The Country Girl

“Let's say I try my small way to help”

Cuando el marido es un hijo más.
Los personajes del célebre cuento Peter Pan, ilustran un comportamiento psicológico, que se da en muchas parejas:
Él es Peter Pan, el adulto que se niega a crecer y asumir responsabilidades; y ella, Wendy, la que asume el rol de madre sustituta, y se hace cargo de todo.
Este síndrome, que fue acuñado en los años 80, por el psicólogo estadounidense, Dan Kiley, sigue vigente, y se advierte cada vez más, sobre su dualidad:
Para que exista un Peter Pan, tiene que haber una Wendy...
Wendy, es el nombre de uno de los personajes de Peter Pan, el ya mítico cuento de J.M. Barrie.
Y Wendy también, alude a un trastorno de la conducta femenina.
Padecen El Síndrome de Wendy, aquellas mujeres que, como la Wendy que imaginó el escritor escocés a principios del siglo pasado, y que Walt Disney adaptó para el público infantil, tienen la tendencia de hacerse cargo de todas las responsabilidades del otro. “
En la relación de pareja, ella ocupa el lugar de madre.
Es un tipo de personalidad, que se encarga de hacer las tareas de un adulto que, como Peter Pan, se niega a crecer, explica Mónica Cruppi, doctora en Psicología Social, y miembro de La Asociación Psicoanalítica Argentina (APA)
El Síndrome de Wendy, se manifiesta en una necesidad absoluta, de satisfacer al otro, principalmente la pareja, y los hijos.
Esta conducta se debe, al miedo al rechazo y al abandono y, por razones culturales, es más frecuente en las mujeres, que en los hombres.
Se trata de una conducta, que aparentemente puede no representar problema alguno, pero que tiene relación con El Síndrome de Peter Pan, que se refiere a los individuos, que no quieren crecer, ni asumir las responsabilidades de la adultez.
Es habitual la existencia de un Peter Pan, que tenga una Wendy, para que haga todo lo que él no hace, y se responsabilice de todo lo que él evita.
El psicólogo Jaime Lira, explica:
“Un Peter Pan, es un varón o mujer, que no quiere crecer, que quiere ser niño por siempre, y entonces aparece como aquel hombre o mujer, que se encuentra detrás, la que se encarga de hacer todo aquello que no hace el primero”
Quienes padecen El Síndrome de Wendy, difícilmente controlan su propio rumbo en la vida, por lo que se enfocan en tratar de controlar la vida de otra persona.
Frecuentemente, el origen de éste síndrome, se encuentra en el pasado familiar de quien lo padece, en donde ésta persona se sintió excluida y desprotegida, por lo que en la edad adulta, compensa la falta de dirección y protección, asumiendo el rol de los padres, que no ha tenido.
Quien padece éste síndrome, difícilmente se reconoce a sí mismo en ésta situación.
Ejemplos del Síndrome de Wendy, serían el padre de familia que prácticamente le hace la tarea al hijo, le despierta todas las mañanas para que no llegue tarde a la escuela, le ayuda en todos sus proyectos, busca hacerle siempre la vida fácil; también, el ama de casa que asume todas las responsabilidades en el hogar, para que el marido y los hijos, no tengan que hacerlo; o un miembro de una pareja que asume todos los deberes, y toma las decisiones.
El individuo, debido a su miedo al rechazo, al abandono, a no sentirse querido, busca exageradamente, agradar a los demás.
Siente una gran necesidad de aceptación y aprobación, que le lleva a querer ser imprescindible, por lo que evita que los demás se molesten, y se esfuerza en complacer sus deseos.
El psicólogo, Jaime Lira, señala como característicos del Síndrome de Wendy, los siguientes comportamientos:
El individuo se siente imprescindible; entiende el amor como sacrificio; puede resignarse al sufrimiento, o bien manifestarlo llorando; evita a toda costa, que los demás se molesten; intenta continuamente, hacer feliz a los demás; insiste en hacer las tareas, y asumir las responsabilidades de la otra persona; pide perdón por todo aquello que no ha hecho, o que no ha sabido hacer; siente necesidad de cuidar al prójimo; termina por asumir el papel de padre o madre de su pareja; se deprime por falta de atención, y depende de la aceptación social, etc.
Para diagnosticar un caso de Síndrome de Wendy, deben aparecer varios de estos síntomas, durante un período de tiempo largo.
Muchas veces, son los mismos afectados, quienes recurren al especialista, porque no saben lo que les pasa, y se sienten mal.
Para quienes sufren este trastorno, su forma de actuar es una necesidad, y no consideran que lo estén haciendo mal, sino que cubren unas necesidades de afecto, pertenencia, y seguridad.
La superación, depende de la capacidad de quien lo sufre, y de reconocer que sus conductas, son equivocadas.
Entonces se trata de establecer relaciones equitativas con las personas; aumentar la autoestima; aprender a decir “no”; madurar, pensar que cada uno es responsable de su vida; no asumir los deberes y responsabilidades ajenas; y ser consciente de que los cambios de hábitos, son lentos.
Estas pautas, sirven como prevención y superación.
La conducta “Wendy” está basada en el miedo al rechazo personal, en el complejo de inferioridad, y el impulso por agradar a todos.
Es por eso que, si se enseña a las personas a desarrollar una sana autoestima, a aprehender unas adecuadas habilidades sociales, que hagan de las relaciones sociales, un foco de satisfacción y gratificación, las personas estarán más preparadas para evitar el sufrimiento que supone este síndrome.
“Does your wife really want you to play this part?”
The Country Girl es una película dramática, del año 1954, escrita y dirigida por George Seaton.
Protagonizada por Bing Crosby, Grace Kelly, William Holden, Anthony Ross, Gene Reynolds, Jacqueline Fontaine, Eddie Ryder, Robert Kent, John W. Reynolds, entre otros.
El director, se basó para escribir el guión, en la obra homónima de Clifford Odets.
Para el año de 1950, el dramaturgo Clifford Odets, publicó “The Country Girl”, obra que profundiza en el dramatismo de la personalidad quebrada, ligeramente representada, en un estilo literario, que lo apartaba del compromiso socio-político que caracterizó a gran parte de su narrativa.
Es un profundo estudio de caracteres, el de esta contundente y apasionada historia, ambientada en la trastienda del mundo teatral, que encuentra su apoyo más firme, en la convicción que despliega el magnífico trío protagonista.
The Country Girl narra la vida de un astro de la música, que ve arruinada su carrera, a causa del alcoholismo.
Dada la época en que se produjo, The Country Girl es reconocida por su presencia real de la época, sus diálogos honestos, y por mostrar los amargos y oscuros pasajes del alcoholismo.
The Country Girl recibió 7 nominaciones al premio Oscar:
Mejor película, director, actor (Bing Crosby), dirección artística B/N y cinematografía B/N; y obtuvo 2 Oscar:
Mejor Guion Adaptado y Mejor Actriz (Grace Kelly); dejando por fuera de juego a:
Judy Garland por “A Star Is Born”, Dorothy Dandridge por “Carmen Jones”, Audrey Hepburn por “Sabrina” y a Jane Wyman por “Magnificent Obsession”
El premio de Kelly, fue una de las estatuillas más reñidas de la historia, ya que se decidió por sólo 6 votos de diferencia, y cuando todas las encuestas habían dado como favorita a Judy Garland, protagonista de “A Star Is Born”
La victoria de Grace Kelly, fue una gran sorpresa, ya que la mayoría de los críticos, y la gente en la prensa, consideraron que Judy Garland ganaría.
NBC incluso, envió a un equipo de cámara, a la habitación de Garland, donde ella se recuperaba desde el nacimiento de su hijo, con el fin de llevar a cabo una entrevista en vivo, por si ella ganaba.
La victoria de Kelly impulsó a Groucho Marx, enviar a Garland un telegrama diciendo, que era “el mayor robo desde Brinks”
Y es que dicho papel, Grace Kelly lo obtendría, tras la salida de la actriz Jennifer Jones, quien en ese entonces, estaría esperando a su tercer hijo.
Como Grace Kelly estaba familiarizada con la obra, mostró un particular interés por participar en The Country Girl.
La MGM se vio en la obligación de prestar a la actriz a la Paramount, debido a que la actriz, amenazó con dejar el estudio, si no le permitían participar en The Country Girl, aunado porque reuniría nuevamente a Kelly, con el actor William Holden.
En esta ocasión, la actriz interpreta a una mujer emocionalmente dividida entre 2 amores.
No obstante, The Country Girl es recordada, porque supuso el espaldarazo definitivo para la rubia del momento, Grace Kelly, que se llevó el Oscar, y que iba ya de camino, a convertirse en la maravillosa musa del Maestro del Suspense.
Alfred Hitchcock y el “marketing” de los estudios, consagraron a la modelo de Philadelphia, como una excelente actriz.
Posiblemente, ella debía conocer sus aptitudes mejor que nadie, y optó por la banalidad más suprema, largándose al Principado de Mónaco.
Allí entre yates, delincuentes de guante blanco, y oropeles, pasó el resto de su “ajetreada” vida, ocupando las portadas de las revistas de sociedad de todo el mundo.
The Country Girl sigue a un actor de teatro, llamado Frank Elgin (Bing Crosby) que lleva una década en decadencia, afectado por el alcoholismo, y con un gran complejo de culpabilidad, debido a la muerte del único hijo de la pareja, oprimido por miedos no admitidos, que camufla bajo un Síndrome de Wendy, Frank se sentirá incapaz de afrontar la nueva situación.
Por su parte, Bernie Dodd (William Holden), su director de escena, y Georgie Elgin (Grace Kelly), esposa de Frank, intentarán luchar por sacarle del triste estado en que se encuentra, aunque las cosas no van a resultar nada fáciles.
The Country Girl es un sobrio drama, sobre la debilidad del ser, y sus devastadoras consecuencias:
Sufrimiento, adicción, resentimiento, pérdida de identidad, depresión, posesividad, sumisión, y vacío existencial.
The Country Girl trata en buena medida, el drama que padecen las personas cuando caen en las redes del alcohol.
En The Country Girl,  el alcoholismo comienza con un dramático suceso familiar, que se agudiza con un gran sentimiento de culpa, y falta de autoestima.
Bing Crosby en esta ocasión, se sale un poco del personaje de comedia romántica o musical, que tanto éxito le dieron, e interpreta el papel dramático a la perfección, y a la vez, la otra versión musical, que acompaña en todo el metraje.
Grace Kelly, es parte fundamental en la historia, con una interpretación dramática, lejos del más puro estilo de comedia dulce, es la mujer que sacrifica su felicidad, por ayudar a su marido, a encontrarse otra vez consigo mismo.
“They all start out as Juliets and wind up as Lady Macbeths”
The Country Girl es un melodrama de los años 50, que adapta una de las obras del dramaturgo Clifford Odets, y que con la regular dirección de George Seaton, queda como el retrato de una esposa ideal en esa década.
Una mujer absolutamente entregada al esposo, a pesar de los pesares, y de los sufrimientos.
Que siempre está ahí apoyándole, y cuidándole, y que aunque esté agotada y desfallecida, finalmente se recupera, y vuelve junto al esposo, entregada y enamorada.
También, merece la pena el retrato que realiza de los recovecos de una producción teatral musical:
Las peleas entre director y productor, los ensayos, el estreno, la espera de las críticas, la gira, el miedo al fracaso, el éxito… y el espectáculo debe continuar…
Como curiosidad, cabe destacar que, William Holden bebía mucho, y tenía grandes problemas con el alcohol.
Al parecer, su fatal muerte ocurrió estando borracho, al golpearse la cabeza accidentalmente con la mesita de noche, seguramente, por su alto estado de embriaguez.
Bing Crosby no es William Holden, pero le da a su personaje, los matices de inestabilidad, fragilidad e inseguridad que necesita.
Detrás de sus problemas con el alcohol, esconde miedos interiores inexplorados.
Por mucho que Grace Kelly se llevara el Oscar, quien realmente merece todos los aplausos, es Crosby.
El “crooner” por excelencia de los años 40 y 50, destila veracidad por los cuatro costados, en un personaje muy difícil de interpretar.
No cae en la afectación tan típica de los malos actores del melodrama; su tristeza es contagiosa, y nos pone el nudo en la garganta, sobre todo, en la conmovedora escena final, donde hace gala de una sutilidad propia de elegidos.
Y claro, luego tiene esas mágicas canciones, con las que es capaz de transportarnos al Nueva York del blanco y negro, en un abrir y cerrar de ojos, aunque en The Country Girl sean secundarias.
Para Crosby, tuvo que ser como dar un puñetazo encima de la mesa, ya que hasta entonces, se había tenido que conformar con comedias musicales, de calidad más que discutible.
Lo cierto es que volvió a ser nominado por 3ª vez al Oscar, en competición con Marlon Brando, que la acabó ganando, por su papel en el gran film de Elia Kazan, “On The Waterfront”
William Holden, hace de un hombre con ambición, un director del método, profundamente resentido por su relación con su ex-mujer, que lo convierte en un misógino obsesionado... una proyección que irradiará sobre Georgie, la cual rompe con el estereotipo que Bernie se ha formado de lo que significa ser mujer; el polo opuesto.
Esto, unido a la confusión que Frank despierta sobre él, el “papel” que un desdoblado Frank, atribuye a su esposa, confirma la imagen deseada por Bernie, hasta el punto de no cuestionarlo.
Cuando comprende que existen otros “tipos” de mujeres:
Leales, decididas... pasa rápidamente del odio al amor... pero:
¿Estaba realmente enamorado?
Georgie, es una mujer abnegada, de fuertes carencias afectivas, que se refugia ante la pérdida de su único hijo, desarrollando su instinto maternal de protección, sobre Frank.
Cuando lo conoció, se sintió atraída por su fragilidad, su inseguridad, asumiendo toda la carga emocional de la relación.
Al final, parece que su vida va a terminar en los brazos de Bernie, buscando ahora ser protegida, y querida.
Sin embargo, el escaso tiempo de dicha relación, era más débil que el amor que aún seguía sintiendo por Frank... tanto que al final, al escuchar la música del piano, necesitó volver a él...
Lo interesante de su personaje, es que no se trata de la típica mujer plana, con unas tragaderas como el túnel del metro, resignada a seguir triste hasta la muerte, porque su deber es, acompañar a su marido en el dolor.
Al contrario:
Georgie Elgin está harta de su matrimonio, de que su marido haya perdido las ganas de luchar.
Incluso, realiza una velada queja, a su escasa actividad sexual, durante su liberadora confesión a William Holden.
Es un personaje con matices, ella no busca la compasión y, al mismo tiempo, tiene mucho miedo a enfrentarse con sus propios fantasmas.
Quiero creer que, fue eso lo que premió La Academia de Hollywood, al concederle el Oscar, y no el simple hecho de que cambiara los vestidos de lujo, por las prendas de segunda mano confeccionadas por la ENORME Edith Head.
Por otro lado, sobre ese famoso Oscar, si uno lee sobre reglón, los diálogos a lo largo de la obra, una puede percibir, cierto aire a “despedida del cine” de la actriz Grace Kelly, que en esos años, había conocido a Rainiero, quien posteriormente se convertiría en su futuro esposo, y Príncipe de Mónaco.
Pero por otro, según cuentan, The Country Girl se queda en la superficie, aunque no deja de tener algunos aciertos en su retrato de un hombre alcohólico, Frank Elgin.
Es de valorar, la personificación que logra plasmar un actor, que no era habitual en papeles dramáticos, como Bill Crosby, y sí que es cierto que, en ciertas escenas, logra imprimir todo el patetismo de un hombre que no logra salir de la pesadilla del alcohol.
Pero se queda en el principio del camino, porque Elgin deja “milagrosamente” el alcohol, aunque advierte a su esposa, que puede recaer de nuevo; así como su fuerte sentido de la culpabilidad, por el descuido que tuvo, que supuso la muerte del hijo, y el principio de sus males.
Después de llevar años y años arrastrando su problema, junto a su esposa Georgie, su recuperación es radical.
Y ése quizás, es el mayor defecto de The Country Girl, los giros radicales y continuos, que hacen que no puedas creerte la trama.
Hubiese resultado más creíble, que después del enorme desgaste de la pareja, entre alcohol, desempleo, muertes, etc., ella se hubiese lanzado a los brazos de Holden, como tabla de salvación.
Porque también, es radical el cambio de relación que se establece entre las 2 personas que quieren ayudar a Elgin:
El director de teatro, que apuesta por él, como actor principal de su obra, y el de su ya cansada y abnegada esposa.
De una relación de odio absoluto y misoginia, por parte del director, que culpa, ayudado por las mentiras que vierte Elgin, para justificar su alcoholismo; a la esposa, a la que ve como dominante y mala influencia, del problema que arrastra al esposo; a de pronto, un amor entregado y absoluto del director hacia la mujer amargada.
Así mismo, la mujer amargada y cansada del esposo, que ya no se arregla, ni se quiere, y que muestra su desencanto absoluto, escena tras escena, con una Grace Kelly despojada de glamour; recupera toda su fuerza, belleza y encanto, por el hecho de volverse a sentir deseada como mujer, por el hermosísimo William Holden… aunque siempre recordándole que ella, es una mujer casada, y por ello “leal, entregada, e inquebrantable…” claro, como debe ser una esposa.
Que aguante “carros y carretas” y que le siga mostrando amor y devoción, al hombre del que se enamoró, aunque le fastidie la vida, que para eso se unieron en “santo matrimonio”
El final, muy correcto para la mentalidad de la época, y de la hipócrita sociedad de los EEUU del momento.
Todo se centra, principalmente, en el sentimiento de culpabilidad que arrastra el protagonista, tras morir su hijo atropellado en el pasado, por un descuido suyo.
El sentirse responsable, le inmoviliza, para ser capaz de hacer algo en la vida, y en lugar de enfrentarse a ello, se da a la bebida.
Este enfoque, sí que es un gran acierto de The Country Girl, y está brillantemente tratado por Seaton, quedando patente en los múltiples problemas que tiene el protagonista, la capacidad de desenvolverse en los escenarios, y volver a ser el que fue.
Aunque no deja de ser entretenido, ver a Grace Kelly sin maquillar, y después con un vestido glamuroso, un moño bien hecho, y un collar de perlas; a un Bill Crosby derrotado; y a un hombre duro y de éxito, pero que esconde un alma romántica, y que pierde en el amor, con el rostro de un siempre eficaz William Holden…
La escena de Frank y Bernie, desvelando aspectos de sus caracteres, en un teatro solitario, repleto de claroscuros, es exaltador de la psicología de los personajes, es de estilo “film noir” con fotogramas de siluetas en la oscuridad escasamente iluminadas.
Una secuencia de principio a fin, memorable.
Para finalizar, The Country Girl incluye, una serie de números musicales, para el lucimiento del protagonista, que no son demasiados, y que son oportunos con la historia.
Especialmente memorable:
“Love and learn” que canta Bing Crosby, cuando se halla en el bar, aliviando sus penas, e interviene en la actuación de una corista...
O particularmente bonito y sentimental, es “It's mine, it's yours”, donde en uno de los ensayos, representa a un vendedor ambulante de sueños.
“The day I met her, she seemed a little difficult about terms and rather domineering, I thought”
Aunque mucha gente piensa, que Grace Kelly conoció al príncipe Rainiero cuando rodaba “To Catch A Thief” (1955), eso no es cierto.
Grace intimó por primera vez con Rainiero, en El Festival Internacional de Cine de Cannes, cuando acudió para publicitar The Country Girl.
La boda, celebrada el 19 de abril de 1956, supuso el fin de Grace Kelly como actriz, y su transformación en Princesa monegasca.
Cuando unos años después, Alfred Hitchcock requirió a su musa, para protagonizar “Marnie”, Grace se mostró muy ilusionada con el proyecto, y con su vuelta al cine, pero su marido, El Príncipe Rainiero, que no deseaba volver a ver a su esposa, junto a un galán cinematográfico en la pantalla, se mostró disconforme, lo que provocó la sustitución de Grace, por la desconocida modelo Tippi Hedren; que había tenido problemas con Hitchcock durante el rodaje de “The Birds” (1964)
En sus biografías, se hablan de muchas cosas, de romances y líos típicos de Hollywood, incluso en su época como Princesa.
Para entonces, en uso de su soltería, la siguiente conquista de Grace Kelly, se convirtió en un escándalo.
El actor, Ray Milland tenía 20 años más que Grace, y estaba casado, como tantos otros, pretendió abandonar a su mujer, y ella, la también actriz, Mal Milland, no lo aceptó.
La señora, montó en cólera, y amenazó con dejarle sin un dólar.
Tenía la sartén por el mango, y todas las propiedades a su nombre, por motivos fiscales, por lo que Ray volvió a casa, con el rabo entre las piernas, y Grace buscó consuelo no en uno, sino en 2 hombres:
William Holden y Bing Crosby, sus compañeros de reparto, en The Country Girl.
El segundo, se limitaba a pasárselo bomba con Grace, mientras que el primero, se enamoró de verdad.
A Holden, le fotografiaron entrando y saliendo de casa de la actriz, con una noche de por medio, ante lo que la familia de ella, se presentó en la revista que había publicado las fotos, para dar a sus responsable, un buen escarmiento.
Crosby, dicen, sorprendió a Grace con Marlon Brando en la cama, poco después de que ambos ganaran el Oscar.
Y por fin, llegó Rainiero.
¿Lo suyo fue un flechazo?
Pues no parece.
Encerrada y sola en El Palacio, Grace Kelly se casó con Rainiero, a los 26 años.
Renunció a su carrera en el cine, y a la que había sido su vida hasta entonces, por un hombre al que apenas conocía.
¿De verdad se querían, o fue todo una campaña de promoción del Principado, orquestada por Aristóteles Sócrates Onassis?
Hay teorías para todos los gustos, pero lo que sí está claro, es que a la actriz le costó muchísimo adaptarse al Palacio.
Debía aburrirse mortalmente, encerrada todo el día, sin amigos, sin saber francés, y sin que su marido le hiciera mucho caso, por las obligaciones de Estado, o por las infidelidades, reales o imaginadas, que La Princesa veía por todas partes.
Cuentan, que había días, que ella ni siquiera salía de la cama, y que lo único que la animaba, era hablar por teléfono durante horas, a los Estados Unidos.
Por suerte, los hijos llegaron pronto, aunque a la larga, acabarían convirtiéndose en su mayor fracaso.
Ante este panorama, resulta difícil creer, que la volcánica actriz, se convirtiera en una casta Princesa.
También, existen listas de posibles amantes después de la boda, aunque su intimidad en Mónaco, estaba mucho más protegida.
David Niven y Frank Sinatra figuran en todas.
La relación con estos 2 célebres mujeriegos, y buenos amigos de Grace, se mantuvo durante años, según cuentan.
También, se habló de los jóvenes, con los que La Princesa podría encontrarse en París, cada vez que huía del opresivo ambiente, de un lugar tan pequeño, como Mónaco, de su relación con una secta llamada “La Orden del Templo Solar” y de su afición por la bebida, que fue aumentando con los años.
Esta provocó, algunas situaciones incómodas, como cuando se le rompió el vestido en una cena con El Sha y, en lugar de taparse, la otrora actriz, reaccionó con una sonora carcajada.
Lo que parece evidente es que, sus últimos años, no fueron fáciles.
Basta recordar, lo que dijo poco antes de entrar en la cuarentena:
“Para una mujer, los 40 años son una tortura, el fin”
Añádanle todos los problemas con sus hijos, y lo mucho que le dolía, cada vez que regañaba a Carolina, por su alocado estilo de vida, y su hija le recordaba su pasado.
En septiembre de 1982, Grace Kelly sufrió un accidente de coche, sobre el que aún circulan innumerables hipótesis, desde que conducía su hija Estefanía, hasta que detrás del fallo de los frenos, estaba la mafia.
Cuentan que La Princesa, siempre tuvo la premonición, de que moriría conduciendo.
Incluso, se lo consultó a un vidente, y su respuesta fue muy clara:
“Si no cambias tus hábitos con la comida y la bebida, vas a sufrir un infarto, y quizá ocurra en un coche”
La versión oficial es justo esa:
Grace Kelly tuvo un pequeño infarto mientras conducía, lo que provocó que el coche se saliera de la carretera, y cayera desde una altura de 30 metros, sin que ella hiciera el menor esfuerzo por frenar su viejo Rover.

“It's a pity that Leonardo da Vinci never had a wife to guide him, he might have really gotten somewhere”



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