Escape from New York
“New York City has become the only maximum security prison for the entire country.
Once you go in, you don't come out...
Until today”
Cuando una sociedad se descompone, la jerarquía dominante comienza a replicarse en pequeñas células, en torno a necesidades cada vez más cercanas a las de la supervivencia límite.
Una nueva cultura empieza a surgir, con términos arcaicos y tribales…
Lo que demuestra que la democracia es un artificio; y en los grupos humanos, sólo subsiste la anarquía y la tribu, estructuras simples, donde no es posible la corrupción, pero sí el heroísmo y la traición.
La democracia se aleja del arquetipo, más parecida a un vapor…
El subgénero conocido como “futuros apocalípticos trash”, se hizo enormemente popular, principalmente porque era un medio muy barato de contar una historia de ciencia ficción; y los clones aparecieron por todos lados, principalmente de Italia; y de toda esa enorme camada de imitadores.
“You touch me... he dies.
If you're not in the air in thirty seconds... he dies.
You come back in... he dies”
Escape from New York es una película de ciencia ficción y acción, del año 1981, dirigida por John Carpenter.
Protagonizada por Kurt Russell, Lee Van Cleef, Ernest Borgnine, Donald Pleasence, Season Hubley, Isaac Hayes, Harry Dean Stanton, Adrienne Barbeau, Tom Atkins, Charles Cyphers, entre otros.
El guión es de John Carpenter y Nick Castle.
El director John Carpenter, escribió originalmente la película a mediados de los años 70, como una reacción al escándalo de Watergate, pero ningún estudio quiso hacerlo, porque se consideró que era demasiado oscuro y demasiado violento.
Todo eso cambió después del éxito de “Halloween” (1978)
Avco Embassy, se acercó a John Carpenter después de ese éxito, y tras “The Fog” (1980), para hacer una película basada en una novela que habían adquirido, titulada:
“The Philadelphia Experiment”
Cuando Carpenter se quedó atascado en ese proyecto, propuso en su lugar su idea de Escape from New York.
A Avco le gustó la idea, y encendió el proyecto casi de inmediato.
En una entrevista, Carpenter dijo que la historia estaba inspirada en la novela de ciencia ficción, “Planet Of The Damned” de Harry Harrison, que trataba de un hombre sin opción para hacer un trabajo para el gobierno; y se inspiró también en “Death Wish” (1974)
Él no estaba de acuerdo con la filosofía de la película, pero le gustaba cómo transmitía “el sentido de la ciudad de New York como una especie de selva, y quería hacer una película de ciencia ficción en este sentido”
Carpenter, es un experto en lo que amerita la ciencia ficción, y aquí nos presenta una aventura que transcurre en un futuro distópico, donde la delincuencia reina las calles.
La ambientación y el decorado de la ciudad-prisión, es uno de los puntos fuertes, con calles repletas de basura, edificios en ruinas, bandas callejeras y una penumbra y oscuridad, prácticamente permanentes.
La película se rodó en San Luis, Misuri; Los Angeles, California; New York City, New York; y Atlanta, Georgia.
Barry Bernardi, eligió a St. Louis para simular a Manhattan, debido a la ansiosa cooperación de la ciudad, su similitud estética con una “gran ciudad de la costa este”, y por el Puente de la Cadena de Rocas, parecido al famoso puente de Queensborough, del 59th Street de New York.
Carpenter dijo:
“Debido a un gran incendio que tuvieron allí, en 1977, en St. Louis, ahora sólo tiene la cantidad correcta de vacío en el centro de la ciudad.
La arquitectura parece abandonada y muerta, perfecta para nuestras necesidades, ya que no podíamos usar nada que parezca nuevo o fresco”
La estación de ferrocarril de la unión de St. Louis, simuló el Madison Square Garden, mientras que el centro de la ciudad, después de haber sido sembrado con carros y la basura, se convirtió en las calles decrépitas de un Manhattan apocalíptico.
De hecho, solo 4 locaciones en Los Angeles fueron utilizadas para recrear el World Trade Center, y el Liberty Island estaba entre los sitios para rodar en La Ciudad de New York.
Mientras el sistema de tránsito masivo, MARTA de Atlanta, que originalmente fue presentado en la película como un “tren transcontinental futurista”, fue cortado de la edición final.
El rodaje comenzó a finales del verano de 1980, con un presupuesto de $7 millones, cofinanciado por AEPC, International Film Investors, Inc., y Goldcrest Films International.
El presupuesto era el más grande con el que John Carpenter o Debra Hill había trabajado, y el programa de rodaje, que duró 3 meses, era el más largo y el más logísticamente complejo, hasta la fecha.
La producción empleó a una cuadrilla de 180 personas; y la única escena realmente filmada en La Ciudad de New York, fue la apertura en “dolly” que sigue a un personaje más allá de La Estatua de La Libertad.
De hecho, Escape from New York fue la primera película que se rodó en Liberty Island, con La Estatua de La Libertad.
La escena de Liberty Island, junto con la foto de la mañana de Manhattan, donde se ve un helicóptero, fueron las únicas escenas de la película filmadas en New York.
El resultado de todo fue un éxito de taquilla, con una recaudación de $50 millones; sin embargo, el negativo original fue considerado perdido, pero más tarde encontrado por el dueño actual de la película:
MGM; y posteriormente se utilizó para crear nuevos elementos para La Edición Especial en DVD.
Así las cosas, el futuro comienza en 1988, cuando el crimen se dispara 400% en los Estados Unidos, y en la otrora Gran Manzana, se funda la prisión más grande del mundo:
The Manhattan Island Prison, donde la ley de la selva reemplaza la supervisión estatal, que tan solo está presente para evitar que los reos escapen del infierno en el que habitan.
Pero ahora es 1997, y hay problemas…
New York se ha convertido en una megaprisión, a la que son llevados los criminales de todo Estados Unidos, rodeada por un gran muro, y vigilancia permanente.
Allí, los presos han construido su propia sociedad fundamentada en la barbarie, con poder y autoridad, pero aun así, tienen el deseo de escapar...
En ese momento, una terrorista secuestra el Air Force One, y lo estrella en la ciudad, con la intención de acabar con El Presidente (Donald Pleasence), pero no consigue su objetivo.
Logra que la cápsula en la que se encuentra El Presidente, caiga en manos de los reclusos, que no dudan en negociar con su vida a cambio de que la guardia militar les deje escapar, y entrar de nuevo en EEUU.
En esta crisis en la que una acción convencional llevaría a la muerte al “hombre más poderoso del mundo”, el alcaide de este penal, Bob Hauk (Lee Van Cleef), encuentra la solución en:
S.D. Bob “Snake” Plissken (Kurt Russell), un antiguo veterano de La Guerra de Vietnam al que se creía muerto, y que estaba oculto, prófugo de la justicia; un ex operador de Las Fuerzas Especiales y héroe de guerra en La Tercera Guerra Mundial, hoy convertido en criminal; y es traído para llevar a cabo el rescate del Presidente, a cambio de perdonar todas sus ofensas a la ley; pero lo traicionan al poner un mecanismo microscópico en su arteria, que podría explotar si pasa un límite de tiempo, para poder tenerlo controlado.
Cabe destacar, que si bien no se trata de la primera película que plantea un futuro desgarrado por el propio ser humano, su codicia, y sed de violencia, su apuesta sí es original, al convertir la isla de Manhattan en el escenario de una barbarie de la que el gobierno de Estados Unidos es el principal artífice.
Con Escape from New York, Carpenter lanza una crítica mucho más contundente y certera al sistema político estadounidense, que cintas supuestamente más progresistas; y es a los ojos de un espectador de hoy, una aventura de acción correcta.
No hay un gran momento que sea inolvidable, o que le deje a uno con la boca abierta; tampoco tiene un villano memorable…
Lo mejor de la película, es sin dudas Kurt Russell, que comenzaría una nueva etapa a partir de este éxito, reciclándose como héroe de acción; y por su parte, Carpenter afianzó la estela del éxito, y su fama, tanto por la calidad, como por la rentabilidad de sus obras, quedando bien consolidado.
En este caso, más de $25 millones en beneficios, una cifra impresionante para una película que bebe de la serie B, el western, la ciencia ficción, la estética comic, el cine post-apocalíptico, y por supuesto, la acción.
En pocas palabras, Escape from New York es una película que ha pasado a convertirse en un clásico del cine con el paso del tiempo, un tremendo alegado contra el poder establecido y la decadencia del sistema policial, que incluso tiene y aporta tintes del mejor terror psicológico en las crudas y más violentas secuencias.
Como dato, en 1996, Carpenter y Russell, volvieron con una secuela:
“Escape from L.A.”
Y una de las muchas características que tiene Escape from New York, por la que es denominada “Película de Culto”, es por sus similitudes con los atentados del 9/11, habiendo 20 años de anterioridad cuando se produjeron.
“You go in, find the President, bring him out in 24 hours, and you're a free man”
A raíz de la ola de escepticismo hacia la figura del Presidente de los Estados Unidos, Richard Nixon, que siguió al escándalo del Watergate, un hecho histórico que plantó las semillas para lo que 5 años después se convertiría en Escape from New York; “la sensación que envolvía a la nación, era de genuino cinismo acerca del Presidente.
Escribí el guión, y ningún estudio quería hacerla, porque era demasiado violenta, terrorífica y extraña”, dijo Carpenter.
Desde el magnicidio de Dallas en 1963, la impopularidad del alto mandatario de los Estados Unidos, había ido cayendo en picado gracias, primero, a la política intervencionista de Johnson, y ese desastre armado que fue La Guerra de Vietnam y, después, al escándalo en el que se vio envuelto Nixon, cuando colaboradores suyos fueron sorprendidos intentando robar documentos en el complejo Watergate, sede del Partido Demócrata, pues Nixon era Republicano; prendiendo la mecha de lo que después resultaría ser un auténtico polvorín bajo los pies del gobierno en el que sigue siendo el mayor escándalo que ha envuelto a un presidente en la historia de EEUU.
Bajo esas circunstancias, no es difícil aprehenderse de las palabras de Carpenter, y que de forma sucinta, recogen el sentir generalizado de un pueblo que miraba con malos ojos a todo lo que dimanaba de Washington, y que sentía que lo que allí se cocía, ya no servía de representación de sus intereses, máxime cuando la investigación posterior a la detención en el Watergate, descubrió una conspiración encabezada por Nixon, cuyos objetivos, a día de hoy, todavía no han quedado del todo esclarecidos, aunque muchas voces apunten a que la clara pretensión del Presidente, era dinamitar la credibilidad del partido en la oposición, ligándolo a actividades que podrían ir desde su posible financiación con capital cubano, hasta su implicación en redes de prostitución…
Como fuera el caso, una vez que Carpenter contó con el suficiente respaldo cinematográfico que le aportó “Halloween” (1978) y “The Fog” (1980); afrontó el rodaje de Escape from New York.
Pero el primer problema al que tuvo que enfrentarse, fue la elección del actor que encarnaría a ese antihéroe que iba a terminar siendo Snake Plissken.
Unas cualidades estas, que Avco-Embassy Pictures, la productora, pretendía encontrar en los 2 nombres por los que se decantaba inicialmente:
Charles Bronson y Tommy Lee Jones.
Pero Carpenter no los quería, pues le arruinarían el control creativo que quería ejercer sobre el proyecto, y sus miras se orientaron hacia Kurt Russell, que por aquél entonces pretendía empezar a desempolvarse de la imagen ligera que había cultivado, gracias a sus tempranas intervenciones en producciones Disney…
Y lo cierto es que, si quería librarse de dicha imagen, Russell no lo podría haber hecho mejor:
Musculado, con un parche en el ojo izquierdo, barba de unos cuantos días, melena, camiseta negra ceñida, pantalones de camuflaje, y una actitud que en palabras del propio actor, era mezcla entre “los estilos de Bruce Lee, el Exterminador, Darth Vader y la vocalización de Clint Eastwood”, queda muy claro que sin la presencia del intérprete encarnando a ese híper-carismático anti-héroe que es Plissken, este espléndido ejemplo de la ciencia ficción post-apocalíptica que es Escape from New York, no habría sido lo mismo.
El ritmo de la trama es trepidante, gracias a la mezcla de acción y la música compuesta por el propio director que acompaña debidamente todos los momentos.
El guión es muy original, pero a la vez crítico, el espectador se pregunta:
¿Qué clase de gobernantes tiene, o si es útil el aislamiento de los seres más despreciables de la sociedad, en una ciudad como New York?
Ese es Estados Unidos en el futuro... y nos presenta una ciudad completamente destruida, en donde el caos no solo se demuestra de forma urbanística, sino también en forma de un nuevo orden social.
La nueva ciudad, Lower Manhattan, se encuentra amurallada, y en su interior se alojan los criminales más peligrosos de EEUU, sin ningún control militar dentro, dejando que esta nueva ciudad se autogobierne.
La ciudad se encuentra destruida, sus grandes avenidas están completamente sucias, con rasgos de lo que fue una sociedad moderna.
Sus grandes edificios se encuentran totalmente dañados, y los nuevos “inquilinos” son ahora unos dementes que habitan esta ciudad sin vida.
“La ciudad que nunca duerme”, dejó de ser un centro económico, cultural y de moda; y pasó a ser la ciudad que nunca duerme por el miedo de sus propios habitantes, que a pesar de estar gobernados por un poderoso criminal, no posee una cordura o lógica.
El crimen ha crecido a proporciones descomunales, y la isla de Manhattan en New York, se ha convertido en la única prisión de máxima seguridad de toda la nación.
Las fuerzas policiales, lanzan víveres desde el aire, y los puentes de acceso han sido minados, pero la vida en el interior de la isla, se ha sumido en el caos, y han florecido las tribus urbanas.
Desgraciadamente, el avión presidencial es secuestrado por un grupo terrorista, quienes provocan su colisión contra uno de los rascacielos de Manhattan.
Pero antes del impacto, la cápsula de emergencia del avión, resulta eyectada, y ahora las fuerzas de seguridad, intentan infructuosamente dar con el paradero del mandatario; pero el mismo ha sido secuestrado por el líder criminal conocido como The Duke of New York City (Isaac Hayes), el que planea utilizarlo como escudo humano para salir de la isla.
La única alternativa consiste en Snake Plissken, un convicto y ex marine, el cual es enviado a la misión suicida de rescatar al Presidente de las garras de The Duke.
Pero Plissken sólo cuenta con menos de 24 horas para cumplir con su objetivo, tras lo cual explotarán las cápsulas explosivas que las fuerzas policiales le han implantado en su cuerpo, como medio para forzarlo a aceptar la operación.
Claro está, Plissken conocerá aliados:
Cabbie (Ernest Borgnine), Maggie (Adrienne Barbeau), y Harold “Brain” Hellman (Harry Dean Stanton)
Todos ellos se enfrentarán a enemigos, uno particularmente desquiciado, The Duke, y buscarán la manera de salirse con la suya.
Lo cual, a la larga, lograrán; pero solamente Plissken y El Presidente sobreviven a su escape…
Cuando El Presidente comienza su discurso de difusión, Plissken, que está disgustado por la falta de lamentación del Presidente por la gente que murió para sacarlo, se aleja, y deliberadamente destruye la cinta con la información más importante de todo el relato.
Escape from New York tiene una narración lineal y directa, tanto como la propia historia:
Plissken es reclutado a la fuerza por el jefe de policía para rescatar al Presidente de los Estados Unidos, quien, tras sufrir un atentado terrorista a bordo del Air Force One, es secuestrado por los reclusos de una mega cárcel, Manhattan.
Como ven, no hay mayor complicación, y lo que se narra es el periplo de Snake para rescatar al Presidente, sin excesos visuales, ni de efectos especiales, sino de forma cruda y directa, muy física inclusive.
Pero lo que Carpenter nos muestra, y que supuso un adelanto en su época, es una oscura distopía que nos desvela un estado policial total en guerra contra Rusia, La Tercera Guerra Mundial; y un Presidente patético y miedoso, cobarde, que pese a haber sufrido todo tipo de vejaciones durante su cautiverio, mostrará su verdadera cara al encontrarse en libertad.
Plissken, es el símbolo del hastío y el descontento social, y su indiferencia, ante la sociedad, ante su Presidente, es tal que únicamente actúa por simple y pura supervivencia; la suya.
Un ejemplo extremo de su actitud, es cuando observa cómo unos hombres abusan de una mujer, y sin mediar palabra, continúa su camino.
Todos los personajes comparten con Plissken su individualismo feroz, y que sólo actúan para lograr su propio beneficio.
Sin duda, una desoladora mirada, donde Carpenter no salvará a nadie, ni al Presidente, ni a la policía, ni al propio héroe; el microcosmos carcelario, sólo es un reflejo de lo que hay detrás de sus muros:
Una sociedad podrida, dominada por un aparato estatal represor.
Y es que Snake Plissken, es el antihéroe “carpenteriano” por excelencia.
Un tipo duro, cínico, misántropo, macarra e individualista, ataviado con cuero, melena, y parche en el ojo.
Es un ex Teniente del Ejército de los Estados Unidos, que actúa bajo La Fuerza Especial de La Unidad de Luz Negra, declarada por Hauk en Escape from New York, con 2 Purple Hearts, y es el soldado más joven en ser condecorado por El Presidente de Estados Unidos, por su valentía durante las campañas en Leningrado y Siberia; La Tercera Guerra Mundial contra las antiguas alianzas soviéticas, y La Guerra de Eurasia.
Algún tiempo después, Plissken se convirtió en criminal debido a la traición percibida del gobierno de los Estados Unidos durante el Leningrad Ruse, cuando perdió su ojo izquierdo; y cuando sus padres fueron quemados vivos en su casa por La Fuerza de Policía de Estados Unidos, acontecimientos descritos en la novela de “Escape from New York” de Mike McQuay.
Plissken se fue a la guerra con su amigo Bill Taylor; y se hizo socio de Harold Hellman, más tarde conocido como “Brain”, y Fresno Bob.
En Kansas City, alrededor de 1993, Hellman aparentemente dejó a Plissken y a Fresno Bob acorralados por la policía, momento en el que Fresno Bob fue brutalmente torturado y asesinado por agentes de la ley sádicos, dentro de La Fuerza de Policía de los Estados Unidos.
Como resultado del incidente de Kansas City, se creía ampliamente en la comunidad criminal, que Plissken estaba muerto...
En lo personal, Plissken, tiene un tatuaje de una cobra en su abdomen.
Él es un practicante de varios estilos de artes marciales que incluyen:
Karate, Taekwondo, Kung-Fu, Kenpo, Jiu-Jitsu brasileño, Krav Maga, y Jeet Kune Do.
Apodado “Snake” por el tatuaje, se muestra muy cínico, probablemente debido a la hipocresía del gobierno de los Estados Unidos, y parece estar dispuesto a hacer cualquier cosa para sobrevivir.
Es severo en su discurso, y no tiene nada sagrado, ni siquiera importante en su vida.
Sin embargo, tiene un código de honor.
Él frecuentemente muestra frialdad, y el pensamiento nivelado en situaciones extremadamente estresantes.
Aunque él mata sin remordimiento o vacilación, no mata por diversión, o cuando es innecesario.
También es conocido por su ingenio rápido, y su humor grueso.
Así las cosas, Snake fue arrestado en 1997, después de entrar en La Reserva Federal de los Estados Unidos en Denver, Colorado.
Fue sentenciado a cadena perpetua en la prisión de máxima seguridad de New York, es decir, toda la isla de Manhattan, rodeada por un muro impenetrable, y luego abandonada al caer en la anarquía.
En ese momento es que llega toda la trama de Escape from New York.
Total, lo que resulta es un personaje icónico, y con una gran presencia que dota de mucha fuerza a la película.
Snake Plissken es un mito viviente, cuyo carácter legendario, es confirmado por la frase tantas veces repetida de la boca de varios presos:
“Creía que estabas muerto”
Sin embargo, Carpenter parece querer recalcar la humanidad que se esconde tras esa fachada hermética e implacable, y es por eso que le hace sangrar, flechazo en pierna mediante, durante el último tercio, el cual se pasará cojeando.
Como dato, Kurt Russell se sometió a una dieta estricta, y a un duro entrenamiento físico para encarnar al ex teniente de Las Fuerzas Especiales.
Por su parte, el personaje de Bob Hauk, es igual de corrupto y tramposo que cualquiera de los miles de reos en la prisión, solo que tiene poder.
Dado su gran afición al western, y en concreto a las películas de su admirado Howard Hawks, el director decidió contratar al actor Lee Van Cleef, que había trabajado con Sergio Leone en sus míticos “Espagueti Western” para el papel de comisionado Bob Hauk.
Y con Lee Van Cleef, se produce un fuerte choque de egos.
Por una parte, Snake se configura como el prototipo de antihéroe que no está de acuerdo con el sistema, pues lo ha sufrido en él; y por la otra, el alcaide que aun conociendo la injusticia en el sistema, vive de él, e intenta preservarlo a cualquier precio.
Mandar a un individuo incontrolable, en busca de otro que ejerce el control absoluto… parece un disparate.
Sin embargo, Kurt Russell ha declarado que Escape from New York es su filme favorito de todas sus películas, y Snake Plissken es su favorito, de todos sus personajes; de hecho, el “Eyepatch” de Snake Plissken, fue sugerido por Kurt Russell.
Sobre lo genérico del personaje, notar que Escape From New York se estrenó un año antes de “First Blood” de Stallone, y la ola de plagios a Rambo no había comenzado aún, por lo que hace pensar, que Snake inspiró a muchísimos personajes posteriores.
Y no sería justo concluir, sin reseñar la actuación de Donald Pleasence:
Este actor que ya trabajó a las órdenes de Carpenter, presenta a un personaje que está acostumbrado a tener el poder, y que debido a las circunstancias, no lo tiene; sin embargo sufre una evolución a lo largo de la película, pues en un principio se trata de un hombre asustado, que progresivamente va mostrando su verdadera personalidad, conforme Snake le va devolviendo a su situación anterior durante la huida.
Se cuenta que Pleasence se basó en sus propias experiencias durante la guerra, como prisionero de guerra, para su actuación como Presidente secuestrado; un personaje execrable, al que resulta complicado, sino imposible tomarle afecto o simpatía.
Como datos del reparto, la voz de la narración de apertura, fue proporcionada por Jamie Lee Curtis, sin acreditar.
El agente del servicio secreto, que intenta entrar en la carlinga del Air Force One, al principio de la película, es Steven Ford, hijo del Presidente Gerald Ford.
El personaje de Cabbie, fue escrito con Ernest Borgnine en mente; al igual que Maggie fue escrito para Adrienne Barbeau.
Una vez finalizada la filmación, John Carpenter se dio cuenta, de que no había cubierto la escena de la muerte de Adrienne Barbeau…
Así que filmó la escena, en su garaje.
Carpenter mismo aparece en la película, no acreditado, pero pone la voz a un piloto de helicóptero.
Adrienne Barbeau y John Carpenter, se casaron en el momento en que se estrenó la película, al igual que Kurt Russell y Season Hubley.
Hubley, es la mujer a la que Plissken encuentra escondida en la tienda Chock Full o' Nuts.
Mientras los guardias de prisión, que son vistos patrullando la isla, o parte de la incursión a la cápsula de escape del Presidente, son realmente extras femeninos.
En los créditos finales, se menciona un personaje, apodado Taylor, que no aparece en todo el filme…
Rehme, fue nombrado en honor al productor Robert Rehme, mientras que Taylor, Romero y Cronenberg, fueron nombrados en honor a los directores:
Don Taylor, George Romero y David Cronenberg, respectivamente.
Cada personaje que le dice a Snake:
“I heard you were dead” u “Oí que estabas muerto”… muere.
Pero el verdadero protagonista de Escape from New York es la misma ciudad, el ambiente apocalíptico, otra vez la atmósfera, que Carpenter logra transmitir en su recreación de Manhattan.
En este aspecto ayuda mucho la localización de East St. Louis, Illinois; ciudad que había sufrido un gran incendio en 1976, resultando vecindarios enteros quemados, pero también el hecho de que la acción transcurra de noche, y sin apenas luz eléctrica, potenciando la sensación de oscuridad, suciedad, fealdad y decadencia, que contrasta con la iluminación y la alta tecnología que podemos ver en la estación de policía.
Sobrio y conciso, y con un diseño de producción que consigue hacernos creer que las calles de St. Louis, son las de una Manhattan convertida en prisión federal, esa atmósfera siniestra y oscura de una ciudad muerta, encapsulada en el tiempo, es de aplauso.
Por tanto, en Escape from New York, las guerras y batallas ya han terminado, lo que resta es un cementerio, una ciudad que ya no puede más, donde los avances tecnológicos no llegan, por lo que en lugar de evolucionar, involuciona.
Eso es simplemente brillante.
Cada toma de Snake caminando por la ciudad, es perfectamente trabajada, casi se pueden sentir los miles de ojos invisibles posados sobre Snake… una New York derruida y apocalíptica, rodeada de psicópatas y criminales por todos los lados.
A modo anecdótico, conviene destacar que en la construcción de los decorados, intervino James Cameron, que estaba empezando en el cine, y que el mismo decorado fue utilizado en “Blade Runner” (1982), previo pintado de los edificios.
También señalar el empleo de Steadicam y del Scop; la voz femenina del ordenador, es de la propia Debra Hill, sin acreditar; destacar la fotografía de Dean Cundey, y la banda sonora compuesta por el propio Carpenter, y Alan Howarth.
Como dato interesante y curioso, en Escape from New York, el Air Force One se estrella en un edificio en la ciudad de New York, cuando es tomado por un grupo terrorista.
Esa escena, era una “predicción” de un trágico acontecimiento que ocurrió 20 años después del lanzamiento de la película.
El 11 de septiembre de 2001, los terroristas secuestraron a 4 aviones de pasajeros; 2 de los aviones, el Vuelo 11 y el Vuelo 175, se estrellaron contra las torres Norte y Sur del World Trade Center, en la ciudad de New York, y ambas torres se derrumbaron, causando la muerte de 2.996 personas.
Visto lo visto, también parece que Carpenter sólo se equivocó en la ubicación de la prisión, de Guantánamo por New York…
“It's the survival of the human race, Plissken.
Something you don't give a shit about”
La New York City de John Carpenter, demuestra que una ciudad alejada de los “poderes judiciales”, no funciona.
Y que no solo se necesita un buen líder, sino más bien una buena sociedad.
Las avenidas de New York, se encuentran rayadas y sucias.
La gran mayoría de sus desperdicios, son los resultados de la modernidad, ya sea basura de los derrumbes o demoliciones de las edificaciones como de los vehículos que obstruyen las calles, y sirven solamente como muros para dividir barrios o territorios.
Los comercios son solamente el recuerdo de lo que fue “una ciudad con vida”
El orden de la ciudad, se “legisla” con el poder del criminal más fuerte, y su ley es que es su ciudad, por lo que sus habitantes al encontrarse con el temor de que los maten, solo viven en una jungla que no tiene un desarrollo urbano ni una calidad de vida.
Cuando las ciudades se desmoronan, tanto social como urbanísticamente, se pierde la esencia del ser humano, y se desinhibe la necesidad de relacionarse con sus pares, y hacer su vida en el exterior.
Se entiende que Escape from New York habla de que es una ciudad cárcel, pero aun así, las cárceles de todo el mundo poseen algún tipo de ley en su interior, y un orden en su ornato.
Son espacios de un tamaño inferior a esta “mega cárcel”, pero si tienen un área verde que siempre se encuentra ordenada y corredores limpios de residuos o desechos.
Esta imagen de New York, es una clara visión de cómo se desmorona la ciudad más exitosa de EEUU, y como se transforma en una cárcel que destruyó esta agraciada y particular ciudad.
En conclusión, toda ciudad se desmorona cuando sus leyes se eliminan, y tanto el caos es su gobernador, esto toma todos los campos o ámbitos que componen una ciudad y civilización que trabaje de forma razonable y cuerda.
Las grandes ciudades, no son solamente la acumulación de mega construcciones, y existen muchos factores que se, con el fin de solo vender o superar al del lado, disminuyen la calidad de vida de sus habitantes.
Nada más cercano a la realidad.
“I don't give a fuck about your war... or your president”
Once you go in, you don't come out...
Until today”
Cuando una sociedad se descompone, la jerarquía dominante comienza a replicarse en pequeñas células, en torno a necesidades cada vez más cercanas a las de la supervivencia límite.
Una nueva cultura empieza a surgir, con términos arcaicos y tribales…
Lo que demuestra que la democracia es un artificio; y en los grupos humanos, sólo subsiste la anarquía y la tribu, estructuras simples, donde no es posible la corrupción, pero sí el heroísmo y la traición.
La democracia se aleja del arquetipo, más parecida a un vapor…
El subgénero conocido como “futuros apocalípticos trash”, se hizo enormemente popular, principalmente porque era un medio muy barato de contar una historia de ciencia ficción; y los clones aparecieron por todos lados, principalmente de Italia; y de toda esa enorme camada de imitadores.
“You touch me... he dies.
If you're not in the air in thirty seconds... he dies.
You come back in... he dies”
Escape from New York es una película de ciencia ficción y acción, del año 1981, dirigida por John Carpenter.
Protagonizada por Kurt Russell, Lee Van Cleef, Ernest Borgnine, Donald Pleasence, Season Hubley, Isaac Hayes, Harry Dean Stanton, Adrienne Barbeau, Tom Atkins, Charles Cyphers, entre otros.
El guión es de John Carpenter y Nick Castle.
El director John Carpenter, escribió originalmente la película a mediados de los años 70, como una reacción al escándalo de Watergate, pero ningún estudio quiso hacerlo, porque se consideró que era demasiado oscuro y demasiado violento.
Todo eso cambió después del éxito de “Halloween” (1978)
Avco Embassy, se acercó a John Carpenter después de ese éxito, y tras “The Fog” (1980), para hacer una película basada en una novela que habían adquirido, titulada:
“The Philadelphia Experiment”
Cuando Carpenter se quedó atascado en ese proyecto, propuso en su lugar su idea de Escape from New York.
A Avco le gustó la idea, y encendió el proyecto casi de inmediato.
En una entrevista, Carpenter dijo que la historia estaba inspirada en la novela de ciencia ficción, “Planet Of The Damned” de Harry Harrison, que trataba de un hombre sin opción para hacer un trabajo para el gobierno; y se inspiró también en “Death Wish” (1974)
Él no estaba de acuerdo con la filosofía de la película, pero le gustaba cómo transmitía “el sentido de la ciudad de New York como una especie de selva, y quería hacer una película de ciencia ficción en este sentido”
Carpenter, es un experto en lo que amerita la ciencia ficción, y aquí nos presenta una aventura que transcurre en un futuro distópico, donde la delincuencia reina las calles.
La ambientación y el decorado de la ciudad-prisión, es uno de los puntos fuertes, con calles repletas de basura, edificios en ruinas, bandas callejeras y una penumbra y oscuridad, prácticamente permanentes.
La película se rodó en San Luis, Misuri; Los Angeles, California; New York City, New York; y Atlanta, Georgia.
Barry Bernardi, eligió a St. Louis para simular a Manhattan, debido a la ansiosa cooperación de la ciudad, su similitud estética con una “gran ciudad de la costa este”, y por el Puente de la Cadena de Rocas, parecido al famoso puente de Queensborough, del 59th Street de New York.
Carpenter dijo:
“Debido a un gran incendio que tuvieron allí, en 1977, en St. Louis, ahora sólo tiene la cantidad correcta de vacío en el centro de la ciudad.
La arquitectura parece abandonada y muerta, perfecta para nuestras necesidades, ya que no podíamos usar nada que parezca nuevo o fresco”
La estación de ferrocarril de la unión de St. Louis, simuló el Madison Square Garden, mientras que el centro de la ciudad, después de haber sido sembrado con carros y la basura, se convirtió en las calles decrépitas de un Manhattan apocalíptico.
De hecho, solo 4 locaciones en Los Angeles fueron utilizadas para recrear el World Trade Center, y el Liberty Island estaba entre los sitios para rodar en La Ciudad de New York.
Mientras el sistema de tránsito masivo, MARTA de Atlanta, que originalmente fue presentado en la película como un “tren transcontinental futurista”, fue cortado de la edición final.
El rodaje comenzó a finales del verano de 1980, con un presupuesto de $7 millones, cofinanciado por AEPC, International Film Investors, Inc., y Goldcrest Films International.
El presupuesto era el más grande con el que John Carpenter o Debra Hill había trabajado, y el programa de rodaje, que duró 3 meses, era el más largo y el más logísticamente complejo, hasta la fecha.
La producción empleó a una cuadrilla de 180 personas; y la única escena realmente filmada en La Ciudad de New York, fue la apertura en “dolly” que sigue a un personaje más allá de La Estatua de La Libertad.
De hecho, Escape from New York fue la primera película que se rodó en Liberty Island, con La Estatua de La Libertad.
La escena de Liberty Island, junto con la foto de la mañana de Manhattan, donde se ve un helicóptero, fueron las únicas escenas de la película filmadas en New York.
El resultado de todo fue un éxito de taquilla, con una recaudación de $50 millones; sin embargo, el negativo original fue considerado perdido, pero más tarde encontrado por el dueño actual de la película:
MGM; y posteriormente se utilizó para crear nuevos elementos para La Edición Especial en DVD.
Así las cosas, el futuro comienza en 1988, cuando el crimen se dispara 400% en los Estados Unidos, y en la otrora Gran Manzana, se funda la prisión más grande del mundo:
The Manhattan Island Prison, donde la ley de la selva reemplaza la supervisión estatal, que tan solo está presente para evitar que los reos escapen del infierno en el que habitan.
Pero ahora es 1997, y hay problemas…
New York se ha convertido en una megaprisión, a la que son llevados los criminales de todo Estados Unidos, rodeada por un gran muro, y vigilancia permanente.
Allí, los presos han construido su propia sociedad fundamentada en la barbarie, con poder y autoridad, pero aun así, tienen el deseo de escapar...
En ese momento, una terrorista secuestra el Air Force One, y lo estrella en la ciudad, con la intención de acabar con El Presidente (Donald Pleasence), pero no consigue su objetivo.
Logra que la cápsula en la que se encuentra El Presidente, caiga en manos de los reclusos, que no dudan en negociar con su vida a cambio de que la guardia militar les deje escapar, y entrar de nuevo en EEUU.
En esta crisis en la que una acción convencional llevaría a la muerte al “hombre más poderoso del mundo”, el alcaide de este penal, Bob Hauk (Lee Van Cleef), encuentra la solución en:
S.D. Bob “Snake” Plissken (Kurt Russell), un antiguo veterano de La Guerra de Vietnam al que se creía muerto, y que estaba oculto, prófugo de la justicia; un ex operador de Las Fuerzas Especiales y héroe de guerra en La Tercera Guerra Mundial, hoy convertido en criminal; y es traído para llevar a cabo el rescate del Presidente, a cambio de perdonar todas sus ofensas a la ley; pero lo traicionan al poner un mecanismo microscópico en su arteria, que podría explotar si pasa un límite de tiempo, para poder tenerlo controlado.
Cabe destacar, que si bien no se trata de la primera película que plantea un futuro desgarrado por el propio ser humano, su codicia, y sed de violencia, su apuesta sí es original, al convertir la isla de Manhattan en el escenario de una barbarie de la que el gobierno de Estados Unidos es el principal artífice.
Con Escape from New York, Carpenter lanza una crítica mucho más contundente y certera al sistema político estadounidense, que cintas supuestamente más progresistas; y es a los ojos de un espectador de hoy, una aventura de acción correcta.
No hay un gran momento que sea inolvidable, o que le deje a uno con la boca abierta; tampoco tiene un villano memorable…
Lo mejor de la película, es sin dudas Kurt Russell, que comenzaría una nueva etapa a partir de este éxito, reciclándose como héroe de acción; y por su parte, Carpenter afianzó la estela del éxito, y su fama, tanto por la calidad, como por la rentabilidad de sus obras, quedando bien consolidado.
En este caso, más de $25 millones en beneficios, una cifra impresionante para una película que bebe de la serie B, el western, la ciencia ficción, la estética comic, el cine post-apocalíptico, y por supuesto, la acción.
En pocas palabras, Escape from New York es una película que ha pasado a convertirse en un clásico del cine con el paso del tiempo, un tremendo alegado contra el poder establecido y la decadencia del sistema policial, que incluso tiene y aporta tintes del mejor terror psicológico en las crudas y más violentas secuencias.
Como dato, en 1996, Carpenter y Russell, volvieron con una secuela:
“Escape from L.A.”
Y una de las muchas características que tiene Escape from New York, por la que es denominada “Película de Culto”, es por sus similitudes con los atentados del 9/11, habiendo 20 años de anterioridad cuando se produjeron.
“You go in, find the President, bring him out in 24 hours, and you're a free man”
A raíz de la ola de escepticismo hacia la figura del Presidente de los Estados Unidos, Richard Nixon, que siguió al escándalo del Watergate, un hecho histórico que plantó las semillas para lo que 5 años después se convertiría en Escape from New York; “la sensación que envolvía a la nación, era de genuino cinismo acerca del Presidente.
Escribí el guión, y ningún estudio quería hacerla, porque era demasiado violenta, terrorífica y extraña”, dijo Carpenter.
Desde el magnicidio de Dallas en 1963, la impopularidad del alto mandatario de los Estados Unidos, había ido cayendo en picado gracias, primero, a la política intervencionista de Johnson, y ese desastre armado que fue La Guerra de Vietnam y, después, al escándalo en el que se vio envuelto Nixon, cuando colaboradores suyos fueron sorprendidos intentando robar documentos en el complejo Watergate, sede del Partido Demócrata, pues Nixon era Republicano; prendiendo la mecha de lo que después resultaría ser un auténtico polvorín bajo los pies del gobierno en el que sigue siendo el mayor escándalo que ha envuelto a un presidente en la historia de EEUU.
Bajo esas circunstancias, no es difícil aprehenderse de las palabras de Carpenter, y que de forma sucinta, recogen el sentir generalizado de un pueblo que miraba con malos ojos a todo lo que dimanaba de Washington, y que sentía que lo que allí se cocía, ya no servía de representación de sus intereses, máxime cuando la investigación posterior a la detención en el Watergate, descubrió una conspiración encabezada por Nixon, cuyos objetivos, a día de hoy, todavía no han quedado del todo esclarecidos, aunque muchas voces apunten a que la clara pretensión del Presidente, era dinamitar la credibilidad del partido en la oposición, ligándolo a actividades que podrían ir desde su posible financiación con capital cubano, hasta su implicación en redes de prostitución…
Como fuera el caso, una vez que Carpenter contó con el suficiente respaldo cinematográfico que le aportó “Halloween” (1978) y “The Fog” (1980); afrontó el rodaje de Escape from New York.
Pero el primer problema al que tuvo que enfrentarse, fue la elección del actor que encarnaría a ese antihéroe que iba a terminar siendo Snake Plissken.
Unas cualidades estas, que Avco-Embassy Pictures, la productora, pretendía encontrar en los 2 nombres por los que se decantaba inicialmente:
Charles Bronson y Tommy Lee Jones.
Pero Carpenter no los quería, pues le arruinarían el control creativo que quería ejercer sobre el proyecto, y sus miras se orientaron hacia Kurt Russell, que por aquél entonces pretendía empezar a desempolvarse de la imagen ligera que había cultivado, gracias a sus tempranas intervenciones en producciones Disney…
Y lo cierto es que, si quería librarse de dicha imagen, Russell no lo podría haber hecho mejor:
Musculado, con un parche en el ojo izquierdo, barba de unos cuantos días, melena, camiseta negra ceñida, pantalones de camuflaje, y una actitud que en palabras del propio actor, era mezcla entre “los estilos de Bruce Lee, el Exterminador, Darth Vader y la vocalización de Clint Eastwood”, queda muy claro que sin la presencia del intérprete encarnando a ese híper-carismático anti-héroe que es Plissken, este espléndido ejemplo de la ciencia ficción post-apocalíptica que es Escape from New York, no habría sido lo mismo.
El ritmo de la trama es trepidante, gracias a la mezcla de acción y la música compuesta por el propio director que acompaña debidamente todos los momentos.
El guión es muy original, pero a la vez crítico, el espectador se pregunta:
¿Qué clase de gobernantes tiene, o si es útil el aislamiento de los seres más despreciables de la sociedad, en una ciudad como New York?
Ese es Estados Unidos en el futuro... y nos presenta una ciudad completamente destruida, en donde el caos no solo se demuestra de forma urbanística, sino también en forma de un nuevo orden social.
La nueva ciudad, Lower Manhattan, se encuentra amurallada, y en su interior se alojan los criminales más peligrosos de EEUU, sin ningún control militar dentro, dejando que esta nueva ciudad se autogobierne.
La ciudad se encuentra destruida, sus grandes avenidas están completamente sucias, con rasgos de lo que fue una sociedad moderna.
Sus grandes edificios se encuentran totalmente dañados, y los nuevos “inquilinos” son ahora unos dementes que habitan esta ciudad sin vida.
“La ciudad que nunca duerme”, dejó de ser un centro económico, cultural y de moda; y pasó a ser la ciudad que nunca duerme por el miedo de sus propios habitantes, que a pesar de estar gobernados por un poderoso criminal, no posee una cordura o lógica.
El crimen ha crecido a proporciones descomunales, y la isla de Manhattan en New York, se ha convertido en la única prisión de máxima seguridad de toda la nación.
Las fuerzas policiales, lanzan víveres desde el aire, y los puentes de acceso han sido minados, pero la vida en el interior de la isla, se ha sumido en el caos, y han florecido las tribus urbanas.
Desgraciadamente, el avión presidencial es secuestrado por un grupo terrorista, quienes provocan su colisión contra uno de los rascacielos de Manhattan.
Pero antes del impacto, la cápsula de emergencia del avión, resulta eyectada, y ahora las fuerzas de seguridad, intentan infructuosamente dar con el paradero del mandatario; pero el mismo ha sido secuestrado por el líder criminal conocido como The Duke of New York City (Isaac Hayes), el que planea utilizarlo como escudo humano para salir de la isla.
La única alternativa consiste en Snake Plissken, un convicto y ex marine, el cual es enviado a la misión suicida de rescatar al Presidente de las garras de The Duke.
Pero Plissken sólo cuenta con menos de 24 horas para cumplir con su objetivo, tras lo cual explotarán las cápsulas explosivas que las fuerzas policiales le han implantado en su cuerpo, como medio para forzarlo a aceptar la operación.
Claro está, Plissken conocerá aliados:
Cabbie (Ernest Borgnine), Maggie (Adrienne Barbeau), y Harold “Brain” Hellman (Harry Dean Stanton)
Todos ellos se enfrentarán a enemigos, uno particularmente desquiciado, The Duke, y buscarán la manera de salirse con la suya.
Lo cual, a la larga, lograrán; pero solamente Plissken y El Presidente sobreviven a su escape…
Cuando El Presidente comienza su discurso de difusión, Plissken, que está disgustado por la falta de lamentación del Presidente por la gente que murió para sacarlo, se aleja, y deliberadamente destruye la cinta con la información más importante de todo el relato.
Escape from New York tiene una narración lineal y directa, tanto como la propia historia:
Plissken es reclutado a la fuerza por el jefe de policía para rescatar al Presidente de los Estados Unidos, quien, tras sufrir un atentado terrorista a bordo del Air Force One, es secuestrado por los reclusos de una mega cárcel, Manhattan.
Como ven, no hay mayor complicación, y lo que se narra es el periplo de Snake para rescatar al Presidente, sin excesos visuales, ni de efectos especiales, sino de forma cruda y directa, muy física inclusive.
Pero lo que Carpenter nos muestra, y que supuso un adelanto en su época, es una oscura distopía que nos desvela un estado policial total en guerra contra Rusia, La Tercera Guerra Mundial; y un Presidente patético y miedoso, cobarde, que pese a haber sufrido todo tipo de vejaciones durante su cautiverio, mostrará su verdadera cara al encontrarse en libertad.
Plissken, es el símbolo del hastío y el descontento social, y su indiferencia, ante la sociedad, ante su Presidente, es tal que únicamente actúa por simple y pura supervivencia; la suya.
Un ejemplo extremo de su actitud, es cuando observa cómo unos hombres abusan de una mujer, y sin mediar palabra, continúa su camino.
Todos los personajes comparten con Plissken su individualismo feroz, y que sólo actúan para lograr su propio beneficio.
Sin duda, una desoladora mirada, donde Carpenter no salvará a nadie, ni al Presidente, ni a la policía, ni al propio héroe; el microcosmos carcelario, sólo es un reflejo de lo que hay detrás de sus muros:
Una sociedad podrida, dominada por un aparato estatal represor.
Y es que Snake Plissken, es el antihéroe “carpenteriano” por excelencia.
Un tipo duro, cínico, misántropo, macarra e individualista, ataviado con cuero, melena, y parche en el ojo.
Es un ex Teniente del Ejército de los Estados Unidos, que actúa bajo La Fuerza Especial de La Unidad de Luz Negra, declarada por Hauk en Escape from New York, con 2 Purple Hearts, y es el soldado más joven en ser condecorado por El Presidente de Estados Unidos, por su valentía durante las campañas en Leningrado y Siberia; La Tercera Guerra Mundial contra las antiguas alianzas soviéticas, y La Guerra de Eurasia.
Algún tiempo después, Plissken se convirtió en criminal debido a la traición percibida del gobierno de los Estados Unidos durante el Leningrad Ruse, cuando perdió su ojo izquierdo; y cuando sus padres fueron quemados vivos en su casa por La Fuerza de Policía de Estados Unidos, acontecimientos descritos en la novela de “Escape from New York” de Mike McQuay.
Plissken se fue a la guerra con su amigo Bill Taylor; y se hizo socio de Harold Hellman, más tarde conocido como “Brain”, y Fresno Bob.
En Kansas City, alrededor de 1993, Hellman aparentemente dejó a Plissken y a Fresno Bob acorralados por la policía, momento en el que Fresno Bob fue brutalmente torturado y asesinado por agentes de la ley sádicos, dentro de La Fuerza de Policía de los Estados Unidos.
Como resultado del incidente de Kansas City, se creía ampliamente en la comunidad criminal, que Plissken estaba muerto...
En lo personal, Plissken, tiene un tatuaje de una cobra en su abdomen.
Él es un practicante de varios estilos de artes marciales que incluyen:
Karate, Taekwondo, Kung-Fu, Kenpo, Jiu-Jitsu brasileño, Krav Maga, y Jeet Kune Do.
Apodado “Snake” por el tatuaje, se muestra muy cínico, probablemente debido a la hipocresía del gobierno de los Estados Unidos, y parece estar dispuesto a hacer cualquier cosa para sobrevivir.
Es severo en su discurso, y no tiene nada sagrado, ni siquiera importante en su vida.
Sin embargo, tiene un código de honor.
Él frecuentemente muestra frialdad, y el pensamiento nivelado en situaciones extremadamente estresantes.
Aunque él mata sin remordimiento o vacilación, no mata por diversión, o cuando es innecesario.
También es conocido por su ingenio rápido, y su humor grueso.
Así las cosas, Snake fue arrestado en 1997, después de entrar en La Reserva Federal de los Estados Unidos en Denver, Colorado.
Fue sentenciado a cadena perpetua en la prisión de máxima seguridad de New York, es decir, toda la isla de Manhattan, rodeada por un muro impenetrable, y luego abandonada al caer en la anarquía.
En ese momento es que llega toda la trama de Escape from New York.
Total, lo que resulta es un personaje icónico, y con una gran presencia que dota de mucha fuerza a la película.
Snake Plissken es un mito viviente, cuyo carácter legendario, es confirmado por la frase tantas veces repetida de la boca de varios presos:
“Creía que estabas muerto”
Sin embargo, Carpenter parece querer recalcar la humanidad que se esconde tras esa fachada hermética e implacable, y es por eso que le hace sangrar, flechazo en pierna mediante, durante el último tercio, el cual se pasará cojeando.
Como dato, Kurt Russell se sometió a una dieta estricta, y a un duro entrenamiento físico para encarnar al ex teniente de Las Fuerzas Especiales.
Por su parte, el personaje de Bob Hauk, es igual de corrupto y tramposo que cualquiera de los miles de reos en la prisión, solo que tiene poder.
Dado su gran afición al western, y en concreto a las películas de su admirado Howard Hawks, el director decidió contratar al actor Lee Van Cleef, que había trabajado con Sergio Leone en sus míticos “Espagueti Western” para el papel de comisionado Bob Hauk.
Y con Lee Van Cleef, se produce un fuerte choque de egos.
Por una parte, Snake se configura como el prototipo de antihéroe que no está de acuerdo con el sistema, pues lo ha sufrido en él; y por la otra, el alcaide que aun conociendo la injusticia en el sistema, vive de él, e intenta preservarlo a cualquier precio.
Mandar a un individuo incontrolable, en busca de otro que ejerce el control absoluto… parece un disparate.
Sin embargo, Kurt Russell ha declarado que Escape from New York es su filme favorito de todas sus películas, y Snake Plissken es su favorito, de todos sus personajes; de hecho, el “Eyepatch” de Snake Plissken, fue sugerido por Kurt Russell.
Sobre lo genérico del personaje, notar que Escape From New York se estrenó un año antes de “First Blood” de Stallone, y la ola de plagios a Rambo no había comenzado aún, por lo que hace pensar, que Snake inspiró a muchísimos personajes posteriores.
Y no sería justo concluir, sin reseñar la actuación de Donald Pleasence:
Este actor que ya trabajó a las órdenes de Carpenter, presenta a un personaje que está acostumbrado a tener el poder, y que debido a las circunstancias, no lo tiene; sin embargo sufre una evolución a lo largo de la película, pues en un principio se trata de un hombre asustado, que progresivamente va mostrando su verdadera personalidad, conforme Snake le va devolviendo a su situación anterior durante la huida.
Se cuenta que Pleasence se basó en sus propias experiencias durante la guerra, como prisionero de guerra, para su actuación como Presidente secuestrado; un personaje execrable, al que resulta complicado, sino imposible tomarle afecto o simpatía.
Como datos del reparto, la voz de la narración de apertura, fue proporcionada por Jamie Lee Curtis, sin acreditar.
El agente del servicio secreto, que intenta entrar en la carlinga del Air Force One, al principio de la película, es Steven Ford, hijo del Presidente Gerald Ford.
El personaje de Cabbie, fue escrito con Ernest Borgnine en mente; al igual que Maggie fue escrito para Adrienne Barbeau.
Una vez finalizada la filmación, John Carpenter se dio cuenta, de que no había cubierto la escena de la muerte de Adrienne Barbeau…
Así que filmó la escena, en su garaje.
Carpenter mismo aparece en la película, no acreditado, pero pone la voz a un piloto de helicóptero.
Adrienne Barbeau y John Carpenter, se casaron en el momento en que se estrenó la película, al igual que Kurt Russell y Season Hubley.
Hubley, es la mujer a la que Plissken encuentra escondida en la tienda Chock Full o' Nuts.
Mientras los guardias de prisión, que son vistos patrullando la isla, o parte de la incursión a la cápsula de escape del Presidente, son realmente extras femeninos.
En los créditos finales, se menciona un personaje, apodado Taylor, que no aparece en todo el filme…
Rehme, fue nombrado en honor al productor Robert Rehme, mientras que Taylor, Romero y Cronenberg, fueron nombrados en honor a los directores:
Don Taylor, George Romero y David Cronenberg, respectivamente.
Cada personaje que le dice a Snake:
“I heard you were dead” u “Oí que estabas muerto”… muere.
Pero el verdadero protagonista de Escape from New York es la misma ciudad, el ambiente apocalíptico, otra vez la atmósfera, que Carpenter logra transmitir en su recreación de Manhattan.
En este aspecto ayuda mucho la localización de East St. Louis, Illinois; ciudad que había sufrido un gran incendio en 1976, resultando vecindarios enteros quemados, pero también el hecho de que la acción transcurra de noche, y sin apenas luz eléctrica, potenciando la sensación de oscuridad, suciedad, fealdad y decadencia, que contrasta con la iluminación y la alta tecnología que podemos ver en la estación de policía.
Sobrio y conciso, y con un diseño de producción que consigue hacernos creer que las calles de St. Louis, son las de una Manhattan convertida en prisión federal, esa atmósfera siniestra y oscura de una ciudad muerta, encapsulada en el tiempo, es de aplauso.
Por tanto, en Escape from New York, las guerras y batallas ya han terminado, lo que resta es un cementerio, una ciudad que ya no puede más, donde los avances tecnológicos no llegan, por lo que en lugar de evolucionar, involuciona.
Eso es simplemente brillante.
Cada toma de Snake caminando por la ciudad, es perfectamente trabajada, casi se pueden sentir los miles de ojos invisibles posados sobre Snake… una New York derruida y apocalíptica, rodeada de psicópatas y criminales por todos los lados.
A modo anecdótico, conviene destacar que en la construcción de los decorados, intervino James Cameron, que estaba empezando en el cine, y que el mismo decorado fue utilizado en “Blade Runner” (1982), previo pintado de los edificios.
También señalar el empleo de Steadicam y del Scop; la voz femenina del ordenador, es de la propia Debra Hill, sin acreditar; destacar la fotografía de Dean Cundey, y la banda sonora compuesta por el propio Carpenter, y Alan Howarth.
Como dato interesante y curioso, en Escape from New York, el Air Force One se estrella en un edificio en la ciudad de New York, cuando es tomado por un grupo terrorista.
Esa escena, era una “predicción” de un trágico acontecimiento que ocurrió 20 años después del lanzamiento de la película.
El 11 de septiembre de 2001, los terroristas secuestraron a 4 aviones de pasajeros; 2 de los aviones, el Vuelo 11 y el Vuelo 175, se estrellaron contra las torres Norte y Sur del World Trade Center, en la ciudad de New York, y ambas torres se derrumbaron, causando la muerte de 2.996 personas.
Visto lo visto, también parece que Carpenter sólo se equivocó en la ubicación de la prisión, de Guantánamo por New York…
“It's the survival of the human race, Plissken.
Something you don't give a shit about”
La New York City de John Carpenter, demuestra que una ciudad alejada de los “poderes judiciales”, no funciona.
Y que no solo se necesita un buen líder, sino más bien una buena sociedad.
Las avenidas de New York, se encuentran rayadas y sucias.
La gran mayoría de sus desperdicios, son los resultados de la modernidad, ya sea basura de los derrumbes o demoliciones de las edificaciones como de los vehículos que obstruyen las calles, y sirven solamente como muros para dividir barrios o territorios.
Los comercios son solamente el recuerdo de lo que fue “una ciudad con vida”
El orden de la ciudad, se “legisla” con el poder del criminal más fuerte, y su ley es que es su ciudad, por lo que sus habitantes al encontrarse con el temor de que los maten, solo viven en una jungla que no tiene un desarrollo urbano ni una calidad de vida.
Cuando las ciudades se desmoronan, tanto social como urbanísticamente, se pierde la esencia del ser humano, y se desinhibe la necesidad de relacionarse con sus pares, y hacer su vida en el exterior.
Se entiende que Escape from New York habla de que es una ciudad cárcel, pero aun así, las cárceles de todo el mundo poseen algún tipo de ley en su interior, y un orden en su ornato.
Son espacios de un tamaño inferior a esta “mega cárcel”, pero si tienen un área verde que siempre se encuentra ordenada y corredores limpios de residuos o desechos.
Esta imagen de New York, es una clara visión de cómo se desmorona la ciudad más exitosa de EEUU, y como se transforma en una cárcel que destruyó esta agraciada y particular ciudad.
En conclusión, toda ciudad se desmorona cuando sus leyes se eliminan, y tanto el caos es su gobernador, esto toma todos los campos o ámbitos que componen una ciudad y civilización que trabaje de forma razonable y cuerda.
Las grandes ciudades, no son solamente la acumulación de mega construcciones, y existen muchos factores que se, con el fin de solo vender o superar al del lado, disminuyen la calidad de vida de sus habitantes.
Nada más cercano a la realidad.
“I don't give a fuck about your war... or your president”
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