Дерсу Узала (Dersu Uzala)

“Я изучаю все, что нужно знать, и все, что нужно”
(Aprendo todo cuanto necesito saber y tengo todo cuanto necesito tener)

Sijoté-Alín, en ruso Сихотэ-Алинь, es una cordillera en el krai de Primorie, y el krai de Jabárovsk, en Rusia, que se extiende aproximadamente por 900km hacia el noreste, desde el puerto ruso en El Pacífico de Vladivostok; y comprende una de las más extraordinarias zonas templadas del mundo.
Especies típicas de la “тайгá” o “taiga”, que se traduce como “todo territorio inhabitado”, “cubierto de vastos bosques” o “espesura del bosque”, tales como el reno y el oso pardo, coexisten con especies tropicales como el tigre siberiano, el leopardo del Amur, y el oso tibetano; por ello el gran refugio de vida natural del Sijoté-Alín, fue creado para preservar su inusual vida salvaje.
Los “hezhen” en chino “赫哲族” o en ruso “нанайцы”, son una minoría étnica que habita en la zona de Siberia en Rusia, y en la provincia de Heilongjiang, en La República Popular China.
En Rusia, su población aproximada es de unas 12.000 personas, mientras que en China, son casi 6.000; y son una de las 56 minorías étnicas oficialmente reconocidas por el gobierno de La República Popular China.
El idioma “hezhen” o “nanái”, pertenece a la rama de las lenguas manchú-tungús de la familia de las lenguas altaicas.
En China, es un idioma casi en extinción, ya que son muy pocos los que aún lo usan de forma habitual.
Ellos, no tiene un sistema de escritura propio, por lo que se han utilizado los caracteres del idioma de los han.
En Rusia, sin embargo, la situación de esta lengua es un poco mejor.
Más de la mitad de los miembros de esta etnia, conocen el idioma, y se sigue enseñando en algunas escuelas de la ciudad de Jabárovsk; de hecho durante La Época Soviética, se creó un sistema de escritura que aún sigue utilizándose.
Tradicionalmente, los hezhen han sido un pueblo nómada, que vivía de la caza y de la pesca.
Hasta bien entrado el siglo XX, eran una sociedad cazadores-recolectores, con costumbres sociales y económicas que dependen de la naturaleza, y/o tienen una relación con la convivencia con la naturaleza.
Los hezhen, practican el chamanismo, y durante siglos, han sido adoradores de los espíritus del Sol, La Luna, las montañas, el agua y los árboles.
Consideran que todas las cosas del universo, tienen su propio espíritu; y consideran que los chamanes tienen el poder de expulsar a los malos espíritus mediante las oraciones a los dioses.
Владимир Клавдиевич Арсеньев o Vladimir Klavdievich Arsenyev, fue un explorador, naturalista, cartógrafo y escritor ruso/soviético, cuyos principales trabajos se desarrollaron en El Lejano Oriente Siberiano.
Tras su graduación, en 1895, fue destinado a Polonia y, en 1900, trasladado, a petición propia, a Vladivostok donde, desde el primer momento, comienza a estudiar los alrededores de la ciudad, y los vestigios arqueológicos de las zonas aledañas.
Ese mismo año, es nombrado Capitán del destacamento; y en 1905, es destinado a Jabárovsk, y desde allí lleva a cabo numerosas expediciones por toda la región de la Primorie.
En el curso de una de estas expediciones, Arsenyev conoció a Дерсу Узала (Dersu Uzala), un anciano cazador de la tribu de los hezhen, llamados “nanaitsi” o нанайцы en idioma ruso.
La gran e íntima amistad que los unió, marcó al explorador de por vida, como quedó reflejado en un libro sobre sus expediciones, considerado en Rusia como un clásico.
Dersu, era nómada y animista, entablaba una relación con la naturaleza de igual a igual, sin intentar imponerse como hacía la civilización occidental.
En 1907, Vladimir Arsenyev invitó a Dersu a vivir en su casa de Jabárovsk, debido a la pérdida de visión que Dersu empezó a sufrir, por la que no podía seguir cazando.
En la primavera de 1908, después de comprobar que le era muy difícil adaptarse a la vida de la ciudad, Dersu decidió regresar a la región de la que provenía; muriendo asesinado, según cuenta el libro, en el pueblo de Korfovskiy, y enterrado en una tumba no identificada en la taiga rusa, a la edad de 59 años.
El libro sobre su vida, tuvo gran relevancia sobre todo en Rusia y en la extinta Unión Soviética, y convirtió a Arsenyev, en un héroe.
Además, quizá sin saberlo, Arsenyev realiza una reivindicación de la historia no escrita de tantos hombres solitarios que han vivido en comunión con la naturaleza, resguardados de los males de la sociedad humana, y sin entender sus ventajas.
Hombres que no han participado en los hechos, que recogen los libros de historia, pero que le dan una dimensión especial a la palabra “humano”; pues la auténtica barbarie, se encontraba instalada en la sociedad de la que Arsenyev provenía.
Si bien, el libro no contiene mención alguna a los excepcionales hechos históricos sucedidos en la Rusia de su tiempo, ello no fue obstáculo para que, al poco de su muerte, fuera acusado por el gobierno estalinista, de dirigir una red de espías…
El libro, por su parte, fue llevado al cine en 2 ocasiones:
La primera data de 1961, y fue dirigida por el realizador armenio-soviético, Agasi Babayan.
Y la segunda, en 1976, corrió a cargo del director japonés, Akira Kurosawa.
“Никогда они не видели солнце?”
(¿Es que no han visto nunca el sol?)
Дерсу Узала (Dersu Uzala) es un drama de aventuras, soviético-japonesa, del año 1975, dirigida por Akira Kurosawa.
Protagonizada por Maksim Munzuk, Yuriy Solomin, Svetlana Danilchenko, Dima Kortishev, Schemeikl Chokmorov, Vladimir Kremena, entre otros.
El guión es de Akira Kurosawa y Yuri Nagibin, basados en las memorias “Дерсу Узала” (Dersu Uzala - 1923) también llamado “With Dersu The Hunter and Dersu The Trapper”, escritas por el explorador Vladimir Arsenyev, sobre Dersu Uzala, un hombre de la etnia hezhen, que acompañó a sus hombres durante varias expediciones por la región siberiana de Sijoté-Alín.
Es una especie de libro de viajes, en el que el escritor dejó constancia de sus experiencias como cartógrafo en este salvaje territorio, a principios del siglo XX, junto a un anciano cazador de la tribu de los hezhen.
Su relación de amistad con él, marcaría toda su vida.
La película sobre ellos, fue hecha cuando un miembro de La Embajada Rusa en contacto con Akira Kurosawa, le pidió hacer una película de Rusia para los rusos, ya que la televisión no había crecido aún en La URSS, y que carecía de Rusia, según el embajador, “de los buenos escritores y directores para las películas”
La producción duró 3 años, siendo esta la primera película en el extranjero de Kurosawa, y la única rodada en 70mm.
También, fue su primera película en color, y en pantalla ancha; donde fuera de los cientos de hombres y mujeres en todo su equipo, sólo 6 eran japoneses; y sólo había un intérprete.
Kurosawa, desde la infancia, había sido un fan devoto de la literatura rusa, un hecho por supuesto, ya bien conocido por Mosfilm, cuando ese estudio le preguntó sobre una fuente literaria para el director, para adaptar en una película que se rodaría en La URSS.
Sin embargo, el estudio se sorprendió, cuando Kurosawa sugirió que se le permita el libro de Arsenyev, sobre Dersu Uzala; y se maravillaron que él había oído hablar del libro, porque en ese momento, era tan poco conocido fuera de La URSS.
No obstante, Kurosawa mantuvo sus marcas de estilo, como el tiempo climático, al igual que en otras películas de Kurosawa, continúa la tradición de tener diferentes condiciones climáticas:
Lluvia, nieve, arco iris... para el valor estético o simbólico.
Дерсу Узала (Dersu Uzala) representa pues el resurgimiento del director japonés, luego de un período de gran depresión; y es un film que nos emociona, y nos hace pensar, a poner en alerta nuestros sentidos con sonidos y silencios, paisajes y colores.
Es el relato de una gran amistad entre 2 hombres de mundos distintos, y la relación que ambos entablan con la naturaleza; por lo que Kurosawa nos relata, a través de una narración episódica, una mínima línea argumental en la que el paisaje es un personaje protagónico a lo largo de la mayor parte de la película; donde se usa la voz “en off”, pero no excesivamente, y con la intención de resaltar las vivencias del oficial ruso, cuya admiración por el anciano cazador, es realmente sincera.
Дерсу Узала (Dersu Uzala) trata el tema del respeto y la amistad entre personas de diferentes etnias, y sobre la pérdida de fuerzas y habilidades con el paso de los años; la serenidad y el misticismo de la película, residen en la mirada  elegiaca que Kurosawa nos ofrece de una forma de vivir, y de entender las relaciones entre el hombre y la naturaleza, que proviene de un primitivismo ingenuo, propio del animismo, una forma de vivir que no puede entenderse sin la comunión total con el entorno natural; de ahí los valores que nos transmite el anciano cazador:
La humildad, la paciencia, la ingenuidad o la resignación, derivan del hecho de habitar tan vasto y particular territorio…
Дерсу Узала (Dersu Uzala) se vio recompensada al ganar el premio Oscar a La Mejor Película Extranjera.
El rodaje, se realizó casi en su totalidad en la taiga siberiana, y se centra en un hombre nativo que vive cómodamente en los bosques, llevando un estilo de vida que de manera inevitable será destruido por el avance de la civilización.
La acción de esta espectacular obra épica, nos traslada a Siberia, a principios del siglo XX; siguiendo al Capitán Vladimir Arsenyev (Maksim Munzuk), y su destacamento, cuando tienen que realizar unas prospecciones geológicas en los bosques de la taiga siberiana.
La inmensidad del territorio y la dureza del clima, hacen que se extravíe...
Condenado a vagar por una tierra salvaje, Vladimir conoce a Dersu Uzala (Maksim Munzuk), un cazador nómada, que conoce el territorio como la palma de su mano, y sabe cómo afrontar las inclemencias del tiempo.
Dersu, enseñará a Vladimir, a respetar la naturaleza, y a convivir en plena armonía con ella, una lección que difícilmente olvidará el resto de su vida.
Y es que Dersu, el cazador, tiene una relación totalmente simbiótica con su entorno, y no distingue entre animales y hombres en la taiga.
Por su parte, Vladimir Arsenyev encarna la civilización que cada vez más se adentra en la naturaleza, rompiendo su equilibrio.
Aunque podríamos decir, que es “la mejor cara de la civilización”
Entre ellos se forma una amistad, a lo largo de un camino juntos, al mejor estilo de Don Quijote y Sancho, que está hecho de silencios, antes que de palabras.
Pues es mucho más lo que se calla, que lo que se dice.
La amistad se consolida en los silencios, en una compenetración de almas que no precisa de discursos.
El Capitán Arsenyev observa, escucha, y por lo general calla, y se deja fascinar por la grandeza de espíritu de un hombre sencillo, ingenuo, con un corazón que recuerda al de un niño.
Son 2 hombres que viven en tiempos internos distintos:
Uno de mentalidad primitiva, el otro un hombre culto, capitán, geógrafo... pero que la coincidencia de un mismo tiempo externo, y un mismo lugar, ha logrado sincronizar tiempos anacrónicos en una amistad.
El denso humanismo y la tolerancia, característica siempre presente en el mejor Kurosawa, halla aquí acomodo en una historia inolvidable de amistad, llena de sabiduría, magia y tragedia.
Дерсу Узала (Dersu Uzala) es un innegable ejemplo de lecciones éticas, además constituye un clásico del arte cinematográfico mundial, y está reconocida por todos los críticos, como una de las mejores películas de todos los tiempos.
Verla, es sencillamente dejarse llevar por la sencillez de su personaje, una reivindicación de un ser humano ante tanta destrucción hacia la naturaleza.
Y nos enseña, que lo material no importa, que poseer cosas, es tener nada, que preocuparse es absurdo, y que nuestros sentidos los desperdiciamos en muchas tonterías, y nos los aplicamos a “leer” nuestro medio ambiente, donde el más pequeño animal, cualquier ave, o las mismas nubes nos pueden enseñar más que un millón de libros.
“Как человек может жить в коробке?”
(¿Cómo puede el hombre vivir en una caja?)
Tras 5 años de ausencia de la producción cinematográfica, Akira Kurosawa regresó en 1975, dispuesto a superar la mala experiencia de “どですかでん” (Dodes’ka-den – 1970), otra de sus mejores películas, largamente subestimada al momento de su estreno.
Su fórmula para exorcizar el trago amargo, fue continuar con las exploraciones estilísticas que le interesaban en esa etapa.
La oportunidad, se le presentaría con Дерсу Узала (Dersu Uzala), rodada en los más inhóspitos parajes de Siberia, bajo la producción de Mosfilm; y resultó una maravillosa odisea por vastos territorios hostiles, hermosos y colosales a la vez, lugares azotados por las inclemencias meteorológicas, el viento, el frío, la nieve, etc., donde Kurosawa nos muestra con brillantez, como el ser humano es una hoja que intenta sobrevivir ante el dios naturaleza, destilando en cada fotograma el realizador, un canto de amor a La Tierra, una oda a la beldad de los paisajes vírgenes, a la vida, a la amistad desinteresada, un alegato a favor del medio ambiente, una loa a saber apreciar las pequeñas cosas que nos da la vida, al altruismo, a la solidaridad, a la vida sencilla, y una sibilina crítica a nuestra acomodaticia sociedad.
Es la épica de la rutinaria subsistencia del ser humano en las peores condiciones, y saber hacer de estas, algo cotidiano, todo ello revestido de un sólido mensaje humanista, costumbrista y naturalista.
El marco histórico nos dice que a principios del siglo XX, El Imperio Ruso, situado en los márgenes de una Europa en pleno desarrollo industrial, liderado por Reino Unido, Alemania y Francia, continúa su expansión, exploración, colonización hacia Oriente, hacia las costas del Océano Pacífico.
Allá en El Lejano Oriente, se cruzan intereses de las principales potencias europeas, con los intereses de lo que en esos momentos son “potencias emergentes”:
Estados Unidos, Japón y El Imperio Ruso.
Vladimir Arsenyev, es explorador, naturalista, cartógrafo y escritor ruso, que emprende una serie de viajes hacia la cuenca del río Amur, y la taiga del río Ussuri, con fines cartográficos, explorando por 20 años, territorios del Lejano Oriente Ruso.
Producto de estos viajes, publica en 1923, uno de los varios relatos de sus exploraciones, titulado “Dersu Uzala”, en el que, a la vez que cuenta las peripecias de sus incursiones, centra la atención en la descripción de la personalidad, creencias y saberes de un cazador de la etnia “hezhen” que lo acompañó como guía en parte de sus reconocimientos.
Ese cazador de la taiga siberiana, justamente era Dersu Uzala.
Дерсу Узала (Dersu Uzala) es una de las creaciones más conmovedoras del ya entonces anciano Kurosawa, esto a pesar de que la sombra de la desolación que veríamos en sus radicales películas siguientes, no se encuentra ausente.
Y es que la película no solo es la proyección de una gesta épica, casi olvidada, sino que también es el relato de una amistad forjada con todo en contra, las diferencias étnicas, de estilo de vida, o de rango social en la vida.
Sin mediar mayores preámbulos, contemplamos el encuentro de la expedición con ese extraño personaje, que de ser visto solo con ojos de turista, pasará a ser progresivamente estimado por todos, pero especialmente por El Capitán Arsenyev, a través de cuyos ojos vemos una perspectiva de ese viaje, deslumbrada por la sabiduría impregnada en cada pequeño suceso.
La historia comienza con una visita del Capitán Vladimir Arsenyev, al lugar en el que años atrás enterró a su viejo amigo, Dersu.
Antaño era un bosque, pero ahora se encuentra con un aserradero.
Desde este punto de partida, toda la trama está contada como un “flashback” que le da una fuerte nota nostálgica y melancólica a la película, identificando a la figura de Dersu, como un símbolo de un tiempo perdido y añorado, a modo de elegía.
Con sus piernas arqueadas, sus andares graciosos, y sus frases aparentemente inocentes, Dersu puede dar una impresión algo cómica a ojos de los soldados, pero, a medida que va avanzando la trama, consigue atraparlos, y al espectador, a pesar de su ritmo/metraje lento, de sus largos silencios, para mostrar la esencia y el valor del personaje.
Ofrece la visión de una forma de vida y de entender la relación con la naturaleza, como parte de nosotros mismos, muy interesante para todos hoy en día, tan ajenos a ella en su mayoría; y la representa como algo tan imponente como impotente.
Imponente por su fuerza salvaje y potencialmente letal, pero impotente ante una civilización actual con unas ansias de poder y de riquezas aparentemente imparables.
La importancia del profundo respeto y honestidad de Dersu, que lo hacen no solo un gran cazador y superviviente, sino una mejor persona.
Es un tipo muy humilde, a pesar de ser el que mayores conocimientos tenga de todos, y que se rían de él al principio, porque lo tomen como un grillado de las montañas, y que en poco tiempo, se gana el respeto de todos sus compañeros, haciendo a estos, mucho más humildes, y en los que mejorarían como personas, contagiándose de Dersu, poco a poco.
Podría pensarse, que los únicos papeles protagonistas son Dersu y El Capitán, sin embargo, Kurosawa hace que la naturaleza tenga tanta importancia como ellos, con impresionantes escenas de la majestuosidad y extensión de Siberia, y luchas a vida o muerte de 2 pequeños hombres frente al poder de los elementos, dejándola en un lugar admirable y temible para el espectador.
Дерсу Узала (Dersu Uzala) consta de 2 partes que narran respectivamente los acontecimientos de 2 expediciones:
Una en 1902, y otra en 1907, aunque el tiempo presente es relatado en 1910.
Dersu, un cazador nómada, vive en armonía con esa naturaleza tan terrible como hermosa, y nos muestra una forma de vivir y de entender la vida pura y primitiva.
Los valores que nos transmite, son la humildad, la generosidad, la paciencia y el respeto, entre muchos otros.
Se enfrenta a las vicisitudes con ingenio, valiéndose de su vasta sabiduría, y de su lógica para salvar en varias ocasiones, tanto su propia vida, como la del Capitán y su destacamento.
El Capitán Vladimir Arsenyev, es un hombre observador, amable y comprensivo, que está al mando de una misión militar, para recorrer y topografiar el terreno.
Dersu se topa con los militares una noche, que le invitan a unirse a la expedición como guía, por su profundo conocimiento del terreno, y él acepta.
Primeramente, la mayor parte del destacamento, toma poco en serio al cazador, incluso le ridiculizan.
No profundizan en el contenido, y en la enseñanza de las frases de Dersu, quedándose solo con la superficie que, ciertamente, a falta de un análisis, pueden sonar como disparates de un anciano extravagante:
“El fuego, el agua y el viento, son gente importante”
Con el desarrollo de la trama, Dersu se va ganando la admiración de todo el grupo, y entabla una sincera amistad con El Capitán.
Con cada acción que realiza, demuestra su capacidad lógica y de observación, su ingenio, y una serie de valores que progresivamente le llevan de ser el guía excéntrico, a ser el alma del grupo, y la mano derecha del Capitán, al que impresiona especialmente:
“Dersu me fascinaba, tenía un instinto increíblemente desarrollado, fruto de su vida en la taiga, tenía un alma grande y limpia.
Se preocupó por alguien que no conocía, y que quizás nunca conocería”
Tras finalizar la misión de exploración, los caminos de Dersu y de los demás se separan, de manera aparentemente definitiva, pero habiendo dejado una huella inolvidable en todos los miembros del grupo; sobre todo por su habilidad como guía, explorador y rastreador, era superada por su puntería.
Y 5 años más tarde, Dersu y El Capitán vuelven a encontrarse casualmente, mientras este último lleva a cabo una nueva expedición en una región selvática.
Pero la alegría del reencuentro dura poco.
A lo largo de la aventura, el cazador va dando muestras de su avanzada edad, que le dificultan la caza, a causa de su visión, y le amargan el carácter.
Dersu, se ve forzado a matar a un tigre que le obsesionaba, y al que llamaba “Amba”, y este hecho le persigue y le hace sentir culpable, como si algo se hubiera roto en su relación con la naturaleza, dando muestras de compasión y de sensibilidad.
Es precisamente ese certero disparo, en la escena que recuerda nuestro enfrentamiento con “Amba”, el que ejerce como punto de giro en la trama.
A partir de ahí, se precipita la decadencia de Dersu:
“En aquel momento, no entendí el porqué de su cambio de humor.
Ahora sé que mi amigo se sentía como un traidor.
Que le había fallado a La Madre Naturaleza.
Que había matado gente que no necesitaba para comer”
Al finalizar la nueva misión, y viendo el estado del cazador, El Capitán decide invitar a su amigo, a vivir con él y con su familia en Khabarovsk, a lo que él acepta.
Una vez en la civilización, Dersu se ve imposibilitado de cazar, cortar madera o dormir a la intemperie, lo que le frustra, y le entristece.
“En mi casa pasamos momentos muy felices.
Muy pronto se encariñó con mi hijo, al que le llamaba “pequeño Capitán”, y mi mujer lo aceptó desde el primer día.
Pero Dersu se consumía entre esas 4 paredes.
No entendía por qué había que pagar por la leña o el agua, por qué no podía montar su tienda en las calles, o por qué no le dejaban cazar en la ciudad.
Decía que no podía respirar, que echaba de menos el bosque”, dejó escrito El Capitán en sus memorias.
Los placeres de la civilización, no lo son tanto para Dersu, que se siente aprisionado, y acaba por pedir al Capitán, regresar a su entorno, a pasar el resto de su vida.
Así, los 2 amigos se despiden definitivamente:
El Capitán le regala como muestra de afecto, un rifle que le facilite la caza, a pesar de sus problemas de vista, a causa del cual, el cazador muere tiempo después, a manos de unos ladrones que se lo arrebatan…
En lo técnico, Akira Kurosawa dirige con sobriedad, pero con solidez lírico-narrativa, en un desarrollo sereno, pero fluido, melancólico pero exaltando la épica de la naturaleza, siendo el hilo conductor, la voz “en off” del propio Vladimir Arsenyev, ello relatando la historia en “flashback”, discurriendo el film mediante episodios de aventuras, cosidas por mágicos cielos infinitos, y por la emoción que destilan los fotogramas, respirándose la hostilidad ambiental.
Un relato impregnado de silencios, que hablan más que las palabras, de miradas, de gestos, de sensaciones, de diálogos escuetos, mientras nos va empapando la sabiduría de este humilde nómada, un espíritu libre que no puede ser cercado entre paredes.
La preciosa fotografía, merecería el visionado de los 140 minutos sin nada más, con pasajes que nos hacen pensar que estamos viendo la obra de algún pintor impresionista.
En uno de los momentos más hermosos, 3 hombres tiran de un trineo, yendo hacia el crepúsculo que lo tiñe todo de rojo... genial momento que hace recordar de esas pinturas rusas que retratan a los tiradores del Volga.
Este es uno de esos pocos filmes, en que la obra literaria en la cual se basa, queda totalmente superada, aun siendo la película, un fiel reflejo de las palabras impresas.
La riqueza de la composición panorámica de Kurosawa, en las imágenes partidas en 2 o en 3, la colocación de los personajes como figuras de un cuadro, las repeticiones… unidas a la simplicidad de su argumento, otorga a la película, una potencia casi ritual; Kurosawa utiliza un lenguaje sencillo pero directo, y su exquisito uso de la cámara, que desliza suavemente a través de “travellings” laterales, captando a la perfección la enormidad del paisaje.
Por otra parte, la multitud de planos fijos en tonos apagados, con predominio del marrón, el gris y el blanco; nos hace partícipes de las conversaciones junto a la hoguera, de las reflexiones en lúcidas en voz alta de Dersu Uzala, y de toda esa sucesión de momentos vividos en la taiga, que van dando consistencia a la historia.
Consecuente con la austeridad de la historia, el director empleó una técnica con predominio de los planos generales.
Ideal para subrayar la autoridad de la naturaleza, y lo insignificantes que somos los humanos.
En ese mismo sentido, quiso dar importancia a los elementos básicos:
El agua, el fuego, el viento; los que Dersu definía como “gente de mucho poder”
De hecho, una secuencia preferida, es aquella en la que ambos estuvieron a punto de perder la vida, cuando les sorprendió la noche en un lago helado.
Sólo la fortaleza mental y física de Dersu, pudo resolver la situación; y su inteligencia.
Дерсу Узала (Dersu Uzala) tiene  un ritmo lento, pero  nunca deja de tener interés para el espectador, ya que nos muestra la convivencia entre 2 formas de entender la vida, una de las cuales, es ajena por completo a la filosofía de vida occidental, alejada de las comodidades, la tranquilidad o el sedentarismo.
Dersu Uzala, no puede vivir encerrado, no puede vivir sin buscarse su propio sustento, no sabe vivir de otra manera.
Los puntos fuertes son muchos:
La hermosa fotografía por la taiga rusa, la ternura con la que se trata al tema de la naturaleza, el emocionante giro final, el rescate en el río.
Pero si tuviera que acentuar uno, sería sin duda el amor y la humanidad de Dersu, y su encuentro con los soldados rusos.
Un encuentro que difícilmente podrá igualarse en ninguna otra película.
Es de destacar, el contraste entre forma de ser del cazador, criado en la montaña, sin contacto con otros seres humanos, siendo ermitaño; y la de los que fueran sus acompañantes:
Gente de ciudad, criados siguiendo unos valores, mucho más educados y gentiles.
Para nuestra sorpresa, nos encontramos que Dersu es mucho más humano frente a las condiciones adversas, o hacia los chinos, en continua pugna con los japoneses y rusos.
Además de sus enseñanzas, en base al respeto a la naturaleza, también nos muestra el valor y la riqueza de la amistad entre personas de diferentes culturas, como lo son El Capitán y el nómada; la potencialidad del trabajo en equipo, cuando trabajan conjuntamente para lograr sus objetivos y salvar sus vida; la confianza; el respeto; la nobleza; la tolerancia; la paciencia; el esfuerzo… valores que tan a menudo se echan en falta en la sociedad actual, y en especial en los jóvenes.
Sirve como análisis y debate de la contraposición entre la naturaleza y la civilización; el hogar de Dersu y el hogar del Capitán; la sencillez y la avaricia; la esencia amenazante del paraíso natural, frente a las comodidades de una civilización distópica, etc.
Dersu, representa a la naturaleza humana más primigenia, con su ingenuidad y falta de maldad; mientras que El Capitán y su destacamento, representan a la civilización, que comienza por burlarse de Dersu, pasan por admirarle e irónicamente al final, son precisamente sus exploraciones, las que permiten la destrucción del hogar de Dersu, y también son la causa de su muerte por la avaricia ajena hacia el único bien material del cazador.
Esto puede enfocarse de tal manera, que haga plantearse, en qué lado de la contraposición se encuentra uno, y cual le parece más justo, fomentando el análisis de la influencia de la sociedad en cada individuo a todos los niveles, haciéndole consciente de sus ventajas, pero también de sus inconvenientes, de su papel y responsabilidad dentro del sistema social.
Del reparto, el papel del Capitán Arsenyev, fue interpretado por el actor soviético, Yuri Solomin; mientras que el papel de Dersu Uzala, corrió a cargo del también actor ruso, Maksim Munzuk, cuya primera aparición en escena, supone una de las más logradas introducciones de un personaje que jamás se hayan filmado:
“¡No disparen, soy gente!”
El respeto absoluto con el que está tratado el personaje de Dersu, que se convierte en una nueva encarnación del buen salvaje, esta vez en su variedad siberiana, alejada de los tristes trópicos habituales, que vive en armonía con una naturaleza más poderosa que el hombre.
Kurosawa, supera el cierto didactismo de la historia con ejemplar convicción a través de su retrato de este hombre humilde y orgulloso a un tiempo, generoso y perspicaz, y fundamentalmente digno.
Maksim Munzuk como Dersu Uzala, lo borda, su tremendo carisma y empatía, traspasa la pantalla, su mimetización con el personaje, es abrumadora, nunca puedes pensar que, tras ese ajado rostro, hay un actor, es el cazador nómada, aportando profundidad, emoción, humildad, simpatía, solidaridad, con un lenguaje gestual fascinante, con sus piernas arqueadas, con las arrugas de sabiduría en su rostro.
Gloriosa interpretación.
Mientras Yuri Solomin, encarna con curiosidad y cariño al Capitán Arsenyev.
Tiene una gran química con Maksim, entre los que saltan chispas de autenticidad.
No hay secundarios de mínimo peso, quizás este es un defecto, el apoyado estas caracterizaciones con algunas interrelaciones que dieran más fondo al relato.
Describiendo aceradamente a los protagonistas en un arco de evolución profundo, sabiendo hacer Kurosawa, que nos sintamos El Capitán ruso, y nos quedemos hechizados por la personalidad de este entrañable indígena, que es todo bondad, solidaridad, altruismo, honestidad, nobleza, integridad, generosidad, ello en contraste con el individualismo y egoísmo de nuestra “moderna” sociedad, quedamos maravillados por la voz de su experiencia, ello sobre todo por el choque de culturas, de uno y otro, y entre los 2 surge de modo natural y fluido, la confianza, aflorando puros sentimientos de camaradería, creciendo con episodios que los van marcando:
Una noche bajo las estrellas, una comida en el claro de un bosque, una conversación sencilla junto al fuego del campamento, o los más intensos de tener que sobrevivir juntos en una dura noche en un lago helado, la aventura en una balsa a la deriva por los rápidos de un rio, o el enfrentamiento con un tigre siberiano, etc.
Se le podría achacar que, tras 140 minutos, apenas sabremos algo de la cultura y tradicionalismo de Dersu, solo pequeños apuntes, todo muy esquemático, esbozos aquí y allá, el estudio antropológico de los “goldis” queda en meros apuntes a pie de página que nos hurtan darle más fondo y sentido al carismático Dersu Uzala.
Y como error, podría señalar cuando él y Arsenyev están mirando a La Luna ¾, y la puesta del Sol.
La Luna está en la fase de error, apareciendo en el cielo, al mismo tiempo que El Sol, es imposible.
Y también lamento grandemente, no haber visto la película en idioma original, el ruso, pues la forma de hablar de Dersu, muestra los posibles problemas de comunicación que habría, y que estoy seguro serian un gran problema en muchos momentos.
Por otra parte, me gustan los sonidos que se escuchan, y el realismo de estos, cuando se pisa el agua, la leña arder, o simplemente el miedo que sienten los personajes ante cualquier ruido como debería ser normal en los parajes inexplorados.
Por último, un final triste, donde la avanzada edad de Dersu, la perdida de facultades, y el no adaptarse a la civilización moderna que arrasa con ciertas zonas, hace que este no se sienta cómodo, y quiera volver a su vida donde era feliz, aunque fuese más dura físicamente, pero no mentalmente para él, y que finalmente acaba por morir.
Cabe destacar, que iba a morir en ambos sitios, aunque huya de la sociedad, solo que en un lugar, iba a morir más joven, y posiblemente haciendo lo que quería aunque fuese más duro en el bosque; y en el otro, iba a morir probablemente más anciano, aunque con la espina clavada de que ese no era su modo de vida, aunque fuese más cómodo.
Entre Dersu y El Capitán, ese acompañamiento se da lentamente, mientras recorren diferentes sitios y viven momentos sobrecogedores en paisajes verdaderamente pictóricos, como su pérdida en la estepa, enorme y glacial, donde el cazador muestra, una vez más, su ingenio y grandeza de alma.
Al final, cuando Dersu muere, ese anhelo de eternidad que se encierra en toda amistad, no se ve truncado, sino más bien consumado.
Juntos, no han vivido demasiado, pero sí lo suficiente.
Han sido leales, se han comprendido mutuamente, han querido que el otro fuera feliz, aunque tuviera que mediar una separación de por medio.
Y es que cada vez me convenzo más, de que en una verdadera amistad, la separación no debe ser prueba, sino más bien confirmación de ese “para siempre”
Por eso creo que realmente hay una crítica tanto a verse desplazados los ciudadanos rurales a grandes ciudades, donde no están acostumbrados, como a aquellos que buscan “libertad” y se escapan de las grandes ciudades para vivir en un medio rural.
Manando una elegía al “buen salvaje”, a como sus tradiciones y su arcaico modo de vida, son la prehistoria del ahora, llamado “ecologismo”, ello contraponiéndolo a los vicios de nuestra “civilización”, que claro que tiene sus muchísimas virtudes, pero también su taras, como es su desconocimiento del poder y belleza omnímoda de la naturaleza.
Дерсу Узала (Dersu Uzala) además intenta reflejar el crepúsculo de una época, como bien marca el prólogo, cuando Arsenyev busca la tumba de su amigo que estaba en un bosque, en lo que ahora es un descampado donde crece un poblado; el fin de un tiempo, de cómo la “civilización” se traga y devora bosques en nombre de los “avances” y las comodidades, de cómo ésta “modernidad”, tritura culturas y modos de vida ancestrales, el “progreso” no siempre es equilibrado, y puede provocar extinciones de tribus, animales, y ahora, el último elemento en riesgo, es el frío, por el llamado “Cambio Climático”
Impresionante a la vez que desgarradora, la banda sonora, y como no todo un punto fuerte a favor de la película, un deleite para el sentido del oído, creada por el maestro soviético, Isaac Shvarts, un verdadero genio de la música, con más de 100 bandas sonoras en su haber, y aquí deleitándonos con unas melodías verdaderamente fantásticas, la del título principal:
“El otoño Taiga”, es realmente fabulosa.
“Огонь разгневался, лес горел много дней”
(Fuego se enojada, y quema el bosque durante muchos días)
En las escrituras budistas, hay una declaración que dice que, “a medida que iba envejeciendo, Buda se iba volviendo más hermoso, y más inocente…
…hay 2 maneras de mirar el transcurrir del tiempo para los hombres, exceptuando la infancia, que es la inocencia para los 2 enfoques; en cambio la juventud, en un primer enfoque es sensualidad, sexualidad y toda clase de torpezas, y en el otro, podría ser más bien una búsqueda de la verdad, una búsqueda de la vida; un deseo de conocerse a uno mismo”
Y en cuanto a la vejez, decía:
“En el primer enfoque, es miedo a la muerte, al cementerio y a la oscuridad; y en cambio podría ser una celebración, porque es un paso a la inmortalidad, a la eternidad…”
Las obras del Capitán Vladimir Klavdievich Arsenyev son numerosas, y de asociaciones científicas.
La mayoría fueron ensayos o artículos.
Sin embargo, las más conocidas, son los libros que conforman la trilogía sobre la región del Ussuri:
“По Уссурийскому краю” (Por la región del Ussuri – 1921), “Дерсу Узала” (Dersu Uzala – 1923) y “В горах Сихотэ-Алиня” (En las montañas de la Sijoté-Alín – 1937)
Han sido editadas en numerosas ocasiones y formatos, viendo combinados o separados sus textos, y publicados bajo diferentes títulos.
Por este motivo, resulta complicado hacer una compilación única de sus escritos.
Otras de sus importantes contribuciones al desarrollo del Lejano Oriente ruso, tienen que ver con la conservación de la naturaleza, pues Arsenyev fue el propulsor de la promulgación de normativas relacionadas con la preservación de recursos naturales, aprovechamientos peleteros o pesqueros, por ejemplo; así como de la creación de reservas naturales que siguen existiendo en la actualidad:
La Reserva Natural del Sur de Kamchatka; La Reserva Natural Komandorski; y El Parque Nacional del curso superior del río Aniui.
Arsenyev, murió enfermo de una bronconeumonía, a la edad de 57 años, el 4 de septiembre de 1930.
Como dato, su viuda, Margarita Nikolaievna Arsenyeva, fue arrestada en 1934 por La Policía Secreta Soviética, y posteriormente, en 1937, acusada de pertenecer a una organización de espías y saboteadores, “dirigida por su marido”
El caso fue juzgado por un Tribunal Militar, el 21 de agosto de 1938, que tardó tan sólo 10 minutos en condenarla a muerte.
La sentencia, fue ejecutada inmediatamente.
La hija de Arsenyev, Natalia, fue también arrestada en abril de 1941, y sentenciada al Gulag.
Por otra parte, en 1978, La UNESCO inscribió Sijoté-Alín, como Reserva de La Biosfera.
En el 2001, se convirtió en Patrimonio de La Humanidad, citando La UNESCO, “su importancia para la supervivencia de especies amenazadas como el tigre siberiano (Panthera tigris altaica), el mayor felino del mundo”
De hecho, los últimos leopardos del Amur en libertad, viven en este territorio.
Para el año 1947, una lluvia de meteoritos, se produjo en la zona, dando lugar al meteorito de Sijoté-Alín.
Es un hecho que vivimos en un mundo demasiado industrializado, donde los bellos parajes con los que nos ha obsequiado la madre naturaleza, desaparecen a ritmo vertiginoso.
Las consecuencias del ser humano, inciden directamente sobre la naturaleza, y ya se están dejando ver.
Hay múltiples ejemplos, pero quizás el más adecuado a la hora de citar esta película, sea el deshielo continuo al que se están viendo sometidos los polos, y la taiga siberiana, lugar de residencia de Dersu Uzala, y donde se da lugar la película.
Y es que el ser humano llegó a La Tierra, con un afán de protagonismo, y la imperiosa necesidad de superar a otros, llamando “hombres” a los que difícilmente les queda algún atisbo de humanidad, y no llamándolos a los que verdaderamente los son.
Porque para cualquiera que vea Дерсу Узала (Dersu Uzala), siempre quedará esa sensación de pena que experimenta el propio Arsenyev, de pie, en medio de esa frontera cada vez más empujada hacia adelante, a los dominios de ese cosmos ignoto, que conservan en algún punto recóndito de su geografía, los pasos de esos personajes inolvidables, como los que habitan ese imaginario que sedujo desde siempre a su autor, no por casualidad, uno sometido permanentemente a los designios de una naturaleza, como pruebas de resistencia del espíritu.
Dersu Uzala, es ese personaje que recoge la esencia de la verdadera inteligencia, la que reside en el corazón.
Dersu no sabe de libros, o del precio de las cosas, sabe de la vida, de los árboles, de la naturaleza, sabe de la esencia del hombre, y nos recuerda que lo que debemos hacer es recuperarla…

“Солнце люди, очень важные люди.
Если солнце умирает каждый умирает”
(El sol es gente, gente muy importante.
Si el sol muere todos mueren)



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