It Follows

“It doesn't think.
It doesn't feel.
It doesn't give up”

Lo “sobrenatural” es el término utilizado para definir algo que se tiene como por encima, que excede, o está más allá de lo que se entiende como “natural”, o que se cree existe fuera de las leyes de la naturaleza y el universo observable; y se tiende a definir fenómenos que parecen, o se suponen reales, pero que no se pueden explicar científicamente, por su propia naturaleza.
Al utilizar el término “sobrenatural”, comúnmente va asociada a la frase “fenómenos sobrenaturales”
Los adherentes a las creencias sobrenaturales sostienen, que estos hechos existen tanto como los hechos del mundo natural.
En su día, el actor Lon Chaney, aseguraba que el colmo del terror, es oír llamar a la puerta de tu casa, al dar las 12am, y encontrar un payaso inmóvil en el umbral.
Con lo cual quería decir, que la sugerencia es la principal baza a utilizar por un buen director, en toda película de terror que se precie.
Imagínense ustedes, por un momento, que de un día para otro, una entidad se les acerca lentamente, que no puedan estar en un lugar más de un día, sin que lo vean acercándose, que tengan que estar constantemente vigilando hacia los 4 puntos cardinales…
“It could look like someone you know or it could be a stranger in a crowd.
Whatever helps it get close to you”
It Follows es una película de terror, del año 2014, escrita y dirigida por David Robert Mitchell.
Protagonizada por Maika Monroe, Keir Gilchrist, Daniel Zovatto, Jake Weary, Olivia Luccardi, Lili Sepe, Linda Boston, Caitlin Burt, Heather Fairbanks, Aldante Foster, Ruby Harris, Christopher Hohman, Bailey Spry, Rich Vreeland, entre otros.
Filmada en Detroit, Michigan, It Follows abrió El Festival Internacional de Cine de Cannes, en 2014, certamen en el que recibió la aclamación de la crítica; y que no se tardó nada en bautizar la propuesta como:
“'La maldición de transmisión sexual”
La acción sigue a Jay Height (Maika Monroe), una chica de 18 años, que tiene su primer encuentro sexual con su novio, en la parte trasera del coche…
Tras el hecho, aparentemente inocente, la situación se pone algo tensa, cuando “su novio”, hace que se desmaye, aplicándole cloroformo.
Al despertar, “su novio” le explica, que lo hizo para ahuyentar a una serie de espíritus que lo acosan…
A partir de ese momento, es Jay quien sufrirá las consecuencias de ese acoso, encontrándose sumergida en visiones y pesadillas, y teniendo la sensación de que alguien, o algo la observa.
Una maldición viral, de la que nunca llegamos a conocer los orígenes; pero si ese perseguidor te alcanza, mueres, por lo que debes estar constantemente alerta, y en movimiento, hasta que tengas la oportunidad de pasar a otro, la maldición, y agregar así, un nuevo eslabón a la cadena.
Pero tendrá la ayuda de:
Paul (Keir Gilchrist), Kelly (Lili Sepe), Yara (Olivia Luccardi), y Greg (Daniel Zovatto), quienes conformarán la pandilla juvenil, encargada de ayudar a la seductora rubia, a salir del demoniaco atolladero.
“You don't believe me do you?”
David Robert Mitchell, toca muchos de los temas que me interesan y, sobre todo, porque consigue dar una vuelta al subgénero de terror sobrenatural, precisamente aquel que hoy en día sufre la mayor cantidad de entradas genéricas y prescindibles, del ya de por sí, complicado panorama del cine de horror.
It Follows viene a ser un “slasher” psicológico, una película en la que el “asesino” te persigue, y no descansa hasta dar contigo, le lleve el tiempo que le lleve alcanzarte.
No reinventa las fórmulas del género, y en realidad, todo en ella suena a ya visto, por mucho que intenten venderla como “lo más transgresor que le ha ocurrido al terror en los últimos tiempos”
Es puro cine oriental, trasladado a un universo atemporal, donde no hay ordenadores, ni televisores modernos, o teléfonos móviles, sólo un “iBook” con forma de concha, que nos devuelve al presente; regido por una serie de reglas, un ritmo, y una atmósfera que rememoran ese cine de género modesto, en el que el golpe de efecto se lograba a base de ingenio, y saber hacer.
Así, Mitchell pone en jaque a las víctimas de siempre... con una amenaza que no habíamos visto nunca.
¿O tal vez sí?
El enemigo no es ningún tipo enmascarado que, cuchillo en mano, va engrosando las cuentas del carnicero, sino una especie de ente sobrenatural, que puede adoptar cualquier forma humana, y que persigue, a paso lento, pero de forma incesante, a su víctima.
La mítica regla de no practicar sexo para sobrevivir, deja de ser una broma recurrente, y se convierte en el “leitmotiv” que desencadena la trama.
Pero también, It Follows es una película que conoce muy bien su legado, y lo muestra abiertamente, como se da a entender a través de muchas de sus peculiaridades técnicas, que remiten a otros grandes directores del pasado, siendo quizás, John Carpenter, uno de los principales, y más fácilmente reconocibles.
De Carpenter, It Follows toma la inspiración para la banda sonora, y su preferencia por esa estética abierta que muestra, sin embargo, el lado tenebroso de una ciudad en decadencia, en este caso, la depauperada Detroit:
Se abre la puerta de una casa, y de ella sale despavorida una adolescente, a la que la urgencia de la situación, no le ha permitido vestirse del todo…
Ha salido a la calle en ropa interior... y con zapatos de tacón, en lo que es el primer guiño, si no burla al género cinematográfico.
Y seguimos a la chica, quien corre por la calle sin prestar demasiada atención a lo que le dicen los 2 personajes adultos, que se encuentran en el escenario, uno de ellos, su padre:
“¿Estás bien?”
“'¿Necesitas algo?”, inquieren ellos.
Las respuestas que obtienen, reflejan más la gravedad de un factor amenazante, que no la apacibilidad que habitualmente reina en la zona.
Y sin embargo, nuestros ojos no se alteran.
Como casi siempre antes de la catástrofe, todo parece en orden; hasta que la chica aparece asesinada violentamente.
It Follows es un bucle interminable, por lo que empieza entonces a aburrir, poniendo en evidencia la capacidad del realizador y, a la vez, guionista por encontrar un desarrollo y final satisfactorios, hasta el punto de montar una disparatada e ilógica “set piece” en la piscina de un edificio abandonado, que contradice el carácter sobrenatural de los lentos entes que persiguen a los personajes.
El terror, aparece tanto de noche, como de día, es una amenaza presente, continua, que no busca momentos puntuales para “ofrecer” un susto programado; y no es revolucionaria pero sí muy perezosa en su libreto.
El horror asusta más cuando viene de lo inexplicable, pero hasta el misterio tiene un límite, e It Follows pedía una composición mejor hilvanada… sin contar con el discutible mensaje que subyace en el conjunto:
¿Ser promiscuo es malo?
Recuerda, el enemigo es invisible.
El enemigo está siempre al acecho.
El enemigo nunca descansa, y siempre se acerca.
El enemigo hasta podría encontrarse entre tus seres amados.
El enemigo te quiere ver muerto.
Considerando que la manera en que se transfiere la maldición, es a través de relaciones sexuales, es posible vincular la premisa de It Follows, con el peligro de enfermedades de transmisión sexual fatales, como El SIDA.
Obviando el hecho de que este tipo de enfermedades, no son contrarrestadas al ser pasadas de una persona a otra, sino que por el contrario, se van multiplicando, no es del todo absurdo ver la figura del ente que persigue a la protagonista, como un lento malestar que intenta poner fin a su vida.
Sin embargo, esta interpretación también nos puede llevar a concluir, que el mensaje está más cercano a una visión puritana del sexo, donde se condena con la muerte, la promiscuidad.
Algo que no solo ha sido rechazado por el propio director, sino que resultaría demasiado ridículo.
Como dato, hay 3 citas que hacen hincapié en el tema de la mortalidad:
Cuando Jay está en la clase de Inglés, su maestra está leyendo de T.S. Eliot “La Canción de Amor de J. Alfred Prufrock”; y Yara lee 2 pasajes en la inminencia de la muerte de Fyodor Dostoevsky en “El Idiota”
Pero respecto al sexo, parece una consigna de La Liga Católica de La Decencia.
Aquí, el coito se reivindica, por enésima vez, como detonante de las desgracias sufridas por los chicos, que tal y como sucediera en otras películas que tratan lo de estar solo ante el peligro, sin adulto alguno que pueda de mediar como escudo humano… es un paralelismo muy curioso, entre la forma como se propaga la maldición, y los peligros y consecuencias de la promiscuidad juvenil, y es cierto que gran parte de la amenaza a la que se enfrentan los protagonistas, tiene un componente de sexualidad siniestra, que en ocasiones, resulta muy evidente.
Otro de los puntos llamativos, es el dilema moral que presenta la solución para librarse de la maldición.
No consiste en destruirla, sino que en transferirla a otra persona, simplemente modificando el destinatario.
Y por si fuera poco, la persona que traspasa la maldición, todavía es capaz de ver al ente, aunque ahora vaya a atacar a otra víctima, lo que sirve como un constante recordatorio de lo que hizo; además opta por una curiosa elección, al momento de retratar a los adultos, quienes tienen un rol bastante tangencial en la historia.
Los padres de los personajes, son solo mencionados, o mostrados de manera fugaz, reforzando la idea de que no hay posibilidad de pedir ayuda a otras personas, por lo que deben enfrentar por sí solos a la amenaza.
O bien porque están muertos, y son parte de la fauna de entes malignos, como la madre del vecino, que lo viola/mata en su cuarto; o el padre de Jay, que se presenta en la piscina, para violarla/matarla…
¿Alguna lectura sobre pedofilia/incesto?
Nada raro.
Si la excusa es motivo para acostarse unos con otros, sin cargo de conciencia, y como “acto de amistad e incondicional ayuda”, no está mal la estrategia, como tragedia póstuma, o presente por la cual, tu cuerpo es abandonado por tu esencia, y dejas de ser una persona, hay que seguir trabajando con más empeño y ahínco, pues este espíritu tira del pelo, lanza objetos, y camina como perro faldero devoto tras su dueña, pero ¡poco más!
Así pues, pongamos que hablamos de puntos de inflexión.
Del que separa los celos del deseo; el sexo del amor; la infancia de la edad adulta; el temor del pánico; la decadencia de la fatalidad más reversible...
Da miedo, sí, y mucho.
Y más con la idea que se desarrolla a lo largo del metraje, del sexo como evidencia de nuestra mortalidad.
Con el descubrimiento de su sexualidad, el ser humano toma conciencia de la condición limitada de su existencia, se pierde la inocencia de la niñez, y toma posesión del sentimiento trágico y agónico de la vida.
Todo el argumento, es un símil de esta idea, pudiendo encontrarse también, cierto paralelismo con el relato bíblico de “la expulsión del paraíso”
En toda esta alegoría, tomarán un gran peso simbólico, la representación de las distintas etapas de la vida, estando los adolescentes protagonistas, en el estadio intermedio entre la inocencia de la niñez, y la responsabilidad creadora de la adultez.
La obsesión por la adolescencia, la ausencia absoluta de adultos, el descubrimiento o exploración de la sexualidad; todo está aquí.
Los  personajes, son adolescentes marginales, provenientes de familias destrozadas, que nadie va a extrañar:
El chico guapo pero maloso, el “friendzoned”, la hermana menor en edad, de ser ella misma, despertada sexualmente...
Y el bicho, y no me refiero a nada anatómico, no sabe o no es capaz de abrir una puerta, pero no tiene ningún problema en subir al techo de una casa... y además, sabe usar objetos para romper ventanas, e irrumpir, pero sigue sin saber abrir una puerta; y que de pronto es concreta, tangible, física.
¿Por qué?
Demasiado ridículo el hecho que el chico se cambie a otra ciudad, o pueblo, tenga papeles falsos, rente una casa, y se tome todo el trabajo de conquistar a una chica para tener sexo con ella, solamente para pasarle “su enfermedad”
¿No era más fácil buscar prostitutas?
Lo que le impide a It Follows, convertirse una película redonda, es que el desenlace de la historia, es demasiado abrupto, cuando requería de un final con un clímax mucho mayor.
El final, es muy relativo, ya que depende de la imaginación de cada uno, pero hay 2 posibilidades:
1ª. El chaval le ha pasado la maldición a alguna prostituta de las que ve por la calle mientras conduce.
2ª. Aún no se han deshecho de la maldición, y posiblemente matará a los 2 jóvenes, ya que se ve un hombre caminando de forma extraña, mientras ellos pasean cogidos de la mano; y presumo que es el novio inicial, ahora muerto…
Y sinceramente creo, que es esta última opción, aunque quizás nunca lo sabremos, es la acorde al desenlace.
Al final, la parejilla se enamora, y el fantasma lo sigue... pero claro, como ambos siguen follando, el bicho no sabe a quién seguir…
O puede ser que cuando corten, es que se viene el problema… aun así es estúpido…
It Follows te dice, que entre ellos 2 se la van a pasar teniendo relaciones sexuales, y pasándose la maldición entre ellos, una y otra vez, y así intentaran mantenerse vivos…
Entiendo que David Robert Mitchell, haya querido un cierre que se aleje de lo convencional, pero el resultado es que uno se queda con la sensación de:
¿Eso es todo?
No es un final malo, pero It Follows tiene un desarrollo de los acontecimientos, tan interesante, que se merecía algo mejor.
Ahora, a esperar las secuelas que sobreexpondrán al monstruo, y que intentarán dar origen y explicación a la “maldición”…
La banda sonora, es de Rich Vreeland, incisiva y gustosamente histérica, casi funciona por todas las intenciones que pretendía el realizador en sus imágenes.
Me quedo con eso, y las secuencias puntuales.
“What the fuck are you talking about?”
Si existe un tema agradecido para escribir, ese es la adolescencia.
Todos hemos tenido que pasar por ella, todos vemos absurdos nuestros comportamientos de aquella época, con la distancia que otorga la edad, y rara vez, alguien a quien se le da la posibilidad de subir al púlpito para decir algo al respecto, no lo aprovecha para recalcar, cómo los adolescentes de hoy, son más incívicos e imbéciles que en su época; con el tiempo, los problemas de la adolescencia se comprueban absurdos, sus comportamientos inaceptables y, por qué no, olvidamos también lo que es estar entre 2 aguas:
Descubrir el mundo adulto, al mismo tiempo que todavía somos niños.
Por otro lado, la “manía persecutoria”, es una enfermedad extremadamente generalizada; en el sentido más amplio, es la enfermedad social por antonomasia.
El término, no es más que una etiqueta, la que demuestra la falta de comprensión de parte de los que la han inventado.
Cuando alguien está viendo en todas, o en casi todas las impresiones que experimenta en su entorno, una amenaza contra su existencia, contra su vida, y cuando además, su fantasía está produciendo impresiones, alucinaciones para las cuales, no se pueden comprobar ningunas causas directamente identificables en el presente material, entonces es declarado “paranoico” o “maníaco de persecución” por los diagnósticos médicos.
Y es que un aislado, tiene angustia, se siente amenazado por “poderes desconocidos”, porque para éste, la realidad social es impenetrable, le es ajena, porque está alienado de esta realidad, y ella le es alienada a él:
La condición de la sociedad capitalista, es precisamente aislamiento e inconsciencia.
El maníaco de persecución, se siente amenazado y perseguido por asesinos cuando vuelve a casa por la noche... por ejemplo.
Figuras oscuras le siguen secretamente.
Pero no ha aprendido, ni en su casa paterna, ni en la escuela, ni durante el aprendizaje, ni en la universidad, que la sociedad capitalista se basa en asesinato, que su vida no es nada más que un producto residual de la acumulación capitalista, que el asesinato sistemático y frenado, “gebremst”, tal como se manifiesta en la enfermedad, es condición y resultado de las relaciones capitalistas de producción.
Y no se ha enterado de que es perseguido y acechado día y noche, de que su casa está cercada por policías disfrazados de salteadores, y de que las instituciones y las agencias del capitalismo, tienen la intención de suprimir y matar cualquier impulso vital de los suprimidos y explotados por todos los medios, sea por un decreto ministerial, sea por la difamación pública, sea por la bala de una ametralladora de la policía, pues todos ellos son parias sociales.
La marginalidad, persigue a los acomodados, que viven en la culpa, y el terror.
Solo les queda defenderse, escapando constantemente, valiéndose de su abundancia como arma de doble filo, y pasando la posta a una nueva generación.
¡El hombre que tienen miedo de ser asesinado, llevan razón!
Solamente hay que explicarles, porqué llevan razón.
Entonces su miedo se convierte en un arma.

“Maybe it will never come back”



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