The Stepford Wives

“I like to watch women doing little domestic chores”

La cultura de la vida doméstica, a menudo abreviado como “culto a la vida doméstica” o “culto de la verdadera feminidad” es un término usado por algunos historiadores, para describir lo que consideran haber sido un sistema de valores que prevalece entre las clases medias y superiores durante el siglo XIX en el Estados Unidos y Gran Bretaña.
Este sistema de valores, hizo hincapié en las nuevas ideas de la feminidad, en el papel de la mujer dentro del hogar, y la dinámica de trabajo y la familia.
“Mujeres verdaderas”, y de acuerdo con esta idea, se supone que deben poseer 4 virtudes cardinales:
La piedad, la pureza, la vida doméstica, y la sumisión.
La idea gira en torno a que la mujer sea el centro de la familia; siendo considerada “la luz de la casa”
Físicamente, se espera que una “verdadera mujer” sea delicada, suave y débil.
Ella no debe participar en la actividad física vigorosa, que dañaría su “sistema nervioso que es mucho más delicado”
La moda también hizo hincapié, en que una mujer tenía que estar al día con el fin de agradar a su marido.
Las instrucciones para las costureras, se incluyen con frecuencia en las revistas.
También equipara la condición de mujer, declarándose que “la perfección de la condición de mujer, es ser esposa y madre”
Las mujeres y los hombres que promovieron más activamente estas normas, fueron generalmente gente blanca y protestante; y el grupo más prominente de ellos, vivían en Nueva Inglaterra y el noreste de Estados Unidos.
A pesar de que se suponía que todas las mujeres emularan este ideal de la feminidad, se excluían las mujeres de la comunidad negra, las pertenecientes a la clase trabajadora, y a las mujeres inmigrantes, siendo a menudo excluidas en la definición de “mujeres reales”, debido a los prejuicios sociales.
“Something strange is happening in the town of Stepford”
The Stepford Wives es una película de ciencia ficción y terror, del año 1975, dirigida por Bryan Forbes.
Protagonizada por Katharine Ross, Paula Prentiss, Peter Masterson, Nanette Newman, Tina Louise, Mary Stuart Masterson, Dee Wallace, entre otros.
El guión es de William Goldman, basado en “The Stepford Wives” (1972), novela escrita por Ira Levin, que originalmente iba a escribirla como una obra de teatro, hasta que se dio cuenta de que había demasiados personajes, y optó por convertirlo en una novela; siendo otra de sus historias de mujeres, hecha-por-una-conspiración; junto con “Deathtrap” y “Rosemary's Baby”; pues en todas esas historias, es el marido quien conspira contra la esposa.
Levin, retrata en su novela, la respuesta de los hombres ante los diferentes movimientos feministas que empezaron a surgir durante los 60, y explotaron en los 70, con las conocidas quemas de sujetadores, como símbolo opresor masculino.
La historia de la novela, está cargada de paranoia y amenaza; tanto que Ira Levin confesó, que para su obra, se basó en las comunidades cerradas de clase media alta de EEUU, donde el ambiente es muy reaccionario a la idea de que las mujeres sean profesionales, trabajen, o tengan vidas independientes; y el ideal femenino que tratan de imponer, es el de que las mujeres sean únicamente “amas de casa”, destinadas a criar hijos, y complacer en todo a sus esposos.
Así que el libro y la película, tienen un claro trasfondo de denuncia de semejante idea retrograda, y es una contundente crítica al concepto de “familia feliz” de la derecha conservadora estadounidense, llena de prejuicios y complejos.
En realidad, y muy en el fondo, se nos plantea una metáfora sobre la vida occidental idealizada como “la mejor del mundo”, pero que esconde mucha miseria en su interior.
El libro ha sido adaptado en numerosas oportunidades.
La más famosa, fue esta versión, que conservó el mismo aire de misterio y horror de la novela.
Como dato, el término “Esposa de Stepford”, entró en uso común en el idioma inglés, después de la publicación del libro de Levin, y se utiliza generalmente como un término de la sátira, que se refiere a una esposa sumisa y dócil, que parece conformarse ciegamente a un papel subordinado a la antigua, en relación con su marido, en comparación con otras mujeres presumiblemente más independientes.
A veces se usa en referencia a cualquier mujer, incluso a una mujer profesional, que había subordinado su vida y/o su carrera a los intereses de su marido, y que afectaba la sumisión y la devoción a él, incluso ante los problemas públicos del marido, y la deshonra.
También, puede utilizarse para criticar a cualquier persona, varón o mujer, que se someta humildemente a autoridad y/o abuso; o incluso para describir a alguien que vive de una manera robótica y conformista, sin ofender a nadie.
Mientras que el énfasis del guión está en el conflicto del género, y la esterilidad de la vida suburbana, así, los elementos de la ciencia ficción son ligeramente explorados, y la película todavía deja mucho más claro que el libro, que las mujeres están siendo substituidas por alguna forma de robot.
Sin embargo, el tratamiento de Goldman del libro, difería del de Forbes, con los robots más cerca de la “playmate” de Playboy; y se ha afirmado, que el enfoque fue desechado, cuando la esposa de Forbes, Nanette Newman, fue contratada como actriz, y esposa de uno de los residentes de la ciudad de Stepford; pues debían todas usar sugerentes atuendos, cambiándose a ropas ridículamente conservadoras.
¿Alguien dijo machismo del director?
The Stepford Wives se rodó en varias ciudades del condado de Fairfield, Connecticut, incluyendo Redding, Westport, Darien, New Canaan, Wilton, y Norwalk.
El director Bryan Forbes, eligió a propósito colores blancos y brillantes para los decorados, intentando hacer un “thriller a la luz del sol”
Con la excepción del tormentoso final nocturno, la película está casi saturada de luz brillante, y tonos alegres.
Todos los lugares, eran lugares reales; pues no se construyeron sets para la película.
La acción sigue a Joanna Eberhart (Katharine Ross), una joven fotógrafa neoyorkina, casada y madre de 2 hijos, cuando se muda con su marido Walter (Peter Masterson) a Stepford.
Allí descubrirá algo siniestro:
Todas las esposas son perfectas amas de casa, y muestran una sumisión extrema hacia sus maridos.
Y mientras su esposo encuentra rápido acomodo en un club formado por todos los maridos de la población, ella comienza a fijarse en el extraño y mecánico comportamiento de algunas de las amas de casa del lugar, cortadas todas por el mismo patrón de obsesión por la limpieza, el hogar y la completa sumisión y atención a sus esposos.
Joanna entablará amistad con Bobbie Markowe (Paula Prentiss), compartiendo en tono jocoso su independencia y visión de la vida, y tratando de congeniar con las uniformemente simplonas vecinas del lugar, tono que se va convirtiendo en preocupante e inquietante, cuando su también amiga, la dicharachera Charmaine Wimpiris (Tina Louise), se transforma de la noche a la mañana, en otra ejemplar y concienciada ama de casa, con su anterior personalidad completamente anulada; y que se convierte en aterrador, según van siendo cambiadas las pocas mujeres que todavía no lo estaban.
¿Qué ocurre en Stepford?
La popularidad de The Stepford Wives, generó 3 continuaciones hechas directamente para televisión:
“Revenge Of The Stepford Wives” (1980), “The Stepford Children” (1987), y “The Stepford Husbands” (1996)
También se hizo una versión australiana, “Disturbing Behavior” (1998); y un horrible remake en tono de comedia en 2004.
“If I am wrong, I'm insane... but if I'm right, it's even worse than if I was wrong”
The Stepford Wives no obtuvo un importante éxito comercial, pero se convirtió en todo un clásico del género a lo largo de los años, y es sin duda, uno de esos títulos que ganan con el paso del tiempo.
Siempre dan miedo las películas sobre conspiraciones, sobre todo si hacen dudar de la propia cordura del personaje principal, y a nosotros como espectadores.
Y gusta la idea de conspirar para transformar a una persona en algo completamente distinto, y por “transformar”, me refiero a su psique, cambiar su personalidad sin importar cuanto esta se niegue a aceptar dicho destino, y es mejor si se hace de poco a poco…
Esta es una película de mucho suspenso y terror psicológico, donde la mejor parte se encuentra en el final, quizás pudiera parecer un poco lento en su desarrollo, ya que de horror propio no es, además dura casi 2 horas…
De hecho, The Stepford Wives tiene esa estética setentosa/ochentosa temprana, de no utilizar una iluminación tan dura como suele verse en las películas de terror.
Al igual que “The Shining” (1980), lo que asusta es la perfección de las mujeres, de los hogares, el uso de los colores saturados, y de que mujer o no mujer, vemos la historia desde el lado de la protagonista del relato, sin adelantarnos nada, absolutamente nada de los otros personajes:
Ni del marido, El Club de Hombres, etc., y ni hablar de lo que le pasa al punto de vista privilegiado al final, cuando nos quedamos helados, porque sin duda se trata de uno de los mejores finales de la historia del cine de terror… nada de chips, nada de explicaciones, y todo funciona mejor, que si todos supiéramos cuál es el origen de todo.
La historia implica a los hombres casados de la ciudad ficticia de Stepford, en Connecticut, y a sus esposas, sumisas y siempre hermosas.
Joanna Eberhart, es una fotógrafa en ciernes, que se muda con su marido Walter y sus hijos a Stepford, impacientes por comenzar una nueva vida.
Mientras pasa el tiempo, ella se desconcierta cada vez más, porque las mujeres de ese lugar, siempre están bien arregladas y sonrientes.
Joanna entabla relación con una mujer muy afín a ella, Bobbie Markowe, y con Charmaine, una joven ama de casa que lleva algunos meses viviendo en Stepford.
Al poco tiempo, Joanna comienza a sospechar, que las mujeres del pueblo en realidad son robots hechos por los hombres de ese lugar, a semejanza de sus mujeres, a las que habían asesinado para poder crear las mecánicas.
La primera en cambiar de conducta radicalmente, es Charmaine, lo cual pone sobre aviso a Bobbie, que comienza a comportarse de forma paranoica, y decide mudarse cuanto antes, tratando de convencer a Joanna de que haga lo mismo.
Ella no le da mucho crédito, pero al ver cómo Bobbie es la siguiente en ser transformada a los 4 meses de estar viviendo allí, comprende que todo era cierto, y se resuelve a investigar, qué está sucediendo en Stepford, antes de que le toque su turno.
En el epílogo de la historia, Joanna se había convertido en otra ama de casa de Stepford, comprando víveres en el supermercado.
Allí veremos a Ruthanne, la nueva vecina negra que se muda tiempo después que Joanna, la cual dan a entender, es la próxima víctima de esta conspiración.
The Stepford Wives, propone una sátira disfrazada de película de terror, que identifica la sociedad perfecta de EEUU, con una comunidad estrictamente patriarcal, cuyo buen funcionamiento, radicará en el silenciamiento total y absoluto de sus mujeres.
Recordemos que a inicios de los 70, La Revolución Femenina tomó gran importancia, y los hombres odiaban ver el cambio de sus esposas, que de ser amas de casas sumisas, se pusieron más independientes, hasta se pusieron a trabajar…
El concepto de “igualdad” no existía, y eso debía parar.
El humor negro de la película, posee un largo alcance, por lo inquietante y por el mal ambiente que encierra, como el que destila la secuencia final:
Un supermercado poblado exclusivamente por bellas mujeres, que arrastran sus carros con languidez y frialdad, al tiempo que intercambian entre ellas, frases insustanciales y de cortesía superficial sobre sus respectivos hijos, etcétera.
El tema principal, es como los hombres ven a la nueva mujer liberada.
A juzgar con lo que han hecho con las mujeres de Stepford, no les gusta.
Lo que los hombres quieren, son mujeres que se pasen el día limpiando la casa, que tengan una figura espectacular y grandes pechos, y estén siempre dispuestas a tener sexo, al que acompañaran de verbales muestras de apreciación.
Joanna y Bobbie, pasaran de la frustración al terror, cuando una de sus amigas cambie de la noche a la mañana.
Aquí es donde la película coge fuerza, a medida que el miedo y la paranoia se vayan adueñando de las 2 protagonistas.
Es también donde la alegoría social y la sátira se hacen más evidentes, pero la película no pierde nunca la seriedad, que igual que la novela, deja el subtexto como un elemento de debate, pero que no interfiere con la historia que cuenta.
Es decir, The Stepford Wives no hace discursos, y permite que sea el espectador quien medite sobre su contenido, aunque es obvia la tesis que sostiene:
Una feroz crítica hacia la supuesta familia feliz estadounidense, llena de complejos y prejuicios, y llena de ironía y sarcasmo.
Una historia tan inquietante y enigmática, como de ciencia ficción filosófica, y que analiza con total astucia, los estamentos políticos e ideales de la sociedad moderna gracias al misterio.
Es interesante la entrevista con la que antaño fuera la presidenta del club feminista, que apela al argumento de la libre elección para defender su vida vacía de ambiciones.
Es un discurso en el que se hace apología de la familia como institución, y la escena es impecable, presentándonos a 2 mujeres, Joanna y Bobbie, vestidas de manera moderna, con shorts que dejan ver sus piernas al aire, y camisas semidesabrochadas; frente a una mujer rígida, con el discurso vacío, y la mirada ausente, ataviada con un vestido tradicional, largo casi hasta los tobillos, y camisa de manga larga con volantes.
Toda una alegoría.
El escritor, Ira Levin, maneja una idea acariciada por todo hombre a lo largo de los siglos:
El control absoluto sobre la mujer; por lo que la película explora muy bien una de las fantasías masculinas más preciadas:
El ejercer un dominio absoluto sobre una despersonalizada y servil esposa, incluso llegando al extremo de “robotizarla”, y anularla como ser humano.
Hombres que diseñan a sus mujeres según lo que ellos consideran un canon de perfección; el servilismo total y absoluto.
Así pues, es esta una película que, a pesar del título, no habla de mujeres, sino de hombres.
Del impacto que supone en la vida de muchos hombres, la liberación de la mujer, de su dificultad para asumirlo, y de cómo todos, hombres y mujeres, se desenvuelven en un escenario donde el machismo es la realidad imperante.
También refleja lo que pudiera ser el machismo en su máxima expresión, tanto que hay que tomar en cuenta el año en que se hizo, y el contexto en que actualmente nos encontramos, que en comparación, no hemos progresado tanto como deberíamos.
La reacción inicial a la película, por grupos feministas, no fue favorable, argumentando que era “anti-mujer”
Pero el reparto y el equipo de producción, estuvieron en desacuerdo, ya que los hombres de la película se caracterizan como “cochinos y grotescos”, y la heroína es asesinada al final.
Ellos sostienen, que los críticos no entienden la premisa, que Stepford es una especie de distopía chauvinista, y que la representación de las mujeres robóticas subservientes, pretenden ser una declaración satírica contra los roles de género tradicional.
De hecho, hubo una campaña publicitaria en televisión, que alimentó aún más la polémica, terminando con las palabras:
“Vea The Stepford Wives... antes de que tu marido lo haga”
Entre los personajes, el antagonista, además del marido, es Dale “Diz” Coba (Patrick O’Neill), un ingeniero que trabajó en Disneyland.
La idea de los robots del mundo de Walt Disney, es a primera vista bizarra, pero, con el correr del film, entre los diálogos y el tratamiento del relato, se transforma en siniestra.
Las “nuevas” amas de casa, se visten por momentos como Cenicientas prolijas, mujeres esperando a sus Príncipes Azules.
En el ideal del “American Way Of Life”, las amas de casa no son otra cosa que un electrodoméstico más.
El director, Bryan Forbes, mantiene un tono tenso, pero sin estridencias, hasta el final de la película, donde Joanna accede a la verdad, en un estilo muy similar al de “Rosemary's Baby”, con muy parecidas consecuencias.
Las luces se terminan de apagar, y Joanna se ve envuelta en penumbras hasta llegar a su inevitable destino.
La Joanna que interpreta Katharine Ross, es una mujer que está en busca de sí misma, e intenta hacerlo a través de la fotografía, y que se ha auto convencido de que es feliz en su matrimonio.
En este aspecto, es interesante una escena en la que Joanna se encuentra con un antiguo amante, con el cual estuvo en la universidad.
Ambos al principio se saludan amistosamente, y ambos dicen estar casados y ser muy felices, pero al poco tiempo, él le pasa una nota en la que dice:
“Yo también soy infeliz”
Obviamente, Joanna deja ver algo de lo que ella no es consciente...
Como dato de producción, las “mejoras/pechos” para el duplicado de Katharine Ross, fueron realizadas por el famoso maestro de maquillaje, Dick Smith.
La actriz, según se dijo, “estaba muy satisfecha con ellos”
Katharine Ross, deslumbra con su belleza y su estatura, algunas compañeras de reparto, le sacan casi medio metro, y no son menos guapas.
Me pregunto si el “casting” no se hizo buscando actrices que en la universidad hubieran destacado en baloncesto o voleibol...
Mujeres físicamente cerca de la perfección, como robots replicantes, literalmente, muy a la “playmate” de Playboy.
The Stepford Wives también significó el debut cinematográfico de Mary Stuart Masterson, interpretando a la hija de su padre de la vida real, el actor Peter Masterson, que aquí hace de Walter, el esposo de Joanna.
En general, la intriga está muy bien manejada, dejando pistas ya desde el principio, de que las apariencias engañan, como:
La imagen del maniquí muy al inicio; la vista del cementerio a la entrada del pueblo; la rata ahogada junto a la consulta de la psiquiatra, etc.
Así hasta llegar a un final abiertamente de cine de terror.
Pero todo muy correcto, sin estridencias innecesarias.
Sobre cómo las hacen… hay una pista:
Un día, a Bobbie se le ocurre una extraña explicación, de por qué las mujeres del pueblo tienen esa actitud:
¡El agua!
Ellas creen, que el agua del lugar tiene algún componente que genera tal actitud.
Para salir de dudas, le lleva una muestra al ex novio de Joanna, ahora un científico.
En los resultados, no aparece nada anormal.
El agua no es responsable...
El tema del agua, no se trata más en el resto de la película, pero hay una toma muy pequeña, que aparece luego.
Esta muestra un lugar, un tanto pacífico.
Es como un estanque, en el encuadre solo hay agua, y una rata muerta dentro de ella.
Es como si se estuviera sugiriendo, que el agua sí tiene que ver.
Solo es eso, una sugerencia, y no hay mayor explicación científica de cómo las hacen, a pesar que el lugar está inundado de instalaciones científicas, asociadas a la robótica.
La película es bastante fiel a la novela, aunque se producen algunos cambios menores; el principal es que, en la novela, la implicación de Joanna en Los Movimientos Feministas es más pronunciada, y el marido de Joanna es presentado en un principio, como un marido progresista, que apoya El Movimiento Feminista.
En la película, esto cambia, creo que para su beneficio, ya que permite a la película, ser más sutil en su contenido alegórico/satírico.
Mientras en el remake de 2004, las esposas simplemente se insertan con un chip de computadora en su cerebro, que las hace subservientes; y en realidad, no mueren, pues la producción está mostrada en tono de “comedia”
Mientras aquí, las esposas son asesinadas y reemplazadas por robots parecidos.
Si algo le podemos achacar, es que podría haber sido un poco más corta de metraje, y con más acción; hubiera gustado que la protagonista luchara más, en ese aspecto se podría decir que fue muy pasiva.
Como dato, tampoco hay una banda sonora destacable, que incremente la tensión.
También, hubiera gustado que explicaran un poco de la historia de Stepford, como su origen o creador, desconozco si las secuelas lo hacen, aunque también es bueno que no lo hicieran, para dejar ese misterio...
“She'll be like one of those the robots in Disneyland”
El concepto de “mujer artificial”, aparece desde la mitología griega.
Al artesano de los dioses, Hefesto, se le atribuía la fabricación de mujeres de metal, las “Kourai Khryseai”, o “doncellas doradas”, con movimiento propio y “llenas de pensamientos y sabiduría”, que le servían como ayudantes.
Otra escena mitológica respecto al tema, es la historia de Pigmalión y Galatea.
El Rey Pigmalión, cansado de no encontrar a la mujer ideal, comenzó a fabricar estatuas representándola.
Hasta que creó una estatua tan perfecta, que se enamoró de ella; sabiendo que ese amor estaba condenado, Pigmalión imploró a la diosa Afrodita que le diera vida a la estatua, lo cual conmovió a la diosa, e hizo que le concediera su deseo.
Es notorio cómo ambas historias mitológicas, ya contienen los elementos primordiales de las historias de ginoides contemporáneas:
Criaturas hechas para trabajar y servir, así como para representar un ideal amoroso o erótico, hecho a la medida.
Un “ginoide”, o “fembot”, es un robot antropomorfo de aspecto femenino; si bien en el lenguaje coloquial, el término “androide” suele usarse tanto para los robots de apariencia masculina, como los de apariencia femenina.
Así, la mujer-robot, el erotismo y el amor, son temas recurrentes en las películas de ciencia ficción.
Como hemos visto, podríamos trazar un arco que va desde la TV en “Twilight Zone” hasta “Blade Runner”, un recorrido que comprende una fértil idea de la ciencia ficción que propone abundantes reflexiones en torno a los límites entre lo humano y lo tecnológico, hasta alcanzar un terreno puramente metafísico y existencial.
Como dijo en su momento el escritor Philip K. Dick, autor de “Blade Runner”, el film de Ridley Scott, revolucionó lo que hasta el momento se consideraba propio del cine de ciencia ficción, y llevó a este, a un lugar en el que nunca había estado.
Así lo hace The Stepford Wives, que se presenta como una singular excepción que compromete a la totalidad de los hombres, como colectivo abstracto, en un ejercicio de misoginia generalizada, que fructifica en una suerte de “pacto terrorífico entre caballeros” para silenciar a sus mujeres.
Una sátira que extrapola a los suburbios, las dinámicas e inercias propias de una ciudad de EEUU, media cualquiera, un lugar que podemos situar justo en el centro de la diana del así llamado “American Way Of Life”, para terminar cristalizando en una maliciosa metáfora sobre las dificultades de muchas mujeres, a la hora asimilar determinada idea de la feminidad como construcción cultural.
Lo interesante de The Stepford Wives, es que como subtrama se encuentra el tema del conformismo.
En ese sentido, ninguno se salva.
En un mundo convulsionado, de avances tecnológicos, movimientos políticos, cambios sociales, los personajes toman sus decisiones basados en la búsqueda de certezas, de calma y estabilidad.
No hay nada de malo en eso, pero, en este caso, sus opciones los llevan a la desilusión y la pérdida del camino propio.
Joanna misma, admite haber dejado ir al amor de su vida, para casarse con el más seguro y estable Walter, quien a su vez quisiera que su bella esposa se dedicara menos a pensar, y a dedicarse más a él…
Ningún personaje es feliz, y los niños, que no tienen prácticamente diálogos, y que se dedican a jugar, parecen destinados a eventualmente heredar ese conformismo y, por ende, esa infelicidad.
El avance tecnológico, mostrado sin rostro, se contrapone en el año 1975, que es el final de una época de sueños y esperanzas para muchos, pero también el momento del Movimiento Feminista; a un estancamiento de “lo humano”, nunca mejor dicho, irónicamente.
Y da un poco de tristeza pensar que, 40 años después, The Stepford Wives siga siendo igual de reivindicativa, porque eso significa que el panorama no es muy diferente.
Creo que si la propia Joanna viajara a nuestro tiempo, casi no notaría el cambio.

“How could you do a thing like that?
How could you do a thing like that?
How could you do a thing like that?”



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