Salem's Lot

“Do you believe in vampires?”

En la actualidad, los filmes que tratan la temática del vampirismo, han tomado un giro, en el cual nos muestran a estos monstruos, como si fueran algo genial, “chic” y metrosexual; dejando de lado su verdadera naturaleza, oscura y siniestra.
‘Salem's Lot, es la segunda novela del escritor estadounidense, Stephen King, publicada originalmente en 1975, siendo para muchos su mejor obra, donde se aúnan tradición vampírica, y vanguardia narrativa.
Su visión de los “no-muertos” es acertada, rica en matices, su descripción del mal inherente es soberbia, su narración exquisita y muy sólida; porque ‘Salem’s Lot, es una aproximación clásica al vampirismo:
Sangre, estacas, ajos, rosas, agua corriente, luz del sol, mordeduras que desaparecen, necesidad de ser invitados…
La visión clásica del vampiro, es la que gusta al público, ya que es suficientemente rica, como para no necesitar aditivos ni alteraciones.
King lo sabe, se ciñe a ello, y lo fía todo a su gran capacidad de contar historias interesantes, con personajes inolvidables, con el resultado de crear un libro fabuloso.
Originalmente, King había elegido el título “Second Coming”, pero luego se decidió por “Jerusalem's Lot”
Los editores, Doubleday, pensando que sonaba demasiado religioso, recortaron el título a “’Salem's Lot”
Jerusalem's Lot, también conocida como simplemente “The Lot”, es una ciudad ficticia, creada por Stephen King, y que forma parte de la topografía de Maine, según King.
La ciudad, ha servido como escenario para varias de sus novelas y relatos cortos; y aparece por primera vez en la novela de 1975, ’Salem's Lot, y reaparece en 2013, en su novela “Doctor Sleep”; por tanto, junto con Castle Rock y Derry, Jerusalem's Lot, es una de las principales ciudades de la obra de King.
En “Night Shift” , es descrita como una ciudad localizada en el condado de Cumberland, entre las ciudades de Falmouth, Windham y Cumberland, cerca de la zona sur del estado, a unos 20km al norte de Portland.
En el mapa de Maine, según King, está ubicada mucho más al norte, aproximadamente en Northwest Piscataquis.
King ha manifestado, que Lovecraft fue una importante influencia para él al escribir su obra.
En “Danse Macabre”, King confiesa que la ciudad fue inspirada en la ciudad de Durham; en concreto, el área conocida como “Methodist Corners”, área en la que residió durante su juventud.
La Marsten House de ‘Salem's Lot, fue inspirada en una casa abandonada del mismo nombre en Methodist Corners.
Él y sus amigos, exploraron esa casa cuando eran niños.
La ciudad de Jerusalem's Lot, fue fundada en 1710, por un predicador llamado James Boon, el líder de una secta de cismáticos puritanos.
El culto se hizo famoso en la región, debido a su apertura a la brujería, y por sus prácticas inmorales sexuales, entre ellas, el incesto.
Jerusalem's Lot, se convirtió en una ciudad incorporada en 1765, pero fue abandonada en 1789, después de que Boon y sus seguidores desaparecieran misteriosamente.
La desaparición masiva, ocurrió poco después de que Philip Boone, un rico y desconocido descendiente de James Boon, obtuvieran un libro ocultista conocido como “De Vermis Mysteriis”
Philip Boone desapareció, junto con el resto de la aldea, tiempo después.
En 1850, el aristócrata Charles Boone, el último de la línea de La Familia Boone, y su trabajador doméstico, Calvin McCann, redescubrieron la ciudad desierta.
Boone y McCann, encontraron una copia de “De Vermis Mysteriis”, eventualmente descubrieron un gusano gigante que habitaba en la iglesia de la ciudad, entendiéndose como la encarnación de la deidad, Shudde M'ell, de Los Mitos Cthulhu de Lovecraft.
Calvin McCann, fue asesinado por la criatura...
Boone alejó al monstruo, quemando el libro, pero se vio obligado a huir, cuando el cadáver de James Boon hizo acto de presencia.
En una serie de cartas a un conocido, Boone manifestó su intención de suicidarse para poner fin a La Familia Boone, y el mal de Jerusalem's Lot.
Sin embargo, Charles no era consciente de la existencia de un último descendiente bastardo, conocido como James Robert Boone, que recolecta las cartas de Charles en 1971.
Así pues, el germen del libro nació mientras King enseñaba un curso de Fantasía y Ciencia Ficción en la Academia Hampden, sintiéndose inspirado por “Dracula”, uno de los libros incluidos en la clase:
“Una noche, mientras revivía por 2ª vez las aventuras del sanguinario Conde, pregunté a mi esposa, qué habría ocurrido si Drácula hubiera aparecido en los EEUU de los años 60.
Probablemente habría acabado atropellado por un taxi, me respondí a mí mismo con una carcajada.
Cerramos el asunto, pero en los días siguientes, mi mente seguía volviendo a la idea.
Pensé, que mi esposa probablemente tendría razón:
Si el legendario Conde viniese a New York.
Pero si llegase a aparecer en un pequeño pueblo:
¿Qué pasaría?
Entonces decidí que quería averiguarlo, así que escribí ‘Salem's Lot.
“Empecé a darle vueltas a la idea en mi mente, y comenzó a tomar forma una posible novela.
Pensé que haría una buena, si podía crear una ciudad ficticia, con suficiente realidad para compensar la irreal amenaza de un montón de vampiros”, dijo King.
Las influencias políticas de la época, influyeron bastante en el estilo de escribir de la novela.
La corrupción en el gobierno, es un factor importante en la inspiración de la historia:
“Escribí ‘Salem's Lot, durante el período en el que El Comité Ervin estaba en sesión.
Ese es también el período en que nos enteramos de la desintegración de Ellsberg, las cintas de La Casa Blanca, las sospechas, la ominosa relación entre La CIA y Gordon Liddy, las noticias sobre la lista de enemigos, las auditorías de los manifestantes contra la inteligencia…
En 1973, parecía que El Gobierno Federal había participado en tantas operaciones encubiertas que, al igual que los asesinatos por los que Juan Corona fue declarado culpable de la matanza en California, el horror parecía nunca acabar...”
Por tanto no es extraño que cada novela de King, es en cierta medida, un retrato psicológico del novelista, y creo que la obscenidad indecible en ‘Salem's Lot, tiene algo que ver con mi propia desilusión, y el consiguiente temor por el futuro.
El secreto en ‘Salem's Lot, es la paranoia que prevaleció el espíritu de aquellos años.
Se trata de un libro sobre vampiros, aunque también es un libro sobre casas silenciosas, sombras ocultas, de personas que ya no son lo que eran.
En cierto modo, se parece más a “Invasion Of The Body Snatchers” (1956) de lo que se parece a Drácula.
El miedo detrás de ‘Salem's Lot, parece ser que El Gobierno Federal, ha invadido a todo el mundo.
No obstante, ‘Salem’s Lot contiene material eliminado:
Empezando por los diferentes nombres para la ciudad y el vampiro.
‘Salem's Lot es llamado “Momson”, mencionado al final del libro, como una ciudad de Vermont, cuyos residentes desaparecieron misteriosamente en 1923; y Barlow es llamado “Sarlinov”
Una conversación entre Susan y Ben, acerca de la verdadera naturaleza del mal, es eliminada; así como una versión extendida de la escena en la que Straker ofrece su “sacrificio” a su “padre oscuro”
Una escena en la que después de ser declarado muerto, el vampirismo de Danny Glick, se muestra mucho más prominente.
La carta de Barlow a los protagonistas es, en cambio, una casete de grabación.
Una Susan vampirizada, está con él.
Un destino más horrible para el Dr. Jimmy Cody; pues en el manuscrito original, es empalado por cuchillos en una trampa tendida por los vampiros; y aquí es devorado vivo por las ratas.
Más escenas de vampiros causando el caos; Sandy McDougall es mordido por su bebé, Randy; Dud Rogers muerde a Ruthie Crockett…
Más tarde, la citada McDougall, es asesinada por Jimmy Cody.
El Padre Callahan, el cura lleno de problemas del pueblo, encuentra su fin de un modo diferente:
En lugar de ser obligado a beber la sangre de Barlow, y a abandonar la ciudad maldita, marca al vampiro con un cuchillo antes de suicidarse.
Furioso, el vampiro profana el cuerpo del sacerdote, decapitándolo, y colgándolo al revés.
Barlow muere por la luz del sol, en lugar de ser asesinado por una estaca enterrada en su corazón.
Más ratas están presentes en el enfrentamiento final.
La casa de los Marsten, fue remodelada por Barlow, mientras que en la versión publicada, la dejan como estaba.
También ‘Salem’s Lot tiene algunas curiosidades, siendo la primera novela de King, en la que el protagonista es un escritor; además de ser el primer libro en mostrar variados personajes, algunos de los cuales, volverían a aparecer en otros libros, como “The Stand” o “IT”; así como el pueblo de Jerusalem's Lot, sirvió de prototipo para futuras ciudades ficticias, como Castle Rock y Derry, en Maine.
Años más tarde, la novela apareció publicada en la antología “Night Shift”
“You'll sleep with the dead, teacher”
Salem's Lot es una película de terror, del año 1979, dirigida por Tobe Hooper.
Protagonizada por David Soul, James Mason, Lance Kerwin, Bonnie Bedelia, Lew Ayres, Reggie Nalder, Ed Flanders, Elisha Cook, Marie Windsor, Kenneth McMillan, entre otros.
El guión es de Paul Monash, basado en la novela “‘Salem’s Lot” de Stephen King, la cual se centra en las aventuras de un escritor, que regresa a su pueblo natal, y descubre que sus antiguos vecinos, se están convirtiendo en vampiros.
El escritor, Paul Monash, fue uno de los productores de la primera adaptación de Stephen King, para Brian de Palma “Carrie” (1976)
Salem’s Lot fue la primera miniserie de televisión, de 2 capítulos de 100 minutos de duración cada uno; y la 2ª película que se basa en los escritos de autor Stephen King, allanando el camino para otras adaptaciones catódicas como:
“IT” (1990), “The Stand” (1994), “The Tommyknockers” (1993) o “The Langoliers” (1995), entre otras.
Casi todas ellas, adaptaciones de las novelas más extensas de King, y las que más dificultades presupuestarias y de duración plantean, si se decide a llevarlas al cine.
A pesar de esta adaptación difiere dramáticamente en muchas áreas diferentes de la novela, sobre todo en la representación del jefe vampiro, Mr. Barlow; Stephen King la aprobó.
También hay que tener en cuenta, que en el libro hay muchos personajes, y Tobe Hooper ha sabido cuales desarrollar, y cuales no incluir; por lo que la mini serie se hace muy intensa y rápida.
El título de la novela original, incluye un apóstrofe delante de la palabra “Salem” porque el título, se supone, que debe ser la abreviatura de “Jerusalén”; el nombre real de la ciudad donde se desarrolla la historia.
Para evitar la confusión para la adaptación, aunque la ciudad se conoce sobre todo como “Salem’s Lot”, y el primer apóstrofe fue eliminado de título.
Esta misma historia, muy en el fondo parece una adaptación del clásico de Bram Stoker “Dracula”, pasado por el filtro de un pequeño pueblo de Maine, trasladando los personajes de aquella historia, a unos perfiles más acorde a la cultura de EEUU de la época, donde lo más llamativo, es que no se fundamenta en efectos especiales, y escenas sangrientas gráficas, sino en unas actuaciones convincentes, junto al desarrollo de unos personajes que, poco a poco nos internan en el misterio que rodea al pueblo y a sus habitantes.
Esto la hace mucho más humana y realista, y eleva el impacto del suspenso y el terror, sin necesidad de trucos baratos, como acentos sonoros, escenas sangrientas, o falsos sobresaltos totalmente predecibles.
Aquí no hay vampiros seductores con ojos celestes, pero si apariciones espectrales con largos colmillos...
La intención original, era para Warner Brothers, convertir las 400 páginas del Best Seller en un largometraje; pero con el tiempo, el proyecto fue entregado a la televisión, donde el productor, Richard Kobritz, sentía que iba a funcionar mejor como una miniserie de televisión; y después de haber sido re-editado, el tiempo de ejecución, terminó siendo 3 horas y 4 minutos.
Haciendo de esta, la película de terror de mayor duración, y más larga película de vampiros, al momento de su estreno.
La miniserie, fue filmada con varias escenas alternativas, con la intención de producir un corte más corto, que sería estrenado en los cines europeos.
La acción sigue al escritor, Ben Mears (David Soul), cuando regresa al pueblo de Salem's Lot, a escribir un libro sobre una casa supuestamente embrujada.
Esta casa, es conocida como “La casa de los Marsten”, y Ben también va a comprarla, pero resulta que un extraño hombre llamado Richard K. Straker (James Mason), la compró antes, por lo que se instala en una pensión.
En el pueblo, Ben conoce a una bella joven llamada Susan Norton (Bonnie Bedelia), de la cual se enamora.
Así, justo después de que el escritor llegara al pueblo, cosas muy extrañas, aterradoras y misteriosas comienzan a suceder:
La gente empieza a morir y/o a desaparecer.
Ben, y unos amigos que hizo en el pueblo, descubren que Salem's Lot está siendo invadido por vampiros, y se dirigen a la casa de los Marsten, donde Ben mata a Straker, y luego, con la ayuda de Mark Petrie (Lance Kerwin), a Kurt Barlow (Reggie Nalder), el vampiro en jefe; pero Susan es convertida en vampiro, y su padre es asesinado por Straker.
Ben y Mark, queman la casa, y con ella a los vampiros, marchándose para siempre del pueblo de Salem's Lot.
Aquí el director supo demostrar que sabe adaptarse a los cánones del cine de terror más clásico, en una cinta de vampiros de las de siempre, con una mansión embrujada, marco perfecto para crear atmósferas inquietantes, y un clima de misterio, para lograr captar el interés del espectador.
Mucha gente a día de hoy, guarda cierto cariño por Salem's Lot, porque fue uno de esos hitos de la televisión que marcó a muchos infantes por el impacto de algunas de sus imágenes, y no es difícil encontrar a algún treintañero que proclame que la escena que más miedo le ha dado en su vida, es la del pequeño Ralphie Glick vampirizado, arañando la ventana de su hermano Danny…
Pero Salem's Lot es más que un ejercicio de nostalgia catódica, es una buena versión de la novela de King, un excelente trabajo en la realización de Tobe Hooper, inspirado y muy profesional, a pesar de la escasez de medios, con un sólido reparto, encabezado por David Soul, y un inmenso James Mason.
De ritmo lento, que sirve para introducirnos en los personajes, pero que a veces puede resultar exasperante, siendo ésta la principal tara de la miniserie, Salem’s Lot continúa siendo uno de los mejores títulos en la zigzagueante carrera de Tobe Hooper, al tiempo que una de las cimas de la obra de Stephen King en la televisión.
Y también, por qué no, de su obra en medios audiovisuales en general.
Posteriormente se hizo una secuela de este filme, que no tiene nada que ver con Stephen King, en 1987, “A Return to Salem’s Lot”; y en el año 2004, se estrenó otra adaptación televisiva de la obra.
“Everything in Salem's Lot is connected to that house.
You can see it from every part of the town.
It's like a beacon throwing off an energy force”
La productora Warner Bros., quería hacer un película de vampiros, pero debido a la aparición ese año de “Dracula” de John Badham; y “Nosferatu: Phantom der Nacht” de Werner Herzog, optó por hacer una miniserie.
La adquisición de los derechos de la novela, revolucionó la industria del cine de género de la época, tras el abrumador éxito de público y taquilla en la primera adaptación de Stephen King, “Carrie” (1976), fueron muchos los estudios y directores de Hollywood relacionados con el terror, los que se interesaron por su siguiente novela, y que acabaron siendo comprados por Warner Bros., y la película fue emitida por la CBS.
El íntimo amigo de Stephen King, George A. Romero, fue tanteado para dirigir la adaptación al cine, pero cuando se decidió adaptar la novela a la televisión, Romero abandonó, pensando que las restricciones del medio televisivo, le impedirían llevar a cabo su visión, probablemente muy gráfica de la historia.
La adaptación, no fue tarea fácil.
Según el mismo Stephen King:
“Todos los directores con renombre dentro del género de terror, se interesaron en la película, pero ninguno fue capaz de presentarse con un guión decente”
El hecho que se pasara a la TV, en forma de miniserie, con 2 capítulos de casi 2 horas de duración cada uno, haría justicia a la longitud de la novela.
Se fijaron como presupuesto, $4 millones, y se seleccionó al director, Tobe Hooper, como director de orquesta.
Es curioso que, a pesar de la fiebre de “remakes” que asola Hollywood, desde entonces no se haya conseguido tampoco hacer un largometraje para el cine, sino que volvió a ser una miniserie de televisión, el formato que se utilizara para una nueva adaptación, allá por el 2004.
Quizás sí que tuvieran razón al decir, que era difícil hacer una película de todo esto…
La historia de Salem’s Lot, nos cuenta como un escritor vuelve al pueblo donde nació y creció, interesado en escribir un libro sobre La Mansión Marsten, que tuviera mucho que ver con el hecho de que abandonara el pueblo años atrás.
Una mansión que evoca el mal, según su opinión, y que parece confirmarse cuando una serie de extraños sucesos se dan lugar en el pequeño pueblo, y que parece tener relación con unos personajes, hasta ahora, mitológicos, y que nunca llegara a pensar que existían:
Los vampiros.
También, debemos destacar la gran puesta en escena, con sus locaciones sucias, añosas y en decadencia.
Esa atmósfera representa fielmente lo que es en realidad un vampiro, un ser decrépito en un mundo al cual ya no pertenece.
Pero Salem’s Lot no es sólo una historia de vampiros, es también una mirada cotilla a lo que ocurre detrás de cada puerta, a los secretos que se esconden en cada casa, de otro aburrido pueblo de “La América Profunda”, una mirada a la oscuridad que se oculta en cada uno de nosotros.
O sea, que el relato está enriquecido con multitud de historias interesantes, que no tienen nada que ver con mordeduras ni estacazos:
Como las infidelidades, la labor de la policía, el crecimiento de un adolescente, etc.
Además, resulta innegable el valor sociológico que tiene la película, como todas las novelas inspiradas en obras de King, no hay más que ver, cómo David Soul tiene que pagar en el hospital después de ser atendido, y es que la atención sanitaria gratuita, es una conquista europea.
Una de las cosas que más llamaron la atención de esta adaptación, fue el personaje de Mark Petrie:
Un muchacho con una obsesión con el horror, que raya lo enfermizo, pero que, sin embargo, se trata de un muchacho muy competente, y que incluso escribe sus propias obras.
Su habitación, está inundada de referencias al género del horror, en forma de pósteres, libros, muñecos a escala, e incluso máscaras.
En una de las escenas, su padre, preocupado por un gusto que no comparte con su hijo, y pensando que esa afición es más bien cosa de la edad, le pregunta:
“¿Cuándo se te olvidará todo esto?”
A lo que él responde:
“Algún día supongo”, cuando en realidad no piensa así…
En otra escena, en la que también hablan del mismo tema, y tratando de buscar algo en común con su padre, Mark le dice:
“Supongo que esto es parte de lo que soy, igual que a ti te gustan tanto los números”
El padre, que es contable, le responde a su hijo:
“Bueno, por lo menos yo puedo vivir de ello”
A lo que Mark contesta convencido:
“Yo también viviré de esto”
No deja de ser curioso, que precisamente el conocimiento del muchacho en torno a los monstruos y demás elementos del terror, le ayude donde otros no han tenido tanta suerte.
Pues bien, el personaje de Mark, es una clara referencia a sí mismo del escritor Stephen King.
Cuando ambos tenían más o menos la misma edad, King ya era un ávido consumidor de libros sobre ciencia ficción y terror, teniendo libros de bolsillo apilados en su habitación sin orden ninguno, la mayoría de H.P. Lovecraft, y Edgar Allan Poe.
Y por aquellos entonces, ya escribía tanto como leía, siendo su madre la principal compradora de sus relatos, que los vendía a un cuarto de dólar.
Según cuenta en su biografía, él mismo también tuvo que enfrentarse a preguntas como esas…
En relación a la preocupación de su madre por esa obsesión con el horror, el respondió que “todo el mundo esperaba que se me pasase, cuando en realidad lo único que ocurrió, es que fue a peor.
A los escritores el gusto en ese tipo de cosas nunca se pasa”
Es muy curioso, que Mark acabe siendo uno de los protagonistas principales de esta película, formando parte del tándem heroico que lucha contra el mal.
Supongo que es un reflejo de las ansias por el ser protagonista de alguna de las historias que leía.
Por otro lado, Salem’s Lot guarda muchas similitudes con la novela de Bram Stoker, y tanto la manera de presentarse el personaje, como la manera de combatirlo, al igual que los síntomas que presentan sus víctimas, guardan una relación muy cercana con lo que nos contaba Jonathan Harker en sus aventuras por tierras transilvanas.
Esa anemia que los doctores diagnostican a los futuros vampiros, las armas para combatir a los vampiros, como crucifijos y agua bendita; el poder atrayente del que hacen gala, el hecho de no poder entrar a las casas, a menos que sean invitados...
E incluso, la figura de Van Helsing, parece entreverse en el personaje del antiguo profesor de Ben Mears, el protagonista de la historia.
Todo son elementos que aluden al vampiro clásico, al de toda la vida, en el que el factor sexual no está tan destacado, y se alude simplemente al horror que inspiran estos personajes.
El director, Tobe Hooper, también demuestra su gusto por las películas de Alfred Hitchcock.
Un claro ejemplo, es la mansión, que recuerda mucho a la casa donde vivían los Bates, al lado del famoso motel.
Esta casa, en la película de Tobe Hooper, hace gala de una importancia que en la lista de personajes importantes, la pone en los puestos más altos.
Es alrededor de ella, sobre la que gira toda esta historia.
Una casa en la que pasaron cosas terribles, y que atrae a fuerzas malignas.
Uno de los hallazgos y aciertos más grandes de esta miniserie, es su visión del mal, que no es física, ni espiritual, sino arquitectónica.
Hooper y el guionista Paul Monash, supieron retratar con Salem's Lot, una sombra amenazante y aterradora por medio de un edificio, La Casa de Los Marsten, situada en la entrada del pueblo, y catalizadora de todas las desgracias en las que se ven involucrados los protagonistas.
Ben Mears dice en un momento del metraje, que “una casa maligna, atrae a personas malignas”, y ahí está la esencia, no sólo de la miniserie de Hooper, sino también de la novela de King.
La Casa Marsten, es la metáfora del génesis de un mal ancestral, del que no se conoce su origen, pero sí los estragos que ha producido en la humanidad.
La misma película, resulta una mezcla curiosa de 2 subgéneros del terror, como son las películas de vampiros, y las películas de casas encantadas, aunque bien es cierto, que la mansión donde vive el vampiro, siempre ha tenido importancia en las historias de vampiros; aquí, a la casa se le da un mayor protagonismo, sirviendo de una especie de eje central diabólico, que sirve de catalizador para que se desarrollen los hechos.
Gran parte del presupuesto, se destinó pues, a tener una casa que estuviera a la altura de las circunstancias.
El producto de todo ese esfuerzo, se puede ver reflejado en la parte final de la película, que constituye también otro cambio con respecto al libro.
Pues en la novela, el final se desarrolla en un sótano.
Para la película, no se entendía como el clímax no tenía lugar en un escenario tan importante como es La Mansión.
Como dato, el exterior de la casa de Los Marsten, era en realidad una fachada a gran escala, construida sobre una casa más pequeña, en la cima de una colina preexistente.
En total, la fachada costó un estimado $100.000.
Las escenas de los niños vampiros en el exterior de las ventanas de sus víctimas, fue filmada en sentido inverso, para darle un efecto más inquietante.
En una entrevista con la revista Fangoria, Reggie Nalder que hizo de Barlow, dijo que estaba un poco decepcionado por la película, porque se cortaron algunas escenas adicionales que incluía a su vampiro; y es que los cambios con el libro, son sustanciales; pero por lo visto, están bien justificados.
Lo primero que uno observa, es que de los personajes que salen en la novela, algunos están mezclados, y otros son eliminados.
Se es consciente que el proceso de adaptación es muy difícil, más teniendo en cuenta las diferencias entre en lenguaje cinematográfico y el narrativo, pero hay algunas decisiones que cambian mucho con respecto al libro, aunque a pesar de ello, quedaron bien en la película.
El malo de la función, Kurt Barlow, en la novela, se trata de un personaje que, no sólo puede hablar, sino que tiene apariencia humana.
En la película, se decidió ir a los origines germanos del personaje en la historia del cine, y se ve una versión más renovada del personaje de “Nosferatu” de Murnau; de hecho, la primera aparición de Barlow en la película, recuerda muchísimo al clásico de 1922.
Como digo, en la película queda muy bien, de hecho fue altamente alabado por las críticas, y es una de las imágenes que más han quedado en la memoria del espectador; pero no dejo de tener curiosidad por saber cómo había quedado un personaje más fiel al del libro...
Otras diferencias son que el personaje de Mark, usaba lentes; y se peleaba con un compañero de la escuela.
Barlow que sí podía hablar, incluso se podía transformar en un joven caballero para engañar a sus víctimas.
Había más personajes, entre ellos, una anciana chismosa, un retrasado que vivía en el basurero, un joven matrimonio que maltrataban a su hijo, y un doctor llamado Jim, quien ayuda a Ben a matar a los vampiros.
El padre Callahan tenía más protagonismo.
En el sótano, donde dormitaba Barlow, había una trampa que consistía en cuchillos clavados al suelo debajo de la escalera, donde muere el Dr. Jim, que en la película es suplantado por el Dr. Norton.
Straker, en realidad, es asesinado por Mark, al ser golpeado en el cráneo varias veces con un garrote de madera.
Para aquellos que se quedaron picados con qué fue lo que le paso al padre Callahan, aquí les va:
Barlow lo convierte en mitad vampiro y mitad humano, y lo condena a vagar por los confines de La Tierra.
Incluso hay una escena en la que trata de entrar a su iglesia, y debido a su maldición, no puede.
Ben y Mark regresan a Salem’s Lot para quemar la aldea.
La mujer que engaña a su esposo, también es convertida en vampiro por su amante, quien mata al marido con su propio rifle.
La descripción de Barlow, era mucho más horrible, y no una copia del vampiro Nosferatu.
Antes de matar a Barlow, le tiende una trampa a Mark hipnotizándole, y éste intenta matar a Ben con el revólver.
Burke, muere de un infarto en el hospital; y la madre de Susan, intenta matar a Burke en el hospital, por órdenes de Barlow.
Ben y Jim, matan a unos cuantos habitantes convertidos en vampiros, antes de matar a Barlow.
Al pueblo donde se mudan Ben y Mark, se llama “Zapato”, así como suena de raro, y está situado en México, etc.
Al tratarse también de una adaptación para televisión, la violencia de la que el libro hace gala, desaparece por completo, dando más importancia al ambiente para asustar al espectador.
Esto es un gran acierto.
Como tampoco la sangre estaba permitida, se trata de un “miedo” mucho más sugerente, que ha dado lugar a escenas míticas, y ha influido a otros directores.
El ejemplo que más claro, es la escena del niño flotando en la ventana.
Esa escena ha provocado las pesadillas de numerosos niños que se aventuraban a ver la película, entre ellos, yo mismo.
Lo único malo, quizás, sea la falta de fidelidad con el libro en bastantes cosas, el poco desarrollo que tienen algunos personajes importantes, etc.
Envejece mal, pero en general creo que funciona bien.
Y funcionaría mejor, de haber durado menos.
Las más de 3 horas, se hacen largas, a pesar de tener grandes momentos, pues es una película cuya atmósfera tan lograda, hacen que funcionen de maravilla los momentos propios de terror, aunque el impacto de estos, repito, se diluya en un metraje demasiado largo.
Curiosamente en la versión corta europea, hizo gala de una violencia más explícita, muy probablemente cortando el drama.
Por ejemplo, en la escena en que el marido amenaza al amante de su mujer con una escopeta, después de pillarlos “in fraganti”, poniéndole la escopeta en la cara; en la versión europea, la escopeta está en su boca.
De hecho, el propio Stephen King la defiende, diciendo que funciona mejor.
En la miniserie, encontramos hoyos en la trama, como en la reunión con Mark, sus padres, y el capellán:
Barlow, el vampiro, simplemente irrumpe en la casa, sin ningún tipo de invitación de sus ocupantes.
Todos los otros vampiros en la película, tienen que ser invitados para entrar.
También, se desconoce el paradero de algunos presentados, como el cornudo George Dzundza y su mujer, que no vuelven a salir.
Y en definitiva, se debió aclarar algo más del origen del miedo, el vampiro mismo, y la obsesión del personaje protagonista, con La Mansión Marsten.
No obstante, la historia respeta la iconografía vampira que se ha ido perdiendo a pasos agigantados en los vampiros modernos, la cruz y la estaca, por ejemplo.
Símbolo inequívoco de lucha contra la raza vampira, supongo que por el peso menos que ocupa la religión para la cultura moderna, pero hay cosas que se echan en falta, sobretodo porque conforma los inicios del personaje, y aunque todo tiene que evolucionar en esta vida, hay líneas, no lo digo por la cruz, que no deberían de traspasarse nunca... además, se echa en falta más sangre, pero no mucho.
Por tanto, Salem’s Lot apuesta por las atmósferas, más que por la sangre.
Una opción inviable para Hooper, en un medio tan conservador en aquella época como la televisión; que en la actualidad, no habría problemas para que estallase la hemoglobina, a la hora de provocar miedo.
Por último, la miniserie termina en la pequeña ciudad de Ximico, Guatemala, una ciudad que en realidad no existe.
Escenas para el recuerdo, las apariciones en las ventanas, la entrada de Barlow en la cocina de los Petrie; el despertar de Marjorie Glick, o la escena del vampiro en la mecedora…
Los efectos especiales, merecen un 10, los vampiros son acojonantes, con los ojos de reptil, la tez amarillenta, y unos colmillos enormes.
Destacar del reparto, a James Mason, que da vida a Richard Straker, y que a pesar de que se intuye que es una marioneta de Barlow, lo considero como el verdadero villano de la función.
A James Mason, le gustó tanto el guión, que consiguió que su mujer, Clarissa Kaye-Mason, obtuviera un papel como Marjorie Glick, la madre de Ralphie y Danny.
Mason, era un reconocido actor, y le confirió el aspecto siniestro que necesitaba el misterioso personaje del anticuario Straker.
Sin embargo, el personaje de su socio, Barlow, se aleja mucho de la descripción dada por Stephen King en el libro.
En la miniserie, se convierte en un clásico del terror, casi un gemelo del “Nosferatu” de Murnau, con el que querían dejar claro una presencia que debía impactar.
Por el contrario, el actor Reggie Nalder, no quedó muy satisfecho con el resultado final.
Los motivos fueron las horas de maquillaje necesarias para convertirle en vampiro, las dolorosas prótesis que debía usar y, sobre todo, que muchas de sus escenas acabaron en el suelo de la sala de montaje.
“Lo que más me gustó fue el dinero”, llegaría a declarar.
Un aspecto que se nos oculta durante buena parte del metraje, hasta que ataca a Ned Tebbets (Barney McFadden) en su celda.
Basta un solo plano, en el que vemos su cabeza repentinamente para pegar un buen susto a Tebbets, y a los espectadores desprevenidos.
Pese a que en un principio, David Soul no es el actor que enseguida se nos viene a la mente para encarnar a un escritor atormentado, el astro de “Starsky y Hutch” cumple bien con su cometido, improvisando crucifijos con los que repeler a vampiros, reservando las escenas más románticas y trágicas con su historia de amor con Susan Norton, la cual acabará inevitablemente convertida en vampiro, y siendo destruida por Ben Mears, en el epílogo ambientado en Guatemala, donde todo está dispuesto para futuras continuaciones de la historia.
Como ya se comentó antes, el reparto de secundarios está lleno de caras conocidas, como las anteriormente descritas, más actores de reparto característicos como:
George Dzundza, Ed Flanders o Kenneth McMillan, “viejas glorias” como Lew Ayres o Marie Windsor, o actores jóvenes como Lance Kerwin, que interpreta a Mark Petrie, un fanático del cine de terror, en su vertiente más clásica, que gracias al cine, sabe cómo repeler ataques de vampiros como Ralphie Glick, crucifijo mediante.
El personaje que hace de Ralphie Glick, el que aparece flotando en la ventana, pidiendo entrar, se llama Ronnie Scribner, y tuvo una corta carrera como actor, finalizando en 1982.
Actualmente se desarrolla como corredor inmobiliario, y cuando le preguntaron sobre la escena de la ventana, dijo que fue “lo más divertido, estoy súper contento de que haya significado algo para gran parte del público”
Un reparto que constituye el microcosmos que es el pueblo de Salem’s Lot, en donde por momentos parece que estemos viendo el típico culebrón.
Por algo llamaron al guionista, “experto en culebrones”, Paul Monash, para escribir el libreto, con sus historias de pequeñas miserias en forma de cuernos, maridos y ex novios vengativos… reencuentros y secretos del pasado.
En sucesivas historias de Stephen King, se repetirían estos “culebrones” ambientados en el estado de Maine, con “héroes con pasado”, salvando de la amenaza de turno, a los habitantes de los pueblos… cuando ya es un poco tarde.
Para la banda sonora, se buscaba una partitura que recordara a Bernard Herrmann, otra referencia a Hitchcock, y para ello contaron con la ayuda de Harry Sukman, cuyo resultado es bastante competente; siendo esta su última producción, antes de su muerte en 1984.
“I remember... a dream”
En Salem's Lot, se dan la mano muchas de las constantes literarias de King:
El escritor torturado por sus demonios interiores, la visión oscura de los pequeños pueblos de Nueva Inglaterra y sus gentes, el retrato de un mal puro e intangible, y la presencia de un ser ultraterreno, que escapa de lo cognoscible, aquí el inolvidable vampiro, Kurt Barlow.
Todos estos ingredientes, sirvieron para que un equipo de grandes profesionales gestaran un clásico de la televisión, que a día de hoy se ve con otros ojos, los del descreimiento y la ironía, aunque también los del cariño, la nostalgia, y el culto; pero que guarda mucha de la fuerza visual y narrativa que la hizo famosa en su día.
Obra a recuperar, uno de los mejores trabajos de Tobe Hooper, de las más celebradas adaptaciones televisivas de una novela de Stephen King, y todo un clásico del terror y el vampirismo.
Al tiempo que es un homenaje a la Hammer inglesa, y culpable de las largas horas de insomnio de toda un generación de niños que se quedaron traumatizados por muchas de sus imágenes en aquellos años, en los que toda la familia se reunía delante del televisor, para vivir experiencias inolvidables.
Definitivamente, cualquier tiempo pasado fue mejor... pero con matices.

“They've found us again”



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