Stalin

“Our history required Stalin”

Iosif Vissarionovich Dzhugashvili, conocido como Iosif Stalin, Иосиф Сталин en ruso, y იოსებ სტალინი en georgiano, fue un Dictador Soviético, Secretario General del Comité Central del Partido Comunista de La Unión Soviética entre 1922 y 1952; y Presidente del Consejo de Ministros de La Unión Soviética, entre 1941 y 1953; pero también es uno de los mayores genocidas de la historia de la humanidad, y se le atribuyen unos 40 millones de muertos, más incluso que a Hitler.
Sin embargo, esto no pareció ser impedimento para que fuera 2 veces aspirante al Premio Nobel de La Paz, por su contribución para el fin de La Segunda Guerra Mundial, en 1945 y 1948.
Y es que el mandato de Stalin, estuvo marcado por purgas del Gobierno y el ejército, la creación de una policía secreta implacable, así como una serie de graves hambrunas provocadas por sus decisiones, que dejaron millones de muertos.
Durante su gobierno, Stalin moldeó la reputación internacional de La Unión Soviética, que creció hasta comprender 15 repúblicas hacia 1940; porque entre los planes a largo plazo de los líderes de La URSS, estaba probar que la ideología comunista, ofrecía la única manera de desarrollo, y que La Unión Soviética dominara a los otros grandes súper poderes del mundo.
Stalin gobernó La Unión Soviética de forma tiránica, desde los años 30 hasta su muerte, implantando el régimen más totalitario que haya existido jamás; pero también hay que atribuirle a él, la realización del proyecto socioeconómico comunista en Rusia, la extensión de su modelo a otros países vecinos, y la conversión de La URSS en una gran potencia.
Tal fue el caso que Stalin cogió una Rusia con arados, y la dejó equipada con la bomba atómica.
El nombre Stalin, significa “hecho de acero” que empezó a usarlo a partir de 1912, y desde octubre de 1917, se convirtió en su sobrenombre.
También, se refería a sí mismo como “Koba”, nombre de un héroe popular de Georgia; aunque utilizó otros nombres.
Iosif Stalin nació el 18 de diciembre de 1878, en Gori, Gubernia de Tiflis del Imperio Ruso, Georgia en la actualidad; de temprana edad tenía una salud frágil, nació con sindactilia, dedos unidos por una membrana, en 2 dedos del pie; y a partir de los 2 años, padeció sarampión y escarlatina.
El 6 de enero de 1890, durante la celebración de la epifanía, Iosif fue atropellado por un faetón o carruaje, que afectó a su forma de andar.
Trabajó durante 10 años con los movimientos políticos clandestinos en El Cáucaso, sufriendo repetidos arrestos y exilio a Siberia, entre 1902 y 1917; hasta que se adhirió a la doctrina de Lenin, de un partido centralista fuerte, de revolucionarios profesionales.
En el período posterior a la revolución de 1905, Stalin lideró “los escuadrones de lucha” en robos de bancos, para reunir fondos para El Partido Bolchevique.
Según diversas fuentes, Stalin solamente desempeñó un papel menor en La Revolución de Octubre.
Por su parte, su líder, Vladimir Ilich Ulianov, Lenin, encontró inspiración para su proyecto de Nuevo Estado en los trabajos del filósofo alemán Karl Marx, quien abogaba por el socialismo y la propiedad colectiva de tierra y recursos.
Durante el reinado del Zar Nicolás II Romanov, Lenin y muchos otros bolcheviques, fueron exiliados de Rusia por sus creencias revolucionarias.
A raíz de la caída de la monarquía, en marzo de 1917, Lenin y Los Bolcheviques regresaron a Rusia para encabezar una Segunda Revolución.
En octubre, Los Bolcheviques asaltaron El Palacio de Invierno, residencia oficial de Los Zares de Rusia, y tomaron el control del poder; e instituyeron un gobierno socialista, poniendo los bancos, fábricas y granjas nacionales, bajo control gubernamental.
El Nuevo Estado Comunista, era el sucesor del Imperio Ruso, y el primer país del mundo en aplicar el socialismo marxista.
El Gobierno del Nuevo Estado, constaba de una rama ejecutiva, llamado Comité Central Ejecutivo, además de una organización legislativa, llamada Consejo de Comisarios del Pueblo.
Los miembros del Gobierno, eran elegidos por consejos locales, conocidos como Sóviets, que informaban ante El Congreso de Los Sóviets.
Rusia creció a raíz de La Revolución Bolchevique de 1917, liderada por Vladimir Lenin, y El Partido Bolchevique, fue luego nombrado Partido Comunista, teniendo el control absoluto del Gobierno Soviético.
Para el 30 de diciembre de 1922, Rusia y otras 3 repúblicas:
Bielorrusia, Ucrania y La República Transcaucasiana, compuesta por Armenia, Azerbaiyán y Georgia, acordaron formar La Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas; hasta que se desató La Guerra Civil Rusa, y La Guerra Polaco-Soviética, era entonces cuando Stalin fue comisario político en El Ejército Rojo en diversos frentes; y su primer cargo de gobierno, fue el de Comisario del Pueblo de Asuntos Nacionales, de 1917 a 1923.
Tuvo también el cargo de Comisario del Pueblo para La Inspección de Los Trabajadores y Campesinos, de 1919 a 1922; de miembro del Soviet Militar Revolucionario de La República, de 1920 a 1923; y miembro del Comité Central Ejecutivo del Congreso de Los Sóviets a partir de 1917.
El 3 de abril de 1922, Stalin fue nombrado Secretario General del Comité Central del Partido Comunista Panruso, un cargo que él posteriormente transformó en el más poderoso del país.
En aquella época, esta posición se veía como un cargo menor dentro de la estructura partidaria, ocasionalmente en el partido se referían a Stalin como “el camarada archivista”, sin embargo, este cargo asociado con el liderazgo que tenía sobre La Oficina Organizativa del Comité Central del Partido, Orgburó, dio a Stalin una base de poder suficientemente fuerte, como para permitirle instalar a sus aliados en los puestos claves del partido.
La acumulación de poder por parte de Stalin, tomó al moribundo Lenin por sorpresa, quien, en sus últimos escritos, hizo llamamientos para que El XII Congreso del Partido Bolchevique, apartara al “brusco” Stalin.
Lenin estaba bastante enfermo, cuando La URSS se constituyó, y no pudo asistir al Congreso.
Sin embargo, poco después publicó una carta llamada “La cuestión de nacionalidades o autonomización”, que se refería a sus creencias sobre la nueva unión.
Aunque los acontecimientos posteriores indicarían lo contrario, El Partido Comunista quería que las varias naciones que conformaban La URSS, se unieran o se separaran libremente.
Lenin abogaba por una unión voluntaria de naciones, que excluyera cualquier coerción de una sobre otra, fundada en una total confianza, y un reconocimiento claro de hermandad de consenso voluntario, tal y como aparece en una cita en el muro del Museo Central V.I. Lenin.
Al morir el caudillo, Stalin organizó su funeral, en enero de 1924, y pronunció un discurso manifestando una lealtad imperecedera con Lenin, a la vez que impidió mediante engaños, que su oponente político, Leo Trotski asistiera.
Tiempo después, el leninismo dio lugar a diversas escuelas de pensamiento, entre las que se pueden citar el marxismo-leninismo, y el trotskismo, de Stalin y Trotski respectivamente, que lucharon por el poder en La URSS, ambos declarándose seguidores más fieles de Marx y Lenin que el otro.
Así, Stalin sucedió a Lenin como Líder del Partido Comunista, y por tanto Líder de La URSS, y dirigió el país durante sus 3 primeras décadas.
Stalin, Lev Kamenev y Gregory Zinoviev, tomaron el control del partido, situándose en un punto que ideológicamente estaba entre Trotski, a la izquierda del partido; y Nicolai Bukharin a la derecha.
Durante este período, Stalin abandonó el tradicional énfasis bolchevique respecto a La Revolución Internacional en favor de una política de construir “el socialismo en un solo país”, que se convirtió en principal enfoque de la política soviética, en contraste a la teoría de Trotski, de “la revolución permanente”
Para 1928, Stalin reemplazó La Nueva Política Económica de la década de 1920, por una economía planificada, muy centralizada, y por planes quinquenales que iniciaron un período de rápida industrialización y de colectivización económica en el campo.
Como resultado, La Unión pasó de ser una sociedad mayoritariamente agraria, a una gran potencia industrial, siendo ésta la base de su aparición como segunda mayor economía del mundo, después de La Segunda Guerra Mundial.
Como resultado de los rápidos cambios económicos, sociales y políticos de la época estalinista, millones de personas fueron enviadas a campos de trabajo como castigo, y millones fueron deportados y exiliados a zonas remotas de La Unión Soviética.
Con la misma violencia, impuso la colectivización forzosa de la agricultura, hizo exterminar o trasladar a pueblos enteros como castigo, o para solucionar problemas de minorías nacionales, y sometió todo el sistema productivo a la estricta disciplina de una planificación central obligatoria.
Con inmensas pérdidas humanas, consiguió, sin embargo, un crecimiento económico espectacular, mediante los planes quinquenales:
En ellos, se daba prioridad a una industrialización acelerada, basada en el desarrollo de los sectores energéticos y la industria pesada, a costa de sacrificar el bienestar de la población, sometida a durísimas condiciones de trabajo, y a grandes privaciones en materia de consumo.
Porque Stalin fue un político ambicioso y realista, movido por consideraciones de poder, y no por ideales revolucionarios.
Por su parte, Leo Trotski, un teórico socialista y el principal crítico de Stalin entre los primeros líderes soviéticos, fue desterrado de La Unión Soviética en 1929; y asesinado en La Ciudad de México, en agosto de 1940, por Ramón Mercader, un agente estalinista.
El método de gobierno de Stalin, era la designación de Secretarios que le respondieran personal e incondicionalmente, y la manipulación de sus oponentes, logrando poner a unos contra los otros, usando el método de “dividir para gobernar”; también incrementó ampliamente las actividades de inteligencia extranjera del Comisariado del Pueblo para Asuntos Internos (NKVD)
Bajo sus instrucciones, la inteligencia soviética comenzó a crear redes de información en la mayoría de los países del mundo, incluyendo:
Alemania, Gran Bretaña, Francia, Japón y los Estados Unidos.
E hizo un gran uso de La Internacional Comunista, con el fin de infiltrar agentes.
Como dato, envió a las mujeres de sus soldados más cercanos a los gulag, debido a los celos de su segunda esposa.
De esta manera, Stalin mataba 2 pájaros de un tiro:
Por un lado, aplacaba los celos de su mujer; y por otro, probaba el amor de los soldados al partido, por encima incluso de sus propias esposas.
Stalin rigió por el terror durante la mayor parte de sus años como dictador.
No permitió que nadie se opusiera a sus decisiones; y ejecutó o encarceló a la mayoría de los que lo habían ayudado a subir al poder, porque temía que amenazaran su régimen.
También fue responsable de la muerte de millones de campesinos soviéticos, que se opusieron a su programa de agricultura colectiva, el control gubernamental de las granjas.
La agitación inicial en el sector agrícola, interrumpió la producción de alimentos en la década de 1930, y contribuyó a la catastrófica hambruna soviética de 1932 a 1933.
Para 1937, una campaña contra supuestos enemigos de su gobierno, culminó en La Gran Purga, un período de represión masiva, en el que cientos de miles de personas fueron ejecutadas, e incluso fueron condenados líderes del Ejército Rojo, acusados de participar en complots para derrocar el gobierno soviético.
Todas las confesiones que obtuvieron las autoridades soviéticas, fueron obtenidas tras torturar a los acusados.
Y es que lo primero que hizo Stalin al llegar al poder, fueron las denominadas “Purgas”, esto era, limpiar cualquier resto o atisbo de ideas contrarias al socialismo que hubiera en todos los estamentos.
En el ejército, se deportaron hasta el 90% de los cargos.
Entre los miembros del propio Partido, que eran 139 miembros, 110 fueron arrestados y deportados, y otros 98 fueron directamente ejecutados.
Se calcula que en total, casi 40 millones de rusos tuvieron que emigrar del país durante las purgas.
Ese proyecto de saneamiento, evidenció el culto a la personalidad de Stalin, el cual fue glorificado a gran escala en varios medios, convirtiéndose en un sistema coherente de símbolos que se mantuvo durante su mandato, y del cual quedan expresiones hasta el día de hoy.
En su tiempo, la juventud leía y se aprendía de memoria textos que hablaban del coraje y la inteligencia de Stalin; además, los periódicos publicaban constantemente fotografías de Stalin sonriente, y rodeado de niños.
Lo que es un hecho, es que Stalin siempre rehusó aceptar la expresión de “culto” para nombrar a lo que se estaba construyendo alrededor de su nombre.
Siendo una “modestia inmodesta”
En agosto de 1939, tras el fracaso para establecer una alianza anglo-franco-soviética, La URSS de Stalin, firmó un pacto de no agresión con la Alemania nazi, que dividió sus esferas de influencia en Europa Oriental.
Este pacto permitió que La Unión Soviética recuperase algunos de los antiguos territorios del Imperio Ruso con La Invasión Soviética de Polonia de 1939, La Guerra de Invierno en Finlandia, y la ocupación de las Repúblicas bálticas, de Besarabia y de Bucovina del Norte, durante La Segunda Guerra Mundial.
Pero después de que Alemania violara el pacto, al invadir La Unión Soviética con La Operación Barbarroja en 1941, se abrió un Frente Oriental, y La Unión Soviética se unió a Los Aliados.
A pesar de grandes pérdidas humanas y territoriales en el período inicial de la guerra, La Unión Soviética logró detener el avance del Eje en La Batalla de Moscú, y La Batalla de Stalingrado.
Así, Stalin fue clave en el desenlace de La Segunda Guerra Mundial, ya que bajo su mandato, El Ejército Ruso logró frenar el avance de las tropas alemanas, y derrotarlo en las puertas de Moscú.
Para ello, Stalin se valió de la táctica de “la tierra quemada”
Finalmente, El Ejército Rojo avanzó a través de Europa en 1944 y 1945, y capturó la capital del Tercer Reich, tras la batalla de Berlín, en mayo de 1945.
Habiendo jugado el papel decisivo en la victoria aliada, La URSS surgió como una superpotencia reconocida después de la guerra.
De hecho, Stalin encabezó las delegaciones soviéticas en las conferencias de Yalta y Potsdam, en las que se trazó el mapa de La Europa de posguerra.
En los Estados satélites del Bloque del Este, se instalaron gobiernos de izquierda leales a La Unión Soviética.
Sin embargo, el fin de la guerra dio lugar a otra, no un conflicto bélico propiamente dicho, sino una guerra más silenciosa, una guerra de recelos y de ideas entre 2 bloques, el comunista y el capitalista, que duraría 40 años:
La Guerra Fría.
Mientras en Asia estableció buenas relaciones con Mao Zedong en China, y Kim Il-sung en Corea del Norte, y de diversas maneras, La Unión Soviética de La Era Estalinista, sirvió como modelo para la recién formada República Popular de China, y República Popular Democrática de Corea.
Al mantenerse en el poder hasta su muerte en 1953, Stalin dirigió La URSS durante el período de reconstrucción de la posguerra, marcado por el predominio de la arquitectura estalinista.
El desarrollo exitoso del programa nuclear soviético, permitió que el país se convirtiese en la segunda potencia mundial en armas nucleares.
También se inició el programa espacial soviético.
Y en sus últimos años, Stalin lanzó los denominados Grandes Proyectos de Construcción del Comunismo, y El Gran Plan para La Transformación de la Naturaleza.
En lo personal, de la familia de Stalin, se sabe que su primera mujer, Yekaterina Svanidze, murió en 1907, solo 4 años después de su matrimonio.
Tuvieron un hijo, Yakov Dzhugashvili, con el que Stalin no tuvo contacto desde la muerte de su madre.
Stalin, afirmó que ella había sido la única persona que había logrado ablandar su corazón de piedra, y que como ella había muerto, también había muerto en él cualquier atisbo de afecto a la humanidad.
Sin embargo, este amor a su esposa muerta, no pareció suponer ningún impedimento para capturar a su familia en 1937, acusándolos de traición al régimen.
Yakov, intentó suicidarse sin éxito, sufriendo graves heridas; y formó parte del Ejército Rojo, y fue capturado por las tropas alemanas durante La Segunda Guerra Mundial.
Alemania ofreció a Stalin, intercambiarlo por El General alemán, Friedrich Paulus, rendido en Stalingrado, pero el dirigente soviético no accedió, arguyendo que La Unión Soviética no canjeaba soldados por mariscales de campo.
Yakov murió oficialmente abatido en una valla, por los guardias que custodiaban El Campo de Concentración, intentando escapar.
Algunas personas afirman, que corrió hacia la valla para que los guardas lo matasen, pero esto no ha sido comprobado.
Su segunda mujer fue, Nadezhda Alliluyeva, fallecida en 1932.
La causa oficial de su muerte, fue una grave enfermedad, pero es posible que se suicidase, disparándose tras una discusión con Stalin.
Juntos, tuvieron un hijo, Vasili, y una hija, Svetlana.
Vasili consiguió rangos militares en La Fuerza Aérea Soviética, muriendo a causa del alcohol en 1962.
Y Svetlana abandonó La URSS en 1967, y murió en 2011, en los Estados Unidos de América.
Tras sufrir varios ataques cardiovasculares, el 5 de marzo de 1953, no consiguieron reanimar a Iosif Stalin.
Algunos testigos dijeron que los enfermeros siguieron esforzándose, hasta que un lacónico Nikita Khrushchev dijo:
“Basta, por favor…
¿No ves que está muerto?”
Muchos años después de la caída de La Unión Soviética, se han vuelto a estudiar las circunstancias que rodearon la muerte de Stalin.
No faltan autores que afirman que fue envenenado por Lavrentiy Beria, quien al poco de su muerte, llegó a decir ante El Politburó:
“Yo lo maté, lo maté y los salvé a todos”, según relata el propio Nikita Khrushchev en sus memorias.
Sin embargo, esta tesis nunca ha sido demostrada ni reconocida, como tampoco la del posible enfrentamiento final entre Stalin y El Politburó.
De este modo, la causa oficial de su muerte, sigue siendo un ataque cerebrovascular, provocada por su hipertensión.
Formalmente, la fase más aguda de La Guerra Fría, terminó con la muerte de Stalin; su sucesor, Nikita Khrushchev, de 1953 a 1964, impulsó la doctrina de la “coexistencia pacífica” de las 2 grandes potencias, que resultó ser una ficción retórica:
Los conflictos abiertos o subterráneos a través de terceros países continuaron, y La Guerra Fría perduraría hasta La Caída del Muro de Berlín en 1989, y la disolución definitiva de La URSS, en 1991.
Rusia, Bielorrusia y Ucrania, 3 de Los Estados que fundaron La Unión Soviética, declararon su disolución.
Se disolvió oficialmente, el 21 de diciembre, y la reemplazó La Coalición de Estados Independientes.
Sin embargo, el comunismo se convirtió en una ideología que contó durante el siglo XX, con cientos de millones de seguidores en todo el mundo, y cuyos planteamientos fueron puestos en práctica por numerosos países, compitiendo por la supremacía global con el sistema capitalista.
“Have you thought about it?
About what we said after Stalin dies?”
Stalin es un drama del año 1992, dirigido por Ivan Passer.
Protagonizado por Robert Duvall, Julia Ormond, Maximilian Schell, Jeroen Krabbé, Joan Plowright, Frank Finlay, Roshan Seth, Daniel Massey, András Bálint, John Bowe, Jim Carter, Murray Ewan, Stella Gonet, Colin Jeavons, Miriam Margolyes, entre otros.
El guión es de Paul Monash, supervisado por Robert Conquest, un autoproclamado “sovietólogo” amigo de Ronald Reagan y Margaret Thatcher, y autor de obras como “El Gran Terror”, sobre las purgas estalinistas; “Stalin y el asesinato de Kirov”, o “¿Qué hacer cuando vengan los rusos?”, una delirante “guía” para sobrevivir en los Estados Unidos, en el caso supuesto que los comunistas se tomaran el poder mundial.
Stalin es un telefilme producido por HBO, siendo la primera película estadounidense que se estrenó en Moscú, para el 75° aniversario de La Revolución Rusa; y es uno de los únicos filmes que tiene a Iosif Stalin como personaje principal.
Rodado un año después de La Caída de La Unión Soviética; fue filmado en varios lugares del mundo, como:
Hungría, Budapest, Moscú y El Kremlin, con acceso extraordinario a sus edificios, en las semanas que rodearon la disolución de La Unión Soviética.
La película es un recorrido por la discutida vida de Iosif Stalin (Robert Duvall), sus vivencias personales, políticas, sus características morales, su inexplicable frialdad pero, al mismo tiempo, su brillante capacidad de dirigir, sobre todo, cuando el antiguo Imperio Zarista era un caos; y retrata de una forma muy peculiar, sus acciones en La Rusia Soviética y Pre-Soviética, donde podremos apreciar, cómo siendo un hombre calculador, Stalin, previa revolución encabezada por Lenin, logra transformar un país agrario, en una potencia mundial; y nos permite indagar en muchos aspectos personales, y no tan conocidos del dirigente, que no son tomados con tanta importancia en películas documentales.
“Comrade Stalin has revoked his promise”
Stalin no es un “biopic” pues no se habla de su infancia ni adolescencia, pero si se dedica por entero a su etapa política, como infame dictador comunista.
Se trata de una producción de HBO, de casi 3 horas de duración.
Técnicamente, es un documental; con narración de la supuesta hija de Stalin, y hay unos minutos de imágenes reales de La URSS de entonces, sin embargo, no trata de presentar la historia tal cual sucedió, pues se toma algunas licencias para incrementar el drama, y toma algunos aspectos de la política rusa y mundial.
Por tanto, tiene a Stalin como su eje central, deteniéndose exclusivamente en su vida personal, de forma natural, ya que la película es narrada por su hija Svetlana Alliluyeva (Joanna Roth), y su versión de los camaradas del partido; así, los realizadores se mantienen más o menos fiel a los hechos, sin recrearse en los momentos de impacto.
Como todo un producto de Hollywood, es un intento estadounidense “cálido” para mostrar al monstruo soviético con una línea lírica de la historia, en la relación de Stalin con su hija Svetlana; con varios errores históricos menores, aquí y allá, junto con las libertades dramáticos, algo habitual en las producciones de televisión; donde destacaría su ambientación, la atmosfera que resumen bastante bien lo que fue el establecimiento del estalinismo, sobre todo en el aspecto de las purgas; así como los escenarios reales y naturales, y el vestuario.
También agradó la forma de representar a Stalin, como una especie de ser paranoico, que desconfía de todos, y que atemoriza a todos.
Y como éste consigue apoyarse en un determinado momento sobre unos personajes, apelando a sus ambiciones, para luego traicionarles, y deshacerse de ellos.
Atención a las tomas reales de archivo de la serie documental “Why We Fight” de Frank Capra, realizadas de 1942 a 1945, que ganaron el premio de La Academia, y hoy es considerada una obra maestra de la propaganda de guerra.
Para entonces, Capra se puso como meta, convencer a un país para entrar en guerra, motivar a las tropas, y obtener la alianza de La URSS, entre otras cuestiones de crucial importancia.
En especial, el documental “The Battle of Russia” (1943) de 76 minutos, que muestra a los rusos defendiendo el país de los alemanes.
Nuevamente, aunque el telefilm abarca desde la juventud de Stalin hasta su muerte, la mayor parte del mismo, está dedicada al período comprendido entre los años 1920 y 1940.
Es decir, todo lo que significó su llegada al poder, y su posterior mantenimiento en el mismo.
La historia está contada tomando como base los recuerdos de Svetlana, la hija de Stalin; por lo que todo comienza cuando Stalin se une a Lenin y Los Bolcheviques, en su lucha contra El Zarismo; y con el tiempo, la creación de su propio gobierno.
La mayor parte de su biografía, es bien conocida por nosotros, sin embargo, Stalin pone de manifiesto el carácter del líder, como un villano psicópata, que no confiaba en una sola persona, ni siquiera sus compañeros, y que tomó medidas extremas para exterminarlos a todos.
Su ego y la paranoia, aleja a sus amigos y su familia, incluso hasta el punto de que su esposa, Nadezhda Alliluyeva (Julia Ormond) y se suicida.
Pero al final, él no cambia, y esto conduce a su caída y muerte.
Veremos así las intrigas para conseguir su ascenso al poder, el exilio de Leo Trotski (Daniel Massey), las relaciones con sus hijos, el asesinato de Sergei Kirov (Kevin McNally), y las diversas purgas comandadas por Lavrentiy Beria (Roshan Seth), que provocó para eliminar a todos aquellos que, o bien se le opusieron, o bien le apoyaron alguna vez, pero habían dejado de ser útiles para sus fines.
Destacaría una frase que resume bastante bien lo que significó el “estalinismo”, y en que acabaría convirtiéndose:
“Stalin lo sabe todo”
Y la película funciona, porque en lugar de sensacionalismo excesivo, se ocupa del comportamiento personal de Stalin, especialmente sus relaciones, tanto de personal como profesional, con los más cercanos a él; y muestra que Stalin no era incapaz de amar, ni tener empatía; también muestra que veneraba Lenin, y se comprometió a garantizar que la obra de Lenin continuara... también muestra lo que fue su defecto, el carácter fundamental de Stalin, su incapacidad para confiar, cuya causa se desconoce.
Este defecto, condujo a los abusos de poder que quizás no tienen parangón en la historia.
Una de las características más interesantes de Stalin, era su tendencia a racionalizar sus decisiones más extravagantes y asesinas, y reprimir sus propios sentimientos, la combinación de lo que le hizo salir como frío e indiferente; pues para Stalin, lo que le importaba era la preservación y la protección de la revolución que se identificaba con él mismo.
Stalin no podía separarse personalmente de su trabajo, y esto distorsionada sus relaciones; por ello, tenía una tendencia a dañar, a atacar a las personas más cercanas a él, lo que hizo difícil trabajar con él; y se muestra que había que ser cuidadoso en cuanto a su forma de actuar, bien sabido era que Stalin estaba buscando cualquier excusa para demostrar que había un enemigo de la revolución en cualquier parte.
Es un hecho que la película es larga; pero esto es debido a la necesidad de añadir el romance y la pasión humana sencilla, en una película sobre un hombre que la mayoría estuvo de acuerdo, era bastante asexuado; así se tarda 1 hora para llegar a 1928, pero el conjunto de La Segunda Guerra Mundial, es de tan sólo 15 minutos…
No hay suficiente oportunidad para el romance y el amor, durante una guerra que vio cómo más 27 millones de soviéticos murieron.
Adicionalmente, la serie tiene el defecto de intentar abarcar mucho en muy poco tiempo… si, más de 3 horas…
Y hay aspectos sobre los que pasa totalmente de puntillas, o cuando no se obvian por completo.
Así brillan por su ausencia cualquier referencia a La Guerra Civil Española, a La Guerra de Invierno, al Pacto con Hitler, o a La Invasión de Polonia.
Y en cuanto a su papel durante La Segunda Guerra Mundial, se reduce a la crisis nerviosa que sufrió durante los primeros días de La Operación Barbarroja, y su posterior recuperación.
El resto de la contienda, son imágenes de un documental con el avance de los tanques soviéticos.
De hecho, El Mariscal Gueorgui Konstantinovich Zhukov, considerado uno de los comandantes soviéticos más destacados de La Segunda Guerra Mundial, ni siquiera sale.
Por ello, a los historiadores no les gustó la forma en la que Stalin se centró tanto tempo en las relaciones personales entre, y otros miembros del Politburó, a expensas de una narrativa basada más en lo histórico.
Esto fue debido a que los productores se basaron en las memorias de la hija de Stalin, Svetlana, que escribió las líneas utilizadas por el narrador de la película, y el libro “This I can not Forget” por Anna Larissa Bukharin, que era la segunda esposa de Nicolai Bukharin, amiga de las segunda esposa de Stalin, y la principal fuente primaria escrita para la película.
Por lo que para los historiadores, “Bukharin huele a novela rosa”
Pero se evidencia que gran parte de la película, tuvo lugar a puerta cerrada.
Se basa en solo una fuente, que es la única que cuenta lo que ocurrió en los niveles más altos del Politburó durante La Gran Purga de finales de 1930.
Ese libro, publicado en ruso, durante La Era Glasnost, recibió buenas críticas por la prensa soviética de la época.
Otra dato interesante, el grado de maniqueísmo que tiene la película.
Es cierto que Stalin era un tirano desalmado, y mostraba muy poco cariño hacia su familia, y que sus secuaces eran en su mayor parte, unos psicópatas ansiosos por matar, aunque hubo algunos que no eran tan estúpidos como los representan.
Pero lo que no parece tan creíble, es que aquellos que se oponían a Stalin, como Trotski, Kirov o Bukharin, fueran tan bondadosos e idealistas como los pintan.
Incluso Lenin es representado como una especie de “santo varón” que sólo buscaba el bien de todos…
En mi opinión, aquello fue un régimen en el que se dio una competencia entre diversos personajes, cada cual más corrupto y rastrero, y el más despiadado fue el que ganó:
 Stalin era un villano tan nefasto y grande en maldad como Hitler.
Pero a diferencia de éste último, Stalin estuvo en el bando “vencedor” tras La Segunda Guerra Mundial.
Del reparto, Robert Duvall fue el encargado de dar vida a Iosif Stalin, y acompañándole encontramos a:
Julia Ormond en el papel de Nadezhda Alliluyeva, a Maximilian Schell encarnando a Lenin, y a Jeroen Krabbé como Bukharin.
Hay otros rostros conocidos, interpretando a los diversos personajes protagonistas, de aquellos terribles años como fue Roshan Seth como Beria, para un trabajo realmente bueno.
También debo mencionar a Joanna Roth como Svetlana, y Joan Plowright como la madre de Nadia, Olga.
Pero es Robert Duvall quien tiene las 3 horas de metraje bajo sus espaldas; captura en crudo la personalidad de Stalin, hosco, astuto, sádico, paranoico…
Para prepararse para el papel, Duvall observó horas de noticiarios, leyó muchos libros sobre Stalin, y habló a los rusos que lo recordaban.
Dijo que “interpretar a Stalin, fue el papel más difícil de su carrera”
Y lo logró, hace un gran trabajo, y se evidencia en los gestos, su helada frialdad detrás de la sonrisa, aunque se nota mucho el kilo de maquillaje, el peluquín y el falso mostacho que lleva; y se le puede achacar que su aspecto no desentona tanto cuando representa al Stalin de la post-guerra, pero esa parte son tan sólo los 20 minutos finales de la película.
Queda, que Stalin pensaba que tener una secretaria nueva, era sinónimo de tener una espía; creía que Lenin y Trotski le espiaban; sustituyo a los generales zaristas por paranoia, ahogándolos; presionaba a Kliment Voroshilov (John Bowe), con la sustitución de los generales, argumentando si estaba con él, o con Trotsky.
Stalin consiguió que Trotsky, que era considerado por muchos, el digno sucesor de Lenin, nunca fuera el líder del Partido Comunista; y no era ni la mitad de bueno que Trotski; por lo que Stalin consiguió el puesto en El Comité del Partido, porque el bueno de Trotsky no quiso.
Stalin pensaba que Bukharin, Lev Kamenev (Emil Wolk), Grigory Zinoviev (András Bálint) y Trotsky, eran pedantes intelectuales mediocres.
Stalin escondía a Lenin lo que pasaba en el partido por estrategia contra Lenin mismo; y vigilaba a Kirov, Kaganovich, Vyacheslav Molotov (Clive Merrison), Sergo; despreciaba a Molotov, a Sergo, y a su hijo cuando quería.
Stalin era capaz de elegir todas las películas que se verían en La URSS, y amaba las de Chaplin.
Stalin era capaz de destituir a cualquiera de cualquier puesto, porque no le caía bien.
Stalin se reía de su suegra cuando quería, inclusive delante de su mujer, Nadia; y logro que su mujer “se suicidara” por sus conductas; y se cuenta que acababa de hacer el amor con otra querida, cuando le comunicaron su muerte.
A Stalin no le importaban los campesinos, solo explotarlos para su fin, de ahí “la colectivización forzada”
Pero temía el ascenso de Kirov, y este especulaba detrás de él, ser el próximo “salvador” de La URSS, después de que el excelentísimo Trotski estuviera exiliado.
Stalin fue quien ordenó matar a Kirov por medio de Genrikh Yagoda (Colin Jeavons), que se lo ordeno a Leonid Nikolaev (Aleksandr Feklistov); y presiono a Nikolaev, para que dijera que jamás vio a Yagoda, ni que le ordeno nada, todo ello presionado con matar a su familia.
Stalin estaba lleno de lujos, mientras el pueblo moría de hambre; y no permitió crítica ninguna hacía él, pues era considerado traición, aunque las memorias de sus Generales digan lo contrario.
Stalin, engaño a Kamenev y Zinoviev, prometiéndole la libertad si confesaban…
Y se enojaba si se sentaban a su mesa con las uñas sucias; hacía a Beria que imitara como Kamenev y Zinoviev le pedían clemencia.
Stalin, quería que Sergo confesara que Bukharin era un traidor, al negarse, le mando suicidarse...
Stalin admiraba la valentía de Hitler... y por ello quería colaborar con Hitler...
Pero perdió los papeles durante La Gran Guerra Patria, y ordeno disparar a todo el que retrocediera en la guerra; y se pasó 10 días sin hacer nada, por el miedo, pese a lo que decían las actas, y memorias de Los Generales, de nuevo...
Stalin le dijo a su nieto, que tenía ojos de judío; y “vacilaba” a Beria y a Nikita Khrushchev, así como les hacía bailar cuando le placía.
En resumen, Stalin es una película que hay que ver, no sólo debido a la importancia de la historia, sino como una advertencia a las generaciones futuras, de lo que puede suceder cuando las personas dan colectivamente libertades, pesos y contrapesos, su fe en Dios, y lo que es correcto, y toda su esperanza en un hombre con poder absoluto sobre la vida y la muerte.
Porque en las palabras de Lord Acton:
“El poder corrompe, y el poder absoluto, corrompe absolutamente.
Los grandes hombres, son casi siempre, hombres malos”
Estas palabras describen a Stalin a la perfección.
Así que cuidado, aprender, y nunca olvidar las lecciones del monstruo que era Iosif Stalin.
Por último, la banda sonora es de Stanislas Syrewicz, con una gran carga épica, se adapta muy bien a la película.
“We control half of Europe...
The whole of China...
We have the atomic bomb...
We command respect.
Without Stalin, it would have take twenty years longer”
Recuerdo haber leído la siguiente historia:
Stalin se muere delante de un grupo de acólitos.
Unos a otros se miran no sabiendo que hacer, y comienzan a cuchichear…
Al final, uno de ellos exclama en voz baja:
“¡Pero si está muerto!”
A lo que otro le contesta:
“Sí, pero:
¿Quién se lo dice?”
Tras su muerte, Stalin y su régimen han sido condenados en numerosas ocasiones.
La más significativa de estas condenas, se dio durante El XX Congreso del Partido Comunista de La Unión Soviética en 1956, cuando su sucesor, Nikita Khrushchev, denunció su legado, en una famosa intervención con la que se inició un proceso de desestalinización de La URSS.
Y es que las visiones modernas de Stalin en La Federación de Rusia, siguen siendo mixtas, con algunas personas viéndolo como un tirano, y otras como un líder capaz.
La desestalinización, fue un proceso que consistió en eliminar el culto a la personalidad y el exceso de poder del período estalinista, de 1924 a 1953, que comenzó técnicamente en 1953, tras la muerte de Stalin, pero no fue oficial hasta 1956, tras el informe secreto de Nikita Khrushchev, entonces Secretario del Comité Central de La Unión Soviética, y divulgado tras el XX congreso del PCUS.
En éste, se denuncian los crímenes de Stalin, y la represión durante la llamada “Gran Purga” en los años anteriores a La Segunda Guerra Mundial.
Ejemplos de la represión estalinista, es la creación de pruebas falsas para acusar a sus enemigos, La Gran Purga; la exageración de su papel durante La Gran Guerra Patriótica; la deportación de las nacionalidades; el complot de los médicos; y la creación de pinturas, canciones, etcétera, para alabar al líder.
El informe sobre “el culto a la personalidad” que era inicialmente secreto, no fue revelado públicamente a La Unión Soviética, hasta el final de los años 80.
Sin embargo, pronto fue conocido en todo el mundo, porque según Nikita Khrushchev, habría sido vendido a los servicios secretos extranjeros por los comunistas polacos hostiles a La Unión Soviética.
Fueron denunciadas así, las deportaciones masivas, la represión política “de honestos comunistas y jefes militares tratados como enemigos de la revolución”, la incapacidad de Stalin en los preparativos de guerra, y su carácter exageradamente suspicaz, descargado contra los partidos comunistas extranjeros, y contra sus propios compatriotas.
Por el contrario, la biografía oficial de Stalin, lo presentaba como un “grandioso estratega y como un gran sabio”, severa e injustamente criticado, dotándolo de cualidades intelectuales “dignas de un genio de toda la humanidad”
El informe, abría un proceso de crítica en contra del viejo dictador, pero no del sistema que él había creado.
Por tanto, la elección del año 1934, como inicio de “la degradación” del carácter de Stalin, es significativa:
Khrushchev prefirió no citar en el informe, ni la mayor parte de la política económica, como la planificación y la colectivización, ni la represión política de Stalin, tanto contra los antiguos camaradas de Lenin, como contra los propios, por ejemplo, Sergei Kirov.
De hecho, la crítica se basa principalmente en la denuncia del culto a la personalidad por motivos doctrinarios, y trata de borrar la parte de los excesos del estalinismo.
Con él había una adoración y adulación excesiva de un caudillo o líder carismático, una elevación a dimensiones casi religiosas o sagradas y su elevación al rango de superhombre con cualidades sobrenaturales comparables a los de un dios, debería ser prohibida porque “es una idea contraria a los principios del marxismo-leninismo”
Este discurso significó la ruptura de la línea oficial del Partido con los postulados reflejados en el llamado estalinismo, de manera que se intenta regresar al PCUS a su leninismo oficial e inicial, repudiando el culto a la personalidad.
Por otra parte, los dirigentes extranjeros que son aún tenaces seguidores de Stalin, como los chinos y los albaneses, tienen un fuerte descontento con este cuestionamiento público; de hecho, la desestalinización fue un elemento que en 1960 causó la ruptura política entre La URSS y La República Popular China, donde Mao acusó a Khrushchev de “traición al comunismo”
Por su parte, el desempeño de Khrushchev en La Crisis de Los Misiles de 1962, decepciona a otros líderes soviéticos que prefieren un estilo de enfrentamiento más duro con los Estados Unidos.
Para 1964, Khrushchev se vio obligado a dimitir por presión del Comité Central del PCUS, y la desestalinización se suspende repentinamente con el ascenso al poder de Leonid Brezhnev.
Con el estancamiento “brezhneviano”, el autoritarismo de Stalin vuelve a ser elogiado en público, aunque ya no es aprobado el culto a la personalidad.
El cuerpo embalsamado de Iosif Stalin, permaneció junto al de Lenin en El Mausoleo de este, desde su muerte en 1953, hasta el 31 de octubre de 1961, cuando fue retirado durante la campaña de desestalinización promovida por Nikita Khrushchev, y enterrado en la parte exterior de La Necrópolis de La Muralla del Kremlin, detrás del Mausoleo.
Su tumba se encuentra entre las de Suslov y Mijail Kalinin; y la estatua que la corona, es de un blanco algo más claro que la del resto de líderes del Mausoleo, y por su ubicación, resulta visible la parte de La Plaza Roja más próxima a La Catedral de San Basilio.
Para ir finalizando, los primeros investigadores en intentar contar la cantidad de personas que murieron a causa del régimen de Stalin, se vieron obligados a recurrir en gran medida a las pruebas anecdóticas.
Sus estimaciones variaban de 3, a algo más de 50 millones de muertos.
Entre 1919, y mediados de los años 1950, fueron deportadas más de 6 millones de personas, casi el doble que los ciudadanos soviéticos deportados por El Tercer Reich durante La Gran Guerra Patria, para realizar trabajos forzados.
De estos, un millón, a un millón y medio, habrían muerto directamente a causa del traslado.
Después de la disolución de La Unión Soviética en 1991, las evidencias de los archivos soviéticos se hicieron disponibles.
De acuerdo con los registros, alrededor de 800.000 presos fueron ejecutados por el régimen de Stalin, por delitos políticos o penales; mientras que alrededor de 1,7 millones murieron en gulags, y unos 390.000 perecieron durante reasentamientos forzosos, haciendo un total de alrededor de 3 millones de víctimas.
Según ciertas fuentes, durante el mandato de Stalin, cerca de 5 millones de personas fueron encarceladas, u obligadas a trabajos forzados; un millón habían sido ejecutados, y 2 millones perecieron en trabajos forzados.
Algunos también han incluido los 6 a 8 millones de víctimas de la hambruna de 1932 a 1933, como víctimas de la represión.
Todas estas estimaciones, se ven contrastadas con la demografía de Rusia, siendo el de La Segunda Guerra Mundial, la única caída con semejantes cifras.
En la actualidad, el número de estalinistas se ha reducido considerablemente.
En Occidente, Stalin es visto como un dictador tiránico y brutal y, a pesar de ello, se conservan varios partidos que defienden su papel en La URSS, y su aportación a la historia del socialismo.
Según un estudio denominado “El Nombre de Rusia”, realizado en 2008 por la televisión estatal rusa, Rossiya 1, sobre cuál era el personaje ruso más popular, Stalin se ubicaba en el puesto #3 de la lista.
En la encuesta votaron más de 50 millones de personas, en un lapso de 6 meses.
El proyecto incluía una lista de 50 figuras históricas.
Cada país, tiene el líder político que se merece.

“No brutality should be allowed although no revolution is possible without terror”



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