Captains Courageous

“15 years I've been fisherman, first time I catch fish like you”

Todo héroe, es bien sabido, emprende con sus aventuras un viaje que supone un aprendizaje:
Comienza conociendo poco de la vida y del mundo por el que discurrirá su camino, y llega a su final siendo más sabio.
La experiencia lo ha hecho crecer y comprender tanto a quienes le rodean como, a veces más importante aún, a sí mismo.
Es una senda iniciática o de iluminación.
Hoy día vivimos en una sociedad donde los jóvenes cada vez son más cómodos, se esfuerzan menos, y se aprovechan de sus pobres padres, incluso superando los 40 años; y en muchos de los casos, los padres creen que esta es la actitud correcta en la vida, ofrecerles de todo, incluso si esto resta tiempo de calidad con ellos.
Hay películas que indudablemente te marcan más cuando eres un niño, que cuando eres mayor; y encontramos muchas dedicadas al sector infantil, principalmente de animación, pero también las encontramos con personajes reales; y otras que no es necesario ser un niño para disfrutarlas y aprender de ellas.
“I bet I know a lot of things you don't know”
Captains Courageous es una película de aventuras, del año 1937, dirigida por Victor Fleming.
Protagonizada por Spencer Tracy, Freddie Bartholomew, Lionel Barrymore, Melvyn Douglas, Mickey Rooney, John Carradine, entre otros.
El guión es de John Lee Mahin, Marc Connelly, y Dale Van Every, basados en la novela homónima de Rudyard Kipling, publicada en 1897.
Kipling era un escritor y poeta inglés, aunque nacido en Bombay, autor de relatos, cuentos infantiles, novelista y poeta; y muy recordado sobre todo por sus relatos y poemas sobre los soldados británicos en la India, y la defensa del imperialismo occidental, así como por sus cuentos infantiles.
Un relato que en manos de los 3 guionistas que lo adaptaron, se convirtió en una de las películas más hermosas y conmovedoras del cine de aventuras; centrándose en el mar y en la vida de los pescadores, pero de manera especial, en la camaradería que surge del trabajo duro, la nobleza que impregna cada acto de quien lucha con denuedo contra un enemigo tan imposible como es el mismo océano, y la amistad inquebrantable que nace de compartir cada día con compañeros infatigables, al sostener un pulso a la muerte.
Captains Courageous fue galardonada con el Premio Oscar al Mejor Actor para Spencer Tracy, y fue candidata a:
Mejor película, guión y montaje.
Se cuenta que cuando Spencer Tracy recibió su estatuilla por esta película, se sorprendió al encontrar que el nombre inscrito, correspondía al héroe de cómic “Dick Tracy”; La Academia vergonzosamente sustituyó la estatuilla; y al año siguiente, Tracy conseguiría su 2º Oscar por “Boys Town” (1938)
Por su parte, John Lee Mahin no aceptó su certificado de nominación al Oscar hasta el año 1939, debido a que, en el momento de su nombramiento, que había estado en la junta del Gremio de Escritores, había una disputa entre el gremio y La Academia por la posible discriminación en la adjudicación de oficinas del Comité del gremio.
Captains Courageous fue la primera película de La MGM que apareció en la televisión, en 1955; una bonita historia que se convierte pronto en un manantial de emociones contenidas que vierte con cada gota una lágrima de la superación, el auto entendimiento, el reconocimiento de la propia vileza, la vergüenza, el amor, la amistad, el arrepentimiento, la aceptación, y la soledad.
La acción tiene lugar en New York, El Atlántico Norte, y Gloucester, Massachusetts; entre 1936 y 1937, a lo largo de varios meses, Harvey Cheyne (Freddie Bartholomew) es un niño rico de 10 años de edad, que siempre se aprovecha de su condición.
Un día debe viajar hacia Londres junto a su padre, Frank Burton Cheyne (Melvyn Douglas); y en el barco en el que viajan, Harvey cae accidentalmente al mar, y es recogido por Manuel Fidello (Spencer Tracy), un pescador que lo lleva a la goleta llamada “We're Here”, capitaneada por el viejo lobo de mar, Disko Troop (Lionel Barrymore)
Allí deberá pasar los 3 siguientes meses, hasta que el pesquero regrese a puerto.
Vivirá aventuras, y aprenderá a luchar por la superación, a esforzarse y a ser valiente frente a las amargas experiencias que le esperan; en compañía de la tripulación, en especial del marinero portugués que lo acoge como un padre.
Así, el chico descubrirá el valor del trabajo duro, y la amistad verdadera.
Un viaje interior de la infancia a la madurez, un viaje íntimo que forjará el carácter e incluso el espíritu de un niño malcriado, tomando como ejemplo a un hombre sencillo, pero con convicciones en la vida.
Captains Courageous es el ejemplo perfecto de cómo realizar una película sobre niños, con un mensaje obvio, sin aburrir ni caer en la sensiblería.
De hecho, se trata de un ejemplo perfecto del sistema de estudios del Hollywood clásico, llevado a su máxima capacidad, con un gran y eficaz director, pero sin una personalidad que destaque por encima de otros, con un magnífico reparto de actores, tanto principales como secundarios, un sólido guión sin pretensiones artísticas más allá de contar la historia lo mejor posible, y una recreación muy conseguida de la vida pesquera.
“Elliot, I'm going to be a father again”
Captains Courageous es una magistral película de género de aventuras marinas, y una de esas obras que se convierten en todo un clásico del cine universal.
La historia posee un gran ritmo y frescura, por la que no pasa el tiempo, al ser un viaje iniciático en que un muchacho, repelente, manipulador y egocéntrico, cae por azar en una comunidad que lo hace evolucionar, ver la dureza del mundo, la camaradería, el orgullo del trabajo bien hecho, la amistad que nace de las dificultades de apoyarse unos en otros, etc.
Es una odisea vital, que hará que el personaje sufra una metamorfosis por la que dará valor a todo lo que gana por sí mismo, en una obra revestida de un humanismo profundo, mezclando con inteligencia la aventura, la acción, y el melodrama, con ingeniosas dosis de humor.
También es una hermosa fábula moral con espléndidas enseñanzas de valores éticos, que navega del puerto del egocentrismo al de la redención.
Uno de los atributos más destacables, es la forma como encara la relación entre Manuel y Harvey, dando forma a esa relación prácticamente paternal, pero sin caer en la sensiblería, o al menos no hasta el desenlace.
De hecho, no queda demasiado claro que sea una mejor figura paterna que el verdadero padre del protagonista, el millonario Mr. Cheyne, quien nos es mostrado como un padre preocupado y comprensible, que es consciente de que no le dedica tanto tiempo como quisiera.
Pero así como Mr. Cheyne, es seguramente un padre más inteligente y de más recursos, la sencillez e imperfección de Manuel, le convierten en una figura mucho más cercana y entrañable con sus pequeñas supersticiones, como la historia que cuenta sobre el cielo de los pescadores.
De la historia, la primera media hora de metraje, supone una larga introducción en la que se nos muestra el devenir diario de Harvey, un presuntuoso y repelente niño acostumbrado a hacer su voluntad gracias al dinero y el poder de su padre.
Escudándose en él, hace y deshace a su albedrío, intentando domeñar a quienes le rodean.
Sin embargo, su mal comportamiento y su mal proceder, lo llevan a tener problemas con sus compañeros de colegio y los profesores, que admiran su inteligencia, pero nunca su proceder.
Al tiempo, somos conscientes de que Harvey está prácticamente abandonado a su voluntad, su padre está siempre trabajando; y el colegio, cómo no, es un internado.
Una víctima en realidad, que busca por la fuerza, lo que el amor le niega.
Expulsado del colegio, su progenitor toma conciencia de su falta de responsabilidad y cuidado para con su hijo, y se lo lleva de viaje.
Espera así tomar contacto con él, y ejercer al fin su papel de padre.
Un estúpido accidente, dará un giro a los planes:
Harvey cae en el mar, y será recogido por un pescador portugués llamado Manuel, que saca a su “pescadito” aterido de las aguas; y dará inicio de esta forma, a una de las historias de aprendizaje y amistad más hermosas del cine, un espectáculo en el que la emoción y la aventura se dividen a partes iguales, y que nos será imposible no ver con una sonrisa continua, a la vez que nuestros ojos se llenan de lágrimas.
Aunque no es una película exactamente sobre adopción, narra una situación que podemos asimilarla, en el sentido de un acogimiento provisional, y el establecimiento de un vínculo paterno-filial entre los 2 protagonistas de la historia; y da una lección sobre los verdaderos valores que pueden trasmitirse a un hijo.
Siguiendo con la metáfora de los naufragios, Captains Courageous se centra en un pequeño niño que, pese a su corta edad, ya es un náufrago de su propia vida.
Un niño rico que no conoce el cariño, pero sí el dinero.
Un niño al que un soborno le es más natural que un abrazo, una orden más que un beso, una conspiración más que un amigo, un negocio más que una familia.
Y un pescador portugués será, por azar, el responsable de convertirse en su faro, y de enseñarle lo que le es desconocido.
En el aislamiento de alta mar, donde sus amenazas no tienen alcance, y donde el dinero no existe, tendrá por vez primera en su vida que forjar su propio nombre desde cero, sin apoyarse en el poder casi omnipotente de su padre.
Aprenderá poco a poco el duro camino de la igualdad, vetado para él desde su nacimiento.
Aunque para muchos quizá resulte una historia ñoña, no deja de resultar sorprendente la rudeza de determinados y aislados momentos, necesarios para hacer creíble el ambiente rudo en el que se desenvuelven los marineros.
De esta forma, cuando el joven Harvey es rescatado de las aguas, y muestra lo peor de su carácter quejándose por todo, es enseguida llamado al orden por El Capitán Disko, el cual no está para bromas ni tonterías:
O trabaja y se gana el pan con respeto hacia sus compañeros, o ya irá aprendiendo rápido a hacerlo.
Harvey no obedece, y se muestra más airado aún, y entonces, sin que podamos ni tan siquiera intuirlo, El Capitán le suelta un bofetón que lo tira al suelo.
Como quien aparta una mosca que lo molestara; tirado en la cubierta con el labio sangrando, Harvey mira alucinado a su alrededor, empezando a comprender que sus amenazas y pataletas no servirán de nada.
Al rato, una simple reprimenda era todo lo que necesitaba; y la única forma de ganarse el respeto de los demás, es trabajando duro como ellos, y acatando las normas de la tripulación.
No sirven ni el dinero ni la posición social, y tendrá que valerse por sí mismo en un ambiente que no es hostil ni agresivo hacia él, sino que tan solo es así, porque es la forma de vida de esos pescadores que se enfrentan a la muerte cada vez que sus barcas son botadas al mar.
Harvey se irá adaptando a este mundo tan ajeno al suyo, gracias a ser tratado como uno más; y también, claro está, porque en Manuel encontrará a esa figura paterna que nunca ha llegado a tener.
Técnicamente, Captains Courageous está dirigida por todo un artesano como lo fue Victor Fleming; y también es una excelente obra producida por la Metro-Goldwyn-Mayer, el mejor ejemplo del tipo de películas que esta productora siempre persiguió realizar:
El epítome del cine familiar; ayudado por la excelente fotografía de otro viejo colaborador, Harold Rosson, y todo el equipo de lujo de la Metro, desde Cedric Gibbons a la dirección artística, a la épica música intimista, también cuando la historia lo requiere, de Franz Waxman.
Una película que es una aventura íntima y emocionante en el marco de un mar libre, que lo mismo da la vida que la quita.
Y es que de verdad, el director californiano tuvo entre sí, el enorme reto de agarrar una brillante historia, y no destrozarla en su adaptación, y lo consiguió, vaya que si lo consiguió, narrándonos una bonita, mágica, divertida, tierna, emocionante, y por supuesto conmovedora historia de pescadores.
No obstante, la producción se retrasó durante varios días, empezando debido a la muerte de Irving Thalberg.
Para Victor Fleming, el mayor desafío con el rodaje, fue tener que lidiar con las frustraciones frecuentes del tiempo, que no cooperaba.
“Habíamos establecido el mes de octubre como rodaje, con el fin de tomar ventaja de la niebla; pero para los días después de empezar a trabajar, ya sea el sol o el viento causaba ruptura en la niebla” dijo el director; y en una ocasión llegó a estar tan harto del clima, siempre cambiante, que finalmente levantó los brazos de la derrota y dijo:
“¡Maldita sea, nos vamos a casa!”
Pero no fue así…
Sobre los barcos usados, el Oretha F. Spinney era una goleta pesquera que fue comprada por MGM en Gloucester, Massachusetts; para transformarla en la “We're Here”, y se embarcó en Terranova para las tomas de fondo.
Tanto la pesca y las carreras de goleta, se hizo en la Bluenose, que fue utilizada para las tomas de la nave durante el proceso de filmación.
El Bluenose, fue un icono nacional canadiense, procedentes de Lunenburg, Nueva Escocia; y simboliza el orgullo de la flota pesquera de Canadá, y siendo ganadora del trofeo del Pescador Internacional durante 17 años.
Así pues, ninguna persona durante el rodaje estuvo realmente en el mar:
Una réplica de tamaño natural de la goleta pesquera, fue construida en un tanque, por lo que los actores simplemente caminaban sobre ella todos los días durante el rodaje.
Como dato, hacia el final del rodaje, Victor Fleming tuvo que ingresar en el hospital para una cirugía menor, algo suponía iba a tomar unos pocos días.
Sin embargo, su recuperación fue inesperadamente lenta, y terminó causando un retraso de unas semanas en la producción de la película; por lo que MGM nombró a otro director, Jack Conway, para encargarse temporalmente de la película, hasta que Fleming pudiera volver a trabajar.
Del reparto, tenemos a un soberbio Spencer Tracy, metido en el entrañable cuerpo de Manuel, un pescador portugués, en una interpretación perfecta.
Un personaje difícil, pero de una honestidad tan limpia como ese mar que surca.
Un papel de verdad enormemente puro; pero atención al niño prodigio, Freddie Bartholomew, el joven actor que llegó a competir en éxito con la misma Shirley Temple, pero al que los años acabaron apartando de las pantallas; que junto a Tracy, son los que llevan casi todo el peso de la película; dando vida a Harvey, un caprichoso y malcriado niño, hijo de un millonario, que al ser rescatado del mar por un barco de pescadores, su vida dará un cambio inesperado.
Como dato, de entre toda la hornada de niños prodigio de aquella época, Freddie aquí aparece junto a Mickey Rooney, que no logra robarle ni una escena; él es el más “adulto”, el que siempre acometió papeles más complejos antes de emprender una carrera que para nada sería justa con sus maravillosas cualidades, y es increíble ver la seguridad con la que actúa delante de un gigante como Tracy, hasta lograr ese imposible dicho:
“Pez chico, se coma al grande”
Otro dato de producción, cuando el rodaje finalmente terminó, Spencer Tracy se sintió aliviado:
“Freddie era la causa, él era el 98% de la película, y había que seguirle el ritmo.
El chico tenía que creer en Manuel, o Manuel no valía un cuarto.
La forma en que me miraba, creer cada palabra que dije, me hizo creer en mí mismo.
Nunca he dicho esto antes, y nunca voy a decirlo una vez más”
Sin embargo, Captains Courageous fue la única película en la que se le permitió jugar un carácter menos-que-virtuoso.
Por su parte, Spencer Tracy estaba inicialmente reacio al tomar el papel de Manuel, sobre todo porque tenía que cantar en varias escenas, y usar cabello encrespado.
Sus nuevos rizos, siempre fueron motivo de risa para sus amigos y compañeros de reparto; tanto que Joan Crawford le hizo referencia como “Harpo”, por el pelo rizado de los hermanos Marx; y se quejó por esas 2 horas de duración que tuvo para obtenerlo en cada día de rodaje; así como el esfuerzo de fingir el acento portugués.
Pero Spencer Tracy encontró el principal reto, en hacer de Manuel un hombre realmente feliz, sin hacerlo parecer como un idiota.
Por su parte, El Gerente General de MGM, Edward Tracy Mannix, le advirtió no intentar un acento, porque sonaría ridículo.
Y es que inicialmente había rechazado el papel de Manuel, porque pensaba que era demasiado secundario al niño, y no intentó el acento portugués, pero en lugar, basó su acento en una voz yiddish que había usado durante una obra de teatro.
Pero Captains Courageous cuenta con muchos más actores, porque el gran Victor Fleming supo elegir para esta obra maestra, un gran elenco de secundarios de auténtico lujo, y colocarlos a todos de forma magistral en sus respectivos puestos de trabajo; así nos encontramos a:
Lionel Barrymore, en el papel del intrépido Capitán Disko Troop, un auténtico lobo de mar, como suele decirse, de libro; siendo esta una de sus últimas películas; pues la artritis degenerativa lo dejaría paralítico; tanto que al año siguiente, actuó cojeando sobre muletas en la oscarizada “You Can't Take It With You” (1938) de Frank Capra; y después de eso, estuvo confinado a una silla de ruedas para el resto de su vida.
Melvyn Douglas, fue prestado de Columbia para la película; metido en el elegante traje de Mr. Cheyne, el padre acaudalado de Harvey.
Sin olvidarnos de Mickey Rooney, como el joven grumete Dan; y que decir del fordiano, John Carradine, en el papel de Long Jack, otro lobo marino.
De los niños, evidentemente el destacable es Freddie Bartholomew, tan odiable como adorable, pues cuando uno lleva al menos 20 minutos de metraje, resulta imposible creer que al final vas a sentir empatía por él.
Como dato, tanto Freddie Bartholomew como Mickey Rooney estaban en edad escolar, por lo que la producción tuvo que amoldarse en los horarios para que los muchachos tuvieran acceso a tutores.
Una diferencia con la novela de Kipling, es que Harvey Cheyne tenía 19 años; y fue cambiado a 10, con el fin de dar cabida a Freddie Bartholomew.
Quizás, el propio Mickey Rooney hubiera estado más cercano al Harvey Cheyne de Kipling.
Otro dato, es que no tiene sentido, que los profesores de Harvey esperen que él sea independiente, si tiene más que 10 años.
Por otro lado, Fleming se tomó la molestia de intentar recrear ese mundo de la forma más veraz posible, para que el espectador tenga realmente la sensación de estar a bordo de ese barco pesquero, y que sienta el olor a pescado; tanto así, que los bacalaos vivos, fueron importados del estado de Washington para confirmar su autenticidad.
Pero Captains Courageous es también documental, pues con ellos aprenderemos por qué antes de tirar la basura por la borda, conviene escupir al viento; cómo y por qué hay que tener extremo cuidado al manipular los anzuelos; que no se merece ganar una apuesta si se hace trampas; que si uno aprende a ser noble hasta con el más hosco de los marineros, como Long Jack, este le responderá con la misma moneda, y sobre todo, aprenderemos el valor de la amistad.
Los rostros de Spencer Tracy y Freddie Bartholomew, brillan con toda la emoción de un padre hacia su hijo en los momentos en que Manuel habla con Harvey, enseñándole, sin proponérselo, en qué consiste eso tan extraño que es la vida.
El único punto que se le podría achacar, es que su epílogo se atasca un poco:
Después del trágico incidente que sucede al final, uno de esos momentos en los que es inevitable dejar escapar una lágrima, los guionistas no consiguen cerrar del todo la relación entre Harvey y su padre, o reflejar cómo el chico acaba volviendo a sus brazos.
De todos modos, eso no empaña el buen sabor de boca que deja al final, esa placentera sensación de haber disfrutado con una gran película, de ésas que saben conmoverte y hacerte disfrutar de sus encantadores protagonistas.
Pero también posee algunos errores de continuidad, el más notable sucede alrededor de los 30 minutos, Harvey golpea a Manuel 2 veces en la espinilla izquierda con un remo.
Manuel, a continuación, cuenta a la tripulación de que Harvey haría cualquier cosa por él “a pesar de romperle la pierna”
Y minutos después, Manuel levanta la pierna derecha, y se la frota.
Un dato interesante, es el exterior del edificio destinado a ser la mansión de los Cheyne, al comienzo; y es una que se encuentra en Washington, Blvd., en Culver City.
La estructura, que al principio albergaba las oficinas de la Thomas H. Ince Corp., se convirtió en la sede de Selznick-Internacional, y también sirvió como su logo corporativo.
El Memorial de los pescadores al final, es una réplica de la que en Gloucester, Massachusetts; y el monumento real puede ser visto en el comienzo de la película “The Perfect Storm” (2000), otra película sobre los pescadores de Gloucester.
También hubo una controversia, pues de acuerdo con un artículo de prensa en Motion Picture Daily, el 18 de noviembre de 1938, El Juez Federal, Harry Hollzer, sentenció a la MGN pagar una suma de $30 mil a la señora Helen Gonmesen,  viuda de Kristen Gonmesen, un marinero que fue arrastrado por la borda en el Océano Pacífico durante el rodaje.
La demanda se basa en la afirmación de que el buque utilizado no era seguro, y no estaba en condiciones de navegar.
En definitiva, Captains Courageous es un film portentoso, de indudable visionado, de altísimo nivel de las mejores películas de la historia del cine, un insuperable homenaje a los marineros, a las personas que dieron su vida en el mar, y nunca regresaron; pero también resulta un serio ataque a los señoritos ricos que en el período de entreguerras, aparecieron abundantemente en EEUU, nuevos ricos que no sabían adaptarse a su nuevo status.
Por último, el tema principal de la banda sonora de Franz Waxman, se deriva de la tradicional canción de Navidad catalana “El Noi de la Mare”, es decir, “El Hijo de María”
“You think Manuel soft with that kid, huh?
You think cause I catch him I let him still be Jonah, huh?”
La estrella de Captains Courageous, fue sin duda Freddie Bartholomew, que realiza una interpretación magistral, pues sabe dotar a su personaje de alma, de empatía, de sentimientos, y ello mostrando un periplo vital creíble, desde su arrogancia repelente del principio, a saber darle valor a lo que lo rodea.
Actuación muy natural, veraz, con su entonación, su lenguaje gestual, su modelada mirada, un titán como actor, con tan solo 13 años.
Y es que Freddie tuvo una infancia de película:
Nació en Londres, a los 3 años fue abandonado por sus padres, con su tía que lo crio, y de la que tomó el apellido.
Ya a los 5 años recitaba poemas, obras de Shakespeare, cantaba, bailaba; y a los 6 años debutó en cine, apareciendo en 4 películas inglesas.
Fue el afamado productor, David O. Selznick, y el realizador George Cukor, en un viaje a Londres que lo vieron y escogieron para protagonizar “David Copperfield”, siendo este film, un gran éxito que haría del pequeño actor una estrella, protagonizando varias cintas en los 30.
Por esta fama, le hizo el 2º actor más cotizado tras Shirley Temple, provocando que sus padres quisiesen recuperar su custodia, lo que le involucró en un largo litigio que le hizo gastar gran parte de su dinero en abogados y pensiones a los padres.
Esto hizo que con el éxito de Captains Courageous, pidiera más plata la MGM para sus futuros proyectos; peor estos se negaron, y Freddie rompió con el estudio, lo que le hizo perder papeles para los que estaba previsto.
Esto, y que su aniñada figura ya no le acompañaba, le hizo caer en desgracia; y con los años llegó a la televisión.
Se hizo publicidad en el medio, pero sus años de oro nunca volverían.
Murió en Sarasota, Florida, en 1992, víctima de enfisema, a la edad de 67 años.

“Yea-ho, little fish, don't cry, don't cry”



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