Dangerous

“You delight me!
You have the most amazing lack of humor than anyone I've ever known!”

Se le llama “gafe” a la persona aguafiestas, o con mala sombra, y a alguien que da mala suerte.
La palabra, guarda relación con “gafo”, forma que recoge Sebastián de Covarrubias en su “Tesoro de La Lengua Castellana” (1611)
Ese término, probablemente de origen árabe, se usaba para definir a quienes padecían la enfermedad denominada “gafedad”, más comúnmente conocida como “lepra”
Al ser contagiosa, la dolencia espantaba a cualquiera que se encontrara cerca de uno de los enfermos que la sufrían.
Por la misma razón, hay que alejarse de los gafes, que generan un desastre cada vez que participan en un suceso.
“It's either going to be your life or mine.
If you're killed, I'll be free.
If I'm killed it really doesn't matter.
If we both die-good riddance!”
Dangerous es una película dramática de 1935, dirigida por Alfred E. Green.
Protagonizada por Bette Davis, Franchot Tone, Margaret Lindsay, Alison Skipworth, Dick Foran, John Eldredge, Walter Walker, Richard Carle, Pierre Watkin, entre otros.
El guión es de Laird Doyle, basado en su propia historia, llamada “Hard Luck Dame”
Dangerous estuvo nominada a un Oscar, y lo ganó como Mejor Actriz para Bette Davis; que narra la vida de una estrella de Broadway, Joyce Heath (Bette Davis), todavía joven, pero que ha caído en desgracia, y lleva 2 años sin trabajar.
Hundida en la miseria, se encuentra sola, sufre de alcoholismo, y lleva una vida denigrante.
Víctima de sus males, y quizá de su fortísimo carácter, ella lo achaca a que tiene “gafe”, es cortante, directa, sincera, a pesar de todo, altiva, y muy orgullosa.
A pesar de llevar tiempo retirada, sus seguidores aún siguen recordándola con devoción.
Así las cosas, un arquitecto llamado Don Bellows (Franchot Tone) entabla relación con una famosa actriz, ahora alcohólica y venida a menos, a la que ayudará a volver a conquistar el estrellato.
Pero, al mismo tiempo, su carrera como arquitecto, empieza a naufragar por su relación con ella.
En Dangerous, Bette Davis borda el papel, que seguramente tenía mucho que ver consigo misma, no en vano, interpreta a una actriz teatral, atormentada porque se considera una “gafe”, ya que arrastra a la catástrofe, a todos cuanto se relacionan con ella.
Un “gafe” que, como bien le reprocha, despechado, al final el personaje de Franchot Tone, quizás no un gran actor, pero desde luego, muy sólido y convincente en su papel de hombre atrapado por los peligrosos encantos de la chica, no es sino su propio egoísmo, el impulso que le hace buscar su felicidad, sin dar nada a cambio, a costa de la todos los demás.
De hecho, es ese egoísmo, unido a las consecuencias de sus antiguos pecados que le pasan factura, el que provoca el drama en Dangerous, precisamente cuando todo parecía ir sobre ruedas, en la relación de los protagonistas principales.
Hay quien considera Dangerous, una película menor, aunque personalmente, no creo que sea tan menor como se ha querido hacer ver.
Es cierto que tiene bastante de folletinesca, con ascensos, caídas, y recaídas, muy típico del delicioso cine de la Warner de los 30, pero el tratamiento de una peculiar estrella venida a menos, es bastante fidedigno, y aunque pueda parecer exagerado, es creíble, algo que ha pasado y seguirá pasando, tanto dentro como fuera de la pantalla, inclusive en estos días.
La finalización de la historia, aunque no guste demasiado por ser un tanto “happy end”, sí era del gusto de los miembros de La Academia de Hollywood, toda una ventaja añadida:
Esta vez, la peligrosa Bette Davis, encuentra la redención a sus problemas de alcoholismo y egocentrismo, lo cual tuvo su ansiado premio.
“Desire.
To want something.
To obtain that desire and live up to every moment of it.
And then go on leaving yesterday behind.
On and on.
Higher and higher”
Dangerous es una cinta que sorprende, vista hoy en día; cuesta trabajo creer, que tiene la friolera de 79 años, y te das cuenta del nivel que había alcanzado en aquel entonces, el cine de Hollywood.
La historia, es muy moderna, y la complejidad psicológica de la trama, y en especial del personaje interpretado por Bette Davis, es considerable.
De hecho, en realidad, se trata del retrato, desarrollado a lo largo de todo el metraje, de la complicada personalidad de la protagonista, cuyos matices vamos descubriendo, a medida que avanza la narración.
Dangerous significó el primer Oscar para la 2ª mejor actriz de todos los tiempos, según el American Film Institute, ya que la primera es Katharine Hepburn.
Y dicen por ahí, que Bette Davis consideraba está película mala, o por lo menos mediocre, tanto que se sorprendió al recibir su Oscar diciendo:
“Es un premio de consolación.
Aunque el premio fuera merecido, lo había merecido el año anterior por “Of Human Bondage”
Estaba claro que era Katharine Hepburn quien lo merecía por “Alice Adams”
La frase, está sacada de su autobiografía “The Lonely Life”; de ahí que a esta famosa actriz, no le gustaba perder, ya que formaba escándalos, cuando no ganaba, alegando que La Academia, no le reconocía su talento.
Pero tampoco sabía ganar.
La actriz Bette Davis, no esperaba ni mucho menos esta distinción.
Tanto que acudió a la gala, casi por obligación, y cuando el maestro de ceremonias anunció su nombre, casi no lo podía creer.
A Bette, Dangerous no le gustaba especialmente, más bien todo lo contrario, pero pensó que el Oscar le daría fuerza para luchar contra los abusos a los que la sometía Jack Warner.
Y es que Bette Davis, rechazó inicialmente el guión, pero el jefe de producción de estudio Warner Bros., Hal B. Wallis, la convenció de que podía hacer algo especial al personaje, que había sido inspirado por uno de los ídolos de Davis, la actriz Jeanne Eagels.
Ella se determinó para parecerse a una actriz en bajas horas, e insistió en usar trajes de diseño de Orry-Kelly, apropiados para una mujer que había visto días mejores.
Fue por Dangerous, que Perc Westmore se hizo famoso por el peinado o corte “bob” que le favoreció por el resto de su vida.
La Davis, escribió una carta, en la que le pedía más dinero, más vacaciones, y más poder, para elegir los guiones en los que tenía que colaborar.
Además, también exigió elegir los programas radiofónicos en los que debía intervenir.
Jack Warner no aceptó ninguna de las condiciones de su estrella, y esto abrió una batalla legal, que llegaría a su punto álgido, cuando Warner suspendió a Bette de sus funciones, y ella aceptó la propuesta de un productor polaco, para rodar 2 películas en Inglaterra.
Y es que tiene mucho mérito esta irrepetible actriz.
Sin ser una mujer de gran belleza como Vivien Leigh, Hedy Lamarr, o Lauren Bacall; o de un físico espectacular tipo Virginia Mayo o Sophia Loren, supo hacerse un hueco por su personalidad.
En Dangerous, ella tiene a todos los hombres a sus pies.
Su vitalidad, su arrojo, y la fuerza de su interpretación, son extraordinarias.
Franchot Tone, quien recientemente había completado “Mutiny On The Bounty”, fue tomado de la Metro-Goldwyn-Mayer, para reforzar el valor de marquesina de Davis.
Davis, se sintió inmediatamente atraída por el actor, que se dedicaba a enamorar a Joan Crawford en el momento.
El productor Harry Joe Brown, más tarde reveló, que había sorprendido a Davis y Tone, en una posición comprometedora.
Crawford, aparentemente conocía el enlace, pero no rompió el compromiso.
La mayoría de los biógrafos creen, que este fue el comienzo de la supuesta enemistad entre las 2 míticas actrices.
Son 3 canciones de Harry Warren:
“Forthy-Second Street”, “The Little Things You Used To Do” y “Sweet and Slow” las que se escuchan en la banda sonora de Dangerous.
La otra canción, es “La Marcha Nupcial” de Richard Wagner.
“I am now humiliated to the point where I must thank you!”
En 1941, Bette Davis se convirtió, en la primera mujer en la cúpula de La Academia de los Oscar, y en 1942, en la mujer mejor pagada de los Estados Unidos.
Fue legendario el amor-odio que la unió a sus estudios, Warner Brothers.
Varias veces, inició pugnas legales, porque consideraba, a menudo con razón, que los papeles que le ofrecían, no eran adecuados a su talento.
“Mientras no te vean como un monstruo, no has llegado a ser una estrella en nuestro oficio”, dijo cierta vez.
Con sus 2 Oscar a La Mejor Actriz, de un total de 10 nominaciones, Bette Davis tan solo había sido superada, hasta ese momento, en lo que a estos galardones se refiere, por Katharine Hepburn, que consiguió 4 Oscar en su carrera, de un total de 12 nominaciones, e Ingrid Bergman, que logró 3 Oscar; pero 2 como mejor actriz y uno, a la mejor actriz secundaria, de un total de 7 nominaciones.
Así pues, la ganadora del Oscar en 2 ocasiones, trabajó en grandes joyas del cine, televisión, y teatro, fue la primera persona, en alcanzar las 10 nominaciones a los Oscar por sus actuaciones, siendo además, la primera mujer en recibir el premio a La Trayectoria del American Film Institute.
Y es que con 1.60 de estatura, La Davis fue una de las más importantes actrices que ha conocido el mundo del cine, capaz de provocar con sus interpretaciones, todo un cúmulo de emociones, que perviven y pervivirán en públicos de pasadas, presentas, y venideras generaciones.
Los papeles de mujer peligrosa, malvada, y sin escrúpulos, la convirtieron en una de las actrices más preciadas del celuloide.
A Davis, lo que no le gustaba lo decía, nadie la callaba, quería que todo se hiciera a su alrededor, de la mejor forma posible.
Nunca tuvo pelos en la lengua, ni aceptó que nadie se interfiriese en su camino.
Davis fue calificada, como una perfeccionista, que podía ser muy combativa, y a menudo, se hicieron públicos sus enfrentamientos con ejecutivos de los estudios, directores de cine, y coprotagonistas.
Los testimonios más extremos, son seguramente los de su hija, que escribió en los años 80, el libro “My Mother’s Keeper”, una biografía en la que destacaba los problemas con el alcohol, las amenazas de suicidio frente a la niña, cuando ésta tenía tan solo 8 años.
La hija, dibuja a la estrella de Hollywood, como una neurótica, manipuladora, y malvada, que canalizaba la rabia, abusando de los que estaban más cerca de ella.
Una mujer peligrosa, tal y como señala el título de la película.
“Todos saben, que era una persona muy emocional.
Eso se ve en sus interpretaciones.
Esa intensidad, la ponía también en su vida.
Ella era tal cual, daba igual dónde estuviera.
Cualquier cosa podía desembocar en un gran, gran problema”, dijo entre risas, su 4º esposo, Gary Merrill.  Con todo eso, miles de actrices la tienen como referencia, y copian su técnica y su gestualidad, pero Bette Davis sólo habrá una.
Por muchos años que pasen, dudo que se vuelva a repetir, un talento tan inmenso, como el que tuvo ella.
Para el año 2002, Steven Spielberg compró de forma anónima, El Oscar que Bette Davis había ganado por Dangerous, en una subasta en Sotheby, y lo regresó a La Academia de Las Artes y Las Ciencias Cinematográficas.
La estatuilla, había sido parte de los objetos de interés, mostrados por la cadena de restaurantes “Planet Hollywood”
Cuando Bette falleció, el día 6 de Octubre de 1989, tenía la edad de 81 años.
Está enterrada en el cementerio de Los Ángeles, California.
Y con ella, murieron sus grandes ojos, y su enorme capacidad para destacar por encima de otras más bellas, pero nos dejó todas sus inmensas interpretaciones, y una enseñanza de vida:
El físico no es lo más importante para triunfar en la interpretación.
Gracias por enseñarnos que, la fortaleza y la seguridad, son mucho más importantes, y que con empeño y determinación, todo se puede conseguir.
En su epitafio, se puede leer:
“Lo hizo del modo difícil”

“I'm bad for people.
I don't mean to be, but I can't help myself”



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