In Cold Blood

“Look at me boy!
Take a good look!
Cause I'm the last living thing you're ever gonna see!”

Los años 60, fueron el período de más cambios en el cine a nivel mundial, reflejo evidentemente de los cambios de una sociedad, en este caso, la estadounidense, que empezaba a ver cómo sus hijos se marchaban a una guerra que no ganarían.
El arte comenzaba a ser más libre, y el cine daba muestras de ese cambio con la incursión de “La Nouvelle Vague” en Francia; en Inglaterra el “Free Cinema” haría verdaderos estragos, y al otro lado del charco, darían entrada a una serie de realizadores salidos de la televisión, que cambiarían por completo la forma de hacer cine, y formarían una especie de prolegómeno de los directores que invadirían el cine en la siguiente década.
Truman Capote, fue un periodista y escritor estadounidense, principalmente conocido por la novela “Breakfast at Tiffany's” (1958); pero en 1966, escribe su novela-documento:
“In Cold Blood” (1966), que será su trabajo más celebrado.
Con ella, acuñaría el término “non-fiction-novel”, creando un referente para lo que luego sería el nuevo periodismo estadounidense; una corriente periodístico-literaria que nace en los años 60; que se define como rompedora en el periodismo e innovadora en literatura, que persigue llevar a cabo una investigación periodística exhaustiva basada en hechos reales, y explicar la historia con un tono literario; donde estructura, las principales características del nuevo periodismo, son:
Construir un texto escena por escena; incluir gran cantidad de diálogos; definir con detalle a los personajes; y adoptar siempre un punto de vista para explicar la historia.
Truman Capote, escribió un reportaje con forma de novela y estilo literario, pero sencillo, aprovechándose de las técnicas que había aprendido como guionista cinematográfico.
En 4 largos capítulos, informó como si se tratara de una novela, del asesinato de la familia Clutter en Holcomb, intercalando páginas dedicadas a los asesinos, a las víctimas, al pueblo, y a los testigos.
La novela, publicada tras 5 años de intensa investigación, cuenta el suceso real del asesinato; pues la sociedad de aquellos años, quedó conmocionada por un crimen que sugería, que cualquiera podía morir asesinado en cualquier momento.
La familia asesinada, Los Clutter, estaba compuesta por Herbert, su esposa Bonnie, y sus hijos Kenyon de 15 y Nancy de 16 años.
Era el arquetipo del “Sueño Americano” en la década de los 50.
Herbert era propietario de la granja River Valley, y era considerado el 2º hombre más rico de la región.
El día de su muerte, había firmado un seguro de vida por $40 mil.
Eran gente próspera, que vivía de la agricultura, y habitantes de un pequeño poblado de mayoría metodista.
Tenían buena reputación; eran religiosos, y asistían sin fallar a los servicios dominicales.
Generosos, empáticos, trabajadores, sanos, no tenían aparentes enemigos.
Bonnie fue una destacada miembro de la sociedad, hasta que una depresión la tuvo asistiendo a psiquiatras por más de 4 años.
Una semana antes de su muerte, se le había diagnosticado que la raíz de sus males, no era un problema mental sino físico, y que una operación en su columna, eliminaría sus crisis emocionales permanentemente.
Mientras Nancy Mae era una popular adolescente para el momento de su muerte; y Kenyon Neal, era el hijo menor del matrimonio, al igual que su hermana, participaba en reuniones del club 4-H.
Eveanna y Beverly, eran las hijas mayores de los Clutter; que cuando ocurrieron los asesinatos, ellas no vivían ya en el hogar paterno:
Eveanna había contraído matrimonio, formando su propia familia; y Beverly estudiaba enfermería en Kansas City.
Los asesinos, Richard Eugene Hickock, y Perry Edward Smith, eran convictos en libertad condicional, que creían que en la casa de Los Clutter, hallarían una caja fuerte con no menos de $10 mil.
Richard “Dick” Eugene Hickock, en prisión conoció a Perry Smith; y creyó reconocer un asesino nato en Perry, por lo que decidió que trabajaría con él al salir de la cárcel.
Allí, conoció a otro prisionero llamado Floyd Wells, quien le contó acerca de la familia Clutter, para la cual había trabajado antes.
Wells le dijo, que esta familia poseía una caja fuerte en su granja en Holcomb, Kansas, donde supuestamente guardaba grandes sumas de dinero.
Perry Edward Smith, tenía 36 años.
Sus padres había sido acróbatas de rodeo, su madre Flo Buckskin, era una india cherokee, y su padre, Tex John Smith era un cowboy irlandés.
Perry se alistó en La Marina Mercante, en su juventud, y 2 años después, hace lo mismo en el ejército, por lo que participa en La Guerra de Corea como ingeniero mecánico, donde obtuvo La Estrella de Bronce.
Tras la guerra en 1952, en Anchorage, sufre un grave accidente de moto, y pasa un año en rehabilitación.
Desde entonces, siempre le dolieron las piernas, ya que los huesos no sanaron adecuadamente.
Y fue condenado de 5 a 10 años en la prisión de Lansing, Kansas.
Para aquel entonces, su madre ya había muerto, y sus hermanos Jimmy y Fern, se habían suicidado.
En esa prisión, conoce a Dick Hickock, quien le habla de Floyd Wells...
Al salir de la prisión, Perry y Dick se reencuentran, y se dirigen a la casa de Los Clutter.
Alrededor de las 11:30 de la noche del sábado 14 de noviembre de 1959, Perry Smith y Dick Hickock, entraron a la casa de Los Clutter y, después de inmovilizar a los 4 miembros de la familia presentes, registraron todo el inmueble buscando una caja fuerte que, según información recibida por Hickock, contenía $10 mil.
Al comprobar que esta no existía, y que la información era errónea, asesinaron a Los Clutter, uno por uno.
El primero en ser asesinado fue el Sr. Clutter, que había sido llevado al sótano, y atado de manos y pies.
Smith le cortó la garganta con un cuchillo de caza, al sentir el corte, el Sr. Clutter logro soltar su mano izquierda, por lo que Smith le disparó a la cabeza con una escopeta.
En otro ambiente del mismo sótano, se encontraba, atado y amordazado, su hijo menor Kenyon de 15 años, al que Smith asesinó disparándole en el rostro, cerca de la nariz.
Luego, se dirigieron al cuarto de Nancy Clutter, a la que asesinaron disparándole en la parte posterior de la cabeza, detrás del oído derecho, según se constató en la autopsia realizada; sin importarles que rogara por su vida.
Smith declaró inicialmente, que Hickock había matado a las 2 mujeres, posteriormente confesó que los 4 crímenes habían sido realizados por él.
Finalmente se dirigieron al dormitorio de Bonnie Clutter, igualmente, Smith le disparó en la cabeza, en la sien izquierda, mientras se encontraba amordazada y atada a su cama.
Los asesinos robaron algunos bienes, como unos binoculares y una radio a pilas, cuyo valor no pasaba de $40, y huyeron de Kansas, para luego terminar en México.
Al día siguiente, Susan Kidwell y Nancy Ewalt, amigas de Nancy Clutter, alarmadas por la ausencia de ella y de su familia en los servicios dominicales de la iglesia metodista, donde eran conspicuos miembros, fueron a buscarla.
Al ingresar a su casa, se dirigieron al dormitorio de Nancy, donde descubrieron horrorizadas, el cuerpo sin vida de su amiga, y así de los demás...
Smith y Hickock, regresaron a los Estados Unidos, y siguieron a la deriva hasta que fueron identificados como los asesinos, siendo arrestados.
Los capturaron el 30 de diciembre de 1960; y luego de ser juzgados, los condenaron a la pena de muerte mediante la horca.
En confinamiento se reveló que uno de los pasatiempos de Hickock, era atropellar perros en las autopistas, además sentía deseos sexuales por niñas, hecho que siempre negó rotundamente.
Perry Smith, aseguró que Dick iba violar a Nancy Clutter de 16 años, antes de asesinarla, sin embargo, él se opuso.
Dick, esperó en el corredor de la muerte de la prisión de Lansing, curiosamente, el mismo lugar donde se había conocido con Perry; durante casi 2 mil días, solicitando continuamente el cambio de su sentencia, argumentando que él no había asesinado a Los Clutter, sino Perry, hecho que éste mismo admitió.
Durante la espera, Perry conoce a Truman Capote, y le concede entrevistas frecuentemente.
Ambos asesinos fueron ejecutados en La Prisión de Langsing, Kansas, el 14 de abril de 1965.
Las últimas palabras de Hickock, fueron:
“Sólo quiero decir que no tengo resentimientos.
Ustedes me están enviando a un mundo mejor que como este ha sido”
Tenía 34 años.
La noche de la ejecución, Perry desesperado, llama a Capote y le ruega que solicite una apelación; sin embargo, Capote, que deseaba secretamente la muerte de los asesinos para mejorar su libro, hace caso omiso de la petición de Perry.
Sus últimas palabras fueron:
“Pienso que es una cosa infernal quitar la vida de este modo.
No creo en la pena de muerte, ni legal ni moralmente.
Puede que hubiera podido contribuir en algo.
No sirve de nada que pida perdón por lo que hice.
Hasta está fuera de lugar, pero lo hago, pido perdón”
Unos psiquiatras afirmaron, que de haber estado solos, ninguno de los 2 hubiera cometido el crimen, pero que juntos, se alentó una 3ª personalidad que fue lo que finalmente les impulsó...
Floyd Wells, el compañero de celda, que incitó a Dick, a maquinar el delito.
Con estos hechos, Truman Capote empezada a escribir en 1959, y publicada en 1966, y para cuya documentación, el autor realizó un exhaustivo trabajo de campo.
Truman Capote estaba en New York cuando leyó la noticia del asesinato en el diario.
En ese momento, decidió ir a Holcomb para investigar sobre lo ocurrido, y ver cómo afectaba esto a la gente del pueblo.
Junto a la escritora Harper Lee, Capote entrevistó a la policía y a conocidos de los Clutter, incluso antes de que se supiera el nombre de los sospechosos.
Dick Hickock y Perry Smith.
De ahí salieron miles de páginas de anotaciones que irían creciendo; por lo que Capote tuvo que ganarse la confianza de todos los testigos y habitantes del pueblo de Holcomb.
En un principio, tanto por su actitud estrafalaria y extrovertida, como por su pública orientación homosexual, le fue difícil.
Así las cosas, In Cold Blood explica, cómo una familia de un pueblo de Estados Unidos, es asesinada sin ningún sentido, y cómo los asesinos son capturados y sentenciados a pena de muerte.
En la novela, se quieren mostrar las 2 caras del sistema judicial, la humanidad que está detrás de un crimen y, especialmente, el motivo del crimen.
Del libro, se venderían más de 300 mil ejemplares, permaneciendo en la lista de los libros más vendidos del New York Times durante 37 semanas.
“Someday, somebody will explain to me the motive of a newspaper”
In Cold Blood es un drama de suspense del año 1967, escrita y dirigida por Richard Brooks.
Protagonizada por Robert Blake, Scott Wilson, John Forsythe, Paul Stewart, Jeff Corey, Gerald S. O'Loughlin, John Gallaudet, James Flavin, Charles McGraw, Will Geer, Vaughn Taylor, entre otros.
Basada en la novela homónima de Truman Capote, la película consigue trasladar los temas sustanciales como conocer íntimamente a las víctimas y sus verdugos, saber con todo detalle, qué ocurrió exactamente aquella noche del 14 de noviembre de 1959, por boca de uno de los asesinos, y reflexionar sobre la pena de muerte.
Brooks realizó la adaptación de la novela, tan sólo 1 año después de su publicación.
Como dato de la publicidad de la película, los 2 pares de ojos en el cartel promocional, son los ojos de los verdaderos asesinos, no de los actores que los representan.
In Cold Blood estuvo nominada a 4 premios Oscar:
Mejor director, guión adaptado, fotografía, y banda sonora.
Y narra el asesinato de Los Clutter, una familia de granjeros de Kansas, por 2 ex-presidiarios:
Perry Smith (Robert Blake) and Dick Hickock (Scott Wilson)
La brigada policial que investiga la brutal matanza, está liderada por el que fuera miembro del FBI, Alvin Dewey (John Forsythe), y éste hará todo lo posible por resolver el asesinato.
In Cold Blood es desasosegante, turbadora, congeladora y minuciosa, gran combinación de reportaje periodístico/realidad, y hechos añadidos/ficción, acaba por ser una sobresaliente reflexión sobre la futilidad y facilidad del crimen, de la maldad, de la convivencia, nada insólita, inexplicable, de extremos opuestos a la cabeza, el Odio y el Amor.
De la negrura que oscurece hasta lo más hondo un problema insolucionable, por muchas penas de muerte, leyes terroríficas, o programas sociales que se quieran llevar a cabo; todo influenciado y posteriormente  ser delatados por un amigo de los ex convictos, quien paradójicamente fuera el único que obtuvo dinero de todo esto.
“I'm sick of it, maps, buried treasure, All Of It!”
Muchas películas se han basado en asesinatos reales, y pocas lo han hecho imprimiendo el cuidado que Richard Brooks demostró aquí.
Hay tanto detalle bien supervisado, que te olvidas que se trata de una película; que casi crees que estás delante de un documental; pues te crees que los personajes son de verdad.
Y es que hacer una adaptación fílmica del célebre libro de Truman Capote, de entrada es una tarea un tanto arriesgada por varios factores:
En primer lugar, su contenido, que narraba un sanguinario asesinato real, se prestaba a caer en ciertas trampas como abusar del dramatismo y el impacto fácil que supondría al espectador, saber que lo que está viendo es cierto.
En segundo lugar, el hecho de que el libro, una de las novelas periodísticas por excelencia, fue un éxito absoluto de ventas, y considerada una obra genial desde el primer momento, lo cual implicaba que la película debería poder soportar las difíciles comparaciones con el material original.
Y por último, aunque parezca más anecdótico, cuando el film se estrenó, no hacía poco de la publicación de la novela, haciendo que la comparación entre ambos, fuera aún más inevitable.
Por suerte, el proyecto cayó en manos de un cineasta tan profesional y eficiente como Richard Brooks, que no se iba a amedrentar ante un reto así.
El director convierte la novela de Capote, en un incómodo, perturbador y helado drama.
La historia de 2 jóvenes asesinos, se transforma en un largo y meticuloso viaje al filo de una daga.
Esta versión de la novela de Truman Capote, cuenta los hechos tal y cómo se desarrollan en la novela, aunque sufre los lógicos recortes y adaptaciones de toda novela llevada al cine consigue trasladar objetivamente los temas sustanciales.
Se narra el crimen, y la posterior búsqueda y detención de los asesinos.
La base sobre la que partía Brooks, y que éste se esmeró en respetar, es que los hechos que explica la película son reales, por tanto, era importante darle al film un estilo realista para mantener esa esencia, o de lo contrario, no sería más que otro drama policíaco.
Además, Brooks sabía que el público conocía los hechos, por tanto, la construcción de la trama partía de esa ventaja.
Es decir, In Cold Blood no se basa en el suspense o la incógnita de si los 2 criminales serán atrapados por la policía, puesto que el público ya sabía que será así, por tanto, Brooks a cambio se dedicó a explorar su psicología.
“Jenson” es la persona que narra los hechos, en la voz del mismo Truman Capote; el famoso suceso en que Perry Smith y Dick Hickock, entraron en la casa de una respetable familia de Kansas, los Clutter, en busca de una caja fuerte.
El robo acabó siendo un desastre, ya que no sólo no había ninguna caja fuerte, sino que además, mataron al matrimonio Clutter, y a sus 2 hijos adolescentes.
Por lo que ambos huyeron a México, pero acabaron regresando a Estados Unidos, siendo detenidos en Las Vegas.
Para entonces, la policía ya les había logrado asociar con el asesinato de los Clutter, y tras varios interrogatorios, consiguieron que confesaran para condenarlos a pena de muerte.
Amparándose pues en su referente periodístico, y su énfasis en que está contando una historia real, Brooks le da al relato un tono exento de dramatismos forzados, casi como si buscara el punto de vista más objetivo posible, que además enfatiza con la figura del periodista, que es una representación del mismo Capote, que va siguiendo la investigación en la vida real.
Para remarcar ese realismo, recurre además a muchos de los escenarios en que sucedieron los hechos, y reduce algunos episodios del libro, por ejemplo:
El personaje de la hija mayor de los Clutter, que afortunadamente no vivía ya en la casa de sus padres, para hacer la narración más concisa.
Por otro lado, la excelente fotografía en blanco y negro, le añade la sobriedad que busca el relato, una seca y dura “road movie”, que tiene lugar después de los hechos criminales, y sirve a Brooks para profundizar en el interior de los 2 asesinos, otro acierto, de manera que a través de sus propios recuerdos, o de las pesquisas policiales, el espectador va a ir reconociendo en el pasado de ambos, las causas que explican comportamientos tan inhumanos.
Dado que el asesinato de los Clutter es el acontecimiento central de la historia, y el espectador ya lo conoce, Brooks lo emplaza muy inteligentemente al final, mediante una narración en “flashback”, dejando para el último tramo, la escena más cruel de la película.
Aunque el espectador está más que acostumbrado a ver asesinatos en otros films, en este caso, el momento es especialmente angustioso, ya que el tono tan realista de la película, hace que uno pueda sentir esa matanza como algo auténtico.
No obstante, el problema es:
¿Cómo explicar algo inexplicable, lo que llevó a Perry a proceder a matar a todos sin motivo alguno?
Ahí es donde entra en juego el trabajo psicológico que hizo Brooks con su personaje.
El momento en que repentinamente se descontrola y desata sus impulsos asesinos, no se puede explicar, pero sí que el director lo refleja de alguna forma con la puesta en escena:
La absoluta oscuridad en que sucede todo, como si se encontraran inmersos en una pesadilla, en un espacio donde se quedan solos con sus fantasmas interiores; la imagen del padre tan odiado, que vuelve a aparecer repentinamente; la banda sonora que emerge después de tantos minutos en silencio, etc.
Brooks, nos muestra de esta forma en Perry, sin ningún tipo de maniqueísmo, personas con grandes problemas para integrarse en la sociedad, que se quedan finalmente fuera de todo el sistema, y que se ven abocadas a delinquir, porque terminan odiando todo y a todos.
En ningún momento se nos hace ver, que la acción de estas personas es la correcta, pero nos hace sentir un poco culpable a todos por lo que estamos creando.
No olvidemos el corte liberal y progresista del director...
Rodada en blanco y negro, en los escenarios naturales donde transcurrieron los hechos, y con la misma luz que debieron ver los protagonistas de la historia, Brooks ofrece un trabajo sobrio y redondo hasta el último detalle, en el que aporta una interesante reflexión sobre la pena de muerte:
Los 2 asesinos, no condicionaron en ningún momento sus actos por la posibilidad de ser con posterioridad condenados y ejecutados.
La procedencia social, su condición de haber estado ya en la cárcel, y la falta de oportunidades en la vida, fueron elementos más decisivos a la hora de planear el robo, y asesinar a sus víctimas, que cualquier posible castigo posterior que pudieran recibir.
Ese inolvidable blanco y negro, navega entre el documental y la atmósfera terrorífica que Brooks va aplicando poco a poco al relato, adentrando al espectador en el horror cotidiano, mostrando muy de cerca a todos los personajes, y marcando cierta distancia emocional con los mismos.
Mención especial merece también el montaje, obra de Peter Zinner, que va uniendo todas las líneas argumentales hasta un tramo final totalmente desesperanzador.
Es encomiable, cómo se unen a Perry y Dick con la familia asesinada, mucho antes de que se encuentren, esa conversación telefónica que une a 3 personajes; o cómo Brooks entrelaza el horrible crimen con el ahorcamiento de los 2 asesinos, no dejando lugar a dudas:
Es tan frío y horroroso el crimen cometido por los 2 muchachos, como su asesinato a sangre fría, bajo la indiferente mirada de testigos.
Del reparto, la primera decisión importante de Brooks, fue rechazar la pretensión de Columbia Pictures, de imponer a Steve McQueen y Paul Newman como protagonistas.
Brooks sostuvo, que esos rostros tan conocidos, no encajaban ni de lejos en su proyecto, y buscó entre los jóvenes rostros de la televisión, 2 actores que dieran el perfil.
Sin duda, el director acertó plenamente; e hizo un retrato perfecto de los asesinos:
Uno tullido, depresivo y auto medicado, asediado por recuerdos y próximo a la enajenación, fuerte físicamente como un roble.
El otro, muy seguro de sí mismo, petulante y cerebro de la operación.
Ambos están formidablemente interpretados por Robert Blake y Scott Wilson, quienes logran la autenticidad necesaria para el estilo de la película y, en el caso de Blake, que interpreta a Perry, le da la profundidad que requiere su personaje tan inestable.
La única concesión algo melodramática que Brooks le da al film, respecto a la novela, son las referencias a la dura infancia de Perry, o la aparición de la imagen de su padre durante los asesinatos, y poco antes del ahorcamiento, que son los únicos detalles del film que rompen abiertamente con su tono más realista, para adentrarse en la psique de Perry.
Mientras el personaje de Alvin Dewey, un estupendo John Forsythe, con algún “ramalazo Bogart”, es quien sigue la pista de los hechos, un personaje no muy bien desarrollado; y se incluye a uno nuevo, que no está en la novela:
El reportero interpretado por Paul Stewart, en el que podemos adivinar una suerte de Truman Capote, pues es la voz que en la novela va narrando todos los pormenores de la investigación.
Los 2 protagonistas, son unos personajes excepcionales, que se van abocados al fracaso dentro de un entorno de decadencia y sin futuro.
Y en esa caída destaca sobremanera la antítesis de caracteres que los 2 asesinos tienen:
Uno en su papel de dominador, y el otro en su parte de dominado y dudoso en sus movimientos; pero que forman una pareja compenetrada en sus virtudes y defectos.
Los retratos de los ejecutores, y a la vez víctimas, son de una precisión ejemplar:
Las miradas y discursos de cada uno de los actores; también padres, detectives y otros secundarios, ocultan un mundo de sensaciones amargas, en el que el destino vive en una carretera sin retorno, y en un coche que sin marcha atrás, que se dirige veloz hacia el precipicio.
No hay moralina barata, del mismo modo que no la había en el libro.
No se llega a explicar el porqué de los actos de sus personajes, porque sencillamente es algo que no sabemos.
Ni tampoco se busca crear compasión u odio hacia Perry y Dick.
Vemos solo detalles de la vida de Perry, pues Dick quedó al margen, no muy desarrollado; y a través de la relación que tenía Perry con su padre, descubrimos que “El Sueño Americano” se transmite de padres a hijos; pues el padre fundó un absurdo albergue en el que nadie fue nunca; vemos sus sueños como músico en Las Vegas; lo vemos llorar, y el personaje adquiere dimensiones cada vez más humanas, más próximas a nosotros mismos, con sus debilidades, sus ambiciones, su visión deformada de un sueño sin éxito alguno, abocado a la tragedia.
Otra vez, nos enseña “el otro lado” a partir de la historia íntima del individuo, el otro lado de una “América Profunda” que él ama y condena al mismo tiempo, que disecciona con decepción y rabia, que tan pronto inspira ternura como aterroriza por su hipocresía, una nación que se rebela contra la herencia de sus padres:
La ilusión de sueños de abundancia.
Así, los argumentos son desmenuzados de manera contundente, y la historia se intercala entre los hechos desbordantes del ahora, y las vivencias que tuvieron los chicos desde su infancia que, poco a poco, fueron dejando cicatrices y odio en sus corazones.
Porque nadie, absolutamente nadie, mata de manera gratuita.
La razón del último instante, puede ser inocua, y las víctimas pueden ser elegidas al azar, pero no es ésta la verdadera razón, ni es a esos seres escogidos a los que se quiere matar, simplemente se desborda el odio, se saca la rabia, y se libera el miedo que te viene atenazando desde mucho tiempo atrás… y la ocasión puede ser cualquiera.
Pero, básicamente In Cold Blood es una reflexión sobre la imposibilidad del “Sueño Americano” al que aspiran 2 marginados, en una sociedad montada sobre la dicotomía del triunfo o del fracaso.
Esta metáfora vendrá dada en la película, a través de la explícita referencia a “The Treasure Of The Sierra Madre” (1948), donde muy curiosamente, el actor Robert Blake, era el niño que le vende lotería a Bogart, en el film de Huston.
En este aspecto, reflexión sobre la sociedad del bienestar que entronca con la obsesión por el dinero y la ascensión económica.
A fin de cuentas, tanto horror por $40, unos prismáticos y un transistor…
El retrato de esta pareja de perdedores, lleva a conocer el rostro de una sociedad enferma, y no resulta extraño, que el título del film aparezca al principio y al final tras un fundido en negro.
No sin antes destacar al personaje del periodista, Jensen (Paul Stewart), cuando le preguntan si conoce el nombre del verdugo, su respuesta es “nosotros… el pueblo”
Aun así, pese a la brutalidad de sus acciones, la escena del ahorcamiento es de una crudeza angustiosa.
En el final, vivimos casi en primera persona el ahorcamiento de Perry, sintiendo su respiración y sus latidos que se van deteniendo, hasta que emerge en la pantalla el título de la película, bajo un silencio sepulcral y se desvanece.
Un final seco y conciso, como la propia película.
Sin embargo, hay errores de producción menores, así como de continuación e históricos, como los coches fabricados con posterioridad a 1959, la guitarra que usa Perry es de 1963, y alguno que otro anacronismo más...
Sin embargo, las fotos de la familia Clutter que se ven en las habitaciones de la casa, son las fotos reales de los miembros de la familia asesinada.
Pues para conseguir la autenticidad que quería en In Cold Blood, Richard Brooks filmó en todos los lugares reales, incluyendo la casa de los Clutter donde los asesinatos tuvieron lugar; y la sala del Tribunal real, tanto que se utilizaron 6 de los jurados reales.
Incluso el caballo de Nancy Clutter, fue utilizado en algunas escenas.
Se utilizaron las horcas reales en La Penitenciaría del Estado de Kansas para el rodaje de las ejecuciones.
Como dato curioso, en la cárcel, al final, en el muro hay una portada de la revista Life, con una foto de Truman Capote, autor del libro en que se basa esta película.
In Cold Blood fue la primera película de Hollywood que incluye el improperio “Bullshit” o “mierda" en su diálogo.
Y claro está, es cierto que In Cold Blood no incide en los miembros de la familia Clutter, ni en los presos del corredor de la muerte, algo que en el libro se hace de manera detallada, y que da, si cabe, un mayor interés y dramatismo a la trama.
Tampoco a los agentes del FBI, aparecen retratados en profundidad, aunque en el caso de Dewey, el director logra darle el suficiente realismo como para sentirnos identificados con él.
Nos queda la fotografía y el montaje, que son simplemente espectaculares; y varias escenas:
Una, en la que Dick y Perry roban un coche de camino a Las Vegas, y en el trayecto recogen a un niño y a su abuelo, enfermo; una escena encantadora y entrañable; y porque no, hasta onírica, dentro de un argumento tan realmente espantoso y horrendo.
Y el final, como un alegato claro contra la pena de muerte, porque como dice el periodista que está siguiendo todo el caso:
“Da igual que tomemos medidas represoras, o que cambiemos las leyes.
En un tiempo todo volverá a ser igual”
Porque el germen del mal ya está creado, y porque detrás de una sociedad cruel y egoísta, se crean residuos que después lamentamos.
Paralelamente a esto, vemos cual es la opinión moral, reflejada por La Biblia:
“Ojo por ojo” y “la sangre derramada será vengada por la mano del hombre”
La religión del amor...
La ruindad de cualquier muerte y la locura imprescindible para proceder, también llegan hasta el obsceno ritual del patíbulo.
In Cold Blood refleja fidedignamente, la triste existencia de ambas víctimas, con familias desestructuradas que les llevan por la senda del delito, ya desde adolescentes, porque:
¿Cómo es posible que un hombre, Perry, distinguiendo como distinguía en el momento del asesinato, las diferencias entre el bien y el mal, cometería tal atrocidad?
Sin explicación aparente, hay que buscar en su traumática infancia.
Infancia marcada por la separación de sus padres.
El alcoholismo y el puterío establecido por su madre en casa, el carácter áspero y rudo de su padre.
La ausencia de hogar, la falta de cariño.
Detalles que marcarán por siempre su carácter.
Un carácter que le hará sentirse inferior al resto, protegerse de ellos, sentirse violento hacia lo extraño.
Una bomba de tiempo, en un carácter que provocará el asesinato de los Clutter, juntamente con la presencia del cobarde de Dick, que se dejó encender la llama de la codicia.
Como dijo el psiquiatra, si hubiesen estado solos, el crimen no se hubiera cometido.
“Parecía un buen hombre, quizás el haya pagado por todo”
Así lo resume Perry.
“Yo creo en la venganza, siempre que no sea contra mí”
Así lo explicaba el alma perdida de Dick.
In Cold Blood representa entonces, el estudio del ser humano bajo el prisma de 2 asesinos, que nunca son mostrados como tal, salvo en el tramo final; son 2 seres perdidos, a los que amas y odias al mismo tiempo, con sus cosas buenas y malas, y el sin sentido de sus existencias y sus actos.
Truman Capote declaró a lo largo de su vida, estar mucho más satisfecho de la adaptación de In Cold Blood, que de su obra más famosa “Breakfast at Tiffany's” (1958)
Sin sensacionalismos, pulsando la angustia cotidiana que despedía el libro.
Por último, la banda sonora es rítmica y estimulante al principio, ya que sus sonidos inquietantes añaden intriga y penetran en el espectador con sus arrolladoras melodías, que logran un trabajo de lo más sensacional en su acompañamiento de la acción.
“We're on our way and never coming back.
Never!
And no regrets”
Tras la publicación del libro “In Cold Blood”, muchos de sus colegas del elitista círculo literario en el que se movía Truman Capote, pusieron en tela de juicio sus motivos, así como la manera en que llevó sus pesquisas y entrevistas, y se centraron innecesariamente en la moral y los métodos.
Además, se rumoreó por muchos años, que Capote y Perry Smith establecieron una relación sentimental durante los años que duró la situación; pues muchas de las cosas que Capote escribió de las familias de los asesinos, eran mentira, ya que quería que el lector simpatizara con ellos, pues Capote iba a constituirse en un gran defensor de los asesinos.
Truman Capote, no pudo asistir al juicio de Dick y Perry, hubo de pagar muchos millones por las transcripciones; y mientras la escribía, tuvo que enfrentarse a problemas de alcoholismo y drogadicción.
Su proceso creativo, fue llevado al cine en la película “Capote” (2005), en la que Truman Capote es interpretado por el actor Philip Seymour Hoffman, en un papel que le valió el premio Oscar al Mejor Actor Principal, el cual narra los mismos hechos, pero desde la perspectiva del escritor, centrándose en la creación de la novela, y la relación de Truman Capote con los asesinos.
En 2007, se estrenó la película “Infamous”, que cuenta las peripecias de Capote (Toby Jones) y Harper Lee (Sandra Bullock) para escribir la novela.
Capote consiguió con In Cold Blood, reflejar la brecha entre 2 EEUU:
El país seguro y protegido que los Clutter conocían, y el país amoral y desarraigado en el que vivían los asesinos; siendo no sólo Perry quién mató a Los Clutter, también lo hizo la monja que le pegaba cuando se orinaba en la cama, su desquiciado padre, su hermana que lo despreciaba, su madre alcohólica...
Dejando preguntas:
¿La sociedad actual genera estos individuos?
¿Es un mal menor, una disfunción, dentro de un sistema perfecto?
¿Es la sociedad una basura, y estos chicos un ejemplo de ella?
In Cold Blood se refleja un estilo de vida estadounidense de delincuencia alocada y sin sentimientos de ética, llevado a la pantalla con ingenio, en el marco de una historia dura y cruda, que podría pasar por el standard de asesinatos y crímenes sin sentido, que tanto vemos hoy en día por desgracia.

“They who shed no tears, now ask for yours.
If you have tears to shed, weep not for them, weep for their victims”



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