L'Odyssée de Cartier

“The world is changing, the economy is changing, the geography of luxury is changing.
We want to just remind people who we are at Cartier”

Son las palabras de François Le Troquer, Director General de Cartier UK; que desde su creación, La Maison Cartier ha jugado con los códigos de la elegancia.
A las puertas de la fantasía, los talleres Cartier, subliman la joyería, y trascienden las materias más preciosas, añadiendo excelencia a la excepcionalidad.
Cartier, es una fábrica francesa de relojes y joyas, fundada en 1847 por Louis-François Cartier, perteneciente al grupo suizo de bienes de lujo, Richemont; nacida como una manufacturera relojera, dado que muchos de sus relojes, cuentan con mecanismos de factura propia.
En 1874, el hijo de Louis-François, Alfred Cartier, comenzó a administrar la compañía, pero los 3 hijos de este:
Louis, Pierre, y Jacques, fueron los responsables de establecer la marca Cartier, a nivel mundial.
Comenzando la aventura en 1904, cuando el aviador brasileño, Alberto Santos Dumont, le comentó a su amigo, Louis Cartier, lo poco práctico que resultaba usar relojes de bolsillo mientras se volaba.
Cartier asumió el desafío, y diseñó un reloj de pulsera plano, con un distintivo bisel cuadrado.
Esta prenda, no solo fue un éxito con Santos Dumont, sino también con muchos clientes de Cartier.
De este modo fue que nació “Santos”, el primer reloj de pulsera para hombres; aunque fuera Patek Phillipe quien creara el primer reloj de este tipo, pero para una mujer, y hecho a la medida.
Así, la corporación que lleva el nombre de la familia de joyeros, cuyo control finalizó en 1964, hizo de Cartier, una marca reconocida por crear diversas piezas famosas, incluyendo el collar de diamantes “Bestiary”, hecho en los años 1920, para el majarás indio, Yadavindra Singh.
Como dato, las instalaciones centrales de Cartier, ubican en París; pero ahora tiene sucursales en Londres, New York, y San Petersburgo, y se está convirtiendo rápidamente, en una de las empresas de seguimiento, de mayor éxito en el mundo.
Con las joyas, se inició gracias al descubrimiento de nuevas minas de piedras preciosas, particularmente en Sudáfrica, y la utilización de un material mucho más moldeable, como el platino, “el oro, y la plata, son la armadura de las joyas; el platino es el bordado”, solía decir Louis Cartier, cuando descubrió que habían abierto enormemente, las posibilidades creativas.
Coleccionista de arte egipcio, y gran lector, el tercero de la saga Cartier, supo además, rodearse de excelentes diseñadores como Charles Jacqueau, o la audaz Jeanne Toussaint.
Es especial La Pantera, animal salvaje, es más que un símbolo de La Maison Cartier; es un icono atemporal, a la vez depredadora y elegante; discreta y sin embargo, lista para abalanzarse...
Con ojos de esmeraldas, hocicos en ónix, pelaje de diamantes… en libertad, las joyas de La Colección Panthère, dan un auténtico zarpazo a la joyería.
De hecho, este año se cumple El Centenario de La Panthère de Cartier, uno de los símbolos más reconocibles de la historia de la joyería fina mundial.
Las panteras, eran el símbolo de las mujeres independientes y peligrosas, tal como las concebía Jeanne Toussaint, directora de alta joyería de la firma desde 1933; y como joyería figurativa, estaban tácitamente reservadas para actrices y prostitutas.
En los últimos 100 años, Cartier ha pasado del abstracto estilo Art Deco en el siglo 20, con piezas ornamentales pantera, tridimensionales, en la década de 1940.
El felino escurridizo, utilizado por Cartier, sugiere de alguna manera, confianza y conveniencia a la vez; y fueron Los Windsor, con sus muertes, coronaciones, e historias románticas, quienes impusieron a Cartier, en el mundo de las testas coronadas, y fueron seguidos por los monarcas de toda Europa.
De hecho, a Cartier, se le encomendó la misión de confeccionar 27 tiaras para la coronación del nuevo Rey:
Edward VII del Reino Unido, cuando fue coronado en 1902, y 2 años más tarde, él honró a la compañía, con La Orden Real de La Realeza Británica.
Similares Órdenes, continuaron de diferentes países, como:
España, Portugal, Rusia, Tailandia, Grecia, Serbia, Bélgica, Rumania, Egipto, y Albania, además de La Casa de Orleans, y El Principado de Mónaco.
Un dato particular, en la década de los 50, una colección de panteras, fueron encargadas por Edward Albert Christian George Andrew Patrick David, Duque de Windsor, a La Casa Cartier, quien era su joyero de confianza, al que se refería como “los joyeros de los reyes, los reyes de los joyeros”, como regalo para su esposa, Wallis Simpson.
El Duque, dio a La Duquesa, muchas piezas sin grabar, que destacan sólo por sus diseños y artesanía creativas, incluyendo gran parte de la famosa Casa de Fieras “Gran Felino” de Cartier.
Esta colección, fue inspirada por la directora de la joyería de alta gama, Jeanne Toussaint, quien fue apodada “La Panthère” por su buen amigo, y el empleador, Louis Cartier, debido a su fascinación con las panteras, cuyas pieles disfrutó como alfombras; y trabajó con el diseñador de Cartier Peter Lemarchand, para diseñar la línea de joyería.
Se dice que Wallis Simpson, era tan aficionada a estas piezas, “porque en el momento, ella fue la primera en tener una joya gato”
La colección, está muy bien hecha, muy finamente diseñada, también son muy flexibles, tanto que literalmente se mueven.
Todas estas “joyas gato”, se ven como algo real, caminando alrededor, casi a punto de saltar, siendo en gran medida, una joya que tenía estilo y gusto, una joya que gustaría tener.
Cuando murió Wallis Simpson, en 1986, esa colección de Cartier, fue vendida a través de Sotheby’s, en la mayor subasta de joyas de la época, llegando a alcanzar por 300 piezas.
Un brazalete en particular, forma parte de la colección de 1952, para Wallis Simpson, Duquesa de Windsor, y que fue adquirida por Andrew Lloyd Webber, compositor británico de famosos musicales, como regalo para su 2ª esposa, la cantante Sarah Brightman, y con el motivo de celebrar el gran éxito de “The Phantom Of The Opera” en 1988.
Ahora, Brightman, quien en 1990 se divorció del célebre compositor, pone a la venta, a través de Christie’s, esa pieza histórica, destinando parte de su importe, a La Fundación Andrew Lloyd Webber, en favor de la música y de su enseñanza.
La cifra, alcanzó la suma de $7 millones, por este brazalete en ónix y diamantes con ojos de esmeraldas.
Para Latinoamérica, La Diva mexicana María Félix, tenía varias piezas de animales, creadas por Cartier, entre culebras, cocodrilos, tortugas, y como no, panteras.
Y es que desde hace años, la firma ha formado parte del exclusivo joyero de muchas y conocidas damas, que han lucido algunas piezas que hoy se han convertido en leyendas:
Desde las colecciones de La Duquesa de Windsor, que hoy en día tienen un enorme valor artístico, e histórico; pasando por la socialité Barbara Hutton, la modelo Nina Dyer, que fuera esposa del Barón Hans Heinrich Thyssen-Bornemisza, y era una apasionada de las panteras, o la gran dama mexicana, María Félix.
Así pues, con La Panthère, Cartier rememora sus 165 años de historia con “L'Odyssée de Cartier”, su primera película.
“When Cartier enchants the world once more… it’s a cinematic work of art”
L'Odyssée de Cartier es un cortometraje de fantasía, dirigido en 2012, por Bruno Aveillan.
Protagonizado por Shalom Harlow, y las panteras Cali, Tiga, y Damou.
La Maison Cartier, le confió la dirección a este licenciado de La Escuela de Bellas Artes de Toulouse, y uno de los mejores directores publicistas internacionales del momento, que combinó hábilmente, localizaciones naturales con animaciones en 3D, dado que Cartier deseaba filmar la película con panteras reales.
La luz, el sonido, el uso que hace de los elementos, y de las piezas emblemáticas de Cartier, dan lugar a que este corto se convierta en una obra maestra.
El mismo, es protagonizado por uno de sus símbolos icónicos, una pantera de cristal, que cobra vida para recorrer los nuevos mercados del lujo.
Desde la producción, a lo largo de 2 años, además de 6 meses de post producción y efectos especiales; el proyecto ha involucrado a un equipo de 60 personas en locación, y 50 operadores en efectos especiales alrededor del mundo, que trabajaron con la misma pasión, que inspira a los maestros artesanos de Cartier.
Por cierto, la compañía encargada en a post producción, es Digital District, la misma que hizo la post producción de la película ganadora al Oscar como a La Mejor Película:
“The Artist” (2008)
“Teníamos claro, que la magia de la película iba a depender de nuestra capacidad para trabajar con la pantera, de principio a fin”, aseguró Aveillan.
“Pensamos que era el momento de hacerlo, especialmente porque ahora todo el mundo quiere ser lujoso... incluso hay un Big Mag deluxe”, declaró François Le Troquer.
La película, plagada de efectos especiales, fue rodada en la región italiana de los Dolomitas, así como en Praga, República Checa; España, San Petersburgo, y Paris, en Le Grand Palais, y La Plaza Vendôme, donde se encuentra la más mítica de las tiendas de Cartier, mediante capítulos llamados:
“La Inspiración Original”, “El País de Los Zares”, “Love & Trinity“, “Cara a Cara con El Dragón Celeste”, “El Sueño Indio”, o “La Pantera”, entre otros títulos.
L'Odyssée de Cartier, narra con imágenes, la historia de Cartier, en donde la protagonista es la pantera, que simboliza la marca, icono de Cartier desde 1914.
La criatura emblemática, va en un viaje imaginario, entre el sueño y la realidad, dejando su huella en los continentes que han enriquecido el estilo Cartier.
El cortometraje que dura 3 minutos y 30 segundos, empieza en la solitaria Rue de La Paix de París, en la entrada de una joyería de Cartier, donde vemos una figura de una pantera realizada con joyas.
A partir de aquí, todo está en calma, hasta que una luz ilumina la figura, haciendo que el felino cobre vida, tras un espectacular estallido de diamantes y piedras preciosas, salta sobre el anillo “Trinity” que son 3 anillos de 3 oros diferentes.
Rompe el vidrio del domo, y corre sobre un campo infinito de nieve, pasando por San Petersburgo, a las tierras de China.
Así, su viaje por los continentes y su cultura, es onírico, entre sueño y realidad, para correr a través de la nieve en San Petersburgo, Rusia, donde Cartier fue la joyería de los zares; encontrándose con un dragón, que simboliza La Muralla China, que rivaliza con la pantera.
Ella continúa su viaje, y llega al Taj Mahal, donde serpientes y cocodrilos cubren el suelo, y se echa en la espalda de un elefante por las llanuras de España, antes de viajar en un avión, dirigido por el aviador brasileño, Alberto Santos-Dumont, que recibió uno de los primeros relojes de pulsera para hombres de Louis Cartier, en 1904, cuando pidió algo más práctico, que un reloj de bolsillo para volar.
El recorrido termina en Paris, el lugar en donde nace Cartier, en La Place Vendôme, donde se encuentra con la musa del diseño, la dama que personifica el espíritu de la mujer Cartier, elegante, apasionada, y libre, interpretada por la supermodelo, Shalom Harlow, en el Grand Palais, toda vestida de rojo, antes de desaparecer en un estuche del mismo color que el del vestido.
El resultado es un film que mezcla realismo con detalles de animación 3D, en donde la elegancia de las joyas, el estilo, y el “savoir faire” de La Maison Cartier son protagonistas, y reflejan la constante inspiración de otras culturas a lo largo de sus 165 años de existencia.
“The jeweller of kings and the king of jewellers”
Digno de una sesión de cine, con palomitas incluidas, el cortometraje  conmemorativo, L'Odyssée de Cartier, para celebrar los 165 años de Cartier, o mejor lo podríamos definirlo casi como una película, por su gran producción; es una mezcla de cultura, historia, leyendas, y tradiciones, que no está dejando a nadie indiferente, todo lo contrario, si pudiéramos valorarlo como de una película se tratara, se podría decir, que estaría siendo un verdadero “éxito de taquilla”
Cartier, ha creado L'Odyssée de Cartier, una película épica, que recoge sus valores, su inspiración, y sus dimensiones artísticas y universales.
La Panthère de Cartier, como una leyenda de piedras preciosas, ha sido el principal emblema de la pericia joyera de Cartier, desde 1930 gracias a Jeanne Toussaint, una dama soñadora, de espíritu libre, de la sociedad parisina, y la directora creativa más premiada de Cartier.
Su ojo experto, manifiesto atractivo, y consumada elegancia, son el sello distintivo del estilo Cartier.
Su apodo fue “La Panthère”, o “Lady Pantera”, no es baladí, que L'Odyssée de Cartier, esté realizado con la misma atención y detalle, que una joya Cartier, y plasma el viaje de una pantera por Rusia, China, e India.
Durante su aventura, el emblema de la firma se encontrará con algunas de las piezas históricas más famosas de Cartier, como:
El brazalete “Love” o la sortija “Trinity”, el broche “Libélula”, el collar “Serpiente”, o el collar “Cocodrilo”, entre otras obras maestras de orfebrería.
Y en la búsqueda de un realismo absoluto, se utilizó una réplica casi idéntica del avión construido por Alberto Santos Dumont, en 1960, con el que logró un record de vuelo.
Este vuelo, inspiró a Louis Cartier, para explorar nuevas formas y materiales para sus creaciones de joyería, el reloj.
Por suerte, esta gran marca, ha dejado claro, que no sólo destaca sus maravillosas joyas, sino por los detalles que le rodea, que hacen que cada pieza sea exclusiva y tengan su significado, o simbología:
El animal, la pantera representa el misterio y la feminidad, además de ser el emblema de La Maison.
Los caballos blancos, con los mitos y la pureza.
El dragón, eterno enemigo de la pantera, es la dualidad del hombre.
El elefante, la sabiduría, la prosperidad, y la longevidad.
La simbología en el ambiente nos dice:
La frialdad es el misterio.
La Rue de La Paix, fue el lugar donde en 1899, La Casa Cartier se instala.
La Plaza Vendôme, con la leyenda de la marca, el elitismo, y la lujuria.
La Cúpula de vidrio rota, es el símbolo de liberación, y de renovación.
La nieve, es como una página blanca, del onirismo, y de la puridad.
La ciudad de San Petersburgo, que en 1907, tuvo lugar La Primera Exposición de Cartier.
La Muralla China, representa la audacia y la valencia de dejar atrás las fronteras.
El Taj Mahal, es la preciosidad, la realeza, casi divinidad, el detalle del monumento.
El mismo aviador, hace referencia a uno de los relojes Cartier, “Santos”
La abundancia de las piedras, más el oro y la plata son la lujuria, la preciosidad, y lo fino.
En general, L'Odyssée de Cartier es más que un anuncio, es un cortometraje cinematográfico, construido de manera muy poética, que comunica no solamente sobre la marca, sino sobre los productos puestos en valor; cuyo objetivo de consumo es muy amplio, resaltando esta campaña de imagen.
Sus objetivos son confirmar su imagen de marca de lujo, ponerse como diferente, y referente en el mercado frente a los competidores.
Los colores usados en L'Odyssée de Cartier, también poseen su simbología:
La Pantera se mueve entre tonos azules y oscuros, para representar la nostalgia de la joya legendaria; por ejemplo:
La plata, es el objetivo de perfección.
El oro en alusión al sol y al Taj Mahal como la preciosidad, la divinidad y la omnisciencia.
El rojo, la feminidad, la pasión, y el éxito, que acentúa la idea de lujuria.
En su conjunto, L'Odyssée de Cartier simboliza la renovación de Cartier, es su catálogo de las colecciones, de los emblemas de la marca, y la afirmación de los talentos de los joyeleros y la joyería misma de la marca.
Todo ello mostrado únicamente de manera instrumental, sin voces, que da ritmo a todo el anuncio.
Las notas musicales del principio, son similares con las del final, en una inspiración del pasado, para crear el futuro; una noción de renovación.
Desde lo técnico, el 3D, y los planos de la cámara son muy largos, con profundidad de campo, de manera general, siendo el centro de todo, como protagonistas reservados:
La Pantera, las joyas, y la mujer.
Solamente al final del anuncio, aparece escrito:
“Cartier, Jeweller since 1857”
En una voz masculina “en off”, que repite el nombre de la marca, dándole simplicidad y prestigio.
Como dato curioso, para el rodaje de L'Odyssée de Cartier contaron con 3 panteras jóvenes, llamadas:
Cali, Tiga, y Damou, bajo la dirección de Thierry Le Portier, que se fueron alternando y “actuaron” a las órdenes de su entrenador, que las ha criado desde su nacimiento.
La Top Model internacional, Shalom Harlow, viste un sensual diseño rojo de Yiqing Yi, es la otra protagonista de L'Odyssée de Cartier.
La modelo canadiense, ha tenido el privilegio de lucir 3 creaciones de Alta Joyería Cartier:
Los pendientes de diamantes y perla natural; un solitario con diamante, talla pera de 13,4 quilates; y un brazalete único, de la colección Alta Joyería Panthère, en platino, con un berilo verde de 51,58 quilates, motas y nariz de ónix, ojos de esmeralda, y engaste de brillantes, a modo de piel.
A través de L'Odyssée de Cartier, La Maison ofrece un momento único de escape, inspirado por el deseo de encantar, para compartir su pasión, y de comunicar sus valores.
Se hizo la película, para resaltar la historia de Cartier con los 3 países, que ahora son importantes mercados de lujo:
Rusia, China e India.
Y es que en el mundo altamente competitivo y cambiante de lujo, este es un buen recordatorio de lo que tal lujo es realmente.
No se trata de estar en todas partes alrededor de la web, no se trata de Twitter o Facebook…
El lujo se trata de hacer soñar a la gente, y es lo que Cartier nos está dando con L'Odyssée de Cartier.
Y por primera vez en la historia, La Casa Cartier, quiso componer música para su imagen.
Una partitura original, con un tema en 3 ritmos, un alegre vals, que puede ser tocado una y otra vez, y que se adapta a la época, y las localizaciones, tocado en tono mayor o menor, con piano, violonchelo…
La partitura, ha sido creada y orquestada por Pierre Adenot, un notable arreglista e instrumentista, que ha trabajado en numerosas películas.
El tema original de Cartier, se grabó en los estudios Abbey Road de Londres, donde también se han hecho las bandas sonoras de títulos tan conocidos, como las sagas “Harry Potter”, “Star Wars” o “The Lord Of The Rings”
Adenot, dirigió una orquesta de 84 músicos que incluían cuerda, percusión, viento, arpa, y piano.
Además, contó con un coro compuesto por 60 personas, entre mujeres y niños.
“Rediscover the magic of the Maison Cartier… ”
El prestigio, lo ha tenido Cartier desde sus inicios, porque muchas personalidades reales y aristocráticas, has sido clientes de La Maison:
A principios del siglo XX, la compañía es el proveedor oficial de:
Edward VII de Inglaterra, y de Alfonso XIII de España; de Christian Vilhelm Ferdinand Adolf Georg af Slesvig-Holsten-Sønderborg-Glücksborg de Grecia; El Zar Nikolái Aleksándrovich Románov; La Reina Marija Karađorđević Hohenzollern-Sigmaringen und Karađorđević de Rumania; Elisabeth Gabriele Valérie Marie, Duquesa de Bavaria y Bélgica; El Rey Nalt Madhnija e Tij Zogu I, Mbreti i Shqiptarëvet de Albania; El Rey de Siam, pero también en la nobleza de:
Portugal, Serbia, Egipto, o Mónaco.
Más recientemente, El Príncipe de Gales, Charles Philip Arthur George Mountbatten-Windsor, tiene confianza en Cartier desde 1997.
Y es que desde el principio, Louis-François, y Alfred Cartier, tienen de cliente a La Emperatriz Eugénie, que asienta la reputación de joyeros.
La Princesa Mathilde, sobrina de Napoleón I, y primo del Emperador Napoleón III, hizo su primera compra en 1856; y siguió siendo un cliente fiel.
La diadema de La Princesa Marie Bonaparte, con hojas de olivo, marca el esplendor de Bonaparte; que se casó con El Príncipe Georg de Grecia, adornándola con joyas de Cartier.
El impresionante collar de diamantes, con tonos rojos, fue creado para El Maharaja Bhupinder Singh de Patiala, como ofrecimiento a su Maharani.
El Duque de Windsor, bajo la dirección y control de Jeanne Toussaint, regaló prodigiosas joyas para Wallis Simpson, cuyo pin rosa “Flamingo”, el collar pañuelo en “cortina”, el famoso “Panthère” en 3 dimensiones; inclusive la caja de cigarrillos de oro; le dieron a Cartier, conocimiento y fama importante.
La actriz, ganadora del Oscar, Grace Kelly, tuvo una amplia colección de joyas, como su anillo de compromiso, tiaras o broches, diversas insignias, y prendedores, así como otros regalos dados en alusión al nacimiento del Príncipe Albert.
La Duquesa de Cambridge, Catherine Elizabeth “Kate” Middleton, se casó con la tiara “Halo” de Cartier, que data del año 1936, que originalmente fuera encargada por El Rey George VI, para su esposa, Elizabeth.
Pierre Cartier, vendió el diamante azul “Hope”, a un cliente estadounidense, de la alta sociedad, Evalyn Walsh McLean, posteriormente a la actriz Eva Lavallière, o la  socialité Doris Duke, han sido sus clientes.
La artista y cortesana, Agustina Otero Iglesias, llamada “La Belle Otero” multiplicó amantes y joyas, afirmando que:
“Un hombre que tiene una cuenta en Cartier, no puede considerarse feo.
El uso de joyas Cartier, es una forma de reconocimiento al tiempo”
Mucho más tarde, la actriz ganadora del Oscar, Liz Taylor, escribió en su libro:
“My Love Affair with Jewerlry” que su colección de joyas, no es ajena a la marca Cartier, tras recibir regalos de sus esposos Michael Todd o Richard Burton.
De hecho, el collar de 69 quilates de diamantes en forma de pera, que Burton compró a Cartier, se llama “Taylor-Burton”
Otra actriz, Diva del Cine Silente, Gloria Swanson, fue también una devota de La Maison, así como María Félix, que tiene un collar “Cocodrilo”
Brigitte Bardot, recibió de Gunter Sachs, un conjunto de 3 pulseras para su aniversario; e Yves Montand le dio el reloj “Tank” a la actriz ganadora del Oscar, y Diva del Cine Francés, Simone Signoret.
Por todo lo anterior, es imposible no encontrar otro nombre para este cortometraje que no sea una “Odisea”
Y hoy, Cartier forma parte del Grupo Richemont, siendo el 3º más grande en el sector del lujo, con una facturación de 10,150 millones de euros.
El grupo, no da cifras de las ventas exclusivas de Cartier, pero sí informa, de que el 51% de sus ingresos, unos 5,206 millones, correspondieron a sus 2 firmas de alta joyería:
Cartier y Van Cleef & Arpels.
Puede servir, por tanto, de termómetro, el ranking anual de la consultora Interbrand.
En 2013, adjudicaba un valor de marca a Cartier de 5,044 millones de euros, 26% más que en 2012, lo que la situaba en la posición #60, entre todas las firmas del mundo, de cualquier actividad; 4ª en el sector del lujo, y 1ª en el de Alta Joyería.
Con 292 boutiques en todo el mundo, el estado de salud de Cartier, a punto de cumplir 167 años, no parece malo, La Odisea continúa…

“Cartier, It’s a must!”



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