missing.

“I'm an American citizen”

Estados Unidos tiene una larga lista de intervenciones en el mundo, y en especial en Latinoamérica; y Chile no estuvo exento de esta clase de relación.
En La Guerra Fría, a mediados de los años 60, comenzó La Operación Cóndor, que significó el advenimiento de las dictaduras militares en América Latina.
Todos eran enemigos:
Socialistas, comunistas, grupos armados o monjas y curas pacíficos que reclamaban justicia social, medicina gratuita, protección económica para los más débiles... bajo el lema:
“Primero caerán los culpables, luego sus colaboradores y simpatizantes y, por último, los que saben pero callan”
Los objetivos del Departamento de Estado de EEUU, para implementar esta severa estructura fueron:
1. Uniformar, para los efectos de salvaguardar la seguridad de Estados Unidos en toda la región latinoamericana, y bajo el control determinante de ese país, la logística, los abastecimientos militares, y la doctrina militar en cada uno de los países latinoamericanos.
2. Hacer de Estados Unidos, el único abastecedor de armamentos y de otros implementos de significado militar para cada una de las ramas de Las Fuerzas Armadas y de Seguridad en todas las naciones latinoamericanas, confirmando el correspondiente control militar, político etc., y con las ventajas consiguientes para la industria de armamentos estadounidense, desde el punto de vista comercial.
3. Crear por estas vías, una especie de control de armamentos en la región, administrado exclusivamente, y de acuerdo a sus conveniencias políticas y de seguridad, por Estados Unidos, de manera que los colocaba en condiciones de equilibrar o desequilibrar, según su criterio, las relaciones militares tradicionales entre los países de la región.
4. Influir incluso en la proporción y distribución de los efectivos militares dentro de cada país, en términos de acondicionarlos a apoyo de las bases militares, que asumieron muy diversas formas, estadounidenses en distintos puntos del continente latinoamericano.
5. Crear una presencia política estadounidense determinante, que aumenta en gran escala la capacidad de acción de sus Embajadas, de sus intereses privados, etc., en el interior de cada país.
6. Pero el principal motivo de la intervención de EEUU en Chile, no fue otro que la nacionalización del cobre chileno.
La existencia de intervención extranjera en Chile, se enmarca en un contexto mundial en que Estados Unidos consideraba como prioritario, impedir el avance del comunismo y el socialismo en América Latina.
Así las cosas, El Presidente de EEUU, Richard Nixon, apenas asumido, ordenó derrocar al Presidente chileno, Salvador Allende, mediante El Proyecto FUBELT, más conocido como Track II; que era el criptónimo CIA, para las operaciones secretas de La Agencia Central de Inteligencia (CIA), que estaban destinadas a socavar al gobierno de Salvador Allende, y promover un golpe militar en Chile.
El dígrafo FU, representa a Chile en las operaciones de La CIA; y se desconoce el significado de BELT, aunque en idioma inglés significa “cinturón”, por lo cual una posible traducción sería:
“El cinturón, o correa, sobre Chile”
El Golpe de Estado en Chile, del 11 de septiembre de 1973, fue una acción militar llevada a cabo por Las Fuerzas Armadas de Chile, conformadas por La Armada, La Fuerza Aérea y El Ejército, en conjunto con Carabineros de Chile, para derrocar al Presidente Socialista, Salvador Allende, y al gobierno izquierdista de La Unidad Popular.
Allende asumió en 1970 como Presidente de Chile, siendo el primer político de orientación marxista en el mundo, que accedió al poder a través de elecciones generales en un Estado de Derecho.
Su gobierno, de marcado carácter reformista, se caracterizó por una creciente polarización política en la sociedad, y una dura crisis económica que desembocó en una fuerte convulsión social.
La posibilidad de ejecutar un Golpe de Estado contra el gobierno de Allende, existió incluso antes de su elección…
El gobierno de Estados Unidos, dirigido por El Presidente Richard Nixon y su Secretario de Estado, Henry Kissinger, influyeron decisivamente en grupos opositores a Allende, financiando y apoyando activamente la realización de un Golpe de Estado.
En la mañana del 11 de septiembre de 1973, las cúpulas de Las Fuerzas Armadas y de Orden, lograron rápidamente controlar gran parte del país, y exigieron la renuncia inmediata de Salvador Allende, quien se refugió en El Palacio de La Moneda.
Tras el bombardeo de La Sede Presidencial, Allende se suicidó, y la resistencia en El Palacio fue neutralizada.
Se declaró el toque de queda en todo el territorio nacional, a partir de las 15 horas del 11 de septiembre de 1973; y se permitió a los civiles, previo control, abandonar el centro de las ciudades, y dirigirse a sus casas.
El Golpe de Estado, marcó el fin del gobierno de La Unidad Popular, que fue seguida por el establecimiento de una Junta Militar liderada por Augusto Pinochet.
Chile, que hasta ese entonces se mantenía como una de las democracias más estables en América Latina, entró en una dictadura cívico-militar, que se extendió hasta 1990.
Durante este período, fueron cometidas sistemáticas violaciones a los derechos humanos, se limitó la libertad de expresión, se suprimieron los partidos políticos, y El Congreso Nacional fue disuelto.
En ese marco encontramos a Charles Edmund Horman Lazar, un periodista estadounidense, que fue una de las víctimas de ese Golpe de Estado.
Horman nació y creció en New York, se graduó de Harvard, y trabajó como periodista y guionista.
Decidido a recorrerla de norte a sur, en 1971 emprendió un viaje que culminaría en Chile, para quedarse.
En ese país, escribió “El Ladrón del Sol”, película infantil de animación, que no llegó a ver la luz de las proyectoras…
En 1964, Joyce Marie Hamren, conoció a su futuro marido, Charles Horman, y se comprometieron en 1968.
Pronto se trasladaron a Santiago de Chile, donde Charles, un periodista “freelance”, había aceptado un trabajo.
Horman era de tendencia liberal, que estaba investigando la participación de La CIA en el asesinato de René Schneider Chereau, un militar chileno, Comandante en Jefe del Ejército en el momento de la elección presidencial de 1970, cuando fue asesinado por un grupo de ultra-derecha, durante una tentativa de secuestro.
Horman y su grupo, sospechaban de sus connacionales de La Embajada:
“Varios agentes de La CÍA que operan en Chile, están implicados en las actividades de grupos abiertamente sediciosos, sin que esté libre de sospecha El Embajador Nathaniel Davis, quien estuvo en Guatemala en el período en que asesores diplomáticos y militares ayudaron a organizar grupos terroristas fascistas como La Mano Blanca, Nueva Organización Anticomunista, y El Consejo Anticomunista de Guatemala, que asesinaron a miles de estudiantes, trabajadores y campesinos”
Nathaniel Davis, sirvió en El Servicio de Relaciones Exteriores de Estados Unidos por 36 años, y fue asesor Senior en asuntos soviéticos y de Europa del Este durante la administración de Lyndon Johnson; y estuvo de Embajador en Chile en todo el periodo de desestabilización de Salvador Allende, y en los primeros pasos de la instalación de La Dictadura Militar que lo siguió.
Por azar, Horman quedó atrapado en Viña del Mar el día del Golpe militar, y en sus últimos meses, investigaba el tema de los autores intelectuales, cómplices y ramificaciones del Caso Schneider, en el que también estuvieron implicados funcionarios estadounidenses, según constató El Senado de EEUU, en 1975.
Convencido que su país complotaba en gran escala contra Allende, por casualidad le tocó vivir el día del Golpe, y los 4 posteriores precisamente entre oficiales de inteligencia naval, veteranos de La Guerra de Vietnam, y agentes de La CIA, fanáticamente anticomunistas.
Estos coordinadores del apoyo logístico para la ejecución del Golpe, operaban con sus congéneres chilenos desde un centro habilitado en el exclusivo Hotel Miramar, de Viña del Mar; relacionándose con todo el equipo de inteligencia naval y militar de Estados Unidos, a cargo de la asonada.
Como Horman era estadounidense, los militares fueron “poco cuidadosos” en sus revelaciones, lo que llevó al arresto y a la desaparición de Horman de 31 años de edad, generando un caso de revuelo internacional.
El padre de Horman, Edmund “Ed” Horman, voló a Chile después de enterarse de la desaparición de su hijo.
Ed y Joyce, junto con su amigo Terry Simon, lucharon contra el régimen político local durante varias semanas, por información sobre lo que le sucedió a Charles.
Ed investigó infatigablemente las circunstancias del asesinato de su hijo, hasta su fallecimiento en New York, en 1994; y culpó directamente al oficial político de la Embajada en 1973, Jeffrey Davidow, de haber tenido conocimiento de la situación de su hijo, y de haber omitido las conductas tendientes a salvarlo.
En 1977, la familia Horman comenzó a trabajar en una demanda por muerte injusta contra los Estados Unidos, por su falta de ayuda en la investigación del asesinato de Charlie Horman.
La vida y el trabajo del periodista, inspiraron el exitoso libro “The Execution of Charles Horman: An American Sacrifice” (1978) de Thomas Hauser, y la película “missing.” (1982) de Costa-Gavras.
Ambas obras, también desnudan el encubrimiento y manipulación de militares y funcionarios de La Embajada de EEUU involucrados en su arresto y asesinato, y en la desaparición de otro estadounidense:
Frank Teruggi, según testimonios de amigos y parientes.
El Congreso de los Estados Unidos, y sus numerosos amigos, aportaron otros antecedentes sobre su corta pero brillante carrera.
“Please try to understand.
There are so many cases.
They're all so important, and this isn't the only one we're working on”
missing... es un drama del año 1982, dirigido por Costa-Gavras.
Protagonizado por Jack Lemmon, Sissy Spacek, Melanie Mayron, John Shea, Charles Cioffi, Richard Bradford, Janice Rule, David Clennon, Jerry Hardin, Martin LaSalle, entre otros.
El guión es de Donald E. Stewart y Costa-Gavras; basados en el libro “The Execution of Charles Horman: An American Sacrifice” (1978) de Thomas Hauser.
La esposa de Horman, Joyce y su padre, Ed Horman, cooperaron con Hauser en el libro que describe la suerte de Charles, y la búsqueda de su familia para descubrir la verdad en Chile, en torno al Golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973.
El libro fue reeditado, cuando la película fue estrenada, siendo retitulado como la película, “missing.”; que a la vez fue la primera película estadounidense y hollywoodiense de Konstantinos Gavras, llamado Costa-Gavras, director greco-francés; un cineasta que no tiene problemas en caer en la incorrección política a la hora de hablar de conflictos contemporáneos de occidente; y uno de los directores más respetados del mundo, en cuestión de Derechos Humanos.
missing. fue hecha y estrenada aproximadamente 9 años después de los hechos; por lo que el descargo de créditos de la película, afirman que “El Departamento de Estado del Gobierno de los Estados Unidos, niega cualquier participación en la muerte de Charles Horman”
El prólogo de la película dice:
“Esta película se basa en una historia real, los incidentes y los hechos están documentados, algunos de los nombres han sido cambiados para proteger a los inocentes, y también para proteger la película”
Joyce Horman, de hecho pidió al director Costa-Gavras, que cambiara su nombre en la película, de Joyce por “Beth” para distanciarse.
Algunos carteles cinematográficos de la película, mostraban una larga frase que decía:
“Charlie Horman pensó que ser un estadounidense garantizaría su seguridad; su familia creía que ser estadounidenses, les garantizaría la verdad”
Según The New York Times, en 1982, la película fue distribuida en los Estados Unidos “2 días después de la publicación de una declaración muy extraña por parte del Departamento de Estado; el cual se opuso a una serie de hechos mostrados en la película, y a casi todas sus conclusiones”
No es extraño que missing. estuviera prohibida en Chile durante la dictadura de Augusto Pinochet, ya que si bien no se pronuncia el nombre del país, en todo momento se da a entender que está ambientada en los oscuros días que rodearon El Golpe de Estado de 1973; por tanto, los militares portan el escudo nacional chileno como insignia, el logotipo de la aerolínea, LAN Chile, aparece brevemente en algunas escenas, y la bandera chilena también aparece en la película.
Además, la trama transcurre en ciudades chilenas como Santiago y Viña del Mar.
Costa-Gavras rodó este film durante el año 1981, en localizaciones de Acapulco, México; la imposibilidad de hacerlo en escenarios naturales chilenos, presenta la siguiente ironía:
En el año 1972, pudo realizar allí bajo el gobierno de Allende, otra de sus famosas obras, “Etat de Siegue” (1973) que narra sucesos recientes en la cercana Uruguay, desde 1973, a manos de dictadura militar... sobre todo en el momento en que fue estrenada, 1982, apenas 9 años después del Golpe, y a 8 todavía de que la oprobiosa Junta Militar chilena tuviera el detalle de “autodisolverse”
missing. sólo se fue visto en vídeos que circularon clandestinamente durante la dictadura de Pinochet; cuyo suceso da inicio a una de las más apasionantes y consecuentes carreras cinematográficas de La Historia del Cine, donde el cuestionamiento y denuncia de cualquier tipo de Totalitarismo, será la espina dorsal de Costa-Gavras.
missing. ganó un Premio Oscar al Mejor Guión Adaptado, otorgado a Donald Stewart y Costa-Gavras, el último de los cuales no estuvo presente en la ceremonia de entrega de premios; y obtuvo 3 nominaciones:
Mejor película, actor (Jack Lemmon) y actriz (Sissy Spacek)
Según se dice, a pesar de, o quizás debido a la condena de ciertos funcionarios de alto rango en la administración de Ronald Reagan, missing. ganó un Premio de La Academia.
No obstante, en El Festival Internacional de Cine de Cannes, obtuvo La Palme d’Or, ex aequo; y el premio de Mejor Actor (Jack Lemmon)
El filme resume terror, impacto, crimen, “thriller”, dictadura, fascismo…
Todo eso y mucho más, representa el cine político de Costa-Gavras, uno de los cineastas más comprometidos con sus ideales, siempre atento a denunciar en sus películas, los desmanes del modelo capitalista, y el criminal contubernio entre El Imperio de EEUU y las dictaduras más abyectas de América Latina, en la segunda mitad del siglo XX.
Veremos la barbarie de un modelo inhumano y cruel, y el apoyo miserable de la nación que dice defender los derechos humanos, a un régimen tiránico, en un descenso a los infiernos en los inicios de la dictadura chilena.
Charles “Charlie” Horman (John Shea), es un joven curioso e idealista periodista estadounidense, residente en Santiago de Chile que, por casualidad, se halla el 11 de septiembre de 1973, día del Golpe de Estado del General Augusto Pinochet, en Viña del Mar, donde encuentra a un cuantioso número de compatriotas suyos que, a su vez, son militares; y que muy pronto resulta “desaparecido”
Su mujer, Beth (Sissy Spacek), y su padre Edmund Horman (Jack Lemmon), que se traslada allí desde los Estados Unidos, intentan averiguar su paradero, y vivirán una auténtica odisea, recorriendo las instituciones diplomáticas de EEUU, y tropezando con infinitas trabas burocráticas.
En la película, Horman es descrito como hablando con varios agentes estadounidenses que asistieron al gobierno militar chileno; y el verdadero problema, es que Charles sabía demasiado, y las autoridades estadounidenses tampoco tenían mucho interés por ayudar a alguien que estaba en posición de demostrar la vinculación de los Estados Unidos con El Golpe de Estado.
missing. alega que el descubrimiento de Horman, de la complicidad estadounidense en El Golpe, llevó a su detención, desaparición y ejecución secretas.
La complicidad de EEUU en El Golpe Chileno, fue confirmada más adelante, en los documentos desclasificados durante la administración Clinton.
Para ambientarnos en la historia que nos cuentan, se juega con el “flashback”, muchas de las veces, mediante las anotaciones del propio Charlie Horman, esas que nos hacen comprender que son las que lo han perdido...
Es una desgarradora película con un excelente guión, basado en hechos reales, en la que el comprometido Gavras, vuelve a enviar otra carga de profundidad a la adormecida sociedad occidental de los 80, y de siempre, pues sigue desapareciendo gente.
No sólo narra con ritmo preciso e intrigante la búsqueda del hijo desaparecido, sino que es un complejo retrato de las diferencias generacionales, además de una veraz reconstrucción de los días posteriores al Golpe chileno.
Película que, hablando sobre las relaciones humanas, tanto a nivel paterno-filial como a nivel hombre-mujer, no circunscribiéndose a los tradicionales roles de padre-hijo, o marido-esposa, consigue articular un mensaje ciertamente enternecedor; con un personaje como el de Lemmon, que a pesar de su edad y del absoluto convencimiento inicial de que ya nada podría sorprenderlo, crece como ser humano en cada fotograma, gracias sobre todo, a la relación que mantiene con una genial Sissy Spacek, y al contexto en el que se desarrolla el film, que no son más que los comienzos de La Dictadura Militar de Pinochet.
Un filme magistral y, sobre todo, necesario.
Una tremenda lección sobre geopolítica, sobre el poder de las multinacionales, sobre los intereses e intervencionismos de EEUU en América Latina.
Sin duda este director, se compromete con este film polémico y crítico.
No es una excepción a su filmografía, que se ha caracterizado por denunciar las injusticias y corrupción política del mundo que lo rodea, siendo cada película que dirige, una afirmación de su compromiso político y social.
“What is your role here?
Besides inducing a regime that murders thousands of human beings?”
Costa-Gavras, brindó obras maestras que se destacaron por presentar un jugado compromiso político, con películas que trataron temáticas controversiales que pocos realizadores se animaron a trabajar.
En la primera etapa de su carrera, especialmente, Gavras se centró principalmente en el cine político, con historias reales que se referían a conspiraciones gubernamentales, y el rol de las dictaduras militares en Latinoamérica, apoyadas por Estados Unidos.
missing. marca un punto de inflexión en su obra.
Su espíritu de narrador de conflictos políticos, se combina con el drama, los personajes, y la mirada del protagonista, un excelente Jack Lemmon, que guía al espectador, para describir los horrores de la represión, lo que da como resultado una obra profundamente humanista, tan rabiosa como emocionante, y clara en su ritmo y narrativa, en tono documental.
El ritmo es el adecuado, ya que no se trata de una película de acción o bélica.
Se trata de un melodrama de carácter histórico-político en toda regla, y los que salen peor parados, son los propios EEUU.
missing. tiene entonces una categoría única:
La de ser el primer film de éxito masivo, no el primero en abordar el tema; pero sí en narrar desde la perspectiva de un extranjero, y no de un nativo afectado, una de las grandes tragedias del siglo XX.
Internacionaliza entonces el drama de Los Derechos Humanos violados, y la capacidad represora y genocida de los militares anti-democráticos.
La historia gira sobre Charles Horman, un joven periodista idealista estadounidense, cuando desaparece de su domicilio en Chile, durante El Golpe de Estado del General Augusto Pinochet, en 1973, que depuso al Presidente Salvador Allende.
Ed Horman, su padre, un hombre conservador que ama el sistema estadounidense, el capitalismo, y que no entiende qué hacía su hijo en un país como aquél, se traslada allí, para emprender su búsqueda en compañía de su nuera.
El desaparecido, había sido testigo de conversaciones donde se observaba la participación de funcionarios de EEUU en El Golpe de Estado, y esta información hace que surja un conflicto entre Horman y los miembros de La Embajada de EEUU, que por complicidad, simulan ayudarlo, aunque constantemente le ocultan información.
La confianza de Horman en las instituciones, se va diluyendo a la vez que se establece el conflicto generacional entre él y su nuera; ambos con distintas formas de ver la vida y las acciones de su Gobierno.
Pero juntos recorrerán las instituciones diplomáticas de EEUU, intentando averiguar su paradero, aunque para ello deberán salvar todas las trabas burocráticas que encontrarán a su paso.
Padre y nuera, están enfrentados, son de ideologías diferentes:
Ed es conservador, y piensa que su hijo ha obrado mal, acercándose a sectores liberales, y señala que “tenemos que defender nuestro modelo de vida”
Mientras Beth le contradice, afirmando que no hacían nada malo.
Y así era, solo fueron demasiado “curiosos”, algo extremadamente revolucionario para los fascistas de toda la vida, los de viejo y los de nuevo cuño.
Resulta muy destacable la evolución de Ed, lenta y sin retorno, del hombre mayor y conservador, ante “el empuje de la barbarie nazi”, como es descrito el régimen de terror que se ha impuesto en Chile, por uno de los protagonistas.
Ed, acabará viendo la realidad de lo que hace su querido país, su adorada democracia, apoyando a criminales que secuestran y matan a jóvenes por su ideología.
Su agotador e interminable periplo por hospitales, albergues y diversos puntos de la capital, son una pérdida de tiempo...
La imagen del Estadio Nacional de Fútbol, como si de un descenso a los infiernos se tratase, lleno de detenidos y torturados, es estremecedora, las salas atestadas de cadáveres identificados, y sin identificar, nos remiten a una no resuelta Guerra Civil.
Todo eso produce el lento cambio en la mente de Ed... y en la nuestra, quedando desbordados ante la crudeza de lo que está pasando ante nuestros ojos.
Ellos se darán de bruces con múltiples trabas administrativas, incluyendo las de su propia Embajada, a la que en principio acuden y dan crédito, pero que se verá como un impedimento para la búsqueda, más que una solución.
La mentira y el embuste para acallar a esta familia desgraciada que ha perdido a uno de sus seres queridos, se vuelve moneda común.
La tragedia nos invade, con una sensación de derrota total y absoluta.
missing. no sólo diserta y deshilvana con precisión la relación que se va tejiendo alrededor de 2 personas que se unen, muy a su pesar; a 2 personas que en principio muy poco tenían en común, a excepción obviamente del personaje de John Shea; sino que tomando como pretexto el acontecimiento del levantamiento militar, sirve como áspera e iracunda crítica a la posición que Estados Unidos adoptó, y suele frecuentemente adoptar a propósito de este tipo de hechos.
Resulta interesante, cómo vamos descubriendo la verdad sobre el destino de Charles, a través de un padre patriota, creyente en su gobierno y católico, descubre los horrores de la dictadura, la complicidad de los funcionarios   de su país, y empieza a abrir los ojos ante una espeluznante realidad.
Este acercamiento, hace la película creíble, a partir del asombro extremo del padre y la esposa.
Una vez que se ha confirmado la muerte de Charles, su progenitor amenaza con denunciar los hechos, pero el cuerpo le fue entregado 7 meses después, cuando era imposible hacer una autopsia...
A través de ésta amarga búsqueda, Costa-Gavras nos retrata los entresijos y los oscuros juegos impuestos por los intereses estadounidenses en Chile; la mentira y ausencia de la verdad en la diplomacia de EEUU; el coste humano causado por la cínica conducta del capitalismo empresarial; la matanza descorazonada de miles de jóvenes a los que la soledad, la impotencia y el dolor, les acecharon en El Estadio Nacional de Santiago de Chile durante esos fatídicos días que rodearon al 11 de Septiembre de 1973.
Claro está, que Charlie Horman sólo era un joven de EEUU, nacido en el esplendor de un país victorioso de La Segunda Guerra Mundial, que difería con esa generación de sus padres, todo conservadurismo y amante de Dios y Wall Street…
Como se menciona, hubo otros estadounidenses en Chile, como el caso de Frank Teruggi (Joe Regalbuto), un exseminarista cercano a la popular teología de la liberación, muy en boga por aquellos tiempos de curas obreros, mano a mano con los pobres.
Teruggi fue asesinado en El Estadio Nacional, prácticamente a la vez que Horman…
Quizás, el mejor resumen de missing., se encuentra en las palabras del Embajador de EEUU en Santiago de Chile.
Este, en los días posteriores al Golpe de Estado de Pinochet, en medio de la barbarie desatada por los militares, salpicada de asesinatos, secuestros y torturas generalizadas contra todo lo que oliera a oposición al nuevo régimen criminal de extrema derecha, le dice a Ed Horman, algo así como que “los Estados Unidos deben garantizar la integridad y los intereses de las más de 3000 empresas estadounidenses en el país del cono sur”
Los intereses de un país, por encima de la vida de las personas…
Nada más y nada menos.
Es toda una declaración de intenciones.
Pero missing. se vuelve endiabladamente entretenida y tenebrosa.
Una serie de personajes, deambulan por ese escenario de horror, siempre acompañados de tiroteos sin sentido ni orden por las calles de la capital chilena.
Es desgarradora, dura, y muy veraz; con una puesta en escena espléndida, muy creíble, en relación con lo que cuenta, una historia por desgracia verídica; y retrata con un feroz realismo y crudeza, la situación del país, pero al final, a quien le da la mayor patada, es al gobierno estadounidense, que secretamente, apoyó El Golpe de Estado.
Charles Horman lo sabía, y sus propios compatriotas le dejaron morir.
Escalofriante, y sabiendo que el caso de este periodista, no es una historia ficticia ambientada en aquella época y lugar, sino que es real, te deja impresionado a más no poder.
El guión es magnífico, pues sabe captar el cruel infierno en el que convierten los facciosos militares y la evolución de las conciencias de los protagonistas, llenas de sensaciones emocionales muy profundas.
Es un guión panfletario, pero:
¿Podía ser de otra manera?
La fotografía es brumosa, acentuando la sensación de desazón, el miedo, la pérdida de esperanza, no ya de una familia, sino de todo un pueblo.
En el apartado técnico, Gavras contó por segunda vez, con el director de fotografía argentino, Ricardo Aronovich, curtido en el cine sudamericano y operador, tras su exilio en Francia, de Louis Malle o Yves Boisset.
Gavras le pidió una luz desdramatizada, “clara, casi luminosa”, porque quería que “el drama emergiera al margen de esa significación y de la técnica”
Como dato, alrededor de 2 días antes de filmarse, requiriendo tomas de tanques, el ejército mexicano negó el acceso a esos vehículos militares.
Por lo que el departamento de arte mexicano diseñó y creó los tanques falsos para la película, que estaban hechos de madera.
Del reparto, para el papel protagonista, Gavras escogió a Jack Lemmon, una leyenda del cine clásico de Hollywood, que logró con este título, uno de sus papeles más celebrados como el padre del escritor desaparecido.
Lemmon, al que descubrimos como un actor dramático extraordinario; es ese padre que evoluciona dentro del drama absoluto en el que se ve inmerso y, feroz y austero, lucha por su único hijo, aunque este se hubiera desviado de su ideología primigenia.
La nuera, en Sissy Spacek, también interpreta un papel dramático, lleno de fuerza y coraje:
Primero enfrentándose al padre de su marido, y después, con soberbia dignidad, a los embustes de todos los que les hacen creer, que lo que ven, no es cierto.
Ambos representan una generación:
Una que envejece con torpeza, intolerante, impositiva, aniquiladora… y otra juventud, con ímpetu de justicia para todos, más interesada en dar que en recibir, sin prejuicios y descomplicada, a la que se aniquila por el simple hecho de pensar distinto, y por anhelar una sociedad justa, unida, y sin hipocresías.
Todo esto está plenamente relacionado con la brecha generacional de finales de los 60, y principios de los 70, que creó un tremendo abismo entre padres e hijos que dificultaba la comprensión mutua.
Quizás, esa concienciación de la situación que va adquiriendo a lo largo de la película Ed Horman, sirva para explicar el llamamiento al cambio generacional en la década de los 70, por parte del pueblo de EEUU, cansado ya del juego sucio y las artimañas utilizadas por parte del Presidente Nixon.
Quizás ello explique la búsqueda de una solución más coherente y sensata, que recordara un poco a la frustrada política de John F. Kennedy, en la figura de Jimmy Carter.
No obstante, ésta apuesta por el juego limpio, no ha durado en exceso…
Ya en los 80, El Imperio volvió a caer en manos equivocadas.
Desde Reagan hasta los Bush, el neoliberalismo y los negocios petrolíferos no han dado cabida a los conceptos de solidaridad, justicia e igualdad social.
Más bien todo lo contrario:
La pobreza, las desigualdades sociales, la crueldad y las injusticias, se expanden alrededor nuestro en los días que nos acontecen.
Sino veamos ahora a Donald Trump y su política.
Sin duda, missing. mostró al mundo 2 grandes verdades:
Una, que las dictaduras se impusieron con gran cantidad de sangre en el cono sur, y otra, que los EEUU estuvieron muy implicados en ello.
Como aquí se dice, “para mantener el estilo de vida y los intereses empresariales de EEUU, hay que someter al resto de países”
Esto, claro, molestó mucho en EEUU…
La gran potencia actúa para que nadie le tosa, y para seguir perpetuando su poder.
Las excusas son, que se protege la democracia, la libertad y bla bla bla.
Pero si la gran potencia apoya a un dictador que asesina a miles de inocentes, pasándose por el forro los derechos fundamentales...
Pues ahí se ve un plumero bastante descarado.
Sobre dicha influencia de EEUU en El Golpe Militar, está fuera de toda duda de que existió en realidad, y missing. nos advierte de, cómo una democracia se puede desmoronar, cuando los mismos demócratas, los defensores de la democracia, anteponen otros intereses:
Económicos, estratégicos, políticos… al régimen democrático en sí:
Todo el mundo quiere votar, pero cuando te tocan el bolsillo, los mismos que vociferan que quieren democracia y libertad, mandan a los militares a que fusilen a quien se ponga de por medio.
Y en esto, Estados Unidos, como país democrático por excelencia, se lleva las palmas.
Muchos críticos acusaron al director de ser impreciso, de mal interpretar el gobierno de Pinochet, y la complicidad de los funcionarios y las altas esferas de poder en EEUU, que lo tildaron de irresponsable, al presentar una historia no comprobada.
Sin embargo, en la época actual, resulta altamente evidente, que los hechos estaban basados en una realidad certera, que acontecía en Latinoamérica con las dictaduras asesinas, apoyadas estratégicamente, y cómo estas eliminaron a miles de personas que pensaban diferente.
De hecho, la comisión pública que recibió e investigó nuevas denuncias de violaciones a los derechos humanos cometidas por agentes del Estado en la dictadura del General Augusto Pinochet, entregó un informe de 60 páginas al entonces Presidente chileno, Sebastián Piñera, que incorporó otras 9.800 víctimas, y 30 casos de personas desaparecidas o ejecutadas, las cuales se agregan a las que ya habían sido calificadas con anterioridad.
Con la llegada del gobierno de Bill Clinton, se reveló que todo lo que denunciaba este film, había sido cierto.
Un error notable de esta producción, se da en la escena en la que Jack Lemmon está en El Departamento de Estado, tratando de obtener información sobre Charlie, y vemos el retrato presidencial de Richard Nixon en la pared, en el fondo, y una foto más personal de él, en el Marine One detrás el escritorio.
Esa fotografía, con los dedos con el signo “V/Paz”, fue tomada en su salida final de La Casa Blanca, en 1974, y no pudo haber estado en el escritorio de alguien en 1973.
Si tuviera que elegir una escena, para reflejar todo lo escrito, sería la del terremoto:
Decenas de personas encerradas en un hotel, y aterrorizadas por un fuerte temblor de tierra, pero que no se atreven a salir a la calle, porque fuera están las metralletas y los disparos.
Eso es el terror.
Por último, missing. fue la primera película de cine, que contó con una partitura compuesta por Vangelis, después de haber ganado El Premio de La Academia como Mejor Música Original por “Chariots Of Fire” (1981)
Curiosamente, la banda sonora oficial de la película, aún no se ha estrenado como tal, solo el tema central es conocido en varios discos del compositor.
“God bless our way of life!”
Durante muchos años después, el gobierno de EEUU mantuvo firmemente su ignorancia acerca del asunto de Charles Horman.
Sin embargo, en octubre de 1999, Washington finalmente dio a conocer un documento, en que reconoce que los agentes de inteligencia de EEUU, jugaron un papel en su muerte.
El memorando del Departamento de Estado, de fecha 25 de agosto de 1976, fue desclasificado el 8 de octubre de 1999, junto con 1.100 otros documentos liberados por diversos organismos de EEUU, que se ocupan principalmente de los años previos al Golpe Militar.
Y dice que:
El 17 de septiembre de 1973, Horman fue apresado por soldados chilenos.
Un camión militar, sacó a Horman de su casa de Avenida Vicuña Mackenna 4126, hasta donde se había mudado recientemente, desde Los Dominicos.
Una testigo siguió al vehículo que lo llevó hasta El Ministerio de Defensa.
En el 9º piso, y a pocos metros de la oficina de Ray Davis, El General Augusto Lutz, Director del Servicio de Inteligencia Militar (SIM); El Coronel Hugo Barrías, Subdirector; y un estadounidense no identificado, acordaron eliminar a Horman, porque “sabía demasiado”, según testimonio de Rafael González, ex agente de seguridad adscrito al estado mayor de la defensa, asilado en La Embajada de Italia, en septiembre de 1975.
Frank Teruggi, fue secuestrado de su domicilio, en la calle Hernán Cortés de Ñuñoa, junto con otro estadounidense, David Hathaway, quien logró salir con vida del infierno militar chileno digitado por EEUU.
Horman, estuvo en la oficina de Augusto Lutz, en el edificio del Ministerio de Defensa, actual edificio de Las Fuerzas Armadas; quien era El Jefe de La Dirección de Inteligencia del Ejército.
González, actuó en ese edificio por esos primeros días como el oficial de inteligencia de enlace, en relación a los detenidos que llegaban.
González Verdugo, que cambió después la V de su apellido por la B, interrogó a Horman en El Ministerio de Defensa, pues habla perfecto inglés.
Según él, Lutz ordenó eliminar a Horman.
González dice, que trabajó en 1970, bajo el mando de Lutz en El EMDN.
El General Herman Brady, era a septiembre de 1973, El Jefe de La Guarnición de Santiago, y Sergio Arellano Stark, El Comandante de La Agrupación de Combate del Centro de Santiago.
Patricio Carvajal, era El Ministro de Defensa.
Con la ayuda de la gran cantidad de información aportada a la investigación por los documentos desclasificados por Estados Unidos, quedó establecido en el proceso, que en la intriga criminal, participaron además funcionarios de La Embajada, y del Consulado estadounidenses, al menos en calidad de encubridores del homicidio, como El Cónsul Frederick Purdy, que vive en Chile, y que también postula a ser procesado en la causa.
Como buen nido de agentes de La CIA, a la época de la intriga, el “chofer” de Purdy, saltó de la noche a la mañana, a convertirse en el segundo de La Embajada de Estados Unidos en Santiago; un tal “Thompson”, Jeffrey Davidow. Posteriormente, Horman fue conducido al Estadio Nacional en Santiago de Chile, el cual se había habilitado como un Campo de Concentración “ad hoc”
Ahí, los prisioneros eran interrogados, torturados, y ejecutados de forma extrajudicial.
El paradero del cuerpo de Horman, fue por lo visto indeterminado, al menos para los estadounidenses, durante aproximadamente 1 mes después de su muerte, aunque más tarde fue determinado que, después de su ejecución, el cuerpo de Horman fue enterrado dentro de una pared del Estadio Nacional.
Este, más tarde apareció en una morgue en la capital chilena…
Un segundo periodista estadounidense, Frank Randall Teruggi Bombatch, de 24 años, estudiante de economía, fue asesinado 5 días después.
Después de la liberación de este memorando del Departamento de Estado, la viuda de Horman, Joyce, lo describió como “muy cerca de una pistola humeante”
El memorando mismo, había sido liberado a la familia Horman, más de 20 años antes, pero los párrafos mencionados anteriormente, fueron ocultados por El Departamento de Estado.
La última versión, todavía tiene pasajes tachados, por razones de “seguridad nacional”, pero revela más de lo que hace 2 décadas.
Tanto la película missing., como el libro en que se basa, fueron retirados del mercado, tras una demanda de $150 millones en contra de su director y compañía propietaria, Universal.
La interpusieron, el ex Embajador de Estados Unidos en Chile, de 1971 a 1973, Nathaniel Davis, y los 2 oficiales de La Oficina de Inteligencia Naval:
Ray Davis y Arthur Cráter, que en la película se da a entender, que estuvieron implicados en la ejecución del joven.
Perdieron todos los juicios; además, una demanda contra el propio Hauser, fue rechazada por problemas de forma.
Costa-Gavras dijo en una entrevista de prensa de enero de 2007, que Lew Wasserman, entonces Jefe de Universal, apoyó tan fuertemente la película, que insistió en que el estudio se negaría a cualquier arreglo financiero.
Por su parte, después de haber ganado el juicio, Universal distribuyó nuevamente la película, en 2006.
También, esto sacudió tanto al gobierno de los Estados Unidos que, tras el lanzamiento de la película en 1982, el entonces Secretario de Estado, Alexander Haig, nombrado por El Presidente Reagan, se vio obligado a demandar…
Haig había sido un ex-General de los Estados Unidos, Jefe de Gabinete de La Casa Blanca de Ford, Vice Jefe de Estado Mayor del Ejército, y Comandante Supremo Aliado de Europa, que comandó todas las fuerzas de EEUU, y la OTAN en Europa.
Y se determinó que La Embajada de Estados Unidos en Santiago, no prestó asistencia consular, ni de ninguna naturaleza a sus compatriotas indefensos condenados a morir por los servicios de inteligencia estadounidenses, a manos de militares chilenos.
Al contrario, los funcionarios diplomáticos requeridos por familiares y amigos de las víctimas, actuaron como cómplices y encubridores, desde el mismísimo cónsul Frederick Purdy, a otros funcionarios menores, como:
John Anderson, Marian Lipton, John Hall, y Dale Shaffer.
“La auténtica responsabilidad de la muerte de mi hijo, está en la propia Embajada de EEUU.
Su vida fue sacrificada para encubrir las actividades estadounidenses en Chile”, dijo Ed.
Que Charles y su amiga Terry Simon, “tropezaron en Viña del Mar con pruebas concluyentes de la participación de EEUU en El Golpe de Estado”, agregó.
Al principio, el personal militar habló sin reparos en presencia de la pareja de jóvenes gringos, pero a los pocos días, alguien de la cúpula de La Embajada, se inquietó por lo que pudieron haber visto y oído”, dijo Ed Horman.
Tanto el régimen militar chileno, como el gobierno estadounidense, sabían de la existencia de Horman, y de las condiciones en que estaba, así como de su ejecución en 1973.
Según el certificado de defunción, Horman falleció a las 9:45 horas del 18 de septiembre de 1973, por heridas múltiples de bala.
Fue encontrado en las calles de Santiago, y trasladado al Instituto Médico Legal.
Debido a un “error”, no se reconoció su cadáver hasta el 18 de octubre, un día después que Edmund Horman supo positivamente que su hijo fue asesinado por militares.
La dictadura, se tomaría otros 5 meses para autorizar la repatriación de los restos, el 5 de marzo de 1974.
El estado actual de la investigación, apunta que fue asesinado para ocultar la participación estadounidense en El Golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973.
En 14 de septiembre de 2001, El Estado chileno se excluyó del caso Horman…
El caso aún está abierto, y en 2003, la justicia chilena emitió un fallo condenatorio a agentes civiles de la inteligencia militar, como cómplices de asesinato, pero sin tocar el rol de Estados Unidos en dicho crimen, ni el encubrimiento de otros, como es el caso Schneider.
La única teoría disponible durante 30 años, fue que la orden para ejecutar a Charles Horman, fue dada por El General Augusto Lutz durante su período como Jefe de La Dirección de Inteligencia del Ejército (DINE), también conocido como Servicio de Inteligencia del Ejército.
Hoy en día, existen ONGs destinadas al Caso Horman, y años después del estreno de missing., con el advenimiento de pruebas avanzadas de ADN, se determinó que el cuerpo enviado de vuelta a los Estados Unidos, como se ve en la imagen final de la película, no era el de Charles Horman.
Joyce Marie Horman, hoy de 72 años, es una activista estadounidense de derechos humanos; y continúa activamente buscando la verdad detrás de la captura, y el asesinato de su esposo.
Edmund Horman, murió en 1993, y Joyce vivió con su suegra, Elizabeth, una artista, hasta su muerte en 2001.
Joyce creó La Fundación Horman Truth, que lucha por continuar investigando y procesando a los involucrados con el asesinato de su marido, que incluyó a Augusto Pinochet.
Joyce viajó por todo el país, como oradora invitada, contando a los estudiantes y a otras personas sobre su experiencia de vivir en Chile durante El Golpe de Estado de 1973.
Ella no se volvió a casar, y no tiene hijos.
Por su parte, Costa-Gavras dijo que después de la muerte de Pinochet, en diciembre de 2006, tanto él como Joyce Horman, sintieron pesar, porque el ex dictador chileno no fue llevado ante la justicia.
Estas cosas siguen ocurriendo…
La gente está desapareciendo por todo el mundo; y missing. nos mira a la cara:
¿Adónde miramos nosotros?

“Charlie always says guilt is like fear.
It's given to us for survival, not destruction”



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