durante la noche.
Los grandes campos verdes, parecen encenderse con diminutas luces blancas, que brotan como encantadoras luciérnagas.
Su recolección, es un proceso meticuloso, realizado desde el alba, a partir de las 5:30 horas, con movimientos muy cuidadosos.
Las flores minúsculas y frágiles de Grandiflorum, deben ser entregadas inmediatamente, para transformarse en perfume, y proteger así, su nota sensual.
Este excepcional jazmín, es cada vez más escaso en Grasse, pero la duración de vida de una plantación es larga, aproximadamente 40 años.
Si la fragancia del jazmín, es a veces muy fuerte, casi embriagadora, “El Grandiflorum” de Le Domaine de Manon, posee características olfativas extraordinarias.
El aire de Grasse, es rico con su incomparable olor durante las noches de primavera y verano.
Hoy en día, las producciones de Le Domaine de Manon, son exclusivas para los Perfumes Dior, y sus maravillosas cualidades, han sido utilizadas por primera vez, en la composición de J’Adore.
Lo segundo, el acabado perfecto del frasco final, a imagen de un 8, estilizando el contorno de la figura femenina, y creado con el famoso cristal de Murano, en Italia.
Y es que esa fragancia, no puede ser guardada en cualquier recipiente…
Por eso, J’Adore posee un frasco acorde con sus características.
La Casa Dior, basándose en tradición y “savoir faire”, recurrió a la cristalería francesa Baccarat, encargada desde 1947, de fabricar las primeras ánforas de Dior.
Eso se nos muestra con el ánfora, que recoge el aroma de las mejores flores del mundo; y en un cristal  soplado a boca, y trabajado a mano, por los mejores artesanos de Francia, dando lugar a un frasco único para coleccionistas.
Y siendo cierto, que la ánfora tiene novedades en esta entrega, podemos verla tan preciosa como la original.
Todo un viaje aromático que acaba, como no podía ser de otra forma, nuevamente en el país galo, y más concretamente en París, sede de la empresa.
Con J'Adore Dior – Le Parfum, La Casa Dior muestra que, la creación de un perfume, se debe tanto al talento de su creador, como a la calidad de las materias primas utilizadas.
“Grasse fleurs sont uniques:
Le parfum de jasmin est plus intense et naturel pour l'Inde”
(Las flores de Grasse son únicas:
El aroma del jazmín, es más intenso y natural que el de la India)
El maestro francés, inventor del “new look”, un revulsivo para la moda de posguerra, defendió una mujer orgullosa de serlo.
Dior diseñó siluetas marcadas con cinturas de avispa, y caderas redondeadas; figuras elegantes, de porte distinguido, y cuellos largos.
Una estética presente en el perfume J'Adore.
Su forma se basa en el ánfora; porque es audaz y extravagante, como los vestidos de Dior, pero “ponible” como ellos.
“El frasco, es una metáfora de la mujer Dior, con su tensión entre las líneas curvas y suaves”, explica Élodie Planchon, del “marketing” de Dior.
Para contar la historia del legendario perfume, La Casa Dior nos presenta un filme intenso y poético; que viaja de París a Murano, atravesando escenarios de la Provenza y la India, permite sumergirse en el corazón de la creación de los perfumes Dior, demostrando el “savoir faire” de La Alta Perfumería francesa.
François Demachy, Creador-Perfumista de Dior, se concentra enteramente sobre la gran femineidad floral de Dior, agregando su sello propio:
“Aunque pueda ser mágico, un perfume es principalmente un arte del material primario”, dice.
Detrás del talento del creador, se encuentran el suelo y la savia, la selección de los materiales más nobles, la calidad de una esencia, y el extremadamente duro trabajo, de aquellos quienes lo cultivan y recolectan.
Cuidado y precisión, dignos de talleres de Alta Costura.
¿Sabía que una flor, puede abrirse o cerrarse, dependiendo de los dedos que la corten?
Toneladas de flores, se necesitan para unos pocos mililitros de alegría…
Todo un tributo entonces, a aquellos que ayudan a producir una fragancia, quienes como los que están involucrados en Costura, hacen de la realidad, la perfección.
Mediante la constante reafirmación de la autenticidad de sus raíces, su búsqueda de la belleza en su contenido y forma, J’Adore personifica la quintaesencia de los valores de La Casa Dior, en homenaje constante a la femineidad.
La materia prima, procede del dominio de Manon.
Carola Biancala, responsable de la finca de Grasse, pertenece a la 3ª generación de recolectores de jazmines y rosas.
Una labor ardua, como subraya Biancala:
“La rosa florece en mayo, y el jazmín, de agosto a octubre, pero eclosiona solo por la noche.
Lo que no se recolecta antes de las 11, se pierde”
Más cifras que confirman el hercúleo trabajo nos dicen:
Para 1 kilo de absoluto, se necesitan entre 700 y 800 kilos de flores frescas; y 7,000 horas de trabajo.
Un arte que se paga en oro, pues el kilo de jazmín, cuesta 40,000 euros.
“Elaboré este oro, presté atención a cada detalle, cincelé cada uno de los acuerdos, como un encaje de Brujas, o una joya”, dijo entonces Calice Becker, al tiempo que pasó a engrosar la lista de narices célebres, que respaldan con sus nombres, los reconocidos perfumes de La Casa.
Todo ello hace de J’Adore de Christian Dior, una fragancia de la familia olfativa Floral Frutal para Mujeres.
Las Notas de Salida son:
Magnolia, melón, durazno/melocotón, pera, bergamota, y mandarina.
Las Notas de Corazón son:
Nardos, ciruela, violeta, orquídea, fresa, jazmín, lirio de los valles/muguete, y rosa.
Las Notas de Fondo son:
Almizcle, vainilla, cedro, y zarzamora/frambuesa negra.
Calice Becker, ha querido crear un aroma floral luminoso, alegre, asentado, y decidido.
Armoniza flores como la Champaca, una variedad de magnolia de la India, de olor fresco, afrutado y exótico; la violeta de Francia, y la orquídea cristalizada.
Como fondo, la madera de amaranto, cuyo aroma recuerda al del clavel con más madera y suavidad; se armoniza con una nota de vino dulce de Banyuls, y ciruela confitada.
La simplicidad, a menudo oculta la sofisticación extrema; y J’Adore parece exudar ligereza y armonía; y las mujeres se derriten y se armonizan con esta música brillante, que resuena con todas las facetas de su personalidad.
Creado por Hervé van der Straeten, el frasco de J'Adore recuerda a una ánfora, diseño a la vez muy antiguo y muy moderno, fuera del tiempo.
Una forma simbólica, depurada, con un cuello dorado rodeado de anillos.
Este cuello, ideado como si de un collar masai se tratara, está rematado con un tapón, en forma de bola de cristal.
Si el nombre del perfume no es visible en el frasco, es porque está escondido en el corazón mismo de esa bola de cristal, como un signo de exclamación
“¡J'Adore!”
Por ello, el envase, en perfecta consonancia con la estética del “new look”, estilo que impusiera el mismísimo Christian Dior en 1947, y cuyo énfasis acaparaba las curvas, posee una forma refinada y esbelta, con un cuello de oro grácil, y un tapón de cristal, dentro del cual se lee “J’Adore” como única individualización.
Su diseñador, Hervé van der Straeten, dijo entonces que, “el conjunto evoca fluidez y cierta suavidad, pero también la gran fuerza, poder otorgado por las rigurosas joyas de oro, que evocan a las mujeres jirafa de Birmania”
Su presentación en sociedad, dejó sentadas las bases de la que luego se convertiría, en la nueva línea estrella del firmamento de Dior, habitado ya por otras tantas embriagantes criaturas:
“Miss Dior”, “Diorissimo”, “Poison”, “Dior Addict”, “Eau Sauvage”, y muchas más.
Pero fue J’Adore, el perfume ganador del premio FiFi Award Best National Advertising Campaign / TV en 2007.
Los Premios FiFi, son un evento anual, patrocinado por The Fragrance Foundation, que honra los logros creativos de la industria de fragancia, y es el evento de celebración más importante y prestigioso de la industria de las fragancias.
Estos premios, se han celebrado anualmente en la ciudad de New York, desde 1973, a la que asisten alrededor de 1,000 miembros de la comunidad internacional de fragancias, diseñadores, y celebridades de la industria de la moda, teatro, cine, o televisión.
La banda sonora de J'Adore Dior – Le Parfum, corre a cargo de Mathieu Baillot.
“Les fleurs sont la création la plus divine après les femmes”
(Las flores, son la creación más divina después de las mujeres)
J'Adore Dior – Le Parfum, es una guía de incalculable valor, que nos conduce a los lugares tras los que se esconde este gran perfume:
“J’Adore”
Un mito, una fragancia de eterna femineidad...
Mientras “Chanel No5” es el #1 durante varios años en ventas en Francia, pero alcanza la saturación del mercado interno; J'Adore toma su sitio  en 2011, con una facturación de 50,7 millones de euros, y el 4% del mercado.
En 2013, el amor era el mejor perfume más vendido en Francia, con alrededor de 826,000 botellas vendidas, representa más de 55 millones de euros en ventas; siendo el perfume hecho para las personas que saben que “menos es más”, que encuentran elegancia en la simpleza, y que buscan un aroma no estridente, ni difícil de asimilar, cómodo de llevar, y manejar.

“Don't listen to anyone.
Trust what gives you pleasure.
Trust the emotions.
If you love something but can’t explain why, that’s enough”



Comentarios

Entradas populares