A Star Is Born

“Some day you won't laugh at me!
I'm going out and have a real life!
I'm gonna be somebody!”

No todo el cine se hace en Hollywood, pero sin Hollywood, la gran pantalla no tendría una “realeza”:
Las reinas y príncipes del cine, pertenecen al Hollywood Clásico.
Cualquier aficionado conoce un puñado de películas estadounidenses en blanco y negro, que constituyen los cimientos de toda la cultura cinematográfica, y los cuidadosos retratos plateados de grandes estrellas del pasado, todavía cautivan nuestra imaginación.
“Cualquier tiempo pasado fue mejor”, o eso dicen, y la nostalgia nos hace contemplar con ternura la cinematografía de décadas pasadas.
Y es que Hollywood pasó rápidamente “la niñez”, y se convirtió en un precoz adolescente al que atraían los más pecaminosos deseos.
De esto dieron buena muestra productores, directores y cientos, miles de muchachas, que deseosas de fama y dinero, con mucha belleza, y en la mayoría de casos poco talento, se trasladaban a esa pequeña y atrayente localidad; la mayoría no conocerían más que el desengaño, y acabarían trabajando en burdeles, avejentadas y hundidas por la depravación que las rodeaba.
Sin embargo, hubo afortunados, que se enriquecieron de la noche a la mañana, y se convirtieron en seres idolatrados, y en consecuencia, caprichosos, egocéntricos, despilfarradores, y hasta de dudosa moral.
La prensa tampoco pudo resistirse a la atrayente vida que se desenvolvía casi en exclusiva en este pintoresco lugar, y dio buena cuenta de las fiestas principescas y bacanales que se sucedían diariamente, asignándole un curioso nombre a la ciudad:
“La Nueva Babilonia”
Así, cientos de rumores, que no hicieron sino potenciar la atracción de este lugar, comenzaron a surgir.
¿Era cierto que Lombard o Swanson claudicaron a practicar el llamado “sistema horizontal”, para lograr convertirse en estrellas?
¿Era el director de cine, Griffith, un ser perverso y depravado que corrompía a jovencitas que ni siquiera habían llegado a la pubertad?
¿Fue el suicidio de Olive Thomas, por entonces recién casada con Jack Pickford, hermano de la poderosa Mary Pickford, consecuencia de su adicción a las drogas, o de un desengaño amoroso?
La idea del fracaso y el triunfo en una misma pareja, ha dado cientos de argumentos en el mundo del cine.
Lo que sí sabe, es que John Bowers fue un actor teatral y cinematográfico estadounidense de La Era del Cine Mudo, que trabajó en un total de 94 filmes, incluyendo cortos; que inicialmente entró a formar parte de un grupo de teatro de repertorio, con el cual viajó hasta llegar en 1912 a New York, ciudad en la cual trabajó en diversas producciones representadas en Broadway; iniciando su carrera cinematográfica en 1914, y a los 5 años, era uno de los más populares primeros intérpretes masculinos.
A lo largo de su trayectoria, trabajó con frecuencia con la actriz Marguerite De La Motte, con la cual se casó en 1924; y como otras muchas estrellas del cine mudo, la carrera de Bowers se hundió con el advenimiento del cine sonoro.
El 17 de noviembre de 1936, sabiendo que su viejo amigo Henry Hathaway estaba dirigiendo a Gary Cooper en el film “Souls At Sea”, rodado en La Isla Santa Catalina, en California, decidió alquilar una balandra de 16 pies para navegar a la isla…
El actor, entonces con 50 años de edad, no llegó nunca a la orilla, y su cuerpo fue hallado en la playa de Santa Mónica.
Su vida, y particularmente su muerte, fueron fuente de inspiración para dar forma a Norman Maine, personaje de la película “A Star Is Born” (1937)
En dicho personaje, también pueden encontrarse reminiscencias de Errol Flynn y Norman Kerry, inclusive.
“Is the price of stardom a broken heart?”
A Star Is Born es un drama del año 1937, dirigido por William A. Wellman.
Protagonizado por Fredric March, Janet Gaynor, Adolphe Menjou, May Robson, Andy Devine, Lionel Stander, Franklin Pangborn, Owen Moore, Peggy Wood, entre otros.
El guión es de Dorothy Parker, Alan Campbell, Robert Carson, sobre un argumento de William A. Wellman y Robert Carson; basado en la película “What Price Hollywood?” (1932) de George Cukor; que curiosamente, ambas películas llevaban música del todo terreno en la época:
Max Steiner.
Como dato, 4 años después de que la película de Cukor fuera estrenada; Selznick se le acercó, y le pidió que dirigiera A Star Is Born; pero Cukor sintió que la trama era demasiado similar a su película, por lo que se negó.
Así, los ejecutivos de RKO, consideraron la presentación de una demanda por plagio a Selznick International Pictures, debido a las similitudes en la historia, pero finalmente optaron por no tomar las medidas legales.
Esta obra en Tecnicolor, es una de las producciones más arriesgadas de David O. Selznick, que empieza a cosechar éxitos con su propia productora; como una de las primeras grandes películas que se atrevió a retratar el difícil proceso que lleva a un artista a escalar hasta ser una estrella de Hollywood.
La historia, bajo el mismo nombre tuvo varios remakes posteriores:
El 2° con el propio Cukor en 1954 con Judy Garland y James Mason; y un 3° dirigido por Frank Pierson en 1976 con Barbra Streisand y Kris Kristofferson.
Según dicen, A Star Is Born se inspira en los comienzos de Barbara Stanwyck, aunque el personaje del marido, tanto pudo ser el actor cómico Frank Fay, marido de la Stanwyck, o el director Owen Moore, anfitrión en la película de la fiesta donde se conocen los protagonistas...
Sin embargo, es definitivo que la historia se basa en la vida real de John Bowers.
En concreto, el final de la historia, con el personaje nadando en el océano hacia el horizonte, es tal cual sucedió; y del fondo se ha hecho miles de veces, de manera literal o adaptándola y camuflándola, incluso cambiándole el final, como en “The Artist” (2011)
A Star Is Born obtuvo un premio Oscar al Mejor Argumento Original, acreditado para Wellman, siendo el único Oscar que era ganar durante su carrera.
Mientras Howard W. Greene, recibió un Premio Honorífico de La Academia, por la fotografía en color de la película; este premio, fue recomendado por un comité de directores de fotografía, que vieron todas las películas en color, realizadas durante ese año.
A Star Is Born tuvo 6 nominaciones más:
Mejor producción sobresaliente, siendo la primera película en color en ser nominada a “mejor película”; dirección, actor (Fredric March), actriz (Janet Gaynor), asistente de dirección, y escritura/guión, ahí sí para Dorothy Parker, Alan Campbell, y Robert Carson.
A Star Is Born es ante todo un melodrama de amor, donde en una misma pareja se huele el fracaso y el éxito.
El olvido y el ocaso de una estrella, y el alzamiento de otra.
Las luces y las sombras del mundo del espectáculo en el seno de una pareja.
La acción sigue a Esther Victoria Blodgett/Vicki Lester (Janet Gaynor) una muchacha con aspiraciones de convertirse en actriz, que viaja a Hollywood, y encuentra trabajo como camarera, donde conoce a un famoso actor en decadencia por culpa de la adicción al alcohol:
Norman Maine (Fredric March), iniciándose una relación.
Él se da cuenta del enorme talento de ella, y se empeña en convertirla en una nueva estrella, introduciéndola en el mundo de cinematográfico.
Ambos se casan, y conforme ella asciende en su carrera y se convierte en una auténtica estrella; él poco a poco, se va autodestruyendo cada vez más.
A Star Is Born muestra desde el sacrificio a la redención; el rumbo de la fama y la creatividad; hasta un suicidio por amor; así desborda calidad humana, sentimientos muy profundos y generosos, y resulta muy fácil amar a esos personajes que, en una misma casa, ven entrar el progreso y la decadencia.
“But there's a difference between dreaming and doing”
William A. Wellman, era un eficiente artesano creador de varios éxitos de la época; era un realizador con fama de mal genio, y la crónica negra dice que llegó a las manos con algún actor alguna vez...
Wellman, preferentemente director de filmes de acción, dirigió en la década de los 30 una producción de David O. Selznick, futuro productor de “Gone With The Wind” (1939), quien aprobó el proyecto, e incluso quiso rodarlo en color, algo inusual en aquella época.
Mostrando cine dentro del cine; Wellman fue uno de los directores pioneros que conocía el alma de Hollywood, realizando este melodrama clásico.
Por supuesto, otro asunto que merece la pena, es ver cómo era el Hollywood de los años 30 en algunos aspectos, y el incipiente acoso mediático.
Y también, cómo se plantea la película y su estructura… como que están rodando un guión; así lo primero que vemos, es la primera página de un guión que nos empieza a contar la historia que vamos a ver; y termina con la última página de dicho guión:
Esther Blodgett, es una ingenua joven que fantasea con trabajar en el mundo del cine, hasta que un día, su abuela le anima a viajar a Hollywood, a luchar para cumplir su sueño.
Una vez ahí, se topa con la dura realidad, al no poder conseguir ningún papel, hasta que casualmente conoce a Norman Maine, un exitoso actor, ahora en declive por su alcoholismo.
Él se enamora de ella al instante, y le consigue una prueba que acaba siendo un éxito, y que la lleva a protagonizar su primera película con él.
El film es un éxito, tras el cual la pareja se casa.
A partir de entonces, ella se convierte en una estrella de la noche a la mañana, pero paralelamente, la carrera de él cae en picado, haciendo que éste se hunda de nuevo en el alcoholismo.
La primera parte del film, parece más bien una amable comedia en que se satiriza sobre el mundo del espectáculo, y la tierna inocencia de Esther.
Abundan pequeños gags típicos de las comedias de la época, como cuando ella trabaja de camarera en una fiesta llena de productores, e intenta llamarles la atención, ofreciéndoles canapés con una voz que pretenden ser otras estrellas de la época, y no faltan los típicos personajes secundarios que sirven para aportar algunos gags, como el dueño del hotel en que ella se aloja, o su agente de prensa.
A medida que ella va triunfando, se perfilan otros gags más interesantes que satirizan sobre el estresante mundo de Hollywood, como la caótica prueba que realizada y, sobre todo, cuando ella le relata al agente de prensa su biografía, y éste la escribe retocándola frívolamente para hacerla mucho más interesante.
Cuando entra en juego el alcoholismo y la decadencia de Norman, A Star Is Born tira hacia un tratamiento más serio y dramático.
En este punto, la historia de Norman cobra protagonismo, y resulta mucho más interesante que la de Esther, la cual ya ha llegado al estrellato.
El gran punto fuerte, es la forma como retrata el alcoholismo de Norman, y lo agridulce que resulta el mundo del espectáculo cuando uno está acabado, como es su caso:
La ausencia de papeles interesantes, antiguos amigos que le evitan, periodistas ávidos por escribir sobre su lamentable estado…
Sin embargo, no se nos muestra, apenas, cómo ambos personajes acaban enamorándose, ni la evolución de su relación, lo que les hace mantenerse unidos pese a las adversidades, sobre todo en el caso del inestable Norman, que resulta una extraña pareja para una chica como ella.
Este aspecto hace que A Star Is Born se resienta un poco, pese a su emotivo desenlace.
Como melodrama, donde se lleva la peor parte, son en las escenas destinadas a ensalzar la voluntad y el coraje de la chica de provincia, que está dispuesta a triunfar con consejos de la abuela, enérgicamente interpretada por May Robson, y donde destaca la visión de un insensible Hollywood, cual Saturno devorador de sus hijos.
Visión atrevida hasta ese momento, aun cuando todo se cubra de una platina de elegancia y glamour.
Aquí es donde Fredric March se hace dueño de la acción, componiendo un convincente alcohólico abandonado a su suerte por la industria, cuando pierde el favor del público, y ve como ocurre lo contrario con su mujer.
La Gaynor, a un año de abandonar su carrera, aún aguanta el tirón de jovencita en busca de sus sueños.
Y resultó curioso verla recibir un Oscar, que fue quien se lo llevó en la primera ceremonia de los premios, y por 3 películas, vaya usted a saber.
Mientras March haría lo propio posteriormente.
Técnicamente hay algún plano destacable, como la escena en que ella lleva a su borracho marido a casa, y vemos en el suelo un zapato que le acaba de quitar y, a su lado, el Oscar que ella acaba de ganar; pero el eficiente Wellman no parece sentirse cómodo, seguramente por la asfixiante influencia de su productor, David O. Selznick.
La pareja protagonista, Fredric March y Janet Gaynor, son 2 clásicos del cine, que además habían pasado con éxito su transición del cine silente al sonoro, y conocían bien los recovecos de Hollywood.
Sus 2 personajes, están perfectamente construidos; con gran química entre ambos, funciona y obviando las pretendidas escenas cómicas en el viaje de luna de miel en caravana, nos creemos que están muy enamorados, y llegan a emocionarnos en el previsible desenlace de su historia.
Ella ofrece naturalidad a raudales, hasta en sus momentos más dramáticos; y él compone a un hombre alcohólico y fracasado, pero enamorado, que realiza en su suicido, un acto de amor…
Los actores en cambio están muy bien:
Janet Gaynor hace una interpretación muy emotiva en el último gran papel de su vida; mientras que Fredric March resulta muy carismático como Norman Maine.
En papeles secundarios, encontramos al siempre eficaz Adolphe Menjou, como el productor Oliver Niles, lástima que sea un papel tan poco agradecido; y a Lionel Stander, un secundario muy habitual de la época, como el gruñón jefe de prensa, un magnífico contrapunto cómico; y May Robson es la rígida pero amorosa abuela que nunca se olvida.
El personaje de la abuela es una delicia, el carácter, la rotundidad con la que habla, y el cariño que hay en sus palabras; es un auténtico regalo.
Un momento inolvidable, y realmente decisivo, es el diálogo entre la abuela y la nieta:
La abuela es una mujer con carácter y decidida, segura de las cosas, una mujer que empujará a su nieta a luchar en aquello en lo que cree, explicándole el lado bueno, y los muchos lados malos de esa lucha.
Hay una escena muy interesante, que es la que mejor retrata la esencia de este tipo de historias:
Cuando Esther va a una agencia de figurantes en busca de trabajo, la encargada le lleva a la oficina de teléfonos, y le pide que observe el panorama:
Un montón de telefonistas recibiendo llamadas, y diciendo frases como “Lo siento, no hay trabajo”, o “Ahora no le necesitamos”
Seguidamente, la encargada le dice a Esther, que por cada luz que se enciende en la central, hay una persona que quiere ser una estrella, y que llama confiando que ésa sea su oportunidad.
Pero solo 1 entre 100 mil lo consigue.
A Star Is Born es la historia de esa 1 entre 100 mil.
¿Y qué es lo que la hace tan significativa?
Lo primero es que se ha extraído de la vida real, muchas de las cosas que en ella suceden, y es posible encontrar trozos de la existencia de su protagonista:
Janet Gaynor, El Oscar que le entregan, es la misma estatuilla que ella recibió cuando ganó el premio a Mejor Actriz en 1927; y durante esta ceremonia, su hermana le hizo un oso semejante al que, en el filme, le hace su marido.
También, fue Janet muy querida, y altamente valorada por el público y los productores, y mucho se apreciaba su facilidad para representar a mujeres sinceras y de gran dulzura.
No es difícil suponer que, el personaje de Norman Maine, tiene mucho de John Barrymore, quien también fuera víctima del alcoholismo, en los rodajes padecía terribles lapsus de memoria, se volvió indisciplinado, y comenzó a padecer un triste ocaso, donde hasta le ofrecían roles que recreaban su penosa vida privada.
Y a todo esto, el mundo del estrellato queda muy bien visionado en ese proceso de convertir a un ser humano convencional, en una imagen moldeada, desde el nombre, con biografía inventada, y figura totalmente acorde a los requerimientos del Estudio.
A Star Is Born, trata un tema bastante inusual de aquellos años, el lado oscuro del mundo del cine, el trato al actor, y la manera de ser este un producto de empresa para los medios de comunicación; y critica la otra cara del cine, la inmoralidad de esta fábrica, pues de la misma manera que te suben te bajan, pero la bajada es mucho peor y más dura, pues ya no hay manera de levantarse.
Se nos muestran los 2 lados:
El sueño de todo humano por alcanzar esta fama, y el lado negativo de la fama tan deseada.
Otro aspecto importante, es la humildad, si se empieza desde cero y luchando desde la sencillez, se apreciará mejor lo que uno irá consiguiendo en la camino, tal como le pasa a Esther:
Ella, a pesar de su fama, nunca olvidará sus raíces, y será la misma persona con fama que sin ella, y eso será el secreto de su éxito profesional y como persona.
Todo lo contrario que a su marido, el cual ya era famoso, y olvidó sus comienzos, aunque en la película no se habla; no era consciente que en su caminar hay que ser disciplinado en la profesión, y como persona, pues la fama y el éxito desaparece, y el trato del después, puede ser muy cruel.
El marido y la mujer, representan 2 caminos opuestos de cómo llegar a un mismo objetivo, y los resultados de ambos, la humildad y la sencillez, serán la clave del éxito.
Otro aspecto que trata A Star Is Born, es el alcoholismo, de cómo éste puede destruir la vida profesional y personal de las personas, no se profundiza mucho en el tema, pero queda bastante claro que será la raíz de los problemas.
Original y muy sugerente final, donde en el fondo, todos se constituyen en marionetas de un guión que escriben otros.
Recordemos que en esta época, los estudios eran dueños y señores del producto terminado, por encima de directores y actores; por lo que resultó original ese arranque y ese cierre leyendo las líneas del guión; en plan justo y merecido homenaje a los guionistas, que son quienes le insuflan el primer gran aliento a los personajes y a las historias que vemos en las películas.
Como dato curioso, A Star Is Born contiene varios chistes, incluyendo breves imitaciones de Greta Garbo, Katharine Hepburn, y Mae West de Gaynor; como el “Crawford Smear”, en referencia a los labios de Joan Crawford; y la revelación de que el apellido real de glamour de Norman Maine es Hinkle.
Hinkle, era el verdadero apellido de la estrella del cine mudo, Agnes Ayres; y no muy lejos, el apellido real de Fredric March era Bickel.
Por último aquí ya están las escenas que no faltan en ninguna de las demás versiones de A Star Is Born, entiéndase de los años 54 y 76, que en este caso, las historias se centraban en el mundo del cine, y no eran musicales como en las posteriores, así vemos el encuentro, él bastante perjudicado por el alcohol; la boda, la ceremonia de entrega de premios, y el suicidio.
Así como están perfilados alguno de los personajes secundarios que irán variando su importancia según la versión:
El mejor amigo de ella, que se conocen en tiempos de penurias; el productor, el publicista…
En esta versión, es importante el papel de la abuela, su comparación de Hollywood con el mundo de los primeros pioneros que ocuparon la tierra, no carece de interés.
No olvidemos que Wellman había sido todo un pionero en el mundo de los sueños imposibles, y también despiadados, como Hollywood; pero es un personaje que no vuelve a aparecer en ningún otro remake.
Y la banda sonora es de Max Steiner, que incluye la canción “A Star Is Born”, cantada por Buddy Clark junto a la orquesta de Eddy Duchin.
La letra fue escrita por Dorothy Dick, y la música por Max Steiner.
“Tragedy is a test of courage”
A Star Is Born es un reflejo de los valores humanos por encima de cualquier sueño hecho realidad; una película bastante atrevida para aquellos años, con una temática poco inusual en las producciones de los años 30; también, una película sobre el cine, pero no solamente de cine se habla, sino en el fondo de la historia, se esconden unos valores dignos de nombrar:
Una chica de pueblo enamorada del cine, y con un gran sueño, ser alguien, tener un nombre, y poder realizar sus anhelos; por lo que se habla de la lucha por aquello en lo que se cree, aunque los demás no crean en nosotros, y se rían de ello; un camino duro, nada fácil, pero hay que estar seguro de lo que se quiere.
También se muestra cómo puede destruirse una vida, como el cine puede devorar a sus estrellas, cuanto más alto se sube, más fuerte es la caída, pero por encima de todo nos muestra cómo se puede renunciar, cómo se puede sacrificar una persona, lo que se puede hacer por amor, y es hermoso comprobarlo, y es también como un canto a la esperanza en los sentimientos, y lo que estos nos empujar a hacer.
Hoy en día, la historia nos es más que familiar, puesto que ha sido mil veces contada con los mismos tópicos que aparecen aquí, pero en su momento, nadie confiaba en este film sobre el estrellato en Hollywood.
Puede que haya quedado algo anticuado en algunos aspectos, porque conocemos demasiado la historia, y a veces nos puede parecer que peca de inocente, como la forma como Esther pasa tan rápidamente de ser una don nadie, a un papel protagonista que la encumbra al instante; ese personaje de Oliver Niles tan descafeinado, que parece más una especie de amable padre protector, que un duro productor de Hollywood… pero aún hoy en día, muchos de sus aspectos siguen vigentes.
Desde que “ha nacido una estrella”, hasta la consagración del “artista”, un homenaje a La Era del Cine Mudo, en el año 2011.

“Hello, everybody.
This is Mrs. Norman Maine”



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