The Nativity Story

“Are you frightened?”

De manera oportuna, me remito presentarles “El Pesebre” en la obra pictórica de Bartolomé Esteban Murillo:
“La Adoración De Los Pastores” que es otro de los elementos pedagógico, espiritual, antropológico, cultural, y artístico, que acompaña la celebración católica navideña de La Venida de Jesús; aclaro que la fecha del natalicio es ambigua, y no pretendo crear polémica en ese aspecto, por el momento, pero si reconozco que la celebración de la Natividad, es una creación muy antigua, popularizada por San Francisco de Asís, en el año 1223.
Resulta que el “poverello” visitó al Papa de su tiempo, Honorio III, y le manifestó sus planes de hacer una representación escénica de La Noche de Navidad.
Salió de Roma, y en La Nochebuena, en Greccio, Italia, Asís construyó una establo con la cuna de Jesús, y agrupó en adoración silenciosa a su alrededor, a María y a José, al asno y al buey, y a los pastores con sus ovejas, que contemplaban admirados y gozosos al recién nacido.
A partir de entonces, a raíz de una experiencia mística que recibió Francisco, de tener al Niño Jesús entre sus brazos, con inefable resplandor, la devoción al pesebre se extendió por todo el mundo cristiano conocido.
El pesebre, es el lugar hecho cuna, donde comían los animales; por tanto, el establo era el recinto más amplio que contenía animales y pesebres.
Así se comienza a armar en la tarde anterior al primer domingo de Adviento, tiene su cumbre en La Nochebuena, y los 8 días siguientes de La Octava de Navidad, y dura en nuestras casas y templos, hasta el domingo posterior al 6 de enero, a la fiesta de Epifanía, o de Reyes, en que se celebra El Bautismo del Señor.
Entonces, termina el tiempo litúrgico de Navidad, y comienza el Tiempo común, ordinario, o de “orden”, en el que vamos meditando “ordenadamente” la vida y los misterios de Jesús.
Por supuesto, que el personaje principal de la representación, que aparte de estática, puede ser también “viviente”, es el Niño Jesús, el Mesías esperado de Israel, que conviene entronizarlo en su cuna-pesebre en La Nochebuena, si es posible en familia, y proclamando alguna oración, o lectura bíblica del nacimiento.
Esto “centra” la atención de la celebración familiar navideña, en quien es el “Centro” de la misma, cosa que tan desdibujada parece a veces, y que conviene recobrar en su sentido trascendente.
Aclarado que el niño Jesús, es el centro de la celebración, nos metemos en los demás personajes:
José, su papá virginal, por quien le llega la ascendencia real davídica, propia del Mesías esperado.
María, la Madre Virgen, que da la naturaleza humana, a aquel a quien el Espíritu Santo da la naturaleza divina en su seno.
Y los pastores de ovejas de Israel, el pueblo elegido, y que por tanto, entendían de apariciones y mensajes angélicos, pues El Antiguo Testamento está lleno de ellos, que humildemente, y con el corazón abierto, acuden a adorar al Salvador esperado.
El burrito y el buey, no es simplemente una cuestión folklórica, es una cuestión bíblica, donde se dice que el buey conoce a su amo, y el asno al que le da de comer, pero Israel, y aquí colocamos el nombre de cada uno de nosotros, no conoce a su Señor.
Queda como mensaje que, así como el burrito y el buey, infaltables bíblicamente en la representación navideña, seres sin inteligencia, conocen a sus dueños, y a quienes los alimentan, así también nosotros, seres inteligentes, debemos conocer a aquel que es nuestro dueño y Señor, aquel que dice en el sermón de la Montaña:
“Que es capaz de vestirnos como lo hace con los lirios hermosos del campo, y de alimentarnos como lo hace con los gorriones que revolotean por los aires”
“How is he to believe this?”
The Nativity Story, es una película dramática, del año 2006, dirigida por Catherine Hardwicke.
Protagonizada por Keisha Castle-Hughes, Oscar Isaac, Shohreh Aghdashloo, Hiam Abbass, Shaun Toub, Alexander Siddig, Said Amadis, Ciaran Hinds, Sami Samir, entre otros.
El guión es de Mike Rich, sobre los textos originales bíblicos de Mateo, Marcos, Lucas, y Juan.
“Me encontré atraído por las sorprendentes decisiones, y elecciones que María y José tomaron, dependiendo únicamente de su fe en Dios, y en el otro.
El problema es que existe muy poco material de referencia sobre María, y mucho menos aún sobre José y, por tanto, lo que tuve que hacer fue, indagar en la realidad sociopolítica y cultural de la época.
La investigación, realmente me dio mucho trabajo, porque me mostraba la realidad de la época, y de ahí pude comenzar a hacerme una idea, de lo que María tuvo que pasar”, dice Rich.
El guionista, Mike Rich, es un libretista cristiano, evangélico para más señas de Hollywood.
Ha declarado, que dedicó 11 meses a leer las escrituras, libros relacionados, y consultar con eruditos bíblicos.
Buscó consejo en la organización protestante National Religious Broadcasters, y en la popular predicadora evangélica, Anne Graham Lotz, pero también, en un sacerdote católico, profesor de teología en la Universidad Católica de Portland.
Según sus propias palabras:
“Desde el principio, quisimos que el guión pasase por tantas manos como fuera posible.
Historiadores, teólogos, expertos en judeocristianismo, expertos ecuménicos… todos han contribuido a elevar el sentimiento de autenticidad de esta obra, y no sólo desde el punto de vista visual, sino también, desde el punto de vista de la cultura y la tradición”
“Siempre había visto la natividad como todos, sin detalle, y sin pararme a pensar en cómo eran María y José como personas, pero en el guión de Mike, encontré la oportunidad de meterme en las cabezas, y en los corazones de esta joven pareja.
Se trata de una historia, que significa mucho para la gente de todo el mundo, y pensé que humanizándolos, el público podría involucrarse en The Nativity Story, y encontrar inspiración para hacer frente a sus propios retos y dificultades”, confiesa Hardwicke.
“Elegimos a Catherine Hardwicke, porque estaba en contra de la versión en forma de “libro de ilustraciones”, que se podía haber hecho de The Nativity Story.
Catherine siempre ha sido buena captando la esencia de la vida de los jóvenes, y los conflictos y crisis de tomar decisiones difíciles, abandonar a tu familia, y luchar por ti mismo.
Nos intrigaba la idea de llevar ese punto de vista a los tiempos bíblicos” nos dice el productor Wyck Godfrey.
Y Hardwicke se mostró encantada con la oportunidad:
“Cientos de los mejores artistas de todos los tiempos, se han inspirado siempre con esta historia:
Músicos, compositores, escultores, pintores, etc.
Es un gran regalo, tener la oportunidad de hacer mi propia interpretación de ella” dijo la directora.
Como dato, 2 de los productores, profesionales con mucha experiencia en el cine, trabajaron en grandes productoras, hasta que decidieron establecerse por su cuenta, y actuar como productores ejecutivos.
Uno de ellos es evangélico, y el otro católico.
The Nativity Story es una película para la cual, su directora, y su guionista, han hablado con numerosos expertos de todas las confesiones cristianas.
También, como curiosidad, The Nativity Story es la primera película que se estrena en El Vaticano.
Como curiosidad, Hardwicke tiene antecedentes presbiterianos, pero confiesa que no es persona religiosa.
La premiare, la cual se llevó a cabo en El Aulo Paolo VI del Vaticano, será presentada por la directora, Catherine Hardwicke; los actores, Shohreh Aghdashloo y Oscar Isaac; los productores, Marty Bowen y Wyck Godfrey; el guionista Mike Rich; y 7,000 invitados especiales del Vaticano.
El evento, se hará a favor de una obra de caridad, pues las contribuciones serán para la construcción de un colegio en la villa de Mughar, en Israel
La cual tiene una población diversa, de cristianos, musulmanes, y drusos, y está ubicada aproximadamente a 40 kilómetros de Nazaret.
Lo que no ha logrado Mel Gibson, u otros directores, que se han basado en los textos evangélicos, lo ha conseguido la directora Catherine Hardwicke; pero allí no estuvo presente El Santo Padre, ni hubo algún comunicado oficial que lo respalde.
Catherine Hardwicke, sigue en The Nativity Story, fielmente los textos evangélicos de Mateo y Lucas, y busca rellenar esos pasajes, reproduciendo la vida cotidiana de Nazaret, o los percances de un difícil camino de Belén.
Es entonces, al hacer uso de su imaginación, y de un cuidadoso diseño de producción, que recoge multitud de detalles y costumbres de la época.
The Nativity Story se desenvuelve así, en el difícil equilibrio de mostrar lo humano de sus personajes, y no agostar a la vez, el misterio divino en que se desenvuelven.
El rodaje de The Nativity Story empezó el 1 de mayo de 2006 en Matera, Italia; y Ouarzazate, Marruecos.
Otras escenas, fueron filmadas en Craco, ciudad fantasma en la región italiana de Basilicata, y en Los Estudios Cinecittà en Roma.
Las grandes cosas provienen de orígenes humildes:
En un pequeño pueblo, vivía su adolescencia, una joven sin pretensiones, que trabajaba para ayudar a mantener a su familia.
Al volver a casa un día, le comunicaron su compromiso de matrimonio con un hombre del pueblo.
Mientras luchaba con su inminente matrimonio, se encontró con un hecho aún más asombroso:
La visita de un ángel, que le anunció que llevaría en su seno, a un niño que sería El Hijo de Dios.
Con tan sólo una pregunta, y una respuesta, se realizaría la voluntad de Dios.
Y así, el mundo cambiaría para siempre.
El pueblo era Nazaret, una pequeña aldea al sur de Séforis, la capital de Galilea.
La joven se llamaba Mary (Keisha Castle-Hughes); y era hija de Joachim (Shaun Toub) y Anna (Hiam Abbass), un matrimonio pobre, que lo único que deseaba, era encontrar un marido que cuidara a su hija, y que le permitiera llevar una buena vida.
Pero no corrían buenos tiempos en Nazaret.
En la pequeña aldea, todos los miembros de la familia, tenían que trabajar para mantener sus tierras y sus hogares.
Cada estación, traía nuevas cosechas, y cada cosecha, venía acompañada de más impuestos para El Rey Herod (Ciaran Hinds)
Por eso, cuando Joseph (Oscar Isaac) pidió la mano de Mary, Joachim y Anna se sintieron satisfechos, de que su hija pudiera tener una buena vida.
Él había llegado a Nazaret, proveniente de Belén, y se decía que era un hombre honrado, y con buenas posibilidades.
Para él, Mary era la mujer más virtuosa, y deseaba que fuera su esposa, por lo que había estado construyendo una casa con sus propias manos, para vivir allí con ella.
Poco después de recibir la noticia de su compromiso, El Ángel Gabriel (Alexander Siddig) visitó a Mary, y presagió una profecía:
Su profecía.
Le anunció que Dios la había elegido, para dar a luz a un hijo, a quien pondría de nombre Jesús, a lo que ella respondió:
“Hágase en mí, según tu palabra”
El Ángel, también anunció otro nacimiento milagroso.
La prima de Mary, Elizabeth (Shoreh Aghdashloo), había sido bendecida por Dios.
Estaba encinta a pesar de su avanzada edad, y su hijo se llamaría John, y sería el encargado de preparar a la gente, para recibir al Hijo de Dios.
Al oír la noticia, Mary se fue inmediatamente a casa de Elizabeth, para estar con ella, y presenciar el nacimiento de John.
A su regreso a Nazaret, el embarazo de Mary ya era muy evidente, y los murmullos de los vecinos, se oían por todo el pueblo.
Si Joseph la hubiera acusado, Mary hubiera sido lapidada.
Sin embargo, El Ángel se le apareció a Joseph para comunicarle también a él, la voluntad de Dios.
Y así fue como él creyó.
Permaneció junto a Mary, reconoció al niño como suyo, y juró protegerlo con todas sus fuerzas.
Durante el mes de noviembre, El Rey Herod decretó, que se iba a realizar un censo, y que cada persona tenía que regresar al lugar donde había nacido.
Ese anunció significó grandes cambios para Mary y Joseph, ya que él tenía que regresar a su hogar, Belén.
Y así fue como comenzó, el largo y arriesgado camino de Mary y Joseph, hacia Belén, y el nacimiento de Jesús.
No resulta fácil llevar a la pantalla, una historia tan popular, como la vida de Jesucristo, y no sólo porque sea conocida por todos en sus más nimios detalles, sino porque cada espectador, se habrá forjado su propia visión de los hechos, que difícilmente coincidirá con la que el director de turno le muestre.
Además, un tema religioso, siempre es susceptible de levantar ampollas, al afectar a lo más hondo de la persona, y es fácil que uno se sienta decepcionado, si esperaba mayor profundidad espiritual en el dibujo de los personajes, o una fidelidad escrupulosa a los textos, y a la tradición, o por el contrario, porque deseara una mayor libertad y riqueza imaginativa, al interpretar lo que Los Evangelios han dejado sin apuntar.
Catherine Hardwicke, ha quitado divinidad a la cosa, y ha preferido centrarse en la historia de 2 jóvenes, José y María, que encaran un camino, y una responsabilidad que nunca se hubieran imaginado.
Sacando de los datos históricos la vida en Nazaret, y de las escrituras las historias de María y José, el guión escrito por Mike Rich, trata sobre los dilemas emocionales, a los que cada persona debe enfrentarse, y las tensiones sociales producidas por esas noticias.
Una mujer encinta inmaculada, y un marido que defiende su honor.
Una familia sin deshonra.
El único desarrollo que parece haber en The Nativity Story, es el de la relación entre José y María, que pasan de matrimonio de conveniencia, a matrimonio de los de verdad, a través de las carestías y durezas de su travesía por el desierto.
Con la intención de dar a la producción, un auténtico sabor oriental, pusieron en marcha una búsqueda internacional de actores, para los diferentes personajes de The Nativity Story.
Cuando se terminaron las pruebas de selección, los cineastas se encontraron con un reparto tan multicultural, como habían esperado, con actores procedentes de:
Trinidad, Irán, Nueva Zelanda, Guatemala, Camerún, Reino Unido, Jordania, Sudán, Francia, e Italia.
“Creo que The Nativity Story, no es una película netamente religiosa, sino que habla del poder del amor, de la lucha por el amor.
De 2 personas que conforman una familia con esfuerzo, y dejan un mensaje muy humano” dijo Oscar Isaac.
Keisha Castle-Hughes, en The Nativity Story, está embarazada de su novio, con sólo 16 años.
Ella interpreta a la virgen María, y ya se han podido oír comentarios muy críticos, sobre la indecencia que supone, que una futura madre soltera, encarne a la virgen de las vírgenes.
Por si acaso, Keisha Castle-Hughes no acudió a la premiare vaticana, entre otras cosas, porque fue la única del reparto, que no fue invitada.
Ella declaró en una revista de Nueva Zelanda, su país natal:
“A pesar de todo, no me parece bien acudir a un sitio, para que a una le llamen impura en la cara”
Como dato curioso, resultan atrayentes, las miradas y los silencios de Antipas (Alessandro Giuggioli); y todo el resto del reparto, de fuerte características árabes.
En fin, The Nativity Story persigue en todo momento, demostrar una historia de intimidad épica y sublime, de una joven pareja, a la que se le encomienda una arriesgada, pero a la vez eminente misión:
Arbitrar los medios, para que El Salvador del mundo nazca, a pesar del entorno hostil, y de las limitaciones físicas y emocionales que ello les demande.
“Why is it me God has asked?
I am nothing”
La virtudes de este tipo de películas, hay que buscarlas en la construcción de los personajes, y en la ambientación, más un acertado empleo de los diálogos, en los que lógicamente, se incluyen frases de todos conocidas por Los Evangelios.
De entrada, me parece justo aclarar, que no es fácil en una sociedad tan racionalista en la que vivimos, hacer una película sobre un momento tan espiritual de la historia.
Hablar de un nacimiento virginal, de apariciones, de ángeles, de sueños… y de muchas otras cuestiones espirituales, hacen que se tenga el peligro de caer en la sensiblería, o de destrozar el argumento, a poco que intentemos buscar un enfoque original.
Normalmente, en la historia del cine, el nacimiento de Cristo, únicamente ocupaba algunos minutos en las películas sobre la vida de Jesús, precisamente por esta dificultad que estamos comentando.
El reto es, volver a contar una vez más la misma historia, de una manera creíble, convincente, y entretenida, siendo fiel a La Palabra de Dios y al Dogma Cristiano.
Creo que por ello, e intencionadamente, el foco de atención se pone en la oposición y persecución de Herodes al nacimiento del Mesías, con lo que se dota a The Nativity Story, de ciertas dosis de tensión, que refuerzan un argumento que de otra manera, insisto, carecería de interés en el mundo del cine, por su reiteración y previsibilidad.
Gran mérito tiene, a mi modo de ver, la elección de una directora como Catherine Hardwicke, protestante presbiteriana, que aporta su visión, y punto de vista femenino, muy perceptible en muchos detalles, aportando una sensibilidad especial en la figura de La Virgen María.
The Nativity Story no tiene efectos especiales destacables, y cuyo vestuario y decorados, son dignos, pero no extraordinarios, pues tiene que buscar su razón de ser en otro lugar.
A mi parecer, es el conjunto lo que la hace interesante y recomendable.
Por todo ello, el producto final, me parece más que satisfactorio.
The Nativity Story engancha, a pesar de que el espectador no espere ninguna sorpresa en la trama, y el final de la misma, sea más que conocido.
Los personajes, son abordados desde una perspectiva psicológica muy interesante…
Como dato, The Nativity Story tiene el detalle de no regodearse en la matanza de los inocentes, y eso es de agradecer.
The Nativity Story nos muestra “buena gente”, pero no gente de santidad excepcional.
Gente que se asusta de lo sobrenatural, y que a veces reacciona como si no fuera religiosa.
Es decir, The Nativity Story quiere “acercarnos” a los santos, en lugar de “elevarnos” a ellos.
La iconografía de The Nativity Story, sobre todo al final, es bien clásica; aunque se han buscado actores de rasgos sefardíes, saliéndose de la tradición de los esenios, y reafirmada por visiones posteriores.
The Nativity Story presentan varías facetas, en las que se profundiza, dejando mucho lugar a la interpretación personal, pues concede amplios espacios de silencio para la reflexión del espectador, y en los que sí se puede permitir alguna licencia extra bíblica.
Sabemos que el cine, es primariamente imágenes, y que las imágenes dicen más que las palabras, porque quedan impresas de manera más fuerte.
Estas imágenes hablan de una María no feliz, insulsa, apática, y que no expresa, ni está a la altura del acontecimiento más grande de la creación, porque la encarnación de Dios, que se hace hombre en su seno, es más grandiosa, que la creación de trillones de galaxias.
En The Nativity Story, se ataca, lisa y llanamente, a la figura de María, que aparece como una joven como las demás, que se fija en los mozalbetes del lugar, por momentos deprimida, siempre pasiva y abúlica, que no expresa ninguna vida interior.
Parece aburrirse, o es simplemente aburrida, hastiada, por momentos angustiada, y lo que es peor, dubitativa, de fe tambaleante, y poco caritativa, ya que no se la ve atenta a las necesidades de los otros.
Y no hablemos sólo de su aspecto exterior, que puede haber sido un error de casting, sino observemos sus actitudes que muestran la personalidad del personaje.
Desde su primera aparición, se la ve ocupada en manoseos con adolescentes de ambos sexos, y haciendo “ojitos” a un posible “candidato”, hasta tal punto que sus compañeras la reprenden, y ella contesta con una media sonrisa de picardía:
“No lo estaba mirando...”
Sorprendida en tal evento, de manoseos y miraditas, es reprendida por su madre, quien todos sabemos que es Santa Ana.
Ante el llamado de atención, bastante áspero por supuesto, no con la dulzura que correspondería a la abuela de Cristo, María hace un desplante de adolescente contrariada, baja la mirada, y se retira con gesto violento, tal lo expresa claramente su expresión corporal, totalmente fuera de lugar.
Ciertos datos, como los problemas económicos de la familia de María, matrimonio de conveniencia, viaje a Belén, ritos judíos… son hipótesis para mi gusto muy acertadas, sacadas del contexto cultural de la época, siendo muy plausibles, aunque no formen parte del escueto mensaje bíblico.
No olvidemos a San Joaquín, que es presentado como un padre de familia injusto, pretencioso, interesado, irascible, y dominante, que trata a su mujer y a su hija, como a esclavos, y sólo piensa en el dinero.
Nada más alejado.
En The Nativity Story, es él quien se deja tentar por el ofrecimiento material que hace José, para comprar el matrimonio con María.
Cuando los padres, están vivos, eligen a José como su futuro esposo, ella se fastidia, y dice:
“¿Por qué me obligan a desposarme con un hombre que no amo?”
“¿Por qué?”
Le responde la madre:
“Podemos alimentarnos todos; José estaba según The Nativity Story en mejor posición que ellos.
Lo hemos hecho por ti”, dijo.
Su imagen, aparece en todo el metraje, como un pobre desahuciado, que no logra que ninguna mujer le dé “corte”
Además, nada se sabe de su oficio, ya que no se presenta abiertamente como carpintero y, una vez comprometido con María, se transforma en albañil…
Casamiento por conveniencia, no por elección de la providencia…
Aparte de mostrar la moza aires de rebeldía, tal actitud es inaudita, dado que a José lo presentan como un joven bueno, y en tiempos y sociedades en que los matrimonios se pactaban primero, hubiera sido motivo de alegría, conseguir un hombre así, a menos que los autores quieran insinuar que a ella le gustaba otro; y luego, el tema es anacrónico, porque por la misma razón que pactar un matrimonio era parte de la vida habitual, no había lugar a quejas ni planteamientos.
Luego, la misma madre dice:
“... siempre hay esperanza”
A lo que María replica:
“¿Incluso en Nazaret?”
Vaya, vaya que es escéptica la niña; así que poca o nada la esperanza…
El “toque cómico” lo aportan Los Reyes Magos, de los cuáles, bien poco sabemos en Los Evangelios, y cuyas historias son también un reflejo de la tradición popular de la Iglesia.
De ellos, sólo encontramos un par de versículos en todo El Nuevo Testamento, así que sus personas y sus diálogos, son un campo abierto a la especulación y a la fantasía.
La conocida estrella de Belén, que guió a Los Magos de Oriente, es presentada como 3 estrellas que forman en el cielo, un triángulo…
¿Por qué se la llama entonces “estrella” y no “estrellas”?
Porque esos 3 puntos y el triángulo, son ambos, signos de La Masonería.
La verdadera estrella, sería entonces, esta sociedad secreta.
Los Magos, aparecen desde su primera intervención, manejando instrumentos identificatorios de logias masónicas:
El globo terráqueo metálico, reglas, escuadras, plomadas y demás, y la fuente en cuyo reflejo ven el cielo, y las tres estrellas en formación, representan al conocido “Ojo que todo lo ve”
Melchor, excedido en peso y representativo de la ira, característica que lo acompaña a lo largo de su actuación.
Siempre enojado, serio, y discutidor.
Gaspar, es el más expresivo con sus ojos desmesurados.
Así, parece representar a la lujuria.
Luego está el infaltable Baltasar, que representa la gula, pues cuando llega el momento de partir siguiendo las 3 estrellas, se niega a viajar, si no se lleva sus provisiones y, especialmente, su vino preferido.
Al llegar a Jerusalén, Los Magos son invitados a comer con Herodes, y allí se lo ve bebiendo abundantemente, y comiendo a más no poder, a tal punto que, mientras El Rey les habla del Mesías, él se chupa minuciosamente los dedos, después de devorar un buen trozo de cordero asado.
Recordemos que Los 3 Reyes Magos, son Santos para La Iglesia Católica, y parte de sus restos, se guardan en un hermoso relicario, en Alemania.
En The Nativity Story, han usado un actor sudanés, de rasgos que no sugieren los de un ser que goza la visión beatífica, como El Ángel Gabriel.
Parece más bien, un ángel caído.
No tiene alas... pero se encarna en un ave, que parece de rapiña, y suple todas las intervenciones angélicas de la historia, inclusive, las de los coro angélicos, brillantes por su ausencia, anunciando el nacimiento del Esperado por Las Naciones, a los piadosos pastores.
El anuncio del ángel, no podría haber sido enmarcado, y presentado en un contexto de menor sobre naturalidad.
Un ángel que se pasea mientras ella lo escucha, no en la intimidad, sino en el campo, donde hay otros que están por ahí…
El ángel la saluda:
“¡Salve, oh elegida!”
Qué va, nada de “llena de gracia”
Nunca la llama “llena de gracia”, frase de importancia fundamental, pues encierra la virginidad milagrosa de María, a pesar de su embarazo.
“Elegida” puede haber muchas, pero “llena de gracia”, de “la plenitud de la gracia” sólo una.
Cuando ella, al escuchar el anuncio, pregunta al ángel:
“¿Cómo es posible?”, lo hace moviendo la cabeza en signo de negación.
Duda.
¿Fue esto así?
Si fue así:
¿Por qué no fue castigada, como lo había sido Zacarías, que quedó mudo por dudar?
Yahvé es un Dios celoso, que no admite de sus elegidos, las dudas.
Ella da su conformidad apáticamente al ángel:
“Soy la esclava del Señor”, y se arrodilla, mientras el ángel está en pie.
Imagino que un director católico, no habría dispuesto esa escenografía, y conociendo la iconografía, habría hecho arrodillar al Arcángel, ante La Encarnación del Verbo Eterno de Dios, que se hace presente por el sí de la Virgen.
Además, luego de que el ángel se retira, sobrevuela a María un extraño pájaro; un búho o lechuza, animal utilizado en la magia, queriendo hacer creer al espectador, que se trata de una paloma, como representando al “Espíritu Santo”
En realidad, esta escena en El Evangelio no existe.
A partir de este momento, María aparece siempre rara, pensativa, y contrariada, con cara de haber recibido un peso, que supera sus fuerzas, y en especial, sus ganas, mostrándose siempre desconforme con el plan de Dios.
Tampoco ahorra, el guionista, en dar una alusión al riesgo de lapidación, por un “alumbramiento por varón desconocido”
Así las cosas, José acepta el mensaje por un sueño, contrariado…
En una escena memorable del viaje hacia Belén, José y María se detienen en pleno campo, a la luz de las tres estrellas, para descansar de la travesía, presentada como más peligrosa de lo que realmente fue.
José, extrae de sus alforjas, un pan ácimo, sin levadura, curiosamente redondeado y blanco, extremadamente similar a una Hostia.
Lo bendice con una oración solemne, como la consagración, y lo parte en 2 mitades, entregando una a María, en comunión.
Lo extraño es que, de su mitad, sólo toma un pequeño trozo, con rostro de desagrado, y guarda lo demás, sentándose encima.
Llegada la noche, se incorpora, y lleva el trozo de pan bendecido, agitándolo en su mano, como restándole valor, y obliga al burro a comérselo, de manera muy poco decorosa.
Todos pensábamos que guardaría el alimento para su mujer, que a su vez debía alimentar al niño, pero San José, está más preocupado por el burrito, que por la Reina del Cielo y de la Tierra, y El Hijo de Dios…
El mensaje es claro:
Los que comulgan son unos animalitos sin inteligencia ni voluntad.
En la ida a Belén, el detalle es que los detienen soldados romanos para revisarlos, y a María la palpan, la manosean…
Si no se está atento, puede pasar desapercibido.
Luego, otro detalle, una adivina les regala dulces, y lee la mano de la Virgen…
“Tu mano me dice que es varón”, le espeta.
En esto, repito lo dicho en otra carta:
“Siendo La Virgen Inmaculada, plena de la gracia, llena del Espíritu Santo, y por añadidura, hija de Israel, que conocía perfectamente que la adivinación era abominable a Dios” según Deuteronomio 18:10.
Y que si no lo hubiera conocido igualmente El Espíritu, la hubiera alertado del pecado, cómo, entonces, se puede admitir, o siquiera imaginar, que se prestase a que le adivinasen el futuro.
¿No habría retirado velozmente la mano, y se habría apartado de aquella mujer?
Siguiendo el relato, la llegada de la pareja a Belén, el nacimiento se aproxima, y las señales se hacen evidentes.
Casi entrando a la ciudad, la Virgen dice a José:
“José, el niño me oprime”
¿Qué significa, “me oprime”?
Ninguna madre se expresa de esa manera, acerca de su hijo.
Más bien parece indicar un segundo mensaje oculto, de queja, contra la autoridad de Cristo, que los oprime con su nacimiento, hecho de esa manera y, aparentemente, sin respetar su derecho a la libertad…
Otro detalle:
Al vadear un río, aparece una culebra, y María llena de miedo, cae de la cabalgadura, está por ahogarse, y José la salva.
Me pregunto:
¿Por qué la directora habrá elegido una culebra, una víbora asustando a María, y haciendo que las aguas la arrastren?
Pienso que muchos habríamos imaginado a La Virgen enfrentando a la víbora, como imagen de Satanás, y nunca arrastrada por las aguas.
Sugestivamente, esas aguas hacen pensar las que vomita de la boca el Dragón del Apocalipsis.
“Entonces, el Dragón vomitó de sus fauces, como un río de agua, detrás de la Mujer, para arrastrarla con su corriente.
Pero la tierra vino en auxilio de la Mujer:
Abrió la tierra su boca, y tragó el río vomitado de las fauces del Dragón” según Apocalipsis 12: 15-16.
Y el caos satánico, no consigue arrastrar a la mujer...
Cuando buscan albergue en Belén, ella reza:
“¿No puedes ayudarnos?”
Esa no es oración de La Virgen, que sabe que Dios es Todopoderoso.
Además, a María le falta caridad, porque, otro detalle, en un momento en que los siguen a María y a José, el burro que llevaba a una mujer se cae, y ellos siguen como si nada hubiera ocurrido.
Es decir, que ni fe, ni esperanza, ni caridad, ni valor, ni temor de Dios, nada...
Recordemos que, al cometer el pecado original, Eva fue sentenciada por Dios:
“Con dolor parirás tus hijos”, como lo relata El Génesis, pero María, sin pecado concebida, escapa a la sentencia, y no puede haber tenido ningún dolor, ni antes ni durante el nacimiento del Señor, que fue milagroso y no, “parto natural” o como se lo presenta en The Nativity Story:
“Parto salvaje”, cuya escena más se parece a un acto sexual depravado, que a un nacimiento virginal.
En The Nativity Story mostraron a María con dolor al parir a Jesús, cuando todos sabemos que en La Biblia, se dice que el parto de María fue sin dolor, pues no tuvo que sufrir para tener a Jesús.
Igual otro error, fue contar que Los 3 Reyes Magos, llegaran la misma noche en que nació Jesucristo…
Cualquier desprevenido espectador, que accediera a The Nativity Story en el tramo final, del nacimiento, pastores, reyes… podría confundirse pensando que se trata de una escena de Ciencia Ficción, debido a lo que la pantalla muestra:
Cuando supuestamente, debiera nacer El Niño Jesús, las 3 estrellas de Belén, funden su luz en una especie de “nave nodriza” escondiéndose detrás de unas nubes, y enviando un rayo que ilumina exclusivamente la cueva, donde se hallan María y su esposo.
Allí resplandece el rostro dolorido, y los ojos pintarrajeados de la niña-madre, que sufre como una ídem, para traer al mundo a su hijo.
Ya mencionamos que la escena, los sonidos, y en especial las posiciones del cuerpo de ambos, semejan más, y mucho más, a un acto sexual, que a un nacimiento, recordando además, que La Santísima Virgen María, no sufrió dolores de parto como cualquier mujer, porque no era cualquier mujer, y Jesús no nació como cualquier niño, porque no era cualquier niño.
Así las cosas, The Nativity Story es una película realista, de libre interpretación de los hechos conocidos por todos, en una visión más carnal, desde el punto de vista muy femenino; todo ellos edulcorado con las composiciones musicales de Mychael Danna.
“And you shall call his name Jesus, for it is he who will save his people from their sins”
“Bienaventurados los que no vieron, y creyeron”
Lo que estoy por narrar a continuación es producto de investigaciones realizadas por diversos expertos, bíblicos y no bíblicos, pero estudiosos todos del fascinante personaje que es Jesús de Nazaret.
¿Si Jesucristo tuvo como fecha de nacimiento el 25 de diciembre, entonces, cuál es la fecha de su muerte?
Para comenzar, es importante tomar en cuenta las referencias históricas no cristianas sobre Jesús de Nazaret, las cuales complementan a las judías, a los evangelios, y al resto de los libros del Nuevo Testamento, de los escritos cristianos apócrifos, y otras investigaciones independientes.
La alusión directa más antigua, no cristiana, a Jesús de Nazaret, se encuentra en la obra de Flavio Josefo “Antigüedades Judías”, escrita hacia los años 93 y 94, más de medio siglo después de la muerte de Jesús, alrededor del año 30.
Todavía, en el siglo II, las menciones son muy escasas, ninguna de ellas aporta información sustancial, para conocer la vida, o el mensaje de Jesús de Nazaret.
Mucha información se perdió durante la prohibición del cristianismo primitivo y el incendio de Jerusalén, pero Jesús aparece, en repetidas ocasiones, en obras de escritores clásicos como:
Tácito, Suetonio, el mismo Josefo, y Plinio “El Joven”, entre otros.
La New Encyclopædia Britannica (1995) afirma:
“Estos relatos independientes, demuestran que en la antigüedad, ni siquiera los opositores del cristianismo dudaron de la historicidad de Jesús, que comenzó a ponerse en tela de juicio, sin base alguna, a finales del siglo XVIII, a lo largo del XIX y a principios del XX”
Actualmente, los más serios estudiosos y eruditos de La Biblia, coinciden en que Jesús no nació el 25 de Diciembre, como la tradición cristiana nos dice.
¿Por qué?
Es sencillo, desde el punto de vista de Los Calendarios Romano, Juliano, adaptado al Gregoriano, y tomando en cuenta las estaciones del año, y el movimiento de las estrellas, los pastores tenían a sus rebaños afuera, en el campo, lo que implica que esto sucedió antes de Octubre, solo ese factor incide en que la fecha del natalicio, es otra al 25 de diciembre.
También, hay que tener en cuenta de que, la razón del peregrinaje de José y su muy joven esposa embarazada, María, fue para ser censado.
Ningún administrador romano que se respetara, hubiera requerido hacer un censo que implicara el viajar por Judea, en la temporada en que ésta, era intransitable por efectos del clima, y el frío.
Por otra parte, los cristianos primitivos, no celebraban el nacimiento de Jesús, de hecho, solo los potentados y emperadores, celebraban tales fechas, y por lo mismo, la fecha exacta, no ha sido preservada en las festividades del cristianismo temprano.
La primera mención de “Diciembre 25” registrada, es la del Calendario de Filócalo, en el 354, quien asumió que el cumplimiento de Jesús, fue el viernes 25 de diciembre, del año primero, de La Era Cristiana.
El 25 de Diciembre, fue oficialmente proclamado por los padres de la iglesia, en el año 440, como un sincretismo entre la religión del entonces Imperio Romano, y la tradición del día festivo de la Saturnalia, la que se observaba cerca del solsticio de invierno, que era una de las muchas tradiciones paganas, heredadas del sacerdocio babilónico.
El 25 de diciembre, era entonces, el día en que los paganos celebraban el nacimiento de su Dios Solar, conocido en las diferentes culturas con distintos nombres como:
Osiris, Horus, Júpiter, Zeus, Baal, Zoroastro, Saturno, Baco, Adonis, Hércules, Mitra, Tammuz, etc.
Entonces…
¿Cuándo nace Jesús?
A pesar de que La Biblia no identifica específicamente la fecha de nacimiento de Nuestro Señor, muchos eruditos han desarrollado diversas opiniones, sobre cuál es la más probable fecha del nacimiento de Jesús.
Por un lado, el año en que Jesús nació, es ampliamente aceptado como válido, en el año 4 a.C. del Calendario Gregoriano, debido a las conclusiones erróneas derivadas de la datación que Josefo diera a un eclipse, que se supone, tuvo lugar en Marzo 13 a.C. del año Juliano 750, “poco antes de la muerte de Herodes I, El Grande”
Hay varios problemas con esta aseveración, además de que este eclipse, con toda probabilidad, tuvo lugar en Diciembre 29, año 1 a.C.
Esto es un considerable lapso de tiempo, transcurrido entre el nacimiento de Jesús, y la muerte de Herodes, dado que la familia escapó a Egipto, huyendo del edicto de Herodes, y no regresó sino después de la muerte de éste.
Por su parte, Tertuliano, nacido cerca del año 160, declara que Augusto, comenzó a gobernar 41 años antes del nacimiento de Jesús, y que murió 15 años después de ese evento.
Augusto, murió el 19 de Agosto del año 14 d.C., situándose entonces el nacimiento de Jesús, en el año 2 a.C.
Tertuliano hacer notar, que Jesús nació 28 años después de la muerte de Cleopatra, en el año 30 a.C., lo que es coincidente con la fecha del año 2 a.C.
Irineo, nacido aproximadamente un siglo después de Jesús, también comenta que El Señor nació en el año 41, del reinado de Augusto.
Como Augusto inició su reinado en el otoño del año 43 a.C., esto también apoya al año 2 a.C. como la fecha del nacimiento de Jesús.
Eusebio, “Padre de La Historia de La Iglesia”, la describe en el año 24, del reinado de Augusto, y el 28, a partir del sometimiento de Egipto, a la muerte de Marco Antonio y Cleopatra.
Para comprender esto, debemos tomar en cuenta, que el año 42 del reinado de Augusto, comienza a correr desde el otoño del año 2 a.C. hasta el otoño del año 1 a.C.
El sometimiento de Egipto por El Imperio Romano, ocurrió en el otoño del año 30 d.C.
Así, si el 28º año se extiende del otoño del año 3, al otoño del año 2 a.C., la única fecha que se ajustaría a esto, sería el otoño del año 2 a.C.
Otra forma de determinar la fecha del nacimiento de Jesús, es obtenerla de la información acerca de Juan El Bautista.
Elizabeth, la madre de Juan, era prima de María, y la esposa de un sacerdote llamado Zacarías, quien era de la “clase” de Abías.
Los sacerdotes, eran divididos en 24 clases, y cada clase o turno, oficiaba en El Templo por una semana, de Sabbat, el sábado judío.
Cuando El Templo fue destruido por Tito, el 5 de Agosto del año 70 d.C., la primera clase de sacerdotes, acababa de comenzar su servicio.
Dado que el curso de Abías era el 8º, podemos rastrear hacia atrás, y determinar que Zacarías terminó su servicio, el 13 de Julio del año 3 a.C.
Si el nacimiento de Juan se efectuó 280 días después, debió haber sucedido entre el 19 y el 20 de Abril del año 2 a.C., precisamente para La Pascua de ese año.
El nacimiento de Juan, y el de Jesús, estuvieron separados por 5 meses.
Por tanto, de nuevo tenemos como resultado, el otoño del año 2 d.C. como fecha probable del nacimiento del Divino Maestro.
Juan inició su misión el año 15, de César Tiberio.
La edad mínima para un ministerio de este orden, eran los 30 años.
Como sabemos que Augusto murió el 19 de Agosto del año 14 d.C., entonces podemos aseverar, que ese año, ascendió al poder, Tiberio.
Si Juan nació el 19, o 20 de Abril del año 2 a.C., su 30º cumpleaños, debió haber sido el 19, o 20 de Abril del año 29 d.C., es decir, el año 15 de Tiberio.
Esto parece confirmar, por sí mismo, la fecha del 2 a.C., y como Juan era mayor a Jesús por 5 meses, esto confirma también a otoño, como la época del nacimiento de éste último.
El que Juan presentara a Jesús repetidamente como “El Cordero de Dios” resulta interesante, dado que Juan nació en La Pascua.
Elizabeth se recluyó por 5 meses, y entonces, El Ángel Gabriel anuncia a María, tanto la condición de Elizabeth, así como que María daría a luz, un hijo que se llamaría Jesús.
María fue “de prisa” a visitar a Elizabeth, quien se encontraba en ese momento, en la primera semana de su 6º mes de embarazo, en la 4ª de Diciembre del año 3 a.C.
Si Jesús nació 280 días después, esto sitúa su nacimiento, el 29 de Septiembre, 2 a.C.
Así las cosas, por defecto:
¿Cuándo tuvo lugar la muerte del Hijo de Dios?
Se cuenta según La Biblia, que pasada la medianoche, Jesús fue apresado en Getsemaní, por los oficiales del templo, y llevado ante Caifás, El Sumo Sacerdote.
Entre la 1 de la mañana, y el día siguiente, fue juzgado, y encontrado culpable.
La muerte vino amargamente después, en medio de un agitado delirio, por un fallo multiorgánico, entre los aspectos médicos de su agonía y muerte, no pueden descartarse el estado de ánimo deprimido, la ansiedad y la angustia que una personalidad tan exquisita como la de Jesús, debe haber sufrido al sentirse perseguido, calumniado, insultado, vejado, ultrajado, humillado, traicionado, vendido, y hasta negado.
Agresiones todas, que sazonaron su pasión y muerte física.
Ahora, si tomamos como el año más probable del nacimiento del Señor, el 749 de la fundación de Roma, es decir, 4 años antes de La Era Cristiana, como ha sido unánimemente aceptado, tendremos que el año 26 de La Era Cristiana, Jesús cumpliría 30 años, cuando empezó su vida pública, o ministerio terrenal, que duraría 3 años y algunos meses, hasta el 14 ó 15 de la luna de Nisán, o 7 de abril del año 30, antes de la Pascua de los hebreos, o sea, el período en que Poncio Pilatos fue procurador de Judea.
Se puede asegurar, que hubo 3 años en ese período, en que el 14 ó 15 de la luna de Nisán, cayeron en viernes.
Esos 3 años fueron el 29, el 30, y el 33.
Pero hay más probabilidades que fuera el 7 de abril del año 30, o el 3 de abril del año 33.
Sobre todo esta ultima fecha, debido al día de la crucifixión, según afirma El Libro de Los Hechos de Los Apóstoles, La Luna fue vista de un color rojo de sangre, lo cual indica un eclipse.
Calculando las fechas de eclipses lunares, visibles en Jerusalén, los científicos han formulado la teoría, de que Jesucristo murió el 3 de abril del año 33.
No obstante, de estas 3 fechas defendidas por modernos autores, la que tiene mayor consistencia, es la del año 30.
Del cálculo antes indicado, se deduce que esta fecha, es la más conforme con los demás datos encontrados sobre el nacimiento de Cristo, y la duración de su vida pública, o ministerio terrenal.
Hay otro dato importante, que le da más consistencia a esta opinión.
En cierta discusión de Cristo con los dirigentes judíos, afirmaron éstos, que se habían empleado 46 años en la reconstrucción del templo.
Ahora bien, Flavio Josefo refiere, que el principio de la reconstrucción del templo, tuvo lugar el 734, de la fundación de Roma.
Si a los 734, añadimos los 46 que se emplearon en la obra, llegamos al año 780, el principio de la vida pública de Cristo.
Por consiguiente, al terminar con su muerte, su ministerio terrenal de 3 años y meses después, era el 783 de la fundación de Roma, o sea, el año 30 de La Era Cristiana.
En consecuencia, Jesús de Nazaret habría sido crucificado, el viernes 14 de Nisan del año 19, de Tiberio César.
Según Poncio Pilato, quien ya usaba el nuevo calendario instaurado por Julio César, la fecha fue, el tercer día antes de las nonas de abril, siendo cónsules, Lucio Livio Ocella y Lucio Cornelio Sila.
Para un astrónomo de aquella época, la muerte ocurrió el 22 de Pharmouthi del año 780, de la era de Nabonassar, de acuerdo con el calendario egipcio, usado hasta los tiempos de Copérnico.
Un astrónomo de hoy, diría que sucedió en el día juliano 1,733.204, mientras que para el común de los mortales, finalmente, la fecha de la crucifixión, fue el 3 de abril del año 33, a las 3 de la tarde, hora de Jerusalén.
Aquellos, que el año 2000 quedaron algo frustrados por no saber exactamente, qué estaban celebrando, podrán esperar hasta el domingo 3 de abril del 2033, para conmemorar los 2000 años exactos, de la muerte de Jesús.
No tan exactos, en realidad, porque debido a las imperfecciones de nuestros calendarios, los 2000 años trópicos, desde la muerte de Jesús, se cumplen un par de días antes, el 1 de abril del 2033, la que resulta una fecha aún más adecuada, ya que cae en viernes.
Pero debido a que la Iglesia sigue utilizando un calendario luni-solar, el Viernes Santo de ese año, caerá el 15 de abril, por lo que podremos tener 2 conmemoraciones, una civil y una religiosa, las que de alguna manera, estarán reflejando los 2 tipos de calendarios que ha usado la humanidad, a lo largo de su historia.
No en vano ya, en el primer capítulo del Génesis, aparecen El Sol y La Luna, para señalarnos el tiempo de las festividades, de los días, y de los años.
Cristo nació el 29 de Septiembre, 2 a.C., y murió, pues a las 14.57 horas, y 30 segundos, aproximadamente, del día viernes 7 de abril del año 30, de nuestra era.
Esta sería entonces, la fecha exacta en que el Señor fue crucificado en El Monte Calvario, y murió.

“He is for all mankind”



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