Sully

“Everything is unprecedented until it happens for the first time”

La posibilidad de sobrevivir a un amerizaje, depende en gran medida de la pericia del piloto, del tiempo de reacción, y del control que éste tenga sobre el aparato.
A pesar de que los aviones están diseñados para aterrizar sobre el suelo, es posible hacerlo sobre el agua, aunque muchas veces, un fallo en el control provoque un impacto que haga que el avión se parta.
Lo normal, si se hace un descenso suave, es que el avión se quede quieto sin más, y flote como un barco durante unos minutos, hasta que los pasajeros son evacuados.
La Madre Naturaleza también juega un papel importante, de una u otra manera, puede llegar a interferir con el desarrollo de un vuelo, y cuando esto sucede, es el piloto el que debe mostrar ecuanimidad al momento de algo inesperado.
El piloto es, como dicen los clásicos, “la pièce de résistance” de un avión, de sus decisiones depende la vida o muerte de los pasajeros, y él es quien lleva en sus espaldas esa enorme responsabilidad.
Y al llegar los momentos cruciales, el piloto debe ante todo mostrar sangre fría para hacer que todos queden a salvo de una situación comprometida.
Por ejemplo, los pájaros son un peligro para los aviones, pero las medidas tomadas por aeropuertos y fabricantes de las naves, ayudan a impedir que los incidentes terminen en tragedia.
“No son nada nuevo.
Ocurren miles de ellos cada año”, señaló Jim Asker, experto en aviación, y director de la revista Aviation Week.
Pueden ser protagonizados por aves pequeñas o por las migratorias, como gansos y patos, que pueden causar daños considerables, manifestó.
Según el experto, los aviones han sido fabricados de manera que pueden afrontar el problema y, en muchos casos, descender sin mayores inconvenientes.
Por su parte, los fabricantes someten a prueba los motores para que puedan seguir funcionando en un incidente de este tipo.
Incluso, si no funcionan, el avión todavía puede planear y descender.
Uno de esos incidentes, ocurrió cuando el vuelo 1549 de US Airways, despegó el 15 de enero de 2009 del Aeropuerto LaGuardia en New York, con destino al Aeropuerto Internacional de Charlotte, en Carolina del Norte; que después iría al Aeropuerto Internacional de Seattle-Tacoma.
El Capitán Chesley Sullenberger y El Primer Oficial Jeff Skiles, vigilan sus instrumentos mientras la aeronave cobra altura sobre “La Gran Manzana”
Apenas 1 minuto después del despegue, a las 15:27, Skiles vio una bandada de gansos acercarse al avión.
Tanto Skiles como El Capitán se preocuparon, pues sabían de sobra lo que las aves le hacen a los motores a reacción cuando son absorbidas por la fuerza de succión que los motores tienen, a veces solo basta un ave grande como un águila, un cisne o un ganso, para detener un motor, o al menos dañarlo de cierta gravedad, lo cual implicaría un regreso de emergencia, si esto se llega a dar…
Por tanto, intentaron hacer maniobra para evitar a las aves, pero no lo logran, y a las 15:28, el Airbus impacta contra los gansos, despedazándolos contra el parabrisas, que al instante queda cubierto de sangre y entrañas de esas aves, pero vino lo peor:
Varias de ellas fueron absorbidas por los 2 motores, haciendo que estos “tosieran” y luego se apagaran.
El peor de los escenarios estaba sucediendo, por lo que Sullenberger, de inmediato retiró los mandos a su Primer Oficial, para dirigir el regreso de emergencia.
Mientras Skiles, de inmediato dio inicio el proceso de reinicio de encendido de motores, de acuerdo al manual de referencia del modelo Airbus para casos de emergencia.
En el momento del impacto con los gansos, se envió a LaGuardia, la clave Cactus 1539, avisando así que tenían un problema en sus motores por causa de unas aves grandes, y tenían que regresar.
El controlador terrestre de LaGuardia, de inmediato instruye a los pilotos sobre la pista a la cual podrían regresar.
Sin motores, y sin opción de ir a ninguna parte más que al agua helada del rio Hudson, Sullenberger instruye a las aeromozas, a que inicien los procedimientos para un acuatizaje forzoso, y se afianzó a los mandos como lo haría en sus buenos tiempos de piloto de combate, esperando salir adelante, pero también para esperar lo peor.
El Airbus planeaba, y con diestras maniobras, Sullenberger y Skiles lograron perder velocidad para que el acuatizaje fuera lo menos violento posible, buscando además una zona en donde pudiera haber mucha agua, y evitando hacer contacto con algún navío que pudiera estar abajo, pero no tan lejos de ellos como para permitir que a sus pasajeros y tripulantes los pudieran rescatar de inmediato.
Y así, ya puestos los chalecos salvavidas, y agazapados en sus sitios, los pasajeros estaban listos para la experiencia más aterradora de sus vidas.
El avión caía más y más, pero a más de uno le dio la impresión de que las cosas no podían salir tan mal, es más, sintieron en todo momento que el avión estaba más controlado de lo que cabía esperar de una situación así.
Es entonces que el A320-214 con matrícula N106US, acuatizó en el río Hudson; cerca de la Calle 48 en Manhattan, New York.
El avión hace contacto con las heladas aguas del Hudson a las 15:31 horas, y lo hizo con mucha suavidad, aunque el motor izquierdo se desprendió de su base, pero no sucedió nada más que el deslizamiento y desaceleración de la aeronave, para sorpresa de pasajeros y turistas de los barcos de recreo y de servicio regular que presenciaron ese acuatizaje, que fue poco menos que milagroso.
Jeff Kolodjay, pasajero del vuelo dijo:
“Empezó a oler a gasolina, y un par de minutos después, el piloto dijo:
“Prepárense para un impacto”
Y, para serles honesto, fue en ese momento cuando todo el mundo comenzó a rezar, y mirar hacia el agua.
De hecho, pensamos que teníamos alguna oportunidad porque había agua”
Para las 16 horas, el avión se encontraba flotando en el río cerca del Museo Intrepid Sea-Air-Space, cerca de Circle Line en la que se encontraban muchos ferris y remolcadores del NY Waterway, los cuales participaron en el rescate.
En el instante de la caída del avión, la temperatura ambiente en las proximidades del río Hudson, rondaba los 20 grados F, es decir, -6 grados C.
Según Ben Von Klemperer, un testigo citado por la cadena CNN:
“No iba demasiado rápido, y el contacto con el agua se produjo de manera suave”, por lo que todo indica que el acuatizaje se hizo de manera controlada.
Los ferris locales y remolcadores, empezaron inmediatamente a rescatar a los pasajeros, muchos de los cuales se encontraban en las alas del avión, esperando a ser rescatados, mientras que los otros pasajeros se subían a botes salvavidas.
En minutos, helicópteros policiales, Los Guardacostas y embarcaciones salvavidas, como el John D. McKean del FDNY, llegaron a la escena para ayudar a los rescatistas, y salvar a los pasajeros.
El Hospital Saint Vincent's Catholic Medical Center, en Greenwich Village, fue uno de los hospitales en recibir a los pasajeros heridos, al igual que el St. Luke's-Roosevelt Hospital Center, que recibió entre 5-10 pasajeros, debido a la exposición a las gélidas aguas.
El Hospital Roosevelt, atendió a entre 12-15 pacientes.
A pesar del acuatizaje forzoso, no se reportaron heridos de gravedad; sin embargo, algunas personas tuvieron heridas menores, incluyendo un sobrecargo que sufrió una fractura, y 4 personas que fueron tratadas por hipotermia.
Todos los pasajeros fueron rescatados.
El héroe de este milagroso evento fue Chesley Burnett “Sully” Sullenberger III; hoy un piloto retirado de líneas aéreas, experto en seguridad, e investigador de accidentes estadounidense; que el 15 de enero de 2009, fue reconocido como un héroe al amerizar un Airbus 320 del vuelo 1549 de US Airways en el río Hudson de New York, sin que se produjesen daños personales.
Él es piloto comercial, experto en seguridad, e investigador de accidentes de Danville, California; con más de 40 años de experiencia de vuelo; Sully es un ex piloto de caza de La Fuerza Aérea de los Estados Unidos (USAF), que ha participado en La Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (ALPA)
Ha colaborado en varias investigaciones de accidentes con La Fuerza Aérea y la National Transportation Safety Board (NTSB); así que estamos ante todo un piloto que ya había visto todo lo que había que ver…
Y es que Chesley construía modelos de aviones y portaaviones durante su niñez, y lo que lo llevó a interesarse en la aviación, fue el escuchar las historias de su padre que estaba en La Fuerza Aérea de los Estados Unidos.
Él fue a la escuela en Denison, y en el 99% de las ocasiones obtenía “A”, la mayor nota en el sistema escolar.
Y a la edad de 12 años, su coeficiente intelectual se consideró lo suficientemente alto como para unirse a Mensa International, una asociación de superdotados, cuyo nombre procede del latín “mesa”, en recuerdo a “La Mesa Redonda” del Rey Arturo, como símbolo de que es un club, cuyos miembros son iguales en derechos y obligaciones.
También, Sully obtuvo la licencia de piloto a los 14 años de edad.
En la secundaria, era miembro del club de latín, y tocaba la flauta en primera fila para la banda de marcha de su escuela.
Sus amigos de la secundaria decían que Sullenberger había desarrollado una pasión para volar al ver los jets de La Base de la Fuerza Aérea Perrin Air; y cuando se graduó, fue uno de los mejores estudiantes de los 350 graduados.
Sullenberger se inscribió en La Academia de La Fuerza Aérea de los Estados Unidos en 1969; siendo seleccionado de alrededor de una docena de estudiantes de primer año, en un programa de cadetes para vuelo en planeador, y para el final de ese año, fue designado como Piloto Instructor.
En el año de su graduación de 1973, Sully recibió el premio de cadete excepcional para aptitud de vuelo en la categoría de Aviador Superior.
Después de graduarse con una licenciatura en Ciencias, y ya como Oficial, La Fuerza Aérea lo envió inmediatamente a la Universidad de Purdue.
Pero también Sullenberger sirvió como piloto de combate de La Fuerza Aérea de los Estados Unidos, y voló el famoso cazabombardero F-4 Phantom de 1975 a 1980.
Posteriormente, avanzó para convertirse en líder de vuelo, y Oficial de la formación, alcanzando el rango de Capitán con experiencia en Europa, El Pacífico y en La Base Aérea de Nellisen Nevada; además de operar como Comandante de la misión “Blue Force” en los juegos de guerra de Red Flag.
Además, en La Fuerza Aérea, Sully era miembro de La Junta de Investigación de Accidentes Aéreos; hasta trabajó con La NASA, siendo coautor de un documento sobre la inducción de los contextos de error en la aviación.
Así las cosas, para el 15 de enero del 2009, poco después de las 15:26, el experimentado piloto, logró acuatizar con éxito el vuelo 1549 de US Airways en el río Hudson de New York, con todos los pasajeros y tripulantes, sobrevivientes.
Los diarios y las revistas de New York, se rindieron ante la hazaña del veterano piloto de US Airways.
Por su parte, la esposa de Sullenberger dijo a CNN, que no había visto las noticias, y que se sorprendió de oír la odisea por la que había pasado su marido:
“He oído a Sully decir a la gente, que es inusual que un piloto de aerolínea tenga un incidente en su carrera.
Cuando él me llamó, y me dijo que había habido un accidente, al principio pensé que era algo menor, pero después me contó las circunstancias, y empecé a temblar y salí corriendo a sacar a nuestras hijas de la escuela”, añadió.
“Es un piloto de pilotos, adora el arte de volar”, dijo Lorrie Sullenberger.
Todos se prestaron a elogiar al piloto y su equipo como “héroes”
Pero la calma que prevaleció en el avión, las acciones de los sobrecargos y la maniobra de los pilotos, junto con la reacción rápida del rescate por naves de la flota Circle Line de turismo, y del servicio ferry de NY Waterways, bomberos y policías, todo acabó en un milagro.
Una vez puestos a los pasajeros y tripulantes heridos de diversa gravedad en hospitales, se inició la investigación sobre qué fue lo que causó la caída del vuelo 1549.
Para empezar, estaba el hecho de que el avión ya había presentado alguna avería previa, así que se abocaron los investigadores, a rescatar el motor izquierdo, el cual logran ubicar; y examinando ya los 2 motores, encuentran que no hubo falla mecánica que pudieran dar como causa determinante del accidente.
Así que quedaba pues, lo que El Capitán Sullenberger tenía que decir junto con su Primer Oficial, acerca del choque con los gansos.
En la revisión de los motores, hallan que efectivamente habían restos de gansos con plumas, y todo dentro de los motores; y es que los álabes o aspas de esos motores son algo delicado, son lo suficientemente fuertes para permitir el empuje necesario para que un avión vuele, pero a la vez son débiles ante un impacto de algo grande como lo puede ser un ave, por eso las armadoras de motores aéreos, los someten a pruebas en donde usan un cañón especial al que llaman “el cañón de pollos”, y es que ese cañón eso es lo que lanza, pollos muertos de diversos tamaños, y a diferentes velocidades, esto lo hacen para averiguar a qué velocidad un ave grande puede afectar un motor, y en cada prueba de esas, se mejora el diseño de los álabes, pero no siempre se logra que un motor sea infalible ante un choque contra un ave grande, eso es lógico.
También se revisó la grabadora de datos de vuelo, para saber de qué manera se maniobró el Airbus, y se llegó a la conclusión, de que tanto Sullenberger como Skiles, llevaron a cabo todos y cada uno de los procedimientos de reinicio de encendido de motores tras la colisión con los gansos, y que cuando no hubo opción, maniobraron con destreza para hacer de este acuatizaje, el primero en la historia de la aviación moderna, en el que todos los pasajeros y tripulantes salen vivos en un avión tan grande.
En su informe, La Administración Federal de Aviación (FAA) y El Buró Nacional de Transporte y Seguridad (NTSB), se menciona que gracias a la ecuanimidad tanto del Capitán Sullenberger, como del Primer Oficial Skiles, se logró resolver una situación de que otro modo hubiera terminado de manera catastrófica, reiterando que la causa fue que el avión chocó contra unos gansos, y que estos, al ser absorbidos por lo motores, propiciaron que estos se apagaran, y en consecuencia, el vuelo 1549 se vio en una situación comprometida.
Se hace hincapié en el hecho de que El Capitán Sullenberger, y El Primer Oficial Skiles, hicieron lo que se esperaba de ellos, y aún más allá de la línea del deber, mostrando en todo momento profesionalismo, y arriesgando hasta el final, con el afán de que todos salieran con vida.
Tanto Sully como Jeffrey B. Skiles, y el resto de la tripulación, han sido objeto de grandes reconocimientos, entre los que destacan La Medalla Master's, reconocimiento que rara vez se otorga por méritos en la aviación civil, también a los socorristas, tripulantes de barcos y policías se les ha dado reconocimientos por su abnegación y valentía en los momentos del rescate del vuelo 1549.
En definitiva, resulta que no es nada extraordinario los incidentes entre aviones y pájaros, pues cada año ocurren miles de esos casos; pero a la vez, este incidente demuestra que a pesar de la competencia entre el hombre y las aves para conquistar los cielos, los pájaros aún pueden ser más poderosos que los grandes aviones, inspirados en ellos.
Y es que desde Los Ataques Terroristas de 2001, los neoyorquinos recuperaron la normalidad, pero cualquier situación de emergencia, reaviva para muchos el recuerdo de la pesadilla que vivieron hace, entonces, 8 años.
Y en momentos en que los medios los bombardean con malas noticias sobre la crisis económica, o el escándalo del financista Bernard Madoff, que los estafó por decenas de miles de millones de dólares, hallaron en Sully, un héroe providencial e incuestionable, al menos por el fin de semana más frío de ese año.
“Mr. Skiles, is there anything you would have done differently?”
Sully es un drama del año 2016, dirigido por Clint Eastwood.
Protagonizado por Tom Hanks, Aaron Eckhart, Laura Linney, Anna Gunn, Autumn Reeser, Sam Huntington, Jerry Ferrara, Jeff Kober, Chris Bauer, Holt McCallany, Carla Shinall, Lynn Marocola, Max Adler, Valerie Mahaffey, Ashley Austin Morris, entre otros.
El guión es de Todd Komarnicki, sobre el vuelo 1549 de US Airways, y su piloto, Chesley “Sully” Sullenberger, basada en la autobiografía “Highest Duty: My Search for What Really Matters” publicada por el mismo Sullenberger junto a Jeffrey Zaslow.
Sully se rodó casi en su totalidad con cámaras digitales IMAX, en distintas ciudades de EEUU.
La acción toma lugar el día de los hechos, el 15 de enero de 2009; cuando el mundo entero fue testigo del llamado “Milagro en el Hudson”, cuando el piloto de EEUU, Chesley Burnett “Sully” Sullenberger (Tom Hanks), logró aterrizar de emergencia un Airbus A320 en las heladas aguas del río Hudson.
Gracias a que se vio obligado a tomar drásticas medidas para evitar una muerte segura; su pericia hace que sobrevivan las 155 personas a bordo:
150 pasajeros, y 5 miembros de la tripulación; y un total de 78 personas son atendidas fundamentalmente por síntomas de hipotermia.
Tras esta asombrosa hazaña sin precedentes, el piloto se convertiría en un héroe nacional.
Sin embargo, posteriormente se desencadenaría un drama que afectó a la reputación y a la carrera del piloto; a pesar de sus maravillosas habilidades y el interés de los medios de comunicación y el público en general, por su aclamada historia y su maravilloso profesionalismo, se desencadenará poco a poco, una investigación que tiene como fin, destruir su reputación y carrera.
Y es que Sully presenta a un verdadero héroe; su decisión salvó al mundo de otra catástrofe aérea.
“The untold story behind the miracle on the Hudson”
Tras arrasar con “American Sniper” (2014), Clint Eastwood ha logrado otro éxito con Sully, también un drama sobre un héroe estadounidense.
Nadie esperaba otro resultado; y ha logrado el mejor estreno para Warner en el mes de septiembre, que aún no acaba; y el mejor dato de la historia en el fin de semana posterior al “Labor Day”; siendo también, la primera colaboración del cineasta de 86 años con Tom Hanks.
Este actor, tiene una de las carreras más envidiables de Hollywood, con 2 Oscar consecutivos en actuación principal, y sigue dejando trabajos formidables, como “Bridge of Spies” (2015), pero no conseguía un #1 en el “box office EEUU desde “Angels & Demons” (2009)
Sully es lo que llaman un “Courtroom Drama” sobre Chesley “Sully” Sullenberger, que en el año 2009, logró realizar un aterrizaje forzoso del avión comercial que piloteaba en pleno río Hudson, en New York, con 155 pasajeros a bordo.
Y la obra representa en primera medida, un homenaje a la aviación, con una dirección soberbia:
Con una alta tensión desde el inicio del que tanto hablaba Cecil B. DeMille, que no te soltará, aun en momentos en que los personajes busquen relajación; y es que la historia es conocida, y el arte está en hacerte sentir los momentos de angustia, la frialdad para enfrentar situaciones dramáticas con sosiego, y claro está, la desesperación de la gente que no tenía idea de lo que iban a vivir.
Teniendo en cuenta que el suceso en sí, duró poco más de unos minutos, parece difícil que se pueda hacer una película comercial contándolo.
Por eso, todo el aderezo, los acontecimientos que siguieron al exitoso amerizaje, se hacían necesarios, cuanto menos para rellenar el metraje.
Pero Clint Eastwood corría el riesgo de que parte de la historia acabara pareciendo sólo relleno, sin tanto interés como la breve pero vibrante secuencia que lo precedió todo.
Sin embargo, el director ha hecho alarde de su buen hacer una vez más, y nos lo ha contado tan bien, que la guarnición mejora con mucho el producto final.
De hecho, es la parte de la historia que la mayoría de nosotros no conocía, y que por tanto ha podido sorprender más.
Y aunque a primera vista pueda parecer que nos habíamos enterado de todo en las noticias, pronto nos damos cuenta de que hay mucho más que no sabíamos.
Hay que decir, que dentro del escenario que toma como punto de partida esta historia real, Eastwood narra otro retrato de un héroe estadounidense, y un marido perfecto, en un relato de una catástrofe evitada, y de una investigación que busca una supuesta verdad, o bien, un chivo expiatorio, o cabeza de turco.
Sully comienza con una pesadilla:
Un avión pilotado por El Capitán Chesley “Sully” Sullenberger, es golpeado por varios pájaros; pierde ambas turbinas, antes de chocar contra un edificio en New York…
Esto obviamente no es lo que realmente sucedió.
Algún tiempo después del evento que se llamó “El Milagro en el Hudson”, Chesley Sullenberger comienza a sufrir de ansiedad.
Esto hace que tenga pesadillas, y padezca de alucinaciones.
A pesar del circo mediático que lo rodea, incluyendo entrevistas con Katie Couric y David Letterman; Sully no se considera un héroe.
Él solo siente que ha hecho su trabajo.
Así, junto con su copiloto, Jeff Skiles (Aaron Eckhart), están siendo investigados por el National Transportation Safety Board (NTSB), ya que son acusados de aterrizar el avión en el río Hudson, que habría puesto en peligro la vida de los pasajeros.
Ellos no escucharon a las instrucciones del controlador de tráfico aéreo para regresar al aeropuerto de LaGuardia, y de acuerdo con un informe preliminar, un engranaje funcionaba.
Si las simulaciones por computadora no le dan la razón, Chesley perderá su trabajo y su pensión.
Su carrera de 42 años, podría convertirse en humo.
Afortunadamente, él tiene el apoyo de su esposa Lorrie (Laura Linney), con el que se comunica por teléfono.
La narración es estupenda, logrando acomodar muy bien los hechos narrados, con “flashbacks” sobre momentos decisivos, sin perder el ritmo; entiéndase ritmo cardiaco inclusive, porque todo está planteado como si fueran hechos narrados en primera persona. Uno también está en el avión.
Se me hizo corta, de hecho lo es, y es de agradecer que se cuente lo justo, tremendo trabajo de edición.
Porque Sully dura 98 minutos, muy poco para una película con este tema, pero esto se justifica por la delgadez de la secuencia de comandos; y eso que se toma su tiempo para mostrarnos la secuencia de aterrizaje de emergencia en el río Hudson, centrándose en las consecuencias del incidente.
Todo el evento, desde el embarque de pasajeros, el despegue de la aeronave, la colisión con una multitud de aves, aterrizando en las heladas aguas del Hudson, la evacuación y el rescate de los pasajeros y miembros de la tripulación; es presentado a través de un largo “flashback”
Esta misma escena, se repite más adelante, pero se muestra desde el punto de vista de los pilotos en la cabina.
Por tanto, Eastwood se las arregla para no brindar un discurso político, ni una construcción laboriosa de la narrativa.
Tal vez aquí es donde radica la no tan fuerte efectividad de su puesta en escena.
Y es que Eastwood siempre toma bandos, y en esta ocasión, se queda en un nivel neutro, incluso a los personajes “villanos” les da cierta redención al final.
Los efectos especiales de Sully son escasos, pero están muy pero muy bien logrados.
Del reparto, y muy a pesar de tener ambos una extensa filmografía, es la primera vez que Clint Eastwood y Tom Hanks trabajan juntos.
Tom Hanks está ENORME, su sola presencia genera desde pavor hasta incertidumbre, pero también confianza y serenidad, su mirada acá dice lo que las palabras no pueden:
Haber enfrentado una situación eminentemente catastrófica, y sobrevivir.
“Antes de que Tom fuera contratado, visité a Sully y a su esposa en su casa para obtener una mejor impresión de él.
Yo estaba haciendo una lista mental de las personas que podían interpretarlo, y Tom estaba ahí”, confesó el realizador acerca de la elección de Hanks para protagonizar el largometraje.
“Tom y Sully hablaron por teléfono varias veces, antes de que decidiera unirse al proyecto.
El ex piloto, también visitó el set, y fue de gran ayuda”, agregó el realizador.
Y es que Tom Hanks no falla, y por alguna razón, estos personajes basados en historia real, le van como anillo al dedo.
La parsimonia del personaje y sus situaciones, son manejadas con una maestría y un claro estilo, que Hanks es y será, el punto que define el resultado de una película.
Por su parte, Aaron Eckhart está en su mejor papel de reparto, hablando lo justo, pero actuando muy bien a través del gesto y la mirada; y Laura Linney, representando la angustia de quien ve los hechos desde lejos, pero que se hace sentir como propios.
Sully no es una obra maestra, pero si irá por nominaciones a premios en dirección, actuación, guión, edición, sonido, y efectos especiales.
Se le podría achacar que es menos convincente cuando se convierte en un obvio dispositivo para elaborar el estado de estrés del Capitán después del accidente; como cuando sueña que Katie Couric dice que lo culpa por los acontecimientos; pero no afecta negativamente al conjunto; pues es solo un instante de sentimiento interior.
“Any ideas?”
Han transcurrido 6 años de aquel milagroso suceso, y a día de hoy, no ha habido otro amerizaje en la historia de la aeronáutica más exitoso.
La hazaña sobre el río Hudson, coloca a Chesley “Sully” Sullenberger, en un lugar preferente de la lista de héroes de EEUU, tanto como expiloto de caza de La Fuerza Aérea de los Estados Unidos (USAF), a sus 65 años, y con más de 40 años de experiencia en vuelo a sus espaldas, consigue lo que seguramente pocos hubieran podido lograr; y que las cámaras de los guardacostas recogen al momento exacto del amerizaje sobre el río:
“Un milagro”
Se ha evitado un accidente que potencialmente podría haber sido muy trágico.
Y es que en la retina de todos queda grabado el momento del rescate:
Los pasajeros avanzando en fila india, algunos desde las escalerillas, y otros subidos a las alas del avión, esperando la llegada del barco de salvamento.
John Silcott, un piloto de United Airlines, con 8 años de experiencia pilotando Airbus 320, calificó de “notable” la proeza de Sullenberger:
“Definitivamente es un héroe.
Lograr que no haya ninguna víctima, fue algo excepcional”, insistió.
Mientras el ingeniero civil, Robert Bea, no se sorprendió cuando se enteró el nombre del piloto de sangre fría que hizo planear su jet sobre la ciudad, hasta hacerlo descender sobre el río Hudson.
Bea, cofundador del Centro para La Administración de Riesgos Catastróficos de la Universidad de California, dijo que no podía concebir a muchos pilotos más capacitados que Sullenberger, para hacer descender el avión tan suavemente.
“Cuando un avión está a punto de estrellarse con mucha gente que confía en uno, es como enfrentar una prueba”, afirmó.
“Sully lo demostró en la práctica.
Lo había estudiado, lo había ensayado, se lo había grabado en su mente”
La NTSB determinaría las causas exactas del accidente; en este sentido, ese organismo anunció que un grupo de 20 expertos federales, liderados por el veterano Robert Benzon, hizo la investigación en New York, focalizada por el momento en entrevistar a los 5 miembros de la tripulación, y en recuperar la caja negra del avión.
El Airbus 320 accidentado, seguía entonces sumergido casi totalmente en el agua, amarrado a un muelle en el extremo sur de Manhattan, hasta donde fue remolcado vacío, horas después del accidente.
Kitty Higgins, miembro del equipo de la NTSB que investigó el accidente, precisó que “ninguna de las 2 turbinas seguía unida al avión”, pero agregó que eso “no es algo inusual para este tipo de impacto”
Higgins indicó, que hasta el momento no fueron halladas las cajas negras…
Además, la empresa europea Airbus, envió otro equipo de investigadores para analizar las causas del accidente.
Así, los primeros indicios señalaron que el avión chocó con una bandada de gansos procedentes de Canadá.
Según una reconstrucción de los hechos, Sully sintió el impacto de los pájaros, y la pérdida de potencia del avión, por lo que tuvo que tomar decisiones rápidas junto con su tripulación.
Divisaron en la distancia algo que parecía una pista de aterrizaje, que en realidad es un pequeño aeródromo, el de Teterboro, en New Jersey.
El aeropuerto dio instrucciones al piloto para que volara en dirección sur, sobre el Hudson, para después virar en dirección norte, y aterrizar allí.
Pero el piloto dijo al controlador que no podía, y que amerizaría en el río, cosa que hizo, suavemente, apenas 3 minutos después de despegar, salvando la vida de todos abordo.
Y es que no es frecuente que un piloto de un avión comercial se quede sin potencia, y tenga que planear, pero a veces es necesario, y el piloto debe saber hacerlo bien.
Sullenberger es un buen planeador, según los datos de La Administración Federal de Aviación.
Además, posar un avión como el A-320 sobre el agua, aunque sean aguas tranquilas, y gélidas como las del Hudson, no es fácil, máxime cuando los pilotos sólo ensayan este tipo de maniobras en un simulador, pues no hay práctica real posible de amerizaje.
“Nadie nos previno, nadie dijo que perderíamos los 2 motores a menor altitud que cualquier otro jet en la historia”, dijo Sully.
“Los 2 motores perdidos a 850 metros de altura, seguidos de un acuatizaje con 155 almas a bordo.
No entrenan a nadie para algo así”, continúa mientras reflexiona que tras volar por más de 40 años, había sido juzgado por los “208 minutos” en que intentó no perder el control de la aeronave.
Por su parte, El Alcalde de New York, Michael Bloomberg, dio Sullenberger y su tripulación, “las llaves de la ciudad”
Mientras un club de fans fue dedicado a Sullenberger en el sitio web Facebook, poco después del accidente.
El 16 de enero, el ex presidente de los EEUU, George W. Bush, llamó a Sullenberger para agradecerle, por salvar la vida de los 150 pasajeros, al igual que el actual presidente, Barack Obama.
La tripulación del vuelo 1549, fue condecorada con la Master's Medal del Guild of Air Pilots and Air Navigators.
La justificación de la entrega del premio rezaba:
“Este acuatizaje y evacuación forzosos, sin pérdidas de vidas, fue un logro heroico y único en la historia de la aviación”
Se lo ha descrito como:
“El acuatizaje más exitoso de la historia de la aeronáutica”

“Brace brace brace!
Heads down!
Stay down!”



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