Running Scared

“You hear too many stories these days”

Los criminólogos dicen que, aproximadamente el 20% de la humanidad, hace sufrir al otro 80%.
Simplemente, hay seres humanos que, más allá de toda ideología o posición política, étnica, o económica, parecen disfrutar haciendo mal a otros seres, y se muestran especialmente insensibles a su dolor.
El verdadero mal reside en aquellas acciones que causan un daño a otros, y se realizan con conciencia de ello, e intencionalidad, ya sea como fin en sí mismo, o como medio para conseguir otro objetivo, yendo asociadas a una ausencia total de culpa y remordimiento.
Las personas que realizan este tipo de conducta, sufren desde un punto de vista clínico, un trastorno antisocial de la personalidad, y son los también llamados psicópatas.
No podemos negar que el mal, su problemática, sus representaciones más típicas como el infierno, el personaje del diablo, ejerció y sigue ejerciendo una poderosa fascinación sobre el imaginario colectivo.
La noción del “mal” sintetiza por un lado, el carácter “siniestro” del mundo que nos rodea.
Cuando recreamos imaginativamente, por ejemplo el horror, decimos que estamos inmersos en un verdadero infierno gobernado por el mal, como algo exterior a nosotros.
En tanto concepto polémico, tiene un primer sentido, el que tradicionalmente le dieron las instituciones religiosas:
Que el mal penetra en el hombre desde afuera.
El mal está afuera, es cuerpo, cosa, mundo, y el alma ha caído adentro de él.
El mal ha acompañado a la humanidad a lo largo de su historia, y resultaría realmente utópico e irrealista, imaginársela sin su existencia.
Por ello, es tan frecuente encontrarlo en nuestras películas, puesto que son un reflejo de nuestras vidas.
“I just heard shooting across the hall.
1456 Owin's Park Lane”
Running Scared es una película de acción y suspenso, del año 2006, escrita y dirigida por Wayne Kramer.
Protagonizada por Paul Walker, Cameron Bright, Vera Farmiga, Chazz Palminteri, Karel Roden, Johnny Messner, Ivana Miličević, Elizabeth Mitchell, John Noble, Michael Cudlitz, Alex Neuberger, Bruce Altman, Arthur J. Nascarella, entre otros.
Running Scared se desarrolla alrededor de una atmósfera oscura y densa.
Se aleja de una violencia descafeinada, ofreciendo un baño de sangre sin concesiones, que cuenta con secuencias de una violencia contundente e implacable, en las que cada segundo cuenta para salvar la vida.
Intensa, dinámica, violenta y eficaz cinta de acción, que cuenta con algunas pinceladas de suspense, presentando giros arguméntales, que logran mantener el interés a lo largo de toda la trama.
Running Scared es el paradigma de cine estilo “Paul Walker”:
Acción, tipos duros, malos malísimos, y chicas atractivas.
Rodada casi íntegramente de noche, y secundada por un reparto de lujo, Running Scared nos adentrará en los ambientes más sórdidos de la ciudad:
Prostitutas, pederastas, asesinos, proxenetas, bandas mafiosas, policías corruptos y tarados varios...
Wayne Kramer nos muestra, con su temblorosa cámara, todo ese lado oscuro de la ciudad, lo que ocurre bajo la superficie de lo que nos rodea.
Running Scared inicia en New Jersey.
Durante 10 años, Joey Gazelle (Paul Walker) ha llevado una doble vida:
Por una parte, como hombre casado y padre de familia, y, por otra, como sicario de la banda italiana de los Perello.
Todo inicia cuando Joey ordena la muerte de algunos policías corruptos.
Solo que, en vez de tirar el arma del crimen al río, decide guardarla en el sótano de su casa.
Nicky (Alex Neuberger), su hijo de 10 años, y su amigo Oleg Yugorsky (Cameron Bright) lo ven escondiendo el arma.
Cuando Oleg ve a su padrastro Anzor (Karel Roden) golpeando a su madre, Mila (Ivana Miličević), no lo piensa 2 veces:
Roba el arma, y mata al padrastro.
Solo que Anzor, es sobrino de un mafioso ruso psicótico, que desea a toda costa, descubrir quién mató al integrante de La Familia.
De esta forma, luego la mafia, los rusos, y la policía, están atrás de Joey, que necesita recuperar el arma lo antes posible.
Running Scared se desarrolla en 18 horas, en una noche principalmente, y parece mentira todo lo que le ocurre al pobre Paul Walker en tan poco tiempo.
La noche se convierte en una durísima prueba para Joey, por un lado, y para Oleg por otro.
Una noche llena de violencia, sexo, y descubrimientos horribles.
Como Oleg proviene de un hogar desestructurado, con inclinaciones hacia la violencia, parecido al de la niñez de Joey, Kramer traza paralelismos entre su viaje, y el de Joey.
“De alguna manera, es parecido al personaje de “Pinocho”
Él no cree ser un niño real.
No tiene una familia que lo quiera.
Intenta llegar a formar parte de la otra familia.
Está realizando un viaje para completarse, y al perseguirle, el personaje de Paul Walker también realiza en suyo.
Está pulsando alguna tecla de su pasado, cuando también él mismo fue un niño maltratado.
Así que hay varias capas en todo lo que está pasando” dijo el director.
Dudando si Joey trata de protegerle, o de acabar con él, el viaje desesperado del joven Oleg, le lleva a encontrarse con varios personajes de mala calaña, como:
La prostituta Divina (Idalis de Leon), un vagabundo adicto al crack, y Lester, el chulo vengativo (David Wachowsky), así como a los asesinos pederastas:
Dez (Bruce Altman) y Edele Hansel (Elizabeth Mitchell), entre otros.
Como estos personajes son vistos a través de los ojos de un niño, Kramer los ha imbuido a todos, de proporciones y características exageradas, con tamaños propios de un cuento de hadas.
Compara el tumultuoso viaje de Oleg durante la noche, como “una metáfora de cuento de hadas, de un niño que desciende por la madriguera de un conejo, y termina en este mundo, donde se encuentra con todos estos villanos de cuento” dijo.
Incluso, el nombre de la propia ciudad, “Grimley” es un guiño a los cuentos de los hermanos Grimm.
“Well, it's all about the children, and as you can see, there's no Oleg”
Como Kramer trabaja al mismo tiempo como escritor y director, no sólo conoce al dedillo a sus personajes, sino que también, hace el desarrollo de secuencias en viñetas, de casi cada escena de Running Scared, y además, diseña tomas con “steadicam” y con grúa.
Aproximadamente, el 70% del trabajo de cámara de Running Scared, se hace con una “steadicam” y hubo casi 40 complejas tomas con grúa.
En conjunción con la iluminación melancólica, este inteligente y constante trabajo de cámara móvil, y la manipulación del medio, por ejemplo, la cámara manual, la desestabilización de imagen, y el jugar con la velocidad, reafirma el ambiente límite y amenazador de Running Scared.
El cinematografista, Jim Whitaker, alaba especialmente el trabajo de cámara manual, y dice que aporta a Running Scared, una sensación desquiciante de adrenalina.
Por otro lado, el estilo visual de Running Scared, está más próximo a Quetin Tarantino o Robert Rodríguez, que a las anteriores películas de Kramer.
A pesar de esas influencias, el director no se esclaviza en ningún momento, ni a las convenciones del género, ni a ese estilo tan personal de Tarantino, dejando de lado los extensos diálogos que caracterizan a este director, para sostener toda la trama, en el aspecto visual, que es sencillamente demoledor.
Running Scared opera con alto octanaje de violencia, y con una dirección bastante hiperactiva, departe de Wayne Kramer, con todo tipo de cortes con destellos, cambios en la textura de la imagen, juega con luz negra, regresiones, “bullet-time”, etc.
Running Scared además de ser una montaña rusa en términos de historia, también es un festín visual sin duda alguna.
Vemos muchas balas perforar cuerpos, cráneos, golpes bastante fuertes, y muchas personas mueren.
Atención al pasaje de los pedófilos…
Indudablemente, el mejor momento de toda Running Scared, y para todo aquel que la vea, yo lanzo una pregunta:
¿Quién no hubiera hecho lo mismo, como lo hizo el personaje de Vera Farmiga?
Otro de los elementos más originales, y que más caracterizan a Running Scared como producto, es el interés del director, por darle un regusto a cuento, propio de un videojuego.
Running Scared se desplaza por distintas fases, donde los personajes, una vez superadas éstas, se disponen a acometer otras de igual, o mayor dificultad.
Prueba de esto son los impresionantes títulos finales, una autentica maravilla que ninguno debería de perderse.
En lo que respecta al reparto; interpretar el papel de Joey, marca uno de los personajes principales, de las incursiones iniciales de Paul Walker, en un territorio fílmico más maduro.
Aunque Paul Walker no es precisamente un buen actor, he de reconocer que su trabajo en Running Scared me ha resultado grato, y muy alejado de todo lo que ha hecho hasta ahora.
“Paul está fantástico como Joey, en momentos en que se alcanzan altos grados de locura, que no creo que nadie haya podido ver antes.
Es excitante verlo, porque él no es “el chico de oro” que estamos acostumbrados a ver en este tipo de papel”, dice Vera Farmiga sobre la sobresaliente actuación de Walker.
A su lado, nos encontramos con la prometedora Vera Farmiga, un solvente Chazz Palminteri, y con Cameron Bright, uno de los niños más inquietantes de la cinematografía actual, al menos si tenemos en cuenta, buena parte de los papeles que ha aceptado en los últimos años.
Lo que empieza como un thriller ultra violento, de contenido erótico, medianamente alto, porque juro que Walker realiza de verdad sexo oral a Farmiga, en la primera escena familiar de Running Scared, acaba terminando en momentos realmente perturbadores, como la aparición de una familia de pederastas y asesinos, que secuestra a Oleg en un momento del metraje.
Y es que:
¿Cómo se le ocurre a mi querido Paul Walker; que en paz descanse, chuparle toda la vagina a su mujer, encima de la lavadora, cuando su hijo perfectamente podría estar mirando?
Normal que les haya salido así el niño...
Yo creo que hasta el vecino, es más normal...
Especial mención a varias escenas, como:
La fiera caída de bragas del matrimonio, una casa rusa infectada, un vagabundo que susurra, una casa de chocolate y golosinas, y un niño que al fin sonríe, a base de cariño.
Detalles, que junto a una decencia de montaje, un ritmo de mención, y la sensación de absoluto respeto a la historia, exagerada, pero bien exagerada, consiguen un film especial, distinto, muy trabajado, y con giro final que se le puede permitir, porque se lo gana a pulso.
La escena mítica es, indudablemente, el pasaje brutal de los psicópatas de niños.
Esta escena, se erige en medio del metraje, como un cortometraje con vida propia dentro de la historia.
Un niño es rescatado en la noche por 2 “buenos samaritanos” que lo llevan a su casa.
La casa no tiene ni una sola sombra:
Es luminosa en cada rincón, llena de colores vivos, y con una habitación de juegos, llena de disfraces.
Todo sería perfecto, si no fuese por el plástico del suelo, los bisturís en el armario, y las decenas de cintas con nombres de niños que están escondidas.
Todo está inundado de una atmósfera tan positiva, que resulta extrañamente maligno.
El niño se esconde en el baño, sospechando que van a matarle y, entonces, una sombra cruza la ventana.
No es una silueta humana, es un “nosferatu” de orejas puntiagudas, y largos dedos como garras.
Es un detalle sutil pero contundente.
Vemos el mal desde la imaginación del niño, como solo se ven los monstruos que habitan el mundo de la infancia.
Solo por esa escena, creo que merece la pena darle una oportunidad a Running Scared.
Por último, inquietante e irónica, la "muerte" del personaje de Walker, con su final trágico, en ambas, dentro de un carro de velocidad, de color rojo...
“That's real fuckin' original.
What are you, a fuckin' cartoon?”
¿Puede que el director haya querido reflexionar sobre el mal?
En una película llena de gánsteres, proxenetas, drogadictos, policías corruptos, y demás criminales, se introduce la historia de los pederastas, filmada muy bien, la escenografía le da una atmósfera inocente, y a esos 2 sujetos que violan y asesinan niños, y en medio de la otra violencia que nos entretiene, esta violencia llega a molestarnos.
Luego la mujer del protagonista reflexiona, y le dice al personaje de Walker, justificando el asesinato de los pederastas:
“Me encontré con el diablo, se que tu estas en cosas incorrectas, y tratas con personas incorrectas, pero no eres malo”
¿No es como una reflexión, sobre que toda la demás violencia, no es nada comparada con la violencia cometida contra niños inocentes?
¿Que los proxenetas, gánsteres, narcos, no son tan malos como los pedófilos?
El mal siempre estará entre nosotros, punzante, y amargo en su plenitud.
Así como, esperemos, también esté el cine, para dibujarnos una ficción semejante a una realidad, una realidad, en este caso, un tanto oscura y nada agradable, pero necesaria y definitoria de todas nuestras carencias, y de nuestras virtudes.
Y es que no olvidemos nunca, que el cine siempre nos contará una historia:
La nuestra.
Soñada o sentida, fingida o real, odiada o amada, tanto de seres nobles, bellos o valientes, como de seres tristes, pobres, o perdidos.
Y luego, además de todos estos seres, habrá otros, más ajenos, más extraños e incomprensibles en sus acciones.
Pero también hombres y mujeres, también humanos.

“It came with three films:
Speedy Gonzalez, Tarzan Of The Apes, and John Wayne in The Cowboys.
I watched that thing... a thousand times”



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