The Lion In Winter

“I've snapped and plotted all my life.
There's no other way to be king, alive, and 50 all at once”

Henry II Plantagenet, fue un Rey de Inglaterra, Duque de Normandía y Aquitania, y Conde de Anjou; hijo primogénito de Geoffrey V de Anjou, y de su esposa, Matilda de Inglaterra; fue el primer Rey de La Dinastía Plantagenet.
Antes de su llegada al trono, Henry ya controlaba Normandía y Anjou, en la Europa Continental, por herencia paterna; y Aquitania, Guyena y Gascuña, a través de su matrimonio con Aliénor d’Aquitaine, o Éléonore de Guyenne, Duquesa heredera de Aquitania, Guyena y Gascuña, el 18 de mayo de 1152, lo que lo convertía, en el monarca más poderoso de su época, aunque tuviera que rendir vasallaje por los ducados, al Rey Louis VII de Francia, ex-marido de Eleanor, con un Imperio, El Imperio Angevino; que se extendía desde el Fiordo de Solway, casi hasta El Mediterráneo; y desde el río Somme, hasta los Pirineos.
Ya siendo Rey, incorporó Irlanda a sus vastos dominios.
También, mantuvo comunicaciones activas, con El Emperador Bizantino Manouēl I Komnēnos.
Por su parte, Aliénor d’Aquitaine, fue una noble medieval francesa, miembro de La Casa de Poitiers, desde 1137, por derecho propio, Duquesa de Aquitania y Guyena, y Condesa de Gascuña, y que por matrimonio, llegara a ser Reina Consorte de Francia (1137-1152), y luego, Reina Consorte de Inglaterra (1154-1189)
Eleanor, fue una de las Reinas más longevas y poderosas, y sin duda, una de las mujeres más sugestivas e inteligentes de La Edad Media; que finalmente murió a los 82 años, todo un record en aquella época.
Su matrimonio, provocó la unión de sus vastos dominios en Francia, a los que ya poseía el heredero al trono inglés, dueño de Anjou, Maine y Normandía, además del Reino de Inglaterra y Gales.
De este modo, se formó el llamado Imperio Angevino, en el cual, Los Reyes de Inglaterra, aun siendo vasallos del Rey de Francia, controlaban un territorio, 8 veces superior al dominado por Louis VII.
De este matrimonio, nacieron 8 hijos, 5 varones y 3 mujeres.
En su Corte, establecida principalmente en Poitiers, tuvo gran auge la lírica caballeresca, siendo Eleanor, mecenas de numerosos trovadores.
La existencia de una amante de Henry II, provocó el enfrentamiento entre Eleanor y El Rey, y a partir de 1173, Eleanor promovió la rebelión de 3 hijos del Rey, contra su padre.
Tras reprimir la rebelión, El Rey encarceló a Eleanor, primero en Chinon, y luego en Salisbury, donde permaneció bajo arresto, hasta la muerte del Rey Henry, en 1189.
Los 8 hijos fueron:
William, Conde de Poitiers.
Henry, Duque de Normandía, y Conde de Anjou, nombrado corregente de su padre, en 1170.
Matilda, casada con Heinrich der Löwe, Duque de Baviera, Sajonia, y de Brunswick.
Richard, sucesor de su padre en el trono, conocido como Richard Lionheart, en francés, Richard Cœur de Lion, fue Rey de Inglaterra entre 1189 y 1199, siendo el tercer hijo del Rey Henry II de Inglaterra y de Eleanor de Aquitania.
Se cuenta que, Richard I, se involucró en actividades homosexuales, aunque se dice que “el pecado de Sodoma” puede ser interpretado más ampliamente:
La leyenda bíblica se refiere a intentos de violación masculina, pues Richard ya había sido acusado de violar mujeres.
También, era muy natural en esas épocas, advertir sobre los vicios en general.
Además, no hay ninguna prueba fehaciente acerca de aquello, un buen criterio que el mismo medievalista, Franco Cardini, pondría como sincero y serio.
Dada la inestabilidad del matrimonio entre Eleanor de Aquitania y Henry Plantagenet, dado aquél clima de inseguridad, no es raro que Richard encontrase entre los hombres de armas, a sus “mejores amigos”, dado el triste matrimonio de sus padres.
Geoffrey, Conde de Anjou, y Duque de Bretaña por su matrimonio.
Eleanor, casada con Alfonso VIII, Rey de Castilla.
Joan, casada primero con William II “El Bueno”, Rey de Sicilia, y luego con Raymond VII de Saint Gilles, Conde de Tolosa.
John, sucesor de su hermano Richard en el trono, conocido como Johan Sans-Terre en francés, y John Lackland en inglés.
Sucedió en el trono a su hermano mayor.
John, se ganó el apodo de “Sin Tierra”, debido a su carencia de herencia, por ser el menor de los hijos, y por su pérdida de los territorios en Francia; también, fue apodado “Espada Suave” por su conocida ineptitud militar.
Por otra parte, Alais de Francia, era la hija del Rey Louis VII de Francia, y de su segunda esposa, Constanza de Castilla.
En 1169, la prometen a Richard Lionheart, hijo de Henry II Plantagenet.
Éste, la hizo ir a Inglaterra, para hacerse cargo de las tierras que constituían su dote, El Condado de Aumale, y El Condado de Eu; pero desde que Alais era joven, El Rey Henry II abusaba de ella, y la hizo su amante, retrasando el matrimonio.
Por la paz de Ivry, el 21 de septiembre de 1174, Henry renueva a Louis VII, la promesa de matrimonio entre Alais y su hijo Richard.
El Condado de Berry, sería su dote.
En 1177, El Papa Alexander II, intervino para ordenarle, bajo pena de excomunión, a contraer el matrimonio convenido.
Henry renueva su promesa en diciembre de 1183, y en Cuaresma de 1186, más se niega a cumplir sus promesas.
Entre tanto, Alais habría tenido una hija del Rey Henry II, fallecida poco después de nacer.
Por otro lado, Philippe Auguste II de Francia, fue El 7º Rey de La Dinastía de Los Capetos, hijo y heredero de Louis VII de Francia “El Joven” y de Adèle de Champaña.
Ocupó el trono de Francia, entre 1180 y 1223.
Philip Auguste, es uno de los monarcas más admirados y estudiados de la Francia medieval, no sólo en razón a su largo Reinado, sino también, por sus importantes victorias militares y, sobre todo, por el desarrollo de los proyectos llevados a cabo, para asegurar el poder real, frente a los grandes señores feudales.
Los Plantagenet, eran otra de las mayores preocupaciones de Philip Auguste.
Las posesiones de Henry II de Inglaterra y Duque de Anjou, comprendían Normandía, Vexin, y Bretaña.
Tras 2 años de guerrear, entre 1186 y 1188, la situación no terminaba de definirse.
Philip II, intentó aprovecharse de la rivalidad existente entre los 2 hijos del Rey de Inglaterra:
Richard Lionheart, con el que se había aliado, y John Lackland.
Finalmente, se negoció una paz de “statu quo” cuando El Papa Gregorius VIII, llamó a Las Cruzadas, tras la toma de Jerusalén, por parte de Saladino, en 1187.
La muerte de Henry II, en julio de 1189, cerró este episodio.
La partida hacia Tierra Santa era prioritaria.
Cabe señalar, que el primer hijo de Henry II, William, Conde de Poitiers murió siendo niño.
En 1170, el hijo de Henry y Eleanor de 15 años, Henry, fue coronado Rey, otra razón para la ruptura con Thomas Becket, la cual consintieron los otros obispos durante su exilio, pero nunca llegó a reinar, y no figura en la lista de monarcas de Inglaterra.
Se le conoció como Henry “El Joven”, para distinguirlo de su sobrino, Henry III de Inglaterra.
El historiador John Speed, en su obra del año 1611, “History Of Great Britain”, menciona la posibilidad de que, al hijo que murió siendo niño, lo hayan llamado Philip.
Las fuentes que él cita, ya no existen, y en ningún otro trabajo, se hace referencia a su nacimiento.
Los esfuerzos de Henry II, de tomar el control de las tierras de Eleanor, y de su heredero Richard, llevaron a confrontaciones entre Henry por un lado, y su mujer e hijos legítimos por el otro.
El notorio romance de Henry II con Rosamund Clifford, “La Bella Rosamund” de la leyenda, comenzó en 1165, durante una de sus campañas en Gales, y continuó hasta la muerte de ella, en 1176.
Y es que para 1170, el matrimonio de Eleanor y Rey Henry II, se rompe cuando Eleanor descubre la aventura de su marido con Rosamund de Clifford.
Eleanor se instala con sus hijos en Poitiers, separándose de Henry II.
Y Henry intenta conseguir la anulación de su matrimonio con Eleanor, para casarse con Alais de Francia, hija del Rey Louis VII, que estaba prometida a Richard.
Así pues, Eleanor se alía con Louis VII, su anterior esposo, para que apoye a los hijos contra su padre Henry II.
El romance con Alais, continuó algunos años y, a diferencia de Rosamund Clifford, Alais alegó, haber dado a luz un hijo ilegítimo del Rey.
Por su parte, Henry, también tuvo varios hijos ilegítimos con otras mujeres, y Eleanor tuvo a varios de esos niños, criándose en la guardería real, con sus propios hijos.
Algunos, se convirtieron en miembros de la familia en su adultez, entre ellos estaba:
William de Longespee, Conde de Salisbury, cuya madre fue Ida, Condesa de Norfolk; Geoffrey, Arzobispo de York, hijo de Ykenai; Morgan, Obispo de Durham; y Matilda, Abadesa de Barking.
Los intentos de Henry II de dividir sus títulos entre sus hijos, pero mantener el poder asociado a ellos, provocó que trataran de tomar el control de las tierras que les habían asignado, en la llamada “Revuelta de 1173-1174”, lo que era una traición a los ojos de Henry II.
Gerald de Wales, reporta que cuando El Rey Henry le dio el beso de la paz a su hijo Richard, le dijo suavemente:
“Que el Señor nunca permita que yo muera, hasta que me haya vengado de ti”
Cuando los hijos legítimos de Henry II, se volvieron contra él, tenían el apoyo de Louis VII de Francia.
Eleanor, intentó recuperar para su hijo Richard, sus posesiones francesas, pero El Rey Henry, no lo consintió; y se produjo entonces, una rebelión de La Reina, Richard, y su hermano Geoffrey, contra su padre Henry II.
Henry II reprime la revuelta.
Con El Rey, está el hijo pequeño, John.
Como castigo, Eleanor es encerrada en Salisbury, hasta la muerte del Rey en 1189.
Y 10 años después, al llegar La Navidad, invita a su esposa la Reina, al castillo Chinon, en Francia.
Para entonces, El Rey ya tenía como amante a Alais, hija de Louis VII de Francia, y por tanto, hermana del Rey Philip II de Francia, que también es invitado de Henry, y que debe escoger su sucesor de entre los 3 hijos.
Al final de la historia, Henry “El Joven” murió en 1183, y luego de su muerte, hubo una lucha de poder entre los 3 hijos restantes.
Henry quería que John fuera su sucesor al trono, siempre lo había querido más que a sus otros hijos, pero Eleanor favorecía a Richard.
Geoffrey intentó superponerse a John y Richard, pero no tuvo éxito.
En 1186, un caballo aplastó hasta la muerte a Geoffrey II, Duque de Bretaña.
El tercer hijo de Henry II, Richard Lionheart (1157-1199) con la ayuda de Philip Auguste de Francia, atacó y derrotó a su padre, el 4 de julio de 1189.
Henry II, murió en El Castillo de Chinon, el 6 de julio de 1189, y yace en La Abadía de Fontevrault, cerca de Chinon y Saumur, en la región de Anjou, hoy en día, Francia.
El hijo ilegítimo de Henry II, Geoffrey, Arzobispo de York, estuvo con él todo el tiempo, y fue el único de sus hijos, en asistir a su lecho de muerte.
Sus últimas palabras, según Gerald de Wales, fueron:
“Ha caído la vergüenza sobre este Rey derrotado”
Richard I de Inglaterra, Richard Lionheart, se convirtió en El Rey de Inglaterra, desafortunadamente para Henry II, que siempre había querido que su hijo mejor, John, le sucediera.
Lo cual ocurrió a la muerte de Richard, el año 1199, superando los reclamos de los hijos de Geoffrey, Duque de Bretaña, Arturo I Duque de Bretaña, y Eleanor de Bretaña.
Es muy complicado saber, si los Reyes, no solo actualmente, sino en La Edad Media, sentían algo la una por el otro cuando se casaban.
La mayoría de las uniones, respondían a razones de estado, y a las ambiciones de los padres.
Es de suponer, que para ellas tenía mayor importancia que para ellos, más que por otra cosa, porque los Reyes hacían cuanto les daba en gana, por ser regentes y hombres, y para ellas, que tenían que mantenerse puras y virginales, salvo algunas excepciones, él era el primero, y eso para la mayoría de las personas, tiene mucha importancia.
No pasó así para Eleanor, que según la leyenda, se quedó prendado de Henry, cuando entró en La Corte de Francia, bueno, seamos sentimentales, y creámonoslo.
Pero con el tiempo, El Rey se cansó de ella, y empezó a tomar amantes.
“I'm vilifying you, for God's sake, pay attention!”
The Lion In Winter es una película de drama británico, del año 1968, dirigida por Anthony Harvey.
Protagonizada por Katharine Hepburn, Peter O'Toole, Jane Merrow, Anthony Hopkins, John Castle, Timothy Dalton, Nigel Terry, Nigel Stock, entre otros.
El guión es de James Goldman, basado en la obra teatral del mismo título de James Goldman; la cual narra las circunstancias políticas del Reino de Inglaterra, a fines del siglo XII, para decidir la sucesión del Rey Henry II.
The Lion In Winter obtuvo 3 premios Oscar:
Mejor Actriz (Katharine Hepburn, exaequo con Barbra Streisand por “Funny Girl”), Mejor Guión Adaptado, y Mejor Banda Sonora Original para John Barry; de 7 nominaciones:
Mejor película, director, actor (Peter O’Toole), y vestuario.
El premio Oscar para Katharine Hepburn, representaba la 3ª vez que era ganadora de la estatuilla; y es que ese año, en La Ceremonia de los Oscar, se produjo el 2º empate en la historia de las votaciones, para otorgar el premio, en este caso, el Oscar a La Mejor Actriz, por lo que el premio fue compartido, para Katharine Hepburn por The Lion In Winter, y para Barbra Streisand por “Funny Girl”
Ya que el primer empate, se produjo en 1931, en El Oscar al Mejor Actor, que tuvieron que compartir:
Frederick March por “Dr. Jeckyll & Mr. Hyde” y Wallace Beery por “The Champ”
Pero ha sido la primera, y única vez, en el que la estatuilla se repartió de manera “ex aequo” en esa categoría.
Hepburn, como era habitual, no asistió a La Ceremonia, pero como comentó en su autobiografía, The Lion In Winter había sido uno de sus mejores rodajes, habiéndole llegado en uno de los momentos en los que más lo necesitaba.
The Lion In Winter se convirtió también, en la primera aparición cinematográfica de Anthony Hopkins, y en debut cinematográfico de Timothy Dalton, uno de los James Bond, así como de Jane Merrow, y Nigel Terry.
The Lion In Winter se rodó en Francia, en La Abadía de Montmajour, y El Castillo de Tarascón; en Irlanda, Gales, y en los  Estudios Admore de Irlanda.
The Lion In Winter sigue a Henry II, (Peter O'Toole) Rey de Inglaterra, cuando celebra la fiesta de Navidad de 1183, y ordena que su esposa, Eleanor de Aquitania (Katharine Hepburn), que salga del encierro donde la tiene desde hace 10 años.
En El castillo de Chinon, hoy en día Francia, donde Henry vive con su amante Alais, (Jane Merrow), reúnen a sus 3 hijos, a cual peor:
El mayor y valiente Richard (Anthony Hopkins), enamorado del Rey francés.
El manipulador y oportunista, Geoffrey (John Castle)
Y el joven débil y glotón, John (Nigel Terry)
Para decidir, quién le sucede en el trono.
Entre Eleanor y Henry, surgirá una disputa por la sucesión del trono:
Richard es el preferido de su madre, y John el de su padre.
El Rey Philip II de Francia (Timothy Dalton) visita al Rey inglés, para solucionar el problema de su hermana Alais, prometida como futura esposa de quien sea el futuro Rey inglés, y convertida ya, en amante de Henry II.
Tras una serie de complots, El Rey de Francia, le descubre a Henry, las ambiciones de sus hijos, y él reniega de ellos, y de Alais, tras una discusión con Eleanor.
El Rey, obliga a marchar a Philip II de Francia, y a Eleanor de Aquitania, pero le promete a ésta, que podrá volver junto a él para La Pascua.
Como dato, en una conversación entre Philip II y Richard, hacen alusión al hecho de que habían sido amantes.
The Lion In Winter consiste en la lucha por el poder, de todos contra todos.
La cuestión en liza, es la lucha feroz por el trono, llegando hasta la sinrazón, y el desprecio por los lazos de padres, hijos, y hermanos.
Todo vale.
El castillo en el que tiene lugar toda la acción, hace de ratonera, a unos personajes que a lo largo de la historia, se irán despojando, y sacando sus cartas, en una partida dominada por la ambición inacabable, y las rencillas por el poder.
Es entonces, cuando durante 2 horas, el espectador se ve sumido en una vorágine agobiante y demoledora, mientras la mezquindad, la inquina, el egoísmo, y la maldad, salen de su escondite, y los personajes quedan retratados, sin ningún tipo de caridad.
Desoladora y aciaga, cuando las peores y más bajas pasiones humanas se desvelan poco a poco, esta obra acorrala a sus personajes, para que por inercia, vayan delatando que, tras esa cascada de mezquindades y afanes míseros, se ocultan una serie de rencores, secretos, y cargas pretéritas, nunca confesables, que los impulsan a actuar, unos contra otros, según convenga en cada instante, a sus codiciosos intereses, deviniendo una película llena de impetuosidad, y a la vez transparente.
The Lion In Winter muestra el ambiente opresivo de reproches, traiciones, envidias, celos, odios, engaños, y deslealtades, que envuelven la vida de la familia durante la reunión.
La madre, apoya la candidatura de Richard, porque le devolverá libertad y rango; y desea una resolución rápida del tema, que aleje a Alais de Henry.
El Rey, dice que prefiere a su hijo menor, John, pero amaga sus intenciones con mentiras.
Philip, los 3 hermanos, y la Reina, urden una conspiración contra Henry, sin contar con la capacidad de reacción de éste, y su astucia.
La acción, se sustenta en la complacencia del Rey, en ver cómo sus hijos luchan por ambición.
Le gusta que sean aguerridos y despiadados.
El Rey juega con la ventaja de su poder y experiencia, superior inteligencia, capacidad de sorpresa, y sentido lúdico.
En el trasfondo del drama, se hallan 2 hechos:
El Reino de Henry II, es el más grande y poderoso del mundo, y es firme el propósito del Rey, de no dividirlo entre los hijos, como hiciera El Rey Lear.
En el curso del debate/disputa/juego, El Rey engaña y zahiere a los suyos, mientras a su vez es víctima de los dardos que éstos concentran sobre sus puntos débiles:
El recuerdo de su antigua amante, Rosamund Clifford, y sus remordimientos por el asesinato de Thomas Becket.
The Lion In Winter, se sitúa ya, en los últimos años del reino de Henry II de Inglaterra.
Rey poderoso de La Edad Media que conoce los tejemanejes del poder.
Como dice en más de una ocasión, “sabe cómo jugar la baraja”
Es perro viejo, y sabe de negociaciones, juegos y manipulaciones, para mantener el poder, y curiosamente, también la paz.
Que ya dice en propias palabras, que está cansado de lucha y conquista.
Ahora quiere que su reino, se mantenga intacto en uno de sus hijos, en aquel que le suceda.
Y para eso, organiza “el gran juego”, un gran tablero, a quien invita a varios, sólo pide que jueguen como él, o mejor que él.
No hay reglas, vale la traición, la manipulación, el complots… y de vez en cuando, algún atisbo de sentimiento, la consciencia de que todo, es un gran juego.
Henry II, en plena Navidad, se deja acompañar de otra jugadora, y rival increíble:
Su señora esposa, Eleanor de Aquitania, a la que tiene encerrada en un castillo, y tan sólo en ocasiones como ésta, la llama para que acuda.
Y Eleanor, mujer inteligente y de artes, sabe de juego.
Vaya si sabe, y desentierra todas sus armas, porque en tantos días de encierro, tiene tiempo mucho tiempo para pensar, y pensar…
Ambos se divierten, ambos se dañan, ambos son perros viejos, tan sólo a veces, se desnudan y se quitan las máscaras, y se reconocen que se admiran, y que hay algo llamado “cariño” que quizá los una más de lo que piensen, aunque siempre luchen a través de la dialéctica y del lenguaje.
Para que el tablero esté completo, faltan los más jóvenes.
Los hijos, El Rey joven de Francia, y la hermana de éste, que se convertirá en la futura esposa del sucesor al trono.
Henry deja claro un asunto:
Se parece al Rey Lear, en cuanto a reino enorme, y tiene a hijos que ama… pero él no va a dividir en ningún caso el reino.
Y quiere que sus hijos luchen, manipulen, y le traicionen, que aprendan el juego de la política, y la negociación.
Las piezas ya están puestas.
Eleanor de Aquitania, apuesta para el reino por su hijo al que ama, ambos mantienen una relación de amor-odio, digna del castillo donde acontece.
Richard, que será en el futuro Richard Lionheart.
Y Henry apuesta por el hijo pequeño, adolescente tontorrón, pero con la suficiente malicia para reinar, John que será John Lackland.
En medio queda, el manipulador e inteligente Geoffrey, que juega a quedar al lado de quien ostente el poder, él es cerebro que manipula con cuál de los 2 hermanos, podrá pensar y gobernar mejor en su sombra…
Después, están otras 2 piezas fundamentales:
Las relaciones internacionales, representadas por los 2 hermanos franceses.
Por una parte, el joven Philip, que ya está entrenado en el juego, y aprende rápido, llega a Chinon para que se cumpla el trato, para eso, entregaron a la hermana, de matrimonio, de la joven Alais, con dote incluida, con el futuro sucesor, y él quiere que ese matrimonio obviamente, le beneficie en un futuro.
Y ahí está la joven Alais, que no la gusta ser peón, siempre movido por unos y por otros, ella se encontraba bien en su papel de nueva amante de Henry II… y por tanto, también jugará para dejar de ser empleada, como mera pieza de juego.
Resulta sorprendente, en una película medieval, la carencia casi absoluta de gestas, batallas, y torneos, aunque todo es psicológico, mental, y de lenguaje, con diálogos más filosos que espadas.
The Lion In Winter es una película histórica, porque se desarrolla allá por el siglo XII, y porque sus personajes, existieron en la realidad, pero el verdadero tema de fondo, es intemporal:
La ambición.
En definitiva, se trata más que nada, de un complejo drama psicológico, que desgrana un complicado retrato de las difíciles relaciones paterno-filiales, cuando lo único que mueve a los individuos, es la sucesión al trono, y aprenden a desechar todo escrúpulo, para lograr su objetivo.
Está claro que, a ninguno de aquellos señorones, les importaba un pepino su pueblo, mientras ellos tuvieran la corona, sin preocuparse de que tenían un reino que sacar adelante.
“I wonder... do you ever wonder... if I slept with your father”
The Lion In Winter es una película sobre el poder; y está dirigida por Anthony Harvey, de manera correcta y clásica, pues no volvió a encontrarse material y reparto igual.
Agobiante, con diálogos repletos de amargura y sarcasmo, y complejas relaciones en las que un frágil cariño, la falsedad, y la desconfianza, se dan la mano, y son inseparables, todo sazonado por muy buenas actuaciones, sobre todo, del dúo protagonista:
Katharine Hepburn y Peter O'Toole.
La obra en la que está basada, es realmente divertida y brillante, en su reflexión y readaptación de las historias de enrevesadas disputas cortesanas, bebiendo abiertamente, de obras del propio William Shakespeare, para configurar una narración trepidante, y fundamentalmente basada en el entretenimiento.
Sin duda, el interés de The Lion In Winter, lejos de estar en la traducción de la escenificación teatral, al lenguaje cinematográfico, reside en el excelente trabajo de sus 2 actores protagonistas, sin los cuales, creo que sería una obra muy menor.
Tanto Peter O’Toole, como Katharine Hepburn, ya estaban bastante mayores, incluso, en alguna escena, se aprecia en ella, un principio del Mal de Parkinson, la enfermedad que padeció durante muchos años hasta su muerte.
Con ello, sólo quiero decir que, la experiencia y el bagaje de ambos, acumulados a lo largo de sus largas, e intensas carreras, se notan, y de ello se beneficia The Lion In Winter, porque ambos nos regalan, sendas interpretaciones de lujo.
No hay que olvidar que, excepto La Hepburn, todos los demás ahora conocidos actores de cine eran, sobre todo, en aquella época, curtidos actores de la escena británica, lo que ya de por sí constituye una garantía de calidad, en casi todos los casos.
Eleanor de Aquitania, es tan maquiavélica y vulnerable a la vez, tan magnética y detestable, tan fuerte y débil.
Está totalmente hipnótica, y auténtica.
Sin ella, The Lion In Winter no sería casi nada.
El rodaje de The Lion In Winter, le llegó a la Hepburn, en una época crítica, en la que todavía, intentaba superar la muerte de Spencer Tracy.
Por otro lado, Peter O’Toole, irrumpió en el rodaje, como una estrella consagrada, que había probado las mieles del éxito en “Lawrence Of Arabia” (1962), teniendo fama de neurótico, insoportable, y tiránico, además de sufrir una etapa de alcoholismo, que ponía en peligro su salud.
Quien iba a decir, que surgiría una gran amistad entre ellos, sin ningún componente sexual; entre un actor, 24 años más joven, alcohólico y excéntrico; y una actriz madura, que intentaba superar la pérdida de una persona querida, el amor de su vida; y ambos, con un ego interpretativo impresionante…
El rodaje, tenía pinta de ser un infierno, pero no, O’Toole y Hepburn, se peleaban, pero siempre terminaban bien, ella lo manejaba como quería, sobre todo, porque tenía mucha mano, siempre lo llevaba al huerto, y se burlaba de él, pero afectuosamente, es más la lucha interpretativa, la chispa que saltó entre ellos, fue lo que la sacó de la depresión.
A Katharine, uno de los aspectos que más le gusto de The Lion In Winter, fue el rodaje en Irlanda, un lugar en el que disfrutaba, y en el que se bañaba 2 veces, en las frías aguas del mar, por la mañana, y después de comer.
Hepburn se lo pasó tan bien, que se sintió triste cuando acabó el rodaje, días que habían tenido sobre ella, un gran efecto balsámico; ante la sorpresa de O’Toole, que estaría bebiendo sus copas.
Así, el espectáculo está servido, en una película de intérpretes, que se trasmutan en sus personajes.
Peter O’Toole inmenso, bestial, y a veces tierno, Rey del juego del poder, como Henry II.
Katharine Hepburn, ofrece magnífico retrato de una Eleanor inteligente, pero también trágica, como cada uno de los personajes.
Entre los hijos, vemos a un joven Anthony Hopkins como Richard, y a otro más joven, el bellísimo Timothy Dalton, como El Rey de Francia.
El guión, no oculta aspectos interesantes de ese reino.
Aunque sólo aparecen 3 hijos, siempre se nos informa, de manera sutil, que son muchos los vástagos que Eleanor ha dado a Henry II, y a su ex marido, sólo mujeres, por eso no se mantuvo ese matrimonio, como dice con ironía Eleanor:
“A eso queda relegado mi sexo”; el anterior Rey de Francia, y contrincante de Henry, como ahora el sucesor, y joven hijo del francés, Philip.
Nos habla también, de la ilegítima, de la amante que parece ser más amó, Henry II que ya ha muerto, la bella Rosamund, y también de sus enfrentamientos con la iglesia y Thomas Becket.
Curiosamente, Peter O’Toole, años antes, había sido un Henry II, que se enfrenta al amigo que es La Iglesia, Becket con cara de Richard Burton.
En The Lion In Winter, se encuentra la austeridad de La Edad Media, en El Castillo de Chinon, en sus ambientes, en esas comidas que se celebran, en los ropajes de los protagonistas… no hay nada mítico, de corte elegante.
Es ruda y dura, como ese Rey, que tiene más de 50 años, y sigue vivo con un gran reino.
Ya lo dice Eleanor:
“Ya lo sabe el mismo, siempre supo jugar”
Es muy comprensible, que haya gente a la que le moleste, la excesiva sobriedad de los decorados, que parecen de cartón piedra, que los trajes parezcan simples disfraces, y que se note perfectamente, que las barbas de Peter O'Toole y Anthony Hopkins, son postizas.
Pero para mí, es parte de la perfección de The Lion In Winter.
Pero en última instancia, The Lion In Winter pertenece a Katharine Hepburn, en la que para muchos, es su mejor interpretación.
Un año después de morir Spencer Tracy, pone todo en esa Eleanor de Aquitania, su inteligencia, su astucia, su desesperación, su sufrimiento, su voz, su vida...
No cabe duda, de que con papeles como este, Katharine Hepburn consigue lo que Henry II le propone a Eleanor:
“Vivir eternamente”
De todas formas, me hubiera gustado que el director, destacara la enorme personalidad de Eleanor de Aquitania, madre de Richard Lionheart, y esposa por elección, de Henry II de Inglaterra; en su aspecto más positivo, por lo que significó históricamente, como una de las precursoras del feminismo, por su cultura e ideas libertarias, más propias del siglo XX, que del XII, además de genial mecenas para artistas y trovadores, en una época donde bien falta hacía gente como ella, y donde la mujer, era sometida poco menos, que a la condición de esclava.
Aunque The Lion In Winter tiene alguna escena en exterior, muy pocas, salta a la vista, que es una obra de teatro y, en algunas ocasiones, los planos y la disposición de los actores, resultan totalmente teatrales.
Hay una escena en concreto, cuando van a obligar a Alais, la amante del Rey, a casarse con el hijo mayor, Richard, cuando lo previsto era que se casara con el menor, John; en que están todos los personajes principales de la obra:
El Rey, La Reina, sus 3 hijos, la amante del Rey, y El Rey de Francia, y todos, absolutamente todos, están en fila india, horizontal, hablando hacia adelante, como si estuvieran en un escenario, de cara a los espectadores, y cuando los actores “salen” de escena, lo hacen como lo harían en un escenario, lo que se llama “hacer mutis por el foro”
Resulta raro ver esto en una película, pero a mí, me pareció genial.
También, resulta muy teatral, la escena en el cuarto del Rey de Francia, con los personajes entrando en él, y escondiéndose tras un tapiz, o una cortina, cuando llega otro, todos ellos, conspirando unos contra otros, con El Rey de Francia como eje, hasta que finalmente, acaban todos los personajes masculinos juntos.
Esta escena, además, es particularmente interesante, porque es la que deja entrever, la homosexualidad de Richard y de Philip.
Y de fondo, la música de John Barry, que ya grita su presencia en bandas sonoras.
La música, ofrece una partitura de orquesta y coros, que evoca las melodías del siglo XII, con formas solemnes, tonos religiosos, aires dramáticos, y ribetes fúnebres.
Barry innovó ya desde los créditos, con unos sobrios coros en latín, con las voces de La Academia Monteverdiana, en un penetrante corte de viento, donde incluso, utiliza un sintetizador “Moog”
Aunque la pieza más recordada, es la llegada de Eleanor a Chinon, con unos coros mixtos, que realzan las escenas, hasta límites insospechados.
“When the king is off his arse, nobody sleeps!”
El dulce hogar de una familia, es también un nido de víboras, en el que todos están listos para morder, a la primera oportunidad.
Relaciones muy conflictivas, en las que si alguna vez ha existido amor, es un amor falso y traicionero, que va acompañado de veneno, y de maquinaciones.
Cruel maquinaria del poder, en la que los seres humanos quedan reducidos a títeres, que venden su alma, a cambio de territorios, alianzas, ejércitos, y dominio.
En aquellas familias reales, en las que se mamaba una monstruosa sed de poder desde la cuna:
¿Cabía esperar otra cosa?
Cuando el mismo Papa de Roma, estaba corrupto hasta la médula, y vendido al mejor postor, que le sentaba en el trono de San Pedro, cuando las grandes potencias europeas, guerreaban continuamente entre sí, para obtener más territorios, y más poder:
¿Cabía albergar algún atisbo de moral y honradez en Papas, Reyes y demás peces gordos, que movían los hilos de todo el continente?
Todos los seres de esta familia, que se juntan en ese castillo por Navidad, son seres inmundos, egoístas, vanidosos, maquiavélicos, cabrones, desleales, traidores compulsivos, vigorosos... pero sobre todo, son seres cerebrales, e inteligentes.
Donde en cuestión de segundos, y con un par de palabras, sus personajes pasan de la grandeza a la miseria, del amor al odio, de la conquista a la venganza, donde unos potentes sentimientos, esconden aún más, potentes resquemores.
Aquí, nos encontramos con la familia más malsana y perniciosa, para ella misma, que haya visto en el cine:
La familia de Reyes.
Un auténtico nido de víboras, que resulta un deleite observar.
Un lugar donde todos conspiran contra todos, por un pedazo de tierra y mar, por un legado, por un título.
Un lugar donde el amor y el desamor, es usado como arma de conquista nobiliaria, donde los besos, se dan intensamente de lado, los cuernos se exhiben para embestir, y las muertes, poco importan, si de ellas se saca una provincia más.
Esto no es una familia, es una auténtica bomba de relojería.
Nada más alejado de la realidad actual.

“In my time I've known contessas, milkmaids, courtesans and novices, whores, gypsies, jades, and little boys, but nowhere in God's western world have I found anyone to love but you”



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